¿Quién le pone título a esto?

Seguimos de fiestas, que como el veinticinco nos cae en domingo, nada mejor que pasar la Navidad al lunes….bueno, casi, que como siempre están los descreídos, los ateazos, los apócrifos, que piensan que con ellos no va la cosa, y abren hoy la tienda del Bocho, la bodega del Riscal, y te cobran la entrada en el museo de César Manrique, que como no es fiesta, hay que pasar por caja.
A mí, personalmente, esto de las fiestas, sean por las Saturnales o las del ciclo semanal, hace ya tiempo que se me dan una higa, ¿qué queréis que os diga?. Lo único que me afecta es que me haya dado el capricho de unos zapatos nuevos, y tenga que ir a Internet, o que en el campo de golf haya más gente. Por lo demás veo al resto de la humanidad dando vueltas a la misma discusión año tras año, siglo tras siglo.
El otro día, entre otras cosas, le pedía a la señora Báñez, nuestra ministra “zeñita onubense”, que nos dejara de tocar los colgantes del árbol, que no es ella nadie, para decirle al Señor Pepe, el de la taberna de la esquina, que eche el cierre a las dieciocho horas, por aquello de la conciliación familiar.
Que el Señor Pepe, el de la taberna de la esquina, tiene a toda la familia tras la barra, ¡coño!, y no pueden estar más conciliados, y eso de servir los pintxos solo a la hora de apertura de los ministerios, pues parece que no le compensa al hombre, y yo entiendo perfectamente su postura.
Yo empiezo a creer que nuestra Doña Fátima, aprobó eso de ICADE por correspondencia, y que le hizo los exámenes un mayoral de la finca de papá, que por desgracia se hizo autónomo y ya no les atiende…¡que el servicio ya no es lo que era!
Y es que no veo a los jesuitas inculcando a su gente las desnucasapeces que pare luego nuestra ínclita ministra.
Hoy, o ayer, que los de la prensa están de fiesta, algún periódico llevaba a sus páginas ele escándalo que en el gremio de taberneros ha causado la intención de Doña Báñez. Que los partidos de la copa de Europa, Doña Báñez, son a las nueve de la noche, y le hemos pagado una pasta a los de Telefónica, para que nos deje ponerlos en la supertele, y así vender unas cervecitas, o unos cubatas, que hay que vivir.
Pero no, usted y algunos meapilas que la rodean, creen en lo del padre Peyton, y todos a rezar el rosario en familia.
Fíjese usted, que no sé por qué, pero viendo las estadísticas esas de familias monoparentales que tenemos en esta piel de toro post agrícola, me temo que con eso de ver el partido solo en casa, llegar a la seis y media, y tanta fiesta con todo cerrado, va a conseguir usted que la mitad del país se pase al onanismo, y eso seguro que se lo dijo el mosén de su parroquia, no asolo es pecado, sino que acabas quedándote sordo y ciego como poco.
Parece que a los seres humanos, tan gregarios nosotros, y con ese sentido de tribu perfectamente anclado en nuestro ADN, y bien protegido por protaminas e histonas, nos pone eso de decirle a nuestros congéneres lo que tienen que hacer, y es más que si mandamos a tomar por donde amargan los pepinos al Don “Lo que digo, no lo que hago”, se nos cabrea, que con lo que le ha costado encontrar una tribuna para soltar paridas, no le mola que se le ningunee.
Un milenio de estos, estoy seguro, el gen de la libertad será dominante, y aprenderemos que se debe dejar al de al lado que haga lo que le apetezca con su vida, mientras, claro, no se mee en la puerta del convento.
En fin, dejaré estas complejidades del alma humana, que no veré yo explicadas en esta reencarnación, y seguiré viendo pasar el campo mediterráneo desde la ventanilla de mi tren, que a poco te descuidas en estas épocas se sumerge en la niebla, y san se acabó que cae en domingo.
Tengo aún algunas cosas de las que hablar antes de que se acabe el año, pero con tantas fiestas no sé si me va a apetecer, que no quiero que Doña Fátima se me mosquee si uso el tiempo de conciliación para llenar líneas de la puñetera bitácora, crea que soy del Bocho o Canarión, y que quiero boicotear sus fiestas medio nacionales, me confunda con un indepe, y me mande a Doña Soraya con sus jueces constitucionales y acabo imputado (perdón investigado) por cualquier cosa.
Le haré hoy el vacío a los canelones de San Esteban, hijos de la escudella, que se me están recalentando los hepatocitos, y así no hay quien haga carrera, que a la que te descuidas entran por oriente los calçots, y hay que estar preparados, y espero que el gremio no se me altere, que siempre intento hacer patria, a mi manera, claro.
Y poco a poco dejaré que se diluya este bisiesto cainita, este bisiesto de muertes, de odios, de ramplonería, de desencuentros…y de muertes por reducir costos, que lo mismo pasa en Santa Cruz de la Sierra que sobre el Mar Muerto con los coros rusos a bordo.
Los lamentos, siempre llegan tarde, y a mí nunca me han gustado, como mucho cuando fallo un putt de un metro, o cuando con el drive me sale un slice, pero lo demás, como me decían por ahí, no ha que lamentarlo, hay que trabajar antes, hay que prever antes, y si ocurre lo no deseado, hay que corregir inmediatamente.
Pero esas cosas requieren de esfuerzo, de sacrificios, están reñidas con la inmediatez, y requieren paciencia, esa paciencia que hemos perdido y que nos impide disfrutar del paisaje que nuestras vidas van ofreciéndonos día a día.
Así que usaré este San Esteban, de canelones barceloneses, de comida recalentada en Caracas, (hablo de cuando tenían comida en esa colonia cubana) para desplazarme por el Mediterráneo. Intentaré buscar en el techo de la Capilla Sixtina el secreto de la Creación, y le preguntaré a Las Sibilas por su visión de nuestro mundo y sus césares.
En lo que a mí concierne, no me interesa mucho, uno es de la vieja escuela y nunca me ha gustado que me digan el número que va a tocar de la lotería, siempre he preferido los retos de frente, que aunque a veces te rompan los dientes, al menos te tienen entrenados los reflejos.
Con su pan se lo coman

