Nicómaco el acratón

Tengo un amigo que es un acratón, si se lo digo, y además añado que le intuyo aburguesado, se me pone hecho un basilisco, así que me guardo mucho de decírselo, a no ser que quiera echar unas risas, que se me altera el muchacho, pero no se me cabrea.
Hoy se descuelga con que eso de la política no va con él, (claro, el mejor Estado es el que no existe) que se me define disfrutando en un entorno de tipo ético y pro-ético, humanista, (que no transhumanista), e idealista.
Me ha dejado de una pieza, pero el muy puñetero lleva razón cuando dice aquello, que él propone y hace proselitismo para que la gente vote en las elecciones, pudiendo así permitirse el lujo de no hacerlo, ¡menudo está hecho!.
Ahora que viéndolo desde su punto de vista el amigo lleva su razón, que esto de la política tal y como nos llega al común de los mortales no es más que un juego siniestro en el que generalmente navegan gentes ineptas, con poca formación, deshechos de tienta de las universidades, o incluso penenes que no han tenido la capacidad o el esfuerzo necesario para sentar cátedra.
Y más digo, que la cosa, evidentemente no es local, que allá donde se vaya, sea cual sea el país, las pandas que te saltan al ruedo político parecen todas cortadas por el mismo patrón. Y es lo que hay. Que son como los ingenieros de caminos canales y puentes, pero con distinta moral.
Así que a la hora de seguir sus campañas de mercadeo, sus lemas, sean electorales o de simple discusión, sus trifulcas que siempre o casi siempre están montadas por que el oponente les ha birlado pasta o prebenda, con métodos que en partido ajeno suenan a cosa execrable, aunque si en partido propio tienen consideración de cosa bien noble.
Lleva razón mi amigo, que mejor nos iría si nos dedicásemos a cosas más relacionadas con la ética y el humanismo, en vez de plantearnos que si el señor Correa está enfadado con su sucesor, que por el momento es su presidente, por cierto, o que el señor Maduro haga lo que le dé la gana, que por cierto no es ayudar a sus conciudadanos.
Pero señores, ¡es que no hablan de nosotros cuando dicen hablar en nuestro nombre!, y ese es un hecho que conocemos todos, con mayor o menor fuerza, que ni siquiera somos los clientes, que somos simplemente los pagafantas. Que no se nos olvide.
Así, que no sé yo si ser tan cabrón como mi envidiado amigo, que ya lo tiene claro, y que me recomienda que vaya a votar, que él, ni de coña, y empezar a decir lo mismo, como en las cadenas esas de los internetes, a ver si cuela.
Pero no, no es suficiente, que es que no hay que ver los telediarios, ni las entrevistas a los políticos, y mucho menos las tertulias esas tan monas que acaban en cinco de un partido contra uno de otro diferente, y me lo pelan, y es que así, con bajos porcentajes de audiencia, a lo mejor llegaban a no sacar pasta ni para chicles de gasolineras, y se dedicaban los muchachos a otra cosa diferente a su actual cometido de meter las manos en nuestros bolsillos, y en el intermedio a tocarnos las pelotas.
Ya veremos dentro de nada a la maquinaria de propaganda, con eso de las elecciones en mi pueblo, haciendo de las suyas, eso sí, que a mí no me esperen, que no mamo de esa teta, y desgraciadamente la teta la van a llenar los que jamás beberán de ella, que al final es lo que tienen las religiones, que a cambio de la salvación eterna, llevan, como el flautista de Hamelín, a todas las ratas a morir al mismo río.
A mi amigo no, claro, que él se sienta a ver el espectáculo de quién la tiene más gorda, o más larga, que todo puede valer, lo que al final resulta que es la opción del inteligente, porque a la que se descuide le van a sacudir igual, y por lo menos se ha ahorrado el esfuerzo de seguir al santón, (leader le llaman ahora), el esfuerzo de poner a su servicio la fe ciega, y desde luego el de disculpar la cagada de tu admirado.
Pero algo habrá que hacer, y quizás por eso a mi amigo le da por la ética humanista, incluso por la pro-ética, (que sí, que también estoy a favor de eso), y lleva razón, aunque tendrá que explicar qué es para él eso de la ética, que habría a lo mejor que preguntarle a Nicómaco, o a López Aranguren, que estas cosas también van por barrios, y es que a lo mejor Aristóteles no se lo explicó bien al muchacho.
Pero es que al final, y ahí le alabo la posición a mi amigo, de lo que debería tratarse es de la felicidad del ser humano, y nada más lejos de tal fin esa cosa de la que se han adueñado los políticos.
Yo me hago cruces, porque como a mí eso de la economía me entretiene, resulta que mi amiga la presidente de la reserva federal americana, va y suelta hoy, o ayer, o hace unas semanas, que para el caso es lo mismo, la preocupación que le recorta el sueño, una vez que ha conseguido que los índices bursátiles americanos estén en máximos históricos, que los beneficios de las compañías americanas anden en cotas de cortar la respiración, y además con la inflación controlada.
Y es que a doña Yellen le viene el aquel de que los salarios del yanquie no se hayan revalorizado como todo lo demás, y que, para más I.N.R.I., los trabajos a tiempo parcial se hayan disparado, que la gente que quiere currar, no puede, y que los que quieren currar a tiempo completo, tampoco. Eso sí, dice lo que hay, y a continuación sigue proponiendo subidas de los tipos de interés, que acabará de hundir a los curritos que llenan la teta de la que ella mama.
Es decir, otra vez, como en la crisis de los noventa, ese sistema creado por la política y la economía, lo primero que hace es sacrificar al ser humano.
Lejos pues de los principios éticos, pro-éticos y humanistas de mi amigo, acratón él, pero con esa clarividencia que da el haber corrido delante de los grises por Moncloa, o saltando las vallas del Real Club de Polo de la Diagonal en mi pueblo.
Así, pues, queridos conciudadanos, vayan sus gracias a votar en buena hora, que yo abriré una botellita de un viejo Clos du Mesnil, si me la cambian por seis docenas de ostras de Arcade.
Y que Dios reparta suerte

