Boloencierro

Me habéis matao al hijo. ¡Pero como me he reído!
(Miguel Gila).
Pues sí, no sé al hijo de quién, pero casi me lo matan, uno con un coscorrón de esos que te provocan un coágulo en el cerebro y te mandan a la UCI, y el otro con varias costillas rotas. ¡Pero lo que nos hemos divertido!
Mataelpino, es el lugar de autos, que digo,yo se debió poner farruca la facción ecologista, o la animalista, o quizás la antitaurina del ayuntamiento, quién sabe.
El caso es que los mozos del pueblo andaban escamados, que es que se quedaban sin encierros, que vaya lío. Que sin encierros no hay fiestas, que las fiestas no son lo mismo, que madre mía, que pobre de mí que….
Y el señor alcalde en la encrucijada, que sin encierros no me lo votan la próxima legislatura, que anda el hombre con más dudas que el Puigdemont, que si no se pone de acuerdo con la CUP, y traga, me lo despeñan, y si lo hace le despeñan por el otro lado. Un sin vivir.
Pero el señor alcalde es un hombre brillante, un político de pro, es más parece una nueva Porcia, un mediador de conflictos colectivos. Un gran alcalde.
Así que se le ocurre, que ya que en la bajada de la antigua carrera de los astados tenían la vallas protectoras del recorrido de los morlacos, y no está la cosa para tener activos improductivos, pues hacer que los mozos corran, que es cuesta abajo, que tampoco es para tanto, y para emoción….¡la arqueología!.
Así que cogemos unos restos de papelillos de la oficina municipal, vamos los expedientes viejos, el cel-lo que ya no se usa, hacemos una pelotita de trescientos kilos y dos o tres metros de alto, y ¡venga, que esto no es San Fermín, pero casi!,
Y es que si lo ve Hemingway, no sigue viaje a Pamplona, que lo que tenemos es la bola de Indiana Jones corriendo detrás de los mozos, con ritmo de olimpiadas, que la tal bolita se pone a treinta por hora, casi como las Garrat del ferrocarril central de Aragón en sus viejos tiempos.
Claro, dice el señor alcalde, es que la bolita no da tanto respeto como los victorinos, la gente se confía, y pasa lo que pasa. Además vienen forasteros al pueblo, atraídos por el programa de fiesta que ha preparado este gobierno municipal que tengo el honor de presidir, y me los machaca la bola.
Pero que nadie se preocupe, que el año que viene vamos a tirar la casa por la ventana, vamos a poner más burladeros para evitar el machaque si la bolita se te echa encima, y además vamos a forrar de gutapercha el área de los posibles coscorrones.
Claro que lo que al político de pro, al gran alcalde, al émulo del de Zalamea, lo último que se le viene es cambiar lo de la bolita a lo Indiana Jones por un campeonato de mus, que si no se calientan los jugadores acostumbra a ser mucho menos cruento.
https://www.elconfidencial.com/espana/madrid/2017-08-30/mataelpino-bola-encierros-accidente_1435633/
Pues sí ¡me habéis matado al hijo, pero lo que me he reído!, que nos diría el gran Gila, y esta buena gente de Mataelpino, de El Boalo, de Cerceda, seguirán corriendo como posesos delante de esa bola de su boloencierro, que a quién habría que encerrara no es a la pobre bola, sino a más de un vecino de la localidad, que para eso La Codorniz inventó la cárcel de papel, y lleva demasiado tiempo inactiva.
Esta es la última que ha caído en mis manos de nuestra España del siglo XXI, que si no fuera porque las imágenes le vienen a uno en color, se creería uno metido en el siglo XIX, y me temo que no es la única.
Que soy capaz, de veras, soy capaz de entender eso de que los machos del pueblo necesiten enseñar al mocerío lo de quien mea más lejos, que haya necesidad de que los pavos reales abran sus colas para intentar cubrir a cualquier hembra disponible. Lo entiendo, pero quizás haya otra forma, digamos más elegante.
Y que nadie me venga con que estamos delante de algún rito de esos de iniciación, que ya podría ser, y como es bien sabido, necesitan de algo de sangre de los iniciados, ya que hay que demostrar un valor determinado para ser aceptado en la tribu, pero no sé yo, que a lo mejor todo eso se demuestra mejor en nuestro siglo dentro de la vieja Europa, preparando notarías.
Lo que pasa es que el sudor y las feromonas del que se está empollando el temario de notarías no atrae a la hembra deseosa, que solo el pelo en pecho y haber demostrado ser el más borrico del pueblo, es lo que puede conducir al mozo al éxito que le supone la transmisión de su ADN.
Así que cuando leo estas cosas, en las que se intentan mantener una supuestas tradiciones ancestrales, (esta debe tener siete u ocho años), se me cae el sombrajo, y la esperanza en que este país sea algo más que le reserva de camareros de Occidente, se hace más y más tenue, y el drama es que a ellas el puesto de criadas en Paris se lo han quitado las magrebíes, porque la cosa parece que no da para mucho más.
Y que nadie se me cabree, que no es cosa de estos de Mataelpino, que un paseo por las fiestas de nuestra piel de toro, nos demostrará fácilmente que la historia, en diferentes versiones es lo que anima al mocerío, que si el apaleamiento de toros, que el tirar a la cabra desde el puente, que a ver quién se emborracha más, que es lo que pide el santo.
Puñeteras y pobres iniciaciones a manos de maestros de la zafiedad, que al señor conde le viene muy bien que tras la cosecha el populacho se descalabre de forma selectiva, y se olvide de las cosas importantes, que es que hay que divertirse.
El año que viene tiramos al señor alcalde al pilón, que nos vamos a reír un rato, y seguro que no se enfada.
¡La madre que los parió!

