Credo in unum Deum

La Existencia de Dios

Hace nos meses, un amigo, me hizo la pregunta que debía hacerme, después de años de relación, acerca de si creía o no en Dios.

Me dio la sensación de que se esperaba, a pregunta tan incómoda, una respuesta simple, casi un sí o un no, que no se trataba en medio de la cerveza que nos estábamos tomando en la cafetería de aquí al lado, comenzar un análisis acerca de problema tan discutido, tan lleno de interrogantes, y tan contaminado por montañas ingentes de intereses religiosos y políticos.

De forma que eché mano de lo que aún quedaba de mi inteligencia de niño de barrio obrero, y le solté que estaba muy de acuerdo con el acercamiento tomista de la tal cuestión, que uno andaba con ganas de pasar el examen que el señor que tenía delante, con aspecto de profesor universitario me estaba planteando, y sí, parece que raspado, pero saqué el cinco pelado. Que lo que le solté no impidió que nuestra amistad siguiera.

Ahora, de ahí a renunciar a la comprensión de la idea de Dios hay un paso de gigante, y yo no estoy dispuesto a quedarme sentado en el sillón de casa, amparado en mi fe, sea ella la que sea, y no darle al cacumen constantemente para ver qué puede aportarme nuestra sociedad a la hora de llenar de contenido el concepto de Dios, con elementos que estén fuera de la fe, es decir, con argumentos de los que la ciencia nos puede dar, con argumentos que la razón pueda aportarnos, y así tratar de unir con un buen pegamento ambos dos y reforzar la creencia en ese Ser Superior.

Hasta donde entendí yo la cosa de Santo Tomás, el hombre no andaba desencaminado, que de alguna forma ese era su camino, buscar argumentos difícilmente refutables a la hora de construir sus cinco postulados que nos legó en su Summa Teologica y que no voy a repetir, pero que con los matices que uno quiera, incluyendo los avances de la física y del razonamiento matemático, siguen teniendo su intríngulis.

Leyendo aquí y allá, escuchando a este y aquel, me pongo a pensar en varias cosas, y todas me inquietan.

La primera es que si entendemos la idea de Dios como la de un ser único y Supremo, debemos aceptar que en el caso de que aceptemos la existencia de Universos paralelos, o Multiversos, al menos deberíamos considerar una especie de multitarea divina, realizada además fuera del Multiverso, que para crear algo, hay que hacerlo desde fuera, que si eres parte, alguien te ha creado.

El concepto de crear es tremendamente difícil de entender para mí, si por crear entendemos que de la nada (que por cierto ya es algo, que si no, no sería siquiera mencionable como concepto) pueda obtenerse algo, así que aceptaremos la idea ramplona de “La Nada”, e intentaremos navegar con esa carga.

Pero me dicen los físicos, que esto en donde nos movemos ahora, proviene de un estallido enorme que vino a darse hace más de trece mil quinientos millones de años, lo que conlleva que dos de las cosas que venían en mi libro de segundo de bachillerato se me hunden por la base:

La primera, la idea de lo infinito del Universo, que si todo salió de una partícula llena de energía, el límite está en esa energía.

La segunda, y no menos importante, es que si el origen fue esa partícula de energía, la cosa ya no viene de la nada, a no ser que empecemos a dar vueltas a lo que había antes de la gran explosión, a como se formó esa energía, de dónde procedía, y sobre todo por qué estalló, y Quién la hizo estallar.

Ya lo veis, estoy muy tomista a la hora de buscar un algo creador, que a todas luces siguiendo por ese camino, se necesita para cuadrar la ecuación que antes de antes debió haber un antes, y podemos, usando esa herramienta tan burda que se llama lenguaje llamarlo como queramos.

Dejemos por un momento los multiversos, para que no me líe yo mismo, y vayamos a este Universo en el que estamos, pequeño, finito, y con visos de tener un final, cuando la energía del gran estallido se haya agotado. O no se agota, que en su transformación entrópica volverá a la gran implosión y en unos cuantos años la cosa volverá a estar a punto de estallar y ¡venga! A comenzar de nuevo. No lo sé.

Pero toda esa explosión-implosión, si la cosa va por ahí…¿necesita un ámbito en el que producirse?, quizás no necesite ubicación física alguna, me cuesta entenderlo, pero a lo mejor mis amigos matemáticos se ponen un día y me lo pueden explicar. Y es que a lo mejor el gran estallido se produce en el ámbito de una parte de otro universo, que por cierto, la tal palabra “Universo” se me hace de difícil comprensión, y es que, en mi ignorancia, la circunscribo al supuesto ámbito del gran estallido que andamos cabalgando, pero, me parece que la cosa supera ese ámbito.

Otro de los puntos tomistas es el orden, y sí, parece que existen normas que se cumplen dentro de ese estallido de energía inconmensurable, que el cloro y el sodio reaccionando adecuadamente, dan un producto salado, que se comporta siempre que se den las mismas condiciones, y de la misma forma tantas y tantas acciones dan de forma inequívoca reacciones idénticas, medibles, y reproducibles. Así, parece que hay un orden, y si hay un orden hay alguien que lo diseña, dice Tomas de Aquino, pero, ¿y nuestra ciencia?, ¿ha llegado al punto de definir al diseñador del orden, o está en ello?.

Matemáticos que han navegado esas aguas, te dicen que hay demasiadas incertidumbres para aseverar que realmente se necesita un diseñador, pero de la misma forma te comentan, y publican, que hay demasiadas incertidumbres para afirmar lo contrario, así que dejamos la cosa a lo que cada uno de nosotros pueda creer.

Y con ello parece que volvemos al tema de la fe, que hay una falta de conocimiento científico que pueda explicar el asunto, y es que en la historia del conocimiento del Universo, hemos ido ampliando el entorno a medida que nuestro conocimiento científico iba avanzando. Que de considerar Universo al bosque donde estaba nuestra tribu primigenia, fuimos ampliando y lo que parece que se creo fue la Tierra, luego hubo planetas, galaxias….partícula primigenia, más universos, y seguiremos así hasta que  algún día quizás lleguemos a la comprensión de qué diantres es todo este entorno en el que nos movemos.

Cuando los mitos y las tradiciones nos dirigen hacia ese Padre con barbas que navega por el techo de la Capilla Sixtina, o a los dioses funcionales que nos llegan de tantas y tantas culturas, de alguna forma nos transmiten a través de ese símbolo la idea que desde estas líneas estoy intentando racionalizar, de forma desde luego muy poco efectiva, que en ninguna nos habla de quién crea al Dios primigenio, que esa es la verdadera X de la cuestión, y los conceptos de infinito, de eterno, quedan siempre circunscritos a un casi infinito y un casi eterno, cuando nos referimos a la Creación Primera, que está fuera de nuestra capacidad el comprenderlo, o al menos de la mía, y ojalá recibiese esa luz que me hiciese pasar de agnóstico a gnóstico.

Sin embargo, el pensar que sin “nada”, sin esa fuerza primigenia, o esa voluntad, o esa energía nuestro entorno haya devenido en lo que en el momento actual, en este instante estoy percibiendo, ( a saber qué perciben otros de mi especie), es para mí de difícil comprensión. Es por tanto una indeterminación lo que está en el origen, y a partir de ahí, unas leyes que vamos descubriendo poco a poco, y que posiblemente acaben llevándonos a un conocimiento de lo que hay.

Y por tanto tengo que acabar con el recurso de la fe, o de la hipótesis más plausible de que Algo hay, que no sé qué es, y que desde luego está lejos de las interpretaciones que los diversos credos religiosos dan a sus fieles a través de las imágenes estereotipadas, pero necesarias para que esa idea de Dios se pueda convertir en un elemento útil para la vida de los Seres Humanos.