Rechazo a la sumisión

Estos días de reivindicación de los derechos de las mujeres, han sido para mí tremendamente ilustrativos, en cuanto lo que significan no solo las muertes que por violencia directa se ejerce contra ellas en todo el mundo, que aquí no hay sagrado geográfico, si no por el tormento de por vida al que se las somete, siempre a caballo de la posición dominante del macho, (que aquí no tiene que ser forzosamente ibérico).
Es evidente que la primera denuncia, la más obvia, es la del asesinato pasional, “la maté porque era mía”, he escuchado en las noticias demasiadas veces, y hasta la frasecita me parece que fue motivo de una letra de cuplé o de cualquier otra vaina, que ahora no viene al caso.
Pero en la católica España, una mujer muerta a la semana, me parece una aberración, como me lo parecería una muerte cada lustro, que no es cuestión de cantidad, lo es de calidad, es de respeto a la vida y al derecho a decidir que todos los seres humanos tenemos en relación a nuestro cuerpo, a nuestros sentimientos, y sobre todo a quién queremos tener a nuestro lado, incluyendo a nadie, por supuesto, que el buey solo bien se lame.
Mía y de nadie más, suelta el animal que llevamos dentro, que eso de transmitir nuestro DNA, parece que es mucho más importante de lo que realmente es.
Y a lo que parece, las formas de violencia son infinitas, que a demasiados machos se le hacen los dedos huéspedes cuando se ponen a mirar a su pareja, y no es la suspicacia lo que debe regir las relaciones entre personas de distinto sexo, pero eso que se lo vayan diciendo a esta sociedad en la que las posiciones de dominio y control está en manos solamente de la mitad de los humanos, que parece que la otra mitad está solamente para el servicio y satisfacción del macho.
He tenido conocimiento estos días, entre la cantidad de salvajadas que se les hacen a las mujeres desde tiempos ancestrales, de la técnica de la vagina seca, y no me podía creer lo que leía, y mucho menos lo que me explicaron después.
Consiste en que la mujer antes del coito se aplique bien hierbas, bien ungüentos, calor directo, o incluso tierra dentro de su vagina, para conseguir para el macho que la va a penetrar la sensación de que está penetrando a una virgencita, o casi, y en cualquier caso que lo hace a una mujer que al no lubricar le demuestra que el sexo no le es placentero, con lo que el cabestro del macho queda en el convencimiento de que esa mujer no andará buscando otro hombre.
Lo primario del argumento, y las consecuencias para la mujer, dejando a un lado las psicológicas, (que ya es dejar, y que tienden a suavizarse a través del adoctrinamiento al que someten a las niñas las mujeres de la familia), puede conducirlas a graves infecciones, o incluso a la muerte.
La educación recibida es cómplice de esas actuaciones, que son las mujeres de la familia quienes enseñan las técnicas y adoctrinan a las niñas para que no se desvíen de ese camino, que corren el riesgo de ser rechazadas por los hombres, que si sienten que el sexo para ellas es algo placentero, las consideran poco menos que prostitutas y las rechazan. Claro que con la vagina seca también lo hacen cuando las consideran demasiado mayores, y las abandonan para buscar niñas casi impúberes, si pueden pagarlas, claro.
No menos grave, aunque en la misma dirección son las técnicas de ablación parcial o total del cítoris, o de la eliminación traumática de los labios vaginales, o la más extrema, la infibulación que consiste no solo en la cliterectomía, sino en el cosido vaginal, permitiendo un mínimo orificio para le orina y las descargas menstruales.
Esas barbaridades no son más que el miedo del hombre al poder de la mujer, y la utilización de todo aquello que hayamos podido tener a nuestro alcance para intentar someter al otro sexo, que parece que aquí lo único que importa a los machos de casi cualquier especie de mamíferos superiores es la transmisión de nuestro puñetero DNA, como si eso valiese para algo.
Y la cosa viene de lejos, que al parecer, y a la que nos metamos en los textos de los arqueólogos, o en los mismos textos antiguos, (hablo por ejemplo de la Epopeya de Gilgamesh), nos encontramos con que al parecer, la primera mujer que se creó, no fue la tal Eva, que fue una tal Lilith, creada del barro a la vez que el hombre.
La tal Lilith, montó un buen lío en el Paraíso, cuando no aceptó una posición sumisa en el sexo frente a Adán, que ella deseaba al menos lo mismo que su compañero. Las quejas de Adán llevaron aparentemente al Creador a tomar posición, y lo hizo a favor del macho.
Lilith se rebeló, pronunció las cuatro letras del nombre de Dios, y salió volando del Paraíso.
Fue entonces cuando de una costilla de Adán se creó a la segunda mujer, Eva, que ya sumisa a su compañero se la considera la madre de la especie humana.
Sugiero a quien le interese el tema que indague en la tradición hebraica acerca de esta mujer, que una vez abandonado el Paraíso se une a Samael (Satanás), creando una saga vengativa contra los hijos de Adán y Eva. La tradición masculina no puede permitir que no se maldiga una tal conducta de insumisión, y así andamos.
Leed las maldiciones, que también se encuentran en la Biblia contra los onanitas, que Lilith amenazaba con yacer con quienes se masturbasen despreciando el semen que debía fecundar a la hembra, y los conjuros que debían hacer las hijas de Eva para no perder el marido. (Nótese aquí el miedo a la Lilith gran prostituta de Babilonia, o de Carabanchel, que recoge el semen que el hombre vierte fuera de su hembra, y sobre todo de los canales establecidos fuera de la libertad que se le supone al ser humano).
Al final, y tras las barbaridades escuchadas de esa manada de supuestos bestias y supuestos violadores, especialmente en estos días en los que no como excepción, deberíamos pensar un poco más en nuestra relación con el otro sexo, (el femenino para mí), y darnos cuenta de lo que todos perdemos por intentar dominar a otro, por la lucha de nuestro supremacismo.
Co su pan se lo coman

El carro del chamarilero, en la nube.

El viernes está muy negro, que quieren, unos y otros que tengamos rebajas antes y después de Navidades, que es lo que siempre se ha llevado en esta puñetera piel de toro, que tanto y tanto me toca el pirindolo, como le dijo Schuster a Jesús Gil, que en su gloria esté.
Y es que pedir al españolito de a pié que afloje el bolsillo antes de que le paguen el mes, sin haber ingresado la extra de Navidad, porque el chirimbolo ese tan chulo, y que tanto nos va a hacer medrar dentro de nuestra tribute hacen creer que está superbarato, y que nunca más volverá a darse la tal ocasión de soltar ochocientos chufos por lo que ayer costaba ochocientos veinte, y cuyo valor no pasa de los treinta. Y, por cierto que se morirá en un plis, que hay que hacer las cosas con duraciones limitadas, no sea que no podamos introducir el Mark 10, que no es más que el Mark 1 repintado.
¡Lo que cuesta mantener el yate amarrado en Puerto Banús, o en Montecarlo!, y los ciudadanos, los paganos, dando vueltas a los temas en vez de seguir la doctrina cristiana de la Fe, ¡creéte lo que te digo, imbécil, que la palabra de Dios no se discute, aunque la haya escrito un hombre!.
Y así nos van las cosas, de viernes negro, a lunes cibernético, ¡que se acaba el mes! ¡que hay que cerrar balances!¡que los analistas financieros esperan!¡que la acción aún debe tener recorrido al alza, y es que en caso contrario, las stock Options del señorito no le dan ni para gasolina de la de cruzar el Atlántico!.
A lo mejor cuando el viernes, o quizás el sábado, fui a por mi barra de pan, mi chusco de carne y mis tomates de invernadero, no estuve lo suficientemente listo como para darme cuenta de mi participación activa en el movimiento este del viernes negro y del lunes cibernético, y ahora mucho criticar, pero estoy metido hasta las orejas…¡qué cosas!.
Son la sevicias de estar inmerso en este siglo XXI, en el que entre los fabricantes de cosas que viven todos, o casi todos en China, y los que andan todo el día en la nube a ver como se quedan con nuestra dirección de teléfono móvil, de correo electrónico, que viven casi todos en el Imperio, uno está vendido, no le queda resquicio para gritar aquello de ¡Hoy no como tomates, y el pan que sea del jueves!, por no caer en alguna estadística mal intencionada, de esas que convenientemente tratada demuestra que la compra por Internet del pan y la leche ha crecido un trastopecientos por ciento, siempre comparado con un período anterior perfectamente definido, y convenientemente deflactado, que las cosas deben ser y son así.
La próxima llamada de esas de ¡coomprreee, por favooorrrr comprreee!, no sé a quién le toca, y la verdad es que estoy hecho un lío, aunque me da que deben ser los carpetovetónicos ocho días de oro, antes de que empiecen las compras de Navidad, y por qué no, las rebajas.
Pero es que no se me sincronizan, que las rebajas empiezan antes en el Imperio, (cosas de la horda protestante, que diría un obispo de diócesis desde s cátedra), luego se mezclan con los ocho días de oro, pero claro, solo en el Corte Inglés, que con eso de Internet y de que en un descuido, alguien te ha pillado el correo electrónico, resulta que hay ofertas de cuchillas de afeitar inglesas, de pelotas de golf japonesas, de bolsos de señora y de señor, de esos que hacen en China, que tienes que cambiar el sofá, que tienes que cambiar las cortinas, que tienes la tele casi sin enchufes HDMI, y la versión de Bluetooth está más anticuada que bailar agarrao un pasodoble.
Un sin vivir, porque además tienes la Tablet echando sus últimas boqueadas, (cosas de la obsolescencia programada), y lo que es peor a Santa Visa bendita más deprimida que el perro de un barbero, que le dan jabón de afeitar y le sabe a pringá de puchero al pobre animal, que te canta el tanguillo gaditano.
Con tantos deberes por hacer, que además no has sacado entradas para el teatro, ni para el musical de la Gran Vía, ni siquiera para no de esos conciertos trogloditas, no tiene la tentación de optar por el absentismo, que consiste, bien en ponerte enfermo de verdad, o pedirle a tu amigo el médico, un volante justificando lo que sea, incluso una depresión, que te has dado cuenta de que no pudiste matar a Kennedy, por ejemplo.
Todo antes de que en las estadísticas te incluyan en las compras de pan, tomate y chusco de carne, y las mentes sesudas analicen tus hábitos de compra, las posibilidades que tienen las personas como uno de entrar en este o aquel centil, con las consecuencias que puede traer a la economía que vive en los cúmulo-nimbos, tu decisión de trasladar la compra a estos días especiales, que al final resulta que están en todas partes no sé si como omnipresentes o como bilocados, así que le preguntaré a Iker, a ver qué me dice, que de estas cosas sabe mucho.
Claro que después de tu compra, viene el chantaje de que valores el servicio recibido, del uno al diez, del uno al cinco, con una carita sonriente, con una carita triste, o con un perfecto documento-encuesta, en donde se pormenorizan todos y cada uno de los aspectos, reales o inventados de la transacción, que del resultado de la encuestita, se juega el contrato de la próxima semana el empleado que te la presenta, y eso son palabras mayores, tal y como está el patio y ves al dependiente talludito. Tremendo.
No sería nada, si además no te urgiesen a llevar a cabo el tal ejercicio “ipso facto”, que como todo el mundo sabe quiere decir “ahora mismo”,. A mí me encanta contestar como aquel viejo profesor navarro, creo, que lo haré “motu proprio”, es decir, ¡cuando me salga de los cojones!
Con su pan se lo coman