Navegando en la niebla

Otro bisiesto que se nos va por el sumidero, y yo con estos pelos. Parece que con magulladuras importantes lo hemos superado con cierta gallardía aunque sigamos sin enterarnos de lo que pasa a unos centímetros de nuestras narices. Pero ese problema no es más que nuestro, aunque no podamos resolverlo.
Así, que como aquí se viene “llorao”, pasamos página y a otra cosa.
Y no teman sus gracias que no tengo ningunas ganas de realizar una descripción detallada de los acontecimientos del año, sean estos gratos o ingratos, gloriosos o nefastos, que para eso ya está el ABC, que se las pinta sola, o La Vanguardia, con su tamiz “Godó”, que tanto bien ha hecho a la burguesía cutre de mi pueblo. Esa burguesía cutre, ramplona, pueblerina y facha por ponerle un calificativo antes de que se nos vengan los Inocentes, nada lejana, por otra parte del mismo pelaje que la que pasea por Hermosilla y Serrano.
Como ya he comentado muchas veces a través de estas mismas líneas, se nos va el bisiesto, pero solamente a efectos del calendario, y es que sigo convencido de que este bisiesto nos dura ya doce años, por lo menos.
Desayunas por la mañana, y lo primero que te cuentan, una vez superada la tontuna de las divisiones en Podemos, es algo que suena a “dèjá vu”, vamos, un día de la marmota cualquiera, de esos eternos, incapaces de romper el ciclo hacia detrás o hacia adelante.
Los bancos italianos van a ser rescatados, y es como si de pronto vieses a nuestro país hace unos años, cuando las Cajas de Ahorros se nos escurrían entre los dedos después de haberse rendido a los políticos.
Y uno se descojona, cuando oye que en un Consejo de Ministros de esos que hace hacen por la noche, el bueno del nuevo jefe de gabinete tiene que aprobar los veinte mil millones para que no se les hunda del todo el Monte di Paschi. Es como poner un dedito para que no salga el agua de la presa que se agrieta, que hay publicados números de que la deuda “mala” de la banca italiana es de casi trescientos ochenta mil millones.
El día de la marmota, ya digo. Pues parece que por nuestros pagos, el Sabadell nos dice que cierra doscientas cincuenta oficinas, y que manda al paro a ochocientas personas. ¿no se había acabado la crisis Señor Ministro de la cosa?.
Parece que no, parece que el bisiesto que ya dura más de doce años está aquí para quedarse, y como decía ayer, si los tiros no llegan al hoyo cinco de La Matas…,.
La lotería, esa que antes se usaba para matar franceses, ha vuelto a tocarle al Estado. Su afán depredador no tiene más límites que la duración de este bisiesto puñetero. Este año además, rizando el rizo, ha hecho coincidir la publicidad con la realidad, y le ha trincado el veinte por ciento del premio a la nonagenaria de Acacias. ¡Vergognati!, diría un italiano, de esos que tienen mucho de lo que avergonzarse.
Y las policías europeas siguen sin ser capaces de trincar a los asesinos de sus ciudadanos, con lo que la posibilidad de saber de verdad que hay detrás de todas y cada una de estas barbaries que los malos del otro lado nos hacen a los malos de este lado.
Es más fácil matarlos, así te ahorras tiempo, dinero en juicios, bofetones en comisaría. Parece así que el deseo de venganza queda satisfecho, y a por la siguiente.
Ha sido vergonzoso que los policías milaneses mataran al tunecino que presuntamente realizó la masacre de Berlin, en vez de detenerlo. Pero me quedaré presunto, como el jamón portugués, que si fuera bueno, lo llamarían ibérico.
El tren en el que me estoy desplazando, parece que ha entendido perfectamente por dónde camina este largo bisiesto, y se empeña en navegar por las nieblas Ilerdenses, espesas ellas, tanto que no se ven ni las esteladas, que tampoco crean ustedes que me importa mucho. Pero el mensaje es el mismo, no sé cómo empezó la niebla, y no veo cuando vamos a salir, ni hacia dónde.
Llegado este momento, solo me queda esperar el momento en que las Sparkasse de los Länder, esas a las que Doña Merkel tan bien protege, salten como un Monte di Paschi cualquiera, o que de pronto nuestros grandes bancos pillen un resfriado que les haga ser pequeños de golpe.
Sin embargo, me han dicho que no debo preocuparme, que el nuevo orden mundial está ya preparándose con capital en Mountain View, CA. Allí están los que decidirán sobre nuestro futuro, sobre nuestras vidas y haciendas. San Google, Caralibro, la Manzana Mordida…esos serán nuestros amos sobre el papel en un abrir y cerrar de ojos, que hasta donde colijo ya lo son “in pectore”.
Nosotros, los que quedamos, miserables siervos de la gleba, veremos día tras otro como se ejercita el “droit de seigneur”, sobre nuestras haciendas, sobre nuestros sueños….que no sobre nuestras parientas, para eso los calvinistas son muy mirados. Lo único que les interesa es hacerse con nuestro dinero, uno a uno, con la máxima eficacia posible, eso sí.
Disfrutemos consecuentemente de lo que nos queda del viejo mundo, y tengamos al menos la ilusión de que el nuevo tardará aún unas semanas en arrasar con lo que nos queda de nuestra vieja cultura, de nuestros símbolos, que aunque no comprendamos del todo, son nuestros y han convivido con nosotros durante generaciones.
Y aquí se acaba esto por hoy, pongamos el modo Navidad, el modo amor boborrón, rindamos nuestras Santas Visas a ese dios inmisericorde del consumo, del querer empujar una máquina que se nos muere entre las manos, y que con su ausencia dejará un hueco para que nuevas hienas encuentren su carroña.
Pongamos nuestra concentración en ese villancico que cantarán los que se creen inocentes, centremos todo lo que el mercadeo que la religión y el consumo han creado de forma conveniente, para que nadie se quede sin turrón, aunque sea del malo.
Pensemos, al menos en los sincretismos seculares que nos han conducido a estas saturnales, y cuando digamos eso de ¡Feliz Navidad!, al menos sepamos por qué lo decimos, y que la secular historia vieja de milenios, sea para nosotros una forma de saber qué hay de verdad y de mensaje tras toda esta fanfarria.
Con su pan se lo coman

Los de los masallases, y el futuro cercano

Los que me conocéis, sabéis perfectamente que esas cosas de los masallases, es decir las cosas que no existen, pero haberlas haylas, siempre me han puesto.
Pero como soy un cabronazo descreído, a la que me hablan de fantasmas de esos con foto, que saca Don Iker Jiménez, en vez de apechuscarme, me hace pensar aquello de ¿dónde está el truco?,
Vamos que me da en la nariz que la cosa del más allá tiene otras cosas de las que ocuparse que de darnos la lata a los de este lado, pero haberlas haylas.
Parece que Houdini, aquel gran truquista, en medio de esta vorágine, se dedicaba a despanzurrar uno tras otro a todos los sacaperras del asunto de los masallases, que al parecer le fallaron el día que le invocaron el espíritu de su madre.
Y es que con los muertos de las guerras de principio del siglo XX, me temo que muchos desaprensivos intentaron hacer su agosto, y más de uno lo consiguió.
A lo mejor es cosa de que uno no ha sido iniciado en esas artes, o peor aún, que carece de la capacidad sensitiva necesaria para poder traspasar ese velo, que, claro, para mí es infranqueable.
No es que no crea en la trascendencia del ser vivo, (cada uno en su grado y condición), lo que me cuesta realmente en creer en la interacción de ambos mundos. Es más, creo que sería de lo más incómodo, si realmente la cosa fuera como afirman las personas que conforman el grupo Hepta, o tantos y tantos que se dedican a la cosa parapsicológica.
Que andar arreglando cuentas eternamente debe ser muy aburrido, aunque estas personas expertas te digan que sí, que han contactado con unos y otros, que han discriminado casos, y se encuentran con unos que sí, y otros que no. Pues vale.
Mi amigo el físico, seguro que me diría, con las fórmulas adecuadas, que la posibilidad de la existencia de energías eco, podría explicar restos de conciencias de, por ejemplo, “Il fu Mattia Pascal”, o cualquier otro.
Lo que no parece que ocurra, es que esas presencias, o lo que sean, si son algo, claro, estén para ayudarnos mañana en el sorteo de Navidad, por ejemplo, y que por cierto fue creado para financiar las guerras napoleónicas. Todo un acto de amor en estos días navideños.
Cuando alguna vez he oído hablar a este tipo de profesionales, que dicen estar en contacto con el otro lado, generalmente remarcan dos cosas. La primera es que quienes fueron, y ya no están, no tienen ninguna capacidad de hacernos daño físico, de forma que los terrores son infundados, que no tratamos con zombies, parece.
Y la segunda cosa que afirman, es que la mayoría de las veces, intentan cerrar algún tema que les quedó pendiente cuando les llegó la visión de la luz.
Los ignorantes como yo, al final, acabamos tomando todo esto como entretenimiento puro y duro, a título de inventario que diría un castizo…pero haberlas haylas.
Y creo que hago mal, que si por una vez sacara relucir el gusanillo de la curiosidad satisfecha con datos y ciencia, sería la forma idónea de acercarse al tema….pero no me sale, no me sale.
Porque, y sea dicho con todos los respetos, si pudiese realmente entrar en contacto con alguien del otro lado, y en vez de limitarme a escuchar sus cuitas y ayudarle a traspasar el velo encaminándolo hacia la luz, me encantaría hablar del otro lado, que no conozco descripciones, ya que todo lo que recuerdo haber escuchado es que dicen cosas para tranquilizar allegados…¡estoy bien, no os preocupéis!, o mira en el arcón que hay una pieza de oro, la que perdió la bisabuela.
A mí me gustaría preguntarles por el futuro, ese futuro que tengo hoy que adivinar con los métodos antiguos de ir cogiendo aquí y allá toda la información disponible, ajustar el rompecabezas, y deducir por dónde irán los tiros en el devenir del mundo.
Porque visto lo visto, las cosas se van pareciendo cada vez más a las previas de la segunda parte de la primera guerra mundial, y no me gustaría que la cosa se repitiese, por lo menos en la zona de mi campo de golf, que a estas alturas de la película, todo lo que quiero es hacer un hoyo en uno en el cinco de Las Matas.
No esperaré a que salgan las predicciones esas que nos regalan a fin de año para el siguiente, y haré las mías sin ninguna ayuda de los entes del más allá, que como he dicho no me hablan, que no aprobé las oposiciones.
Así, que elecciones en España antes de que se acabe el año, que Marianico no está para que le desmonten el tinglado de la pasada legislatura, y aprovechando la derechización mundial, se la va a jugar, sí o sí. A esta, me juego pincho de tortilla y caña.
La economía del mundo mundial, aún no se ha recuperado de las trampas que entre los sistemas bancarios y los más listos de la clase han ido tejiendo para lo de la isla privada, con jet privado, que las cosas están cada día más caras, y desde que sube el precio del petróleo, dar un paseo con las novias en el yate, sale por un pico.
Así que yo sacaría mis perras del banco de la esquina, que le quedan tres telediarios, y buscaría un sitio donde me lo roben más despacio. Y mi fantasma amigo, que de estas cosas del futuro no se pronuncia, todo lo que se le ocurre hacer es decirme que lo ponga en el baúl donde la bisabuela perdió el doblón, aunque como parece que la inflación se dispara, pues un sinvivir.
Los de la nueva economía, ya nos anuncian que dentro de nada, más de la mitad de los curros que andan dando hoy de comer a la peña, habrán desaparecido, y cuando a estos vivos, se les pregunta si la cosa quedará compensada con los nuevos trabajos que surgirán, ponen caras seráficas de las de te van a dar por donde amargan los pepinos, pero no he sido yo.
Así que esperaré a la próxima curva en la carretera, a ver si se me aparece la tal dama, que solo sabe decir que es un punto negro, como los de obras públicas, lo que no te soluciona nada, que lo que yo quiero es saber qué coño tienen que estudiar mis nietos, si me quedo otro año más con mis Matildes, y si el Armagedón que se está gestando va a estallar o seguiremos en este tira y afloja, más digno del perro del hortelano, que de los cyborg del siglo XXI.
Con su pan se lo coman

