La venganza del populacho

Yo es que me muero de la risa, que como esto siga así, se tornará en risa nerviosa. Y es que se da la cosa que otra vez las encuestas de opinión han pifiado los resultados en esto de los resultados de las primarias francesas.
A nuestro querido Sarckozy lo han dejado en la estacada, cuando todos decían que se batiría el cobre en una segunda vuelta con M. Fillon, y que M. Juppé se iba a casa….pues no, que Fillon y Juppé intentarán liderar a los republicanos franceses, la derechona de por allí, que la vida es muy dura.
A mí, el pequeño Nicolás gabacho, me ha caído siempre mal, bueno, muy mal, para ser sinceros, que me ha parecido el compendio de lo que no debe ser un Monsieur Le Prèsident de la Republique. Así que no le he votado…”in pectore”, claro, que los gabachos no me dejan ir con la papeleta por delante, y no sé si hacen bien, pero de eso ya hablaremos.
Por lo que he oído, parece, que el hombre intentaba la nominación por Les Republicains, ya que si la conseguía, tenía asegurada la prolongación de sus cuentas con la justicia, por un buen lapso de tiempo, que los políticos parece que tienen bula papal en casi todo el mundo
Y uno que tiene el alma cándida y se lo cree casi todo, en un momento “faible”, creyó que era por la “grandeur” de la France, y no, era para evitar el trullo. ¡Qué cosas!.
Pero empecemos por el tema de las compañías que se dedican al noble arte de los sondeos políticos, que últimamente no dan una. Fallaron en nuestras elecciones, fallaron en el Reino Unido, en el Imperio, y ahora con los vecinos. Vaayyaaa, debe estar Doña Merkel temblando al enfrentar su cuarto mandato, que como la cosa esa de los sondeos digan que lo tiene chupado, veo a la mujer preparando unas oposiciones a cartero rural, como poco. Y eso sin hablar del referéndum italiano, que don Renzi, curándose en salud, ya ha dicho que se va a su casa si no le sale. Así que anda colgado de las encuestas de opinión, y confío que lo hará como los listos en bolsa, apoyándose en la opinión contraria. Pero seguro que no lo hizo, y cuando se tiró a la piscina estaban los sondeos a su favor.
No han aprendido ni a consultar los oráculos, ni a preguntar a las Sibilas, por no hablar ya del análisis de entrañas, el vuelo de las palomas, conjunciones astrales, o directamente las palabras del chamán ahíto de peyote. Nada, no han aprendido, por no hablar del análisis de los big data que aportan las redes sociales. Un desastre.
Pero ves luego la cara que se le queda a doña Clinton, que no se le quita ni a tiros, y te pasas unos días tratando de encajar las mandíbulas que la risa en eso es muy mala.
Y yo no puedo dejar de pensar, que los ciudadanos, esas clases medias a las que se les está sacudiendo sin tregua desde ya va haciendo demasiado tiempo, han decidido votar contra el poder, han decidido castigar a todos estos inútiles que no necesitan patria para hacerlo mal, que parecen clones de un mismo diablo. Usted disimule, Sr. Trudeau, que parece, por el momento, que les mola a los canadienses, pero esa excepción no hace más que confirmarnos la regla.
Desde tiempos inmemoriales, estas cosas de los gerifaltes nos han mareado a los de a pié de todas las formas posibles, y aunque en este puñetero veintiuno nos creamos que acabamos de inventar la rueda, las cosas han cambiado mucho menos de lo que nos podemos imaginar.
Me imagino la cara de los hispanos, cuando se enteraban que un Trajano subía al poder, que seguro lo preferían a un ligur, o a uno de la Campania, y así les terminaban la calzada de peaje o la traída de aguas a Tarraco, que seguro ya pensaban por aquellos entonces que Roma ens roba, y el balance fiscal era desfavorable a la Tarraconense.
Siempre he dicho que con esto de la globalización deberíamos votar todos los individuos de la tierra a los gobernantes de, al menos, las potencias que tienen poder en el ámbito internacional. Que no es lo mismo un dirigente u otro en la Casa Blanca, en el Elíseo, en el Kremlin, en el Quirinale, en Berlín, Pekin, o Tokio…porque nuestras vidas de pobres diablos tomarán rumbos diferentes.
No nos toca, por el momento, y ellos seguirán intentando descubrir en las entrañas de los animales sagrados, que hoy se llaman encuestas de opinión, lo que los hados habrán de traer para el futuro.
Y no se han dado cuenta de que la chusma, el populacho, está ya hasta los mismísimos de toda esta panda y estamos usando la papeleta contra ellos, de la forma que entendemos les puede fastidiar más, porque realmente lo que el pueblo quiere es hacerles daño.
Eso es lo que está permitiendo que Doña Theresa May esté pasándolas canutas para ver qué hace con el endiablado mandato que ha recibido de salirse de Europa. Que está huérfana de plan de negocio, que se le echa el Parlamento encima, y a la City ya se la están repartiendo como si fuera la túnica de Cristo.
Aquí nos están creciendo los partidos populistas, del monumental cabreo del súbdito de a pie, como en Francia que sueñan con acercarse al fascismo, o en U.S.A., con el pollo que han elegido.
Y posiblemente seamos los súbditos de este maldito mundo en el que nos ha tocado vivir los que de alguna forma paguemos el pato de las consecuencias de nuestra decisión. Decisión que ha corrido como loca por las redes sociales mundiales, y nos ha hecho casi a una, ponerle a Doña Clinton la cara que se le ha quedado, a nuestro Marianico tener que ponerse a negociar, a Theresa a buscar un plan de negocio para su país, a Renzi intentar convencer a las “famiglias” que su idea es la buena, sin acordarse de que Italias hay tantas como ciudades-república tenían antes de Mazzini y Garibaldi.
Y mi Puigdemont, con la poca frente que le deja el flequillo, sigue soñando con su referéndum, ese que ha de darle la libertad a Catalunya, no se ha dado cuenta, de tanto tomar el café de media mañana con la pollera de la calle Córcega que ocupa el despacho del otro lado de la plaza, que le van a dar por todas partes, si sale porque no podrá gestionar el cumplimiento de cualquier promesa que haga, y si no sale, porque se van a mofar de él hasta en el metro a las siete de la mañana.
Y ahí seguimos, por el momento, soñando unos con fabricar los cacharritos de las manzanas mordidas otra vez en casa, para acabar echando obreros a la calle al poco tiempo, justo cuando los chinos de vuelta al paro, ya no tengan yenes para comprar espejitos de colores….”inteligentes”..
Y a mí, me importa muy poco. Porque seguimos sin acordarnos que Focault nos intentó enseñar que las cosas son pendulares, son cíclicas, son como siempre, y sea Trajano o Calígula el que esté en el poder, los esclavos acabarán siendo usados hasta la extenuación, y si los leones tienen hambre, siempre se les ha considerado una fuente de proteínas útil, que hay que mantener el Circo abierto. ”The show must go on”.
Con su pan se lo coman