El plan de pensiones

Los jubilatas tenemos algunos inconvenientes, por ejemplo que con esas cosas de la edad dormimos poco, ¡qué le vamos a hacer!, pero como contrapartida, ya se sabe ying-yang, nos podemos bajar de la cama cuando nos de la gana o cuando la mucama nos ponga la mopa en los hocicos, que de todo hay en la viña del señor.
Así, que esta mañana, como siempre, me he despertado prontito, pero con eso de que no me ponen la mopa en los hocicos, he decidido poner una de esas emisoras que no hablan del ¿problema? catalán, y mire usted, que me sale un pollo de esos que hablan de dineros, de banqueros, de inversiones, de fondos de pensiones, y todas esas cosas, soltando, sin inmutarse que:
-Pues sí, el puerto está lleno con los yates de los gestores, pero no hay ninguno de los clientes.
Y me da en la nariz que el muchacho ha puesto el dedo en la llaga, y es que como estamos en una de las campañas más pútridas y falaces de las que nos atacan en fin de año, se trata de acercar el ascua a la sardina de cada cuyo.
Y en esta ocasión, parece que nos enfrentamos a una acción coordinada entre el Ministerio de Hacienda, y sus aliados, que moran en instituciones bancarias, en compañías de seguros, y en definitiva en poseedores de yates.
Nos están, año tras año, proponiéndonos el siguiente negocio:
-Premisa uno, el miedo a tener una vejez sin recursos económicos.¡Uuuuhhhh!.
-Premisa dos, ¡Ahorre usted que es cosa cojonuda!
-Premisa tres, los intereses en depósitos bancarios son negativos….¡Porco Banco central europeo!
-Premisa cuatro, hay que tomar riesgos, (usted, señor cliente, ¡claro!) si quiere que sus perras no se las coma la subida del precio del petróleo o la factura de la luz.
Así, que una de las soluciones es ¡Tachíiiinnn!, lo de siempre, ¡deme usted su dinero, y lo ponemos en un fondo de pensiones!.
El Ministerio de Hacienda, dice que este año te ahorras una pequeña parte de tus impuestos, si das tu dinerito a una de esas instituciones, que si mal no recuerdo, consiste en una deducción de la base imponible del IRPF de un máximo de 8.000 eurillos, que a los tipos medios supone, más o menos un aplazamiento fiscal de cien eurillos al mes.
Por supuesto si eres capaz de quitar todos los meses de tu magro salario quinientos chufos, que se dice pronto, sobre todo si ganas entre seiscientos y mil quinientos, que es lo que un cristiano ingresa de media en este país.
Hablaba de aplazamiento fiscal, que en el momento del rescate todo tu ahorro en ese instrumento financiero, pagará los tipos marginales del impuesto, y eso puede ser más del treinta por ciento, sin correr mucho.
Eso sí, el Ministerio sale diciendo que hay que bajar las comisiones de gestión de esos fondos, y deja los tipos máximos en algo más del doble de lo que se paga por esa gestión en los países europeos. Bueeenoooo, y además te deja que te pulas lo ahorrado, (pasando por caja, desde luego) si necesitas esas perrillas un poco antes por cualquier “mire usted” que le aparezca.
Ya sabemos quién tiene pues lo suyo asegurado, su amarre en Puerto Banús, y es Hacienda, que cobrará más cuando recojas tu dinerito, y el banco que te soplará su 1,5% sobre todo el capital que vayas acumulando en tu plan.
¿Y tú?, no, mira, tú eres el imbécil que paga el yate de otros, porque si miras un poco como va la cosa de esos planazos en términos de rentabilidad para ti, verás que son negativos, que no se puede pedir todo, ¡hombre!. Pocos muy pocos de esos planes han dado rentabilidades brutas positivas acumuladas los diez últimos años, y seguro que ninguno si deflactamos el valor de los activos.
Una vez se me ocurrió decir a un gestor de estos que ya casi tenían el treinta metros (de eslora) en Puerto Portals, que yo estaba dispuesto a pagar el triple de comisión sobre los rendimientos netos una vez descontada la inflación y no me puso la Smith and Wesson en los huevos de puro milagro, o porque no tenía una a mano.
Y es que la cosa va como va, que nadie es experto, o nadie trabaja por la rentabilidad de los fondos esos que se pierden, que se muere el pollo, que cuando vayan a ver qué hay será dentro de treinta años, y todos calvos, y que al final es dinero de los esclavos, y no está bien que manejen demasiado.
Así, que escucharán ustedes estos días los cantos de sirenas del asalto a mano armada que planean contra sus bolsillos toda esta panda de cuatreros legales, y ya sabe, si usted no paga el 1,5%, y no difiere impuestos, por mucho que detraiga de su salario miserable el tropecientos por cien está usted en un error.
Pero sigamos, imagine usted que ha podido durante treinta años poner esos 8000 eurillos, que se habrán convertido en doscientos cuarenta mil. No está mal.
Tiene usted sesenta y siete años, es usted un privilegiado, y cree que puede tirar de esa pastizara, que ya le han advertido que su pensión es una porquería y que apenas cubrirá el sesenta por ciento de sus ingresos en el momento de la jubilación. Espere pues una pensión máxima estatal de mil seiscientos euros….vale.
Y del plan, ¿qué le van a dejar a usted?. Si lo retira de golpe, quite más del cuarenta por ciento, así que de esos doscientos cuarenta mil le quedan unos ciento cincuenta mil, ya pagados los impuestos, es decir ochocientos chufitos al mes si tiene usted la elegancia de morirse como dicen las estadísticas, a los quince años del momento de la jubilación.
Si lo retira poco a poco, podrá usted aguantar cuatro o cinco años más, pero, seguirá pagando comisiones al gestor que no gestiona, y correrá el riesgo de perder por la ineficacia de ese personaje, otra pastita indeterminada.
Usted sabrá, que además no puede usted de ninguna manera controlar donde se invierte su dinero, que va a fondos opacos, y si usted no entiende de estos, va a pozos muy oscuros.
Por supuesto, ni se le ocurra mover a otros activos ese ahorro, que entre Hacienda y esa industria financiera le estrujan a usted las criadillas, y además ponen su cabeza en una pica, para que sirva de ejemplo.
Que si hay beneficios no tenga muy por seguro que se anoten en su cuenta, que lo suyo es a largo plazo, y lo del yate en Montecarlo es a corto plazo.
Así que mírenlo sus gracias con tiento, que mientras con más énfasis les alaben el burro, más mataduras tiene. Usted mire bien debajo de la manta, y no olvide ni los incisivos, ni los molares, asegúrese que ve bien y oye mejor, y cuando lo haya hecho, corra, corra usted con todas sus fuerza, que esto es un atraco.
¡Ah, y el Estado no le garantiza una vejez con un salario digno!, ¡Invierta en un Plan de Pensiones, antes de fin de año!
Con su pan se lo coman