El primito de Badostain

Que es lo que decía mi abuelo:
-Se me ha plantado en casa el cabrón de Pepe, mi primito de Badostain.
Como todo el mundo sabe Badostain es el pueblo ese del que nadie se acuerda, donde vive esa rama de la familia que tampoco nadie sabe si es por parte de él o de ella, pero el primito, el cabrón de Pepe, apelando al sentimiento de tribu, al sentimiento familiar, se te planta a destiempo en casa, y suerte tienes que no te venga con la prole, que los hay de todo tipo.
Y es que el cabrón de Pepe es muy cariñoso, que de pronto se ha acordado de tí, y le ha dado la ñoña, que el hombre necesitaba verte para expresarte el cariño que lleva dentro, unos abrazos tribales son los que necesitaba darte, ¡la murga es lo que va a resultar la tal expresión de cariño!.
Y es que, querido primo, tenía que hacer unas gestiones en Madrid, y me dije, ¡que no se entere que he ido a Madrid, y no me he alojado en su casa! ¡Que me retira el saludo!.
El saludo, el saludo te lo voy a retirar en cuanto te vea, pero luego se te ablandan las carnes, y ya se sabe, por la caridad entra la tiña, y el cabrón de Pepe, tu primito de Badostain está infectado hasta las cachas.
Lo malo del asunto, es que con el tema del cariño tribal, no sabes cuando va a acabar la visita, que ya se sabe, estas cosas de los trámites son muy lentas, y claro ya que estoy aquí….
Pues eso, ya que estoy aquí, te dice el primito de Badostain, que le enseñes la ciudad, que la última vez que se le ocurrió pisar la Villa y Corte, no fue cosa suya, que cosa de la mili, y claro, no es lo mismo.
¡Querido primo!, te dice el de Badostain, que alegría estar contigo, y digo yo, que ya que estoy aquí, nunca he estado en ese restaurante que sale por la tele, y tiene tres estrellitas Michelin. Podemos ir todos, y seguro que será inolvidable.
Pues sí, inolvidable, que voy a tener que hipotecar el piso, para eso de la factura del tres estrellitas, pero todo sea por el primito de Badostain.
Además, el primito de Badostain, que tanto te quiere, te sirve de asesor inmobiliario, asesor de inversiones, asesor matrimonial, y por supuesto auditor interno, que ha venido a ayudar.
¡Primo!, te dice el de Badostain, ¡pero que piso más pequeño tienes!, y la habitación que nos has dejado, además es muy ruidosa. Creo que tendrías que;
-Cambiar de casa
-Cambiar esta cama
-Tener el baño dentro de la habitación
-La tele que tienes en la habitación es muy pequeña
-Pero, ¿cómo puedes aguantar a tus vecinos?, son muy zafios, y además no saludan con respeto
En Badostain las casas son mucho mejores, y ya sabes que nosostrooossss.
Tú estás con ganas de cometer un primicidio, que le has dejado tu cuarto, que estás durmiendo en el sofá de tu despacho, y la parienta se ha ido a casa de su madre, que definitivamente, se veía venir la cosa, y no ha querido…en fin, no ha querido.
Primoooo, llévame a eso del Rey León que en Badostain no nos llegan los musicales.
Primoooo, que necesito que me dejes el coche, que es queeeee.
Primoooo, deberías cambiar el coche, este está muy anticuado, y en Badostain vale, pero aquíiiii.
Y como buen auditor, te controla la dieta, te pregunta por tu vida sexual, y desde luego te aconseja en lo relativo a técnica, frecuencia, número de hijos.
Y la pintura del salón…chiicooo, que tú tenías mucho mejor gusto, que me lo dijeron hace mucho tiempo.
-Pues no sé, pero creo que esos fondos donde tienes el ahorro para cuando te jubiles, no es muy rentable, y además por lo que me dices, las comisiones que te cargan. Deberías arreglarlo.
Las cosas siguen inexorables, que el trámite del primito de Badostain no se acaban de perfilar, que esto parece el homenaje a Mariano José de Larra.
Primoooo, llévame de compras por Serrano….Primoooo, que pagues tú, que tengo la tarjeta bloqueada, que no se qué ha hecho tu prima y que no te preocupes que te lo mando en cuanto llegue a Badostain.
Y eso a las dos semanas de trámite empieza a preocuparte seriamente, que no sabes cómo acabará la historia, y es que se acerca peligrosamente el día de tus vacaciones en el crucerito de Pullmantur, y el primo de Badostain que no se mueve.
Primo es que tengo las vacaciones pagadas, y empiezan…
-No te preocupes, que yo me quedo y te cuido la casa. Me llenas la nevera, me dejas algo de dinero, que la parienta no sé qué hizo con mi tarjeta, y te ahorras un disgusto con los ladrones.
Menos mal que tengo un primo –piensas-, que si no, no sé que iba a pasar mientras estaba de crucerito Pullmantur por las Baleares.
Y llega un momento, que curiosamente coincide con el aviso del banco de que tienes un notable descubierto, que las tarjetas se te han fundido, que el presidente de la comunidad te empieza a preguntar si tu primo de Badostain lo ha enviado AirBnB, tu mujer está considerando seriamente lo de quedarse para siempre en casa de su madre, tu primo, el de Badostain, te suelta aquello de:
-Primoooo que me saques el billete de vuelta que me vuelvo a Badostain, que esto no es vida, que no sé cómo sobrevives aquí. Es que los de ciudad sois muy vuestros.
Pero bueno, enemigo que huye, puente de plata, le sacas el billete, lo llevas a Chamartín, te aseguras que el tren se lo lleva, y que no para en los próximos doscientos kilómetros, por lo menos. Y el cuento se acabó, crees tú, ¡pardalet!
Y es que a los tres días, en pleno proceso de recuperación, te llama tu tío, sí el de Badostain.
-Sobrinoooo, que me dice tu primo que tu vida en Madrid es un desastre, que comes fatal, que vives en un armario, que no te llega el sueldo, que tienes el coche hecho un cascajo, que no sabe qué haces allí perdiendo la vida y la salud.
-Vente pa Badostain hombre, que el Fulgencio se ha muerto, y los herederos necesitan vender la casa, y a ti te hacen un precio, como los de Madrid, para que no notes la diferencia, que aquí todos te queremos.
-Y mientras te arreglan la casa, te puedes quedar en el hotelito con encanto de las afueras de Badostain, que me han dicho que es muy mono.
Menos mal que hoy la tecnología permite bloquear teléfonos.
Con su pan se lo coman

La marcha Radetzky, o el último, por favor que cierre la puerta

Hoy un amigo, me ha hecho llegar aquel famoso estudio que un tal John B. Calhoum realizó para analizar el comportamiento de ratones en función de las condiciones ambientales a las que se les sometieron, desde la producción de un stress agobiante por elementos como la falta de espacio, que condujeron junto a unas condiciones inicialmente idóneas, fueron transformándose en estresantes por el aumento de la población sin alterar la superficie vital. El tiempo provocó la falta de alimento, hasta casi todo aquello, que basándose en el conocimiento previo de la especie, supusiera una alteración de las condiciones de vida a las que la evolución de su genética les hubiera establecido, al faltar el elemento de la expansión física.
http://www.iieh.com/noticias-y-opiniones/noticias/noticias/universo-25-utopia-de-ratones

