Trescientos

No voy a ponerme a charlar de Leónidas y las Termópilas, porque estos trescientos de los que quiero hablar hoy son terribles y el dato me la ha dado Doña Almudena Ariza en el Telediario de la noche. Asustado me ha dejado.
Dice la Señora Ariza que trescientos son los tiroteos masivos que llevan este año en Estados Unidos, y aunque no ha dicho el número de muertos, debe ser elevado ya que en el de hoy ¡uno diario, amigos! aún no los han contado.
Lo que me aterroriza es que parece que amplias capas de la población, se sienten felices, y sobre todo defendidos con la posesión de armas ¡de guerra!.
Esta última vez, el tiroteo ha sido en un centro de discapacitados y donde se recogían gentes sin hogar. Aparentemente tres tipos blancos con rifles de asalto se han liado a tiros y daban al menos treinta tiroteados y unos quince muertos.
El otro día, una clínica en la que al parecer se practicaban abortos, y en colegios, universidades. No llegan muchas noticias, y menos, detalles de los incidentes que llegan a sumar trescientos. Quizás los hayan dado en la CNN, o incluso en Bloomberg, no lo sé, quizás demasiada información y no me había dado cuenta.
Yo no sé si es cosa de la Rifle Association aquella que llegó a presidir Charlton Heston, y que aglutina a lo más reaccionario del republicanismo americano con más de cinco millones de miembros, ¡cinco millones!, que desde 1871 intentan proteger la segunda enmienda a la constitución de los Estados Unidos de América, el que se haya llegado a esta situación, pero ayudar han ayudado.
La tal enmienda, publicada en 1791, viene a decir más o menos:
“Siendo necesaria una Milicia bien ordenada para la seguridad de un estado libre, el derecho del pueblo a poseer y portar armas, no será infringido”
Vamos, chicos, que no hay organización estatal suficiente, y necesitamos que la gente se defienda, así que crearemos somatenes, si es necesario, y como estamos en un período revolucionario, mejor será que andemos con las escopetas para que los colonos protejan sus tierras, o nos defendamos de quienes no quieren un federalismo democrático. Ese es el origen de la Segunda Enmienda.
La senadora Sarah Palin, gobernadora de Alaska, ultraconservadora, es hoy un miembro destacado de esta intransigencia, a mi modo de ver obsoleta, pero que está protegida por una sentencia del Tribunal Supremo, y sobre todo por el placer de portar un arma que sienten muchos americanos.
Yo siempre he pensado que las cosas son para usarlas, que nadie se compra una televisión para tenerla apagada, y claro nadie se compra un arma para ver como le salen telarañas en el cajón de la mesilla de noche.
Así que si mezclamos la Segunda Enmienda, con unas gotas de intolerancia, un mucho de incultura, y cómo no, una industria armamentística de primer orden, salen trescientas matanzas a tiros al año, porque no me gusta el color de tu piel, no me gusta tu estatus social, no me gusta tu forma de pensar en esto o en aquello.
Solo tengo que apretar el gatillo para que el problema se solucione, disparo y listo. Claro que si estoy paranoico, siempre puedo usar la escopeta que hay en casa, y llevarme a unos cuantos por delante, antes de que la policía te levante la tapa de los sesos.
No me gusta que te burles en clase de mis pecas, no me gusta que me despidas de mi trabajo, no me gusta que no me sonrías por la mañana, tengo que defenderme, no me gusta sentirme de alguna forma amenazado por ti, y como buen americano que soy echo mano de la Segunda Enmienda, y adelante, que todo el monte es orégano.
Con estas premisas, y a pesar de que buena parte de los americanos, estoy seguro, consideran esta situación como un tremendo y peligroso atavismo, no pueden revertir la situación. El país es agresivo e intransigente, no solo con sus ciudadanos, sino con el resto del mundo. Pobre de ti si no piensas como ellos, hablas su idioma, compras sus productos, o crees en su mismo dios. Te has transformado en su enemigo, y tienen la Segunda Enmienda y las armas.
Trescientos….millones de armas en manos de particulares, que son trescientos millones entre blancos, negros, amarillos y aceitunados, como me enseñaban en el “cole”, es decir, un arma por persona, incluyendo bebés de teta.
El dato, los datos, son terribles. En Estados Unidos, el número de armas por cabeza, duplica al de su inmediato seguidor, Yemen, al sur de la Península Arábiga, que tiene una fama de violencia solo parangonable con su nivel de desarrollo. Además ahora los pobres, están en guerra.
A mí, las armas nunca me han gustado. Solo disparado una vez en mi vida, en la mili, con el CETME reglamentario en el campo de tiro. Malas trazas me vería el sargento, que no me dejó dar el segundo, y me mandó al botiquín a poner vacunas.