Ahí queda eso

Uni doli treli catoli

Esto de las metas, los records, libro Guiness incluído nunca me ha hecho demasiada gracia, que soy poco competitivo, y con los años mucho menos, y mi grupo está con los de Fray Luis de León, que la vajilla de fino oro labrada sea de quien la mar no teme airada.

Hombre, que diría mi amigo el gallego, como temer a la mar airada, tampoco se la teme mucho, con no acercarse ese día ya vale, que para nadar un poco, te acercas a cualquier calita, de esas tan chulas que tenemos por mi tierra en un día de esos tranquilos, y hasta te lo pasas bien.

Es decir, las cosas en su justo medio, sin exageraciones, que empiezas como esa Anna, ginebrina ahora, y cuando te quieres volver persona, no te reconoce ni el portero de tu finca urbana.

Y a mitad de los mil ando, que esta entradilla en la bitácora es la que me indica el programa de ordenador es la número quinientos en casi tres años. Me lo dicen, y no me lo creo.

Como no había demasiados objetivos previos, de esos medibles, que diría un nuevo ejecutivo de multinacional, todo lo que ha pasado por estas páginas, ha sido subjetivamente válido, que no ha estado nada sometido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, o al control de competidores, vamos a nada de nada, ha estado sometido a lo que me ha dado la real gana, y ni siquiera al juicio de quien me haya leído, que la lectura es voluntaria y gratuita.

Lo que si agradezco sobremanera es la cantidad de comentarios que he recibido de alguno de vosotros, aunque en mayor medida de la que me apetecía, han tenido que compartir espacio con correos no deseados empeñados en venderme cualquier porquería disponible, desde la tal Viagra, a suscripciones a páginas porno, pasando por asesores de estilo, asesores financieros, asesores sentimentales. Lo que quieras.

Y es que estas cosas del mundo virtual tienen su Yang, que casi siempre, o siempre al final de la sucesión matemática, equilibran al Ying. No hay forma humana de utilizar estas herramientas que la tecnología nos ofrece, sin pagar un precio, demasiado alto, me temo, en términos de pérdida de libertad, y de cesión de espacio vital, al menos en cuanto a lo que se refiere al área de la privacidad intelectual.

Cosas de los tiempos, que lo que con una mano nos dan, con la otra nos roban la cartera.

Pero dejando a un lado los aspectos más incómodos de estas quinientas entradas en mi bitácora, puedo decir que hasta hoy me lo he pasado bastante bien, ya que he cumplido el escribir sobre lo que me da la gana, cuando me ha dado la gana, y con los errores que surgen de la espontaneidad, que muchas veces ni siquiera he utilizado el corrector ortográfico en la confianza de que como me hicieron leer de niño a Juan Ramón Jiménez, si se cuela una jota donde debería caminar una ge, el texto se leerá, y todos tan felices, o no.

Sé que a algunos de mis amigos aún les debo la vaga promesa de liarme a escribir un libro, de esos que van acompañando al árbol que debería haber plantado y a los hijos de tu mujer, que parece son las tres cosas importantes de esta vida, y quiero decirles que este curso tampoco va a tocar lo del libro.

Y es que cada vez que me pongo a desarrollar na idea original resulta que no lo es, que siempre hay alguien que me ha tomado la delantera, y uno no tiene la técnica literaria suficiente para el sorpasso al tema del que se trate. Que si crímenes en un tren…puaff, la Christie lo deja cerrado, o los de extraños en un tren del gran Hitchcok, insuperable, que ves que hay inconscientes que te escriben bodrios como la chica del tren, y claro te desanimas.

Por no entrar en la ciencia ficción, en el terror, en lo fantástico, que desde el microorganismo asesino, hasta los espacios cerrados de Stephen King, o los abiertos de Asimov, la cancha que te dejan es muy escasa, es nula.

Si vas por lo sobrenatural, Juan Rulfo y su Pedro Páramo lo hace imposible, si por las fiestas españolas tito Ernst te cierra el camino. Y el Camino, ¡Ay! el Camino.

Si te vas a lo esotérico, a la esencia de la semiótica, te das de cabeza con Eco, si vas a Egipto chocas con Jacq, si a Sudamérica entre Gabo, Asturias, Borges, Paz, y tantos otros te demuestran que tema tras tema, personaje tras personaje, sensibilidad tras sensibilidad, ya han tenido el filtro magistral. Hasta los norteamericanos me han cerrado puertas, en los mundos infantiles de Twain, la novela negra desde Poe a Hammet o Elroy, las aventuras de la mano de London…

Hasta cuando me pongo a ver qué es lo que pasa por mi pueblo, choco desde Somoza al Candel, desde Marsé a Vila y Fabra, desde Pla a Capmany.

Así que no hay peligro, que prefiero soltar desde esta bitácora, pequeña, ramplona, mal escrita, las paridas que se me caigan a las yemas de los dedos, que daño, por el momento no se lo he hecho a nadie, y si ha sido así y no me he enterado, que usted disimule.

Como por el momento sigo vivo, no cejaré en el aquel de seguir por esta senda del bitacoreo, que al final no es más que un pasatiempo, y una forma de dar a conocer desde el mismo centro de mi soberbia, la forma en que reacciono a los estímulos que me lanza el entorno, el ecosistema en el que me muevo, y espero que dentro de tres años pueda decir que he llegado a los mil o a los quinientos uno, que son cosas que nunca se saben, y además las carga el diablo.

Aprovechando que no quedan madrileños en Madrid, me voy a dar un paseo por provincias, que según veo, andan todas, autonomía tras autonomía paseando por la Gran Vía, y siempre me ha gustado el olorcillo a tufarro, sobre todo cuando no me paro a deleitarme, que el horno no está para bollo,.

Nos vemos

Le Petit Nicolas

Parece que al marido de Carla Bruni me lo están empapelando, y es que hay un juez que le tiene manía.

El pobre hombre, que siempre ha salido de casa vestidito con su uniforme de masón, traje negro, corbata negra, camisa blanca, y tacones de drag queen, tiene que soportar que le pongan a su disposición una suite en dependencias policiales durante un par de días hasta que el juez, el señor juez, mire a ver qué es lo que tiene contra él. Terrible.

Y es que este pequeño Nicolás, (si habrá algo en el nombre y en el tamaño, que por aquí tenemos otro pequeño Nicolás en las mismas, aunque de forma más cutre), dicen que en su afán de servir al pueblo, a la ciudadanía, evitando que caiga el poder en manos de los enemigos del pueblo, anduvo buscando apoyos en aquella Libia del coronel que visitaba Paris con su jaima, y que le vendía a Total sus productos energéticos.

Qué error democrático mi querido y pequeño Nicolás. Aunque no creo que la cosa haya sido así, que tus manos, estoy seguro nunca se han manchado con dinero de sangre, y mucho menos tu partido, que solo lo componen personas de la más alta dignidad y con ese espíritu de sacrificio que honra a todos aquellos que se dedican, de forma altruista como tú, a dejarse la vida por el bien del pueblo, o de la ciudadanía, que ahora no vamos a discutir por el concepto. Que el dinero de Gadaffi era y será siempre limpio, (y sobre todo de curso legal).

Que ya sé lo mal que al final salió la cosa de Libia, que fue una pena, y es que esas cosas de las primaveras en tierras desérticas se entienden fatal, que sí, que lo fue, que la pérdida de aquel gran hombre que viajaba con su jaima a cuestas ha dejado la zona hecha unos zorros, y no hay forma ahora de obtener ayudas para que la democracia en tierras galas siga su triunfante camino.

Creo que en el fondo no es más que la envidia, que todo lo corroe, quien está llevando este asunto por unos derroteros que no van a favorecer a nadie, que las elecciones que dicen que ganaste con ese dinerín ya están más que digeridas, y en las del dos mil doce, no sirvió la cosa para mucho.