Sacrificios humanos

Hace ya mucho tiempo que no me acuerdo de revisitar esas cosas de las guerras, que yo llamo de pequeña escala, pero que son puñeteramente dolorosas para quienes las sufren en sus carnes.
Tanto es así, que se nos vienen a olvidar en ese fondo cómodo de nuestro almario, en el que se guarda todo aquello que puede sacudir la zona de confort en la que nos gusta movernos. Pero, de vez en cuando, cuando los malos del otro lado, (nosotros somos los malos de este lado) hacen una trastada en nuestros santuarios, nos enfadamos mucho, y hablamos de terrorismo en nuestro corazón.
Y ayer tuvimos tres historias casi simultáneas. Ya sabéis, en Ankara, tres tiros, en nombre de Alepo, al embajador ruso.
En Zürich tiroteo con tres heridos, junto a un centro de oración musulmán. La policía no pudo apresar al autor, y ha cerrado la posibilidad de cualquier forma de información. Excepto para los tres heridos, la cosa no pasa de un tema menor, a los ojos del mundo.
Y en Berlín, junto a la Kurfüstendamm, ese corazón del Berlín yanqui, doce muertos, y decenas de heridos, por un ataque, aparentemente terrorista, aunque la prudencia de la policía local, aún no ha confirmado. Quizás sigan pensando que fue un accidente, o quizás estén tras las pistas de las conexiones que pueda haber detrás del hecho, y no quieren perderla.
Yo no lo sé, pero lo que sí sé es que a la que me descuido me llega el ruido de una acción similar en el mercado de ….y tras estos puntos suspensivos, pongan ustedes la ciudad islámica que quieran.
Bombas contra civiles, camiones contra civiles, disparos contra civiles, cuchilladas contra civiles….contra civiles, contra civiles. Siempre contra civiles.
Y los civiles, que tenemos la conciencia de ser la parte inocente de este caos, a lo mejor deberíamos pensar que no lo somos tanto, especialmente los súbditos de las mal llamadas democracias occidentales. Que al final, dicen que somos los que gobernamos…¿o no?.
Me explicaré. Nunca he podido saber cuánto dinero de mis impuestos se utiliza para cualquiera de las formas de guerra que hay actualmente activas por el mundo.
Y en impuestos incluyo no sólo los que de forma directa o indirecta me cobran las haciendas locales, sino todo el dinero que utilizando formas de energía procedentes de ciertos países, financian conflictos. Los ciertos países están en el Golfo Pérsico, Arabia Saudita, Irán, Irak, Rusia, Estados Unidos…..o a través de las inversiones del fondo noruego, o de lo que quieran ustedes.
Quiero decir, que a través de mis impuestos, de mi consumo, se están financiando las guerras, y yo me quedo sentadito en mi sillón escribiendo gilipolleces, pero nunca ejerciendo iniciativas activas para impedirlas.
Así, que no debe extrañarme que alguien me ponga en el punto de mira de los que yo considero malotes. Porque mi país pertenece a organizaciones militares que atacan a personas y países, lo que me convierte en elemento activo de la guerra con sus consecuencias, obviamente.
El avispero sirio, ese que ahora está de moda con el puto estira y afloja por la toma de Alepo, es un verdadero desconocido. Nadie nos ha explicado quién lucha allí, y por qué. Nadie nos ha explicado que el destituir a Bashar al-Assad, no llega ni a la categoría de excusa, que a un pollo de estos se le destituye en un plis, si los que pueden, quieren.
Y nosotros mirando nuestro móvil, como imbéciles, soltando una lagrimita por los muertos, y respirando porque el mercadillo estaba en Berlín y no en la Plaza mayor de mi pueblo. El muerto al hoyo, y el vivo el bollo.
Y con todo el dolor de mi corazón deploro estas barbaries de ayer en Turquía, en Suiza, en Alemania, las deploro tanto como la inacción de mi sociedad frente a las guerras por algo más de dinero. Que quienes lo tienen siempre necesitan algo más.

Y a todo esto, la prensa haciendo fotos, preguntando al herido español, (que podía ser yo mismo) lo que ha sentido en el momento….¡Por favor, curen a esa persona, y déjenla en paz!. Salvo sus heridas no tiene nada que contar, a no ser que se busque ese sensacionalismo que se llama “trending topic”
Que la información realmente importante, no está a nuestro alcance, que el análisis basado en la verdad total, no está en nuestra dimensión, y es el trabajo que espero de los informadores. Y como no son capaces de dármela, evito comprar sus periódicos, sus revistas, sus telediarios.
Que me encantaría conocer los mecanismos que han llevado al presunto asesino a realizar la monstruosa acción de disparar al embajador indefenso, a tirotear la mezquita, a destrozar vidas con un camión.
¿Cuál es el camino que el odio ha seguido para llevar la mano hasta estos hechos?, ¿cuál es el camino que ha seguido ese niño que se inmola en el mercado de Islamabad, de Bagdad, de El Cairo?.
¿Qué estamos haciendo?, ¿qué beneficio tiene?,¿ para quién es ese beneficio?.
No lo sé, y lo que es peor, mi sublime ignorancia me impide buscar las razones entre los datos que me son permitidos acceder. Pero me da que en esos datos accesibles, no está lo que busco. La simbología que ocultan sus palabras no me son accesibles. No he sido iniciado.
Creo haber comentado alguna que otra vez una frase demoledora que apareció en el Times Magazine, allá por la crisis de los noventa del siglo pasado, y que en los últimos 25 años, ha tomado una vigencia ¿“Qué clase de sociedad hemos creado, que lo primero que sacrifica es al ser humano”?.
En ello estamos, la sociedad se llama “de consumo”, y de acaparamiento. Y esa sociedad necesita los sacrificios humanos en las carnes de quienes pierden, por no ser útiles al sistema. Iletrados, viejos, pobres….que a las piras sacrificiales solo suben los que han perdido la guerra, y así el dios consumo se satisface.
Y el sacrificio te llega sin aviso, perdiendo tu trabajo, ese al que dice todo el mundo que tienes derecho, pero que no se reconoce, por el momento.
El sacrificio llega paseando entre abetos por la Kdamme, o visitando una galería de arte en Ankara, o yendo a rezar a la mezquita de Zürich.
O llega cuando el autobús de niños sale de Alepo, y un misil lo destruye, o cuando tantos y tantos seres humanos huyen despavoridos de sus tierras por miedo a la muerte, a la pobreza extrema…..a la guerra,
Que nadie me dirá cuánto dinero se mueve hoy en las guerras, y para quién es el beneficio, quién las promueve, quién invierte, quién recoge los dividendos, quién establece las estrategias, dónde están los presupuestos y los objetivos….¿Nadie lo sabe, o es que no se puede decir?.
Meditaré por los muertos sacrificados al dios consumo, desde Berlín hasta los estrechos de Sicilia, desde los mercados de Bagdad a las selvas colombianas o venezolanas, desde el centro de África a las calles de Tijuana, o desde el campesinado coreano a los nuevos desheredados por la siguiente revolución industrial que la tecnología acaba de aparcar en la puerta de nuestras casas.
Con su pan se lo coman

