Yo estuve allí, ¿Cómo iba a perdérmelo?

 

Aún me estoy riendo….esta mañana Alsina estuvo sembrao.

Hoy hace cincuenta años que llegaron los Beatles a Madrid, y mantenía el periodista, que si todos los que han afirmado que estuvieron en el concierto, realmente la plaza de Las Ventas debería tener una capacidad de al menos 700.000 personas.

Un poco más tarde, cuatro años solo, las mismas personas pero multiplicadas por cien estuvieron en Paris, con el Danielito Cohn-Bendit que acabó por cierto de parlamentario europeo de segunda, con la que lió el muchacho.

Su carrera, ya que estamos, bastante mediocre, la culminó con su increíble libro El gran bazar, donde el caballero entre otras cosas nos explica cómo le excitaban niñas de cinco años.

Un gran caballero verde, (aquí se les llama viejos verdes), un gran ecologista, alcalde de pueblo, y parlamentario europeo.

Todos estuvieron en el Paris del 68, de lo más guay y molón, que éran unos progres certificados, pero la cosa no fue de españoles solo, que ¡mira que he conocido gente que anduvo por Paris aquel mayo bendito a lo largo y ancho del continente europeo!.

No sé si con la cantidad de gente que anduvo por Paris aquellos días, los hoteles aprendieron que podían subir los precios, y hasta hoy.

El bueno de Don Dani, creyó que tendría éxito con su tangana, como lo creyó el pobre chico checo Don Alexander Dubcheck, pero yendo hacia el otro lado, que uno quería el rojerío, y el otro no sabía como escapar de la bota rusky. No les salió bien, a uno le mandaron los tanques, y a otro le dieron con el capital en la cabeza.

Movida primavera la del 68, y Brigitte Bardot con 34 espléndidos años, “la nouvelle vague du cinema” daba sus últimas boqueadas, y aquí no podíamos ver a los Truffaut, Resnais, Godard, Rohmer, Vadim….

Hasta Berlinguer consiguió aquel año su acta de diputado…..Don Enrico.

En España como mucho las Historias para no dormir, pero eso era en la tele. Por Europa las pesadillas eran otras, y al parecer tenían muchos espectadores, como Chicho, pero estos eran de verdad. Y ahí estaba yo, delante de la tele.

No tantos, pero algunos también estuvieron en Berlín, en noviembre del 89, (yo estuve antes, con muro y después sin muro) pero ese día seguro que me habían mandado a vender algo a Castellón de la Plana, que siempre queda muy prosaico. Ya estaba mayorzote para esas historias.

Seguro que mucha gente era prima hermana del pollo que se plantó en junio del mismo año delante del tanque en Tiananmen. Nunca hubiera pensado el muchacho que tenía una familia tan fértil.

Y también eran muchos, muchos, los que estaban en San Francisco, en el último terremoto, o en Nueva York el once de setiembre tristemente famoso.

Si, estaba en Madrid cuando la salvajada del once de marzo, o cuando Don Tejerito decidió hacerle caso a su general.

Estar en esos sitios, en esos momentos, en Woodstock, por ejemplo, o en el Madison durante el Concierto para Bangladesh, da un curriculum que da gusto verlo.

Además como no emitían ni diplomas ni certificados, y eso de los autorretratos eran al menos un arte dificultoso, pues se dice, y a otra cosa.

Para pegar la hebra con hembra supuestamente placentera, puede valer, –¡Chica!, ¡qué experiencia!, ese dedito rozó en el 65 al mismísimo John Lennon, y esta manita tiraba adoquines en el boulevard des Capucins a los antidisturbios.

-¡Oooohhhh!, ven a casa te pongo un Armagnac de buen año que debes ser muy fisno, con lo que has sufrido, y me cuentas todo eso.

– Si, ammoool.

El yo ya estuve aquí, me parece de lo más divertido…y provechoso. Me da en las narices, que más de uno de esos que se prodigan en las charletas televisivas, y radiofónicas, estaban a la vez en la plaza de Linares y en Pozoblaco, fueron las balas de Dallas, la Pinta, la Niña, y la Santa María a la vez, lo que les permite sentar cátedra de cartón piedra, entre un público huero de cultura y de inquietudes.

Siempre he pensado, y lo he repetido todas las veces que me ha parecido en esta bitácora, que lo que nos llega desde el entorno es o juego o engaño. Si es engaño para jugar, me encanta, es divertido, y de alguna forma, creativo.

Ser fantasioso tiene algo de romántico, es como el bikini de la Obregón, y si te lo cuentan con gracia, pues hasta divierte. Hasta podrías aguantar un minuto más la charleta televisiva para que suba la audiencia y cobren una perra más por los anuncios.

Si el que tocó a los Beatles, el fantasmón de tu amigo Pepe, anda cerca, tendrás que ser más rápido que él con la hembra supuestamente placentera, no sea que enseñe el dedito que tocó a John Lennon, y adiós Madrid, ni el agujerito de un Donuts te comes.

Ataca antes y mira a ver si cuela, ¡ que tú fuiste el que le llevó el tanque a Boris Yeltsin, cuando se promocionó de alcalde a señorito rusky!.

Que fue muy mono como dio en la tele.

A los que estuvieron en el Titanic, ya se les pasó el arroz, pero el tema ahora es para las nuevas generaciones, porque los cuarentones, fueron todos íntimos amigos de Alaska, tenían mesa reservada en Zeleste, y una servilleta firmada por Gato Pérez.

Os animo a todos, a buscar vuestro aquí yo estuve, real o ficticio, y una vez encontrado, compartirlo, adornadlo, y haced que todos pasemos un buen rato, y si es muy muy bueno, proponed un spin off, que dé lugar a una start up, y haced unas perras emprendedoras, que le hará mucha ilusión al gobierno.

Buenas noches, y buena suerte

 

 

Grecia

 

 

La están liando parda, y lo que les queda. Lo malo es que en toda esta historia no hay una sola brizna de verdad en lo que dicen unos y otros, desde el punto de vista de un conspiranoico como yo, así que en ese plan, vamos a desarrollar unas cuantas suposiciones como si de una novela o un cuento se tratara.

No voy a remontarme a la Grecia clásica, evidentemente, eso como tal, ni existe, ni existió como nación bajo un líder único. Ya se pelearon bastante entre atenienses, tebanos, espartanos, tuvieron que ponerse plastas con los troyanos, y luego, ya a bofetadas con los persas, pero nada que ver con el siglo XXI.

No hablaremos de los golpes de estado del pasado siglo que envió al exilio a la familia real, con Constantino a la cabeza, y el régimen militar de los coroneles.

Recordaremos, por otra parte al hombre más rico del mundo en su tiempo, el bueno de Don Aristóteles Onassis, y no se nos olvida la saga de navieros y armadores griegos que al parecer amasan considerables fortunas.

Una vez restablecida la democracia, con la caída del régimen de los coroneles, Gracia se une al mercado común, en 1981, cinco años antes que España, y al euro en 2001.

Por cierto, el mito de que la democracia se inventa en Grecia, hay que revisarlo muy en serio. Lo que estos pollos tenían era una Aristocracia, que allí votaban muy poquitos, y muy escogiditos, así que no me cuenten ahora milongas.

Esos veinte años, han recibido de sus socios comunitarios ayudas estructurales para relanzar y modernizar su economía, como región desfavorecida dentro de Europa, como nos ha pasado a nosotros, hasta el cierre del grifo que se produce cuando entran los países que venían de la órbita comunista.

Cuando los países europeos se deciden adoptar el euro, lo hacen voluntariamente, es decir, los gobernantes piensan que es mejor formar parte de una divisa fuerte, que seguir con las monedas nacionales muy fáciles de manipular por parte de inversores con el volumen suficiente, entre otras infinitas razones.

Pero a cambio, nos comprometemos a cumplir unas normas, para que el proyecto sea viable, y se marcan unos límites, unas multas incluso para los no cumplidores.

A los pocos años, nos enteramos que los griegos nos han engañado con las cifras que enviaban a Europa, y que evidentemente demostraron también que los controles de Bruselas eran absolutamente deficientes.

De hecho nos encontramos con un socio que ha mentido, que posiblemente con su estructura económica jamás hubiera podido entrar a formar parte de la moneda única, pero aquí lo tenemos, colado de rondón en nuestras estructuras y pidiendo dinero con la garantía europea, hasta llegar a tener una deuda que multiplica casi por dos la riqueza que puede generar el país en un año.

Como buen país Mediterráneo, sus estructuras productivas están muy lejos de la media europea, allí se vive del turismo, del feta, de las aceitunas y de las cabras….exagerando, claro. Pero no hay de hecho una industria competitiva, ni grandes multinacionales. Tienen un país fragmentado en el sentido de que el barco, al final, es su gran autopista, y mantener un país con esas características, es muy caro.