Los jueces, mi querido Petit Nocolás, parece que han sido cortados por el mismo patrón en todas partes de este nuestro mundo cainita y calvinista, que no entienden nada, que no parecen capaces de apreciar tanto y tanto sacrificio que día a día, vosotros, los grandes líderes mundiales, hacéis a cada momento por todos y cada uno de nosotros.

Y fíjate, no eres el único, mira lo que le están haciendo al pobre Tito Trump, que si ha pillado perras de no sé donde, que si los de Cambridge no sé qué, le han pasado millones y millones de direcciones para que tuviera la oportunidad de informarles y conseguir su voto, que si los rusos le han ayudado, envidia, pura envidia, que lo único que pretende es UNA América, GRANDE, y LIBRE. Me suena el mensaje y no sé de qué.

O aquí en esta pobre y miserable España, que a todos esos catalanes que también desean UNA Cataluña, GRANDE, y LIBRE, les andan buscando como se han gastado las perras de todos en la obtención de tan elevados propósitos.

Es una vergüenza, que en los países de verdad, en aquellos en los que los jueces no van por libre, sino que saben perfectamente donde está el bien del ciudadano, nadie le dice a quien gana las elecciones con el ochenta por ciento de los votos, que si ha buscado dinero por ahí para su campaña, que si hay que gasear a uno, se le gasea, que el bien común prima sobre el individual, o cuando los representantes del pueblo, por aclamación consiguen que el dirigente de la segunda potencia del mundo, sea su líder vitalicio.

De ellos tendríamos que aprender, y las cosas nos irían mucho mejor, que no nos enteramos, y perdemos el tiempo, el esfuerzo, y las oportunidades de hacer sólidos a nuestros líderes, aquellos que sabemos que nos van a llevar a la GRANDEUR, mirando de donde han sacado el dinero para que su mensaje llegase con total nitidez a sus conciudadanos.

Aquí, en el sur desalentado, también lo hacemos, que nuestros jueces, ya sabes, se dedican a perseguir a gentes que de la gestión de la cosa pública han hecho su cruzada, su religión, que mira como tenemos a la Espe, al Marianico, a Griñán, a tantos y tantos, que en un esfuerzo de creatividad positiva han conseguido que unas ideas tan provechosas para la mayoría se alcen como las directrices que nos siguen haciendo grandes.

Me dicen, mi querido y admirado Petit Nicolás, que de presidente te dedicaste a asegurar que gentes de bien siguiesen en sus puestos presidenciales en esos países en los que la influencia gala era notable. Es más, me dicen que aseguraste un cambio digno para las monedas que operan en el África ecuatorial occidental, que su CFA bien protegido sirva para el bienestar de los pobres salvajes de la región.

Que me cuentan que en aras de mantener a sus líderes, esos que garantizaban los contratos de materias primas que tan bien les venían a ellos, y a la dulce Francia, llegaste a enviar tropas de apoyo a esos grandes hombres, que en el afán de proteger a su pueblo, de hacerlo prosperar, todo lo que desean es el apoyo vitalicio a su posición presidencial, que al final no son más que verdaderos padres para su pueblo.

Qué injusticia, querido Nicolás, que la envidia de unos cuantos jueces de la horca (¡uy, perdón!, de la guillotina)pueda provocar que dejes tu retiro dorado disfrutando del arte de tu dama, no tiene perdón, como no lo tiene el que mi Puchi no pueda disfrutar de la cálida compañía ginebrina de Anna, si hombre la murciana indepe. Si es que te entiendo, con tanta injusticia debes esta confuso.

Sabes que, como otros que como tú están sufriendo de esas persecuciones, por haberse saltado la ley, hecha para impedir el progreso de los ciudadanos, tienes, tenéis mi apoyo, que mi fe en vuestros mensajes, en vuestra visión mesiánica del mundo es tan fuerte como la que profeso al abate Saunière, aquel que se hizo rico vendiendo misas en Rennes le Chateaux, y puso a Asmodeo a sujetar la pila bautismal, todo para demostrar que la dinastía merovingia llevaba la sangre de Cristo.

Con su pan se lo coman

 

 

De clics y me gusta.

Hoy, mientras me iba con paciencia, arrancando una a una las legañas, escuchaba en la radio esas cosas que pasan, o que nos dicen que pasan, y alguien mencionó el tema de los biga data, ¡de nuevo!, y lo que al parecer, y gracias a nuestra, iba a decir estupidez, y no, es gracias a nuestra forma de ser, que hemos dado tantos datos nuestros y de nuestros contactos, sin quererlo, desde luego, que las posibilidades de ser dirigidos hasta en la forma en que nos limpiamos el culo, están alcanzando niveles estratosféricos.

En el momento, parece, en que nos hacemos miembros de tan prestigiosas comunidades, como las de Twitter, como las de Facebook, quizás si compramos pañales por Amazon o por Alibabá (por lo menos este en su nombre deja claras sus inteciones), los me gusta, las páginas que visitamos nosotros, o nuestros amigos, pasan a ser un activo de venta publicitaria de gran valor, ya que los tales poseedores de esa información venden nuestros perfiles a quien necesite cosas como:

“Varón entre cuarenta y cincenta años, de posición económica desahogada, de ideas conservadoras, al quien le gusta el jazz, la ópera, y los Rolling Stones, que se va de viaje tantas veces al año, que se gasta tanto y cuanto dinero en sus tarjetas de crédito, que tiene un teléfono móvil que ha de morir por eso de la obsolescencia programada dentro de unos seis meses”.

“Que le gustan las series de ciencia ficción, los libros antiguos, que visita regularmente los oficios de la Iglesia Ortodoxa del barrio tal, que se mueve usando tal coche de tantos años de antigüedad, que se gasta en transporte público tanto y cuanto, que sus amigos son de esta o aquella tendencia, que va a hoteles de esa o aquella categoría…y”.

Cuánto más saben de nosotros, de cada uno de nosotros, que incluso cuando enciendo esa puñetera televisión inteligente, me sale el listado de lo que según el análisis correspondiente que ha hecho el algoritmo, debería ver, que es la selección personalizada que me han preparado, así que hay que merendarse la última de ciencia ficción, sin posibilidad alguna de revisitar “Lo que el viento se llevó”, que en tu lista personalizada, que con tanto cariño hemos preparado para ti, ni aparece, ni falta que hace.

Los anuncios que aparecen de forma subrepticia cuando estoy leyendo el correo de amor que me manda Chuchita, me recuerdan el tiempo que hace que no visito tal o cual ciudad, que el nuevo montaje de Aida está en el Real, y que no debo perdérmelo, que hay unos nuevos auriculares de la marca Pepe, que están diseñados para mí…(a veces me dan ganas de visitar páginas de audífonos, para que no me recuerden lo de los auriculares), que el nuevo Iphone estará disponible el día que mi viejo Sony empiece la agonía que habrá de llevarle a la tumba.

Mis datos médicos, seguramente estarán en manos de alguien, pero como estoy, por el momento, bastante sano, no me aparecen anuncios de paracetamol, ni siquiera de Viagra, que ya uno se lo toma hasta como un piropo. Pero estoy seguro que conocen mi forma de acercarme a la política, y cuando lleguen las elecciones, bien se preocupará alguien de que vea aquella peli del “Vota a Gundisalvo”, o “El disputado voto del señor Cayo”. Que los rusos ya saben qué tienen que hacer para que vote su conveniencia, y a mí no me toca más que hacerlo, y ya está.

