El coche del pueblo

Hitler, pensó que el orgullo alemán necesitaba el empuje que podría significar el hecho de la posesión por parte del pueblo de una forma de transporte individual y por supuesto caminos por donde desplazarse.
Así que se lanzó a la construcción de una red de autopistas que casi ochenta años más tarde siguen siendo en muchos casos la envidia del resto de Europa. En aquel momento los economistas, posiblemente pensaron que era una burbuja lo que se estaba creando, y quizás llevaran razón, pero como la cosa acabó con la destrucción de Alemania, pues no tuvo mayores consecuencias.
El vehículo que iba a llevar a los alemanes de aquí para allá, lo diseñó, como todo el mundo sabe el mítico Ferdinand Porsche, y era una versión del ultraconocido escarabajo, que luego dio en el no menos conocido Golf.
Curiosamente en el lanzamiento de este coche del pueblo, hubo ya una estafa notable. Con la idea de financiar el proyecto, se pidió al pueblo alemán la cantidad de 5 marcos semanales, para poder tras una lista de espera, obtener en su momento el vehículo soñado. Estábamos en 1938, y en 1939, la fábrica se destinó a la fabricación de material de guerra, con lo que el dinero voló, y al final de la guerra, ese dinero fue reclamado por los rusos como botín de guerra, así que sin coche y sin pasta.
La fábrica pasó a control inglés, y ya hasta los cincuenta, el coche que en su momento diseñó Porsche, se hizo lo popular que Hitler esperaba, pero no donde él soñó, ya que el mercado de sus grandes enemigos, Europa y USA, fue determinante en el éxito de proyecto.
La producción dio el salto desde Alemania a Brasil y Méjico, en fin que le mojó la oreja a Ford, con su modelo T, que don Henry el filonazi yanqui seguro fue el modelo que iluminó a Hitler en su proyecto.
La historia de la compañía con esos fundamentos no hizo más que aumentar sus éxitos, comprando tecnología en algunos casos como la que incorporó del Fiat 127, o directamente empresas enteras como Auto Unión o NSU, hoy conocidos como Audi.
Lo de Seat y Skoda fueron posteriores, pero todo a mayor gloria del grupo alemán que nació con el default a sus primeros clientes, los de los cinco marcos a la semana, que se gastaron en champagne y caviar los generalotes rusos, seguro.
Hoy el mundo se ha hecho global, y el efecto mariposa, ese de la tormenta tropical causada por un aleteo en Vladivostock a destiempo, le va a pasar una factura a la idea de Hitler de las de tamaño mocito.
Aunque Volkswagen sea hoy el primer productor mundial de automóviles, realmente no los necesitamos para nada si queremos tener un coche en cualquier parten del mundo. Segmento por segmento, otros competidores estarían encantados de que desaparecieran, y en cinco años, todos calvos.
Aunque parezca que no, gigantes en su momento aparentemente indestructibles, han pasado hoy a ser marcas de segunda dentro de estructuras nuevas, o adaptadas, y si se ha tenido que cerrar una fábrica por ineficiente, se hace, y punto. ¿Quién no recuerda Chrysler, y las aventuras de Lee Iacocca, o la posterior disolución de la firma a través de alianzas y ayudas estatales?.
La ciudad de Detroit, por la caída de la industria automovilística americana, está hecha unos zorros, y nadie (excluyendo a los vecinos que no la han podido abandonar a tiempo) le importa demasiado si hay ratas en las calles o se declaran en bancarrota. Digo esto, para que nadie me saque el famoso “Too big to fall”, hasta Goliat se cayó al suelo, por no hablar de imperios y otras hierbas. Las cosas, las personas, las empresas, los imperios tienen sus ciclos.
Ignoro si este es un fin de ciclo para la idea de Hitler, pero si lo es, que nadie se rasgue las vestiduras, el mundo seguirá girando si la Volkswagen paga con sangre el que le hayan levantado las faldas.
Es muy divertido que una empresa alemana, donde la tecnología y el buen hacer de los ingenieros son la base de su éxito, se hayan pillado los dedos con un tema tan técnico, ¡y de qué manera!.
Aquí, hasta los que compramos coches, sabemos, con mirar lo que nuestro utilitario gasta, que lo que nos dice el fabricante es cuanto menos optimista, por no usar un concepto algo más fuerte.
Consecuentemente, sabemos también que las medidas de las emisiones, esas que nos producen cáncer de pulmón, impotencia, e incluso sarampión malayo, son menos ciertas que afirmar que todos los políticos son honrados, así que ahora no podemos llamarnos andana, que si no, nos llamaremos tontos del haba, si queremos ser precisos.
¿Y por qué le han sacudido a Volkswagen?. Parece que todas las empresas automovilísticas del mundo, cuanto menos, no son demasiado precisas en esas informaciones, que en definitiva son la base del contrato de venta que firman con todos y cada uno de los clientes, aquí y en Sebastopol.
Yo creo que hay varios hechos que no son casualidad. El primero, es que la liebre ha saltado en USA, que están hartos de que los europeos sean los más cool a la hora de vender coches, y ya no hablemos de los coches alemanes. Parece que no eres nadie en USA si no llevas un Mercedes, un BMW, un Audi o un Golf. ¡Hay que acabar con eso!.
Parece que la normativa americana en cuanto a emisiones producidas por los vehículos automóviles es algo más precisa que la europea. Ese detalle posiblemente exige adaptaciones de los motores que para los alemanes supone un gasto que dificultaría su venta en esos mercados.
Hablando de normativas, me viene a la cabeza el famoso TTIP, ese maldito tratado que a espaldas de todos los europeos se está negociando. Una de sus claves es de que tanto en Europa como en USA, nos creemos las normativas actuales que regulan ambos mercados, así que si los Volkswagen cumplen las normativas europeas, (parece que no, pero hay que discutirlo en sede judicial, y mucho), llegarían al mercado con unas ventajas competitivas que no les apetece a nuestros amigos del otro lado del Atlántico, en ese sector. Así que te monto un pollo, y a ver qué hace la Unión Europea con el marrón que tiene encima de la mesa.
Como no digamos que los pollos americanos llevan plomo y mercurio, nos van a salir plumas con barras y estrellas cuando el Kentucky fried chicken aterrice de verdad por estos lares, sin filtros, que ya se los ponen allende el mar.
Por último el rollo verde que tanto nos escandaliza por estos lares me pone de los nervios, sobre todo por la enorme carga de hipocresía que conlleva, y la guerra comercial que esconde.
Todos los que habéis viajado a países de esos del segundo mundo para abajo, os habréis fijado en los maravillosos coches que circulan por ellos, en lo exquisito de sus controles de emisiones, en la fiabilidad de sus motores, en fin de todas esas cosas por las que en el primer mundo andamos a la greña.
Estoy harto de ir en coches de más de cincuenta años echando literalmente mierda, en la India, en Sudamérica, en Asia, en Oriente Medio. Los coches que allí circulan son los que se han desechado del mercado europeo y americano, donde nos dicen que en cinco años como mucho, a cambiar de coche, claro, que luego hay que venderlo a Egipto, a Kenia o a Bolivia.
Si de verdad fuéramos tan verdes y nos creyéramos el efecto mariposa, pasaríamos por la prensa hidráulica nuestros viejos coches, en vez de sacarles las últimas perras vendiéndolos al tercer mundo, y contaminar el desierto jordano, aunque luego, con eso de los vientos, acabe la polución en el Central Park neoyorkino, y las casas por ahí cuestan un pico.
Pensaré pues al final de todo esto, que lo que está pasando es lo de siempre, que del dicho al hecho, hay un buen trecho, que seguimos en la guerra comercial que empezamos allá cuando los más vivían en cavernas, y que el que más chufle, capador.
Yo ahora ando con coches americanos, por si las moscas, y así el Imperio no se me cabrea.
Voy a echar gasolina.
Buenas noches, y buena suerte

“La fin del mundo”