Me temo que hay también muchos americanos que son como yo en ese sentido, que no les gustan las armas de fuego, y no quiero imaginar como se sienten viviendo en un país en el que seguro tu vecino tiene las suyas, y a lo mejor tu perro se caga en su jardín, o se te rompe una cañería encima de su cocina. Creo que es una forma insana de vivir, porque en un entorno como ese, a lo mejor necesitas tu pistola…..y negocio para los fabricantes de armas.
Leyendo un poco las noticias que me han llevado a esta reflexión, observo que el Imperio, ha prohibido todo tipo de estadísticas relacionadas con estos hechos, así que en el país donde se conoce al dedillo cualquier dato, por inútil que pueda parecer, que sea medible, en este tema nada de nada.
Así que todo son estimaciones, y en ese entorno, los cálculos supongo que varían con el color del político local, de la forma de pensar del medio de comunicación de turno, y me temo que la realidad, al precio que en Wal-Mart te venden una “pipa” en el “Black Friday”puede ser incluso peor de lo que se estima, de forma interesada, claro.
Como colofón, quiero comentar que una de las muchas neuras que tienen los yanquies, es la “seguridad de sus ciudadanos”, y la forma de actuar es tener armada a su población, poner pelis en la tele, donde la primera pregunta que le hacen al pollo de turno cuando le dan una “pipa”, es ¿sabes cómo funciona?, y ahí le ves haciendo clis clas, montando el arma, quitando el seguro, y matando a siete con una sola bala, como hacía Marcial Lafuente Estefanía con sus personajes…(claro que don Marcial escribía en la posguerra y las balas costaban un pico).
La segunda pata de la seguridad es estar en estado de guerra casi permanente, con ejércitos operativos en todo el mundo, y decidiendo el nivel de su intervención en función del dinero disponible, que como todo el mundo sabe esto de la guerra, de los disparos domésticos, de la seguridad…..y sobre todo del miedo a lo que yo te diga, es el gran negocio y es realmente lo que mueve el mundo. ¡que nadie se crea que es el sexo quien lo mueve!.
Buenas noches, y buena suerte

Feliz Solsticio

Una vez superado el Thanks Giving Day, el Black Friday, y sin acordarnos ya casi del Halloween, nos vamos a meter en adviento (adventus redentoris como todo el mundo sabe)
Aunque, eso sí, aún está el Ciber Monday, las elecciones del 20 de diciembre el rally de Navidad del Ibex 35 y hasta el día de los Inocentes. Vaya mesecito que nos espera, y yo con estos pelos.
Creo definitivamente que deberían prohibir el mes de diciembre, aunque dejarían sin juguete a todos esos pollos de los que si podemos no debemos, o si debemos no podemos, de los pseudoanarquistas de bollicao y escuela sociata, que no podrían desearnos feliz solsticio.
Puestos a celebrar, siempre he preferido el de verano, que te metes en la Lanzada, en una de esas celebraciones de fertilidad, y con suerte pillas cacho, o te aprietas una gallega, o la gallega te aprieta a ti, y eso que te llevas.
Ahora en diciembre la cosa es mucho más pesada, si quieres playa tienes que irte a Punta del Este por lo menos, y con eso de las low cost a la que te descuidas te dan crianza del Penedés en Business. Un rollo patatero, asi que habrá que echar mano de los cuatro buenos propósitos del adventus redentoris, y a currarlos, a saber, el amor, la paz, la tolerancia y la fe…..¿por cierto tenéis ya lotería de Navidad?, lo digo mayormente por lo de la fe, aunque haya que esperar hasta el 22.
adventum redentoris
Corona de adviento. La simbología de las cuatro velas hace referencia a las cuatro semanas que dura, y a las cuatro virtudes a las que invita a reflexionar.
Del amor no voy a hablar, que luego parece que esto es una de esas cosas como Ama Rosa, por capítulos como los que escribía Don Benito, “el garbancero” o José Mallorquí más en nuestros día, pero ya que estamos veremos que hay por ejemplo de esa cosa que llamamos paz, y que es menos abundante que el oro en Fort Knox.
Como ya he comentado en alguna que otra ocasión, la Humanidad anda matándose aquí y allá, sin descanso, y a los que no nos toca en primera persona del presente de indicativo, nos parece que esas muertes son en tono menor, pero las guerras nunca son en tono menor, y lo que es peor no acaban nunca.
Este mes de diciembre, está media Europa con el miedo metido en el cuerpo, y la otra media soplando a la pluma para que no le reviente un islamista en la misa del gallo; y entre gallos andan cacareando a ver quién es más burro, si Erdogan, al que le han manchado el pasillo aéreo, o Putin recogiendo cadáveres y montando misiles apuntando a Ankara. La paz no goza de buena salud, aunque el Papa se empeñe en pasear por el África ensangrentada para decir a los pobres que no se cabreen, que esto pasa, y para ellos antes, que con cuarenta años ya están en el otro barrio.