Cuando uno lee el estudio, o cualquier resumen del mismo, siempre le vienen a la cabeza las propuestas maltusianas, esas que nos indican con precisión casi milimétrica los habitantes que en el Reino Unido de la Gran Bretaña que podían subsistir ben las islas.
Eso no es lo peor, que inmediatamente uno se siente identificado con las ratas, olvidando que tenemos ciertas diferencias, aunque sea únicamente de tamaño, de carga genética, y de una pequeña lista más de cosas que sería prolijo detallar.
El estudio, en una época como esta, puede utilizarse en favor de cualquier opción que le venga bien al populismo imperante, dada la tendencia que tenemos en quedarnos con los titulares, o nuestro empeño en interpretar textos que no están hechos más que para expertos, en un contexto determinado, en una época determinada, y con un objetivo científico dentro del campo de la etología, es decir la ciencia que se dedica al estudio del comportamiento animal.
Como puede verse en el resumen del trabajo, algunas de las conclusiones nos hacen pensar que estamos en un espejo de la sociedad humana desarrollada, con aumento de la agresividad, con dejadez ante el reto de nuestra reproducción, aumento de la esperanza de vida, mayor número de defunciones que de nacimientos.
Es más, puestos a buscar ejemplos, nos es fácil hallar una burda similitud con la sociedad japonesa, por ejemplo, que allí parece que hay muchos, como en el área de los ratones “utopizados” por el investigador, que son muy viejecitos, que mueren más de los que nacen, que los jóvenes no quieren ni sexo, ni mucho menos reproducirse. Vale, parece que decidimos a golpe de titulares, y así nos hacemos la idea de lo que pasa, pero me temo que nada más lejos de la realidad.
La primera cosa que asumimos, si estamos convenientemente dirigidos, es que somos ratones, con lo que desde esa perspectiva nada más fácil que empezar a sacar conclusiones, cierto compartimos una gran parte de nuestro ADN…pero no todo.
Por otra parte, nuestro comportamiento tiene una serie de condicionamientos que reconocemos en cosas a las que denominamos tradiciones, moral, religión, análisis de situaciones, capacidad de actuar en grupo, y sobre todo, tenemos algo que a través de los siglos hemos ido desarrollando, y que se conoce como tecnología.
A través de ella, somos capaces de alterar nuestro ecosistema, de forma que tenemos la posibilidad de adaptarnos prácticamente a cualquier tipo de necesidad que aparezca, incluyendo por supuesto el análisis de las causas de cualquier anomalía que pueda ser considerada negativa.
En cuanto al efecto que podríamos darle a los acontecimientos demográficos japoneses, quisiera recordar que países como The Neederlands, o Bélgica, sin ir más lejos, tienen densidades poblacionales cerca del 30% superiores a Japón, y no se dan aparentemente los fenómenos que aparecen en ese país.
Quiero transmitir, una vez más el hecho de que cada vez que se nos hace llegar un mensaje del tipo que sea, con la mejor intención, antes de dejarle que pase hasta los entresijos cerebrales debemos poner los filtros adecuados, que las cosas nunca nos llegan por casualidad, siempre hay detrás de cada mensaje, de cada enlace que aterriza entre nosotros, una intención, o simplemente un error´
Es así, que de vez en cuando, intento aplicar esos filtros, que por cierto en mi caso, que soy un zote redomado, me cuesta un Perú conseguirlo, y la recompensa siempre es la misma, me encuentro con algo descontextualizado, con párrafos en negrita, para que capte un mensaje diferente al que en su origen pudiera tener el tal texto, o la tal comunicación.
Desgraciadamente el análisis para el común de los mortales es algo que cada vez es más difícil de llevar a cabo, por diversas razones, la primera es el exceso de información que nos llega, cada una con su técnica de penetración en nuestro cerebro que permita el asentamiento del mensaje.
Al final, nada nuevo, que nos encontramos por otra vía mucho más sofisticada de la importancia de la Fé para hacernos adictos a lo que sea, sin por supuesto analizar ninguno de los mensajes.
Las confesiones religiosas lo que hacen, ya saben ustedes, es simplemente amenazarte con la perdición del alma, y en ciertos ámbitos funciona. ¡Que nada hay peor que perder la Fé!, es decir, negarse a comulgar con ruedas de molino, hacerse racional, ¡crisis de Fé!.
Lo de ahora es más sofisticado, simplemente por colmatación de los filtros la Fé en cualquier cosa te entra hasta la cocina, que al parecer el lema es “prohibido pensar”, y de analizar, ya ni hablamos.
Así que valga el ejemplo, y sobre todo que nadie que lea esto crea que estoy utilizando técnicas de adoctrinamiento para intentar ganar adeptos a ninguna causa, esto es más sencillo, es simplemente sugerir que analicemos lo que nos llega, filtremos la información, saquemos nuestras propias conclusiones que siempre han de ser fruto de nuestra reflexión, y posteriormente actuemos en consecuencia.
Más de uno os dirá con diferentes palabras, que estáis en una crisis de Fé, y llevará razón, que la Fé pueden guardársela, que lo que espero siempre como ser racional que me gustaría ser, es convencerme de las cosas tras el contraste, la meditación….y la suerte.
Creo que muchas de las cosas que nos están pasando, y me refiero a tantos acontecimientos en los que el odio por no filtrar y analizar mensajes, nos ha llevado y seguirá llevándonos a situaciones indeseadas.
Intenten sobrevivir al domingo, pero cierren la puerta al salir

El ministro que cena con Chablis de cosechero

El ministro cena con Chablis de cosechero, y yo en la mesa de al lado con un Montrachet de buen año. ¡Qué vergüenza!, aunque lo pedí antes, antes incluso de que llegara el ministro, sí, ese que cena con Chablis de cosechero.
Estas son las cosas que tiene la Villa y Corte, que a la que te descuidas se te sienta al lado un pollo de relumbrón, que sale uno a cenar tranquilamente con su hija, y en vez de hablar de los maravillosos días que hemos pasado todos (cada uno por su lado, obviamente), en las playitas de Benidorm, ves que sin querer la conversación se va hacia el bueno de Don Iñigo, que lo tienes bien cerquita.
Lo primero que le dije a mi hija fue que vigilase la botella de nuestro Montrachet de buen año, que el atento camarero la había puesto en la misma cubitera que el Chablis del ministro, y las confusiones en estas cosas tienen muy mal arreglo.
Que el aire del poder le hace en un amago pensar al fámulo, que la botella buena es la de la mesa del ministro, y nos deja con el Chablis de cosechero.
Porque si don Iñigo fuese solo ministro, quizás no le hubiese pedido a mi hija que ejerciese el tal control vinícola, pero es que además ostenta un título nobiliario, una baronía, para ser más precisos, y por supuesto linaje antiguo, vamos de esos que vienen ostentando el poder desde hace seis o siete siglos por lo menos.
Y padre anduvo hasta de ayudante del dictador asesino, pero son cosas del poder, que no importa quien lo ostente, lo importante es vivir a su sombra.
Invito a los lectores que echen un vistazo a su perfil en Wilkipedia, sin ir más lejos. Nuestra cultura está a salvo.
Siempre que no la trate como trató al habano que prendió, con menos arte que un chamarilero. Pero los nobles y los ministros son así.
Don Iñigo es de eso que hemos dado en llamar la derechona civilizada, qué muy bien no sé por qué, que a lo mejor es que ejercen su violencia desde la ley, que son muy listos y con experiencia de generaciones, así que su cenita fue frugal y mal regada, que la vida no es fácil.
No me quedé a ver si el ministro que bebía Chablis cosechero en la cena, sacó la cartera, o el pollo que le acompañaba fue quien se hizo cargo. Pero la verdad es que tenía pocas dudas, de alguna forma acabará cargada al presupuesto de algún ministerio.
Pero el Chablis cosechero es de cuarenta chufos en Jorge Juan, vamos, aceptable, que si se nos sienta al lado uno de esos de las nuevas izquierdas se piden un Vega Sicilia con sifón a cargo, claro, del presupuesto de su ministerio.
Un sin vivir, que ves al pobre Don Iñigo, con cara de cansadito, que ha tenido que ir a Barcelona y mezclarse con la chusma esa de la Colau, y lo que cuelga. Y es que al pobre lo que piensen, se le da una higa, pero el boatiné con tacones de la Colau, le pone de los nervios.
Pero son cosas que hay que hacer cuando uno tiene desde el poder que defender linaje, defender patrimonios, que nadie le dijo que el cargo gubernamental estaba exento de dolor y sufrimiento, ¡qué vulgaridad!.
Y al hombre, en su resignación, lo que le ponen en la copa es un Chablis cosechero de cuarenta chufos, cuando él se merece, la menos un Romaneé Conti de buen año, pero claro, en la calle, en público, con un Chablis cosechero se pasa el trago, que en la bodega de casa, seguro que cuando quiera me doy el homenaje.
Me alegro pues, don Iñigo, confío en que usted, tan noble, tan alto, tan distinguido, después de haber sufrido un día terrible, que en el mismo día la Colau, y un Chablis cosechero, haya tenido su merecido descanso al llegar a casa, que la prueba que le ha puesto el destino, es algo que no todo el mundo soporta sin enfrentarse a secuelas vitalicias.
Yo por mi parte disfrutando de mi Montrachet, que sé que miraba usted de reojo, que no tengo que rendir cuentas más que a mí mismo, y eso es fácil, créanme.
Supongo que el hecho del “veguero”, lo hace reconocibles en el entorno de Don Marianico, que estas cosas uno nunca sabe si son afición, o si son gajes del oficio para congratularse con aquel que es percibido como detentador de alguna forma de poder. Nunca lo sabré, que en mi bitácora, la información que se maneja es siempre limitada, que procede de la panfletería al uso, y sí, ¡vivo en la Villa y Corte!, pero lejos de los mentideros, lejos de los corre ve y dile que en tiempos de la “Fiera”, era un pobre motorista, a lomos de una Sanglas, posiblemente.
Pero a estos ministros con baronía, a veces la “nobleza” les pierde, porque menos mal que esta mi bitácora es de difusión muy limitada, que para ser afín a Don Marianico, quizás hubiese sido más correcto haberse pedido un Fefiñanes, que al fin y al cabo no es de cosechero y además tiene el honor de ser pontevedrés, de Cambados, vaya, que no es poco.
En esas circunstancias uno no se atreve a pedir un postrecito, y como era de noche, un café mucho menos, y es que ya no tengo edad para esas cosas, que el dormir poco viene de oficio, y del poco a nada hay un paso.
Así que decidimos abandonar la escena del crimen, eso sí bien seguros de no haber pagado en nuestra factura una botella extra de Chablis cosechero, que el poder hace líneas rectas por caminos extraños, y últimamente las técnicas de desviación de fondos son cada vez más sofisticadas, y lo dicho, uno no ve al ministro barón pagar el Chablis cosechero, la cena, y el veguero, que la vida está muy dura, y los gürtel acosan desde cualquier esquina.
Con su pan lo rebañen

