Gratis total

Permítame que le recuerde, mi querido Señor Don Gratis Total, que usted es el producto, que no hay duda, y además con esas leyes maravillosas que emanan de quienes tienen  a su cargo la sociedad, los proveedores de cuentas de colores y espejitos, se dedican a insistir que la única forma de que siga usted usando esa ventanita tan mona que le dice la temperatura de su sobaco, o del barrio donde usted o Chuchita vive, es o le vendo a usted, mi querido señor, o pasa usted por caja.

Bonito dilema el que los responsables de emitir leyes nos han plantado en nuestros correos electrónicos (gratuitos), que no es más que insistir en que nos hemos prostituído a bajo precio, y además ahora ni el derecho al pataleo, que les decimos a todos que sí, que queremos saber si Chuchita se pondrá la minifalda por mor de la elevación de la temperatura en su barrio.

Nos han vuelto a ganar, y es que somos entre tontos y muy tontos, que no tenemos remedio, y ahora con todas las de la ley, van a seguir sabiendo hasta el tamaño de los lunares de nuestros gayumbos, sin olvidar por donde han circulado.

Cada día ponen más difícil eso de negar venéreas, y es que esto parece lo de aquella inolvidable (lo que tiene el lenguaje, que de la película no se acuerda ni el que la escribió) película de La vida en un bloc, sí, hombre, la que salió de la novela de Carlos Llopis.

Lo que pasa ahora es que aquel bloc de Alberto Closas no está solamente en nuestro bolsillo, que ahora me lo han ciclostilado, y lo lee hasta el Señor Obispo de la diócesis.

Yo estoy en eso de que de esta agua no he de beber y ese cura no es mi padre, vamos, que no aseguro ni una ni otra, y no quiero volar en Rian Aire, que me han dicho que no te dejan dormir la siesta a bordo, y es que como casi no has pagado por volar, por lo visto, en cortos intervalos de tiempo te están ametrallando con el “Cómpreme usted señorito, cómpreme usted este ramito, pa lucirlo en el ojal”.

Y sí, el cuplé lo soportaba, y a Doña Sara más aún, pero que el azafato de turno quiera redondear la cuanta de resultados de su señorito, a costa de mi siesta, lo llevo fatal, oiga, fatal.

Así, que por el momento que no me esperen, que la Visa está aburrida, que no quiero comida de plástico, que no quiero Poca Loca, que quiero que me dejen vivir mi vida en paz, que tampoco da para demasiado.

A lo mejor estas cosas de la inteligencia artificial son las que acaban resolviendo el problema, que en vez de uno mismo, manda a su robot clonado a que le puteen en la Rian Aire, y tu te descojonas desde casa viendo con tus gafas de realidad virtual la escena.

Por cierto, no sé si el cabreo, inducido o no, de un robot puede ser objeto de querella por parte del sujeto pasivo del cabreo. Se lo preguntaré a mis amigos letrados, que de estas cosas saben mucho.

En el intermedio, me dicen que están pasando cosas entre los políticos, pero ya he decidido poner a la hora del telediario un documental de esos de fauna salvaje yendo al supermercado. Resulta, normalmente menos violento, y ayuda a la siesta de forma desmesurada.

Y si lo que está pasando es que les aprieta el cinturón, ya saben, a dieta una semanita, si hay cojones.

La cosa no da para mucho más, a vosotros no sé, pero estoy aburrido, que lo único que me compensa es que ha bajado la lira turca ahora que me voy a Estambul, aunque seguro que se inventarán algo para sacarme las perras, inflación incluida. Pero habrá que mirar a otro lado, y tratar de tomarse las cosas con esa calma que me dijeron iba a ser el regalo de mi vejez, que no está el patio para machacar la víscera más de lo normal.

Por lo demás sin novedad en el frente, que parece que cuando dicen eso de que hay políticos presos, a uno se le llena la cara de asombros, que la cosa nos viene de antes de Julio César, y es que cuando dicen que el dinero ese que recauda el Estado es de todos,  nunca se especifica ni lo que se entiende por “todos”, y mucho menos las proporciones en que hay que repartirlo, así que nadie se preocupe, que cambiarán los sujetos, pero no cambiará el sistema, no lo ha hecho nunca.