Las diferencias sociales son enormes, de hecho están a la cabeza de los índices de desigualdad de toda Europa, y como buenos herederos de la aristocracia, son unos pocos los que tienen el dinero, que no piensan dilapidarlo en el pago de impuestos.

¿Habéis intentado sacar la Visa en Grecia?. Te ponen unos caretos que hasta allá, si te la cogen. IVA que nos ahorramos.

Al final son los socios los que pagan los platos rotos, que es lo que está pasando ahora.

Desde que Europa se ha puesto simplemente a mirar los números, los griegos han votado a los socialistas del PASOK, a la Democracia Cristiana, y como seguían apretando, a ver si ahora estos de Syriza, les sacan las castañas del fuego.

Me hubiera gustado ser la mosca en la pared en las negociaciones de Bruselas, y haber escuchado al Sr. Tsipras, y al Sr. Varoufakis decir sus verdades.

Siendo el Sr. Varoufakis un prestigioso economista, y sabiendo la reacción de los mercados a las manifestaciones de su jefe y las suyas propias, ¿quién no me dice no se hayan enriquecido estos meses, con opciones putt y call adecuadamente manejadas?. No hay mejor sitio para trincar,  en su país no les van a meter mano, y a los americanos esta vez las normas de protección de la limpieza en los mercados financieros no llegarán a Atenas, seguro.

Pero ellos no lo han hecho, seguro.

Tampoco han apretado las clavijas con eso de salirse de la OTAN y caer en manos de los Ruskies, seguro que no lo han hecho. En primer lugar porque el osito, ya tiene bastante con lo que tiene, y en segundo lugar dejar de ser aliado militar de su enemigo turco, seguro que les parece un incordio. ¡Ah!, y los chinos pillan muy lejos, y El Pireo vale más de lo que ofrecen, seguro.

La pertenencia a la OTAN de Grecia desde 1955, es la contrapartida de las ayudas recibidas con cargo al Plan Marshall, que no les olvidó.

Grecia ahora es un sumidero de dinero, sus ciudadanos empezaron a retirar fondos de los bancos en cantidades ingentes (40.000mil millones ) este año, y las grandes fortunas lo tienen fuera desde que llegó Syriza, desde luego.

Un país pobre, sin industria, que recibe fondos que usa en pagar funcionarios y subsidios (no me parece mal, que la gente ha de vivir) que no paga sus impuestos, ni quiere hacerlo cuando se le exige, es lo más cercano a un estado fallido, y la democracia que dicen tener sale muy mal parada, porque siempre he pensado, que para votar hay que ser eficiente en el pago de impuestos.

Parece que Europa quiere seguir aguantando el pulso griego, aunque me temo que todo tiene sus límites, ya que la única solución es desde mi punto de vista el default, la salida del euro, y posiblemente de la Unión, pero para hacer eso hay que tener un coraje que no veo en los carcamales orondos que discuten por Europa, ni en los piratas griegos, que parece quieran enriquecerse personalmente en primer lugar, a costa de la absoluta ruina de su país y sus compatriotas.

Buenas noches y buena suerte

 

 

 

 

 

Y de mayor, ¿qué vas a ser?, -Obispo, como papá

El viejo chistecito, que no lo fue tanto, durante la historia del papado, parece que no nos abandona sea cual sea el ámbito que analicemos, siempre que esté relacionado con el poder.

– Doña Euduvigis, ¿ cuándo casamos a la niña?,

-¡Ay Doña Patrocinio! Que tiene a su Juanito de cesante de Correos, y hasta que no cambie el gobierno y entren los liberales, nada de nada.

Lo podría haber escrito Don Benito, “El garbancero”, o quizás en una obra de Arniches, o de los Quintero, hubiera sido uno de esos temas cotidianos que luego se transformaban en comedia de costumbres.

Como el suegro, ¡verdugo!.

Joer con Don Berlanguita. La clavó el levantino que mejor nos ha retratado desde el cine en los últimos cien años. Viendo nuestras miserias, nuestros anhelos, y las soluciones que nos veíamos abocados a aplicar en esta triste piel de toro.

Nepotismo, ¿pasión o necesidad? . Esta tierra nuestra es rica en aceite, en naranjas, y hasta en queso y vino, pero es endémica en carencias como el trabajo. Cierto que algún pocholo de esos que abrazaron a Calvino, allá por los nortes europeos, piensa que aquí lo que nos gusta es rascarnos las tripas, comer paella, dormir la siesta, ir a los toros, y las fiestas mayores. Y ciertamente llevan la mitad de la razón, porque la otra mitad, es que necesitamos, y nos gusta trabajar, incluso consideramos algo digno eso de hincar el lomo, y de sacar la prole adelante. El problema es que aquí hay poco trabajo, o ninguno desde tiempos de Viriato, por lo menos. ¡Qué el pluriempleo, es más español que El Quijote, por mucho que los merkelianos lo hayan prostituído llamándolo «mini-Jobs».

Claro está, que en el momento que alguien toca pelo, es decir, tiene un curro, o cree que tiene algo de poder, tira de familia, de amigos, del vecino del tercero, en fin, de su clan.

Así, que no sé por qué han puesto a caer de un burro a Doña Colau por haberle dado un curro a su Pepe, o a su segundo por haber hecho lo mismo con su santa….igualdad de sexos en las instituciones, tú pones uno, yo pongo una. Proporción mantenida.

Aquí siempre nos ha gustado rodearnos de los nuestros, sobre todo a costa del presupuesto. ¡Hombre para que se lo lleve otro! o ¡Si todos hacen lo mismo! .

Razón lleva Doña Colau, razón lleva, que si entre el apaga la luz de por la noche, y el cigarrito de ¡ qué bien ha estado! recibe una asesoramiento cualificado en cuestiones municipales, y además paga el partido, pues que bien. ¡Ah! Y su segundo y su santa, encantados también, y así no se rompe la baraja.

A estos les han pillao de naja, que diría el castizo, y les han afeado la conducta, que estas cosas del populismo no caen muy bien al poder establecido, pero, no han hecho más que seguir el ejemplo de los Reyes, que hacen reyes (de segunda, claro) a sus consortes, desde España a Inglaterra, pasando por Holanda, Bélgica, y hasta Suecia y Dinamarca por no ir más lejos, y principesitos, principesitas, duquesitos y duquesitas, que no solo se los dan al Seleccionador de Jumbor.

Tú también tienes derecho, mujer, di que sí, que seguro que cuando ibas a comprar berzas a la Boquería desde los puestos te han llamado ¡Reiinaaaa!, y tú no has hecho más que dar la razón al pueblo que tanto te quiere, y al que tanto debes.

El nepotismo, es necesidad en pueblos como el nuestro, como el de esa Italia del sur, ¡la familia ante todo!, y ya se sabe, se pasa de la familia en primer grado, a tíos, primos, familia política…..y luego todos los que interesa son mis hijos también, y así la familia, (Maranzano Gambino, Lucchese) , crece y aumenta su poder en un maravilloso entorno de amor familiar, con lealtades inquebrantables.

No deja esto de tener raíces profundas, en el clientelismo que con toda claridad adornó el gobierno del Imperio Romano, y que tuvo sus dignísimas copias en las grandes familias españolas del renacimiento, o de la edad de oro.

Por no hablar de la cantidad de Mountbatten, o Marlborough (Mambrú pa los amigos castizos) que han llenado sinecuras por todo el mundo….

Hasta la impoluta democracia de los inefables Estados Unidos de América, han conseguido que los Bush, sean un problema añadido al de los lindes de las calles de los campos de golf. Y si tú has sido presi, yo también quiero, que la nena aún no da la talla, ¿Verdad Bill?

Ada, muchacha, defiéndete, que son unos malvados, que has hecho lo que las mejores familias, y lo que las castas más reputadas han tenido como casi religión a través de los tiempos, país tras país, que el refranero está lleno de alusiones. No te preocupes, tú mira a Don Pujolet, como se preocupó de poner a su nen a controlar el partido. Lástima que lo echaran a patadas de pura envidia, a padre y a hijo. Y hacía como tu chico, cobraba del partido…..que poooorrr cierto una vez ganadas elecciones recibe dinero público, ¿no? .

Bueno para eso está el dinero público, que como todos los políticos saben, no es de nadie, y antes de que se pierda, ya lo guardo yo, para mí, para mi familia, y para mis amigos. Si además,esto no hay quien lo arregle.