Todos somos Charlie…(si interesa)

Lo que se oye, no se sabe si tiene gracia, si esa gracia es para todos, si incluye mensajes ocultos para que solo tenga gracia para los elegidos, o si no tiene ninguna gracia.
Que puede hacerme gracia que Chrlie Hebdo saque a Pooch-the-Mont disfrazado de terrorista islámico, de esos que saben cultivar los franceses en tantos y tantos suburbios de sus ciudades. Y la cosa, pues ya ves, va por barrios, que a mí, no sé si me hace demasiada gracia, más bien ninguna.
Y me explicaré:
Que desde el punto de vista del guerrero del Islam que vive un poco más allá de Porte de Neully, no creo que ver su imagen rellenada con alguien que ha huído de la forma más cobarde, sea algo que le haga demasiada gracia.
A los de Charlie, no sé si les hace gracia, rellenar con tamaño personaje el dolor que el uniforme les causó hace poco más de dos años, aunque lo hayan hecho y publicado. ¿Será un mensaje para alguien?. Yo no soy un iniciado, y consecuentemente no lo pillo, ¿qué le voy a hacer?.

No sé lo que pensarán las víctimas del ataque islamista en las Ramblas de Barcelona viendo disfrazado de tal guisa al responsable de no haber protegido suficientemente a sus ciudadanos de tal barbarie, cuando tantas energías y recursos dedicó a la creación de un estado independiente. Para aparecer disfrazado de yihadista. No, no tiene gracia.
Si lo que Charlie quería decir es que es el tal Pooch-the-Mont, es alguien con una ideología hija del fascismo nacionalista, lo podría haber disfrazado a semejanza del Duche, o de su primo alemán, vamos, el austríaco con bigotito de Charlot.
Tengo que confesar que no le veo la gracia, y me da que tampoco le veo la gracia a la viñeta, que quizás está relacionada con una nueva imagen de la estelada, bien anclada a la cintura de Pooch-the-Mont, eso sí, para asombro de los ciudadanos islámicos normales, y el imbécil de turno inmortalizando el momento con su teléfono más inteligente que él.
Y no, no entiendo esa mezcla que molesta, (aparentemente) a todos los implicados, que era mucho mejor la de la semana anterior donde sin ninguna duda se afirmaba que los indepes catalanes eran más gilipollas que los indepes corsos.
Porque a lo mejor simplemente utilizando al burro que es el símbolo del independentismo, poniendo su cara en vez de la cabeza del animal, y manteniendo las orejeras, la cosa quedaba mucho mejor.
No se ofendía a nadie, los indepes felices viendo su símbolo identitario encabezado por le testa del Ex – Molt Honorable, y los que quisieran ver otros símbolos, pues allá ellos, que en estas cosas se puede dar cancha a todo el mundo.
Para mi humilde nivel, no estoy preparado para entender la sutileza del Hermano Charlie, lo reconozco, y quizás envíe una de esas cartas al director, para que si tiene a bien, y siempre desde el punto de vista de curiosidad intelectual por mi lado, y su a buen seguro interés pedagógico por el suyo, acabo comprendiendo el intríngulis de la cosa.
Al final esto va de que uno no entiende al ser humano, no entiende sus motivaciones, de tanta farfolla que se dice, se comenta, se escribe, se susurra. Me da que todo no es más que campañas de márketing para que compremos algo.
Y es que en las relaciones humanas, sea cual sea su ámbito, lo único que importa es crear una imagen que pueda ser aparentemente aceptada por la tribu en la que te incluyes. Y es que Chuchita va y se cose el virgo, Borja Mari se compra el deportivo, Don Ambrosio se me viste de nazareno, eso sí tras haber ejercido de Barrabás, y Doña Encarnación de santa enlutada, para que el Mosén le dé comunión delante de la tribu.
Y cada uno envuelto en sus mentiras, en sus medias verdades, va a por sus ambiciones, a por sus anhelos que nadie sabe lo que son, que quienes les rodean no son más que miserables instrumentos que deben hacer cosas por todos y cada uno de nosotros.
Y así andamos con el indepe, con el imbécil que se hace eco de una u otra posición, del inútil que no ha sido capaz de ser más diligente, o más lúcido para no ver venir los acontecimientos, sean cuales sean.
Que Tito Trump defiende lo de las escopetas, y es que al nen le gusta matar elefantes o lo que se le ponga por delante, para enseñar a su red social el rabo del animal desmembrado.
Pero Tito Trump defiende en su discurso la industria nacional, y el sacrosanto derecho escondido en la segunda enmienda de la Constitución Americana. Para que le den más presidencia. ¡Que se joda el elefante, que hay muchos!, y si se mueren a tiros unos pocos ciudadanos, no hay que preocuparse, somos muchos.
No lo sé, repito que no lo sé, que esto ya es esquizofrenia, que uno cuando recibe un mensaje, de la prensa, de Chuchita, de Borja Mari, o del vecino del tercero, a lo mejor lo que hay que hacer es echar mano de la cartera y apretarla, que a lo mejor es eso, solo eso.
Yo voy a pasear un ratito, que es lo que tienen los domingos, si Doña Carmena te deja aparcar el coche, no te atropella una familia de ciclistas en el Paseo del Prado, que seguro son todos mensajes para que a este o aquella alguien acepte la imagen que tanto esfuerzo les costó crear.
Y como Madrid es provinciano, no creo que encuentre el Charlie último en los quioscos de la ciudad, así que no me preocuparé profundizando en el mensaje del semanario, que lo mismo no es para mí, y me acaba amargando el aperitivo.
Así, que disfruten ustedes de su domingo, si es lo que quieren, y usen el tiempo para afinar su imagen externa, si es lo que les pone, que al final de la calidad de sus medias verdades, de sus mentiras de corto plazo será de lo que dependa su estatus es la tribu, y eso es lo que importa a muchos.
Con su pan se lo coman