Y menos mal que la soberbia adorna a estos pollos, que jamás podrían imaginar que el populacho les exigiera cuentas, es más que intentase llevarlos a “presó”, esa si que es una buena sorpresa.

Por cierto, y aprovechando que eso de la protección de datos está ahora de moda, aprovecharé para deciros que los que entráis en mi bitácora, no sufriréis por parte de la misma  ninguna invasión de cookies de esos, que me importa muy poco que hacéis con vuestras vidas, por donde andáis, que como es él, que en qué lugar se enamoró de ti, y todas esas cosas, con lo que podéis seguir tan tranquilos o intranquilos como os venga en gana.

Y poco más por hoy, que suena en mi tableta ese precioso tema de amor de Cinema Paradiso, hoy que los cines han pasado casi a mejor vida, que se ven las pelis mucho mejor en casa, que si el baño está sucio es mierda de casa, y puedes encender un buen puro como en los cines ingleses no hace tanto tiempo.

Que no tienes que comprar palomitas a millón, por aquello de la cuenta de resultados ajena, y aguantar al vecino de butaca y al móvil de su pastelera madre. Nuestra individualidad de sociedad vieja en retroceso, ha de salir siempre adelante.

A lo mejor, y ya que hoy se conmemora el día de África, en recuerdo de la fundación de la Organización de Estados Africanos, me animo y pongo cuatro letras sobre el tema.

Hasta la vuelta queridos

Ha muerto Mao.

-Ha muerto Mao.

-¡ Pues una lástima, porque hacía una cerveza estupenda!

Viejo y mal chiste, pero valga la cosa para recordar que eso de las revoluciones son una cosa demasiado seria para dejarlas en manos de los políticos.

Y como a mis amigos los tengo bombardeados con esas cosas de que la Revolución Francesa, no me pareció más que una guerra civil sin más consecuencias que los muertos que dejó en el camino, voy, por última vez, y atendiendo a las solicitudes del oyente a dejar lo más claro que pueda cual es mi visión de esta cosa de las revoluciones, que una vez aceptada la etiqueta de contrarrevolucionario y reaccionario que se me ha colocado, me da que tengo patente de corso.

Que a pesar de los romanticismos que nos ha transmitido la historia, cada vez que he oído e incluso leído algo sobre una revolución se me han puesto los pelos como escarpias, y evidentemente hablo de las revoluciones encabezadas por líderes medio sicópatas, o sicópatas del todo, que han logrado en un momento dado arrastrar a una masas, a las que acaban devorando, como no podría ser de otra manera.

Para mí, a la historia de la Revolución Francesa, lo único que le sobra es la ordalía sangrienta que conllevó. Y es que la Revolución ya estaba hecha, al menos en el pensamiento, en el desarrollo de la técnica que hizo crecer una nueva clase social con necesidad de espacios para desarrollarse, la burguesía ilustrada, que hubiese cambiado, y de hecho lo hizo, la sociedad sin necesidad de tanta salsa de tomate.

De la misma forma, el régimen zarista, estaba muerto cuando en 1917 estalla la Revolución Bolchevique, y todo lo que hizo fue cambiar el nombre del Zar, de Nicolas a Iósif, que la vida de los mujiks siguió tan miserable antes y después de la asonada de la toma del Palacio de Invierno. Bueno, no, quizás a unos cincuenta millones de personas si les cambió la vida, que fueron directamente eliminados por tito Stalin, unos a balazos, unos en hambrunas organizadas, y otros en el famoso GULAG siberiano.

Y hoy, la única diferencia, es el nombre del Zar, Don Vladimir, que la estructura social sigue teniendo como eje central la veneración casi mística del padrecito, que estará allí, hasta que se muera o hasta que lo muera. Suena a conjura de los boyardos, a Iván el Terrible. Cierto que desde el aspecto cotidiano algunas cosas han cambiado, pero siempre gracias a los desarrollos científicos, a los desarrollos de la tecnología, y a los desarrollos del pensamiento aparejado.