Lo malo de todo esto, es que uno que de natural es curioso, no va a tener a su disposición alternativas fuera de las relacionadas con los “me gusta”, que de forma casi inconsciente uno pulsa sin ser consciente de las consecuencias, incluso, ahora que ya no ando por esas redes. Pero es lo mismo, me compro un pito en Amazon y me mandan anuncios de disfraz de árbitro de segunda división, cuando estoy leyendo desde el ABC al Público, que en eso de leer uno es muy plural.

Porque estos amables clicks, demuestran deseos, tendencias, sueños, olvidos, alegrías tristezas, y sobre todo son una información de un valor incalculable para quien me recuerda que Le Meurice, sigue estando en la calle Rivoli de forma machacona, aunque el médico me haya prohibido cenar en Ducasse, por aquello de los colesteroles. Y no son ya solo míos, que al compartirlos como si fuera una encíclica papal, “urbi et orbe”, lo mismo traen asociada la consecuencia de que solo sabré que están a la venta los vinos de Borgoña, que como no me intereso por otras denominaciones, para qué perder el tiempo con publicidad que no me interesa, piensa el algoritmo, digo yo.

Y en este mundo sutil y grosero de los clicks y los me gusta, vienen y me dicen los que saben de esto, que los humanos tomamos sin pensar, es decir, de forma automática, o por influencia del último vocero, el ochenta por ciento de nuestras decisiones, así, que no hay más que ir descubriendo los instintos de todos y cada uno de nosotros, guisarlos convenientemente en la marmita de los “big data” y a vender tejanos, Ugly sneakers, y paellas del Paellador, de esas que te manda Amazon o Deliveroo, que uno se hace bola con estas cosas.

La cosa es terrible, porque me veo votando a quien no quiero por error si en el último anuncio colado por debajo del sobaco, me lanzan el día de echar a Rajoy las bondades del PP valenciano, y acabo votando a Zaplana, aunque vaya el número tropecientos de la lista, y a saber en qué queda la cosa.

Estoy preocupado, porque a lo mejor las informaciones que recibo, no son realmente lo que está pasando, que cuando leía el Caso y el Marca, más o menos me hacía a la idea de que Kubala jugaba muy bien al futbol, y que el Lute era, por aquel entonces un pájaro de cuidado.

Y ahora a lo mejor me mandan las noticias feas de Trump, porque saben que no me cae bien, y necesitan mis clicks, o me cuentan esto o aquello de los indepes, porque así mantengo el espíritu despierto, y me tienen satisfecho con la versión que me mandan. Que a lo mejor hasta las noticias van personalizadas, y yo me gusta tras me gusta, como un carnero bien disciplinado, que por mi culpa no se me cabreen ni los algoritmos, ni sus señoritos.

Espero por mi bien, no cabrear al algoritmo, que en 2001, Una Odisea del espacio, ya nos enseñaron que los cabreos de los Inteligentes artificiales tienen muy mal arreglo.

Con su pan se lo coman

Han matado a un hombre, han roto un paisaje

Es el título de una obra de alguien que antes se llamaba Francisco Candel, y hoy por esas cosas de las independencias, y quizás por el agobio de no ser de la “seba”, se hace llamar Françesc Candel. Es lo mismo, sus libros, que leía yo de adolescente nos hablan de la Barcelona más descarnada, la de aquel barrio, “Can Tunis”, que reconocíamos en los sesenta como Casa Antúnez, al otro lado de la montaña de Montjuich, debajo del cementerio.
La obra que más me impactó, fue una que tituló “Donde la ciudad cambia su nombre”, realmente espeluznante, y es que entre las dos, me dá que desde aquellas épocas poco ha evolucionado esta maldita sociedad en la que vivimos.
Más de una vez, desde esta bitácora, he hablado de lo que significa el humano deseo de abandonar físicamente la tierra que le vio nacer para encontrar mejores formas de vida, y también he hablado de como se les llama a estas personas, que no a todas se les aplica el mismo adjetivo.
Si alguien del primer mundo, ese que circula entre los paralelos treinta y ochenta, con las excepciones de Siberia y Australia, cambia de país para mejorar su estatus económico, decimos que es alguien “expatriado”, y la sociedad de la que procede le reconoce el sacrificio de retirarse de sus raíces, y le compensa de formas, en general, extremadamente generosas.
Sea, que parece hasta justo, si hay sacrificio personal por un tema económico, el sistema, te recompensa. También es cierto que los beneficios de tu migración que espera el sistema son enormes, y si te llevas parte de los beneficios, ciertamente, parece justo.
Estas corrientes migratorias de los que llamamos expatriados, generalmente viajan de norte a sur, (con las excepciones mencionadas), y hay pocas estadísticas en cuanto a su número, ya que tienen, debido a sus condiciones económicas, la posibilidad de viajar a casa cuando les da la gana, o cuando su ocupación laboral se lo permite. No hay restricciones.
Pero si la cosa es al revés, ¡ay si la cosa es al revés!, entonces eres un migrante, y la cosa cambia radicalmente, que eso de viajar desde el sur al impoluto norte, está muy mal visto, por los del norte, claro, y va para largo, que en mi ya cumplida vida, lo vengo viendo desde que tengo memoria.
Que lo de Casa Antúnez, ya era una migración de sur a norte, que aquel barrio de chabolas, como otros que rodeaban Barcelona, “La Torrasa”, “El Besós y La Mina”, “El Carmelo”, se nutrían de migrantes a los que la posguerra, el hambre en los campos andaluces, murcianos, extremeños, habían forzado a su población, a parte de ella, a intentar mejorar su vida migrando.
Y el norte los recibía, en la Estación de Francia, a la llegada del “Sevillano”, aquel maldito tren que vomitaba esperanzas dentro de maletas de madera atadas con cuerdas, que el textil necesitaba mano de obra, que había que construir el nuevo Pedralbes de los que habían ganado la guerra, que había que recoger las basuras de los del norte, que había que limpiar las calles.
Anoche me acosté con el mal sabor de boca que me dejó la muerte de un hombre, ese al que todos mataron y él solito se murió, ese que había osado comerse la materia remota de la Santísima Trinidad, que nos contaba el Padre Coloma, que era el eslabón fácil de la cadena de intereses y de mierda que nuestra sociedad crea casi por definición.
Un migrante senegalés de treinta y pocos años, dicen las noticias, falleció en la calle aparentemente de una insuficiencia cardio-respiratoria. Y este hombre, hacía lo que los expatriados hacen, pero en la dirección equivocada, desarrollar su profesión, de la que él no era más que un eslabón, en la que tenía experiencia, que la llevaba practicando más de catorce años, y que realmente a quién beneficiaba, no era solo a él, que había al menos dos entidades que realmente obtenían el beneficio de su actividad, que nuestra sociedad ha determinado que es ilegal.
El primero las organizaciones que le vendían los productos que después él intentaba transformar en su comida diaria, en su techo de todas las noches, y en alguna remesa que otra de pequeños puñados de euros para atender algunas necesidades de su familia africana.
El segundo beneficiado, desde luego, la sociedad en la que vivía, que puede ser le envió a la policía, o quizás a él no, pero sí a cientos como él, aquí en Madrid, allí en Barcelona, en Valencia, en donde quieras, que miembro a miembro se acercaban a su “manta”, para llevarse los productos que ofrecía, que ofrecen tantos y tantos eslabones de esta cadena, y así poder enseñar el bolso de marca, la camiseta del futbolista de moda. Y es que el precio en las tiendas oficiales no hay quien lo pague.
Me dicen que este comercio es ilegal, pero lleva más de treinta años funcionando, y nuestra estructura democrática no ha sido capaz de desmantelarlo, ni en los almacenes de los polígonos industriales, ni en las aduanas por donde entra el material, ni siquiera multando a los ciudadanos que compren esos productos. Todo difícil, muy difícil de entender, y muy fácil de reprimir, y no se hace en su raíz, que es más cómodo que muera un hombre, aunque se rompa un paisaje. Al final paga el débil, el que dejó las playas de Dakkar, sin ser corredor de coches y blanco, claro.
Estoy cada vez más avergonzado de la sociedad en la que vivo, y ayer cuando leí lo que decían los medios de comunicación que pasó en Lavapiés (la verdad la ignoro), se me vino encima todo el drama de la inmigración, que hoy es de gentes de fuera de la Península, pero que hace una décadas hablaban mi idioma, y había nacido a pocos cientos de kilómetros de Barcelona, de Madrid, de Bilbao…
Me avergüenzo de las autoridades a las que he votado, de la justicia que no sabe resolver el problema, de mis compatriotas que escriben en los comentarios vomitivos de los periódicos que dan su versión de la noticia quejándose de los migrantes, de los manteros, mientras con la otra mano ves como compran el bolsito Louis Vouitton y la camiseta de CR7, regateando al último eslabón, al más débil.
Y habrá tiempo para explicar un día lo que significa no ser blanco, caucásico, en esta sociedad de mierda. Que me gustaría saber, cuando fue la última vez que a uno de nosotros, blancos europeos, con ínfulas de canadiense, le paró la policía en la calle, sin más para un control de documentos.
Yo creo que a mí nunca me han parado.
Me cago en tó.