Interesante reflexión de mi amigo Perfecto

Este trabajo no es original mío pero ya me hubiese gustado

Es importante tener presente para entender esta idea de la tragedia que en la raíz de la palabra Theatrron está el verbo Thea, mirarse y que según Nietzche, la tragedia enseñó a mirarse. Hay diferencias subjetivas entre el héroe mítico y el héroe trágico. El héroe mítico juega un juego escrito de antemano, vacío de toda responsabilidad, el héroe trágico está dividido: decide sin saber, transcurre simultáneamente en dos órdenes: humano y divino, sin conocer a ciencia cierta en qué serie se inscriben realmente sus actos. El héroe trágico, es allí metáfora de ciudadano. El héroe es responsable, no por ser la causa de sus acciones sino por sostener con su cuerpo, las consecuencias de sus decisiones. El espectador de la tragedia es el asambleísta que decide y el hoplitaque sostiene. Desde el punto de vista del texto, la tragedia presenta un conflicto en que una de las partes en dialogo triunfa. Significa que impone su decisión, pero esta decisión no se toma a sabiendas, y el triunfo jamás es definitivo. La tragedia transmite por un lado, la necesidad de la decisión, por otro, el arte de decidir (ni bien, ni mal: decidir) y finalmente el carácter trágico de la decisión: En síntesis, para Lewkowics, para el ciudadano, la tragedia es metáfora de su condición. En en ese mismo Seminario, rescataba esta referencia del artículo de Petrella “Políticas enfermes de su cultura” aparecido en la Edición Latinoamericana de Le Monde Diplomatique. Año3 Nro17 y el articulo de Marcel Czermak “Al servicio del AMO”, aparecido en la misma edición para pensar las diferencias de la época de los 90 comparados con los orígenes de la Democracia. En la época mencionada me preguntaba cual era el lazo que se establecía en las democracias, predominantemente hegemonía del discurso económico que tiende a situar las políticas en el mismo campo discursivo, la del reduccionismo económico. El estado se presentaba como el único agente político y ubica al pueblo en posición de puro objeto. Quiero señalar especialmente que desde el año 2003 a la actualidad del 2015, en nuestro país y Latinoamérica, se han dado procesos muy complejos e interesantes que van entiendo en el camino de empoderar al pueblo y al ciudadano nuevamente, lo que implica volver al tema de las responsabilidades de cada uno. Pensaba en el 95 que de esa manera estaba eliminada la noción de lo comunal de la vida social. La dominación del aparato cultural siempre fue fuerte pero en esa época era evidente que el axioma “La sociedad enferma”, se cumplía ciento por ciento. Se manifestaba en la crisis económica, las condiciones laborales y ambientales efectivas del ajuste, arruinando los cuerpos de los hombres. Y son las condiciones económicas, como las condiciones discursivas que enferman no sólo los cuerpos sino también “las almas”. Esta idea de que el ajuste no es sólo económico, sino también discurso, que produce el efecto de que al no haber palabras es muy difícil articular respuestas. Cuando no hay discurso que se pueda hacer acerca del malestar, no se lo puede significar. Tomemos como ejemplo las privatizaciones, entendiendo éstas no sólo como el traspaso de la propiedad estatal a manos privadas, sino en un sentido más amplio. En la antigua Roma, la tierra estaba dividida según dos tipos de propiedades, había dos tipos de campos: unos campos que eran comunales, constituían el ager público, y otros de uso exclusivo de las familias propietarias, se llamaba el ager privatus. El sentido de privatus cambió, no significa privado de los individuos sino privado a la comunidad. En los 90 en la Capital federal en la costanera de Buenos, debido a la instalación de numerosos restaurantes y canchas de golf, etc. Hay tierras de acceso prohibido a la comunidad, privado en el sentido de privación a lo comunal. La eficacia del discurso de las privatizaciones, es el triunfo de una lógica de encierro, que priva a los individuos de los lazos comunales. Volvamos a recorrer un poco de Historia, alejándonos de la Atenas del Siglo V y acercándonos a nuestro siglo situándolos acontecimientos que al entender de muchos han configurado nuestra segunda modernidad S.XIX y XX. Un acontecimiento es la revolución Francesa (1789-1799), donde a partir de allí la soberanía del pueblo suprime todas las diferencias sustanciales que había entre los miembros de la misma especie biológica. Todos pasan a Ser Hombres y su humanidad pasa a definirse según la declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Todos los hombres son sujetos de derecho. Derecho a la vida, derecho a la Salud. El pueblo es soberano y el Estado pasa a hacerse cargo por delegación de esa soberanía y con ello se obliga a asegurar las condiciones de cumplimiento de los derechos del ciudadano, el Estado pasa a tener la obligación de asegurar ese derecho. Estos derechos y estas instituciones sólo se significan en la práctica y la hegemonía del discurso económico a partir de la Revolución Industria Inglesa, que es el otro acontecimiento a destacar. Esta Revolución transforma a gran parte de la población en asalariados industriales y los derechos universales del hombre y del ciudadano se significan como derecho de compraventa de fuerza de trabajo. La reposición barata de la fuerza de trabajo es una necesidad imperiosa del capital industrial naciente. El sujeto de la modernidad, en el plano político, puede constituirse aún como un sujeto de decisión, pero lo que cae con la modernidad justamente es ésta noción de sujeto de decisión y juntamente con ella la función de las naciones, su ficción de representación. Con la Post modernidad estamos viviendo una decadencia política no sólo por obra de los malos gobernantes sino porque cae la ficción del EstadoNacional representativo. Ahora el sujeto de postmodernidad es un sujeto automático, un sujeto que se define por la relación técnica con las cosas, un sujeto que se define por la relación necesidad-solución (de allí permanentemente consulta a los especialistas). Otra lectura que quiero rescatar de Lewcowicz y que me ayuda a seguir pensando en los lazos sociales es el conflicto por los espacios verdes. El espacio verde constituye un valor, el espacio público también constituye un valor. Actualmente el espacio verde es el lugar de enfrentamiento de dos lógicas, una lógica de la ciudad industrial moderna y otra lógica de la ciudad post industrial o post moderna. Una lógica que implica un valor Simbólico y otra que implica un valor de consumo. Lo estatal, no público es tan privado a la comunidad como lo privado a secas. En lo que se denomina la ciudad moderna (procedente de la Revolución Industria) la ciudad, es una ciudad de la ruptura de los lazos sociales tradicionales con el lugar, el oficio, la tierra, la comunidad de origen. La sociedad capitalista recompone esos lazos, para ponerlos a salvo de la anomía y el enfrentamiento de clases, con el derecho a la ciudad, la figura del ciudadano. El espacio verdeen ese contexto es el lugar del encuentro con la “naturaleza” pérdida, pero es también el lugar del reencuentro con la familia y con la comunidad. En lo simbólico de los lazos sociales, los parques y paseos públicos son lugares estatales de uso comunal, lugares de constitución y existencia efectiva de la comunidad de ciudadanos. Lo que caracteriza a la ciudad post moderna es el hacer desaparecer los lazos comunales. La figura del ciudadano, se suplantada por la masa de consumidores. La serie sería: fin de las ideologías, fin de las utopías, ciudad del fin de los proyectos sociales, ciudad privatizada. Las políticas que privilegian los utensilios más que a las personas, que dan prioridad a los medios sin preocuparse por las finalidades y desarrollan con el pretexto del progreso, una lógica de competición, violencia y exclusión, son políticas “enfermas de su cultura”. Las transformaciones económicas y sociales se efectúan bajo la presión de cambios tecnológicos y descubrimientos científicos. Ninguna actividad humana escapa al impacto de la ciencia y la tecnología. Con qué fines, con qué objetivos, qué proyecto cultural, proyecto de sociedad o de civilización inspira esta evolución? Efectivamente se produce este viraje, un pasaje acelerado de una cultura orientada hacia los hombres y su porvenir a una cultura centrada sobre los artefactos y los medios. Hay una serie de palabras actuales para definir esta nueva sociedad: productividad, eficacia, rentabilidad, control, estas palabras son tomadas de los técnicos de los economistas e invaden todos los campos dela actividad social y humana y los medios de comunicación las difunden por doquier. En realidad el mundo se reduce a 750 millones de consumidores (a pesar de que paradójicamente el mundo parece estar destinado a estar poblado por gente que tienen hambre, enfermedades, que padecen exclusión de todo desarrollo humano y social). (Petrella en Le Monde Diplomatique para America Latina) Es que nosotros los psicoanalistas estamos en condiciones de realizar alguna acción? Sabemos como dice Czermak(5) que en este contexto no se puede apelar a cualquier buena voluntad, los hombres nunca han querido conocer ,en su mayor parte, cuales son las cosas, los discursos que los determinan o inspiran.