Hablemos de miserias

Y nada hay más miserable que las atrocidades que han roto el corazón de millones de personas y la vida de quince de ellas en mi querida Barcelona.
Y además no ha sido simplemente en mi ciudad, ha sido en esa parte de mi ciudad que quiero especialmente, esa parte que no dejo de pasear cada vez que voy a casa, esa parte que no dejo de vivir cada vez que puedo, y son demasiados años haciéndolo, que ya de la mano de mi abuelo, bajaba desde la Sagrada familia hasta el mar, paseando, cuando a los viejos y a los niños nos barrían las señoras de casa, para que no molestásemos mientras adecuaban las cosas para nuestra comodidad.
Y eso son más de sesenta años, sesenta años por lo menos paseando aquellas baldosas, que han ido cambiando a través de los tiempos, que ya no pasan las locomotoras de vapor por la calle Aragón, ni se ven desde aquellos puentes que se debió levar al diablo, o Porcioles, o cualquiera con su tres per cent correspondiente, que eso no es cosa de la democracia.
Leer que mi Boadas se transformó en una tierra de acogida, no me extrañó, que siempre lo ha sido, de acogida a corazones solitarios a los que les gusta ver a la gente, mirones como yo, o a los nens de la Bonanova, que de vez en cuando bajan hacia el Raval, a oir un poco de Jazz en Jamboree, o ver a Carmen Amaya, o lo que quede de ella en los Tarantos. Pero Boadas no era zona de acogida de dramas, que no pudiera resolver Doña Elena Francis, y ahora puede orgullosamente afirmar que lo es.
Mi Barcelona, esa ciudad que es archivo de cortesía, que recordó Cervantes, está en proceso de cambio, y de los tres que he vivido de forma significativa, este es el que menos me gusta. Que el primero fue arreglar los desastres de la guerra, aquella guerra cainita que desangró a varias generaciones, y la cosa se recompuso como se pudo.
La segunda fue aquella nueva Barcelona que se abría al mundo cuando en el noventa y dos llegaron las Olimpiadas, y parecía todo un sueño necesitado, un sueño deseado, que las cosas funcionaban, que la gente sonreía por la calle, que teníamos una obra en común que levar hacia adelante con un examen final de quince días que se aprobó “cum laude”.
A lo mejor fue el resultado de la imagen que de la ciudad hubo en todo el mundo, con aquellos saltadores de trampolín de las Picornell, que parecía volar sobre el mar abigarrado de casas de mi ciudad, o de la Caballé y Mercury recordándonos que íbamos a ser amigos para siempre, no lo sé, pero la ciudad empezó a llenarse de unos pocos visitantes, luego más, y luego muchísimos más. Ese era otro cambio positivo, que nos recordaba que mi Barcelona era una ciudad universal, de esas que en el mundo se cuentan con los dedos de una mano, de esas que todos quieren visitar una vez en la vida.
Y mi Barcelona los ha acogido a todos, con paciencia infinita, ya que con la multitud de personas, también viajan bestias, pero eso es otra cosa, como otra cosa son los abusos en esto o en aquello, que te molestan un día, pero hacen que vivas en el mundo.
Y tras aquellos días parece que el sueño tocó el cielo, el punto álgido, y las sombras empezaron a deslizarse casi sin que nos diésemos cuenta. A lo mejor venían de aquel hombre que llamaban por entonces molt honorable, quizás por haber hundido una banca, quizás por haber sembrado la semilla del odio y la discordia desde el adoctrinamiento de los niños en las escuelas, desde, desde tantos sitios, poco a poco, sin que la sociedad abierta que es mi ciudad se diese cuenta. Fue un veneno lento.
Un veneno lento que ha culminado en este proceso miserable lleno de odio, desconfianza, mala educación, incluso. Y me ha transformado la ciudad, no, la está transformando en un campo de batalla, para gozo de tantos cainitas.
Y si, desde Boadas hasta mi Liceo, donde hace poco disfruté de un Trovatore mediocre en unos aspectos y bellísimo en otros, como seguro dije en su momento, mi paseo a comprar esa revista que solo se encuentra en la esquina de Porta ferrissa, o parar un momento delante de la fachada de Belén, o el lujo de mi viejo Hotel Oriente, que hoy se llama de otra manera, que ni me importa.
Y ese Palacio de la Virreina que siempre he creído que era la mujer del Virrey Amat, aunque en la práctica me pareció el final del tranvía que pasaba por la calle Rosellón, el cuarenta y siete, o el cuarenta y cinco. Yo qué sé.
Todo, hasta la Boquería, me lo han llenado de sangre, de sangre de gente confiada, de gente que solo quería pasear, como hago yo tantas veces. Y lo han hecho esos asesinos que tan bien venían para que hiciesen masa en las elecciones, que estos no eran hijos de la América hispana, y aunque hablaban catalán, que no se engañe nadie, no estaban integrados. Las cien familias jamás lo permitirían.
Que su catalán tenía acento de Rabat, y eso es suficiente para la discriminación dolorosa que han debido sentir a lomos de demasiadas humillaciones. Queridos indepes, habéis preparado el caldo de cultivo perfecto para el odio, y ahora la ciudad sangra, que ya lo hicisteis con la inmigración de la posguerra, con la diferencia que andaluces, murcianos, extremeños….no anidaron el odio, que rezaban en la misma iglesia, aunque a diferentes horas.
Así que vayan ustedes tentándose la ropa, sigan con sus juegos malditos, sigan por el camino de la destrucción de lo que no sea parte de su núcleo duro, manipulen, engañen, tergiversen, roben vidas, y ahora cojan las bayetas, y salgan a limpiar la sangre de mis Ramblas, o llamen a la criada esa que viene del Rif, y que tan agradecida debe estar a todos ustedes.
Voy a vomitar

