Paz y tregua de Dios

Como colofón al artículo de ayer, leo hoy unas declaraciones muy sentidas del ex-cónsul Sardá Valls, pidiendo las disculpas, quejándose del poco sentido del humor ajeno, y ¡ay!, el llanto de la Bonanova:
– En Madrit (dice el ínclito ex-cónsul) me discriminaron por mi acento catalán.
Patético, que por lo visto, él solito ha debido discriminarse minuto a minuto de su carrera profesional, o es que a lo mejor haciéndose ahora el mártir del centralismo apechuscante, lo mismo el “prucés”, echa mano del tal Sardá Valls para una embajada de la “Nova Catalunya”, en cualquier sitio de relumbrón, no sé, que a lo mejor al nuevo estado me lo reconocen en Nosesistán, y me lo mandan allí.
Estas cosas del catalanismo, a mí siempre me han llamado la atención, por varias razones, y ninguna positiva, la primera, la carga que lleva implícita de racismo, puro y duro, que solo se aceptan a los de la bola, y a los esclavos necesarios, mientras se les necesita.
Y me hago aquí eco del comentario del que fue cónsul Sardá Valls, riéndose con “els amics”, del acento que tenía la limpiadora de la casa “pairal”, o del portero de la fábrica o del “pis” de la Bonanova, o el de la cría que se levantó, si fue el caso, que seguro que no y que vivía en La Torrasa, o en el Carmel, y que se creyó que el pollito de Sarriá iba en serio.
Es lo de últimas tardes con Teresa, cambiando papeles.
La otra cosa que me pone de los nervios, y dejando a un lado tonterías como el sectarismo implícito que se respira en esos ambientes, de la utilización de mantras sin contenido, que consiguen a fuerza de repetirse que sean tenidos como ciertos..¿Goebbels?, es cuando se ponen a describir la historia de mi tierra como a ellos les hubiera gustado que fuese, no como fue.
Y para eso mañana me acercaré por una de las cunas reivindicadas del catalanismo, que es el Monasterio de Santa María de Ripoll, que a mí siempre me ha parecido una de las joyas de la humanidad, no una joya del catalanismo, que es como te lo describen en su página de internet los mismos que lo administran.
Y hablamos de Wilfredo el Velloso, (Guifré el Pilós) en lengua vernácula catalana, fundador del Monasterio, junto con el cercano de San Juan de las Abadesas, que tenía de catalán lo que yo de general de la armada, que aquí de lo que se hablaba era de condados, el de Barcelona, el de Urgell, el de Tolosa. Se hablaba de las tierras del Languedoc, que en el siglo nueve, la cosa no daba para más, gracias a Dios.
Y en cuanto al famoso Abad Oliva, que a la que te descuidas te lo venden como el alma espiritual de Catalunya, no fue más, ni menos, que un gran intelectual de su época, que supo renunciar a los condados que por su casa le correspondían, para entrar en la orden benedictina.
Y lo que de verdad le debemos es la creación del scriptorium del Monasterio donde se tradujeron al latín manuscritos árabes y griegos, como en la escuela de traductores de Toledo.
El monasterio tuvo, gracias a su trabajo una de las bibliotecas más importantes de su tiempo, pero de nacionalismo, y creación de la nova Catalunya, nada de nada, que haya podido, al menos, encontrar entre mis Espasas, British enciclopedia, o Larousse.
Pero es muy fácil para toda esta caterva de personajillos como el que fue cónsul, pensar que el hecho de que al crear las asambleas de Paz y Tregua, estaba crenado el gérmen del Parlament del Puigdemont.
Que lo que cualquier aficionado a entender la historia, sabe que debe ante todo entender la época, sus formas de pensar, su moral, su situación política, que si se hace desde la visión actual de las cosas el resultado puede ser un absoluto desastre, o una fuente de manipulación.
Decir que las asambleas de “Pau y Treva de Deu”, fueron un movimiento social de donde salieron las cortes y la ¿nación? Catalana, es en tono menor, un chiste, en tono mayor una manipulación burda útil para fines como los que se están pretendiendo hoy desde la Plaza de San Jaime.