Estoy seguro, que tus servicios de inteligencia, estarán como locos buscando listas de primos segundos de alcaldes pedáneos que hayan hecho o sugerido algo parecido, o rebuscando entre los favores que se han hecho a esta o aquella empresa, y mira que el Conejero delgado, si, el primo segundo de aquel ministro que parecía bobo pero sacó aquella ley tan justa y necesaria, equitativa y saludable, amén, sigue en su poltrona.

Seguro que consigues demostrar que hay miles, millones de casos como el tuyo, e incluso peores, pero antes asegúrate de colocar a la nena del jefe de inteligencia que ha terminado su licenciatura en sánscrito clásico, pre Hammurabi, y no encuentra curro, lo mismo la desahucian, pero para eso estás tú.

Los españoles estamos esperando que nos muestres esa realidad a la que con tanta eficacia te has unido, que nos muestres que tu caso no es único, que se circunscribe a la guía de teléfonos, que no hay extensión más grande que mi herida, y que por doler, me duele hasta el aliento.

Lo de la novieta del coletas, lo mismo, con la particularidad de que no sabía que su hermanito concursaba.

Aliento quiero darle Doña Ada, una persona que se aferra a las más antiguas tradiciones de su tierra, merece todos los éxitos, y mis respetos.

….Por cierto, conozco una persona, muy trabajadora, y muy populista ella, que no encuentra curro. Seguro que Vd. y yo hemos coincidido alguna vez en el Transversal, y me recuerda. Búsquele, por tradición, un puestecito cómodo en la Administración que Vd. tan dignamente preside, es que, mire, no salen oposiciones. Sinceramente suyo.

Buenas noches y buena suerte

 

 

Monotonía de lluvia.

Una tarde parda y fría

de invierno. Los colegiales

estudian. Monotonía

de lluvia tras los cristales

Estos versos de D. Antonio Machado, me han acompañado durante mi vida, tantas veces.

Desde que los leí por primera vez en el colegio, posiblemente en la Muntsan, y posiblemente fuera D. Raúl del Pozo, quien pusiera el dedo en ese párrafo del famoso libro enciclopedia que llevaba al cole en aquellos tiempos. No sé si era el Fundamentos, o el Perfeccionamientos, ¿qué más da?.

Posiblemente fuera un día de lluvia, posiblemente en otoño, o en el invierno de Barcelona, que es más otoño o primavera que invierno, no lo se.

A lo mejor aquel día cuando salía de clase, no me apeteció liarme a carterazos con los compañeros de clase, quizás tampoco fui a ver al hombre que vendía pipas, pegadolsa, y el palo de regaliz, que acababa indefectiblemente hecho una escoba, como los cánones mandaban, quizás me fui a casa metiéndome descuidado en los charcos de Bach de Roda, o de Venezuela.

Monotonía de lluvia tras los cristales. A lo mejor me estaban hablando, mientras afuera la lluvia invernal ensuciaba los cristales, del mismo Machado, o de Felipe II, lo mismo da. Ya tuve tiempo , cuando crecí, de aprender con cierta profundidad quiénes eran, y que hicieron. Entonces eran solo sensaciones, que entraban luego en el examen, pero solo sensaciones. Tiempo habría.

Y cuantas veces me he quedado sentado junto a una ventana, en un balcón, en un tren…disfrutando de esa monotonía intemporal, dejando correr el agua tras los cristales, o simplemente mirando hacia afuera, al sol, a la noche, al campo que el traqueteo dejaba atrás.

Nada que pensar, disfrutar la monotonía del paisaje, mirar lejos, sin meditar, y si algo viene a la cabeza, se le saluda, se le deja juguetear con las neuronas, pero realmente no se le hace ni caso. Son momentos que se repiten, momentos en blanco, pero en ese blanco que la física nos recuerda que es la mezcla de todos los colores, de todas las músicas, de todas las caricias, de todos los sueños.

Nada en concreto, apenas el yo presente, quizás ahora me podrían acompañar las variaciones Goldberg, pero tampoco les haría mucho caso. Momentos de monotonía, llueva o no, haga sol, o no, sea verano o invierno, la mirada se pierde en la lejanía.

Los que me conocéis, sabéis de memoria, que siempre quiero ventanilla, y si no la tengo, estaré nervioso, miraré por encima del hombro al que me haya arrebatado el sitio, y me acabaré marchando o buscando una excusa para trincar el puesto. Seguro que alguna vez me he puesto grosero o he hecho una carga reglamentaria hombro contra hombro, por conseguir esa posición. La vista se me lanza a la lejanía sin interferencias, el horizonte abierto, aunque ese horizonte no sea más que el balcón de enfrente o el túnel del metro. Es mirar hacia afuera a lo lejos, aunque no haya a lo lejos, aunque esté pegado a las narices y sea negro.

Es esa monotonía de lo intrascendente, la lluvia tras los cristales, lo de siempre, y lo único al mismo tiempo, quizás un run run de alguien que habla, quizás me hable a mí, no importa.

Es como si estuviera fuera de mi cuerpo, es un viaje astral de esos en los que se tensa tanto el cordón de plata, que parece que ya no volverás más, que te quedarás en donde nace la lluvia, o donde los duendes guardan sus canastos con monedas de oro.

Ese momento es sencillo, solo necesitas el paisaje tras los cristales, tras el balcón, quizás a Bach, pero nada más. Crees que ves el vuelo de los pájaros, que ves formas maravillosas en las nubes, que ves las estrellas moverse. Pero no es cierto, no ves nada, aunque esté ahí, el alma ha volado por encima de todo, aunque los ojos te enseñen cosas , aunque te lleguen sonidos. Estás en ese momento repetido, monótono, lluvia contra los cristales, solo eso, y no  necesito más, ni menos.

Monotonía de lluvia tras los cristales. No se comparte, no se busca tras el cristalino de otra persona, no necesita contacto, no necesita caricia, está de más. Vale la soledad de la multitud, vale la soledad dentro del grupo. No estás, estás en tu pequeño viaje astral, estas en otro sitio, quizás con seres etéreos, quizás con un color que un cuadro fijó en tu retina, pero nada es importante, solo tú y tu monotonía, solo tú.

Sopla en medio de la canícula madrileña, una brizna de aire, ¡Niño, cállate que sopla un poquito de aire! . El cielo está limpio, y a la noche aún no le han llegado las estrellas, creo que pondré las luces de la noche en un canasto y cerraré la tapa, así podré mirar al infinito, mientras escucho a lo lejos una polonesa, de esas que tocó Rubinstein como nadie.

Mañana cuando me despierte, habré olvidado el momento, no es para recordar, está vacío, porque dio lo que debía a su tiempo, ese momento monótono habrá pasado, y yo seré un poco más feliz. No creo que llueva hoy.

Buenas noches y buena suerte

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Siria y el Estado Islámico

 

No necesité mucho tiempo. Fue cruzar la frontera entre Jordania y Siria, para darme cuenta de que estaba entrando en un país terrible.

Y eso que la primera sorpresa fue el maravilloso conjunto arqueológico de Busra, donde pude admirar el más bello teatro romano que he visto en mi vida, y eso que soy de los de todos los años a Mérida.

Fueron una serie de pequeños detalles, que concatenados, me pusieron en el camino de que estaba entrando en el ámbito de una dictadura sanguinaria.

El viejo Máxima que iba a ser mi compañero junto con el guía y el chofer, fue inspeccionado en la aduana una vez pasados los trámites de inmigración, y eso que no había salido del país.

Los funcionarios de inmigración eran como los de Birmania, o los de Kirguistán, una pobre gente que apenas daba la impresión de saber leer. Muy seriecitos ellos, e intentando buscar el signo del pecado en mi pasaporte. Unos matasiete.

El primer comentario que le hice al guía sobre esos funcionarios, absolutamente suave, creía   yo, cayó como un jarro de agua fría, y por un  momento me vi de vuelta a Jordania de una patada en el culo.

Demasiados carteles de los Al-Asad, Don Hafez, y don Bashar, para asegurar una transición pacífica dentro de la dinastía, ya que Don Hafez había muerto no hacía mucho, y el “nen” debía tomar las riendas del país en nombre de su tribu, o minoría étnica, al fin son de familia alauita.

Fui visitando una tras otra las bellezas con que la historia sembró aquella tierra,  Crac de los Caballeros, impresionante fortaleza templaria, que acabó conquistando Saladino, o la ciudadela de Aleppo, que solo recordarla me asombra de nuevo.

Pero en los primeros días de viaje ya me dí realmente cuenta que mis acompañantes, directamente tenían miedo de hablar, del mismo modo que miedo encontré en los vascos cuando alguien quería hablar de ETA  en público, o cuando en la España de los cincuenta, alguien no se levantaba en el cine cuando pasaban el himno nacional, entendido en aquellos tiempos, como un arma más de la opresión.

