De rufianes, tratados y columbarios

Estos días hemos tenido en nuestra España doliente ejemplos de los que deben y no deben ser seguidos. Ya me metí en su momento con el señor Iceta, y su actitud antidemocrática, que al menos así me lo pareció.
En esa línea debo decir que para compensar, y como si hubiese leído lo que comenté de su conmilitón, Don Pedro Sánchez, me sorprende gratamente, eso sí, renunciando a su acta de diputado, para seguir con limpieza democrática luchando por sus ideas, creencias, o estrategias, que me da lo mismo, intentado salir del atolladero desde cero.
Bien señor Sánchez, alabo su actitud, es la que un demócrata debe exhibir. Cosa diferente es que en estas líneas apoye o no sus puntos de vista, eso ya es otra cosa, pero usted se ha comportado como un demócrata, y como tal, tiene usted todos mis respetos.
Y como estamos en el tema de las actitudes, me parece deplorable que el Señor Rufián, haya utilizado de una forma tan miserable la tribuna de oradores, que uno puede ser duro, pero no mostrar unas maneras que creo no son adecuadas para la tribuna en la que se expresó. Desde Santa Coloma de Gramanet nos podrían haber enviado alguien que no hiciese bandera de la zafiedad. Pero son los tiempos que corren, y es a lo que debemos acostumbrarnos, que algunos de los hijos de la LOGDSE nos han salido así.
El odio, Señor Rufián, debería quedar fuera de esta tribuna, creo yo, que si por una dejadez de nuestros gobiernos consiguiera mi tierra esa independencia por la que nos dice suspira, se iba a enterar usted de lo que es ser charnego en esa Catalunya estelada.
Durante los últimos días, nuestro país se está preparando para afrontar los trabajos que la inutilidad de nuestros representantes, empeñados en decidir si son galgos o podencos, han postergado por más de un año, y entre otras cosas nos encontramos que desde Europa nos están pidiendo cinco mil quinientos millones de euros para cuadrar las cuentas, y los corifeos del estado, ya están mirando a los bolsillos de los contribuyentes con ojos golositos, sin darse cuenta de que hay una cosa que se llaman empresas públicas, susceptibles de venderse, que el Estado metido a empresario no me parece la mejor de las soluciones.
¿Alguien se ha parado a pensar cuánto vale AENA?. La gestión de los aeropuertos nacionales ha producido este año alrededor de trescientos millones de euros al trimestre en beneficios, unos mil doscientos al año. El Estado mantiene el control del cincuenta y un por ciento del capital, es decir que su paquete, mal vendido, podría representar alrededor de diez o doce mil millones de euros. Problema resuelto, y parte del de la hucha de las pensiones.
Parece que se nos olvida que hay participaciones en la banca, comprada a costa de nuestras espaldas, que en sectores como la energía, (Enagas, Red eléctrica), alimentación, hostelería, transportes, minería, comunicación, logística, aeroespacial, tecnología…el SEPI (Sociedad Española de Participaciones Industriales) tiene participaciones bien mayoritarias, bien minoritarias, pero que de su venta se pueden equilibrar los presupuestos, por no decir lo que significaría simplemente desprenderse de tantas y tantas empresas inservibles o deficitarias.
Creo que de cosas como la agencia EFE, Correos, Indra Airbs….se puede sacar un buen dinero, que cuando se vendió Telefónica tampoco se hundió el mundo….
Cierto que muchas puertas correderas de esas que tan bien sirven a los políticos se cerrarían, pero como se dice en estos días del Samhain, “haber escogido la muerte”.
Reconozco que lo fácil es pillar de naja al contribuyente, pero al contribuyente de a pié, que el otro ya se defiende bastante bien, y escuchando al recién jurado nuevo Presidente del Gobierno de España, parece que esas cosas tan de la derechona, de no te preocupes, que te bajo los impuestos, ya no aparece en sus discursos, innecesarios por otra parte, para alcanzar el sillón presidencial, que todo el pescado estaba vendido cuando la Señora Pastor dio el pistoletazo de salida. Así, que me temo lo peor.
Los devotos del ultraliberalismo económico, están frotándose las patitas delanteras viendo cómo se desinfló el valón, que sí, que con la reserva de soberanía que quiere mantener, pero sabe que han perdido sus representados, (él quizás no) y con ellosl todos nosotros, cuando ha permitido que finalmente salga adelante el tratado de libre comercio con los canadienses.
Ahora veremos cuántos parlamentos franquistas tenemos en Europa, de esos que ceden a tribunales espurios la soberanía y el poder que el pueblo les ha dado, haciéndose el seppuku, como un samurái que haya perdido el honor .
Pero estamos en tiempos turbulentos, y la lección nos la da Don Quijote, respondiendo a Sancho cuándo este le reclama salario, “Que más vale buena esperanza que ruin posesión”, así que no olvidemos a nuestro caballero, no seamos ruines como Sancho, y confiemos en que el tratado nos dé una ínsula sea Barataria, o sea la maravilla del comercio global libre de trabas, de legislaciones, de proteccionismos. Y si no nos gusta, siempre estará el bachiller Sansón Carrasco dispuesto a ser escudero del caballero. Competencia se llama esa figura, en la que siempre pierde el pobre, que acabará trabajando por la comida, y aún así escasa, y creyendo que admira a su señor.
Y por fin Francisco se nos lanza a la alabanza luterana, que el papa emérito, tan ligado él que estuvo a esa Inquisición que ahora se reconoce como “Congregación para la Doctrina de la Fe”, debe estar mirando si le puede organizar un Auto de Fé al bonaerense, que con estas cosas no se juega.
Y que conste que me parece bien lo que hace Francisco, que eso de hablar con la competencia siempre tuvo provecho, aunque en estos mundos de mercantilismo calvinista, lo mismo me hacen un cártel espiritual, y acaban subiendo los precios de los oficios. El low cost no ha llegado aún a los temas eclesiásticos.
Con eso de que aventar las cenizas de los deudos, o repartirlas entre la familia, parece cosa del diablo de un tiempo a esta parte, está la cristiandad que no sabe qué hacer con la urna del abuelito.
La señora Concostrina, el otro día, mientras ganduleaba en la cama antes de echar pié a tierra, me contó la razón del nuevo pecado y aún no he podido encajarme la mandíbula de la risa que me entró.
Se trata de volver a alquilar, en negro claro, los recintos sagrados, como criptas de iglesias, catedrales, monasterios y basílicas. Que como las autoridades sanitarias ya no permiten enterramientos, sino en lugares acondicionados….como cementerios, pues se estaba perdiendo una pasta gansa. Coste de oportunidad se llama esa figura, las escuelas de negocios llegan a todas partes.
Se habilitan columbarios super sagrados en estos lugares, y a cobrar según la voluntad de las familias, y claro, del lugar donde se depositen. Es que el culto sale por un pico, y si hacemos que la limosna sea secreta, IVA, y Sociedades que nos ahorramos todos.
No sé, pero yo me hago muy mayor, y me da que no hay un protocolo de actuación claro por parte de las autoridades eclesiásticas, que no se habla de cimacios, de entablamentos, y mucho menos de las urnas cinerarias que puede contener uno de estos espacios, así que será el Señor cura de Cucugnan el que vaya haciendo los apaños necesarios en su parroquia, que la iniciativa y el emprendimiento han sido siempre gratos a los ojos de Dios y de los hombres.
Con su pan se lo coman

Se desinfló el valón.