Me han dicho que hoy si no toca “la fin del mundo”, le va a faltar poco. Parece que tenemos una cosa que se llama “luna de sangre”, y lo peor es que no es una, son cuatro en un año, y además coincidiendo con unas fiestas judías de lo más importantes, amén de las elecciones catalanas, claro.
Así que se acaba el mundo, o van a pasar cosas muy malas en los próximos días o meses. ¿quién sabe?. Como si no estuvieran pasando cosas tremendas en este mundo traidor como para ponerle la guinda de las lunas de sangre.
Por lo visto el fenómeno de la luna de sangre, tiene que ver con cosas como las ondas hertzianas de los espacios encontraos, y parece que los argentinos la van a ver super, vitte, super.
Bromas aparte, parece que el fenómeno está relacionado con un eclipse, con los rayos del sol rozando la tierra, incidiendo sobre la luna, y otras cosas de la astronomía que están disponibles en San Google bendito. Efecto parecido al de las nubes rojas de los atardeceres, así que nada esotérico.
He leído por ahí, a partir de unas de esas cosas que te entran por el caralibro, que hay gente de esa que se sabe la Biblia de memoria, afirmando que pasajes del Antiguo Testamento anuncian tribulaciones sin fin, y hasta en el Apocalipsis se hace mención a lo fatal que es eso de la tétrada. Apechusca, a poco creyente que seas.
Yo voy a mirar en los comentarios del Beato de Liébana al Apocalipsis, a ver como se interpretaba la cosa mientras se inventaba el cocido montañés, aunque no creo que le viniera mucho al pollo lebaniego esto de las lunas de sangre, ¿qué le vamos a hacer?.
A estas cosas del fin del mundo, la verdad es que no les he hecho mucho caso, y hasta ahora con motivo, aunque la reflexión ha sido siempre intentar entender qué es lo que entendemos por el tal evento.
El primer “fin del mundo”, es individual, claro, te desencarnas, como dicen los iniciados, y adiós mundo cruel, este cueeeenntooo se acabóooo. Este interesa poco, excepto a nivel individual, que, claro, tiene su aquel.
Creciendo en el número de afectados, siempre me han llamado la atención, por su sordidez, los de las sectas destructivas, esas que por seguir a un iluminado, acaban en un rancho del Medio Oeste americano, rodeados por los agentes del FBI, y todos para el otro barrio. Las ha habido realmente terroríficas, como seguro que en la mente tenemos todos algún ejemplo. Es un maldito fin del mundo, en el que gente, normalmente sencilla, y por sentir que el leader era quien les iba a llevar a la vida eterna de la felicidad, pues eso, desencarnan a lo bestia. Es tremendo.
Me encantan los milenaristas, que en general son menos destructivos que el caso anterior, y he tenido la ocasión de vivir uno, bueno, dos, el del paso del 1999 al 2000, y uuuupppsss, que es el año que viene, del 2000 al 2001. Pelín ilusos y mal informados, que la cosa no vale, que los chinos cuentan de otra manera, y en el Islam, y los israelitas….vamos, que los finales del mundo iban a pillar a más de media Humanidad en fuera de juego. No valen, hasta ahora, estas historias milenaristas, y el próximo milenio ya verán, que no pienso quedarme para comprobarlo, es muy pesado, y seguro que aún están en Cataluña piando por la independencia a medias.
La lata que dieron con lo del fin de año maya allá por diciembre del 2012, el día doce decían, más o menos, que a pesar de la precisión matemática de aquellos pollos, parece que había que ajustar algo, vamos que el caso es que no pasó nada….¿no pasó?.
Creo, sin embargo que ha habido algunos eventos, no lo suficientemente apocalípticos como para mandar a cardar cebollinos al Planeta, pero que de poco le ha ido. Dicen los científicos, que por lo menos ha habido cinco grandes extinciones en la Tierra, es evidente que no fueron al cien por cien, pero creo que supusieron una especie de borrón y cuenta nueva. Por ejemplo, la extinción de los dinosaurios hace alrededor de sesenta millones de años, supuso el triunfo de los mamíferos, y nuestra presencia en la Tierra.
Si pasamos a las épocas históricas, estoy convencido de que la desaparición de civilizaciones han sido fines del mundo, ya que la mayor parte de su historian de su cultura, de su tecnología, ha desaparecido, y con dificultades enormes podemos apenas rascar la superficie de lo que realmente fueron.
Hemos, ya ciñéndonos únicamente a la historia de la Humanidad, sufrido muchos fines del mundo, y ninguno ha sido de efectos inmediatos. Las extinciones de civilizaciones han sido objeto de múltiples especulaciones en cuanto a sus causas, y ciertamente no hay una razón única que pueda explicar lo que motivó las desapariciones, los fines del mundo limitados.
Quizás algunas de las profecías apocalípticas se estén cumpliendo de alguna forma desde el dramático final de la Segunda Guerra Mundial.
La civilización que, desde mi punto de vista está asistiendo a su final es la nuestra que está siendo reemplazada a pasos agigantados.
No solo hemos creado un arsenal armamentístico capaz de conducirnos a una extinción como la de los dinosaurios como poco, sino que estamos en una fase exponencial de utilización de los recursos del Planeta, que por cierto son limitados.
La cultura, la forma de vida de hace tres generaciones, sin ir más lejos, ha desaparecido prácticamente de nuestra sociedad occidental, llevándose la mayoría de los conceptos que soportaron nuestro mundo, por lo menos desde el descubrimiento de América hasta ese agosto de 1945, cuando tras una bomba atómica saltaron todos los conceptos de moral, honor, respeto. La convivencia en el mundo occidental empezó a cambiar desde ese momento, el miedo a un ataque inmediato de esas características, no ha dejado de sobrevolar nuestras cabezas desde entonces.
La evolución de la cultura occidental ha sido tan radical, que difícilmente la podríamos considerar heredera de aquella de la primera mitad del siglo XX. La estética, las artes, el pensamiento filosófico, la ética, son hoy totalmente diferentes a las que muchos de nosotros aún pudimos intuir en un momento de nuestras vidas en los que convivíamos con nuestros ancestros. No quiero decir quién es mejor o quién es peor, simplemente que el mundo que conocieron nuestros abuelos se extinguió, y de ellos nos quedan apenas trazas.
Este siglo XXI, ha roto con tanta fuerza con aquello que nos formó como personas, que podemos considerar que la extinción, que el fin del mundo ha sido un hecho, y estamos ahora levantando de nuevo la cabeza, estudiando como adaptarnos a este nuevo entorno que se ha creado, o que hemos creado.
Pero el siglo XXI, no es solo patrimonio de la civilización occidental, y creo que otras civilizaciones llevan otros ritmos produciéndose serios conflictos de encaje con el concepto de globalidad, de agnosticismo generalizado, de concepciones estéticas muchas veces inasumibles por grupos con distintos estadios de evolución. No es por tanto extraño para mí constatar las dificultades del Islam, por sobrevivir en un mundo global que en demasiados aspectos les es extraño, y lo que es peor, desde su óptica, inasumible. Su evolución es totalmente diferente.
Lo mismo pienso de la sociedad china, que con diferente reacción, está intentando navegar por este mundo global, que ha sustituido al viejo mundo del siglo XX. Su encaje en el nuevo materialismo, creo que no les está resultando nada fácil, no solo desde el punto de vista de los individuos, sino del país en si mismo.
Hay un comportamiento de nuevo rico, cuando el país es aun literalmente pobre, (85 del mundo en renta per capita), y con casi el ochenta por ciento del territorio con formas de vida medievales.
Veremos como continúa este fin del mundo antiguo de la cultura occidental, y qué es lo que el nuevo mundo ofrecerá a las generaciones venideras. De la extinción de los dinosaurios, salimos los humanos, semanas más tarde, ya sabes.
Quiero hacer una apostilla sobre el asunto Volkswagen, y es que posiblemente, a fuerza de relacionarse Alemania con China, han descubierto el poder de la trampa…¡quememos billetes falsos para nuestros muertos!.
Buenas noches, y buena suerte

¿Quién manda en el Pacífico?