Todo sigue igual

Llevo demasiado tiempo pensando que no pasa nada, que no está ocurriendo nada, ni aquí ni en Sebastopol, por decir un sitio de esos de los que todo el mundo habla y pocos pondrían su localización exacta en uno de esos mapas mudos que me ponían en el examen de ingreso de bachillerato con mis nueve añazos, para marcar en la isla de Cuba dónde estaba La Habana, y dónde Santiago.
Parece que todo está revuelto de acontecimientos extraordinarios, pero a la que uno se para a pensar un poco en el asunto, resulta que no, que estamos donde siempre, donde alguien ha decidido que queremos estar, ¡y no se hable más!.
Porque dejando a un lado los temas de las catástrofes naturales, que se nos inunda Grecia en otoño, o un terremoto en las placas asiáticas, no dejan de ser cosas habituales, siempre exceptuando el dolor de los seres humanos afectados, por supuesto, que eso siempre es singular, las demás cosas que nos cuentan que pasan son siempre las mismas, y encima gastan poca o ninguna influencia sobre nosotros…(las que no nos cuentan ya son otra cosa), pero esas oficialmente no pasan, y si alguien dice que pasan, ya se sabe, es un conspiranoico, que todos llevamos a cuestas un calificativo.
¡Pero hombre! ¡lo de Catalunya!, nada, que te lo digo yo, y te lo dicen por allí también, que cuatro desnucasapos se han creído lo que no era, y claro los hoteles siguen un pelín más caros que hace dos años no cuatro veces más caros como soñaban los del gremio, y la gente de Air BNB, bueno esos deberán revisar los contratos, que ya no quiere la peña ir a engaudizarse, que las cosas vuelven al terruño, al de la senyora María y el senyor Felip, y a discutir si el Barça lo hace mejor que el Español o al revés.
Y es que, ya se sabe, que nos gastaron una broma, un bromazo, pero nada más, y a lo mejor el juececito ese del supremo, se da cuenta de que quieren tomarle el pelo, y pone las peras al cuarto, sin paños calientes a todos los que nos han gastado la broma. Eso sí, alguna cadena de televisión habrá hecho caja con los programas especiales para hablar de nada sobre un tema que no es nada. El mundo sigue girando, y usted, querido amigo, compre, compre lo que pueda con su paga extra, que si no esta sociedad de consumo se nos para y hacemos un pan como unas tortas.
¡Pero lo de Zimbawe es nuevo!. Pues no querido lector, no lo es, que lo que sería nuevo es que esa tierra de pronto se transformara en el motor de África, desarrollase una economía floreciente para todos sus habitantes, y el país se transformase en el nuevo Silicon Valley del mundo.
Pero aquí lo que veo es lo de siempre, que el dictador nonagenario está más para allá que por aquí, y que el ejército empieza a tantear cómo se hace con el poder, que la Sra Mugabe también oposita al tema, es decir lo que siempre pasa en África, y que el diablo me perdone.
¿Y la revolución de Tito Trump que está poniendo a los Estados juntitos, que diría Ibañez, patas arriba?.
Pues nada con sifón, que ni bajar los impuestos a los ricos le están dejando, que es como si unas fuerzas de vaya usted a saber dónde, estuviesen confabuladas para que nada cambie por aquellas tierras….bueno quizás el cambio es que se usen las redes sociales para intentar influir desde la Casa Blanca a la peña, pero ni eso.
Que si estará la cosa parada, que ni el de Colea hacia Aliba cambia nada, sigue haciendo lo que en su familia le dijeron desde hace no sé cuantas décadas que debería hacer, que los genes del comportamiento son muy tozudos.
No pasa nada nuevo, todo se está moviendo dentro de parámetros bien conocidos, que si no fuese porque corro el riesgo de que me llamen conspiranoico, diría que predeterminados.
Las guerras las hacemos en los sitios de siempre, con las armas vendidas por los de siempre a los de siempre, con el mismo resultado orwelliano, hoy las tropas alfa avanzan, mañana son las beta, las que en una ofensiva brillante, recuperan las posiciones, pero el frente sigue en el mismo sitio.
Que el poder sigue en las mismas manos desde tiempos inmemoriales, desde hace siglos, y los demás, seguimos como siempre, al servicio del Señor, que permite, al contratarnos de jornaleros en la plaza del pueblo, que mañana la familia tenga un trozo de pan, o pague la factura de la luz, que para las dos cosas no llega el asunto.
Que no pasa nada, que lo digo de buena tinta, que estas cosas se saben desde siempre, lo que pasa es, que con tanto videojuego y tanta red social, se nos olvidan las cosas que no debemos hacer, y luego nos zurran la badana de malas formas con una mano, mientras con la otra apuran un buen foie con Chateau d’Yquem, que es lo que renta, que dicen ahora.
Y a mí, que me busquen, que a mí tampoco me pasa nada, que por mucho tiempo que pase, las imbecilidades que hacía hace cincuenta años, las repito a la que me dejen, que uno, como todos (esto me lo obliga a escribir mi mente gregaria, aunque no sé si es cierto), tiene su gen tozudo, y le encanta repetir tropezón, pase lo que pase, que como no es nada, pues tan ricamente.
A lo mejor releo los periódicos o buceo en algún telediario, con poca fe, desde luego, que me van a contar lo que ya sé, y la única sorpresa será el orden en el que me lo cuenten, que nadie me dirá que hay pateras de suizos cruzando el Mediterráneo para ser recibidos como refugiados el Libia, que nadie me dirá que en los Estados Juntitos, no se van a vender más escopetas, y que van a pedir a los ciudadanos que devuelvan las que tienen en su poder.
Que nadie me va a decir que el desarrollo del Sur del mundo, ese que anda en latitudes al sur de Lisboa, es espectacular, libre de corrupción, ajeno al tratamiento esclavista a sus habitantes, con una cultura floreciente que asombra al pútrido Occidente.
Que nadie me va a decir que el verdadero poder está cambiando de manos, que además no está ya concentrado, que por ser mujer, por ser negro, por ser chicano, nadie va a discriminarme.
No, no está pasando nada, las religiones, los estados, las empresas, siguen adoctrinando al rebaño, para que creamos que las cosas se mueven, y así nos compremos otro coche fraudulento, o nos vayamos de vacaciones a Benidorm.
Con su pan se lo coman