Estos días con Felipe, Sir Winston, e Isabel

Lo que da el tener amigos tan leídos, es que sin querer te descubren cosas que a uno ni se le hubieran ocurrido.
Mi amigo Felipe, al regreso de uno de sus viajes al sur, escribe un precioso texto sobre sus impresiones, y lo adorna con datos históricos de una panda de cabestros españoles que anduvieron haciendo de las suyas por aquellas tierras. Y digo cabestros, desde la visión que tenemos hoy de las cosas, que en aquel momento histórico, no eran más que unos tíos muy bragados hijos de la primera potencia militar del orbe, y con una tecnología en cuanto a diseño de buques, navegación, tácticas militares, entrenamiento, y calidad de las armas, comparable solo a la de Roma en su esplendor. Como lo ha puesto en caralibro, yo lo he compartido, y quien quiera aprender que lo lea.
Pero orillando lo dicho, y con el gusanillo que el muy cabrón me ha metido en el cuerpo, y que me va a llevar a esas tierras del sur en cuanto me descuide, quiero hacer mención a un comentario que desliza…”en passant”, que decimos los cursis, y es una mención al familiar segundón del Duque de Malborough, Sir Winston Churchill, que dicen que dijo algo así como:
“Hay que intentar escribir un artículo todos los días, aunque pueda parecer que siempre escribes el mismo”.
Pues sí, mi querido amigo, llevaba razón ese pollo pintor de bahías en Madeira, trazador de puñeteras líneas en África, fumador de dobles coronas, responsable de que los buenos cognacs alcanzaran precios desorbitados, de que los Breguet se creyeran lo que no son, de que Gran Bretaña siga siendo una isla, y de no sé cuántas cosas más.
Porque a esto de las frasecitas, no sé yo si ha llegado a ganar a Wilde, pero por ahí le anda.
Ahora que si todas las frases que dicen que dijo, las dijo, me parece que no tuvo tiempo para más.
Pero dejemos a Sir Winston con sus cosas y sus frases, y quedémonos con el consejo que a través de la extraña autoría, mi amigo lanza al espacio internauta, de que hay que escribir un artículo todos los días.
A mí no me da el cacumen para tanto, que uno es iletrado, y eso de poner palabro tras palabro, ya es áspero, si además quieres que tenga sentido, nos empezamos a meter en luchas contra molinos, y si encima quieres que alguien lea el fruto de tus preñeces, acabe las cuatro líneas, y encima reconozca que ha pasado un buen rato, o que le ha aportado algo, nos metemos en terrenos que apenas explican las alegorías, que es como el milagro de los panes y los peces, como poco.
Claro, que teniendo el nombre de un paquete de cigarrillos, siempre hay alguien que como la rana abre la boca de asombro, se siente tenor, y canta, pero el resto de los mortales, los de mi pelaje, no aspiramos a resultados tan brillantes.
Pero le doy la razón a Sir Winston, (creo que es cosa de Felipe la tal frasecita, y que por la modestia que le adorna ha cedido los derechos a la familia Malborough, pero eso es otra historia).
El hecho de forzarte a reflexionar sobre algo, todos los días, o cada dos días como hago yo, que soy muy dejado, te acaba ayudando a ver el mundo de otra manera, y además te fuerza a esa auditoría constante que es la opinión de quien se atreva a leer lo que has escrito.
Llevo casi dos años con este ejercicio, y debo reconocer que me sienta bien, porque me fuerza a pensar en las reacciones ajenas, porque me obliga a reflexionar sobre los acontecimientos que se me vienen todos los días. Me mantiene despierto, y por ende me obliga a ver el mundo con ojos más críticos. Bien. Gracias Sir Winston, gracias Felipe, o gracias Mr. Oscar Wilde.
Con mis disculpas adelantadas, pediría a mi amigo, que escribiese él la historia de esos cabestros españoles que anduvieron por donde el anduvo, que si se lo quita Hollywood, tendremos un batido de fresa con mucha soda, y si lo pilla el señor Canales, le hace un libro en un plis, aunque este también lo haría bien, me temo.
Y con esta carrerilla, doy por sentado que voy a ser arrollado por la vorágine que se nos viene encima con esto de la culminación de las fiestas del consumo, vamos, la explosión de las Saturnales, que diría Paqus el Centurion.
Y lo que me da más miedo, es que tía Adelaida, que aún no se ha dado cuenta de que soy un chico bien educado, volverá a regalarme ese bello jarrón de los chinos, que como se me rompen cada año en enero, y nunca le he dicho otra cosa que
-¡Gracias tía!, que bonito.
Pues ella dale que dale, hasta que saque el tal jarroncito, las oposiciones de notario, y deje la pasantía en el bufete de Don Fabián, que tan bien dice que le trata.
Claro que en el pecado está la penitencia, que los sobrinos de tía Adelaida, le regalamos todos los años ese perfumito tan rico, que a la pobre dejó de gustarle desde el día en que rompió con su Anselmo.
Que la cosa no podía ser seria, que Anselmito era el quarter back del equipo de fútbol americano de los jesuitas de Sarriá, y le gustaban las faldas más que a un político una caja de tizas de colores, y Doña Adelaida, siempre ha sido muy seria con esos asuntos, que ya le dijo Sor Angustias que esas cosas las carga el diablo, que Anselmito luego se pone a notarías o abogacía del Estado y a tí se te pasa el arroz.
Pasará otro año el canto de San Ildefonso, y te quedarás viendo como la mona aunque se vista de seda, mona se queda, que el Gordo aquí se celebra con Rondel semi-seco, que esas cosas de Reims son para los de siempre, y no hay que hacer alardes.
Te entrará esa compasión íntima por los dependientes de Sederías Carretas, que llevan viendo, y oyendo, como beben los peces en el río a cambio del jornal de seis euros la hora, que eres un eventual, y la cesantía la tienes a fin de enero.
Le preguntaré a otro buen amigo mío, que es muy leído en esas cosas, lo que dice la ciencia psiquiátrica en torno a las consecuencias de la exposición continuada de los vendedores de telas a la música navideña. Que yo he buscado en Jung y en Freud, y no he sabido encontrar nada.
Pero, sin embargo, cuando de pronto te enfrentas a uno de esos coros de voces blancas, que en el lugar adecuado, y con el espíritu del escuchante en posición receptiva, rebuscan en el folkclore saturnal, y encuentran la belleza que en él se esconde, no puedes por menos que agradecer el ser quien eres, que no vendes telas en Sederías Carretas, y que tienes amigas como Isabel, que de vez en cuando te envían trozos de los conciertos de su Antal Korai, porque uno es un vago redomado, y no va a escucharlas.
Y con esa carga enfrentamos la semana, a ver si al acabar seguimos en pié, y no nos salen los hepatocitos uno a uno por el colédoco con bandera blanca, que todo puede pasar.
¡Ah!, y no, no se me olvida eso de felicitar las fiestas, que no las felicito, que me produce sarpullidos, que lo mío, es desear una sonrisa cada día, al menos, y sin mirar el calendario.
Con su pan se lo coman

Creacionistas o evolucionistas.