Poco dura la alegría en la casa del pobre, dice el viejo refrán, pero esta vez ha sido muy, pero que muy poco lo que nos duró hinchado. El líder valón, que nos llegó a parecer el nuevo Astérix, que algo de galo parece que tenía, se dejó vencer por el Imperio.
No, no están locos esos romanos, saben muy bien dos cosas, la primera como hay que dominar el mundo, y la segunda que lo de la poción mágica está muy bien para los cómics, pero realmente no existe, de forma que la supuesta aldea gala que iba a hacer frente a los tratados esos con Canadá, esos que hacen llorar a las ministras de comercio del señor Trudeau, ha sido tomada por los romanos, y ni siquiera Ideafix ha podido hacer nada.
Hombre, su cuñita ha metido, que quiere que la corte europea meta un poco las narices en eso de los tribunales indepes que deberán juzgar las desavenencias entre las multinacionales y los países….¡Como si no tuviésemos ya nuestras leyes, y nuestras normas, y nuestros jueces!.
Batalla perdida, y lección a tomar nota por los que piensan aún que nuestra querida Europa, y por ende el Mundo, no está regido por esos entes evanescentes que se llaman multinacionales o plurinacionales, que me da lo mismo.
Parlamento tras parlamento se merendarán con sopas del col fermentada el mandato de representar la soberanía que el pueblo ha delegado en ellos…”pardalets”, que diría mi amigo Emilio.
Así, que si el diablo no lo remedia, deberemos irnos preparando para asumir cualquier decisión que en aras de la productividad todo ese enjambre de mercaderes verterá sobre nosotros, y desde luego, que nadie se preocupe, las explicaciones que se nos darán serán fantásticas, que para eso están las grandes escuelas de negocios donde se forman los nuevos centuriones.
Esas escuelas donde cosas como la ética, se explica solo para que entiendan los miembros de sus ejércitos, eso de que meter la mano en la caja propia está mal, que las auditorías internas lo controlan muy bien, pero de puertas afuera no pasa nada, es más si pasa….si se hace poco.
Estos tratados son de alguna forma, y desde mi humilde e ignorante punto de vista, otro golpe en la línea de flotación de lo que hemos conocido todos como humanismo. El ser humano, el individuo está llamado a desaparecer, al menos en sus facetas de ser que piensa, ser con inquietudes, ser en definitiva con trascendencia.
No quiero aparecer como un viejo cabrón retrógrado, aunque lo sea, o quizás sí, porque lo que me temo, y ya leí en su momento con referencia a una de las últimas crisis del siglo pasado, una frase de esas de portada del Times magacine, que se preguntaba ·What kind of society have we created which sacrifices people on their prime?. (¿Qué clase de sociedad hemos creado que lo primero que hace es sacrificar a la gente?)
Y ahí tenemos posiblemente a qué nos va a llevar este desarrollo exponencial que estamos teniendo y que definitivamente no veo que esté diseñado para el bien de la humanidad, veo que está diseñado para el bien y el progreso de algunos hombres, que posiblemente sean el sueño de Malthus, la famosa catástrofe malthusiana, a la que creo hemos llegado.
Pero las cosas se han hecho de forma muy sutil, ya que la gran crítica que se le hizo a Malthus, fue que no tuvo en cuenta el desarrollo de la tecnología que seguramente podría resolver el problema de la falta de alimentos. Pero eso ha sido superado.
Me temo que lo que ha ocurrido desde aquel final del siglo XVIII, hasta nuestros días no ha sido la extinción de la raza humana por la sobrepoblación del planeta, ha sido algo mejor, hemos creado una segunda especie humana que llamaría H. sapiens crasus, es decir esa parte de la humanidad que jamás se reproduciría, (salvo excepciones puntuales) con el resto de H. sapiens.
Porque no veo yo a una hembra de Park Avenue, o del septième de Paris, ni a un macho de Chelsea, o de Wimbledon reproducirse con un yemení, o un eritreo, por no hablar de un nepalí un haitiano, o alguien de los barrios duros de Calcuta, dicho sea exagerando. Pero vamos, ni siquiera con gente de su misma ciudad, de esa que vive en los barrios periféricos, en los guetos, en los barrios obreros….Y como las especies acabamos definiéndolas como la incapacidad de reproducirse entre ellas, pues tenemos que ese hombre/mujer de la subespecie crasus, no lo hará jamás, pero no por genética, sino por causas sociales y económicas.
La ley promulgada por los Whigs (antigua denominación del PartidoLiberal Inglés), Ley de pobres de 1834, fue considerada por sus detractores como una ley con tufillo malthusiano, diseñada para forzar a los pobres a emigrar, a trabajar por salarios más bajos, y a vivir con una cantidad menor de alimentos”. ¿No suena a rabiosa actualidad?
Es el ultraliberalismo en el que estamos ahora inmersos como expresión del triunfo malthusiano, quien está promoviendo este tipo de iniciativas que en nuestra España no nos son ajenas, como no fueron ajenas en su momento a la escuela de Chicago, a Keynes.
Quisiera en este punto reflexionar sobre algunas de las iniciativas que en el pasado siglo influyeron sobre alguno de los problemas con los que hoy, en nuestro mundo occidental del siglo XXI estamos luchando. El primero fue la introducción delos métodos anticonceptivos…..a quien se los pudiese pagar, ya que hasta el Club de Roma, con diferentes excusas, algunas tan burdas como la imposibilidad de encontrar nuevas fuentes de energía, si la demanda sigue creciendo….
Con todo esto lo que hemos conseguido en nuestro mundo desarrollado son desequilibrios estructurales en nuestras poblaciones, en las que las tasas de natalidad ha bajado a niveles por debajo del mínimo de sustitución, donde las masas de “viejos” empiezan a ser inasumibles por los sistemas económicos que sustentan nuestras organizaciones sociales.
Y ojalá la tecnología y las promesas del señor Gates, de que se eliminará el hambre en el mundo allá por los años treinta, y que el cáncer se curará en diez años, me suena, con perdón a broma de mal gusto.
Ya que lo que al final leo, es que él y los de su especie, H. sapiens crasus, no morirán de cáncer, y desde luego no le faltarán los alimentos que tanto les gusta ver en la mesa del piso cincuenta de la quinta con la setenta y cinco, pero sigo creyendo que para más del noventa por ciento de la población esa cura no estará disponible, y desde luego no habrá huevos con jamón en Ghana, habrá el pienso que los “crasus”, han diseñado para los “sapiens”.
Y eso es malthusianismo puro, amigos, se crea una especie superior de seres humanos, perfectamente controlada en número, y el resto pasa a la consideración de animales a los que hay que alimentar con los productos de Monsanto, pienso sintético, adaptado.
Y esos verán pasar los coches sin conductor, se asombrarán con los logros del transhumanismo, verán a los de la especie “crasus” cumplir los quinientos años, no entenderán como utilizamos los chips de transmisión de pensamiento, y por supuesto, seguirán sin reproducirse con los de Park Avenue, que seguramente hayan introducido una modificación genética en una de las dos subespecies para evitar reproducciones no convenientes, y ya, como si fueran chimpancés.
Con su pan se lo coman