Doctor Professor Sir Stephen Hawking

Me dice la Wilkipedia que Stephen Hawking nos ha dejado, y cómo no, en su nota nos adjunta una extensa biografía con el listado de los premios y honores recibidos durante su vida académica, en el que no falta nada a excepción de un premio Nobel, como Dios manda, lo que dice muy poco de la institución sueca, y de las academias que deciden a quién otorgárselo. Pero eso es algo con lo que deben lidiar en esas tierras del Norte, que a mí se me da una higa esa institución fatua y anquilosada como pocas al socaire de la imagen que me han transmitido .

Como no soy Wilkipedia, ni siquiera la British Enciclopedia, no voy a entrar en los temas biográficos, ni siquiera en los científicos, que siendo honesto, me cuesta entender entre mucho y muchísimo, a pesar de los esfuerzos de divulgación realizados por el Dr. Hawking, (por cierto, y perdiendo una K, su apellido significa Rey Halcón, lo que cuadra perfectamente con su visión del Cosmos).

Dejando a un lado su discapacidad física, siempre he admirado de esta persona su capacidad intelectual y su sentido del humor, por otra parte imprescindible a la hora de tratar los temas en los que era especialista con el cúmulo de ignorantes que a buen seguro se acercaron al profesor, en busca de un titular epatante que hiciese vender muchos periódicos, o produjese muchos clicks, que todo es dinero.

A ese respecto, la cantidad de titulares catastrofistas que se le han atribuido es enorme: que dentro de cien años este mundo se habrá ido al garete con la Humanidad en primera fila, que si para sobrevivir la especie necesitamos escapar a otros mundos, que en cualquier momento un cataclismo, que hay vida en el universo, (nada nuevo), pero que el encontrar una forma de vida inteligente es muy difícil, ya que ese tipo de vida tiende a la autodestrucción, que si existiese ya se habría puesto en contacto con nosotros, y así, “ad nauseam”, que la venta de titulares es muy voraz.

Honestamente, todo esto más parece parte de un espectáculo mediático más que el fruto de la reflexión de una mente privilegiada como la suya, y desgraciadamente, el conocer realmente lo que su aportación a la ciencia ha significado, me temo está fuera de mi alcance, que eso de la divulgación científica, acaba, salvo excepciones magníficas, en series de televisión para la 2, a la hora de la siesta.

Quiero decir, que el mensaje de este Rey Halcón de nuestro Universo, no ha sido realmente comprendido por la humanidad, de la misma forma que al definir sus creencias religiosas, la Wilkipedia lo alivie con un “ateo”, sin matizar si lo que quiere decir es que no está adscrito a ninguna religión, o que ninguno de los dioses que se nos ofrecen es el suyo, o lo que es peor, confunden el no saber cómo diantres funciona esto de las deidades (agnosticismo, es decir falta de conocimiento), con el hecho de ser ateo.

Que para un científico, la falta de una demostración concluyente, deja a las cosas, las que sean, en pura hipótesis.

Quiero, desde estas humildes páginas, agradecer a Sir Stephen su trabajo, y hasta donde llega mi conocimiento de su figura, a su coraje frente al problema físico que le atenazó durante cincuenta años.

De los titulares descontextualizados que han llegado hasta mí, quiero destacar y comentar algunos, como el que las sociedades inteligentes tienden a la autodestrucción.

Y es que me recuerda a lo que dice no sé quién, que el problema de la inteligencia es que su cantidad permanece constante, por mucho que aumente la población.

No sé a quién ni cuando diría la tal cosa Sir Stephen, pero me temo que me resulta cómodo comulgar con la tal afirmación, siempre desde el punto de vista antropocéntrico desde el que los humanos inteligentes nos movemos con tanta fluidez, (aparente). Y es que la sensación de que la inteligencia produce, como el sueño de la razón, monstruos, es algo que se nos ofrece día a día en cualquier entorno en el que nos movamos.

O quizás sea que uno confunde la inteligencia con la picaresca, y ese ya es otro cantar, que como siempre, a la hora de matizar las ideas con palabras acabamos cayendo en la imprecisión. Si ese es el caso, posiblemente lleve razón “il fu”, que la inteligencia supuesta de nuestra especie, en términos generales no ha sido utilizada más que para crear desigualdades entre los miembros de este club que llamamos Humanidad, y de paso hacer que la vida, en el planeta que nos sustenta, sea cada vez más difícil para nosotros y para aquellas especies más próximas a nosotros.

Ignoro si en la cosmovisión del Profesor Hawking, el hecho de que haya microorganismos únicamente en este o aquel corpúsculo del Cosmos, significa que hubo antes una llamemos especie inteligente. No lo sé, y tampoco sé muy bien, por mucho que use la palabra el significado de inteligencia, ya que cada vez que me acerco al concepto, más procesos químicos desconocidos para mí, se me cruzan en el camino.

Cuando me hablan de seres inteligentes, desgraciadamente entiendo poco el concepto, ya que sin un fin determinado que conseguir soy incapaz de valorar las posibilidades de redireccionar que pueda tener un organismo, por muy complejo que se nos presente.

Así, que soy capaz de pensar en la inteligencia bacteriana, de la misma forma que en la inteligencia de un mamífero superior, y claro, en el concepto antropocéntrico del ser humano. Pero del habitante de las galaxias me cuesta encuadrar sus características en una representación que pueda ser inteligible.

Intentaré revisar, a ver hasta donde llego, algunos de los trabajos más sencillos y asequibles del Profesor Hawking, para intentar comprender su mensaje, su concepto del tiempo, su concepto del Cosmos, de las colonizaciones de otros mundos, a pesar del manido dicho que reza más o menos: “hay muchos mundos pero todos están en este”, y como buen sabio que ha sido, intentar aprender dentro de la extensión de su obra algo que me acerque un poco más al conocimiento.

Que descanse en paz

Multi-resistentes

En un congreso de enfermedades infecciosas en Buenos Aires, destaca un artículo en el País, una vez más se han alzado voces, de esas que no salen en primera página de los telediarios, ni en la prensa que prefieren estigmatizar a la inmigrante, mujer y negra, por el crimen de Almería, que si hubiese sido caucásico, hombre, y del pueblo de al lado, no hubiese sido lo mismo, contra la actual situación de la guerra que estamos perdiendo contra los agentes infecciosos bacterianos.