Que al fin y al cabo, de lo que se trataba era de que la Iglesia, como poder establecido, debía defenderse de los abusos de condes, vizcondes, aunque de alguna forma afectaba también a los campesinos, aunque no era lo más importante.
La ley concedía a los agricultores un buen nivel de libertad a los agricultores, ya que les concedían propiedad sobre las tierras que cultivaban, y todo ello se contenía en el Liber Iodicorum, una compilación del derecho romano vigente en toda Hispania desde el siglo VII, por orden de Recesvinto.
Y este códice fue vigente hasta el siglo XI, en Provenza, Languedoc, en la Marca Hispánica, en Asturias y León.
Y el abad, no hizo, y fue mucho, adaptarlo a su entorno, y además incluyó la creación de las Sagreras, que eran áreas de treinta pasos alrededor de una iglesia donde se daba asilo y no se podía ejercitar ningún acto de violencia bajo pena de excomunión.
Las asambleas de Paz y Tregua de Dios, lo que pretendieron fue el establecimiento de una autoridad que evitara cualquier acto violento en cualquier punto del territorio. Y se consiguió que al menos entre sábado y lunes no hubiese luchas para cumplir los preceptos dominicales.
Por supuesto estaba muy mal visto atacar clérigos o propiedades de la Iglesia.
Claro que esto se aplicaba en la Occitania, en el Rosellon, en la Osona, en el Urgell….
Y dicho todo esto, veremos qué me cuentan mañana en el Monasterio, que no sé si ir ungido con l’estelada, que como no me vean muy de la ceba, me tiran al Fresser.
Y no confundamos, por favor un movimiento de defensa de la Iglesia frente al poder de los nobles de los siglos X y XI, con la creación de la Gran Nación Catalana, que me parece no es más que un movimiento de algunos niñatos de Pedralbes, han desarrollado para embaucar a un grupo de incautos indocumentados.
Así que saludo al que fue cónsul del estado Español en la Capital del Imperio Americano, que me ha hecho recordar la materia de la que están hechas las falacias de las que se alimentan algunos.
Con su pan se lo coman

El uniforme del colegio mayor

Lo peor de un comportamiento zafio, es que quien recibe los efectos de la tal acción, responda al asunto cogiendo el canasto de las chufas, con lo que de alguna forma se da validez y honor al zafio.
Y a lo que voy, que parece que tenemos un cónsul en Washington, que debería ser alguien con cierta clase, que no viene de la EGB, que huele a La Salle Bonanova y en una de esas subidas de “yo soy el que más”, decide meterse con Doña Susana Díaz, por un quítame allá el vestido que te has puesto, que se parece al de la reina, que no sé, que qué se yo.
Ahí va el texto de nuestro ínclito representante consular, que va y lo publica en su caralibro, y según dice la noticia solo para sus amigos…¡joeer con sus amigos, que les ha faltado tiempo para publicarlo y mandarlo a la prensa!.
Espero que el señor Sardá Valls, aunque tenga el apellido catalán que tiene, no lo sea, porque entroncaría con esa campaña de décadas en las que en mi tierra, lo andaluz se ha ligado a la incultura, a la juerga por la juerga, y al vivir del cuento, olvidando la cantidad de andaluces que vinieron a honrar Catalunya con su trabajo, y a llenar los bolsillos de los que ostentan apellidos dobles y quizás cuadruples de esos que se usan por la Bonanova.
En fin, me perdonarán ustedes que pase por encima y de puntillas por la tal cosa, que si viniese de un señor Sardá Valls que no fuese mi representante consular en Washington, como mucho pensaría que era una gracieta de presentador cutre de Tv3.
Pero a ese cónsul no se lo permito, ¿qué quieren ustedes que les diga?, que del tipejo cualquier cosa podría esperar y puede hablar con sus amigotes hasta del bigote de las gambas, que a mí se me dá una higa.