Mis amigos no sabían hablar en libertad, treinta años con “el león” fueron demasiados para su libertad.

Hafed  Al Asad, no hizo más que fracasar en todo lo que intentó, salvo perpetuarse en el poder con un régimen de terror.

Los israelitas le sacudieron en la guerra de los seis días, en el Yom Kippur, pero no se dio por vencido, y atacó a la población suní acabando con cerca de 40.000 personas en Hama, porque al parecer querían derrocarle.

Mis colegas de viaje, poco a poco, y sin entrar en política, me fueron contando las limitaciones que en su vida cotidiana tenían, aunque ya las consideraban normales. Demasiado tiempo con el gobierno de los dictadores, y su partido único, el Baaz. Me contaban las dificultades de supervivencia, lo difícil que era para la gente joven labrarse un porvenir sólido.

No me hablaron de corrupción, pero me decían, que sin amigos en la administración era muy difícil abrir un negocio, por modesto que fuera.

Notaba ciertos aires de socialismo barato, del que exportó la Unión Soviética, y al que Hefed Al-Asad, había hecho contínuos guiños para obtener el apoyo militar ruso, y de países con su ideología.

Entrar en el mercado de Damasco, y en su mezquita Omeya, que tanto me recuerda a la de Córdoba, fue como sumergirse en cuatro mil años de historia ininterrumpida.

Aquellos dos humildes compañeros de viaje, una vez más, sacaron a relucir la hospitalidad islámica, y acabé en la casa de uno de ellos, el guía, donde vivían dos familias, la suya y la de su hijo mayor. Ocho personas, al menos, en un espacio reducido. Pero me dieron lo que tenían, con la mejor de las sonrisas.

Continuó mi camino hacia el este, quería llegar a la tierra de la nabatea Zenobia, la ciudad del desierto, por donde pasaban las caravanas después de cruzar el Eufrates, camino del Mediterráneo, o de Anatolia.

Aquella Palmira destruída por Aureliano, solucionando un problema con un Autonomía. ¡Que Doña Zenobia desde el balcón de la Generalitat le proclamó la independencia, e incluso, se fue de conquistas hasta Egipto!, pero eso es otra historia.

Puedo decir que la ciudadanía siria, no era muy feliz en aquel comienzo del mandato de Bashar Al-Asad, pero bueno, era sangre nueva del puchero viejo. Habían resistido cuatro mil años, pues aguantar otra generación que se perdería.

El Estado Islámico que se autoproclamó, a los pocos años de la toma de poder del nen Al-Asad, surgió posiblemente de varias pifias continuadas del régimen sirio.

No olvidemos las matanzas del régimen paterno, contra la población suní, cosa que el nen no supo hacer cuando le tocó a él.

Demasiados años de descontento social, y con la imagen de que los políticos, han sido, no solo quienes se han quedado el dinero, sino que han impedido un cambio en las estructuras, de forma pausada.

El Estado Islámico, andaba como loco, buscando la forma de vengar las muertes de sus hermanos sunís, así que de la mano de la primavera árabe, intentó echar al tirano….pero no salió bien la cosa.

Ahora después de varios años de destrucción al tirano le cuesta reemplazar a los soldados. Hay deserciones de jóvenes que abandonan el país, para evitar ser alistados. Posiblemente acabe cayendo, y se implantará un régimen terrible, con posiblemente capacidad para al menos preparar bombas sucias…(menos mal que en 2007, los israelíes destruyeron unas instalaciones preparadas para producir armamento nuclear, con materia prima recibida desde Corea del Norte.

El patrimonio que dejaron tantas y tantas civilizaciones, viviendo o pasando por aquellas tierras, posiblemente desaparecerá, para ser sustituído, por el que desarrollen esto chicos, si aprenden.

Todo sea a mayor gloria del Señor, pero que nadie piense que esta guerra persigue oros y territorios, lo que interpreta  es la voluntad de Ala, y su expansión es para preservar, y hacer crecer, si se puede, la doctrina del Islam.

Quiero concluir con mi rotunda afirmación de que los tiranos, acaban destruyendo todo lo que tocan, vidas, haciendas, creencias, y al final su propio <estado.

 

Buenas noches y buena suerte

¡Viaaajeeeroooos al tren!

 

 

Después de las aventuras que os he contado en las entregas anteriores, (esto parece Ama Rosa), cualquiera pensaría que no volví a subirme a un tren, pues no, craso error, a lo largo de mi vida no he hecho otra cosa, en trenes de todos los pelajes, allá donde he podido, y siempre, siempre, por cutre y miserable que fuera el viaje, lo he disfrutado como un enano.

No voy a entrar en detalles escabrosos, pero el tren ha tenido un protagonismo en mi vida, y siempre intentando ir a un poquito mejor. Algún desplazamiento con mi padre en el TAF, a ver Francia, desde el andén de Port-Bou, y creía que esa era forma de viajar.

O los viajes a la playa, a Ocata desde Pueblo Nuevo, con mi madre y mi hermano, o hasta Arenys algún domingo, con mi padre añadido a por la paella del Martínez, o a bañarnos y coger cangrejos en el Congost, en el Figaró, al pie del Tagamanent.

Luego llegó el Talgo, los coches cama, que fueron algo realmente importante en mi vida profesional. Creo que recorrí toda la red ferroviaria del país. Los viajes con el coche atrás (auto-expreso), y las llegadas a ciudades como Bilbao, Sevilla, Málaga, Barcelona…hasta Valencia desde Madrid.

Recuerdo la llegada del aire acondicionado, los coches restaurante en los que había que sujetar las copas de vino, porque en un cambio de agujas te la jugabas.

La llegada de las “vías soldadas”, adiós al traca traca. Las locomotoras diésel eléctricas, la despedida del vapor, todo un mundo que iba evolucionando poco a poco y obviamente desapareciendo.

A la familia, también la llevaba en tren, faltaría más, varias veces se subieron a los famosos carruagems camas, de la Compañía Internacional de Coches Cama, y de los Grandes Expresos Europeos, había que ir a ver a los abuelos, que llegaba la Navidad, o ir a la playa allá por las cercanías de Sitges….la vida, y el coche detrás. Yo lo siento por mis hijas, aunque ellas no lo sientan en absoluto, pero nunca supieron cómo sonaba la Mikado 1-4-1 pasando a ochenta por hora por las agujas de la estación de Caspe, o de Pina de Ebro. Tampoco sacar la cabeza por la ventanilla y tiznarse de carbonilla, eran otros tiempos.

Ellas tuvieron una oportunidad doble, que aprovecharon magníficamente, que fue el famoso Interrail. Creo que además de Europa, el tren les enseñó otras muchas cosas.

Los coches cama, tenían su morbo. No sé si por alguna película de la desaparecida Silvia Kristel, en la que el tal carruagem, era la excusa para un desenfreno, más imaginado que real, o por la inolvidable novela de Agatha Christie en el Orient Express.

Quizás por alguna aventura d’en Jaume Bonet, al servei de la reina inglesa, o de los policías con cara de malo, pidiendo los pasaportes por los departamentos en aquellos trenes europeos que cruzaban las fronteras del este, no lo sé.

Lo que si me acuerdo es de algún compañero en el curro, cuando pillaba el Coche Cama para La Coruña, guiñarme un ojo como si fuera a pasar la gran aventura. Pobre desnucasapos….con mi Citröen en la cola del tren me iba de ruta por Galicia, Asturias, y lo que tocase, que había que vender medios de cultivo.

Lo más exótico que me tocó en un coche cama, fue encontrarme en el Costa Vasca, a un mayorista de laboratorio, encantador por otra parte, que se había subido en Beasaín, caminito de Madrid. Cenamos juntos, no le vendí nada, porque no era el sitio. A dormir, y a esperar la voz del conductor de ¡El Escorial, una hora para Madrid!.

Cuando Felipito, se hizo comisionista de Siemens y Alsthom, empezó el final de esta era llamemos romántica. Acabó para mí de forma anticipada allá por 1992, el siglo XX. Muy poco era eso de dos horas y pico para llegar a Sevilla. Nefasto invento para el tren que yo conocía, tanto como la máquina automática para el jamón o el bidet para los aromas sugerentes. Nada volvió a ser lo mismo.

Eso de ir a toda leche en tren ya lo había probado en la dulce Francia, un noviembre de Paris a Lyon. No se me olvidará nunca el coñazo que me dieron los gabachos por megafonía las dos horas y pico del viaje…”Le nuveau Beujolais c’est arrivé à votre disposition dans la voiture número cinq”. La madre que los parió.