Fue un sevillano, Don Francisco de Sande, allá por junio de 1576, quien le envió en una carta a Su Majestad el Rey Prudente, Felipe II, una seria y bien documentada propuesta de conquistar China.
Este señorito, es decir un hijo de algo venido a menos, cabestreó en sus relaciones con los chinos, de forma que ni él cayó bien a las delegaciones chinas, ni a él los chinos le hicieron le hicieron la más mínima gracia. Un desencuentro en toda la regla.
Los cuatro españoles que estaban en Manila, hay que reconocer que o los tenían como el caballo de Espartero, o eran unos locos ilusos.
Hacía diez años, que Urdaneta había conseguido establecer una ruta para el tornaviaje, con tal de llevar las mercancías desde China a Europa. Urdaneta siguió la corriente del Kuro Siwo en el paralelo 40, desde ahí dio en llegar a las costas californianas a la altura del cabo Mendocino, unos trescientos cincuenta kilómetros al norte de San Francisco. Luego bajar por las costas californianas hasta Acapulco, cruzar el continente hasta Puerto Vallarta, en una ruta llena hoy de estancias coloniales. Salían luego los galeones hacia Cuba, y de ahí hacia España.
Esta ruta, duro hasta 1815, cuando salió el último galeón desde Manila, y durante esos doscientos cincuenta años, el Pacífico fue un charco español, nadie nos molestó, en ese tiempo, nadie, ni holandeses, ni ingleses supusieron durante todo ese tiempo la más mínima oposición. Esa ruta no mejoró hasta la apertura del canal de Suez en 1869, que junto el vapor, la dejó en algo más de cuarenta días.
Lo que el sevillano pretendía, era, al fin y al cabo, controlar los puertos chinos, y obtener tributos de las poblaciones costeras, nada de invadir el continente, del que por otra parte no tenían ni idea. Menos mal que Felipe II estaba con lo de las guerras de religión, buscando reliquias, y aliviándose de su priapismo de la mejor forma posible, que si no hoy los chinos hablaban español, con acento de Shangai.
Los Estados Unidos de América, empezaron a considerar el Pacífico como una frontera que debía correrse hacia el oeste y en 1898, plantaron sus reales en Filipinas, y en la mitad del océano, en Hawai, lo que garantizaba el control del mar, no por temas comerciales de forma primordial, sino sobre todo por temas militares. Pearl Harbour, es uno de los centros de la marina americana más importantes.
Tras la segunda guerra mundial, el Pacífico, pasó a ser el charco de los yanquis, acrecentado con la adición del último estado a la Unión, Hawai. Desde mi punto de vista, el dominio del mayor océano de la tierra, conlleva el poder sobre el resto del mundo.
Hoy estamos asistiendo al nacimiento posible de un nuevo imperio, y hablo del imperio chino. A pesar de las grandes cifras que manejan, y de las alusiones que continuamente se hacen en la prensa internacional a sus políticas de expansión, están aún muy lejos de los americanos.
La renta per cápita de este país con casi 1400 millones de habitantes, no llega a los 7600 $, cuando los Estados Unidos andan por los 55.000$, (España está en los 30.000$ aproximadamente), así que el camino a recorrer es aún enorme al menos en esa magnitud.
Las soluciones que el gobierno chino está aplicando, son las de establecer nuevas líneas de comunicación terrestre y marítima sobre todo hacia occidente, y hacia América del Sur, (el cinturón económico de la ruta de la seda).
Pretenden gestionar, más o menos, con este proyecto “one belt, one road, (un cinturón, una ruta), el 55% del PIB mundial, el 70% de su población, y el 75% de las reservas energéticas. El horizonte es en 2049, ya mismo, como aquel que dice.
Las comunicaciones terrestres, son casi la reinvención de la ruta de la seda, pero esta vez utilizando las vías férreas. Ya hay un tren circulando lleno de mercancías entre Madrid y Pekín, se están concluyendo líneas ferroviarias hacia Xingian de alta velocidad, con la intención de llegar a Europa, así como la reducción del recorrido ferroviario entre Moscú y Pekin, que actualmente necesita más de seis días a poco menos de un día y medio.
Hacia el sur de Europa, a través de Pakistán y Afganistán, se estudian acuerdos para establecer rutas comerciales terrestres seguras. Al fin y a la postre, Europa es actualmente el mayor socio comercial de China.
Lo que realmente parece que le interesa a China, es el control de los puertos del sudeste asiático, para poder asegurar sus líneas comerciales con África. Entre otras cosas, y dejando aparte las enormes inversiones que a fuerza de talonario están realizando en la zona, lo que más les interesa es garantizar las inversiones que han realizado en África, y están buscando zonas para establecer puertos de aguas profundas que les permitan un tráfico fluido de materias primas desde esas tierras.
La otra ruta, el gaseoducto que les une con Rusia, actualmente su nuevo socio, que ha tenido que ponerse en manos chinas tras las actuaciones de Putin en Crimea y Ucrania, y el consecuente embargo que está asfixiando al oso ruso.
El otro gran proyecto chino, es el ferrocarril que uniría Perú con Brasil, las costas de los dos grandes océanos, a través del Altiplano y de la selva amazónica. Para las inversiones que los chinos están actualmente llevando en la región, es un proyecto de vital importancia, apoyado además por las abundantes comunidades chinas en Perú y Brasil. Solo tendrán que bregar con las agrupaciones de defensa de la naturaleza, por el posible deterioro de la selva amazónica por actuaciones de ese calibre. Pero esa es la idea.
Los chinos desde la década de los ochenta del siglo pasado, han desarrollado una marina que posiblemente sea la segunda en el mundo tras la americana, y no solo con el fin de defender sus costas, que apenas son el doble de las españolas, sino con el objetivo de proteger su comercio, y realmente transformarse en una potencia marítima, como en su momento lo fue España, luego Inglaterra, y actualmente los Estados Unidos.
La implantación de bases en islotes deshabitados, o la intención de crear islas artificiales, más que un deseo de más territorio, es la necesidad de asentar su dominio en el Mar de China y del Océano Índico.
Las reacciones de Japón y la inquietud de los Estados Unidos, no auguran nada bueno, ya que lo más probable es que se cree una zona de tensión entre países armados de forma extremadamente sofisticada, discutiendo la supremacía en una zona muy concreta del mundo.
Quiero al final hacer notar que los progresos de China son espectaculares, pero siguen dejando el Pacífico norte, como la charca de los americanos, aunque vayan extendiendo poco apoco control sobre otros mares y otras rutas comerciales, que teniendo su importancia, distan aún mucho de ser las más importantes del mundo. Las relaciones de China estratégicamente se dirigen a los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica), con los que han creado un banco de desarrollo, fuera del Banco Mundial, donde tienen su participación muy limitada, e intentan tratados comerciales para soslayar los TPP (acuerdo transpacífico de cooperación económica) que engloba 11 países Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Brunei, Singapur, Vietnam, Canadá, México, Perú y Chile) del que están excluidos, y el TTIP entre Europa y Estados Unidos, que obviamente también les deja de lado.
Las cartas se están repartiendo, y los Estados Unidos controlan los mares, especialmente las rutas marítimas del Pacífico, del Atlántico Norte y del Mediterráneo, a pesar del intento chino sobre la compra del puerto del Pireo, en el que han realizado ya inversiones muy importantes, y disfrutan de contratos de alquiler por el uso del mismo.
Aún queda mucho, pero la geopolítica de las grandes potencias, en las que por cierto Europa tiene poco que decir, está conduciendo a los actores a una batalla, que confío no se transforme en guerra por el arrebatar a Estados Unidos por parte de China la supremacía mundial.
Buenas noches, y buena suerte.
Nota: He sacado información de:
-Naves negras (Carlos Canales y Miguel del Rey) Editorial Edaf 2015.
-Revista de Política Exterior (Septiembre-Octubre 2015)

La guerra santa, y lo que estamos perdiendo

Mirar al mundo es cada vez más difícil.Cuando recuerdo algunos de los países que he visitado, veo que fue en momentos en que esos países estaban en, digamos horas buenas. Hoy es impensable el acercarse a sus fronteras.
Cuando visité Egipto con la intención de (como cualquier turista) aprender, descubrir, ver, sentir lo que para mí era la primera incursión en el mundo árabe.
Era a finales del siglo pasado, y hacía poco un grupo islamista, el Gamaa Islamiya, mató a 57 turistas y 10 egipcios en las escaleras del templo de Hatshepsut.
Había visitado las pirámides, disfrutado de El Cairo, desde Al Azahar al barrio copto, desde la ciudad de los muertos al museo egipcio. Me encantó pasear por sus calles, puede decirse, que como tantas veces, la vi con los pies, como hay que ver las ciudades.
Cierto que el tráfico era infernal, que subirse en un taxi era toda una aventura, no menor que cruzar la calle, que literalmente se respiraba mierda en la calle, pero me encantó, como me encantó pasar la tarde sentado en Khan-el Khalili, tomando té tras té, y rellenando el narguile cada media hora.
Era un gusto ver pasar a la gente, turistas, locales con sus chilabas, la gente de todos los días, una ciudad pacífica, tranquila, en la que pasear no era un problema, y si se hacía de noche, pues como en cualquier ciudad del mundo.
Fue una aventura divertida coger el tren hacia Alejandría, a soñar con su pasado Ptolomeico, e imaginar lo que debió ser el Faro, o la Biblioteca. Pasear por los viejos barrios recordarlas lecturas de Durrell, o de Kavafis, (que cuando uno se pone cultureta, tiene también lo suyo). Recuerdo que me llamó la atención que le pusieran el nombre de Ramsés a la estación de El Cairo, pero bueno, esto no tiene mayor importancia yendo a lo que voy.
A Luxor me llevó un convoy de autobuses turísticos escoltado por el ejército, y juro por Annubis que no me hizo ni pizca de gracia. Iba a coger uno de esos barquitos que bajan hasta Assuan, y uno, claro pensando en Agatha Christie, y esperando encontrar al malo dentro del barco, no en la carretera, de la mano de un grupo terrorista, pero era lo que había.
El grupo este de Gamaa Islamiya, tenía ya su historia, ya que se les relacionó con el asesinato de Anwar Sadat, de un intento contra Hosni Mubarak, de los atentados en el 93 contra el World Trade Center, en fin unos angelitos, que luego acabaron de la mano de los Hermanos Musulmanes, tan famosos en los episodios de la primavera árabe en Egipto.
Lo que me llamó la atención en aquel viaje, fue el convencimiento del guía que me llevaba de la mano de que los atentados del templo de Hatshepsut, fueron hechos por el sionismo, que como ya se sabe, los israelitas, son los enemigos acérrimos del pueblo egipcio, y perseguían hundir el turismo, que era una de sus grandes fuentes de riqueza.
El hombre me lo decía de corazón, estaba convencido, en su cabeza no entraba que los islamistas radicales fueran a atentar contra su propio pueblo. ¡Qué equivocado estaba!.
A mí me hubiera encantado visitar Tel-el-Amarna. Me hubiera gustado sentir la tierra del primer rey que quiso imponer el monoteísmo, y por qué no, imaginar que desde allí salieron los judíos encabezados por Moisés.
Pero me dijeron que era imposible, que este grupo tenía la zona tomada, y no se aceptaban extranjeros en la zona, así que mi gozo en un pozo.
Con estas salvedades, el país era agradable, la gente encantadora, y sobre todo se podía pasear y visitar.
He querido volver, y una vez tras otra se me desrecomendó de forma entusiasta el viaje, y hasta hoy. Entre el Islamismo yihadista, la caída de Mubarak, el fracaso de la primavera árabe, Egipto, creo, a lo que me dejan mis ojos, está acabado, y me temo que si vivían del turismo las cosas no les deben ir nada, pero que nada bien. Hace unos días, posiblemente por error, en los que no creo, el ejército ametralló a un grupo de turistas, y eso es la puntilla.
Recuerdo haber viajado otra vez por allí cerca. Llegué a Túnez el día que murió Burguiba, y casi me pilla en Monastir el entierro. Disfruté de aquella tierra, imaginé a Escipión peleando con los elefantes de Aníbal en Zama, y a su nieto el Escipión Emiliano sembrar de sal la vieja Cartago.
Recuerdo en Jerba la maravillosa sinagoga, o el circo de El Djem, o a los omeyas levantando la mezquita de Keirouan. Dormir en el desierto, pasear por la capital, entrar en sus mercados, comer magnífico pescado en el puerto, y tener la impresión, en aquel año 2000, que estaba en un país que en cualquier momento podía unirse al mundo moderno.
La boca abierta se me quedó al visitar el museo del Bardo, aún conservo un magnífico libro que me compré en la tienda. Un país con historias desde fenicios hasta franceses, pasando por otomanos, piratas de esos que te llevaban a Bizerta a ver si alguna orden eclesiástica pagaba tu rescate.
Será difícil que pueda volver a disfrutar de todo aquello. Demasiadas muertes han destrozado el país, a cambio de nada. Muertos en el Bardo, muertos en la playa, y las esperanzas de un pueblo destrozadas, sin remisión, por muchos años.
De Siria, ya hablé en su momento, Palmira destrozada, de Aleppo no quiero saber qué es lo que queda de su fortaleza, de su mercado. No sé si Cran de los Caballeros está en pié, y espero que el mercado de Damasco, y sobre todo su mezquita Omeya no haya sucumbido. Lo malo es que son parte de nuestra historia y no podré enseñárselo a mis nietos, tendrán que conformarse con los libros.
Me quedé casi con el billete en las manos para visitar Libia, con Gadaffi en el poder, y no pudo ser. Y no será, ya no hay país, no es que hubiera mucho, pero ahora nada, resto de tribus que más o menos tenía controladas el sátrapa. La primavera árabe, fue criminal en Libia, demasiado odio acumulado, demasiados intereses occidentales sobre las fuentes de energía, demasiadas locuras de Gadaffi.
Hoy, años después de aquellas aventuras, estamos pagando en Europa nuestra actitud cuando estos movimientos comenzaron. Al principio fue una sensación de alegría porque parecía que en esas tierras iban a jugar con nuestras cartas, que iban a ser casi democracias occidentales a la vuelta de unos meses.
Nos pasó como a mi guía egipcio, nos equivocamos, no supimos leer lo que significa una guerra santa, y me temo que no ha hecho más que empezar. Todos esos movimientos de posible modernización están ahora prácticamente abortados, están pagando con unan generación en estos países, y Europa no sabe qué hacer con los que llegan a sus costas, la invasión ha comenzado. El mundo occidental ha creado un problema terrible, y pagaremos por ello, si no lo estamos haciendo ya, la guerra continúa y se extiende.
Buenas noches, y buena suerte