Por alusiones

De aquellas lluvias vienen estos lodos, creo que dice el aforismo popular, y en estas fechas vacacionales, y a pesar de las cosas terribles que están pasando, me apetece jugar a la historia ficción, meterme un poco con las casas reales, y cómo no con los indepes, que me tienen no hasta los cojones, que derecho a querer serlo, tienen, me tienen aburrido, y con el calor que hacen, es lo último que me apetece.
Por razones que a nadie interesa, me ha dado por leer tres documentos de nuestra historia, que son tremendamente ilustrativos, el primero se refiere al exorcismo que sufrió el rey Carlos II, “El Hechizado”.
En ese primer documento, se mantiene que un diablo le poseyó, ¡¡¡Lucifeer!!!, ¡Hombre, no!, que uno es muy selectivo con sus posesiones, que por otra parte puedo garantizar que son escasas, y ninguna anda erecta.
Se dice en el proceso que se siguió contra el confesor real, el dominico Froilán Díaz, y el capuchino alemán Mauro Tenda, que a consecuencia del exorcismo, el rey falleció.
En cualquier caso, la presencia del Lignum Crucis, y la aplicación exquisita del ritual de exorcismo establecido por Pablo V, en 1614, parece que fue determinante en la sentencia absolutoria.
Cosas que tiene el seguir los protocolos, que la reina consorte se quedó con las ganas de empapelar a la iglesia, ella, tan mona, y supuestamente tan fértil.
La sobrina de Luis XIV, María Luisa de Orleans, debió dejar honda huella en el rey, porque su segunda esposa, Maríana de Neoburgo, por muy cercana que estuviera al archiduque Carlos, no consiguió que el segundo documento fuera a favor del de Austria en sus aspiraciones sucesorias a la corona española.
Ese documento es el testamento real, en el que se da la sucesión al trono español al nieto de Luis XIV, “Le roi soleil”, al puñetero y bipolar Felipe V.
Eso sí, Doña Mariana robó todo lo que pudo de la corona española, para enviarlo a sus parientes austríacos, y del Palatinado.
El tercer documento, es realmente impresionante, más aún, espeluznante, y se refiere a la autopsia real. Mencionaré alguno de los extremos de la misma:
– Un corazón muy pequeño, del tamaño de un grano de pimienta
-Los pulmones corroídos
-Los intestinos putrefactos y gangrenosos
-Tres grandes cálculos en el riñón
-Un solo testículo, negro como el carbón
-La cabeza llena de agua
-Una sola gota de sangre en su cuerpo.
Lo que trajo la enfermedad, la posición de la Iglesia y el fanatismo en el que aparentemente vivía la sociedad española, y evidentemente los movimientos de la corona francesa, todo poderosa, posiblemente provocaron que el testamento de Carlos II, acabase con la proclamación del Borbón como rey de España.
Teniendo en cuenta el hecho manifestado por los exorcistas de que la posesión del rey estaba hecha por mí, por Lucifer, y que a consecuencia de ella, y de las causas que en la autopsia se detallan, vamos a ver si al final me acaban echando la culpa de la guerra de sucesión española.
No está mal la cosa, ya que los movimientos posteriores en Cataluña si se pueden calificar de algo, son de diabólicos, con las traiciones al rey legítimo, con los apoyos ingleses, y con tanta y tanta vida perdida por andar buscando algún rey que mantuviese privilegios a las clases altas de esa mi tierra.
Luciferino quizás fue el proceso que empieza con la ascensión al trono de Carlos II, un hombre que nunca debió asumir la corona española a decir de multitud de historiadores, y que de hecho solo la tuvo de forma teórica, ya que con su salud no cree nadie que fuese capaz de ocuparse de los asuntos del Reino, de forma eficaz.
Siempre he mantenido que el nombre de Lucifer no es otro que el de portador de luz que es uno de los grandes pecados que el poder castiga de la forma más cruenta que le sea posible, y en el caso del monarca hechizado, parece que se le quieren echar las culpas de las terribles consecuencias que el paso de este pobre rey por el poder de las Españas tuvo, y sigue teniendo.
Que de la terrible guerra de sucesión al trono de España, aún estamos pagando las facturas, pues el mundo romántico, aquel que se concentra en La Renaixensa, se achaca la pérdida de la identidad catalana a Felipe V, el rey bipolar.
Al que por cierto se le daba una higa lo que se pensase en Cataluña, que de lo que se trataba por un lado era adecuar en todo el estado niveles impositivos similares, y eso a la clase dominante no le venía bien, vamos nada bien, y ya venía de tiempos del Code Duque de Olivares, la revuelta dels segadors, y la guerra civil catalana, ganada a pulso, por creer en mi tierra que alguien podría darles longanizas para atar als gosos d’atura.
Y como en mi tierra de esas cosas de jefes no entendemos mucho, la cosa en aquel momento fue mirar a ver si Carlos de Austria, o los ingleses, o quién fuese, tomaban el gobierno del territorio y dejaban las cargas impositivas lo más bajas posibles, y ciertos fueros mantenidos.
Pero la traición que Felipe V sintió que se le hacía, la pagó el pueblo con un baño de sangre. Y eso duró, hasta que se olvidó, y los niños pijos de La Renaixensa, lo resucitan como excusa para emprender un camino de manipulación histórica que nos ha llevado por un camino de sangre, traiciones y frustraciones hasta hoy….y lo que queda.
Mantengo pues que Lucifer, como el capuchino alemán que dijo hablar conmigo, hemos sido absueltos por el proceso posterior que se instó por la Neoburgo, posiblemente para que no fuera ella misma acusada de haber pasaportado al rey, ya que mentir mintió todo lo que pudo, al afirmar que había quedado preñada de aquel pingajo así como doce veces, seguidos de sus consiguientes abortos….terrible historia.
Al final, ya veis, tengo ahora que reivindicar mi nombre en este caso, que no he sido yo quien la ha liado, que ha debido ser, esta vez sí, un diablo de verdad quien puso a un enfermo como rey de España, a un bipolar como sucesor, a una clase alta catalana traicionando a su rey para intentar mantener unos privilegios, a unos pijos metidos en juegos de café y autodenominados Renaixensa, manipulando la historia como un pasatiempo más, y a una larga lista de aprovechados a los que les han venido de perlas la incultura, la manipulación, y los muertos que tanta ignominia ha causado y seguirá causando.
La tal revista, luego diario, que se publica de la mano de Angel Guimerá, y que apenas dura treinta y cuatro años, fue el vehículo que el tinerfeño utilizó, para fomentar los intereses generales de Catalunya, aunque en origen fuera una revista dedicada a las ciencias y a la literatura.
Por cierto, Guimerá, no pasó de ser un autor de segunda clase en la posteridad, que Mar i Cel, creo que no es lo más adecuado en estos momentos de tensión islamista, por mucho que Dagoll Dagom haya hecho un bonito musical, y La Terra Baixa, ese dramón rural cutre, que se ha convertido casi en “El Tenorio” indepe, debe reponerse cada dos o tres años en el Borrás, para que no decaiga el espíritu ni el “pruces”.
Así que no, que yo no fui, que fueron otros….
Divertiros