Mi sillón….mi tesoro

La suerte que tenemos los que no somos “istas”, es que nos podemos meter con los que lo son, y el espectáculo que siguen dando los socialistas, a los que como ciudadano, siento constatar que mi ruego de hace unos días, que se dejasen iluminar por aquel dios que fuera de su confianza, me temo ha caído en saco roto.
Me estoy ahora refiriendo al señor Iceta como líder recién nombrado de Partido Socialista Catalán, y que no quiere seguir la decisión tomada democráticamente en una votación en el que libremente participó.
Lo mismo para otros grupos dentro del PSOE, a los que desde fuera parece que les importa un real pepino esa cosa que se llama votar en democracia. Que cuando uno acepta ser de una organización, asiste voluntariamente a una reunión donde se vota algo, aunque su propuesta no triunfe, debe aceptarla como suya, pelear por ella, y conseguir que sea un éxito.
Todo lo demás es desde mi punto vista, cuanto menos mezquino, y con una carga de pequeño dictador en el alma, que ríase usted de los famosos cuarenta años.
El señor Iceta, que acaba de ser elegido presidente del PSC, no hubiese entendido que quien quedó en segundo lugar en su elección, no reconociese su triunfo, e inmediatamente no se pusiera a su disposición para luchar codo con codo, con quien fuera su oponente hasta el mismo instante en que se aceptó el resultado de la votación. Por no hablar de que le hubiese empezado desde el primer momento a dinamitar el proyecto.
Eso es lo que se estilaba cuando los herederos de los reinos debían matar a sus hermanos para evitar que les arrebataran el poder del trono, pero hoy los modos y las herramientas son muy otros, o eso creía yo.
Y dar el portazo si tu tesis no triunfa, no vale, que quien acepta el método democrático de la aprobación por mayoría, sabe que la deserción si no sale lo tuyo, directamente no vale, que al votar has adquirido un compromiso de luchar por la tesis vencedora.
Pero de nuestros políticos, en general cutres, mezquinos, mal formados, arribistas, y cuanto menos poco transparentes, por no utilizar el calificativo de mentirosos, se puede esperar cualquier cosa.
Señor Iceta, debería usted evitado asistir a la reunión de su ejecutiva, si no estaba dispuesto a acatar la decisión de la mayoría, y debería, bien haber dimitido inmediatamente de su cargo en el partido, o bien haber hecho que su partido abandonase la federación que le une al PSOE.
Parece que lo peor de nosotros, y hablo de los catalanes como yo, está aflorando con unos tintes que parece que han llevado el pensamiento de mi tierra a unas cotas de ausencia de “seny”, verdaderamente alarmantes.
Si no me gusta lo que se decide democráticamente en las instituciones, sean las que sean, intentaré, no convencer ni apoyar a quien haya conseguido que sus tesis sean las más aceptadas, sino que lucharé utilizando cualquier arma fuera del sistema para que me den mi piececita de chocolate.
Es vomitivo, porque todos y cada uno de estos que no son capaces de entender el significado de votar en democracia, y las consecuencias que conlleva en cuanto a la aceptación honesta de los caminos trazados por la mayoría, jamás aceptarían que alguien utilizase esas mismas armas para oponerse a ellos.
Pocas formas de estrechez de miras son más dramáticas que esta, ya que conlleva el no ser capaz de analizar las virtudes que otros puntos de vista tienen, y lo que puede significar ayudar a sacarlos adelante. Eso no significa renunciar a tus creencias, siempre y cuando no lleves a un dictador en tu corazón, porque tu creencia suprema debe ser la democracia, y la aceptación de sus reglas.
No señor Iceta, usted no debía haber asistido a la reunión del Comité Federal, si no estaba dispuesto a aceptar las resoluciones que en democracia iban a tomarse. Es más debería haber dejado usted o su organización en suspenso su relación con el PSOE. Le guste o no.
Lo que más siento es que sea usted de mi misma ciudad, y ya que tuvo la valentía de abandonar la Universidad a los dieciocho años…(el selectivo de ciencias es muy duro), no ha tenido la valentía-que en otros aspectos de su vida personal si ha tenido-de abandonar posiciones en la sociedad que exigen no solo llamarse sino ser profundamente demócrata.
Por favor, no dé usted desde la tribuna que ocupa ese ejemplo mezquino a las generaciones que están construyendo sus escalas morales. Sea como quiera, pero estamos en democracia y usted y los que como usted actúan deben pensar que el servicio que se les exige es primero hacia la democracia, luego con la sociedad que les mantiene.
No es nada personal, es a un dirigente de un partido menor a quien hoy le lanzo este llamamiento de que al menos honre usted ese apellido que le honra, procedente de tierras de Aya en Guipuzcoa, que dio dos casas, una en Yuso y otra en Suso, con lo que ello significa en la historia de España. Y estoy seguro de que lo hará, de que un hombre de un linaje tan noble, puede tener un error, pero nunca perseverar en él.
¿O es que consiguió con la promesa de llevar a cabo esta acción su sillón presidencial en el PSC?
Realmente lo que haga usted al final no vale nada en este proceso, solo da una imagen de su forma de actuar en la política profesional en donde usted se gana la vida, y a lo mejor, visto lo visto es lo que hay que hacer.
De lo que me alegro con todo esto es de la poca relevancia de su decisión, y lo que siento es que personajes como usted estén en la vida pública, siendo además de mi ciudad, paisano mío, vecino seguro, y lo último que quisiera es que alguien pensase que por mi tierra todos tenemos alma de dictador, aunque tras los últimos acontecimientos en los que saltarse las leyes que me son incómodas parece ser la forma de actuar, ya cualquiera sabe.
Por favor lean a Aranguren y a Tierno Galván, y entérense de lo que antes se explicaba en las cátedras, que no todo está anticuado.
Por si las moscas, ni soy militante, ni siquiera simpatizante de los gaviotos, soy simpatizante de los ciudadanos honestos, que actúan con la calidad moral que se espera de ustedes, dadas sus posiciones en la sociedad.
Con su pan se lo coman.

Quiero ser valón, o la lucha contra el CETA.

La negociadora canadiense que esperaba estos días cerrar un acuerdo de libre comercio con Europa, no pudo contener las lágrimas a salir de la reunión en la que se encontró con que Bélgica, bueno de hecho ese trocito de Bélgica que es francófona, no estaba para firmas de cosas que no entendía, y que cuando empezó a leer la letra pequeña se le pusieron los pelos como escarpias.
Llevo mucho tiempo manteniendo que el mundo occidental está dejando a un lado el concepto de ciudadanía, y digo bien dejando, que es de dejadez de lo que hablamos, y eso nos está convirtiendo en súbditos.
Y los valones, de pronto se han dado cuenta, que un tratado de ese tipo, lo primero que iba a hacer era quitar soberanía a los ciudadanos, y claro por ahí no han pasado. El resto de los países europeos, posiblemente se hayan dado cuenta también, pero no les ha importado a sus dirigentes, o bien han recibido las compensaciones a título individual suficientes para que sus representados, los ciudadanos de sus respectivos países, pierdan derechos y poder, para traspasarlos a manos de terceros, que normalmente son las grandes multinacionales.
La supresión de barreras arancelarias entre el bloque europeo y Canadá, es algo que realmente no tiene importancia, que no creo que en el más extremo de los casos suponga más de un tres o un cuatro por ciento, cantidad que podría ser eliminada con acuerdos sobre las partidas arancelarias concernidas sin mayor problema o impacto ni en el comercio ni en los ingresos fiscales de uno y otro lado.
El problema está en el hecho de que el proteccionismo se ha ido creando según mi punto de vista, en parte para la preservación de la industria local, y en parte para proteger la salud y las conveniencias de los ciudadanos. Eso se ha venido realizando durante décadas construyendo leyes y normativas en los parlamentos de todos los países, es decir, en teoría como mandato emergido del pueblo.
Con eso nos hemos defendido del mal comercio, es decir de juguetes venenosos, de toxinas botulínicas en las latas de conservas, de aditivos cancerígenos, de medicamentos no suficientemente ensayados antes de pasar a su uso terapéutico….
Hemos conseguido reducir el uso del tabaco, con las consecuencias que ello tiene, hemos, en definitiva, tras décadas de legislación acerca de lo que comemos, bebemos, utilizamos, mejorar nuestras condiciones de vida y nuestra salud, aunque aún el camino por recorrer es enormemente tortuoso y difícil.
Los políticos que están a punto de cerrar ese acuerdo que los valones frenan, creo que están cometiendo un ciudadanicidio, otro más en aras del poder de las grandes compañías, ya que los paquetes legales emanados de nuestros parlamentos, lo que es lo mismo nuestras leyes, dejarían de tener vigencia en el ámbito de uno de esos tratados.
Las disputas entre países y compañías se dirimirían en una comisión de arbitraje, compuesta por equipos ¿independientes?, con la máxima de que una decisión legislativa de un país soberano, si afecta al negocio de una multinacional, puede ser revocada, y no solo eso, sino objeto de una compensación económica, si esa comisión de arbitraje lo considera.
Ejemplo puede ser, y no sé si exagero, que si por ley no se puede fumar en un colegio, y Philip Morris siente que pierde negocio, puede obtener una compensación por parte del país que no quiera que eso ocurra.
Por favor cerrad los ojos y visualizar lo que puede significar en el retorno de publicidades sexistas, de fabricaciones insalubres, por no hablar de legislaciones laborales que puedan ser consideradas por las compañías, lesivas para sus intereses. La solución de todos esos encontronazos, se dejan en las manos de esa comisión de arbitraje.
Los políticos europeos, que los otros bien poco me importan, aunque salgan llorando de la reunión, dicen que han estado negociando más de siete años este tratado, que ahora le bloquean los valones, y que así no hay quien lleve a cabo de forma productiva el ordeno y mando que tan cómodo es y tantos beneficios reporta al ordenador-mandador.
Y en esos siete años, lo que se les ha olvidado, al parecer, es que hay una cosa incómoda que se llama ciudadanía, y que es de donde procede su capacidad de decisión.
No creo que haya en este país de cuarenta y seis millones de ciudadanos más de cuarenta que hayan tenido acceso a los términos de tratado, porque desde luego la ciudadanía no ha tenido la más mínima posibilidad de decir nada porque textualmente se les ha prohibido el acceso a cualquier tipo de información no solo de los términos de la negociación, sino del resultado.
Ni un solo debate en sede parlamentaria, ni una sola información a la ciudadanía acerca de los beneficios, los riesgos y los perjuicios que acarrearía el acuerdo. Nada. Está prohibido por a Comisión Europea textualmente, y por escrito.
Y sus señorías, las nuestras, que por desgracia no son valonas, se lo han merendado hasta las heces. Como mucho cuatro pollos gritando a deshoras por Lavapiés o por Hostafranchs, de que el tratado TTIP, no les gusta. Poco es para un país democrático, en el que la ciudadanía algo debería decir.
Y que no se me venga con la falacia de que una actitud como la mía va en contra del comercio mundial, fuente de todo progreso….todo lo contrario.
El comercio es, o debe ser un instrumento al servicio del ciudadano, no al revés. Repito, es un instrumento, nada más, y como tal, debe cumplir con unas normas que satisfagan a las comunidades sobre las que actúan. Consecuentemente, esas normas deben ajustarse a las establecidas durante décadas en los parlamentos, no al revés.
En www.economiaciudadana.org/2014/08/se-filtra-el-documento-definitivo-Tratado-Libre-Comercio-entre-UE-Canada.html se puede uno hacer a la idea del impacto que puede tener en nuestras vidas, ya que afectará a nuestras democracias, los derechos ciudadanos, laborales, medioambientales, que cederemos a los intereses económicos de las multinacionales.
¿Tendremos, si esto sigue adelante que cambiar nuestra Constitución, nuestras leyes?, no lo sé, porque no sé lo que quieren firmar, ya que aunque creo que la fuente es fiable, mis representantes políticos, no me han dicho nada, que hay acuerdos de confidencialidad, como veréis si pincháis al final del enlace que os he facilitado.
Algunos países europeos, Alemania entre ellos exigen que el texto sea aprobado por su Parlamento. Algo es algo, porque el Parlamento Europeo no puede incluir ninguna enmienda, es cuestión de sí o no.
En resumen, yo no quiero que me vendan cosas sujetas y acordes a la legislación canadiense, que ya tengo las que se han producido en Europa y he pagado con mis impuestos su elaboración por los organismos que supuestamente me representan, y por otra parte, imagino que a los canadienses que son gente seria, les debe pasar tres cuartos de lo mismo, por mucho que nos venga bien colocar fácilmente los excesos de producción, acceder a los concursos públicos, o permitir a los ejecutivos que puedan vivir aquí o allí con pocas o ninguna limitación, que el problema lo tengo en otro sitio.
Espero que la calidad de la vaselina de uso farmacéutico se mantenga a buen nivel, porque nos van a dar por donde amargan los pepinos.
Con su pan se lo coman