Y es que esa historia de los antibióticos nos va a devolver, como esto siga así a cuando Margarita Gautier se nos moría de tisis en los brazos de su Alfredo. Quizás haya que recuperar aquellos sanatorios de montaña (mágica), en los que se dejaba la curación del M.tuberculosis al calor del sol y a las sopitas grasas con jerez.

Dice el ponente, y dice bien, que las infecciones bacterianas, de seguir las cosas de esta guisa van a ser un azote de la humanidad superior al que hoy significa el global del cáncer. Ya veremos, pero estoy muy cerca de las tesis de este profesor.

Mantiene que el lugar más peligroso para infectarse de un microorganismo multiresistente (que resiste la acción de varios antibióticos), es el propio hospital, donde en primer lugar hay gente que los trae de casa para que les curen, en segundo lugar y dado que es fácil que haya mucho enfermo inmunodeprimido, los tratamientos para conseguir que el paciente salga adelante pasa por el suministro de varios antibióticos en dosis normalmente elevadas.

Desgraciadamente aunque se cure a un montón de nosotros con estas técnicas, siempre queda algún bicho de estos que no se muere, y está dispuesto a contagiar al siguiente cristiano que pase cerca, con el agravante de que lo más probable es que el bicho se haya aprendido la lección, y los cocteles de antibióticos que puedan curar al nuevo infectado, ya no sean útiles.

Propugna el ponente un primer estadio barrera en los centros hospitalarios, para reducir al máximo las infecciones nosocomiales (las que se adquieren en el ámbito sanitario), que pasan por una higiene exquisita del hospital, con lavados de manos constantes, con limpiezas exhaustivas de suelos, conductos de ventilación, ropa, y….por favor un wáter por paciente.

Es decir, en prevención, que de siempre ha sido el caballo de batalla en el mundo sanitario, muy mal entendido por los elementos económicos del sistema que ignoro si consideran el ahorro que significa la inversión de recursos a la hora de evitar que las enfermedades lleguen a los ciudadanos.

Que siempre he mantenido que los hospitales no son sino el resultado del fallo de la prevención, desde el herido de un accidente, que siempre se pueden evitar (con inversión económica) hasta el que llega con un tumor por haber fumado mucho, o porque no se le hizo un chequeo a tiempo.

Las políticas de antibioterapia, que aparentemente impiden a un ciudadano como yo adquirir un antimicrobiano en la farmacia, claramente no funcionan, que los tienes disponibles en buen número de boticas, y si estas fallan, no hay problema, te los envía a casa el señor internet previo análisis de tu Santa Visa bendita.

Y siendo esa otra de las causas de que se vayan creando esas cepas microbianas multiresistentes, hay que considerar también si algunos criterios de galenos a la hora de prescribir son realmente adecuados, que si te descuidas te los sueltan para una gripe, o para una infección vírica, que está por llegar el momento de que para tratar una infección, aunque sea, leve el facultativo en escasísimas ocasiones pide un antibiograma, (técnica por la que se enfrenta a una bacteria a varios antibióticos y ver así cuales son efectivos contra ella), y prescribe de forma empírica.

El resultado, a falta de esa información, contribuye desgraciadamente a crear innecesariamente resistencias. Por cierto un antibiograma tradicional cuesta alrededor de tres euros y el resultado puede tenerse en 24 horas, y si se utilizan sistemas automáticos, puede ser cosa de muy pocas horas a uno cinco o seis euros la prueba.

Claro que hay que tener laboratorios especializados, e inversiones adecuadas en equipamiento, y por otra parte seguramente reduciría el consumo de antimicrobianos en importantes cantidades de dinero que a buen seguro afectarían los balances de las compañías farmacéuticas. Pero eso es otro cantar.

Por último, no quiero dejar de considerar que la carencia de barreras higiénicas en la ganadería, fuerza a los productores de carne a, literalmente, atiborrar a los animales, especialmente aquellos que viven hacinados en corrales, establos, pocilgas, con antibióticos para intentar que no se les mueran de cualquier barbaridad, que además, y dadas las condiciones de estabulación, se garantiza un contagio rápido y masivo a la explotación.

Ya podemos imaginar que esos antimicrobianos, añadidos muchas, demasiadas veces a los piensos acaban en nuestra dieta cotidiana, es decir, que estamos tomando pequeñas cantidades diariamente de estos compuestos, lo que consigue una de las mayores formas de crear resistencias.

Recuerdo, hace años, una práctica, que me parece ha desaparecido, que consistía en añadir a la leche de vaca un enzima (penicilinasa, o betalactamasas), que rompía los antimicrobianos presentes en la leche, y que se habían administrado a las vacas, ya que su presencia impedía la producción posterior de yogures, o cierto tipo de quesos. Esa práctica está prohibida, pero se realizaba hasta hace muy poco tiempo.

Y como dice el artículo de El País, si un extraterrestre nos viese decididamente nos concedería el premio a la más estúpida de la especies del Universo, ya que hemos sido capaces de cargarnos una de las mejores armas terapéuticas que jamás ha tenido a su alcance la Humanidad, y lo hemos hecho, sobre todo para que algunos ganasen algo más de dinero, lo hemos hecho, porque otros no han sido capaces de implantar las medidas de barrera necesarias que impidan la dispersión de los microorganismos, o de ajustar los diagnósticos y las terapias correspondientes a cada caso en particular.

No hemos sido capaces, y de esa forma nos enfrentamos al riesgo de que a la vuelta de unas décadas, y esta vez con la carga de conocimientos que poseemos en cuanto a la microbiología de las infecciones asistamos a otra plaga de Y.pestis, pero esta vez multiresistente, y sin ratas a quienes echarles la culpa.

Bueno sí habrá ratas culpables, ya las hay, pero esta vez caminan erguidas a dos patas.

Con su pan se lo coman

 

Basura de la historia

Llueve, esto parece Inglaterra con sus “shower”, y me dicen que lo que pasa es que el anticiclón ese ha decidido irse de vacaciones al trópico, que se ha echado na novia por el sur y ahí se ha quedado.

Pues bueno, habrá que aprender inglés, sacar el Barbour, ponerse esos zapatones de Church’s o de Crocket and Johns, hacer de tripas corazón y sobrevivir al tiempo inglés.

Me decía el otro día un amigo de Svalbard allá por los nortes salvajes, que hacía calor por allí, que tenían cuatro bajo cero, que no era normal tanto calor. Es decir, cosas de noruegos, que es gente muy recia, como los de Calatorao pero en altos y rubios.

Hoy ya andaban por los diecinueve bajo cero, que para ellos debe ser el tiempo de apagar el aire acondicionado, ponerse sus galas y pasar la tarde en una agradable terraza, que luego viene el frío y no hay quien departa con los amigos en sitio público.

Y a lo mejor es verdad, que esto parece, salvando las distancias, esas historietas que te cuentan los apocalípticos a cuenta de que las temperaturas hagan lo que les apetezca, como creo que han hecho siempre, que nunca me han preguntado cuándo voy a marcar la temperatura de hoy.

Total, para qué, que me dicen también que los embalses vuelven a tener razón de ser, menos los del Segura, claro, que uno no sabe nunca para qué los hicieron.

Llueve, y parece que de la lluvia emana esa tranquilidad que la vorágine ciudadana día tras día trata de arrebatarte. Y la buena de Clarita Ponsatí, decide que es ya hora de abandonar al Puchi, que prefiere el fish and chips que el moules avec des frittes, y a bordo del Thäis se nos escapa a las Casitérides, y no a cualquier parte, que no sé si juega al golf, pero irse a Sant Andrews, por muy profesora de economía que sea, tiene un tufillo elitista notable.

Seguro que no es así, que yo soy muy mala gente y siempre me pongo en lo peor, pero es que estos fugados de lujo, que huelen a subvención estatal me tienen muy mosca.