Pero es mi representante consular y le pago el sueldo, como lo hacen todos los andaluces, y catalanes como yo, y gente zafia no quiero trabajando en mi empresa, si puedo evitarlo.

Sea dicho que Doña Susana, no es persona de mi devoción, he coincidido una vez con ella, y es de esas personas que me ponen los pelos de punta, ¡qué le voy a hacer!, y no me gusta su pensamiento político, ni su forma de gestionar, nada, que si tuviese que elegirla para cualquier cosa, no lo haría, ni de broma.
Ahora, hay que tener en cuenta, que como personaje público que es y como representante democrático de una importante parte del pueblo español, tiene todos mis respetos. ¡Faltaría más!.
Y dicho esto, me da una pena enorme que ante la zafiedad de Sardá Valls, doña Susana y sus corifeos, hayan cogido el canasto de las chufas, se haya puesto dignísima, y haya presentado una reclamación formal y pública al ministro de Asuntos exteriores, dándose por ofendida.
Doña Susana, ¡por favor!, que tiene usted la piel muy fina, y la pieza de caza que pretende usted tomarse a gritos , como si estuviésemos en el mercado de hortalizas, no vale la pena, y además lo casi seguro es que el ministro la toree a usted todo lo que pueda, y el tal Sardá Valls, que está a punto de jubilarse, que me dicen que entró en la carrera diplomática allá por el 79 del siglo pasado, le hubiese venido a usted muy bien para echarse unas risas públicas a su costa.
Pero es que a lo mejor con tanta historia cutre que llena nuestra vida pública, se nos ha olvidado el sentido del humor, y cualquier andaluz fino, que los hay, de esos que tienen la gracia sevillana, o gaditana, sin ir más lejos, junto con el manejo de la lengua y la cultura de la califal Córdoba, le habrían contestado en su página de caralibro, como se merece un zafio, con elegancia, con humor, con finura.
Pero no, se ha escogido otro camino, usted sabrá, que también la entiendo, créame, que con tanto Sánchez dando la barrila, que cubriendo a los expresidentes, que vigilando las puertas correderas, que los que han sido consejeros de la Junta de algo tienen que vivir, es un agobio, y además sin pillar aún las merecidas vacaciones, que la tensión contenida produce estas cosas. ¡Con “la caló” que hace!
Porque si Doña Leticia y usted fueron al mismo colegio mayor, y ese día les dio por ponerse el uniforme, ¡tan ricamente!, que los señores que les acompañan, también son del mismo colegio mayor, y el cónsul Sardá Valls no los menciona, (perdón pero no me sale llamarle señor, y quizás lo sea).
De forma, mi querida doña Susana, que la próxima vez que se vea usted en la tesitura, ya sabe, honre a esa parte maravillosa de nuestra España, que sabe que solo puede ofender quien vale, que cualquiera no puede hacerlo, y este cualquiera, nacido en mi Barcelona, no parece tener la categoría personal para hacerlo.
Leo en las noticias, que el señor Ministro de Asuntos exteriores ha destituido al ya ex-cónsul Sardá Valls, pues bueno, ha cobrado usted la pieza, que no llega a gorrión, y el hombre se va en pos de su jubilación a seguir con sus zafiedades.
Y como colofón, sugiero leer el mísero curriculum del ex-cónsul Sardá Valls que después de treinta y ocho años de vida diplomática nunca fue embajador…lo que hubiera sacado un cordobés de eso.
Lo que me preocupa es que menciona que es socio del Nuevo Club de Madrid, (posiblemente sea Nuevo Club de golf de Madrid) ¡El mío!, con lo que me temo que o lo defenestran a él, en caso de que sea así, o me voy a tener que dar de baja, no sea que un día me dé un bolazo zafio, y me lleve al hospital.
Por lo demás, sin novedad en el frente, que voy a ver si pillo unos ejemplares de La Codorniz, algo de Poncela, o del mismo Mihura, y se lo mando a doña Susana para que vaya aprendiendo humor del fino.
O que mire a la gente de su tierra, y les pida consejo.
Con su pan se lo coman