Los procesos iniciáticos

La primera vez que me enfrenté al proceso iniciático, fue en cabeza ajena a costa de un supuesto fontanero británico que firmaba como Lobsang Rampa, y en uno de sus libros, no recuerdo cual, quizás en el Tercer Ojo, o en el Médico de Lasa, o seguramente en La caverna de los antepasados, por no equivocarme, describía lo que un aspirante a monje debía hacer para ser admitido en un monasterio.
El aspirante debía pasar sentado en loto, a la puerta del monasterio días y días, sin comer y sin beber, en estado de meditación, hasta que en un momento, determinado no sé por qué, alguien le permitía la entrada, o se la denegaba.
En esa figura, he podido entender mucho después, cuando he visitado esas tierras, lo que significa ser monje, puede ser la diferencia entre la vida y la muerte, no solo física sino espiritual.
Los monasterios protegen a sus monjes, les dan cobijo, comida y formación, a cada uno según sus posibilidades, y ciertamente a cambio de trabajo para la comunidad que les acoge, pero fuera la vida es infinitamente más dura, era vivir en las tinieblas.

Me dejó apechuscado por un buen tiempo, que en aquellos entonces era yo muy chaval, y no daba abasto con tantas y tantas iniciaciones a las que me enfrentaba, que era un sin vivir.
Cierto, que como no se les llamaba iniciaciones, pues no las disfrutaba, pero hoy que medito, mal, pero medito, recuerdo a mis diez u once años la iniciación que tuve que superar para ser admitido a la comunidad del bachillerato, enfrentándome a un cátedro de instituto, en un examen oral tremendo, que hoy, más de diez lustros después, aún me acuerdo.
Y esa fue una importante iniciación, que me permitió acceder a un mundo de conocimientos que a la mayoría de chicos de mi barrio se les negó, que su iniciación más se parecía a la de los masais que debían cazar un león casi con dientes de leche.
En mi Barcelona de los sesenta del siglo pasado, los chavales tenían su iniciación en el mundo laboral a los catorce años, y su devenir por ese mundo, tenía aún mucho del sistema gremial salpicado ya por desgracia del tufo industrial que luego se impuso.
Eran aprendices sin maestro, eran los aprendices de la fábrica, pero seguro que esa iniciación que se materializaba en un sobre los sábados con algo de dinero les permitió una iniciación al mundo del sexo, en las noches de la calle Robadors, y a la del alcohol barato, en la taberna del barrio….de al lado.
Y hasta no llegar a oficial, no podía buscar novia seria, que la cosa no llegaba, claro siempre y cuando no apareciese una preñez no esperada, que entonces las cosas se precipitaban.
Era la iniciación del niño al mundo cabrón de obrero de barrio de ciudad industrial.
Pero como a todos los que andamos por este mundo dando patadas, muchas de ellas sin sentido, nos esperaron muchas más iniciaciones, que todos los recintos tienen puertas, y has de enseñar la patita.
La iniciación que siempre me ha gustado observar es la de la religión católica, que me iniciaron sin que me enterase, pero claro era solo como cliente, que para ser parte de los órganos de gestión si hay que iniciarse en temas pastoriles, de ritos de símbolos, y de obediencias, sobre todo de obediencias.
Luego, la vida me ha hecho transitar por caminos iniciáticos siempre, de nivel bajo, pero todos con su aquel, como la iniciación al ejército de cuando me llevaron, de la iniciación a la universidad, al mundo laboral, y al proyecto o empresa que llamaremos esto o aquello, que para que marear.
Al final lo que parece que tenemos es un mundo de tribus en el que si quieres ser parte de una manada, tienes que pedir permiso, tienen que aleccionarte, y en general, a posteriori debes ser un buen chaval, que si no se te cabrean, y o te sacuden, o te consideran un proscrito.
Realmente, si no caes en manos del maestro adecuado, o de los maestros, no es posible, por muy puñetera que haya sido tu iniciación, que puedas progresar a algo más que elemento de relleno, lo que no es poco, ya que al menos tienes acceso a las sobras de los banquetes, que a la chicha ya es otra cosa.
Pero lo que decía de la iniciación aquella que contaba el tal Lobsang Rampa, fuera de las paredes del monasterio hace mucho frío, y se pasa mucha hambre.
Es así, que tu parte debes cumplirla, bien si te toca limpiar letrinas, o salir a los caminos para que las buenas gentes te llenen el cuenco de arroz.
Y esa es nuestra historia, siempre y cuando no llamemos a la puerta equivocada, que siempre te puedes encontrar en ese salón en el que no pintas nada, no tanto por ti, sino por lo que de un neófito se espera que aporte.
Y ahora esta “New age” o Antropoceno, que estamos viviendo, y que los eruditos cuadran su nacimiento con el mío, parece que ha decidido directamente comprar las almas de todos nosotros a cambio de espejitos mágicos que además nos cuestan una pasta, y absolutamente abducidos, los seguimos como si fuésemos las ratas de Hamelín, hacia el precipicio que decidan los Google, Facebook…Wilkipedia, y nos hacen miembros “conectados” de esa matriz universal en la que encontramos todo lo que podamos soñar, es el paraíso en la Tierra pero sin estar a las puertas del monasterio días y días meditando.
Aquí todo es inmediato, todo es superficial, sin necesidad alguna de maestros, de neófitos, que todo está en el protocolo y en la hoja Excel, bien cuadrada, eso sí.
Desechamos pes el pensamiento humanístico de nuestros ámbitos, que inmediatamente han sido invadidos por los que ofrecen soluciones inmediatas a cualquier necesidad que se nos ocurra, que tenerlas, lo que se dice tenerlas, en el mundo occidental, si son materiales básicas, pocas hay, y si son del espíritu lo arreglamos con dos me gusta de una red social, sobre algo que en diez segundos estará olvidado.
Hay que volver a esas cámaras de reflexión pre-iniciáticas, que aunque fuera el patio de la venta en la que Don Quijote veló sus armas antes de ser armado caballero, o los claustros maternos de San Saturio o de la Vera Cruz, o simplemente mi cuarto del día antes del examen de ingreso de bachillerato, donde debemos reflexionar sobre el paso que vamos a dar, lo que va a significar en nuestro futuro, y en la carga de libertad que tiene ese momento de reflexión.
Eso es lo que estas nuevas tecnologías nos han distraído, ahora somos miembros de una de esas comunidades virtuales y globales, sin saber por qué ni para qué, y además pagando el precio de nuestras almas. Así que…
Con su pan se lo coman.