El prefecto al que le robaron el móvil

Todos sabéis lo que es un prefecto, pero por si las moscas y en el supuesto de que no tengáis un Larousse a mano para consultar, por esta vez y sin que sirva de precedente, dado que estamos en vacaciones y hace un calor terrible, habrá que decirlo.
No se debe decir prefecto, es realmente Monsieur le Prefect, es decir, el jefe de una prefectura que no deja de ser una organización para las actividades policiales de una región, y el prefecto, es decir Monsieur le Prefect es el gran policía de esa área geográfica, el gobernador civil, que llamamos por estos pagos.
En tiempos del comisario Montalbano, esas cosas no pasaban, que a Monsieur le Prefect, se le tenía un respeto, y desde luego, a los quince segundos trincaban al pispa, que en el teléfono de Monsieur le Prefect, a saber que hay escondido, y qué datos esconde, que es un cargo de responsabilidad, y la seguridad nacional no es cosa baladí.
Pero hoy ya no hay temor de Dios, que como decían las nonagenarias tías de mi amigo el catedrático, “hijo, es que ya no se fusila”, así que Monsieur le Prefect, está sometido a los mismos riesgos que la chavalita de dieciocho, que pone su teléfono en el bosillo trasero de su mini pantalón, que se lo limpian, el teléfono, claro en un descuido, en un mirar a Carlitos, tan guapo él con su barbita rubia.
Daudet, aquel discípulo del poeta Mistral que quiso que renaciese, (sin éxito), la lengua provenzal, a caballo de los sentimientos del romanticismo cutre, nos dejó un precioso cuento en su inolvidable “Cartas desde mi molino”, en la que el Sub-Prefecto de la región de La Combe aux feés, henchida su alma de los perfumes del bosque provenzal, mandaba al carajo el discurso que tenía que dar en las fiestas regionales, y lejos de su comitiva, descamisado entre las lavandas, hacía versos.
A ese Monsieur le Sous-Prefect, no le podían robar el teléfono, no tenía, y además viajaba en comitiva, que hubiera defendido a su jefe de cualquier desmán del ratero de turno, pero hoy en día, ¡Ay Dios mío!, hoy en día todo es posible.
Y es que con los recortes, con los “Il faut faire des economies”, con eso de que ya no se necesita tanto personal, que el ordenador te lo apaña todo, Monsieur le Prefect, va literalmente de culo, y no solo en la dulce Francia enclavada en nuestra puñetera Europa, sino allá donde quedó la organización administrativa que la potencia colonial impuso en aquellos territorios en los que puso su bota, en esas que fueron “provinces de outre mer”.
Y es que eso de merendarse una organización administrativa que te colocó por el artículo treinta y tres la potencia dominante de turno, es a veces difícil, qué le vamos a hacer, y Monsieur le Prefect, orgulloso de su cargo en la policía, y feliz por ayudar a sus conciudadanos, ve que esa estructura no es la que su tierra necesita, que en su tradición se lo montaban de maravilla con los consejos del pueblo, y eso de la región, muy bien no sabían lo que era.
Pero eso no es importante, que a Monsieur le Prefect le quitaron el teléfono cuando estaba dormido, bien que fuera de servicio, pero estaba dormido, y todo el mundo sabe que los Cíclopes, los semidioses y los Prefectos, no deberían dormir nunca. Pero ya ves, los dejan caminar solos por la calle, ya no llevan escolta, no tienen siquiera un ordenanza que les saque lustre a los charoles de sus botas, y claro, les quitan el teléfono del bolsillo.
Pero Monsieur le Prefect, seguro sabía que tarde o temprano eso pasaría, que en toda la prefectura sabían que se pasaba la vida colgado de su móvil, siempre detrás de los malutos, que se esconden a la sombra de un árbol, a la que te descuidas.
Y Monsieur le Prefect, se encontró de golpe con demasiadas cosas que sacar adelante solo, que ni le habían limpiado la ciclostil para las notificaciones a la ciudadanía, y le salían los folios con esa manchita canalla que le recordaba la miseria con que la administraciones trataban a sus administrados. Y no le funcionaba el aire acondicionado en el despacho.
Parecía que todo estaba en su contra, y lo que más temía era que pensaba que hasta su carácter se estaba agriando. Y eso sí que no, que bastante tenía con que su mujer estuviera medio enfadada con él, medio contrariada, que Monsieur le Prefect se llevaba responsabilidades a casa, y todo el mundo sabe que eso está muy feo.
Además, la crisis esa de los cuarenta, que nadie le había avisado, que nadie le había dicho que la segunda vez que una chica joven le había hablado de usted, y a otra comentar el poco pelo que le quedaba, se le iba a venir el mundo encima, ya no sabía qué hacer.
Y para rematar el asunto, descubrió que entre su cabeza y sus pies se había levantado una barrera bien visible, en forma de acúmulo de grasa estomacal, que él nunca antes había tenido. Que ya no sabía si seguir apretando los botones del pantalón del uniforme, aún a riesgo de una no deseada ni esperada rebelión de los botones de la cintura del pantalón, a mitad de una actuación policial, o lo que es peor, delante de los jefes.
Monsieur le Prefect, tenía stress, que además ya le consideraban el jefe de su familia, y con el tal motivo le llovían las responsabilidades que depositaban en sus manos, los que o no podían o no querían resolver sus cuitas, y con los malutos siempre esperando su oportunidad para liarla.
Eso no le importaba, lo hacía bien, pero los temas personales le traían a mal traer, como las bailarinas del cafetín ese al que le invitaban siempre para que hiciera la vista gorda, y Monsieur le Prefect, rechazaba siempre.
Lo peor fue cuando empezó a leer las historias de Las Ramblas, cuando los Gobernadores tenían amantes entre las vedettes del Molino, que las pobres debían renovar la licencia, y en ningún sitio mejor que en la intimidad.
Nada de eso estaba a su alcance, y dicen las crónicas que se quedó dormido en una silla del Hospital, que esperaba a un amigo que andaba fastidiado, y alguien le quitó el teléfono.
Pero luego me enteré de la verdad, y es que ya no quería selfies de esos, ya no quería avisos a la hora de la siesta, ya no quería teléfonos profesionales de esos que su santa creía que eran de novias enloquecidas por sus huesos, que no quería mas twitts, más cara libro, más nada, y fue él quien deslizó su móvil en aquella alcantarilla.
Desde entonces Monsieur le Prefect, no es que haga versos, pero duerme tranquilo.
Con su pan se lo coma