Repetir la Historia, o los movimientos independentistas catalanes

Después de los acontecimientos de 1714 en Cataluña, en los que no se habló de independencia, ya que la historia fue la de un posicionamiento durante la guerra de sucesión a la corona española por parte de Cataluña, a favor del archiduque Carlos de Austria, se ha intentado demasiadas veces la manipulación de esos acontecimientos para arrimar el ascua a la sardina llorona del independentismo.
De hecho, Cataluña, no quería ni oír hablar de Borbones, porque aún andábamos escocidos del período en que se pusieron bajo el paraguas del rey de Francia entre 1641 y 1659. Ese error nos llevó a creer que apoyando al archiduque Carlos, nos libraríamos del riesgo de que Luis XIV, nos volviera a zurrar la badana.
Felipe había tragado con las constituciones catalanas, ya que las juró en 1702, pero claro, hicimos trampas, y permitimos un intento de desembarco austracista. Las consecuencias fueron la suspensión y conculcación de las constituciones como no podía ser de otra manera.
En esta bronca, las tesis austracistas se hicieron fuertes, y es lo que elegimos, luego, claro, las consecuencias han sido las que han sido, y el victimismo ya ha quedado anclado en el espíritu catalán hasta el final de los siglos.
Creímos que nos sacarían las castañas del fuego, así que había que ponerse en manos de los ingleses, y holandeses, dentro de la gran coalición de la guerra europea que apoyaba a Carlos, y esperar que la cosa saliera gratis.
Como siempre, y es algo que los catalanes nunca hemos entendido, si no tienes un ejército poderoso, (y eso es caro), te encuentras en una posición de peón sacrificable, que es lo que nos volvió a tocar en 1714.
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Y es lo que pasó, los ingleses nos dejaron en la estacada, cuando se hicieron con Menorca y con Gibraltar, y el archiduque salió corriendo cuando a la muerte de José I fue nombrado Emperador. Además ya tenían la promesa de Luis XIV de que Felipe V no accedería al trono de Francia, con lo que se mantenía el equilibrio de poder entre las monarquías europeas.
La nobleza catalana, cuando vio que Felipe V iba a tomar Barcelona, salió por pies, y como siempre nos dejó, eso, a los pies de los caballos. Tuvo que ser un castellano, el general Villarroel el que defendiera la ciudad hasta el final, porque hasta el abogado Casanovas, cuando se hizo un poco de sangre en un dedo, salió corriendo de la ciudad, y se largó a su pueblo en el Baix Llobregat a ejercer la abogacía hasta su muerte en 1745.
Aquí pues de independencia, nada de nada, no se intentó. Fue una decisión de los austracistas o aguiluchos frente a los borbones, y el pueblo pagó de nuevo los platos rotos, con el agravante de que además se empezó en ese momento a manipular la historia, y hasta hoy.
Así que lo más estúpido que hicimos fue declarar la guerra a un rey que había jurado las constituciones catalanas. No hicimos más que seguir a Casanovas, el austracista que escogió mal, y nunca sabremos por qué.
A partir de ahí, algunos catalanes se consideran invadidos, y sometidos a una potencia extranjera, cuando nunca hemos pretendido otra cosa que eso, estar sometidos a otros. Nos pasó con Francia en 1642, y en 1714, nos poníamos en brazos de los Austrias, de los ingleses, de quien fuera, que siempre otros nos parecieron mejores….hasta que llegaban, claro.
Desde entonces, hemos tenido mal llamados intentos de independencia, que realmente no eran tales. Cuando en 1873, a poco de instaurarse la Primera República Española, como olía a federalista, desde Cataluña se intentó hablar al pobre presidente Figueras, del Estado Catalán dentro de la República Federal Española. La cosa duró menos de una semana, y se arregló con unos cuantos telegramas, que no estaba la República para esos trotes, con las guerras Carlistas encima fastidiando aún más el complejo panorama que Amadeo I nos dejó.
Una vez proclamada la Segunda República, en 1931, Macía, que presidía el partido Estat Catalá, hizo también su proclama de la República Catalana como Estado integrado de la Federación Ibérica, que duró unos pocos días, y a la que renunció a cambio de la discusión en las Cortes de un estatuto de autonomía.
En su mensaje a los catalanes, confirma que Don Niceto Alcalá Zamora, presidente de la República Federal Española, está de acuerdo con los pactos de San Sebastián.
El mensaje que está fechado el catorce de abril de 1931, adolece desde luego, y como poco de precipitación, con lo que rápidamente las aguas volvieron a su cauce. Ahora bien, de independencia, nada de nada, no se intentó.
Maciá muere en 1933, y le sustituye un pobre hombre, Lluis Companys, que de ministro de marina que era del gobierno de España, pasó a President de la Generalitat desde 1934 a 1939.
En octubre de 1934, proclama el estado catalán de la república federal española…poca independencia de España en el manifiesto, que todos los catalanes deberíamos haber leído y comprendido su anclaje en el momento histórico en el que se publicó.
Poco duró el intento de saltarse la ley. El general Batet detuvo a Companys y a su gobierno y los encerró en el crucero Uruguay, hasta su traslado a Madrid para ser juzgado por el Tribunal de Garantías Constitucionales.
Fue enviado con una condena de treinta años, e inhabilitación al penal de Cádiz, pero la victoria del Frente Popular supuso su amnistía, y su reposición al frente de la Generalitat.
Tras la victoria franquista, que no fue contra Cataluña, que fue contra toda España, o al menos contra la mitad de cada una de ellas, se exilió a Francia, donde fue traicionado, entregado a Franco quien lo torturó y fusilo en 1940 en el Castillo de Montjuich.
Una vez concluido este repaso por las supuestas intentonas independentistas de mi tierra, quisiera hacer un paralelismo con los acontecimientos que estos días se están desarrollando, y que me gustaría tener en cuenta.
– Siempre que ha habido la intención de una forma u otra de levantar una bandera de independencia, los catalanes y Cataluña han pagado un precio altísimo en sangre, libertad y miseria, ya que siempre han fracasado. No quiero pensar el precio que se pagaría si en estos tiempos llegara a suceder.
– La nobleza y el capital nunca han apoyado estos movimientos, y quizás esa sea la razón de que nunca han triunfado ese tipo de iniciativas. Hoy las posturas no pueden estar más claras, nada ha cambiado.
– Los movimientos han sido siempre soportados por los campesinos y la pequeña nobleza, y la sensación hoy es que vuelven els segadors, aunque no sea Corpus.
– Al movimiento de Esquerra Republicana, no le apoyó nunca la CNT….la CUP está hoy diciendo lo mismo.
– Los impulsores de estos movimientos han muerto, menos Maciá) de forma violenta, y como consecuencia de sus proclamas, el Compte d’Urgell en prisión, Claris envenenado, y Companys fusilado tras juicio sumarísimo. Hace bien Más en preparar su posible exilio a Canadá de la mano de Grifols.
– Los apoyos externos han traicionado siempre estos movimientos, Francia, Inglaterra, Alemania, nunca estuvieron por ayudar la causa catalana. Nos invadieron, nos arrebataron territorios, y nos traicionaron de muchas formas, demasiadas. A Más, hoy se le está moviendo el suelo bajo los pies, cuando mira a la “Comunidad Internacional”.
He dicho muchas veces que no soy nada que acabe en ista, pero soy catalán, y parece que un grupo de mis vecinos, no ha leído la historia, o no se la ha aprendido, ya que están repitiendo unos errores de cuyas consecuencias se han escrito muchos libros, para defender unos derechos llamémosles “forales” que a la vista de la situación de hoy para sí quisieran aquellos que los pelearon con reyes y nobles hace varios siglos.
Solo deseo que no perdamos la libertad que con tanto esfuerzo se ha ganado, por una aventura sin sentido cuyo fin nos ha enseñado la historia demasiadas veces.
Buenas noches, y buena suerte