El robo cotidiano

Lo que tienen de malo los sistemas piramidales, es que además de ser una estafa flagrante, al final revientan como los triquitraques, y los que se hayan acercado a ellos, acaban de una forma u otra salpicados por la suciedad de la pobreza.
En estos malditos tiempos de crisis creada por la ambición desmedida de alguno de los protagonistas de nuestras sociedades, que intentan convencernos de que en el tamaño está la virtud, se nos están viniendo encima estas viejas estructuras económicas. Una está acabando de reventar ahora, y la otra va a empezar, dos estructuras piramidales que llevan demasiado tiempo engordando.
La primera de ellas, y que me corrija quien entienda, han sido nuestras cajas de ahorros, que como negocio en su creación, lo que pretendían era tomar el dinero de los partícipes, remunerarles en un porcentaje aceptable, siempre pensando que la liquidez vendría de las nuevas aportaciones, y con el resto de los activos recuperados se realizaban inversiones que ayudaban a su comunidad a ganar en prosperidad.
Detrás vienen las cajas alemanas e italianas, que esa risa aún no nos la hemos echado, y la tendremos encima a poco tardar, ya que al final, lo que ha pasado ha sido que las aportaciones de nuevo capital han fallado, y que los gestores no han sido diligentes en realizar las inversiones adecuadas para mantener una estructura que como pirámide, (parcial), se diseñó para satisfacer las necesidades financieras de una comunidad.
La variante “bancaria” del sistema, requería de una aportación importante de capital por parte de sus dueños, que finalmente era quien garantizaba las aportaciones de los clientes.
Hoy los clientes no aportan dinero a la pirámide de forma directa, que las cuentecitas de los particulares son mísero reflejo de lo que fueron en importancia en su día, por lo que el dinero lo aportamos gracias a los préstamos que los Bancos Centrales realizan a estos banqueros, a costa de nuestro futuro esfuerzo, ya sabéis, ochenta mil millones al mes en el caso europeo, o directamente inyectando un dinero mío en forma de rescate como se ha hecho en España, y que nos va a costar un pico de cincuenta o sesenta mil millones de euros, que nos hubieran venido de perlas para otras hazañas más lustrosas para el ciudadano de a pié, al que claramente se ha empobrecido, siendo esta una de las razones, que por haber, hay muchas más.
Pues sí, el sistema bancario que hemos conocido, el de la libreta de ahorro, el de las letras para la lavadora es un mero recuerdo en la historia actual de la economía mundial.
De hecho los bancos que parece que triunfan son los que se dedican a la intermediación financiera y viven de las comisiones que la gestión de fondos de inversión o productos derivados les producen. (Sugiero echar un vistazo a las cuentas de Bankinter recién publicadas, y ver de sus beneficios qué parte proviene del negocio tradicional, y cuál de sus gestoras de fondos).
Pues sí, aquí la pirámide se vino abajo, o se está viniendo, que en cinco años no los va a conocer ni la madre que los parió, y no hay día que no desayunemos con el nuevo ERE en España o en Sebastopol, afectando a no sé cuántos empleados, que la banca minorista ya no gusta, y la de negocio cada día es más opaca.
La siguiente pirámide que se nos viene abajo es la de las pensiones basadas en los sistemas de recaudación y reparto, esas las primeras, que luego vendrán las de aportación individual a fondos que se dedicarán (previo pago de las comisiones correspondientes) de intentar a la vuelta de una décadas concederte una vida digna.
Estos días andamos de campaña en España, con el puñetero hecho de que la famosa hucha de las pensiones se nos acaba a la vuelta de cuatro pagas extra, y parece por el número de expertos que sueltan sus paridas interesadas, en debates de todo tipo, quieren convencernos de que a mitad del dos mil dieciocho, aquí no va a cobrar nadie.
Y al final lo que está ocurriendo es que las aportaciones que se deberían hacer para cumplir con los compromisos, no se están haciendo, y siempre por mantener el privilegio de unos pocos.
Ha sido, y es una práctica habitual en la gestión de personal de las grandes empresas, largar a sus empleados a eso de la “prejubilación” a los cincuenta y pocos, lastrando el sistema para mejorar sus cuentas de resultados, un poquito aquí y un poquito allá, de forma que por mucho que alguien quisiera trabajar hasta los setenta o setenta y cinco años, lo iba a tener imposible, porque ni siquiera el Estado te lo permite como empleado público….a no ser que seas político, claro, que eso va por otro camino.
Así que cuando oigo que se debería subir la edad de jubilación, y me consta que mucha gente deja su trabajo a la fuerza, no se están poniendo las leyes adecuadas, que lo único que se pretende es empezar a pagar las jubilaciones más tarde, y eso es trampa, amigos, es trampa.
El agujero que tenemos a día de hoy, es de unos dieciocho mil millones al año, y está provocado por varias circunstancias, siendo posiblemente la más importante la caída de los salarios, que se traduce en menores cotizaciones, y la pérdida de tres millones de puestos de trabajo, que han sido directamente motivadas por la malhadada reforma laboral a la que nos sometió este gobierno para satisfacer los requerimientos de los más poderosos entre los agentes económicos, y que nos lleva al deterioro de esta pirámide.
No olvidemos que la estructura está basada en una promesa de compensación a largo plazo, de un compromiso que el Estado ha contraído con todos y cada uno de nosotros. Y no vale de forma unilateral cambiar las reglas a mitad del partido, ya que al ciudadano a quien hoy se le pide el dinero para pagar las exigencias de la pirámide, no se le puede decir que cuando a él le toque recibir….¡uuuupppsss! no va a poder ser. La solución es dejar de pagar inmediatamente, y que me devuelvan lo pagado….digo yo, o apuntarse al sistema de forma voluntaria.
Pero claro, nos encontramos con la siguiente parte de la historia, es decir, una persona que hoy empezase su vida laboral, y pudiese ignorar el sistema de pensiones estatales, tampoco tendría nada garantizado.
Se acaba de publicar que durante los ¡últimos diez años!, más del 90% de los fondos de pensiones gestionados bien por bancos, bien por aseguradoras, no han sido capaces de no ya el mantener el valor deflaccionado del dinero invertido, sino que tampoco han dado rentabilidades positivas.
Eso sí, las comisiones se han cobrado puntualmente, por todas y cada una de esas instituciones.
Así que las cosas están como siempre, a robar al de a pie, apoyándose una y otra vez en legislaciones totalmente desfavorables al ciudadano, así que los que empiezan, los que andan a mitad de su carrera profesional, y los que la acabaron, harían muy bien en preguntar al político de turno antes de darle el voto, qué garantías da de que esta situación de una vez por todas nos sea favorable.
Buenas noches, y buena suerte

I’m getting blue….