Mis memorias del ferrocarril, me llevan a algún otro tren por Europa. Recuerdo cruzar la frontera de Berlín por Friederichstrasse, con los Vopos mirándome de reojo. O subirme en Marylebon en un trenecito de los de estribo, y revisor llamando por la ventana del vagón mientras cruzaba la campiña inglesa camino de Botolph Claydon.

Los asépticos trenes suecos. Pasarme una semana subido en trenes suizos, para creerme que conocía el país, o coger un Pendolino en Milán para ir a Verona, o a Venezia….tiempos.

También recuerdo los destartalados y ruidosos Amtrak, que me llevaban de Whasington a New York, pasando por Philadelphia, Baltimore….era toda una mezcla de sensaciones, por momentos veía a los personajes de “Gone with the wind” ¡Señoritaaa Escal-lataa!por las ventanas, o esperaba que se sentara un señor a mi lado, y me propusiera matar a su mujer.

Todo lo que se sentó a mi lado fue el hombre del traje gris.

Cruzar América de costa a costa es una opción a considerar, pero los vagones ahora son de aluminio, las locomotoras diésel, y Butch Cassidy ya no está.

En el colmo del vicio, y ya en este siglo, pensé que al tren le debía ir desde Tokio a Hisoshima, por lo menos. Dicho, y hecho. Limpios, rápidos como los nuestros, la gente ordenada, casi siguiendo un no escrito código militar. Les faltaba solo poner la mano sobre el hombro del de delante, y así alinear la cola. Me alegré el viaje con una cajita de bento, que como todo el mundo sabe es una tradición que se remonta al final de período Kamakura, allá por el siglo XIV, y una botellita de un sake bastante decente.

Luego, el tren vino a liberarnos en parte de una de las tiranías de este siglo, cuando el volar se vulgarizó, cuando las azafatas ya dejaron de dar caramelos o paquetitos de cinco cigarrillos de Winston o Camel, y cuando en los aeropuertos insistían en mirar hasta las bragas de las monjas, que hay muy mala gente suelta.

Un caballero o una dama, jamás hubieran puesto en peligro el avión en el que viajaban. Como mucho un maletín con dinero a Suiza, que obviamente acarreaba Jenkins.

En España, al menos, nos salvó el AVE. ¡Cuántos aeropuertos nacionales me ha ahorrado este invento!. No es lo mismo, cierto, si el tren va follao, no se lee Calatayud, y eso me amarga un pelín, pero es limpio, rápido, y las tripulaciones que te atienden son un encanto. Cierto también que en la remodelada Zaragoza Delicias, ya no te dejan bajar a tomar un café con un bollo, como Dios manda, ni se puede comprar La Codorniz o el Fotogramas (Cambio 16 cuando Franco dejó la finca), pero, no lo íbamos a tener todo.

He buscado por el mundo trenes que me devolvieran a épocas que ya están desaparecidas, y los he encontrado, (me han costado lo mío, pero uno es un friki de estas cosas). Un Orient Express desde Singapur a Chiang Mai, cruzando la península de Malaca. “Dress code for tonigth, dinner jacket, sir”

– Obviously.

-¿Champagne de aperitivo?

-Solo si tiene un Clos de Vougeot de buen año con el roast beef, si no, prepare un Martini. (Notad que un caballero imperialista, no debe usar nunca el por favor con el servicio en colonias).

– Yes Sir

El viajar sin nadie a tu lado, te permite fijarte en la fauna que te rodea, sin molestar ni ser molestado. Te escondes tras tu Financial Times e intentas aprender.

El tren desde Puno a orillas del Titicaca peruano, hasta la magnífica Cuzco, pasando a más de cuatro mil metros, al cruzar la cordillera. Recuerdo haber encendido un Partagás serie D nº 4 para celebrar el momento.

O el Hiram Bingham para llegar mientras cenaba a Aguas Calientes al pié del Machu Pichu.

Los trenes me gustan, y me regalaron momentos de todo tipo, y todos ellos inolvidables, como inolvidable fue viajar por Sudáfrica y Zimbawe en el magnífico Rovos Rail. Sus evocadoras locomotoras a vapor, (que usaban lo menos que podían), su magnífica carta de vinos de la región, fantásticos pinnotage, o blancos de Stellenbosch inolvidables, como inolvidable fue el parar en el puente del Zambeze viendo las Cataratas Victoria.

Ya veis, mucho que agradecer a este medio de transporte, que, como el ave Fénix está renaciendo de sus cenizas y alumbra una nueva era.

Aún sueño con un último gran viaje en tren, que tarde o temprano haré, y es seguir la ruta desde Moscú hasta Irkutks, a orillas del Baikal, como un Miguel Strogoff, cualquiera pero con los ojos bien abiertos y sin carta del Zar. Llegar a Vladivostok, no lo veo necesario, la literatura es la literatura. Porque Australia, nunca me ha llamado la atención.

Espero no repetirme dentro de un tiempo, aunque no desespero.

Buenas noches y buena suerte

El regreso desde Samarkanda

 

 

No todos los viajes acababan en Shangai. Los comerciantes que disponían de buenos mercados locales, se permitían el lujo de comprar la sedas en Samarkanda, y desde allí tomaban una cualquiera de las rutas alternativas, que les llevaban de nuevo, ora a Lyon, ora a Venecia, con sus fardos llenos de sedas y especias.

Podían ir hacia abajo a buscar los puertos del Líbano, cruzando antes el Tigris, rendir tributo a Zenobia, la reina díscola, que pelaron los romanos, llegar a Damasco, cruzar hasta Acre, Haifa, o donde fuera. Barquito y a Europa.

Otros seguían por el Mar Negro, hacia Constantinopla, y a Venecia, o donde les diera la gana.

Eso de Estambul a Venecia ya da una idea de Oriente muy Simplona, aunque aún faltaban algunos siglos para que los pijos británicos descubrieran el Pera Palace.

Lo nuestro, era algo así.

Desde esa Samarkanda local que aquí se empeñaban en llamar Zamora, la caravana debía, una vez cargadas las maletas con algunos choricicos, pimientos picantes, y los cinco duros de mi abuelo, para el viaje, regresar a Europa.

Nunca supe porque mi padre, el jefe de la caravana, no nos hacía cruzar el Mar Negro, llegar a Estambul, descansar, y proseguir viaje, descansando en el Pera y luego el Orient Simplon.

Yo tenía mis cinco duros intactos, y mi hermano también…..Pues nada, a cruzar el desierto de Siria, discutir con infieles, y a duras penas subir a un barco en Acre, y llegar a Europa descojonados, como cumple, pero con el chorizo, la guindilla, y los pimientos.

Traduzcamos al román paladino. El mixto que nos había traído nos esperaba, cansino en la enorme estación de Zamora. (Creo que podía alojar cómodamente a todos los zamoranos que no hubieran emigrado a Madrid), antes de que saliera el sol….Coreses, El Pinar, Fresno de la Ribera, ¡mira el campamento de los de milicias universitarias!. Debe ser Monte La Reina, Toro.

La azucarera abajo, a pié de vías, la Colegiata arriba donde el pueblo se permitía mirar por encima del hombro al Duero. (Ya de mayor me enteré que el Padre Duero les castigó su osadía, haciéndoles creer que hacían buen vino).

Lo de la estación de Medina del Campo, pero al revés, niños, maletas, subterráneos de los de olor a meados de soldado, y el rápido de Gijón que entraba resoplando por todos los cilindros, bielas, chimeneas y silbatos, de la vieja Mikado que venía agobiada de los setenta kilómetros que llevaba hechos desde Avila.

Pero hombre….no has cogido reserva, va el tren lleno.

-No es nada, sólo dos horitas hasta Valladolid si todo va bien, que se sienten los niños en las maletas aquí en el pasillo, que hay un sitio. Voy a ver si conozco al revisor y nos cuela en primera.

Valladolid, aquí el campo era grande, y unas tías besuconas que me daban grima, nos acogían en su caravasar del Paseo de Recoletos.(deja las maletas en consigna, hombre. –No mujer, que es un paseíto).

Había siempre una buena hogaza de ese pan que parece hecho de cal por dentro, y que empapa la grasa del chorizo del puchero  como nadie. Esperaba el relleno del cocido, ese invento de la Castilla profunda, con verdadera ilusión. Aquel caravasar molaba.

Niños, maletas, y al puerto de Acre, que es lo que parecía el andén del Campo Grande, el día que se perdió Tierra Santa.

¿Llevas reserva?. –Solo dos, pero seguro que conozco al revisor, y lleva sitio en primera.

-¡Te mato!.