La verdad es que siempre he mantenido que cuando una teoría, una persona, o un grupo se define como algo que acaba en “ista”, es que ha perdido foco, que de alguna forma ha entrado en una posición extrema, con una cierta carga de mesianismo, que desgraciadamente para él, o ellos, produce una limitación en su visión que acaba haciéndole ineficaz. Me parece un acercamiento a la irracionalidad, y al fanatismo, por muy suave que parezca.
Pero eso no es más que la pobre visión de este “Fool on the Hill”, y seguro que hay muchas opiniones, doctas incluso, que me pondrían a hacer flexiones por decir estas barbaridades. Pero las flexiones ayudan a adelgazar y mantienen el cuerpo tonificado.
La discusión entre creacionistas y evolucionistas, me suena a las que en el XIX andaban poniendo españoles a la greña que si unos francófilos, que si otros germanófilos, es decir, a discusiones de casino provinciano después de la siesta.
Porque yo a la hora de ponerme a creer, soy muy malo, es decir me cuesta un montón creer en las cosas. Tengo que pensar en ellas con detenimiento, y buscarles una lógica que me convenza, y normalmente esa lógica no proviene en su estadío básico de la opinión de una sola de las partes, ni muchísimo menos.
Claro que cuando el enunciado de la discusión es tan ramplón como el enfrentamiento entre el creacionismo y el evolucionismo, con su carga de moral cristiana, monoteísta y machacona, se hace difícil desligar todo ese entramado del antropocentrismo que es posiblemente el más cutre de los “ismos”. Es como si aún se mantuviera que la Tierra es el centro del universo. Y de ahí a excomulgar a Galileo, a quemar a Giordano Bruno, o a Servet, un paso.
La lectura literal de los textos simbólicos, (el Génesis es uno de ellos) con total ausencia de interpretación, nos conducen a situaciones de oscuridad difíciles de superar, ya que conducen a la creación de dogmas, y esos no están sometidos a razón. Que lo primero que te piden es que creas con los ojos cerrados (fe), que los moralistas monoteístas son poco dados a las interpretaciones, a buscar los significados de los signos y de las palabras, que es mucho más fácil conseguir que alguien sin formación o en período formativo, simplemente crea. El que entienda ya es más complejo, que puestos a ponernos brutos, exige del maestro una calidad que en demasiadas ocasiones le es ajena.
El literalismo, que a veces es incluso ficticio, es el gran enemigo de la razón, de la sabiduría, y cómo no de la libertad.
Así, que si me dices que en seis días se apaña el asunto, pues seis días. Que el domingo descansó, fenomenal….quizás hubiese ahora que revisitar esto, que con la semana de cuatro días y medio, de los cuales son cuatro con corbata y el quinto de “Smart casual”, y dos y medio para ir al super, llevar a los enanos a las actividades extraescolares, y la visita a la suegra, que luego no se te queda con la prole en las vacaciones escolares, esto empieza a no cuadrar.
Lo del trozo de barro, el soplo de vida, la costilla subsidiaria, tuvo a buen seguro que hacerse deprisa y corriendo, vamos como los coches que salen de la cadena de montaje los viernes por la tarde, que luego fallan como escopetas de feria. Como los humanos, vaya, que no damos una a derechas, ni queriendo.
Lo del mono que se va haciendo listo poco a poco, a base de putadas de su ecosistema, tiene también su gracia, ¿para qué negarlo?, que “El origen de las especies”, por lo menos basaba sus conclusiones en la observación de un naturalista, y eso tiene su aquel. Pero, claro, una cosa es como se le va poniendo el pico a un pinzón, por vivir en el Ecuador, o por vivir en otra parte del planeta, sujeto a diferentes interacciones con su entorno, y otra muy diferente, considerar que para llegar a ser un británico de Tadley, por ejemplo, hay que ser primero un oriundo de Monrovia, por poner un aquel, y que con trastopecientas generaciones, por fin alcanza los seis pies y medio de altura, los ojos azules, el pelo entre rubio y rojizo, acento del Hampshire, voto tory, bebedor de ales, y supporter del Arsenal.
No creo que las cosas sean así, que lo de soplar el barro, tiene detrás mucha enjundia, que a saber a lo que llaman días estos pollos bíblicos, o qué tradujeron los que pretendieron que esos textos llegaran hasta nosotros. Incluso, qué beneficio pensaban obtener cambiando aquí o allá el mensaje….que últimamente el cepillo viene muy vacío.
Así que, cuando ves que aún estamos en esas, por mucho que vayamos desbocados a lomos del tremendo caballo de fuego que se ha colocado en nuestras piernas en este puñetero siglo XXI, no puedo por menos que empezar a pensar no ya en el evolucionismo, sino en el involucionismo de una parte no desdeñable de la humanidad, que pretende volver a siglos inquisitoriales, ignorando todo lo que la ciencia ha aportado al ser humano.
A los creacionistas les preguntaré siempre su adscripción religiosa, y su nivel de compromiso con la moral que emanando de esa adscripción, tiende a dirigir sus pasos en la vida. Es la forma de valorar si su creencia es suya, o simplemente la defiende por una cuestión de fe, que no es lo mismo.
El evolucionista, al fin y al cabo, obtiene su creencia de la ciencia, o al menos de un método de ver las cosas que permite la elaboración de las conclusiones de una hipótesis, siempre sujetas a la posibilidad de poder repetir el fenómeno del que se trate, y a las observaciones y críticas de quien quiera hacerlo. No es perfecto, cierto, pero la fe no juega en ese partido.
Y lo más bonito, es que el creacionismo no puede ser revisado, es un dogma, vamos que vas a la hoguera, y el evolucionismo darwiniano, ya no existe más que como un precios, y útil en su momento, paso hacia el conocimiento del origen de las especies.
Porque la verdad, la pura verdad, es que seguimos en plena vorágine especulativa en cuanto a nuestro origen, tanto que estoy dispuesto a considerar seriamente, la posibilidad de que seamos cosas tan interesantes como el producto del fornicio entre formas femeninas simiescas y ángeles llegados de las estrellas.
Estoy dispuesto a creer que no somos más que puñeteros ciborgs, creados por vaya usted a saber quién, para que explotemos nuestras minas de sal para ellos.
Estoy dispuesto a creer que somos fruto de manipulaciones genéticas, realizadas en las especies de forma puntual por entes superiores.
Estoy dispuesto a interpretar el mito de Prometeo como ustedes quieran.
Estoy dispuesto a creer cualquier teoría cosmogónica que se me proponga, como, por ejemplo que somos los restos de los Gigantes que perdieron sus guerras con los dioses, hasta que vinimos desde San No Sé Dónde, a bordo de dimanas tiradas por carros de fuego, por dragones, por serpientes aladas, que no sé si son las mismas que andaba matando aquel San Jorge piojoso, tan adorado en nuestro Mare Nostrum.
Eso sí, tienen antes que haberme invitado a comer, (el vino lo escojo yo), tenemos que estar sentados en los chester de cualquier cómodo salón, el café bien hecho, fuego en la chimenea y el necesario Hine Antique servido en copa “Hennessy”, para apreciar bien los matices.
A partir de ahí, en el círculo mercantil, en el casino de la provincia, o en un saloncito apartado del Ritz, soy capaz hasta de dejarme adoctrinar, claro, sin garantizar que alguien lo consiga.
Buenas noches, y buena suerte