Me estoy poniendo azul, traduciría San Google bendito, y no entenderíamos más que me encontraba frente a un proceso de anoxia, producido por un hueso atragantado, o por algún problema cardíaco….pero no, cuando te dicen eso, te dicen otra cosa, que los del Imperio son capaces de crear un género musical, el Blues…el azul, claro, o Mr. Allen, toma una Rapsodia….en azul, del gran Gershwin, y hace de Manhattan una ciudad…azul, blue.
Para ponerte azul en inglés, algo esencial es que se te venga alguna forma de melancolía encima, y en los tiempos que vivimos, nos han quitado, me temo, el tiempo necesario para entrar dentro de esa sensación, que como todo, bien manejada es una fuente de placer y de enriquecimiento íntimo nada desdeñable.
A mí personalmente me gusta ponerme azul, es una de las formas que tengo a mano para abandonar por un momento, o varios, el bombardeo de inutilidades con los que nuestro entorno nos sacude sin piedad.
Es para mí una especie de rito, y los ritos son la forma externa de los mensajes interiores, son como las rutinas de un deportista antes de realizar su trabajo, te ayudan a concentrarte en la acción que piensas llevar a cabo, no solo llevándola a la excelencia, sino al disfrute íntimo de la misma.
A mí, cuando quiero ponerme azul, debo primero montar un templo con aportaciones externas, como por ejemplo la ausencia de luz solar intensa. La lluvia otoñal me ayuda como inicio de ese estado.
Luego las siguientes acciones son más de mi ritual particular, lleno el silencio que me rodea con el silencio que me aporta un piano empeñado en Schubert, o un órgano empañado por Bach, me siento delante de un papel en blanco, y a veces, hasta lo lleno con garabatos que pueden acabar pareciéndose a letras, a palabras, a frases, a textos…
El templo es sencillo, ya que a partir de ese momento, e independientemente de lo que ocurra en el papel, o en el mundo, ya puedo comenzar mi gimnasia de introspección, que algunos dirían que me ponen azul.
Así que me encuentro esta tarde con cierto tono cianótico, palabro delicioso que rompe cualquier confusión que alguien pudiera tener con poesía.
María Joao Pires, me está engañando desde el tocadiscos, (esa si es una palabra poética, en desuso), y su sensibilidad intenta entrar en esa piel de dinosaurio con que la naturaleza me ha distinguido, y casi lo consigue, porque esta tarde no tengo ganas de una sesión embrutecedora de noticias, de series de televisión, o de “best seller”, no estoy para las florituras de los chicos de mercadotecnia que quieren que me interese y le dé a un “me gusta”, aunque no compre, que solo con los clicks ya les vale.
Cuando uno se pone azul, no está para clicks, tanto si es melancolía, natural o forzada, o simplemente un hueso de aceituna, no está para pensar en cosas, en personas, en proyectos, en paisajes, no, está solo para sentir, que es algo que cada vez hacemos menos, y el diablo nos castigará alquilando nuestros sentidos a un robot.
Quería pensar en personas, pero no es el momento, a lo mejor es la ocasión para recordar las sensaciones que han dejado en tu piel, en tu alma, en tu aburrimiento, que no hay que ser siempre positivo, porque sigo creyendo que el no, es tan positivo como el sí, depende solamente de cómo te lo tomas.
No, ni siquiera Mark Knopfler va a sacarme de mi estado “blue”, que mi tocadiscos es lo que tiene, en algún momento le dí vida propia y supera el test de Touring que ni los androides de Blade Runner.
Desgraciadamente hay dos cosas que no puedo incluir en el rito de mi templo, como quemar el libro que no me está gustando, porque los leo en instrumentos esos que la tecnología nos ha regalado, y si no tienes un Samsung Note 7 que sufren de combustión espontánea, (cospiranoicos decidme, por favor, que ha sido la CIA quien se la ha liado parda a estos coreanos) no hay forma de conseguir una llama de esas que ensimisman, o te hacen como a Pepe Carvalho, por la gracia de Biscuter, y con su novia putarazana mirando una buena escudella y carn d’olla, amb pilota, de esas que no se salta un gitano de la Mina soñar con la cocina regional, que no odo van a ser los hermanos Roca.
Voy a pedirle a mi androide musical que me ponga la Muerte de Isolda, esa pieza que se escribe desde el Gran Canal, en el arrebato ultraromántico que sacude a Ricardito, como a todos los alemanes que llegan al sur. Claro, que cada uno da de sí lo que lleva dentro, y la mayoría todo lo que consiguen es echar un par de meadas en la laguna, de esas que provocan dos Bellinis y una próstata infdlamada, eso sí a través del inodoro del Danieli.
I’m getting blue, y no estoy para aguantar hoy al Quico Pi de la Serra, por mucho que me pregunte eso de que si m’agrada el blues. No Quico, hoy no, que como diría mi hija, no tengo el coño para farolillos, o lo que yo tenga, que tampoco voy a ponerme exquisito a estas horas de la tarde, otro día te subiré al Cadillac y te dejaré que me cuentes la vida de B.B. King, o de los Blue Brothers, pero hoy no.
Hoy toca recordar sentimientos detrás de los cristales, y el Mark Knopfler se ha puesto en plan jefe de manada sobornando a mi androide musical, y no hay forma de pedirle que se ponga a leer a Espronceda con unos nocturnos de Chopin, de esos que tocaba Rubinstein. Claro que tampoco estoy en Valldemosa, ni se ven los olivares de arbequina balear, quizás a lo lejos podría intuir, con la memoria, en el camino hacia Palma, el sanatorio antituberculoso que tan bien le hubiera sentado a Violeta, y buen problema le hubiera planteado al padre de Alfredo.
El sentimiento azulado te pone cínico, y te hace, en la intimidad claro, como el catalán de Aznar, pensar en que como ya nadie te hace llorar, nadie te quiere, pero en mi caso no es cierto, que como aquella
Dulce Filis, si me esperas,
De favor has de ir mudando,
Que es mucho para burlando,
y poco para de veras
de la vejez sacrílega de Lope, sí, hay una mujer que hace que mis lágrimas broten cada vez que me pongo en sus manos, y es mi fisioterapeuta de cabecera, que sabe llenar de sensaciones todos los rincones de mis músculos y nervios, y solo sin un amor desbocado no podría conseguirlo, digo yo, que solo quien bien te quiere te hace llorar.
I’m getting blue, y eso me lo permite casi todo.
Con su pan se lo coman