Mal día

Estos días de siesta sudorosa, mientras uno espanta las moscas, son días, que diría mi amigo el intelectual, idóneos para la meditación, para navegar en los autores cultos de New Hampshire o de la California de Elroy. Vamos, que, según él, hasta apetece sacar el VHS, y volverse a tragar Jules et Jim, en versión francesa.
Yo no estoy ni de acuerdo ni en desacuerdo, y es que me he puesto a no hacer nada, y cuando te pones a eso con el ahínco que lo hago yo, no hay forma de parar.
Ocurre que para abundar en esto, ni siquiera las revistas esas de geopolítica se ponen interesantes, debe ser la canícula que como dicen los de tráfico afecta también a las neuronas, y eso es malo de raíz.
Porque te queda la sensación de que “la caló” va ganando por tres a cero, que la indolencia se ha instalado por encima de capas aparentemente amplias de la población y vamos así arrastrándonos por los asfaltos esos que sirven para cocinar.
Si llevará razón ese político de éxito, Al Gore, cuando a caballo de su “Verdad incómoda”, nos quería convencer de que se nos está calentando el culo, y que como sigamos así, las cosas se van a poner muy pesadas, que a mí con estas cosas ya ni salir a jugar al golf me apetece. Así que no te digo lo de salir a comprar el pan y el periódico.
Y es que las excusas vienen solas, que para qué voy a comprarme el periódico hoy, si ya me han contado en el “News at seven”, el contenido de la píldora adoctrinadora de la jornada, y encima me la han remachacado en la tertulia posterior por si no me había dado cuenta del matiz que debía implantarse en mi cerebro.
Así que hoy me quedo sin la portada del ABC, sin el arte de nadar y guardar la ropa de La Vanguardia (antes española, y hoy, aparentemente, apátrida), o los gritos de supervivencia de El País o de El Mundo, que no hay forma humana de volverles a la senda de los beneficios.
De los de los extremos no hablo que yo soy mucho de curva de Gauss, y solo escucho la campana si da un sonido modulado, lo demás es ruido, así que la cosa está clara, así que los diarios de derechonas gritonas, y superizquierdas trasnochadas, los dejo para quienes la mar no temen, airada.
Y del pan ¿qué decir?, pues que engorda, y a saber cómo lo hacen, que últimamente ya no te puedes comer ni un par de huevos fritos tranquilo, con los despiojadores que echan a los animalitos.
Así que me he ahorrado seis chufos, una calorina de muerte, y por ende una ducha, que no están Entrepeñas y Buendía para muchas bromas, y uno quiere preservar el medio ambiente.
Y es que Al Gore, como te descuides te la lía como al Arturet, que organiza una conferencia en Harward para “parlar del Process”, y según el comentarista de turno, fueron siete los asistentes, aunque seguramente todos ellos y cada uno de ellos muy interesados en la “llibertat del poble oprimit”.
En fin, querido Al, seguro que siempre llevaste razón al insistir en tu antropocéntrico punto de vista, y diciendo que estamos cargándonos la Tierra, que nunca mayor imbecilidad fue dicha.
Que este planeta, tiene cuatro mil quinientos millones de años, y ha sido fuego, ha sido ácido, ha sido de todo, y ahora es lo que es, y me temo que lo que se dirime no es la cosa de La Tierra, sino la existencia de un ecosistema en este planeta que sea idóneo para el desarrollo de la especie humana, a ser posible la del mundo occidental, lo más calvinista posible, y desde luego blancos rubios y altos. Bueenooo, algunos japoneses pueden entrar también, que si no nos llaman racistas.
No lo sé, si será la “chafugó” que ha llegado a la Plaza Sant Jaume, y que hace que el bolígrafo se les resbale de las manos a quienes tienen que firmar los decretos esos de desconexión, que parece que hablamos de Vandellós o de Garoña, y la gente no se da cuenta de lo esencial, y es que el “Process” está fallando estrepitosamente, pero no por los dardos envenenados que mandan a mi “Dolça Catalunya, patria del meu cor”, los malutos de Madrit (ens roba), no, no son ellos, esta vez no, que lo que ha pasado es que mi Barça vuelve a ser el que era, al que se le marchaban DiStefano, Tejada, Maradona, Ronaldo, Figo….Neymar.
Los jugadores, cabreados con la directiva, y el Madrit (ens roba), sacudiéndonos la badana. Muy mal, que con esos mimbres no hay quien haga un cesto, y además viene Guardiola a jugar con el Girona, y no alienta a su Barça, ni a mi Dolça Catalunya, Patria del meu cor
Y así va pasando el día de calma chicha, hasta las cinco de la tarde en la que de pronto todo se ha sumido en la barbarie del atentado en mi Barcelona, entre Boadas y mi Liceu, y se me quitan las ganas de seguir escribiendo.
Así que voy a intentar digerir lo ocurrido, a darme cuenta de nuevo de que mis conciudadanos son maravillosos, y que nuestras instituciones parece que funcionan, a pesar de los pesares.
Ya habrá ocasión mejor para meditar sobre lo ocurrido, así que hoy, hasta aquí hemos llegado, que hasta niños han sido asesinados por quienes no sabemos aún.
Hasta pronto

Luis IX

Mi madre siempre se cabrea, y cada vez pienso que lleva más razón, cuando se le felicita un cumpleaños.
Afirma que es una grosería, y sobre todo, a las señoras cree que jamás debería recordárseles el día de su nacimiento como algo a celebrar.
Y es cierto, tiene el aspecto agridulce de que llevas tanto o cuanto tiempo en este valle de lágrimas, o de alegrías, que para todos hay, (esa es la parte buena), y la parte mala es que te acercas, a medida de que los años te van cayendo a etapas en las que la tribu o bien te rechaza, o te exige más y más dinero para aceptarte entre los suyos. Siempre acabarán arrinconándote, y esa es la peor parte de todo.
Si hay que alegrarse un día por el hecho de que, al menos una vez al año, sea nuestra fiesta de reconocimiento, tenemos otras alternativas.
En la tradición cristiana, se le pasa el asunto al santo que te ha prestado el nombre, y como ya está muerto, no le importa si cumple o no cumple años. Y es que no todas las soluciones eclesiásticas son malas, esta, por ejemplo, no lo es ni de lejos.
Pero luego están las diferentes creencias que andan repartidas por el mundo, y como hablamos de globalidad, debería buscarse una solución buena para los kirguises, para los de Sierra Leona, para los daneses y para los quechuas, y no es fácil.
Que me he enterado, que existen culturas en que estas vainas no tienen ningún sentido, y a lo mejor son las que de verdad llevan razón, viven su vida sin El Corte Inglés, tan ricamente, o no, pero eso es harina de otro costal.
Si nos empeñamos en darnos un día al año, podríamos pensar en que cada uno de nosotros buscase su fecha, no sé, la que considerase más adecuada, por ejemplo, yo que soy un consumista puñetero, buscaría una fecha en plenas rebajas, que con eso de los precios más bajos, siempre ayudas a tus amigos y familiares en su presupuesto, que no está nada mal.
Además, para equilibrar los gastos, que a veces se hace muy cuesta arriba, la familia debería espaciar convenientemente las fechas de cada uno de sus miembros, para no afectar de forma demasiado negativa el presupuesto familiar.
Hoy, por ejemplo, por ser la Virgen de la Paloma, un mantón de la China, na China, na te voy a regalar, les tienen que cantar a la mitad de las gatas que andan ahora refrescando las chichas por Gandía, que como todo el mundo sabe es donde las Palomas remojan sus rebosaderos. La otra mitad, no se llaman Paloma, ni Asunción, ni cosas de esas, que lo mismo pasa el dieciséis de julio con las Cármen, que entrambas se me llevan más de la mitad del presupuesto nacional, que bien calculado lo tienen los de márketing de El Corte Inglés, que los de Amazon, que son unos descreídos, aún no se han dado cuenta de su implicación en el mercado de esta piel de toro.
Pues sí, mi madre, sostiene, y yo con ella, que hay tres preguntas que un hombre o una mujer de bien nunca deben hacer a un semejante,
-¿A dónde vas?
-¿De dónde vienes?
-¿Cuántos años tienes?
Y lleva toda la razón de odiar el puñetero cumpleaños, en el que nunca falta el patoso de turno, abriendo la bocaza, y soltando aquello de…..
-¡Felicidadeeeessss!, hasta ahí bien, pero desgraciadamente la cosa prosigue…
1) El enterao te suelta:
-Para haber cumplido cincuenta y seis, te conservas estupendamente.
Y uno piensa primero en la lata de conservas de sardinas, por ejemplo, que a lo dieciséis años, nadie venía a decirte lo de la conserva.
Lo segundo en la señora madre del patoso, que sería una santa que al parirlo perdió toda posibilidad de redención, que me acabas de chafar la vida profesional, que ese señor de la esquina es el jefe de personal de mi empresa, y le tenía convencido que andaba por los cincuenta.
Me acabas de poner el primero de su lista de prejubilaciones, con la hipoteca del apartamento de Torrevieja a medio pagar.
Un desastre.
2) El imbécil que no se entera, te grita aquello de ¡Uyyyy!, ¡Muchas felicidadessss!. ¿Cuáantooos cumpleeesss?.
Y de pronto ves a toda la gente que estaban con la salchicha de la barbacoa que con tanto cariño habías organizado en el jardín de esa casita rural tan mona en la montaña de aquí al lado, frenar de golpe el mordisco previsto, y volverse hacia ti, esperando tu respuesta.
¿Qué digo tu respuesta?, no, no, lo que esperan es una cifra, solo una cifra, que va a dar tema de conversación al grupo en las cuatro próximas horas.
-Que te digo que tiene más, que era compañero mío de mili, ¡si lo sabré yo!.
-Pues si cree que poniéndose años va a estar más interesante, se equivoca.
En fin, que el resultado es que han puesto tu culo en consejo, y sabes, unos dicen que blanco, y otros dicen que negro, que las cosas son así.
-¡No intentes a esa edad volver a hacer el Camino de Santiago, que te puede costar un disgusto!.
O bien,
-Chica, ya puedes hacer el Camino de Santiago sola, que con esa edad, ya no hay que temer al violador de la esquina, que van a por carne fresca, que por eso yo aún no me atrevo, suelta la muy zorra.
Así, que no, que no quiero fiestas de cumpleaños, que las carga el diablo, y las consecuencias son imprevisibles, que para mí, educado en la tradición cristiana, pestos a elegir me quedo con el Santo, aunque el personaje haya sido un cabrón con pintas, y un fracasado, que me parece que es lo que fue San Luis Noveno Rey de Francia y promotor entre otros desastres de la séptima Cruzada, cuya efemérides se celebra el veinticinco de agosto.
No estoy aquí para enseñar nada a nadie, así que pasead por el Larousse, por el Espasa, o por la British, y os haréis una somera idea de la personalidad y trayectoria del personaje, y de sus hagiógrafos
A mí, lo que me gusta ese día, es acercarme al Real Sitio de La Granja, que siempre me hago a la idea de que ponen en funcionamiento las fuentes en mi honor, lo que me da la excusa de acercarme a cualquier chiringo de la zona para disfrutar de mi cerveza de onomástica, después del remojón.
Se aceptan parabienes en ese día, incluso materiales.
Con su pan se lo coman