Seguirá pues Doña Ponsatí entre el Old Course y el Jubilee, y si se empadrona en el pueblo, podrá hacerse los dieciocho hoyitos sin gastar más que lo necesario, más la propina del caddie.

Lo que no le tolero a esta señora, y que los indepes me disimulen es que ande con ínfulas de exiliada política, y no sé cuantas gaitas más, que al final no es para mí, claro, y solo para mí, una enemiga de Catalunya, que debería responder de sus ruindades en su tierra que es la mía.

Todos los éxitos profesionales le deseo en el retomar esa etapa profesional que nunca debió dejar de lado, que para lo que ha hecho en mi casa, no la necesitábamos para nada.

Y allí, la lluvia no habrá de faltarle, claro que la luz andará haciéndole de las suyas, pero no importa, a mí no me importa, y siento que la prensa, y los medios de comunicación anden publicitando tan magno acontecimiento, que una prófuga indigna se vaya a Saint Andrews a enseñar economía.

Ya son dos de los adoctrinadores de esta mamarrachada que damos en llamar “prucess”, que encuentran acomodo en centros de educación en esta Europa vieja, podrida, anquilosada, calvinista, tacaña y ramplona. Ellos sabrán que mensajes deben darles a las generaciones que les siguen, ellos sabrán cual es la moral que esos profesores han de llevar a las aulas.

Yo me alegro del hecho que encuentren continuidad a sus carreras a miles de kilómetros de aquí, de nuestra Dolça Catalunya, patria del meu cor, que no son migrantes, que no son exiliados, que son desplazados por intereses profesionales, nada más.

Veremos el Puchi flequillero en qué acaba, que parece sus méritos académicos no dan para tanto, quizás para caddie en Saint Andrews, quizás para vendedor de frittes en la Monnaie.

Lo que sea, que triunfe en su nueva etapa cuando consiga afianzarse, que lo del paro, si lo cobra, no sé si le dará para tanto, pero por favor que no deje de considerar que el mundo es muy grande y que por estos pagos no se necesitan personas de su catadura.

Llueve, quizás en la Grand Place, también, quizás en Waterloo gotee, y se me da una higa lo que ocurra, que por aquí lo que me importa es que por fin mi tierra pueda ser regida por personas de bien, que mi país empiece a pensar en lo importante que es el hecho de que los ciudadanos sean tratados como personas.

Quisiera pedir a los medios de comunicación que nos ahorren las peripecias de toda esta gente, que importa poco si empezamos a comparar sus actos con las cosas que de verdad están moviendo el mundo, que están moviendo a nuestra piel de toro, donde tanto sufrimiento individual se está creando día a día, por gentes, que como esta Doña Ponsatí, ese Don Puigdemont, o esa Cupera de cuyo nombre no quiero acordarme, que con sus actos egoístas y ciscándose en millones de personas solo buscan, al final una forma elitista de sobrevivir.

Confío en que la justicia sea ecuánime con ellos, que pueda analizar los hechos con la mayor de las imparcialidades, que ponga los focos en los perjuros, y de a cada uno lo que merece, y si no se ponen a disposición de la misma, que por favor no se hagan eco de sus memeces interesadas ninguno de los medios de comunicación que reciben de alguna forma cualquier beneficio del estado.

Que el estado somos nosotros, y me temo que el hartazgo que acarreamos de un tiempo a esta parte va a tener consecuencias no deseadas para más de uno que desea ser nuestro líder.

Mientras tanto sigue lloviendo, y alguien estará intentando cruzar el Río Grande, o el estrecho de Gibraltar, sin nombre, sin apellidos, sin un puesto en la Universidad de Saint Andrews, o en la de Ginebra, o sin que nadie le pague un sueldo de seis o siete mil euros a su santa esposa por dos horas de trabajo de vez en cuando, mientras el Puigdemont come frittes con moules en Waterloo.

Con su pan se lo coman

El pensamiento independiente

La gran tentación hoy es ponerse a pensar en cosas de esas relacionadas con el tema de la mujer trabajadora, y demás, pero como creo que en demasiadas ocasiones ya manifesté mi posición y esta no ha cambiado, dejaré hoy al coro de los grillos su espacio, que mi respeto, mi admiración sobre el papel de la mujer lo tengo claro, y además bien demostrado con hechos, ya que cuando tuve la ocasión, en la empresa que dirigí, siempre hubo igual número de mujeres que de hombres, mis dos colaboradores más cercanos, fueron mujeres, y los salarios de cualquier persona en la compañía siempre fue determinado por el puesto a cubrir, independientemente de quien lo cubriese, y esto ya pasaba en mi entorno hace más de treinta años.

Así, que pasaré del tema, y me centraré en el comentario que un amigo me ha hecho llegar con una de esas frases de calendario Myrga, de los de toda la vida, que te daban la frase del día, el santoral, y quedaba sitio para lo de “reunión de consejo a las doce”.

La tal frase, atribuída a Anatole France, dice algo así como que “la independencia del pensamiento es la más orgullosa de las aristocracias”.

Total nada, que la tal frase nos deja a todos a los pies de los caballos, que no conozco a ningún aristócrata, o si lo conozco, no se me ha mostrado aún, que eso de la independencia de pensamiento no logro encontrarla en estado puro.

Que desde luego, a veces nos creemos que pensamos de forma independiente, pues sí, pero nada más lejos de la realidad, que el único que he pillado en la literatura podría ser el buen salvaje de Rousseau, antes de integrarse en la sociedad, ya que en el momento de hacerlo, su pensamiento dejó de ser suyo, ya que según creo recibió la contaminación de la sociedad, aplicando a los retos y propuestas que iba recibiendo, en principio sus normas luego con el paso del tiempo las cosas se fueron haciendo más dependientes.

No creo que exista en las sociedades humanas el pensamiento independiente, ya que la formación del pensamiento depende de nuestro entorno, y de nuestra necesidad de desarrollarnos dentro de una sociedad estructurada.

Cosa diferente es el poder escoger, frente a un dilema, el esquema que consideremos más adecuado, de entre los que se nos ofrecen, o que la opinión que demos ante este o aquel tema sea influenciado, o incluso dirigido por este o aquel elemento de respuesta que la sociedad haya puesto a nuestro alcance.

El ser sin influencias, no existe, no puede hacerlo, ni siquiera Kaspar Hauser, siempre hay un entorno al que adaptarse para sobrevivir, y es ese entorno que te influencia, te dirige, y por supuesto te arrebata cualquier atisbo de independencia.

Hoy en día, desde luego, la independencia de pensamiento se ha puesto por las nubes, parece que el mundo occidental definitivamente ha tirado la toalla, se ha rendido.

Porque ya la cuestión, directamente es descubrir cómo quién piensas, no cabiendo la primera persona en la respuesta, y lo que es peor, cada vez son menos las opciones a disposición, que el mundo es de derechas o de izquierdas, que eres capitalista o anticapitalista, que eres seguidor de no sé quién en el puñetero “silbador” o en el tal “caralibro”, y desde luego, pienses los que pienses, sigas a quien sigas, creas lo que creas, todo habrá sido debido a que la campaña de márketing de este o de aquel habrá conseguido venderte su producto.

Y eso es algo que viene desde la más tierna infancia, que educar no es más que evitar que surja el pensamiento independiente, evitar la situación del buen salvaje, que va construyendo sus esquemas simplemente con su experiencia al interactuar con un entorno sin otro pensamiento, solo con reacciones directas de la naturaleza a sus acciones.

La creación, pues del pensamiento en sociedad, es desde mi punto de vista, lo que evita, en el límite, por supuesto, que cada ser humano vaya creando una opinión o una forma de actuar que le sea propia y sin influencias externas.