Caga Tió

Parece que las cosas empiezan a sonar a villancicos, quiero decir a ¡por favor ves preparando el bolsillo que hay que gastar!.
No está mal la cosa, que si hay que gastar se gasta, aunque sea en pipas o en lotería de Navidad, esa que parece cosa de extraterrestres, que a saber a quién le va a tocar este año.
A mí el cuerpo me pide que compre en Valdés ahí en las Ramblas, pero tengo mis dudas, que a lo mejor tengo que irme a Coll de Nargó, a Berga, o a Camprodó, que por las Ramblas pasaban muchos guiris y se trata de inyectar algo de pasta a mi Catalunya jodida por esa panda de borricos con orejeras de los que tantas veces he hablado.
Desde luego al botifler de La Bruixa, que andaba por Sort, y que ha puesto pies en polvorosa, no creo que le compre, no por nada si no porque la magia de Sort, en fín, ustedes sabrán.
Y digo esto, porque como todo el mundo sabe, la lotería es muy sabia, y si tocó en Valencia el año de las inundaciones, en el 56 o 57, que no me acuerdo, la que se ha liado en mi pueblo me da que es más peluda que aquella, salvando evidentemente el tema de los muertos y desaparecidos, que eso es incalculable en perjuicio.
Así que estoy de lo más animado, que tengo un Wagner de los que me gustan, de esos desgarrados de amores honestos que parecen deshonestos, de traiciones que no lo son, y de justificaciones de los hechos en esos imponderables que en Tristán e Isolda se encuentran en la magia y en las pócimas.
Vaya como lo de los indepes pero con música chula.
Podré, pues, comprar mi decimito, pero no en Valdés, que tiene que ser en uno de esos pueblos superindepes, no sé, quizás en Arenys de Munt, y con la excusa voy a visitar a Doña Paquita en su Hispania, que siempre es una alegría, y el desvío es pequeño.
Ya veremos, que una vez decidido el sitio, solo falta que acierte el número, que la cara de tonto que se te queda cuando aciertas el lotero pero no el número debe ser de las de aquí te espero.
Pero dejémonos de disgresiones, que de lo que se trata es de constatar que nos vamos a gastar lo que no tenemos a cuenta de los chirridos de los villancicos, que parece están diciendo aquello de ¡compra, compra, que ha nacido el Hijo de Dios!, y yo no sé qué hacer, porque es que tengo hasta linterna de esas que sirven para cuando te quedas sin pilas en la linterna de cuando se va la luz, o la de cuando sales de paseo montañero, y si no voy de compras, parece que está uno atentando contra la economía nacional, contra el PIB, y hasta contra el Centro de Investigaciones Sociológicas, que andan diciendo que por aquí se gasta más que por Alemania.
Y no sé si es por lo de la lotería, o directamente porque en Alemania no tienen ni paga extra ni aguinaldo, los pobres, y así no hay quien viva.
En previsión de todas estas amenazas, he decidido hacerme el chequeo anual por anticipado, y así si alguien se empeña en que pruebe tal o cual caldo, lo hago sin el apechusque que le entra a uno cuando le toman muestra de sangre el quince de enero, que se ve uno con la dieta del hambre canina, tomando yogures de esos que te bajan el colesterol y no sé cuántas guarradas más, y como uno es muy aprensivo, pues en noviembre, y a otra cosa.
Los americanos, que como todo el mundo sabe son unos ateazos y unos descreídos, por mucho que digan eso de “in God we trust”..others pay cash, añado, se han sacado de la manga lo del viernes negro, (negro porque los números de las empresas pasan de rojos a negros si todo va según lo previsto), y tiran la casa por la ventana, a medias con Amazon o con Apple, desde luego, que les encanta llegar al pavo de acción de gracias con los regalos hechos, siempre que pillen algo de eso que llaman “good value for money”.
Claro que este año les van a pillar con el paso cambiado, que la cosa dice que acción de gracias es el 23, y el viernes negro el 24, pero seguro que se lo montan de maravilla, y quedan como lo que son.
Lo que de verdad me tiene preocupado es lo de los pobres del ex govern del ex president, que no sé si van a encontrar una escudella con su carn d’olla con Priorato y cava no expatriado, que las cosas están muy duras por tierras flamencas. Y además la nata del tortell no la montan como en La Colmena o como en Mauri que Prats Fatjó no sé si sigue abierto después de las pifias que nos hizo en el Liceu. Todo se verá.
Y lo del tió, eso me tiene sin vivir, que nuestros ex no van a encontrar un buen tronco hueco de esos que traen de las campas de Puigcerda, y sin poder pegar los palos al tió, que ellos son pacifistas, no sé lo que les va a cagar, no lo sé.
Siempre les quedará una buena cerveza de las de abadía, que te dejan la cabeza con más resaca que la perfumería de garrafa. Pero no haberos marchado, que vuestros colegas saben que no les faltará el Rondel semiseco en Soto del Real, y si ablandan a los comunes lo mismo les dejan cantar (con subtítulos, claro) en Santa Nit, que todos somos hijos de Dios, y hay que entender los errores ajenos, (lo de la paja en ojo ajeno…..aquí vendría de maravilla).
A quien echo de menos es al bueno del señor Carod Rovira, que siempre me pareció el patriarca de pueblo que iba el domingo a Las Planas a tomar la tortilla de patatas (nunca española) al merendero con los niños y el porrón con vino de Gandesa, que los angelitos toda la semana en el piso, no puede ser bueno.
Y Sanseacabó, que caerá en 21 de diciembre, sin haber seguido aún el canto de los niños de San Ildefonso, que se confundirá con otros cantos, lloros moqueos e hipidos. Pero de eso ya hablaremos otro día.
Con su pan se lo coman

La pasta que viene

Yo de esas cosas de las monedas, aparte de la que uso para mover el carro de la compra entiendo poco, pero parece que en este mundo hay mucha gente que sí le dan importancia, y es que las decisiones que se toman con respecto a ellas acaban afectando a la economía mundial.
Pero resulta que nadie, por mucho que pregunte sabe dónde está el quid de la cuestión, y es que para aceptar que una moneda tiene algún valor hay que creerse un montón de cosas, y uno empieza a estar muy mayor para ciertos juegos.
Los ciudadanos de a pié andamos con las cosas medio claras, ya que eso de almacenar monedas no nos está permitido en demasía, que con que el tendero que nos facilita ropa y comida, el que nos alquila el bajo techo para lo del frío, y el que nos calienta y nos refrigera según necesidad se crea que ese papelito que le damos es suficiente para que no nos muramos de inanición o de frío la cosa está resuelta, más o menos.
Así que uno cuando empieza a escuchar esas cosas de que el papelito vale menos energía equivalente cada día, o menos trozo de pan, empieza a preocuparse, ya que en realidad no tiene ni pajolera idea de lo que está pasando.
Y viene uno que te dice cosas tan ininteligibles como que el papelito tuvo en su momento una equivalencia con el oro, se te hacen los ojos chiribitas, que el oro no se come, y si, con él se puede hacer un cobijo para lo del frío, pero no parece que la cosa vaya por ahí, que en general, para hacer casas con madera o con buena piedra es suficiente.
Y te hablan de que la moneda se referencia, a veces con el precio de la energía, ¡vale!, pero la energía esa petrolera no se come, pero calienta….no sé.
Lo peor es que esas referencias que reconocemos como patrón oro, o petrodólar, andan de capa caída, que se han dado cuenta, los que se dan cuenta de estas cosas, que al final las monedas lo que buscan es un sustrato de confianza en algo, y ¡coño!, piensan los que pueden, ¡que confíen en mi!
Y es que el que consigue, mediante el mecanismo que tú quieras, que con el papelito con la cara de Benjamin Franklin, o las estrellitas europeas, te van a dar el “pane nostrum cotidianum”, pues intentas tener alguno de esos en el bolsillo antes de salir de casa a comprar tu baguette, que el periódico lo agencias de otra manera.
Y hoy nos creemos que algunos de esos papelitos funcionan, y otros no, e intentamos almacenar de los buenos aunque el panadero diga que te acepta bolívares, pesos argentinos o francos de esos de colonias africanas, aunque nos despertemos hoy sabiendo que el papelito vale casi un dos por ciento menos que el año pasado en términos de baguette equivalente.
Y pienso que estamos aceptando que aquello que nos decían “el banco de España pagará al portador en oro la cantidad de….” Y en los sótanos de la Cibeles estaba nuestra oncita esperando que llevásemos a ventanilla nuestro papelito, pero ya no nos vale, o han hecho que no nos valga….cosas.
Que me andan diciendo los que saben de estas cosas, que esto se acaba, que la amenaza es múltiple, que estamos solos. Y la cosa empieza con esa gente pulcra del norte de Europa, que quieren quitarnos el burruñito de billetes, ese que era tan útil cuando ibas a la feria de ganado y te enamorabas de las tetas de aquella vaca tan maja, o cuando querías sobornar a un político, que le pasabas un sobrecito abultado, y aquí paz y después gloria, que dice el castizo.
Pero ese es solo un primer paso, que al final la cosa queda en Santa Visa bendita todo registradito, y lo del político se arregla con unas cuantas sociedades interpuestas, un par de testaferros y un mensaje cifrado a un buen banco de Bermuda, y todo arreglado, o casi, y tú pillado, que todo Internet se entera en qué te gastas los duros, ¡malandrín!.
Pero en ese mensaje se hace referencia lejana a un euro, a un dólar, a un yen….y a poco más, y detrás de ello, te estás creyendo los que te dicen unos señores muy serios que se llaman banqueros centrales, y que determinan cuántas baguettes te pueden dar por unidad de moneda. Bueeenooo.
Al final todo viene del real de a ocho, que también tenía su truco, y más o menos sin que sepamos muy bien como va la cosa, mientras nos den la baguette, la cosa más o menos anda.
Pero ahora nos viene la siguiente fase de esta historia, que se ha venido en llamar criptomoneda, (será por el éxito de las series de vampiros, digo yo), y empieza por esa cosa del bitcoin, que le he preguntado al de la farmacia, que es el más ilustrado del barrio, y me ha dicho que el paracetamol en euros, y que me deje de tonterías.
Así que lo que pasa con la criptomoneda, es que nos estamos creyendo cualquier barbaridad, que cada día te dan más yates por bitcoin, pero no lo acepta el panadero, será porque no tiene cambio.
Cosas de la globalidad, de la tecnología, y de mis amigos transhumanistas, seguro, que siempre andan detrás de estas cosas, y es que me veo cobrando la pensión estatal en criptomoneda vampírica, y uno no sabe como manejar la cosa, porque puestos a meterse en ese fangal, uno tiene que decidir si anda con el tal bitcoin, con el Ethereum, con el Ripple, con el Litecoin, con el Monero, con el NEO….
Estoy tentado de pillar mi calcetín, ese que guardo debajo del colchón a la derecha, que tiene nos cuantos duros de plata y lanzarme a esa globalidad postmoderna y transhumanista que me está llamando, y transformar su contenido de forma ponderada en ese futuro que se anuncia y está aquí, y que me permitirá gastarlo en Alí Babá, en Amazón y hasta poner un anuncio en caralibro para poder influir en el tal mercado, que por cierto empieza como la escena de Toni Leblanc y Manolo Gómez Bur en “Los Tramposos”,:
– Deme sus dineritos, señor, esos que no sabe usted lo que valen que se está creyendo lo que le dice Tito Trump, y mi amigo le da este paquetito lleno de criptomonedas.
-Pues verá usted, quizás me lo piense, o no, que al final me van a dar por todas partes aunque no me descuide.
Con su pan se lo coman