El populacho

La última entrega de esa revista que me gusta leer de vez en cuando en el metro parra que me admire el de al lado, o piense que soy un absoluto gilipollas, y que se llama Foreing Affaires, ha dedicado el último número a un tema que tiende a conseguir que mi mandíbula se desencaje.
En portada, aparecen dos personas de la América profunda, “paletos” que son llamados por los calvinistas de Boston, con su iglesia evangélica al fondo, él con su rastrillo blandido como si fuera la lanza de Don Quijote, su gorrilla de pelota base, o golf, con el lema de ¡Haz de nuevo grande a América”, su granero a la izquierda, y su mujer con pinta de miembro destacado del Ejército de salvación, bien cerrada su camisa con el camafeo de la bisabuela, y en segundo plano, observando la expresión dura y decidida de su marido son un cierto gesto conmiserativo, que las mujeres para esto, nos han sacado siempre dos pueblos.
El titular es autodefinitorio
“El poder del populismo”…Marine Le Pen, Fareed Zakaria, Michael Kazin….y muchos más.
¡La madre que los parió!, ¡Con qué facilidad pasamos de aquello del poder del pueblo al populismo!, que parece que la democracia, (Gobierno por las mayorías) deja de tener gracia cuando va contra las aristocracias (gobierno de unos pocos).
Ahora es el populismo, algo hemos ganado, que antes eran el populacho, las turbas, e incluso las masas, que diría nuestro Ortega (antes Lista).
El que quiera pasarse por el kiosko que se compre la revistita que te sacuden catorce chuchos de esos que Draghi fabrica a razón de ochenta mil millones al mes.
Que la opinión de los editores, es como la del cura vasco al que le preguntaron su opinión sobre el pecado.
-Que no soy partidario, oye.
Y es que parece que de improviso, las masas, el pueblo, el populacho, las turbas, se empiezan a dar cuenta de que no tienen pan, y que la respuesta que les dan a esa demanda se parece a la que dicen que dio Marie Antoinette….¡pues que coman croissants!.
Eso, croissants, que los croissants de hoy son las grandes cifras, el crecimiento mundial, la renta per capita, la tendencia de los mercados financieros, y las tasas de paro descendentes, por no hablar de los viejecitos que usan los viajes del Inserso. Pero el problema está en que el populacho, la turbamulta, se tiene que enfrentar al carrito de la compra, a la factura de la luz y del gas, al transporte público, y al miedo, al miedo a no tener derecho a un trabajo remunerado dignamente, derecho a que no te expulsen de tu casa, derecho a que no te organicen una guerra en tu pueblo, derecho a vivir en tu tierra, derecho a vivir.
Y es que desde la carroza de las aristocracias bostonianas, o de San Juan del Puerto, que me da lo mismo, no se entiende que haya gente que no pueda pagarse el billete del metro, que desde el jet privado se ve muy mal el detalle de la tierra.
Así, que nada mejor que hacer que ridiculizar a quienes son en teoría los soportes de la democracia, al pueblo, a los ciudadanos, y eso se hace con fotos de paletos cabreados, y obviando las denuncias de quienes sienten que les están robando vida y hacienda, de forma que los privilegios de las elites de los aristos, puedan no solo mantenerse, sino aumentarse.
Y la historia es muy tozuda, y la globalización, no solo ha traído la popularización de la miseria a las clases populares, sino que ha conseguido que su reclamación sea global también. Y eso me apechusca, que los franceses cuando se liaron a cortar cabezas tenían ciertos límites geográficos, los rusos en el catorce se ciñeron a sus fronteras, y Mao no mareó demasiado fuera de China pero ahora la cosa es global.
Las revoluciones, y a lo mejor acabo viviendo una, ciertamente solo sirven para descabezar a cuatro inútiles que ya no viven en el mundo, ya que se han construido el suyo, en sus jets, sus islas privadas, sus leyes exclusivas, todo en aras de la codicia sin límites, que es lo más deleznable y cutre entre los defectos humanos.
Una vez que dejamos fuera de juego a esos imbéciles, el orden se restablece con caras nuevas, y con ambiciosos y codiciosos de nueva cuña, un poco más entrenados, claro. Que tras la quema de la Bastilla, les cayó encima un Emperador y un rey. Total nada.
Y lo de Rusia y China que lo comente otro, que a mi me da la risa.
A mí no me pagan como asesor por estas líneas, así que no daré consejos. Lo que veo es que la guerra, si no ha comenzado, le queda muy poco, que desde América a Francia, desde Inglaterra a Japón, la gente da el poder a quien cree que va a devolverles la vida que les han robado los bostonianos. Pero se equivocan, aquí el Santa Rita funciona maravillosamente, y lo que te robaron robado está.
Pero la codicia desmedida de los que atesoran es lo que llevará a muchos de ellos a perder la cabeza, como en brumario, y les sustituirá otro cabrón con más ganas de robar todavía, ¿verdad Señor Stalin?, quizás debería haber dicho Castro, Chavez, Maduro, Kichner, Correa, Morales…no lo sé.
La supuesta revolución que se ha ensayado en el subcontinente americano, parece que ha sido controlada. No solo no se ha extendido, sino que los resultados han sido nefastos para el populacho local, y ese es el mensaje que nos mandan desde Boston.
Cuidado con los populismos locales, que lo que necesitáis ahora es un populismo global, que si no la cosa queda en una batracomiomaquia entre errejonistas y pablistas, cutre y con resonancia apenas de patio de vecino.
A lo mejor ese líder mundial acaba siendo el tito Donald, pero no lo creo, al menos Espartaco tenía dos cojones frente a Craso, y este tiene solamente una estética hortera, la panza llena, y es parte del problema.
No sé por donde reventará la cosa, pero no se puede pasar más tiempo sin resolver los problemas que al populacho le han creado estas elites de Harward, y en caso de que no se haga de forma global, habrá que ir tirando uno a uno los proyectos de ese populacherismo, que empieza a molestar.
Medios y ganas no faltan, y veremos como la democracia sigue siendo esa utopía que nos enseñan los aristócratas para que creamos que dirigimos nuestros destinos. ¡Cómo se van a reír en Davos! y yo sin mi disfraz de mosca planchado para quedarme quietito en la pared del salón donde a lo mejor se decide todo.
Con su pan se lo coman