Los dolores de cabeza del Conde Duque de Olivares en Catalunya

Segundo intento fallido

Nunca la figura del Conde Duque de Olivares fue, para mí, algo digno de admiración. Es más, este político, creo que no tomó las decisiones adecuadas en una época realmente turbulenta, y fue un eslabón más en el declive del Imperio Español. Ahora, el tema catalán, le hizo pasar los peores momentos de su mandato, y políticamente acabó con él.

Pero como estos días estamos hablando del problema catalán, repasemos este segundo capítulo de las “greuges” (quejas) tanto de los catalanes, como de la Corona Española durante el período que corresponde a la guerra de los treinta años, las consecuencias de la iniciativa del Conde Duque referida a la Unión de Armas, la revuelta “dels segadors”, durante el Corpus de Sangre, y los beneficios que de la tal disputa obtuvieron los franceses.

Las quejas de Olivares sobre la actitud de Cataluña, son cuanto menos divertidas al verlas con los ojos de hoy, ya que se no acepta que los catalanes quisieran la defensa del ejército, pero no contribuir a los gastos, y preferían la presencia del ejército francés al de las tropas de su rey, que de alguna forma estaban para defender el territorio para la Corona.

Por otra parte las exigencias de la Corona, envuelta en la guerra de los treinta años, era considerada excesiva no sólo en Cataluña, sino en Castilla. Pero eran los tiempos que corrían, en España y en muchos de los reinos de Europa. Los reinos luchaban por territorios, con soldados que costaban dinero y eran incómodos para las comunidades en las que se asentaban, o peor aún guerreaban. Concretamente en Francia el problema con las tropas de Luis XIII eran similares.

Las decisiones que afectaban a los temas de la levas, de los pagos de los ejércitos, estaban en principio adscritas a las cortes que se celebraban muy de tarde en tarde, es decir podían pasar años entre dos reuniones. El resto, si había urgencias, se intentaba resolver con los fueros en la mano, y las interpretaciones siempre contaban con intereses gremiales o personales de los dirigentes del momento.

De hecho las últimas Cortes fueron en 1626, donde Felipe IV juró los Fueros, y la de 1632, que de alguna manera cerró en falso.

Los fueros vigentes eran obstáculos que Olivares debía soslayar, y no era fácil. Saqueos, como el de Palafrugell por parte de los tercios acampados en la zona, posiblemente por falta de pago de salarios por parte del gobierno, o la no alimentación adecuada de las tropas por parte de los payeses añadieron descontento entre la población campesina.

Era una obligación de los payeses el facilitar mesa, mantel, agua, cama, sal y vinagre, no solo en Cataluña, sino en la mayoría de los países de Europa, aunque había muchas quejas por esa práctica.

No voy a entrar en detalles que se pueden encontrar en La Historia de Catalunya de Salvat (1978), Resistència de Catalunya i decadència castellana: la guerra de separació, “Eva Serra”o en “El Conde Duque de Olivares” de J.H.Elliot, editorial Crítica 1990, ya que mi intención es marcar algunos puntos de aquellos años, entre 1640 y 1652, en los que por la nefasta actitud de unos y otros tanto Cataluña como el resto de España perdieron poder, territorios y vidas humanas, de forma innecesaria.

El Corpus de Sangre, muy posiblemente soportado por Pau Claris, conseller en cap, o presidente de la Generalitat, concluyó con la muerte de unas 20 personas y el asesinato del virrey, el conde de Santa Coloma, apuñalado en la playa, quien representaba los intereses de la Corona y a la alta nobleza catalana.

Hay que resaltar que fue la pequeña burguesía, y la pequeña nobleza, junto con los campesinos, quienes soportaron el levantamiento de Corpus de Sangre en junio de 1640, y que siempre estuvo el Clero y la Nobleza en contra de la revolución, como ahora, vaya, trasponiendo las estructuras del siglo XVII a las del XXI.

Fue la Nobleza quien a los tres días maniobró para que la revuelta terminara, haciendo correr la noticia de que los tercios estaban llegando a Barcelona, y que lo mejor era volver a casa.

La nefasta gestión de Olivares, al no prestar la debida atención a los acontecimientos en Barcelona, acabaron animando a Pau Claris a declarar la República Catalana en 1641, bajo la protección de la Corona Francesa. Es decir, no se proclamó la Independencia, se cambió de Felipe IV a Luis XIII. De hecho había un reconocimiento implícito de la no viabilidad de Cataluña como nación independiente.

De lo que se trataba era de evitar levas, de no pagar ejércitos en el territorio catalán, y de mantener la integridad del territorio. ¡A Richelieu con esas!.

La ocasión que vieron los franceses fue única. Y en Cataluña apareció el ejército francés, con las mismas exigencias e inconvenientes que los tercios de Felipe IV llevaban aparejadas, lo que hizo enormemente difíciles las relaciones con Francia, ya que bien pronto los catalanes empezaron con sus quejas de incumplimiento.

Como consecuencia, se envió un ejército de 20.000 hombres, que desde el sur tomaron Cambrils, y desde allí hasta Martorell en paseo triunfal. Francia se desinteresó pronto de su batalla catalana, pero mantuvo el tratado por el que recibía a la autodenominada República Catalana bajo el vasallaje de Luis XIII, y posteriormente Luis XIV, hasta 1657 con la firma de la paz de los Pirineos.

Richelieu,Luis XIII y Luis XIV, fueron los verdaderos beneficiados de las disputas, en muchos momentos sangrientas dentro de España, entre el Conde Duque, el obispo de Urgell, Pau Claris.

Las consecuencias de la acción de este obispo de Urgell, Pau Claris, fueron tremendas. Él mismo murió en 1641, muy posiblemente envenenado. El Conde Duque de Olivares, perdió su posición de valido de Felipe IV en 1643, y aunque no fuera consecuencia, Richelieu muere en 1642.

La crisis política entre Cataluña y la Corona Española, desembocó en una revolución social, que yo calificaría de menor, junto con un alzamiento moderado, ya que la Nobleza nunca lo apoyó, y no había una fuerza militar propia en Cataluña que pudiera soportarlo. Fue una bronca de los pequeños burgueses, mal enfrentada y peor solucionada por falta de visón global.

Sin embargo consiguieron que Cataluña fuera el campo de batalla de una guerra internacional entre la corona francesa y española, con el balance de una ruina económica, con destrucción de cosechas y de la pequeña marina mercante. La producción industrial desapareció por la llegada de manufactureros franceses, las haciendas tanto de la Generalitat como de los municipios estaban exhaustas, ya que tuvieron que pagar a los ejércitos.

Los payeses empobrecidos, por la obligación de sostener el alojamiento de las tropas, junto con los pillajes de los soldados, por si fuera poco, hubo que añadir una hambruna los últimos años de la guerra, y una epidemia de peste en Barcelona, aunque la nobleza dejó la ciudad a tiempo.

Se produjo una anarquía financiera, tanto por la corrupción de los mariscales franceses, como por la acuñación de moneda en los municipios, sin control de la Generalitat. Tampoco ayudó la fuga de capitales de la nobleza y de las clases pudientes, que se exiliaron, ya que siempre estuvieron en contra de la ruptura con Felipe IV.