La exagerada publicidad que se da hoy en día a las pocas corrientes de opinión, que son interesantes para los poderes económicos que rigen el mundo, están creando nos estereotipos frente a los cuales, la rebelión se hace muy difícil, ya que detrás de cada uno de ellos, el que sea, hay formado un, llamemos nicho de mercado, en donde grupos ideológicos están pescando. Y que nadie se olvide de que un golpe de click vale dinero, mucho dinero, hace muy cómodo el ejercicio del poder, y la capacidad de discernimiento, es cada vez más limitada.

Ya ni siquiera el mundo de la “boutade”, el del esperpento, está libre de ser independiente, porque entre otras cosas, no debemos olvidar que nuestra supervivencia, también depende del grupo de pensamiento al que nos acerquemos.

Y quizás en ese campo, queden aún resquicios de independencia, aunque hayan sufrido las manipulaciones que nuestro desarrollo vital en sociedad conlleva.

Bien dice Anatole France que en la independencia de pensamiento, está la verdadera aristocracia, que no debemos olvidar su significado “gobierno de unos pocos”, y ciertamente son esos pocos los que deben preservar la situación en la que la libertad de pensamiento, o mejor la creación de pensamiento independiente sea algo utópico.

Seguiremos pues como miembros de nuestro rebaño, abrevando en los mismos pozos y hozando en los mismos pesebres intelectuales, que cada vez son menos, que cada vez son más grandes, que cada vez les apoyan más “me gusta”, o lo que es aún peor, más puñitos con el pulgar hacia arriba.

Estas cosas me deprimen, pero me temo que sin ser entreguista, debo reconocer que es lo que hay, que no sé si me atrevo a preguntar a la Wilkipedia, o a san Google bendito, que me diga qué coño es eso del pensamiento independiente, que a lo mejor le da al sistema un “paralis”, y me juzgan por terrorista.

Con su pan se lo coman

 

De pensionistas y jubilatas


Parece que los pensionistas andamos revueltos, y es que eso de que la poblacion envejece, y que tan bien le viene al gran capital y a la modernisima empresa española (para los tiempos de Lopez Rodo, se entiende), que falta tiempo para prejubilar a la peña, nos ha dado un importante numero de votos, que votamos todos, no como los jovenzuelos, que hasta que no se les consolida el vello pubico, andan los pobres a verlas venir. Cosas de los tiempos, mire usted.
Y hasta esas organizaciones casi franquistas que son los famosos sindicatos, han olido sangre en la cosa, que en el tajo pasan de ellos en el mejor de los casos, o huyen en el m´as sensato.
Y es que somos muchos, ademas tenemos tiempo, todo el que queramos, y encima aunque, como yo, hayamos sido unos zotes toda la vida, la experiencia nos ha enseñado por donde van los tiros, y si hay que tumbar este o aquel gobierno, se siente.
Los peperos estan que no les llega la camisa al cuerpo, los de ciudadanos se estan oliendo la tostada, y empiezan a navegar entre dos aguas, que me recuerdan al extinto Paco de Lucia, los sociatas a su bocata, y discutiendo si vamos por la quinta o la sexta Internacional.
Los perro flautas, no han conseguido demasiados yayos flauta, y es que los jubilatas tenemos, aunque no seamos catalanes, nuestra buena dosis de seny, y en ciertas cosas nos es dificil entrar, que ya demasiadas ruedas de molino debimos trasegar en su momento.
Asi, que a lo que se me parece, buena parte de esos ocho millones de ciudadanos «in pensione», estamos intentando ver que es lo que va a pasar con nuestro salario, que no es cosa menor, y claro como se da la circunstancia de que quien tiene que decidirlo, es tambien empleado nuestro, que con nuestros impuestos se paga su salario, y hasta de ellos salen las comisiones iliicitas que engordan sus bolsillos cuando hacen el nuevo aeropuerto de Tricanillas del Meloquedoyo, a lo mejor ha llegado el momento de arrimar el ascua a nuestra sardina, mire usted.
No lo se, pero si lo que acontece es que hemos formado mal a las generaciones que nos siguen, quizas sea el momento de recordar las viejas histtorias de la transicion, cuando teniamos aquel maravilloso enemigo comun, el tio Paco, el de las paredes, y era facil no solo sacudirle fuerte, sino intentar construir algo que sirviese, no solo para nuestra generacion, que en estas cosas hemos sido siempre muy mirados.
Pero hoy los jubilatas vemos que aquellos pollos quieren quitarnos (y hay muchas formas de hacerlo) lo que ha sido desde siempre un derecho indiscutible en nuestro sistema politico, y es la famosa pension de jubilacion, que dicen es muy generosa. No se yo que pensar.
Lo mas divertido del caso, es que las nuevas generaciones han sido literalmente abducidas por los telefonos inteligentes, por la mal llamada inteligencia artificial, por los contenidos que llenan las redes esas del 4G, y no estan para muchas gaitas, que no saben que coño era eso de Cuadernos para el Dialogo, ni que se escribia en Triunfo, apenas algo sonaba en su memoria, no seguro que no, si le hablaban de cambio 16.
Y estos muchachos estan dejando a los politicos que hagan verdaderas barbaridades contra sus vidas y contra sus bolsillos, no pasa nada, cruzo la calle mirando el movil, que el paso cebra me proteje. Algunos creen que a base de oir las propuestas de los perro flautas, hay grandes verdades ahi escondidas, o que lo que la derechona tradicional les cuenta es lo mas conveniente, que los de derechas han sido siempre gente de bien, gente amarradas a las tradiciones, sean las que sean, que caben desde los meapilas, hasta los que te roban directa o indirectamente.
Lo malo es que como estas nuevas gentes que estan abducidas han dejado de pensar, que todo lo que no sea eso de estar en contacto, o de cumplir con lo que de diga facebook o twitter, o su pastelera señora progenitora, y que no genere un me gusta productor de endorfinas no les mueve, aceptan que tras dos inutiles masters de esos que se inventaron para que las listas del paro no fueran tan escandalosas, si tienes suerte o te vas del pais o sirves copas multilingues en los chiringos de turno a seiscientos chufos al mes.
Me temo que en estas condiciones, lo que nos queda es de nuevo tomar la iniciativa a los que en caso de que nos quede algun pelo, este sea blanco, y volver a poner las cosas en su sitio.
Que pocas cosas mas vergonzosas hay que el mismo pollo que nos dice desde su escaño que la pension de alguien que haya trabajado y cotizado por ello, lo mas probable es que nunca se pague, haya garantizado la suya de por vida a niveles por encima de las maximas del sistema general, con unos pocos meses de asistencia a cualquier camara de esas que pueblan nuestro viejo pais.
Me alegra constatar que los jubilatas salgamos a la calle, pero deberiamos tambien recordar que somos ocho millones, y si hay que echar a patadas al ppero, al perro flauta, al indepe, al ciudadano, (al sociata/bocata no lo pongo, que no necesitan ayuda para dejar de ser), se les echa en las urnas.
Y solo hay que recordar, queridos coetaneos, que conseguimos en su momento que unas cortes se hiciesen el harakiri, que fuimos capaces de crear una constitucion que esta durando mas, mucho mas que cualquier otra, que creamos un sistema que todo lo que necesita es una revision y una limpieza de bajos, que no es tanto.
Lo voy a tener en cuenta en las proximas elecciones, de lo que sea, que esto necesita pasar la revision de los cien mil kilometros, que no es casualidad que el bueno de Puchi, se aferre a la posibilidad de seguir, con sus conmilitones, chupando del presupuesto, y si una nueva estructura le faciita las cosas mejor que mejor,que la vida esta muy cara.
Asi que a pelear, por la pension de hoy, y sobre todo por la pension de la generacion que tiene la cabeza atascada en el teclado virtual de su smart phone, y solo reacciona cuando se siente fuera de cobertura.
Con su pan se lo coman