No me romperé los dientes con una piedra

No sé si es una moda, o una campaña de esas que hacen los malotes con sus intereses espurios detrás del mensaje virginal, pero me estoy empezando a preocupar.
“Sigue la pista de sexo o de dinero y encontrarás a asesino”, te dirá cualquiera que haya leído un par de novelas policiacas, así que voy a intentar hacerlo y así me entero de lo que pasa, porque hasta donde llego, y, sí, ya sé, no llego demasiado, parece que los viejecitos molestamos, vamos que en las hojas Excel, esas que gobiernan el mundo, aparecemos en rojo, en esa área de “eliminar para cuadrar la hoja”.
Pero ¿qué quieren vuesas mercedes que diga? , que voy a coger una piedra y romperme los dientes cuando cumpla los setenta, y así mi hijo no tendrá dolor de corazón en subirme a la montaña, abandonarme, para que muera de frío e inanición porque la tradición dice que a los setenta uno ya no aporta a la sociedad lo que come más un pico para los que suben.
Eso está bien en esa obra que siempre recomiendo ver, y leer, “ La balada del Narayama”, escrita en 1956 por Shichiro Fukazawa, y llevada a la gran pantalla en dos ocasiones, una en 1958, dirigida por Keisuke Kinoshita, y posteriormente en 1983, por Shohei Imamura, y que se llevó la Palma de Oro en Cannes.
La lectura que los autores hacen de esa sociedad campesina de los Alpes japoneses, es perfectamente extrapolable a nuestras sociedades occidentales de hoy, con un pié puesto en el transhumanismo y otro en la porquería que tantos y tantos inútiles han sembrado pensando y llevando a término esos postulados en los que solo esa edad entre los treinta y los cuarenta es útil para producir dinero.
Estoy aburrido de ver como tanto y tanto ineducado, ha introducido en la hoja Excel, que acaba tomando decisiones sobre vidas y haciendas, que solo son válidos para la sociedad, en todos sus aspectos aquellos que creen que tienen la experiencia que se niega a los de veintipocos, y a la vez la energía, que se les niega poseer a los que tienen cuarenta y pocos.
Al menos esa sociedad campesina de los Alpes japoneses, esperaba a los setenta para el desahucio vital que en el mundo puñetero de las empresas “Leader” se empieza a negar a los que han pisado la quinta década de su vida.
Valga todo esto, para comentar esa nueva ley, o proyecto de ley, que una sociedad mercantilista, calvinista, cutre y puñetera, desoladora de los países donde puso su planta como Sudáfrica o Indonesia, donde no dejó cultura sino memoria de latrocinio y expolio, y me refiero a la holandesa, se atreve a plantear, o implantar, que me da lo mismo
No creo que sea en aras de la libertad de los individuos que puedan sentirse agotados por el esfuerzo vital por lo que se está proponiendo o aprobando, la ayuda al suicidio, de aquellos ciudadanos que crean que ya no pueden aportar nada a su entorno, y que al sentirse una carga, rompan sus dientes con una piedra, para que su hijo les suba a la cima de Narayama y puedan allí morir de hambre y frío.
No me gusta en estas páginas escribir exabruptos, pero esta vez no puedo por menos que decir en voz bien alta que una sociedad que se plantea facilitar a sus mayores a muerte porque se sientan cansados de la vida, es una sociedad maldita.
Y siento tener que decir a los holandeses, que pocas cosas hay más miserables que facilitar la muerte, a quienes ya no son productivos en una sociedad opulenta como la suya, que posee todas las armas para conseguir que ninguno, y digo bien ninguno de sus ciudadanos pueda pensar que la muerte gubernamental es la salida más razonable para su hastío (supuesto) de vivir.
Espero con todo mi corazón, que estas iniciativas no prendan en el resto de Europa, y sé que en nuestro bendito sur la cosa no es fácil, porque si les veo un ápice, me hago seguidor del Tardá en Twiter, que con suerte nos hacemos indepes, nos echan de Europa, y la norma no se aplica.
La miseria holandesa, ha sido capaz de crear una sociedad en la que sus súbditos, pueden desear la muerte por aburrimiento,
-que la muerte por enfermedad cruenta e incurable es otra cosa-
o simplemente por ese término tan relativo que ha sido dado en llamar vejez, solo por unos números en un documento.
Con todo mi cariño, les diré a los holandeses que se lo hagan mirar, tienen una renta per cápita un diez por ciento superior a la de Alemania, y escasamente un cinco por ciento inferior a la del Imperio. Casi doblan a la española. Una sociedad opulenta como esa no debería animar a sus mayores hastiados a transformarse en seres de luz. No deberían.
Por favor, inviertan en hacer que la vida sea agradable a todos sus ciudadanos, a cada uno según su circunstancia y condición, sin permitir, bajo ningún concepto que nadie, ninguno de sus compatriotas sienta que es mejor la muerte que seguir paseando por los canales de Delf, o asombrándose con el nuevo matiz del museo de Van Gog….(entiendo que lo de Rembrandt o Spinoza mejor lo dejen a un lado, que deprimen a cualquiera).
Usen su dinero de forma creativa para que sus ciudadanos estén orgullosos de vivir eso 122 años de máxima, que parece que por el momento se nos otorga, haciéndoles sentir que son útiles a la sociedad.
Pero claro, entiendo el planteamiento, que tiene una carga economicista brutal, y es que si desde los cincuenta estamos diciendo por activa y por pasiva a la gente que ya no es útil, que no se les necesita, simplemente por la aplicación de presupuestos erróneos, y tras veinte años de ostracismo fácil es que pidan la muerte por aburrimiento.
La pasta que te ahorras con una inyección, como si fuera tu mascota que ya no tira, equilibra los presupuestos nacionales, ahorro en Sanidad, en pensiones, y si hay patrimonio que transferir a las generaciones que esperan, algún pico en impuestos se llevarán las arcas públicas, y a mí me da que es eso lo que se esconde. Por cierto, las sociedades que implantan el senecticidio, están a un paso de implantar el infanticidio.
Anuncio desde aquí, que no voy a darme con una piedra en los dientes, para que mis hijos me suban al Narayama, que voy a luchar con todas mis fuerzas por ser atractivo y útil a las personas que me rodean hasta que el diablo se me lleve, que si algo he aprendido en esta vida es que el éxito de cada individuo está directamente relacionada con su capacidad de adaptarse al medio en el que vive, a su ecosistema que decimos algunos desnucasapos, y si a los holandeses les parece más limpio, y barato, por supuesto, una inyección, que el hecho de que un calvinista se les tire al tren ¡con lo que cuesta eso!, o les manche de sangre y vísceras la entrada al rascacielos de la Unilever, que no me inviten a esa fiesta y que
Con su pan se lo coman

Otro curso más

Tengo la sensación de que el curso aún no ha empezado, que estamos intentando conseguir la lista de libros que nos han recomendado los penenes en la facultad, y que entre pitos y flautas aún no nos han dado más que introducciones a los temarios que van a desarrollarse los meses que vienen, vamos que hasta ahora, las clases no han sido más que promesas incompletas acerca del conocimiento que recibiremos.
Y el curso, como todos los años se nos presenta difícil, aunque luego no lo sea tanto, que para bien o para mal el porcentaje de los que no lo superan, siempre es bajo
Desgraciadamente las introducciones ofrecidas en las primeras clases no parecen muy halagüeñas con la excepción de que si la cosa sigue así nos va a salir más barato ir a Covent Garden que al Real, noche de hotel incluída, y los españoles, que somos como somos volveremos a lo del “give me two”, cuando andemos de “shopping” por la pérfida Albion.
Porque el hecho de que los Imperios estén flojeras no me anima demasiado a la hora de ser optimista en cuanto al resultado de este curso. Hay seguramente un virus suelto, que está trayendo una especie de gripe imperial que tiene pocas vacunas.
Teresita May, está que no le llega la camisa al cuerpo con eso que han liado sobre el Brexit, la tenemos aquí, con sus “organdises” azules, (el Marianico no sabía que cara poner para que no se le notase la coña) a visitar esta Península de su miserable colonia, para ver qué hacemos con sus viejecitos tostándose al sol de nuestro Mediterráneo, cuando la pensión no les llegue, que tal y como anda la libra tendrán que pasar a beber medias pintas de Mahou, o lo que es peor, un botijito y gracias. Además nuestro Marianico no está para financiar la sanidad de doscientos cincuenta mil British yayos, las cuentas no salen, que la factura saería de casi ochocientos millones, y los necesitamos para que no nos manden los hombres de negro.
Y por ende, tiene que escuchar las broncas en su tierra para que no sean ella y sus ministros quienes negocien la salida de Europa, que el “Parliament” se siente ninguneado.
Todo un drama, del que se aprovecha nuestro Margallo, cuando les dice a Mays y Picardos que van a necesitar algún mástil más para banderas en el Peñón. Estas cosas no hay que desaprovecharlas.
Y como la mostaza les sale cara, ya le han dicho a los de Unilever, que el “super” virtual de turno, la quita de sus estantes, que con “Her majesty bank note” por los suelos no hay quien la pague. En Rotterdam aún se están riendo.
Con esas, se les va a venir abajo el tinglado de la City financiera, y los próceres que nos gobiernan en esta piel de toro cainita, aún sueñan con que los huídos recalen aquí. Será, posiblemente la segunda versión de la “relaxing cup” de café con leche, que me temo andan lloriqueando Paris, Milán, Frankfurt, a ver si pillan cacho.
Más me preocupa que Don Putin ande molesto con el resto del orbe, en su dale que dale a los sirios malos, que los buenos nada tienen que temer. Total, a él lo que le importa es su base de Tartus en el Mediterráneo, y garantizar el control sobre el flujo gas hacia Europa, desde el Golfo Pérsico. Todo lo demás minucias, que esas cosas de los embargos, las guerras a este y oeste, no llegan al Kremlin, es cosa de mujiks, y es gente dura que sabe sobrellevar estos tiempos difíciles.
Me preocupa que el curso empiece poniendo a Rusia cara a la pared, me preocupa que, como parece, se adopten posiciones ultramontanas y que sigamos sin encontrar los caminos del entendimiento. ¿Será el sino de la Humanidad?.
Parece que el famoso “Yeneral González” dictador de Costa Pobre quisiera hacerse con las riendas del gigante americano, que parece encarnado en Donald Trump, pero se le están echando las féminas encima y o van a laminar.
Creo que me alegro, pero al final parece que los beneficios de las compañías americanas se están viniendo abajo en este tercer trimestre, Doña Yielen no sabe qué hacer con los tipos de interés, y está el mundo financiero en un no vivir. Al final es como si quisieran reventar su sistema político lleno de antiguallas, que, eso sí, les llevan durando ya tres siglos. Pero unas elecciones a rey del mundo con un solo candidato, me suena a los referéndum de Franco, ¿qué quieren ustedes que les diga?.
Y algo más de lo que nos cuentan está pasando, que hay por ahí un destructor Imperial, bombardeando posiciones chiíes, que los árabes parece que han llamado al primo de Zumosol. Contentos deben andar por Teherán, y animadísimos a bajar su producción de petróleo, con eso que les bombardeen en el culo de los yemeníes. Pero los árabes sunníes se abrazan al Tío Sam, y esas cosas se respetan.
Y los chinos, ¡ay los chinos!, que parece que exportan menos, que parece que importan menos, y no sabemos qué diantres quiere decir eso, no parece más que el enunciado de otro curso del que iremos teniendo exámenes trimestrales, y ya veremos las consecuencias.
También me tiene preocupado el hecho de que por la razón que sea, los chinos sientan que sus planes de desarrollo pueden alterarse por supuestas o reales acciones de otros países y reaccionen de mala manera. Lo veremos este curso.
De nuestro patio de Monipodio local, no me voy a extender, es más no voy a entrar, que el curso parece que empezará a fin de mes, que andan ya todos muy convencidos y han dado el “enterado” a las instrucciones que cualquier conspiranoico sabe han recibido de las fuerzas ocultas que nos gobiernan.
Ahora, lo peor del curso, es que se nos ha ido “Il professore Fo”, que seguro habría hablado del “Fu Fo”, y nos habría regalado un bonito y tan sesudo como divertido escrito sobre el tal acontecimiento.
Sé que muchos políticos locales habrán respirado tranquilos, como aquellos que inspiraron la agresión infame a Franca Rame, y esta pérdida se une a otra que este año nos dejó huérfanos del gran Umberto Eco, con lo que el mundo es ahora más pobre y más triste.
Espero que haya intelectuales que tomen el relevo y no nos dejen en las manos de los Clinton, los Trump, los Putin, los Li Keqiang….y hasta las de nuestros miserables esperpentos locales, porque el curso se nos hará interminable.
Con su pan se lo coman