Por último Cataluña quedó mutilada, ya que por la paz de los Pirineos, la Cerdanya y el Roselló pasaron a manos francesas, y hasta hoy.

En fin, el segundo intento fue un fracaso monumental, en el que ninguno de los objetivos que al parecer tuvo Pau Claris se cumplieron, y que Cataluña pagó a un precio altísimo por la intentona, así como el resto de España, los paralelismos con la que se está cociendo ahora existen, desde luego.

Claramente no se aprendió la lección del Compte d’Urgell, cuando el Compromiso de Caspe, y la cosa acabó de la misma forma, con una guerra, y con la muerte de malas formas de los incitadores.

Buenas noches, y buena suerte

El Compromiso de Caspe, intento fallido

 

 

Se trató allá por 1412 de elegir un rey a la muerte de Martín I de Aragón en 1410 sin descendencia. Se reunieron representantes del Reino de Valencia, del Reino de Aragón, y del Principado de Cataluña.

No voy a entrar en los detalles del tal Compromiso, que fue arduo, complejo, en el que se probaron los poderes de los reinos de Aragón, de Valencia y del Principado de Cataluña, así como los de las casas reales circundantes, Anjou, Castilla, y sobre todo de la Iglesia en un momento de extrema tensión por el cisma que daría origen a la existencia de tres Papas, entre ellos Benedicto XIII, que se mantuvo en esas, allá en su torre de Peñíscola.

En aquel tiempo, el reino de Aragón, llegaba hasta los límites meridionales de lo que hoy se conoce como País Valenciá, amén de las tierras del sur de Italia, es decir, Nápoles, Calabria, Cerdeña y Sicilia junto con las islas Baleares.

Hago estos apuntes para mencionar que tras muchas tensiones, asesinatos como el del obispo de Zaragoza García Fernandez de Heredia, por orden del Comte Jaume II d’ Urgell, de batallas como la de Murviedro, o la invasión por Maella de Valencia, el acuerdo final satisfizo a todas las partes, tal y como aparece en el acta notarial en la que se manifiesta la decisión unánime, y así se llevó a cabo su ejecución.

Los tres principales candidatos, de los seis iniciales, que finalmente se sometieron al dictamen, fueron Fernando I Trastámara, Jaume II compte d’Urgell, y Lluis de Calabria. Tras reuniones previas en Tortosa, Vinaroz y Alcañiz, los compromisarios, entre los que había juristas, representantes de la Iglesia y representantes de las diputaciones o generalidades, decidieron por siete votos y medio, a uno y medio, elegir al representante de raíces castellanas Ferrán de Antequera, en detrimento de los otros dos, aunque como he dicho en el acta notarial apareció la decisión como unánime.

Los soportes del comte d’Urgell venían del lado de Benedicto XIII el Papa Luna, miembro de una de las familias más influyentes del reino (en este punto, recomiendo visitar el castillo de Loarre en Huesca, fortaleza que perteneció a esta familia), asimismo las tierras del Somontano, del Reino de Aragón y las tierras del Pirineo, fueron partidarias de dicha candidatura.

Al Trastámara, fueron los nobles y las tierras más meridionales del reino, quienes le dieron su apoyo, y al duque de Calabria, le venía de parte del Papa de Avignon, y de las tierras que aportaría a la corona, entre las que se encontraban la Provenza y el Rosellón.

Al final, como sabéis, fue el Trastámara quien consiguió la nominación, con siete votos a favor, que dos de los compromisarios catalanes se lo negaron, dando un voto y medio al de Urgell, y medio voto al duque de Gandía.

Es de resaltar que se impuso al final el criterio que más convenía al Reino, y era el de las garantías y experiencia que el Trastámara aportaba en el terreno militar y económico, lo que aseguraría el comercio, tan importante para la Corona, en el Mediterráneo.

La aceptación, y lo que es más importante, la satisfacción por la elección fue manifestada por todos los compromisarios, y quizás la intervención de Vicente Ferrer, confesor de Benedicto XIII, fuera decisiva, junto al hecho de que votase el primero, y a favor del Trastámara.

Posiblemente la razón de que no se impusiera el conde d’Urgell, fue por la oposición de la nobleza aragonesa, de una parte importante de la nobleza y de la burguesía catalana, que vieron una aventura poco fiable el poner en manos del conde catalán los destinos del Reino, en contra de la pequeña nobleza, y de barones como los Moncada, o el vizconde de Rodas.

Para mí, el Compromiso de Caspe, fue el inicio de lo que luego ha dado en ser a través de los siglos, el tema catalán, que analizando sus múltiples capítulos es una de las cosas más entretenidas de la historia de España, se mire por donde se mire.

Jaume II compte d’Urgell en su intento de acceder a la corona del Reino de Aragón, fue el primero que soñó con iniciar una dinastía regia catalana, y que acabó de forma innoble, ya que nunca reconoció al rey Ferran I, y tras ser derrotado y preso, murió en la cárcel de Xátiva en 1433, donde está actualmente su sarcófago con una inscripción ignominiosa, en la que se indica su fracaso de acceder a la corona del Reino de Aragón.

Como estamos en plena campaña de elecciones en Cataluña, dedicaré los próximos comentarios a los diversos intentos de acciones similares a ésta, que se ha ido sucediendo a través de estos más de seis siglos, y buscaré similitudes con la situación actual, que creo hay muchas.

El fracaso del Comte d’Urgell, se debió a varios factores que seguro nos son familiares seis siglos después.

El primero fue el desafuero que cometió al ir a Zaragoza con gente armada, y estar detrás de la muerte del obispo García Fernández de Heredia, que apoyaba a Lluis de Calabria. La ley no puede saltársela nadie por muy poderoso que se crea, ya que de una u otra forma, acaba pasando factura.

El segundo factor, muy importante, fue la calidad de quienes le apoyaban en Cataluña, y que era la pequeña nobleza básicamente, ya que ni la burguesía, ni la nobleza con mayúsculas, veían en él y en su idea una solución que les permitiera un futuro en el que el comercio, y consecuentemente la riqueza fluyera como hasta entonces. (Siempre con sus más y sus menos, claro).

Por hoy dejaremos claro, que estos dos factores están presentes en los postulados de los grupos que quieren montar una dinastía catalana, en pleno siglo XXI.

Partimos de constantes desafueros, y se manifiesta públicamente que las leyes que no les gustan, simplemente no las cumplen, cuando lo que es de ley, es intentar cambiarlas. Esto conlleva un riesgo de futuro terrorífico, no es ni más ni menos que la actitud de cualquier generalote africano, como el de Burkina Faso en el día de hoy por ejemplo. Un precedente tremendo.

El segundo factor se refiere a los apoyos de ese intento, y que no son otros que los de la gente de los pueblos, que es el equivalente de la pequeña nobleza de hace seis siglos. El gran capital, hoy ve con terror esta intentona, ya que las incertidumbres que acarrea, van directamente contra su poder que hoy es económico.

Por último el compte d’Urgell, intentó iniciar una aventura a título personal, y el actual president, él sabrá, pero da la sensación de que sigue un camino parecido.

Seguiremos buscando.

Las lecturas que he realizado sobre el Compromiso, son básicamente los del historiador catalán Jaume Sobrequés, y de Ramón Menéndez Pidal.

 

 

Buenas noches, y buena suerte

 

 

 

 

 

Libertad para la actividad económica

Los jubilatas lo tenemos de maravilla cuando vamos de compras.

A no ser que la tienda sea una de esas del Paseo de Gracia de Barcelona, cuando ha llegado un crucero de los de ricos, que los de 400€ todo incluido no cuentan, que esas están a tope de chinos a las once de la mañana.

Y me refiero a que si vas a media mañana te atienden de maravilla, casi al grito de ¡un cliente!. Las tiendas vacías, los empleados algunos limpiando, otros haciendo arqueo de caja, eso sí, por lo general, guardando las composturas por aquello de que nunca sabes si hay cámaras grabando, o el encargado está mirando desde la trastienda.

Yo, encantado, de verdad encantado, miro, pregunto, puedo comparar los precios, darle la vuelta a la tela para ver si de verdad es lana de Béjar….esas cosas, vamos, que hasta si no está mi colonia en el estante, siempre hay alguien, que amablemente consulta las existencias en el ordenador, y si hay que bajar al almacén, pues se baja, que se trata ni más ni menos que del cliente de las 11.45. Un lujo, repito.

Pero claro, hablo con los de la generación que me heredará en algún momento, y esos van de cabeza, es decir, no van de compras, no van de tiendas, al menos con la tranquilidad y la parsimonia que puedo permitirme yo. Bastante tienen con sacar tiempo para la compra de víveres y cuatro calcetines de esos del super, que siempre parecen más baratos, que cuando podrían ir a gastarse las perras, están cerradas las tiendas.

En la ciudad en la que vivo, Madrid, la cosa no es tan dramática, aquí hay cierto nivel de libertad a la hora de establecer los horarios de los comercios, y eso está bien, pero en mi pueblo, en mi amada Barcelona, el triunfo del “botiguer”, chapado a la antigua, y con mentalidad de funcionario, es clamoroso.