Doña Fátima, currar hasta las seis, y una horita menos en Canarias

Cuando el diablo nada tiene que hacer, mata moscas con el rabo.
Sería así, Doña Fátima, si usted pudiese tener la altura intelectual suficiente para poder ser el diablo, pero como no es así, pues no tiene rabo, y no puede matar moscas.
Pero lo que si puede hacer, y reconozco estar haciéndole el puñetero juego, es ponernos a discutir a los españoles, si lo que nos viene encima son galgos o podencos.
No tiene usted derecho, Doña Fátima, a decirme cuando tengo que terminar mi jornada de trabajo, especialmente si soy un parado, de esos que ha creado, con su inestimable ayuda, el gobierno al que usted pertenece, la crisis esa que nadie sabe lo que es, o la redistribución de la riqueza de la que tanto alardean los que dicen que saben, y que no es más que una forma de expolio a los más desfavorecidos.
No, Doña Fátima, no tiene usted derecho a introducir un tema como este para que se vea que está usted en la línea negociadora de su presidente, no, usted, Doña Fátima, que lo único que reconoce como negociación me temo que es lo que el diccionario de la RAE define como imposición, que a cualquiera se le salta una página a la hora de buscar definiciones.
No, Doña Fátima, usted no es quien para introducir sus criterios a base de decretos leyes para que el curro cierre a las seis….que podía haber sido a las ocho, o a las tres, o lo que sería mucho mejor, cada uno según su interés y necesidad, y se deja usted de marear a la peña a la que tiene ya un poco más que harta.
Pero claro, lleva demasiado tiempo callada, y una dama como usted de relumbrón público, no puede estar de esa guisa, que sin la mayoría absoluta que ha ocultado su ineficacia negociadora durante tantos años. Veremos que hace si se tiene que enfrentar a la derogación de su maldita ley de derechos laborales, que se ha cargado a la clase media, a los sindicatos (no había que hacer grandes esfuerzos para ello), y ha llenado el país de esclavos.
Una Dama andaluza como usted, que en las únicas ocasiones que ha pasado hambre, ha sido cuando le recogió tarde el chófer para llevarla a tomar el aperitivo, que no entiende como alguien puede vivir con menos de veinte o treinta mil euros al mes, y que se siente feliz cuando anuncia salarios mínimos de setecientos.
No, Doña Fátima, no. Una persona que solo se ha movido por la administración pública española, y que no tiene ninguna experiencia como luchadora emprendiendo esos proyectos empresariales a los que tanto le gusta empujar a otros para que le bajen las cifras oficiales del paro, no tiene ningún derecho a decirnos que salgamos a las seis de la tarde.
Porque quizás en donde se debería centrar, es en conseguir, ya que maneja un presupuesto que ha salido de mis bolsillos, que esos centros miserables llamados oficinas de empleo, se transformasen de verdad en centros donde el trabajo pudiese estar a disposición de quienes lo necesitan, pero ya sé que es mejor externalizar, y dejar a los intermediarios esclavistas, a los que por supuesto usted no solo no persigue, sino que apoya, que permitan que a un español se le paguen setecientos euros al mes, o dos euros por habitación de hotel limpiada según el puto protocolo marcado por el capataz de la cadena hotelera de turno.
No, Doña Fátima, no, no tiene usted derecho a decirnos que dejemos el curro a la seis…¿a quién se lo dice usted?, quizás a la persona que después de acabar en el hotel va a limpiar su casa, quizás, no lo sé, pero de una Dama Andaluza de San Juan del Puerto, me puedo esperar cualquier cosa cuando se trata de lidiar con jornaleros.
No, Doña Fátima, no tiene usted derecho, aunque nos enfrentemos estos días a las Saturnales, a intentar despistar a la gente con la historieta de nuestro meridiano, y de si vamos a dejar de decir en la radio lo de una horita menos en Canarias. Es como si aún estuviese oliendo ese tufo de sociedad franquista que no nos ha abandonado y que las “Señoritas” como usted me temo que llevan en la sangre.
Lo que más me llama la atención es que su paso por una universidad jesuítica no le haya producido, al menos un cierto poso de conciencia social, y no le estoy pidiendo que se me haga marxista, no, no soy tan antiguo, pero sí al menos que vea a los que no son de su clase, no como jornaleros de los de ¡Tú, vente a mi finca dos días a cinco euros la hora!.
Porque es lo que está usted haciendo, o lo que le están diciendo a usted que haga, que me da lo mismo, que el vómito me sobreviene de cualquiera de las maneras.
Así que, mi querida Doña Fátima, haga usted un esfuerzo desde la posición privilegiada que la mediocridad de esta tierra le ha concedido, y consiga que nuestros obreros, puedan tener un trabajo en el que no se les trate como a esclavos. Ayude de verdad a quienes necesitan formación a tenerla, y que los fondos que se deberían utilizar para ello, no acaben convertidos en yates o en “cafelitos” de media mañana. Tiene usted los medios, pero su falta de interés es manifiesta. ¡Ea si son jornaleros!, debe pensar usted.
Solo espero que no se nos reedite un día la versión corregida y aumentada de Casas Viejas….si mujer, el pueblo del Seis Dedos de la provincia de al lado, porque desde luego, méritos se están haciendo.
Y terminaré, Doña Fátima, pensando que a lo mejor con eso de las seis de la tarde, está usted pensando en los de su clase, en los pobres señores diputados a los que a veces se les retiene porque los plenos se alargan. En ese caso, a lo mejor estoy de acuerdo con usted, que para lo que hacen ustedes, si se van a casa sin el trabajo terminado, a lo mejor salimos todos beneficiados.
Pero deje de contarnos milongas, que usted está ahí, para conseguir que los españoles tengamos un salario medio como los daneses, de cincuenta y cuatro mil euros al año, no los miserables dieciséis mil de jornaleros que nos ha regalado su maldita reforma laboral.
Porque aunque usted aquel día no fuera a clase, en ICADE, seguro que le dijeron que lo más fácil que puede copiarte un competidor, es el precio, pero la calidad de un producto, o de un servicio, ya es otra cosa. Así que deje usted de pensar que solo puede competir este país con salarios bajos, no solo es mentira, y usted lo sabe, es profundamente deshonesto y mezquino.
Con su pan se lo coman

Transhumanismo y ecología

Parece que emulando a Margalef, al bueno de Ortega, (antes Lista), no se le ocurrió nada más que soltar aquello de que el Hombre es él y su circunstancia.
No está nada mal, y no sé lo que pensaría el bueno de Ortega (antes Lista), cuando soltó la frase, pero un zote como yo, y en mi página, deduzco lo que me da la gana, que para lo que cobro, no tengo el coño para farolillos.
Y lo que deduzco, es que lo más probable, en el caso de que sufriésemos un trasplante a una época que no fuese la nuestra, tanto si vamos hacia adelante como si vamos hacia atrás en el tiempo, nos encontraríamos en una circunstancia o si quieren ustedes, en un ecosistema que no nos correspondería, y al que no estaríamos adaptados.
Lo más probable es que nos fuéramos al otro barrio, si no dispusiéramos de billete de regreso inmediato. Y la razón es obvia, estaríamos fuera de nuestra circunstancia, con lo que habríamos perdido parte esencial de nuestra esencia humana. ¡Mal negocio entreveo!.
Estoy con mis amigos, los que se han ilusionado con el proyecto de la criopreservación, que el avance científico, en caso de que se consiga con un cierto nivel de garantías de éxito, no puede ser más excitante.
Como tal, pues no podemos más que continuar en el empeño tecnológico de criopreservar la vida. Hasta ahí bien, pero la circunstancia, ¿quién me la preserva?.
De la misma forma, mi ignorancia hace que me sea difícil concebir la extensión de la vida hasta límites hoy desconocidos, y que ello procure la felicidad del ser humano.
Nuestra puñetera sociedad, nos demuestra que deshecha a la mayoría de las personas que al cumplir los cincuenta, no han tenido el buen gusto de morirse. Hay maravillosas excepciones en las elites, excepciones que crean seres especiales a los que conceder un Premio Nobel, o un Princesa de Asturias, pero lo normal es que acabes como en los folletines de Pérez y Pérez, de cesante de correos condenado a una extensión miserable de tu vida biológica.
Porque el Inserso no lo es todo, no señor, aunque sea la meta de tantos y tantos deshechos sociales que han sido expulsados del sistema en la última prejubilación de La Caixa.
No todo el mundo es Dylan, ni tiene el morro del presidente colombiano, ni siquiera es Mike Jagger que se dedica a preñar mozas casaderas, como un Sánchez Dragó cualquiera, y no sé si mis amigos transhumanistas están más cerca de Dylan, o de Don José y Doña Paca subiendo al Air Europa, camino de Magalluf.
Ya lo sé, la penicilina no llegó a la plebe hasta que no consiguió quitarle la infección neumónica a Doña Crucifixión de las altas Torres, ya lo sé.Y hoy ya llega a Paquita, (que es como me la conocen en su escalera), y además se la receta el médico de la mutua, que siempre ha tenido para mí la cara de Alberto Sordi.
¿Seremos capaces de transportar nuestra circunstancia, cuando seamos unos cyborgs, con o sin memoria del humano que fuimos?. No lo sé, de verdad que no lo sé, y me preocupa, porque si ya andan rampando con las perras de los jubilatas, que ahora les viven treinta añazos por encima del sueño del actuario, no sé lo que va a ser del que sobreviva tres o cuatrocientos años yendo un año a Magalluf, y otro a Benidorm.
Porque lo que veo con más frecuencia, es a personas que están en ese período llamémosle post actuarial, y que han dejado su circunstancia anclada en el nivel que tenían a los treinta años. Y eso me preocupa.
Que el diálogo de un “millenial” con un setentón se torna cada vez más difícil, ya que ni el millenial sabe para que servían las cabinas telefónicas, y el setentón se atasca en una hoja de Word.
Los nuevos “eternos”, que estoy seguro andarán entre nosotros en cualquier momento, deberán hacer ese tremendo esfuerzo del reciclaje, y ese reciclaje, si va a depender de los presupuestos estatales, lo van a tener crudo.
Pero los primeros serán esa elite que deberá preparar el camino para el resto de la humanidad, si realmente vamos a ir por ese camino, y deberán tener muy en cuenta que los seres humanos somos el fruto de nuestra adaptación al ecosistema en el que se desarrolla nuestra existencia, y la adaptación es cuestión de generaciones, ya que hasta ahora el sistema utilizado es el de pasar el testigo, como en una carrera de relevos.
Yo espero que lo consigan, porque en caso contrario aunque podamos despertar dentro de trastopecientos años, nuestra carga intelectual y nuestra estructura adaptativa, lo más probable es que sea inútil en el nuevo ecosistema en el que nos despertemos.
Lo mismo pienso de la extensión de la vida en plan cyborg, ya que la adaptación artificial a la que se irá sometiendo mi cuerpo para ser más alto, más inteligente, con más información, con más capacidades, con todas las ventajas tecnológicas que puedan ir adaptándose a mi nueva estructura física, no sé yo si podrá adaptarse a la circunstancia, o al ecosistema, que esa técnica adaptativa, se impregnó en mi cerebro en los primeros años de mi vida, para tener un nivel de control sobre mi ecosistema, sobre cualquiera de las circunstancias que el devenir de la vida pueda ir poniendo en mi particular tablero de la oca.
La gran suerte que tenemos con los grupos que están dando lo mejor de sí para estos proyectos, es que son personas que tienen la fuerza, la ilusión, y la honestidad suficiente para no hacer un arma de toda esta tecnología, y que además están dispuestos a considerar los aspectos éticos de esos avances.
Pero no deben olvidar, que somos nosotros y nuestra circunstancia, lo que nos define, y cualquier alteración artificial, puede conducir a que dejemos de ser quienes somos en aras de la inmortalidad, y es más que en algún momento podamos diseñar con el software adecuado la circunstancia que más nos convenga… y conste que no estoy citando a Groucho Marx.
No lo sé amigos, pero me temo que el pensamiento de Ortega (antes Lista) deberá revisitarse, y de la misma forma al avance tecnológico, maravilloso, que tenemos delante, deberemos procurar arroparle con un edredón de la misma calidad y tecnología ética del que estamos dotando al avance científico.
Y que nadie dude ni por un segundo, que nuestras posibilidades de sobrevivir en una época que no sea la nuestra, sea del pasado o del futuro, es prácticamente nula porque no llevamos la carga evolutiva adecuada que nos permita adaptarnos al nuevo entorno.
Con su pan se lo coman