La Fiesta de hoy

Las cosas están de los más aburridas por mi tierra, anque veo muy agitado a flequillo de nuestro “Molt Honorable”, pasear frustraciones por la Villa y Corte, a ver si hay suerte y se las magnifica La Vanguardia, pero ni por esas. Pero ese es tema menor.
Parece que no entra en la cabezas que ocupan los despachos de la Plaça San Jaume, que por estos pagos nos distrae mucho más la bronca de Ferraz que los anhelos del senyor Jonqueras, por mucho que quieran poner al Señor Aznar en la tribuna correspondiente para que pida perdón por haber sido mal niño cuando lo de Irak.
Y me pregunto, ¿a estos de ERC les paga la FAES?.
Ya tiene publicidad gratuita el ex-inspector de Hacienda gracias a su iniciativa parlamentaria que nos va a costar una pasta en sueldos, viajes, y lo que es peor, en pérdida de oportunidades para enfrentar aquello que queremos algunos españoles, y es que se arreglen los problemas de hoy, y que no me resuciten muertos, que estos chicos de la “gauche cutre”, parece que no saben mirar más que hacia atrás.
Y como “el Molt Honorable” ve que no le hacen mucho caso, toma la vía de llamar a su primo, el de Zumosol, eso si, por escrito, mandando cartas de hombre profundamente agraviado a las Naciones Unidas y a la Unión Europea lloriqueando porque la ley persigue a quienes la incumplen, y claro, son de su cuerda, y no puede ser. ¡Menuda mamandurria se tienen montada estos pollos a costa de mi Catalunya!. ¡Son los derechos de algunos humanos díscolos que él siente agraviados! De todas formas, y como tengo encima de mi mesa la Declaración Universal de Derechos Humanos, me he permitido mirar, con detenimiento, desganado, eso sí, si en algún rincón se hablaba de las “greuges” de nuestro” Molt Honorable”….,y nada, pero, bueno, como no soy experto en nada a lo mejor no he sabido entender la cosa.
La lástima es que con esos documentos plañideros y con las situaciones retorcidas, no están haciendo más que enfangar el buen nombre de Catalunya y de España, justa herencia de aquellas formas del pujolismo, del que los actuales mandatarios son herederos, que vengo a enterarme, que los pollos estos de la ANC, y del OMNIUM CULTURAL, con la pasta que deberían gastarse en “Rodalies”, andan repartiendo folletos sobre el genocidio y la limpieza étnica que en Catalunya lleva a cabo de forma sistemática el Estado Español, y que el señor Espinosa de los Monteros comentaba el otro día, con la pena que da el sentirse compatriota de esa tropa. Va en el sueldo, Don Carlos, va en el sueldo.
Y claro, la ceguera que te da ser algo que acaba en “ista”, unido a la falta de cultura y conocimiento, da en situaciones como las de Badalona, pero de eso ya no quiero saber nada hasta que estos chicuelos aprueben al menos algo equivalente al segundo de bachillerato, plan cincuenta y ocho. La cosa es muy cansina.
La parte buena de esta semana, me la está dando ese personaje asturiano, que ha tomado las riendas de la gestora del, por el momento primer partido de la oposición, y que con cargas infinitas de paciencia, de cultura y de democracia, nos ha recordado que los partidos que están en posiciones ideológicas diferentes a las nuestras por múltiples razones, están sustentados por una cosa amorfa, de esas que salen de vez en cuando en las encuestas, y que se reconocían por ciudadanos.
Así que cuando dices que no quieres saber nada de lo que piensan los millones de personas que no te han votado, estás ninguneando a la mayoría, y eso está muy feo.
Así que a Don Javier Fernández, voy a tener que pedirle “de salir”, porque después de tantos meses de desatinos, de empecinamiento, y de orgulloso desprecio, sale alguien que hizo el bachillerato, y nos explica qué es eso de la democracia, que es el gobierno de los más, y para los más, no el gobierno de los míos, y para mí. Y me da, que cuando abren la boca los socialistas que tuvieron que ganarse el derecho a vivir en democracia, es decir Don Javier, el señor Borrell, y hasta don Felipe, te dan ganas de considerar esa izquierda como algo más que avispero de niñatos en plena pelea de ambiciones mezquinas, y casi se pone uno a su disposición.
Claro, que esa serenidad la han conseguido a medias entre la formación y la experiencia, pero sus hijos políticos, me temo, carecen de ambas.
Lo más divertido es ver que la colonia Sudamericana de Barcelona sale al Paseo de Gracia a celebrar su fiesta, la de la Hispanidad, junto con otros cuatrocientos millones de ciudadanos del mundo, unos cuantos de los cuales pasan delante de la torre Trump, que hoy va a ser mal día para Don Donald, con tanto espalda mojada frente a su casa.
Y en Badalona, los Téllez, haciendo el primo, sobre todo con apellidos como ese que son de conquistador y genocida, según su criterio, mostrando esa maravillosa sonrisa que solo le cabe a quién encontró un pito y vió que sonaba. “Ho em fet”. Es lo malo de las listas cerradas, que se te cuela cada uno en las concejalías…..que ya, ya.
Yo les recomendaría que hiciesen una campaña en Naciones Unidas, para convencer a los colombianos de la “necesitat” de cambiar el nombre de su país, que eso de llevar el nombre de un catalán (según historiadores indepes), genocida, cabrón, esclavista….y bla bla bla, según “vuzotro uttede”, no es de recibo en estos tiempos.
Creo que lo mejor que uno puede hacer ahora, una vez declinada la amable invitación de un buen amigo para ver el desfile desde el Club Financiero, es prepararme unas buenas e hispánicas judías con chorizo, asarme una butifarra “d’en Sanglot” con unos “rovellons com Deu mana”, abrir un Rioja de buen año, ( un Ygay del 2005 ya vale), a Mompou en el Ipod, y se celebra la Hispanidad con toda dignidad, que si no te puede salir urticaria, lo pueden confundir con un sarcoma de Kaposi, y el Banderas se me pone mustio.
Y que no se me olvide, ¡Viva Zaragoza, y la Virgen del Pilar!, por si las moscas quieren volarme el cachirulo
Con su pan se lo coman