La navegación era procelosa, el tren venía de Shangai, por lo menos, lleno de gentes extrañas, de caravanas, con sus camellos, sus paquetes exóticos, de unas cosas que llamaban grelos, panes oscuros y enormes, y gente que hablaba cantando una cosa de la que solo entendía lo de ¿meniño, quieres un cacho?. No señora muchas gracias, mi mamá no me deja que acepte dádivas de extraños. (Yo siempre he sido pelín repelente).

Ya venía la cosa averiada, con un par de horitas de retraso, que cruzar el valle del Sil, la tierra de Campos, y rendir en Pucela, desgasta un montón, aunque hubieras pillado unas mantecadas en Astorga, que nunca venían mal.

Así que desde el puerto de Acre, con la mercancía intacta, y doce horas después de haber dejado Samarkanda-Zamora, arrastrados por una locomotora tipo RENFE “ 2-4-0″ se encaminaba nuestro bajel,¡ niño, no te alejes!, hacia Aranda de Duero, en donde seguramente la cantina de la estación tenía preparada la cena. ¡Parada y fonda!.

Mi madre decía que ponían la sopa muy caliente para ahorrarse el postre..¡viaaaajeeerrooooos al treeeen!

Ya ni sé a qué hora el tren llegaba a Zaragoza, eso sí, era a Delicias, posiblemente a la insuperable velocidad comercial de 25 kilómetros por hora trece horitas, nadie nos las hubiera quitado.

Luego…l’Armeé en deroute, sé cómo se sintió Napoleón volviendo de Rusia……Lérida, Manresa, Tarrasa, (lo de la e y las dos eses vino luego), Sabadell, Moncada…..y Barcelona Vilanova.

Como Marco Polos hispanos, repetíamos a por sedas y especias, año tras año, hasta que un día ¡Chaaaannnnn! . ¡Mi padre! Que nos vamos a Shangai, y en ese tren, pero al revés, Desde la vía uno de la Estación del Norte, obra de Lesseps, que por cierto, mientras se construía, vivió en la Barceloneta en una casita modesta del barrio de pescadores junto a la Iglesia de San Miguel.

No voy a marear con los mismos detalles, solo comentar que el cocido volvía a ser en Aranda, con la sopa muy caliente…¡niño coge la manzana y te la comes en el tren! después de desayunar en Delicias, (cenados veníamos de casa, el tren salía a las 21H.), en León la cena otra vez, y el valle del Sil, con las mantecadas de Astorga, si se terciaban, Orense…y Shangai.

Que el Shangai llamaban al Gran Tren Expreso de Barcelona a Coruña y Vigo, que vía Valladolid-Ariza, tardaba más de 36 horas en cubrir trayecto, si conseguía llegar en hora, (vano sueño por demás).

A mis amigos del Pueblo Nuevo, que iban a ver a los abuelos en el sevillano, (el catalán se llamaba en Sevilla), les miraba por encima de hombro, con superioridad, ya que por mucho Valencia, Albacete, La Roda, Alcázar de San Juan, Linares-Baeza, Córdoba y Sevilla, no tenían tiempo para divertirse, solo eran 24 horas.

Continuará…

Camino de Shangai

 

 

 

Chucu chucu chu, viaja con nosotros en un día azul…..

A mí me han gustado siempre los trenes, desde enano, quizás desde antes de ser enano, siquiera. Me nacieron en una estación de ferrocarril, que no llegaba a estación, que era apeadero, con nombre rimbombante, y bonita como un San Luis.

Mis padres vivían en la estación, y mientras yo pegaba el primer berreo, mi padre seguro debió dar salida al tren de las tres, (las quince si nos atenemos al casticismo local). Es zona de trenes playeros, pero en diciembre de 1950, no creo que hubiera mucha gente con el bañador y la sombrilla, dispuestos a llegar al siguiente apeadero, Ocata, en el centro del Maresme.

No sé qué tren sería, a lo mejor uno de aquellos de la serie trescientos, que luego con los años dí en llamar los café con leche. Eran feotes, con asientos de plástico, y llevaban segunda y tercera clase, pero no me hagan sus gracias mucho caso en esto, ya que no me voy a poner con la Wilkipedia a ver qué serie de trenes pasaban por allí en aquel tiempo. A lo mejor era un tren de esos con máquina y vagones, de madera, claro, y asientos de tablones en tercera, y gutapercha en segunda.

Seguro que olían a guerra civil, y a estraperlo, pero yo era muy enano y no me enteraba….pero algo debió quedar por ahí pegado. A saber.

Claro, con un padre ferroviario, y habiendo nacido en esas condiciones, las opciones eran escasas, amor u odio a los trenes….escogí amor, y en ello sigo.

Mis abuelos paternos, vivían en Zamora, la que no se tomó en una hora, ni falta que hacía, así que con algo de uso de razón recuerdo mis primeros escarceos con la ruta de la seda española. Barcelona-Zamora en agosto y en tren. Toda una odisea.

Como buen ferroviario, a mi padre le perdía el exceso de confianza en eso de los trenes. Creía que para él y para los suyos siempre habría un asiento en segunda, y de reservar asiento, nada de nada. Tiraba de kilométrico, y hala al expreso nocturno de Madrid.

No había caravasares en el camino, ya que en las estaciones no admitían camellos, pero había estaciones, puentes, túneles, y la emoción del viaje que para mí era total.

El tren salía de la estación de Francia, de la vía doce, en curva, un montón de vagones…bueno siete u ocho, más el furgón de correos, y uno o dos vagoncillos de carga que aguantaban el viaje de milagro.

En esa Barcelona de mi infancia que olía a miseria y a perfume barato, posiblemente en los vagones de primera, iban los “empresaris” a resolver sus cuitas con el gobierno, y de paso a regar el jardín de la querindonga a la que habían puesto un pisito en la calle de Alcalá.

Algún militar de alta graduación, y el señor obispo de algún pueblón del interior, a quien el Primado habría llamado para algún negocio.

En segunda, íbamos de gañote gracias al kilométrico que te daba RENFE por tener explotado al cabeza de familia, también se subían los viajantes de puntillas e hilos a vender en sus rutas los productos de la Fabra y Coats, y alguna reverenda madre acompañada de la correspondiente novicia.

Ya en tercera, iban los emigrantes, que habían llegado a Barcelona en busca de una miseria algo más llevadera que la que encontraban en sus campos manchegos, o en la meseta norte. Allí hacinados y felices, por volver al pueblo, a pasar las vacaciones, y a contar en el bar de las moscas, lo bien que se vivía en las casas del congreso eucarístico, y lo serios y trabajadores que eran los catalanes….tiempos.

También algún soldadito a mitad de su mili de tres años, con permiso, y billete de militar, que salía más baratito, la fauna ibérica, vaya.

No faltaba la fiambrera para la cena….una tortilla de patatas, que parecía el rancho de los tercios de Flandes, los filetes de dudosa procedencia, convenientemente empanados, y alguna bota con algo que podía ser vino, y que andaba como la falsa monea. Un espectáculo.

De Barcelona, salía el tren con una Mikado cojonuda, que en bajada, si la vía lo permitía, y no se le saltaban los ejes a los vagones, podía andar a casi sesenta por hora en las rectas largas.

Luego, ya pusieron las locomotoras eléctricas, las Alsthom de la serie siete mil seiscientos, que primero llegaban hasta Tarragona, y luego hasta Mora de Ebro, que para cruzar el Priorat, venían muy bien.

Mi madre, con muy buen criterio, nos dejaba a nuestro aire, que no era mucho, en aquellos trenes hacinados. Mi hermano y yo nos asomábamos a las ventanas, con el afán de ver a la máquina echar humo, cuando el tren cogía las curvas, una maravilla, pero acabábamos de carbonilla hasta los entresijos de las entretelas, eso sí,  sin dar la lata más que lo justo.

Chucu Chucu Chu, viaja con nosotros en un día azul.

El expreso de Madrid, hacía lo que podía, era la joya de la RENFE, y a toda velocidad a las seis o siete horas de haber salido de Barcelona, entre la modorra que se nos había venido encima, el humo en los túneles, y la madre que los parió, atisbábamos la bonita estación de Zaragoza Campo del Sepulcro.

A mí eso del sepulcro, y del campo me dio siempre muy mal rollo, pero, en fin, la cosa era poco grave, porque deprisa la Mikado pegaba un tirón, y hacia la capital del reino.

De la segunda parte del viaje hasta Madrid, mis recuerdos son más confusos, el sonido de Calatayud, de Alhama de Aragón, Espinosa de Henares (ahí no paraba, seguro), y ya Guadalajara, Complutum, y al rato, las barracas de Vallecas y Entrevías…..Madrid.

Habían sido trece horas de magnífico viaje, y la caravana estaba en Estambul, eran las once de la mañana, se imponía un café por los alrededores de Atocha, y hasta las tres y media deambular por la ciudad, amén de atravesarla, que la otra caravana salía de Príncipe Pío…(por cierto, sigo sin saber quién era el tal pollo, y duermo tan tranquilo).