Hollande, el putero del Elíseo, ha declarado que está en guerra, y lleva razón, lo está, pero no desde hace unos días por el sangriento atentado en Paris, Francia está en guerra, desde que en el Hotel Crillon, en la Place Concorde, Sir Mark Sykes y François Georges-Picot, allá por 1916, se repartieron los territorios del Imperio Otomano. Protectorados británicos, y franceses cuna de guerras y muerte, que desde entonces a nuestros días, han sido el pane nostrum cotidianum.
El acuerdo fue en si mismo una traición a los líderes locales, a los que se les prometió el oro y el moro si ayudaban a los ejércitos europeos contra el otomano. Para datos de lo que pasó, lean “Los siete pilares de la sabiduría” de Thomas Edward Lawrence, que andaba por allí y le pilló de lleno.
Si Francia está en guerra desde entonces, luego cuando salió de Argelia se recrudeció, y más adelante cuando no supieron tratar como ciudadanos franceses a los argelinos que salieron por pies (negros) del infierno del norte de África, y les buscaron apartamentos en los”banlieu”, crearon un caldo de cultivo maravilloso para el desarrollo de los gérmenes que ahora explotan .
Hoy la guerra ha llegado a Paris, (la ciudad que se abrió de piernas ante los fálicos tanques hitlerianos), y será difícil que alguien la pare, incluso en adviento, tiempo en el que la tradición cristiana nos lleva a reflexionar sobre la paz.
Es la desfachatez del Islam, que tumba Bataclán, Les Invalides o la Tour Eiffel,si se ponen a tiro, lo mismo da, no hay respeto.
Todo lo que confío es que no nos toque por nuestro pueblo, que los petardos que aún tienen que reventar los suicidas del Isis, lo hagan por otro sitio, porque hacerlo, lo harán. Tarde o temprano. La tradición islámica no celebra el adviento, ya sabes.
La siguiente recomendación de los días de adviento, es la plegaria por la tolerancia, o al menos la reflexión sobre la tolerancia. Me parto cuando desde esferas religiosas se llama a la tolerancia. Desde el lado oriental, mal lo veo, y a nuestra Iglesia solo la veo si están las cámaras y la prensa delante, o hablamos de los pecadillos sexuales de los mosenes (meter la mano en la caja vaticana ya da las primeras muestras de intolerancia, lo llevan fatal).
Así que la tolerancia ahora es cosa del ciudadano de a pié, y ya hemos hablado de eso otro día, con lo que no veo a la peña muy por la labor de ejercer la empatía, ni siquiera en estas fechas solsticiales. No lo veo, y menos a los de la CUP tolerando a la burguesía de San Gervasi, o al Sr. Montoro que sea tolerante con pasarle pasta a los del CDC. Tampoco se espera tolerancia con la pifia financiera de Abengoa, aunque si se imagina cierta tolerancia con el clan Pujol, o con los chicos de los ERES andaluces, que nunca se sabe. Al final la tolerancia para quien puede pagarla.
Y la cuarta pata del adventum redentoris, la fe, se la dejaremos en parte a la lotería, y en parte a las quinielas, porque aunque machaconamente nos digan que esto va viento en popa, se nos hunde Abengoa por listos, el Ibex un 40% más bajo que allá por 2007, la peña gana setecientos euros al mes y tienen que mover el rabo de alegría, los impuestos más altos que nunca y los gastos del estado creciendo junto a la deuda nacional.
Poca fe queda como digo en lo que nos rodea, menos fe en quienes ostentan el poder, ya que para ellos ya sabemos lo que somos, esclavos externalizados. Menos fe en la calidad de nuestro mundo que se nos viene abajo aunque la culpa la tengan las emisiones de metano de las vacas, que puestas a cuescarse lo hacen con más poder que las centrales eléctricas de carbón de la Chinanachinana te voy a regalar.
Celebraremos pues el solsticio, con turrones y mazapán si da el bolsillo, o con arroz con tomate de Cáritas si eres una víctima del desamor, de la guerra, de la intolerancia o del descreimiento, por separado o en su conjunto, veremos los petardos que da la tele desde Copacabana, o desde la plaza del pueblo, y si queremos repetir, pues vemos las campanadas canarionas, que siempre han tenido su aquel.
Confiaremos, con poca o ninguna fe, que las tortas no nos den, o nos den poco, porque tortas van a repartirse, como siempre.
Ya me perdonaran sus gracias el tono, pero no puedo ser más optimista, ya que cada vez que intento levantar una punta de la alfombra, me intoxico con lo que hay escondido por ahí abajo, y no me venden mascarillas antigás porque dicen que la guerra química está prohibida.
Angelicos.
Buenas noches, y buena suerte