Rudos y nobles

¿Cuántas veces habré oído aquello de que esta o aquella es una tierra de hombres rudos, nobles, valientes, y en ocasiones bravucones?. Muchas, desde luego, que parece que la cosa va por ahí, que si quieres ser aceptado como un pueblo que valga la pena, por lo menos tienes que ser dos de esas cosas, y conste que no añado la calidad de tozudo, porque entonces la cosa se dispara.
Y es que me acuerdo de un amigo, que dejó de serlo, claro, cuando al insistir que los de su tierra eran muy nobles y muy brutos, le contesté que entonces eran magníficos caballos.
Que no parece que quede bien decir que los hombres de mi tierra somos inteligentes, amantes de las artes, sensibles, que nos apasionan las discusiones creativas, que nos desagrada la violencia, en cualquiera de sus formas, incluyendo la verbal y la gestual.
No, no parece que quede bien el que nos atraiga la ironía, que nos sintamos enriquecidos con cualquier punto de vista ajeno, que en momentos de discrepancia sepamos que nunca llevamos toda la razón, y que la solución a un conflicto siempre está en el trabajo conjunto de las partes.
Son cosas que no quedan bien, es más, a la que te descuidas sale uno de esos pueblos de hombres rudos, y no sé qué más y te suelta lo conveniente que hubiera sido para la sociedad el haberte arrojado desde el monte Taigeto al nacer, que aquí lo que se necesitan son hombres y no nenazas como tú.
Y ya empezamos, que a uno le gustan las mujeres en grado apropiado, que a uno le parecería exceso y a otros defecto, y nada tiene que ver una orientación sexual con una forma de ver la vida alejada de los que son nobles, y brutos.
Bruto, desde luego, y noble lo justo, es la imagen que nos da Tito Trump, que cuando lo veo junto a Shinto Abe, me dan escalofríos solo el pensar lo poco que tiene que hacer Tito Trump en algo, frente a don Shinto, diferente a dirimir a puñetazos o a tiros, donde por cierto deberíamos indagar en las habilidades con el arco de Don Shinto, o su dominio de las artes de lucha que pueden utilizar la fuerza del oponente (anotad que no he dicho enemigo) para facilitar tu victoria.
Así, esperar una cierta supremacía de lo sutil frente a lo rudo, quizás ayudase a la Humanidad a superar muchas de las rijas que acarrea de tantos siglos a esta parte.
Pero es que quizás sea más fácil ser rudo, noble, valiente, bravucón, tozudo, que ninguna de esas virtudes requiere demasiado esfuerzo, que es la piedra tal y como te la dan, sin haber sido trabajada, sin haber sido pulida, y la encastras o no en el muro que toque sin más historias, que si algo va mal, y hay que sacudir unas cuantas bofetadas, tu tribu de gente ruda….está ahí para defenderte. ¡Faltaría más!.
Y si hablamos de las cotas de placer que se obtienen en una y otra posición, pues a saber, que esto va por barrios como la famosa disputa de quién goza más en el sexo, si la hembra o el macho, que seguro la recoge Ovidio de tradiciones griegas que a su vez beben de fuentes sumerias, que a su vez…y solo hablamos de seres humanos.
Yo desde luego prefiero no ser demasiado rudo, (soy un patazas en fase de reconversión), intento ser noble, pero no siempre me sale, para unas cosas soy valiente, que viene a ser sinónimo de inconsciente, y otras veces cobarde, y así con todos los atributos, que voy a la ópera o al teatro, y siempre me duermo cinco minutitos al principio, y ustedes disimulen.
Pero no estoy aquí para hablar de mí, aunque el circunloquio me beneficie, sino para constatar que al final estamos todavía en el universo en el que quien triunfa, aparentemente es el miembro de la tribu más rudo, más noble, más….que es capaz únicamente de intentar solucionar los retos que le va poniendo la vida por delante actuando en manada con tal de llevar, que no arrimar el ascua a su sardina.
Y así nos vemos violentados una y otra vez, a tiros si eres un ex marine que se ha cabreado por un no sé qué, y a no preocuparse, que a él le dará la solución otro rudo tejano metiéndole un tiro por el culo, y Tito Trump, que es partidario, ¡oye!.
O el otro que decide que hay que meterle cinco tiros en la cabeza a esa hembra ingrata que no se ha dejado dominar, y si hay que hacerlo delante del chico, pues oye, se hace.
Y nos llega la violencia del rudo, del noble bruto, que necesita como el caballo, bien andar en manada con un líder que le conduzca, o directamente con un amo que canalice todas sus virtudes. Pero solo…..va jodido, que diría mi amigo, ese que ya no lo es.
Y a lo mejor, los seres humanos, que nos sentimos gregarios, que la tribu nos gusta, que nos apiñamos en macro ciudades, no nos hemos dado cuenta del precio que debemos pagar por nuestra pertenencia tribal, en la que soñamos con ser libres y felices.
Terribles palabras, que ni una ni otra se consiguen en la tribu, que allí lo único que se consigue es un ámbito en el que transmitir nuestra carga genética, que ya se sabe, mi libertad acaba donde acaba la del prójimo ¡anda, no fastidies!, que para tener libertad, casi total, lo primero que necesitas es no tener un prójimo cerca, y lo de la felicidad, ya se sabe, el hombre feliz, no tiene ni siquiera una camisa.
La verdad, no sé si me hubiese apetecido lo del monte Taigeto, que buenas broncas me hubiese ahorrado, pero diremos lo de “se hizo lo que se pudo”, que todas estas cosas son como los números reales, como las sucesiones de Cauchy, que en un espacio acotado acaban convergiendo, aunque sea en el infinito.
Y es que quizás fuera buena idea ahora que la tribu será global como dice el Presidente Chino, preguntar al Simeón el estilita, si tiene su columna aún sin alquilar subirse allí y mandar a todos estos gritones que nos rodean al pedo.
Con su pan se lo coman