Semana festiva

Nuestra España cutre, miserable, cainita, dedicó esta semana a honrar vírgenes y consecuencias políticas.
Recuerdo el viejo chiste de que los españoles llegamos antes a la Luna que los americanos, simplemente haciendo una cadena con un militar y un cura..y así hasta arriba.
Ya no es un militar, es un político, y ya no es un cura, es un yo qué sé, y aquí podemos poner desde el estafador que juega con la salud de su hija, hasta ese futbolista que esconde su dinero para que no eduquemos bien a la gente o no podamos curarla adecuadamente.
Que sí, que don Truebita, después de soltarse en la intimidad, y de asquearse de su condición de español, va, ahora que le han tocado el bolsillo, y se cabrea, que ya sabemos, cometió el hispánico error de poner la lengua en marcha sin antes haber conectado el cerebro. Mala suerte, que las campañas esas que se hacen virales en la red de redes, te tumban la inversión. País de cainitas, donde lo que más nos gusta es derribar ídolos.
Pero no a todos los ídolos, porque si a quien se descubre robando es un futbolista de relumbrón, entonces no, que lo que hay es una campaña gratuita del equipo rival.
¿Por qué?, me he preguntado tantas y tantas veces, no dejamos de comprar esas marcas donde aparece la imagen del futbolista que nos está, supuestamente robando al no pagar sus impuestos.
Pero aquí no hay campañas, y los anunciantes miran hacia otro lado, que los chicos estos tienen tirón, y ese tirón se transforma en ventas, y ya se sabe, a la prensa hay que decirle que los incrementos de ventas están ligados al mantenimiento del empleo.
Empleo a dos cincuenta la habitación, en tantas y tantas cadenas de hoteles, que los precios de venta son los que son, y mejor ahorrar en los salarios de los más débiles, que en otras cosas de esas que hay que sudar.
Y nuestros sindicatos con la boca cerrada, sin organizar una buena campaña por las redes sociales, recordando a los que contratamos un hotel, que nuestra habitación la ha limpiado un esclavo, o esclava, que tanto me da, y así a lo mejor no dormimos tranquilos, porque seguro que no son todos los que llevan a cabo esa práctica, seguro, y a mí me encantaría saber si quien trabaja para que yo esté cómodo, ha sido tratado como un ser humano.
Pero no, que eso no puede ser, que eso no debe publicarse, que los futbolistas venden, y el turismo es nuestra industria nacional, el espejo en el que se miran los que quieren tener países con los hoteles y las playas de su Benidorm local llenos a rebosar de grasaza europea de esa que viene a emborracharse, a tirarse desde un balcón, y a cagarse en nuestras aceras de forma literal.
Llega entonces esta semana de la Constitución, aquella del setenta y ocho, la semana de la Inmaculada Concepción de María…y cerramos la tienda, “cerrado por ignorancia”, podría poner en primera plana el periódico local. El país deja de trabajar y destroza de golpe todos sus ratios de productividad, esos que provocan que las inversiones extranjeras nos lleguen para que el hombre sentado en la plaza pueda escuchar de labios del señorito, el “tú ¡dos días a cinco euros la hora!.
No, es mejor parar el país, mucho mejor. Que a la iglesia y al arma de infantería, no les mueves la Inmaculada al lunes, o a otro día del año, ni a tiros.
Así, que a mis queridos compatriotas, tendremos que decirles el famoso ¡no pasa nada!, gastaros la paga extra, es decir ese dinero que no se os liquida mes a mes, para no afectar la tesorería de la empresa, y que a pesar de haberlo generado durante seis meses, no se hace vuestro si no al final del semestre.
Cutre país, país cainita, país que se mira al ombligo con orgullo de verlo redondo y sin pelos. Pais de expertos en tergiversar mensajes como el de nuestro Ministro de Educación, que queriendo demostrar que en seis días él ha hecho que todo mejore, nos sale con que nuestro desigual sistema educativo ha sacado buena nota en las auditorías de “Pisa”.
No se puede ser más mezquino, que la realidad es que hemos subido en la lista no por méritos propios sino por deméritos ajenos, que han hecho que las líneas de corte estén más bajas, más relajadas.
Hoy no hay cole, mañana si, pasado…no sé. Y los de Podemos que siguiendo la estela socialista, le han encontrado el gusto al navajazo fraterno, que no hay mejor navajazo que el de tu colega, de tu amigo, de tu compañero. La sangre sale más roja…diría yo.
Y la semana esa que ahí está, y con la que no sabemos qué hacer, se nos acaba, sin habernos quitado aún el hedor del viernes negro, de las plumas del pavo de acción de gracias, o de las groseras elecciones americanas, o los referenda que se van montando aquí y allá para que los politicastros de turno, que no saben gobernar, salgan por piernas.
Aquí, en nuestra Europa, al final la guerra la han ganado los burócratas de Bruselas, los burócratas de las multinacionales unidas, y las hemos perdido los ciudadanos, uno a uno, según nuestro grado y condición, con el tirano de turno sentado sobre nuestras cabezas exigiendo más dinero, más impuestos, más cargos, más prebendas….y consiguiéndolas, a pesar de que los ciudadanos no queremos que sea así.
Nunca sabré que fue primero, si el huevo o la gallina, y consecuentemente, no sé si hemos llegado hasta aquí, hasta estas aguas de crisis inacabada y estancada, por la mala gestión que de los recursos se hizo en el pasado, o por la falta de calidad de unos dirigentes, que a nivel mundial, no han demostrado más que una mediocridad tan extensa como cualquiera de los universos que configuran los multiversos en los que algunos matemáticos dicen que flotamos.
Se han invertido los términos, no es la excelencia, la crema lo que ha ascendido, lo ha hecho con una eficacia inusitada la mierda, y el ella flotamos, y seguiremos haciéndolo durante mucho tiempo, me temo.
Para terminar, intuyo que se está montando un golpe de estado en el Imperio. Que al señor Trump le ven a montar uno de esos immpeachements que te organizan por tierras calvinistas donde el racismo es religión, y no va ni siquiera a llegar a sentarse en el despacho oval.
Allá ellos, pero todo esto ya pasó en Roma, y aquel Imperio lo heredó la Iglesia católica, ya veremos qué pasa con este.
Con su pan se lo coman