Tengo que reconocer que la intervención del Estado en los horarios de las actividades privadas siempre me ha parecido un disparate, sobre todo si con esas regulaciones se perjudican a los más y se favorecen a grupos que pueden representar, digamos, el incremento de votantes para tal o cual partido político. Desde luego no me imagino al gobierno diciéndole a la fábrica de tornillos o a la firma de abogados, que lo mismo me da, cuando tienen que abrir la fábrica o el despacho, o cuando tienen que cerrar.

Ya sabrán los responsables de esos negocios, como tienen que organizar su producción, su tiempo, ya que consecuentemente, los resultados del negocio estarán directamente relacionados con el tipo de decisiones que se tomen.

Pero a los “botiguers” les dicen que hay que abrir a tal hora, y cerrar a cual, que todos igualitos, y que al que se salga del tiesto, estacazo. De hecho, lo que se pretende es evitar una competencia de grupos más fuertes, que el “botiguer” quiere también tener tiempo para su familia, que sin patatín, que si patatán, que si el domingo es para ir a misa, que poner un dependiente más cuesta una pasta, vaya, toda una serie de argumentos que desde luego chocan frontalmente con lo más básico de la actividad económica, desde mi humilde punto de vista profano.

De hecho, lo que se hace es decirle a los clientes, de alguna forma, que solo importa que vayan a dejar la pasta a su mercería, que la única comodidad que importa es la del “botiguer”, no la tuya, que eres el que paga.

Me imagino diciendo a mis amigos que trabajan en hospitales que se atiende de diez a dos, y de cuatro a siete. Que los domingos hay que ir a misa, que por favor no se me pongan malos, ni se me caigan por las escaleras, y todo el mundo a casa, incluidos los enfermos, claro.

Perdón por las exageraciones, pero no quiero ser moderado en este tema que en el mundo global en que vivimos no deja de ser un enorme anacronismo, según lo veo. Tener abierto cuando tus clientes están trabajando me parece cuanto menos poco inteligente, y tener cerrado cuando tus clientes están en la calle tampoco lo haría yo, si el negocio fuera mío.

En definitiva, lo que están diciendo, es que no saben competir, que no han sabido encontrar los nichos que el mercado les deja para que puedan desarrollar, y lo fácil es recurrir a la intervención gubernamental, como si esto fuera una república de la vieja órbita soviética. Como si en cualquier otro sector no hubiera multinacionales, grupos grandes, medianos y pequeños.

Claro, ahora va y les meten el gol por entre las piernas, con eso de internet ya hay segmentos del mercado que han derivado a ese canal que abre las veinticuatro horas del día, y ahí no llega el conceller ni el regidor de turno a legislar a favor de corriente.

Creo que esta situación es mala, para la ciudad, para los ciudadanos, para los mismos “botiguers”, para el empleo, y en general para todo el mundo incluidos los políticos que creen que así tiene unos pocos votos más.

Lo que se ha conseguido, es hurtarle al sector la posibilidad de reestructurarse de forma libre y competitiva, permitiéndole buscar nichos en el mercado que permitan el servicio que pretenden dar, a cambio de la rentabilidad necesaria para la supervivencia de las iniciativas que los miembros más imaginativos del sector puedan poner en marcha.

Si hay algo en lo que he creído siempre es en la creatividad de las personas de mi ciudad de origen, de su facilidad para encontrar soluciones imaginativas a los retos que los cambios en los entornos de negocios se van abriendo, y en esta historia creo que han perdido una oportunidad muy buena, y que además espero no acabe siendo el fin del sector.

Confío que en algún momento alguien abra los ojos, y vea los beneficios que tiene la evolución, y la adaptación a las condiciones cambiantes de los entornos. Que los manguitos y las viseras fueron magníficos avances en su momento, pero hoy están obsoletos.

Buenas noches, y buena suerte

 

 

¡Ay Carmena, Carmena!

 

Pasaron los cien días, y ya no te quieren….pero¿ qué ha pasado, mujer?. Vamos que me digan las encuestas que hoy entre los peperos y L’Albert, te dejaban en la estacada, devolviéndote a tu emérito sillón de magistrada, sin posibilidades de desarrollar tu programa y tus ideas. ¡Un sindios, eso es lo que es, un sindios! ¡Ay Carmena!.

Claro que nos prometes no sé cuántas cosas, que si los desahucios, que si lo de Chamartín, que si dejar la casa bien barrida, que si nada de corruptelas.

Que si Carmena, que sí, que por tres concejales, ya no te quieren, que si hoy votásemos los vecinos de la Villa y Corte, te botábamos, vamos, que a casa.

Y es que Carmena, la ciudad sigue como siempre, guarrindonga, que no nos hemos enterado si has sacado la escoba con esas cooperativas obreras que nos decías, que lo mismo lo has hecho, pero es que, corazón, no se nota. El barrio de Salamanca, como siempre, monísimo, pero San Blas hecho un asco, y la Fortuna o Entrevías lo mismo, que no se ha notado. Y claro los tuyos se sienten como los griegos después del fiasco Syriza, vamos, un quiero y no puedo, que les ha cortado usted el orgasmo, vaya.

Y es que el pueblo es muy rencoroso, que les ha dejado usted con los pisos a medio desahuciar, que se nos va de vacaciones con la jet, y eso no queda bien Doña Carmena, aunque sea un chalet a pachas, no queda bien. Le salen a usted unas maneras de la derechona que parece usted de zona nacional de toda la vida, perdiéndose las fiestas de La Paloma, por mor de un veraneo en Sotogrande.

¡Con lo bien que debe usted dar de chulapona, emérita eso sí, pero chulapona!.

Y es que me los tiene usted cabreados por todos los lados, que hasta en China hablan de usted, muchacha. ¡El disgusto que le ha dado usted a nuestro chinito inversor con eso del edificio España, después de que los Botines le apretaran doscientos kilos!.

Sacudir un poco a los chinos me parece hasta bien, ¿qué quiere que le diga?, ellos hubieran hecho lo mismo si hubieran podido, pero vamos a ver ahora qué pasa con la Plaza de España.

Por un lado, que no toques la fachada, por otro que la tiro y te la hago igual, y el edifico vacío, y cayéndose a trozos. Claro que los comerciantes de la zona, incluyendo El Corte Inglés frotándose las patitas, que solo les falta más competencia en el centro, que con eso de la crisis ya no da la cosa para más descuentos.

Pero en eso de cabrear a la peña, se va a llevar usted el Guiness de la cosa. No vea cómo están los militarotes, que como se ha puesto usted estupenda con eso de la plaza de España, el chino ha dicho que lo de comprarles los cuarteles para hacer pisitos que va a quedar para otra reencarnación. Claro, está el Morenés de los nervios, porque sin la venta no cuadra el presupuesto de defensa ni de broma, y las elecciones en diciembre. A ver como se lo explica el Marianico al avezado e informado pueblo español.

Hay más Carmena de mis entretelas, hay más. Yo sé que es cosa del Patrimonio Nacional, lo sé, pero vamos que se nos vengan abajo los árboles del Botánico porque sopla un poquito el Guadarrama es tremendo, menos mal que los del Retiro aguantan, que si no.

Y eso no es todo, que se ha puesto a los botiguers en contra, que les revisa usted al alza el impuesto de bienes inmuebles, que no les dan los márgenes Carmena mía, que les va a hacer cerrar la tienda. Seguro que lo hace para que suba el paro y el Marianico no gane en diciembre, pero seguro que hay otras formas, mujer, seguro que hay otras formas.

Claro, el común de los votantes que ven que su pisito de toda la vida les vale un cuarenta por ciento menos, andan también con su cabreo, que no les bajó usted el IBI en esa proporción, que congelarlo solo no vale. Es el rollo de la devaluación interna, que hay que aplicarlo también a los impuestos, que todos moros o todos cristianos.

Por lo menos consiguió usted mandar a casa al Señor Alvarez del Manzano, lo pasó usted a emérito a los setenta y ocho años. Dos méritos, el suyo por echarlo, y el de él por aguantar más que el rey.

En fin señora mía, que tanto hablar del famoso nepotismo, y me promociona usted a al papá de la portavoz. No es que esté mal, usted sabrá, pero cuando uno entra cogiéndosela con papel de fumar, no puede luego usarse ese papel para liar un canuto. No vale.

Claro me la han puesto verde. ¡Ay Carmena!, que ni con su diazibao lo arregla, y se le echa la peña encima, porque además ha conseguido usted más retrasos en el metro este verano, que la RENFE en los cincuenta.

Dicen que los empleados andaban también por Sotogrande, que está baratito esta temporada, y que el metro lo llevaban los seguratas de esa empresa canariona tan versátil. Sé que es bueno ahorrar, y en esto lo ha hecho usted muy bien, ha ahorrado en número de trenes, que no en pasta. Pero no se puede tener todo.

Al final, ¿qué quiere que le diga?, se nos ha descolgado usted como otra política más, con la boca llena de promesas y las manos vacías de realidades positivas para todos nosotros, sus vecinos.