En alguno de esos viajes, seguro que entramos en el Prado, en el Botánico, para que no nos deshidratáramos los enanos, ya que la sequedad del clima capitalino, a los trientaymuchos grados que nos encontrábamos un año sí, y otro también, sin calentamiento global, claro, mermaban nuestra resistencia.

Me acuerdo de parar a comer en la Cuesta de San Vicente, en el bar TAF, (Tren Automotor Fiat, pero de eso otro día hablaremos) cocido del día….papá ¿vas a pedir gaseosa?

Las tres y media, vía dos, el rápido de Valladolid estacionado al sol, como cumple, y pa dentro, que luego es tarde.

¡Niñoooossss! Mirad el Escorial, salid al pasillo del departamento, ahí Felipe segundo, y el monte Abantos, y la Sierra qué bonita…..

Chucu chucu chu viaja con nosotros en un día azul.

La máquina, eléctrica ella, una Oerlikon de la serie 7200 por lo menos, era necesaria para cruzar la sierra, y como la alegría dura poco en la casa del pobre, en Avila, nos esperaba la Mikado, para proseguir viaje.

El tren llegaba como podía a Medina del Campo, y nos esperaba el enlace a las nueve de la noche, que en algún momento nos depositaría en Zamora.

Recuerdo en ese tren los campos castellanos ya segados, y el cielo que siempre me sugirió imágenes fantásticas. Recuerdo los atardeceres de esos viajes, como las cosas más bonitas que he visto. Pero debíamos los componentes de la caravana estar ya literalmente descojonados…y faltaba lo bueno.

Coge niños, maletas, echa a correr en la estación de Medina por los pasos subterráneos, que olían a meados de soldado, que el zamorano está pitando, y solo nos falta perderlo.

El zamorano, era un mixto, quiero decir, un tren de mercancías al que se le habían añadido dos o tres vagoncillos de pasajeros e iba dejando y cogiendo vagones por las estaciones del recorrido.

En cuatro o cinco horitas nos depositaba en Zamora, la que no se tomó en una hora, ni puñetera falta que hacía.

Mi abuelo Miguel, ferroviario él también, creo que jubilado anticipadamente por aquellos tiempos, venía a buscarnos, y era el fin del viaje. No recuerdo si antes de acostarnos, nos daban algo de cenar, si nos desmugraban, o la cosa quedaba para mejor ocasión.

Continuará…..

La distribución del conocimiento

Hoy, en una tertulia radiofónica, apareció este concepto, referido al papel del periodismo, y a la situación actual de los medios de comunicación, que se enfrentan al reto de tener que distribuir su producto sin que el consumidor final, que somos nosotros, lo paguemos.

Luego parece que se ha concedido el premio Princesa de Asturias a la famosa Wikipedia, que ha fagocitado al enciclopedismo en papel, de las British, Espasa, Larousses, Treccani, en las que sesudos especialistas desarrollaban los conceptos a incluir en los artículos y que posteriormente eran controlados y contrastados por los equipos de publicación.

Vamos que no se colaba una, con las excepciones de lo políticamente correcto según las épocas, pero para eso estaban luego las correcciones, y las revisiones de nuevas ediciones.

La reflexión acerca de la distribución del conocimiento, me lleva a considerar la evolución de este hecho a través de la historia, su importancia,  y su impacto en la población en general.

No voy a llegar hasta las cavernas, donde al parecer, la necesidad de distribuir el conocimiento, se circunscribía a las técnicas de caza, y supongo que a las creencias religiosas o a los aspectos de la vida cotidiana de pequeños grupos poco más que familiares.

Entiendo que la utilización de dibujos en las paredes podían tener una razón mágica, o quizás fueran un diagrama de como actuar para conseguir el alimento para el grupo.

La existencia de un lenguaje escrito para estas comunidades realmente no tenía sentido, la distribución del conocimiento de forma oral, posiblemente fuera más que suficiente, así que una vez cumplida la misión no nos dejaron la más mínima opción de poder saber de qué iban. Es la vida.

El desarrollo de la comunicación por símbolos permitió posiblemente una distribución del conocimiento más eficaz, y debió surgir con la necesidad de que su ámbito de influencia superase las barreras del ámbito familiar o tribal.

Los escritos cuneiformes sumerios muestran la necesidad de que el conocimiento de las instrucciones del rey llegara a partes del reino con quien el gobernante no tenía un contacto directo.

Posiblemente los ritos mágicos, de adoración a los dioses, o los relacionados con la vida del otro lado, necesitaran una cierta difusión, y seguramente fue eficaz para ilustrar a los concernidos. Ahí entran los egipcios, con su escritura.

Claro, que con una herramienta como la escritura, se podía ampliamente rebasar el tema religioso, o legal, y la plasmación de tradiciones religiosas o costumbristas, tuvo también una posibilidad de distribución más amplia.

De ahí los textos considerados sagrados, La Biblia, La Epopeya de Gilgamesh, destinados a cimentar creencias entre una clase dirigente o al menos escogida.

No voy a entrar en que si logogramas, grafemas, o sistemas mixtos ya que el tema es la distribución del conocimiento.

Evidentemente, y a la luz de los datos que obran en nuestro poder, la distribución del conocimiento llegaba a una elite de la población, ya que la mayoría carecían de la formación necesaria para su interpretación.

Las civilizaciones griegas o romanas, no añadieron mucho más a este sistema de distribución del conocimiento. Seguía la distribución ceñida a los que eran o tenían algo, posiblemente se ampliaron los textos a los acuerdos comerciales más complejos, ya que la compra venta de cabras al por menor, solo necesitaba de una conversación un apretón de manos, y un pago.

Los documentos que demostraban la propiedad tampoco eran, obviamente de difusión general.

Siempre me gustó el concepto socrático de distribución del conocimiento. Venid a casa, chicos, paseemos por el jardín, y charlemos. Eso de escribir mi pensamiento, ni se me ocurre, vosotros veréis lo que hacéis.

Menos mal que Platón nos dejó escritos con el pensamiento socrático. Con los escritos para la posteridad del pensamiento heleno, la descripción interesada de los resultados de las campañas guerreras, o la plasmación escrita de las obras teatrales, se consiguió una distribución local limitada en su tiempo, pero infinita en el futuro, cuando se descubrió y entendió. Lo de los romanos más o menos lo mismo.

Y cruzamos la edad media, en que el interés en distribuir el conocimiento es limitado. Tanto, que se circunscribe a los monasterios donde se guarda y se preserva, pero no se distribuye. Al final, resulta que el conocimiento es poder, y soltarlo es doloroso.

Pero una institución que aparece en el Medioevo, rompe ese afán, y tiende a distribuir el conocimiento de forma más eficiente, La Universidad. Seguimos hablando de elites, pero ya son elites más amplias, el conocimiento llega más lejos.

La invención del satánico instrumento de Gütenberg, acabando con los palimpsestos, los copistas, los iluminadores, y la pasta que costaba empaquetar el conocimiento, fuerza al poder a intervenir de forma que los ciudadanos, cada vez más ilustrados, no reciban el conocimiento. Ya sabéis, el índice, la aprobación eclesiástica, todo eso.

La siguiente patada a seguir, fue el enciclopedismo, y más poder se escapó de las manos de las elites. Es más, alguna cabeza muy enmoñada dejo de controlar el cuerpo que tenía debajo al perder su privilegiada posición sobre los hombros. Cosas del conocimiento cuando cae en manos erróneas.

Ahí entra el periodismo, que aunque se pueda hablar del Acta diurna de Cesar, de las actas comerciales de la baja edad media, o de las gacetas vénetas como su origen, no es hasta el siglo XIX, cuando los políticos descubren las posibilidades de manipulación que les ofrece un producto que se distribuye con cierta eficacia, que llega a mucha gente a un precio asequible, ya en pleno auge de una sociedad industrializada.

Lo que se distribuye, no es conocimiento, son consignas envueltas en historietas, que llegan a provocar excusas para iniciar guerras. Las exageraciones, las distorsiones, son el material que se distribuye, y el poder lo mantiene quien de verdad tiene el conocimiento. (Buscad The yellow kid)

Deja de tener importancia el que la población sepa leer, Pulitzer y Hearst lo tienen muy claro, se les da carnaza, creen que están enterados, y el poder dirige a la masa en función de sus intereses.

De lo que hicieron las guerras del siglo XX con la distribución del conocimiento, no voy a hablar, para qué, es de sobras sabido.

La llegada de los medios masivos de distribución del conocimiento, definitivamente hurtaron la esperanza de la mass media de llegar a él.