Y tú, ¿qué crees que sabes?

Mis amigos que andan buscando el post-humanismo, son buenos amigos, y con su trans-humanismo, piensan que llegaran a esa meta, que según su entender honesto, y lo son en alto grado, estará lleno de beneficios para la humanidad, aunque al principio, como todo, la cosa se circunscriba a unas elites. Bueno, nada nuevo, que el mundo ha sido así desde siempre.
Plantean que la interacción de elementos artificiales de forma directa con el cuerpo humano, irá produciendo una humanidad cada vez mejor, más selecta, y hasta de alguna forma inmortal.
Me dicen cuando me pongo en la tesitura de escuchar, que si me quiero morir, por ejemplo, es cosa mía, que a ellos les encantaría ser inmortales, que a ellos les encantaría unir su cerebro con la base de datos mundial y alcanzar un conocimiento digamos que inimaginable, y no dejo de sentir una cierta inquietud, no sé si por lo näif de la afirmación o por mi desconocimiento de lo que quieren decir.
Y mi reflexión hoy tiene dos aspectos fundamentales, y el primero es el análisis de lo que quiere decir eso de estar conectado al conocimiento global, como si eso existiese.
Y propondré un ejemplo anterior a la era esta que vivimos en la que existe una fuente de datos universal, casi, en la que alguien o muchos “alguien” van decidiendo cómo, qué, y cuando hay que expandir un mensaje, y yo tomo dos ejemplos, que sugiero a mis lectores más inquietos, que cojan su ejemplar del Larousse, de la British Encyclopedia, y de Espasa, se armen de paciencia y tiempo, y revisen la entrada Napoleón Bonaparte, y a ver si al final se encuentran con una historia, o con tres, que nada tienen que ver la una con la otra.
Hace años, ya hice ese ejercicio leyendo a ese gran escritor Amin Maalouf, en su libro “Las Cruzadas vistas por los árabes”. ¡Por los clavos de Cristo!, que a mí me habían contado otra cosa.
Y así no solo con la historia, sino con el pensamiento universal, con los grandes filósofos, que a la postre desarrollan sus cosmologías a partir de la información que reciben de su entorno en el momento histórico que viven, y recuerdo que esos entornos son cada vez más pequeños a medida que te alejas en el tiempo, por las dificultades de viajar, a conocer de primera mano, o por las limitaciones que de tu cultura materna (alma mater quiero decir), y a partir de ahí decides transmitir una visión de cómo es el mundo, de una forma honesta a más no poder, pero también enormemente limitada.
Y digo bien no solo de su educación, sino de sus intereses personales, por no decir de la selección que posteriormente se ha ido haciendo a la hora de ir escogiendo para la educación de generaciones y generaciones, el pensamiento, no sé, de San Agustín, en vez del de Giordano Bruno.
Así que con todo mi cariño, y mi respeto, empiezo a pensar, que el tipo de sabiduría al que podría llegar ya está contaminado de origen, es decir, estoy frente a unos datos ya manipulados cuando se han vertido al saco común de la base de conocimiento global que se pretende alcanzar.
Y cuando hablo de manipulación, no me estoy poniendo conspiranoico, que el mismo hecho vivido a la vez por dos personas en primera persona del presente de indicativo, honestas pero con culturas diferentes, darán lugar a dos narraciones diferentes.
Así, que lo único que me queda, y eso no sé si me lo dará el chip del transhumanismo, es una mínima capacidad de discernimiento, para quedarme al final…¿con que?. Solo con una historieta divertida, que cuadre con mi estructura moral y cultural, y que permita que pueda dormir más o menos por las noches.
La segunda cosa que me trae a mal traer, es que esto del hombre post-humano, me da que es más viejo de lo que nos podemos imaginar, así que quizás estemos frente al Post-humanismo “Mark II”, sobre todo si aceptamos que Darwin no se equivocó del todo.
Qué mi pregunta es ¿cuándo realmente empezamos a ser H. sapiens?.
Y la cosa es que si realmente descendemos de una consecuencia evolutiva, más o menos definida, en qué momento se nos iluminó la mente con cosas como la trascendencia, como el sentimiento religioso, como la creatividad, como el conocimiento.
¿Qué tipo de chip se introdujo en nuestro ADN?,¿cuándo lo hizo?. ¿por qué lo hizo?, y sobre todo ¿por qué se ha mantenido?.
Ese salto que nos hace reconocernos como seres humanos racionales, no sé si se debió a una mutación instantánea, si fue a partir de milenios lentos y selectivos, y no sé si empezó por unas elites de la población humana, o todos los pre-humanos, fueron humanos a la vez en esa especie de implantación de un chip de conocimiento.
Las consecuencias de esa implantación que quizás la Arqueobiología un día aclare, ya las conocemos, que después de varios milenios, los pre-humanos no están, y nosotros los post-humanos, estamos encantados con ello, aunque nunca sabremos si somos mejores, ya que esa es una palabra que implica comparación y nada tenemos para comparar.
Solo sabemos, y con enormes limitaciones lo que creemos tener hoy, y cada uno piensa diferente, no lo olvidemos, nunca lo que hemos perdido, en caso de que así fuera.
Y a lo mejor este post-humanismo que a caballo del trans-humanismo nos está llegando, acaba haciendo lo mismo, acabar con el ser humano de hoy, que yo no sé si es bueno o malo, pero es lo que hay.
Con lo que la siguiente y última pregunta de hoy se me viene a la cabeza, y es el para qué, el por qué, y en beneficio de quién.
Y realmente casi prefiero dejar las preguntas abiertas, que cada uno rellene los campos que le falten, si es que alguno no lo ha hecho ya, y me ayude a descifrar el enigma que esta nueva Esfinge ha puesto a la entrada de nuestra Tebas, y que hará que podamos yacer con nuestra madre creadora, pero no por ello conocer ni la verdad, ni sus secretos.
Domine exaudi orationem mea