Una gestión de cien días de incompetencia, y de vacuidad, como todos, ni más ni menos, como todos. Como mucho un gesto, pero nada más, con los errores, las medias verdades, y la incapacidad por bandera.

Solo espero que ese bienvenido que cuelga en Cibeles, no sea otro brindis al sol para la foto, que ya la tiene, que hay dramas humanos detrás de todos y cada uno de los refugiados.

De todas formas, pensaré que, como todo el poder que se deja libre por estos pagos es un poder residual y miserable, le han cortado a usted las alas, seguramente creía usted en su inocencia que tocaba pelo. Pero no, ya lo sabe, seguro, el verdadero poder es muy fuerte y una ex magistrada es muy poca cosa para tanta tela.

Quizás solo le quede decir aquello del “No me han dejado”, y dar nombres y apellidos. No creo que sepa hacerlo, así que esperaremos a las próximas elecciones y al próximo político clónico que la sustituya, o no.

Buenas noches y buena suerte

 

 

Palmira y el poder del Imperio

 

En esas cosas del caralibro, ha aparecido en mi pantalla un comentario del historiador y escritor aragonés Don José Luis Corral, hablando de las destrucciones en Palmira llevadas a cabo por el autodenominado Estado Islámico en ese recinto arqueológico.

Hace referencia el escritor a una obra suya, La prisionera de Roma, que leí en su momento, y que recomiendo leer a todo aquel que quiera conocer aquella parte de la historia del mundo antiguo. La importancia que tuvo la iniciativa de la reina Zenobia, las intrigas a las que debió hacer frente en su momento, su enfrentamiento con el poder de Roma que creyó lejano y poco interesado en las expectativas de una pequeña parte de una provincia de Roma, que vivía del paso de las caravanas, que desde Oriente buscaban los puertos mediterráneos o la Anatolia para llegar al corazón del Imperio.

Comenta Don José luis, que estuvo por aquellas tierras allá por el 2007, y ¡vaya!, también aquel año, en octubre anduve por allí, que no tengo derecho ni intención de olvidar, porque parece que ya no existen.

Hay en el comentario del Señor Corral, una evocación al derrocamiento de Allende a bombazo limpio sobre el Palacio de la Moneda, por parte de los yanquis, usando a su esbirro local Augusto Pinochet, y la verdad es que a mí no se me vino lo mismo a la cabeza, cosa por otra parte normal, que no tengo yo la categoría intelectual de Don José Luis, y no se me espera por esos pagos, suscribiendo, obviamente, todo lo que magistralmente expone.

Lo primero que he hecho, ha sido desempolvar mi bitácora veneciana y recuperar las impresiones que de aquel viaje que no estaba diseñado en la clave del drama que se está viviendo hoy, sino que de lo que se trataba era de descubrir varias cosas.

Una era la influencia que el Imperio Romano tuvo en la zona, las actuales Siria y Jordania.

Los restos de las ciudades refugio de las caravanas comerciales, Palmira y Petra, como claves de aquel mundo.

La grandeza del Imperio Omeya, al que tanto debe la cultura hispano árabe.

Luego ver lo que significaron las Cruzadas y las huellas que allí quedaron.

Y por último casi con el libro en la mano, llegar a Acqaba como un Lawrence cualquiera, buscando los pilares de la sabiduría.

Nada que ver por tanto con los acontecimientos que hoy se están dando en la zona y que nos tienen encogido el corazón a todos.

Pero vamos a lo que ha llevado a sentarme delante del teclado, y es lo que me ha evocado el tema de la destrucción de los restos que de Palmira aún se levantaban en medio del desierto, camino del Eufrates.

La, al parecer bellísima Zenobia, se la lió parda al Imperio Romano, más por la amenaza, que por la realidad de los hechos. No gobernó más allá de cinco o seis años, pero extendió sus dominios hasta Egipto por el sur y hasta la mitad de la Anatolia por el norte. Hacia el este cruzó hasta algo más allá de Bagdad, sin entrar en muchas precisiones.

De hecho, lo que hizo, fue repetir un poco parte de la hazaña de Alejandro, al someter poblados con un ejército entrenado, con el fin de garantizar el control sobre las vías del comercio que las caravanas utilizaban desde tiempos inmemoriales.

La reacción del Imperio Romano, fue eliminar lo que consideraron en algún momento una amenaza. Fallaron en un primer intento, lo que les costó alguna que otra legión, pero finalmente los ejércitos de Aureliano, derrotaron a las tropas de Zenobia en la actual Homs, la apresaron intentando cruzar el Eufrates, y la llevaron prisionera a Roma para exhibirla como siempre hizo el Imperio con los derrotados por sus cónsules.

No sé si luego la decapitaron y la despeñaron desde la roca Tarpeya, o le pusieron una villa en el Tívoli, que queda mucho mejor para final de novela rosa, pero eso es irrelevante ahora.

Palmira fue destruida por el Imperio Romano, muerto el perro se acabó la rabia. El tiempo se encargó del resto, algunas de sus piedras se usaron en la construcción de los poblados surgidos en sus alrededores, aunque quedaron las tumbas sin ser demasiado profanadas, y que por cierto me maravillaron,

Los templos aún aguantaban,  unas filas de columnas siguiendo el cardo y el decumenum de la ciudad y un anfiteatro casi en uso.

Con todo la visión desde las colinas que dominaban la ciudad, al atardecer dejaron en mi retina una imagen inolvidable.

La historia está llena de la destrucción de los asentamientos que perdieron su guerra contra aquel que en su momento fue el más poderoso, y las guerras muchas veces se emprenden por el simple hecho de que alguien se siente amenazado.

Kissinger, creyó amenazado su poder en Sudamérica con la llegada de Allende al poder, y lo destruyó, no por Allende, sino por lo que podría significar un posible efecto dominó en la zona. No sembró de sal Santiago pero llenó el país de Jaras muertas.

Cartago fue sembrada de sal, y como Cartago, cientos, miles de ciudades, civilizaciones siguieron la misma suerte por los invasores, o por los que se sintieron de alguna forma amenazados. Es la historia de la humanidad.

La guerra en Siria, como ya está claro, es la continuación de las disputas armadas que desde la muerte del Profeta, se vienen sucediendo en el Islam. Lo Omeyas/hashemitas de Damasco, que salieron por piernas hacia Occidente cuando los abbasies le dieron cera, los sunníes, los chiíes. Todos contra todos, están en sus guerras de religión, como las que tuvimos en Europa hace seiscientos años. Lo mismo, con la misma brutalidad. Y si hay que arrasar una ciudad, una cultura, se arrasa, que para eso somos seres humanos. ¡Faltaría más!.

Se me ha escapado, ya salió Más. Y es lo que se me vino a la cabeza, no como al Señor Corral, que se le vino Allende.

El Señor Más, me temo que se está empezando a perfilar como una amenaza para muchos, y me temo también, que a base de falsear la historia en su beneficio, se le están olvidando algunos capítulos fundamentales de la historia de la Humanidad que acabaron las más de las veces de una forma nada saludable para sus impulsores.

Si la patraña que ha puesto en marcha en el noreste de España, sigue hacia adelante, pueden tomar alas ideas parecidas en Córcega, en los Países Bajos, en Escocia, en Lombardía, en Groenlandia….por lo menos. Lo de Kosovo, puede ser un ejemplo del aislamiento que pudiera tocar, pero hay demasiada pasta en juego comparada con esa pseudo república balcánica, para que se permita.

Ya hay poderes que están empezando a advertir en foros públicos, que no ven con buenos ojos el tal movimiento, que por otra parte se está llevando hacia delante de forma tramposa y torticera. Se ha advertido desde Alemania, desde el Reino Unido, con todas las letras, y esperemos que los yanquis se estén quietos, pero me consta que tienen un ojo puesto en el “process”, haciendo cálculos de lo que una tal amenaza puede costarles.

Los mercados financieros ya se están haciendo eco de que hay una amenaza, y que los doscientos y pico mil millones de euros que debe Cataluña a unos y a otros, pueden peligrar en un escenario independentista.

No creo que se arrase Barcelona, sembrando después con sal la Meridiana o el Fossar de las Moreras, no lo creo, pero hay muchas formas de arrasar hoy una tierra, sobre todo si ha de servir de ejemplo para que este tipo de conductas no se repita en otras latitudes.

El eco internacional que está despertando este movimiento de segadors del siglo XXI, es más que eco, sordina. Por el momento, no han llegado demasiado lejos, ya veremos, pero no hay cosa que más le apetezca a la comunidad internacional, que la aparición de conflictos que puedan derivar en armados en cualquier momento, así que por Dios no demos excusas.

No olvide el Señor Más, que la reina Zenobia perdió su imperio por enfrentarse a Roma, que Allende murió, y con él el sueño socialista de Chile, que desapareció. Que la historia nos ha dejado claro que las amenazas al Imperio, no se aceptan, te borran de un plumazo, que pierdes hasta la camisa, muchacho. Y ahora se están haciendo los cálculos de lo que el “process” significa para las arcas de los poderosos.

¡Ah!, y que no se me olvide, el Imperio, el poder, y los poderosos, no viven en la Castellana. El Señor Kissinger, sigue vivo.

Buenas noches, y buena suerte