El colofón ha sido Internet, las redes sociales, y la aparente distribución universal del conocimiento.

Lo que se distribuye hoy como siempre se ha hecho, de forma general, es basura lejana de la verdad en la mayoría de las ocasiones. El conocimiento sigue ceñido a las elites, que desgraciadamente hoy están especializadas y no pueden alcanzar sino la parte que han cultivado.

Lo que la masa de seres humanos cree que es libertad absoluta de comunicación, de distribución de conocimiento, no es más que toneladas de basura en las que no es posible encontrar nada que te acerque a la realidad.

Por ello no me extraña que hoy esa supuesta distribución de conocimiento sea gratuita. Si se pidiera dinero, muy pocos la comprarían y sería más difícil la manipulación de las masas.

Pero no se me alarme la peña, la mayoría de la prensa, muchas de las televisiones,y buena parte de las emisoras de radio, reciben de una forma u otra subvenciones de parte de los gobiernos. Vaya, que pagamos por adelantado la manipulación a la que se nos somete.

Es posible que los últimos reductos de conocimiento real, que se distribuyen estén en las revistas que recogen trabajos de investigación, o reflexiones sobre nuestra existencia, pero de nuevo cerramos el círculo, y nos damos cuenta que están en los monasterios, que no llegan a los ciudadanos.

¿Quién lee Lancet, Nature, Science, o revistas especializadas donde se recoja el pensamiento actual, o se discuta sobre la cultura, el arte, o la situación real del ser humano en esta era de Acuario? . Una elite, como siempre, aunque se llene Internet de opiniones, mentiras, y toneladas de palabras en mil idiomas.

La epistemología está pasando por malos tiempos.

Buenas noches y buena suerte

 

 

Aquellos que pueden hacerte creer absurdos, pueden hacerte cometer atrocidades

 

Murieron cuarenta millones de personas, por causa del SIDA, (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), y siguen muriendo, evidentemente, en el tercer mundo.

Como si fuera un miembro de la Trilateral, voy a obviar por el momento, ese tercer mundo, en donde la vida no vale nada, o casi nada, y voy a intentar centrarme en nuestro mundo, el de las naciones donde viven los ricos.

Cuando empezó el SIDA a ser un problema, que nos afectaba, lo primero que se hizo fue convencernos que era una cosa tremenda, que como un castigo de Dios, atacaba a homosexuales, drogadictos, y gentes muy promiscuas y descuidadas.

Como consecuencia, se estigmatizaron a personas por su orientación sexual, o por haber caído en el mundo de las drogas por vía parenteral.

Nos olvidamos que uno de los motivos de contraer la infección, eran las transfusiones de sangre, ya que aún no había, ni medios diagnósticos ni protocolos de actuación para evitar el contagio por esa vía.

Esto en países donde la donación de sangre no era altruista, hizo que el problema se agudizase.

Hasta que no llegó el tratamiento en el 97, que permitía que la infección fuera crónica, las barbaridades que se hicieron fueron innumerables.

Las personas eran tratadas como bombas peligrosas, simplemente por el miedo provocado por las campañas interesadas de grupos ultraconservadores.

Recuerdo las imágenes tremendas de enfermos terminales en televisión, o el aspecto en los últimos días de Rock Hudson, o Fredy Mercury, pero ya se sabe, eran homosexuales. También recuerdo las imágenes de presos españoles con sida en los tejados de la Modelo en Barcelona. Fue toda una campaña…..¡Ah!, y dos grandes negocios por fin vieron la luz, los preservativos, y las jeringuillas desechables.

Esta utilización de una enfermedad para anatemizar determinados grupos sociales, se fue al garete, creo, con la llegada de la cura. Así que la tendencia de los grupos homosexuales a manifestarse normalmente no pudo ser impedida, y la heroína perdió su preponderancia como droga de moda, ¿los condones?, bien, gracias.

Cuántos absurdos nos han hecho creer en los últimos, digamos treinta años. Las posibilidades de difusión de mensajes se han multiplicado gracias a Internet, y con ello, no solo se han podido llevar a cabo campañas de intoxicación interesada, sino que también se ha podido monitorizar y corregir sobre la marcha, según el impacto que esté causando en la población, casi en tiempo real.

En esta bitácora, empieza a ser casi obsesivo el problema de la información que recibimos, como nos manipulan, como nos controlan, y consecuentemente, que barbaridades nos impulsan a realizar.

Estoy pensando en las veces que nos han hecho creer en tal o cual “malo de la película”, y nosotros, que no podemos contrastar nada, nos lo hemos tragado hasta el fondo….y lo que es peor, hemos actuado en consecuencia.

En temas menores, que de alguna forma he podido contrastar lo que se me dice con lo que veo, constato que difícilmente mi percepción cuadra con lo que leo, oigo, o me cuentan, por lo que intuyo que me están dando una información sesgada, esperando de parte de todos los que compartimos esa información una reacción similar, quizás no igual, pero que puede conseguir que un grupo humano se mueva en la misma dirección.

En algún sitio, seguramente, he dicho que eso de la lucha de clases, acabó, de forma que lo que ha sustituido a las clases son las formas de vida, el ser miembro de algo.

Si no quisieran manipularnos, por ejemplo, sería lo mismo leer el periódico deportivo A o B, para saber si fue penalti, o fuera de juego la jugada que hizo perder el campeonato, pero no, delante de un hecho objetivo, se manipula con el fin de cohesionar a los que comparten la forma de vida de ser del equipo A por ejemplo.

Eso te garantiza, una serie de clientes fijos que cada día te serán más fáciles de manipular.

En la política, donde la clientela fija es muy importante, ya que te da parcelas importantes de poder, la manipulación llega a tal grado, que sabes que lo que te diga un partido, es siempre mentira, sea lo que sea, o por lo menos la verdad que te ofrecen es una verdad sesgada, a medias, en la línea de lo que les pueda interesar.

Algo que me aterroriza, es el grave problema de la profesión de periodista, ese notario sin oposiciones de lo que ocurre a nuestro alrededor. Parece que hay una serie de elementos que están acabando con las empresas periodísticas. Internet, y la oferta de noticias gratis. Las informaciones de agencias que se repiten en todos los medios, y que ya no pueden ser contrastadas porque nadie quiere pagar corresponsales de guerra, o mantener empleados por todo el mundo.

Si un gobierno, un grupo económico, un grupo religioso, quiere propagar una consigna es muy fácil, y el método lo conocemos todos, pero la realidad, ¡Ay amigo!, de esa olvídate.

Cuando veo informativos en las televisiones de nuestro país, constato que la mayoría de las informaciones, provienen del material que directamente el gobierno, o los partidos políticos nos ponen delante de las narices, y de contrastar, nada de nada.

Lo que viene del extranjero, viene de agencias, y son monocolor, no existe a mis ojos sobre un acontecimiento, el punto de vista de la CNN, contrastado con Al Jazzira, o con TAS, o con la agencia, o la cadena China, o Japonesa que pueda corresponder.

Dos veces en mi vida he coincidido viajar a sitios en los que el día anterior había acontecido un terremoto importante. El primero en San Francisco, y el segundo en Estambul.

En ambos se hablaba en las informaciones disponibles de situaciones de catástrofe global, que en ninguno de los dos casos pude apreciar en la dimensión que se me transmitía. En ambas ciudades se habían producido daños, cierto, pero desde ahí a la percepción transmitida por los que me informaron…parecía que hablaban de otra cosa.

La facilidad de manipulación, se ha multiplicado últimamente hasta cotas casi insoportables, debido a la direccionabilidad de las búsquedas vía Google o similares, de las que me temo viven los becarios que llevan hoy las redacciones de los informativos. Es pues facilísimo dirigirte a tu grupo con la información no veraz, o no contrastada, y que te sirva para mantenerlo cohesionado y dispuesto a seguirte.

Mala solución tiene el asunto, y lo que es peor, a estas alturas de la película, creo que no soportaríamos conocer la verdad desnuda. Nos han educado mintiéndonos a explicarnos nuestra historia, de forma que han creado grupos que creen que Drake era un gran hombre. o un pirata… depende. O que los españoles nos portamos bien en Sudamérica, o que fuimos unos excepcionales cabrones, para el estándar de la época. Los ejemplos son infinitos.

Daremos pues la razón a Orwell, el ministerio de la Historia existe, modifican los sentidos de las palabras para ajustarlos a nuestros deseos (daños colaterales en un conflicto armado, por muerte de civiles indefensos por acción de agresión militar, por ejemplo), y el Gran Hermano, no solo nos mira, sino que nos escucha, nos lee, nos manipula, y hace que hagamos barbaridades.

Buenas noches y buena suerte