La lucha de clases, esa gran bandera que hay que seguir con los ojos cerrados para que no te califiquen de forma inmediata de reaccionario, carca, y no sé cuantas cosas más. Pero es que si Stalin pensaba que la clase campesina era un lastre para la sociedad que él deseaba crear, Mao lo consideraba desde el punto de vista contrario, ¡los campesinos son los que importan!.

Las campañas de Mao, La Revolución Cultural y el Gran Salto Adelante, basadas como en el caso de Stalin en una brutal dictadura, provocaron millones de muertes, hambrunas sin tasa. Pero su librito rojo lucía lindo en nuestras manos de adolescentes, como hubiera lucido el Bardo Todol, si nos los ponen y dicen que mola.

Pero al final, se creó una nueva casta, una estructura corrupta, una guardia pretoriana, los guardias rojos, y una serie de acontecimientos que hasta el Partido Comunista Chino en 1981, cinco años después de su muerte, publicó un análisis nada favorable acerca de la responsabilidad de Mao en demasiados errores cometidos durante su desempeño.

Pero lo dicho, China, como Rusia, había asistido en 1911 a la caída de su estructura imperial, perdón a la caída de las personas que se sentaban en la cúspide de esa estructura, el país había sido invadido por los japoneses que se habían quedado a gusto haciendo barbaridades en Manchuria, y el poder estaba huérfano. Así, que bienvenido el primero que lo tome, con la etiqueta que sea.

Esa idea revolucionaria con orígenes en el pensamiento ¿marxista?, desgraciadamente se extiende con la consecuencia de crear dos bloques en el mundo, que por otra parte sigue adelante, ignorando, creo el hecho de que el sistema sea de una ideología liberal-capitalista, o colectivista popular, que las revoluciones nos siguen llegando de otro lado y por cierto de forma incruenta, con el apellido de progreso científico y tecnológico, y el nombre de expansión de la cultura entre una base ciudadana cada vez más amplia.

No quiero pensar en lo que significó la revolución de los Kjemers rojos en Camboya, con aquel asesino que la encabezó, el tal Pol-Pot, y que se cargó a la mitad de la población sin despeinarse, o de la situación vietnamita una vez les dan la patada de Charlot a los gabachos en Dien-Dien-Phu, y a los yanquis, solo se que cuando he visitado esos países, constato que si en algo ha mejorado su vida es gracias a los elementos tecnológicos que esa revolución silenciosa de la cultura, la técnica y la ciencia les ha ido aportando.

Que la ofensiva del Tet, ese desastre militar del ejército comunista se transformó en el escaparate necesario para la sociedad occidental en el que se vió la dureza de la guerra, y sobre todo su inutilidad. Fue la cultura, la tecnología aplicada a la información, al final quien acabó con la guerra de Vietnam.

Y tanto en Camboya, como en Vietnam, cuando los visitas, ves que los usos en la vida de la población son similares a los de hace siglos, salvo la llegada de los móviles, los elementos mecánicos de transporte individual, y poco más que ninguna revolución de las cruentas, salvo en lo referido al cambio de familias en el poder ha mejorado la vida los ciudadanos.

He escuchado alabar los logros de aquel mayo del sesenta y ocho en Paris, al que parece le debemos la proliferación del sesenta y nueve. ¡Joder con los franceses!¡Qué bien venden sus cosas!, Si hasta nos colocan el Nouveau Beaujolais a poco que bajemos la guardia. La revolución sexual del sesenta y ocho la había empezado Hugo Hefner en 1953 cuando comenzó a publicar aquellos artículos tan interesantes y tan profundos en su revista cultural, el Play Boy. ¡No mareen!, y en caso de duda, por favor lean los panfletillos aquellos de “La Perla”, o el “Caballero audaz”, y miren la fecha.

Y es que cuando una sociedad lleva una generación sin guerras, y me refiero a la europea, piensa también en eso del sexo, que todo ha de ser revisitado, y readaptado, a las condiciones sociales del momento. Que en aquel momento, la gente estudiaba, y deseaba romper unas estructuras, por otra parte ya rotas de forma individual, que se trataba de buscar nuevas vías de desarrollo personal.

Claro todo a caballo de unas mejoras tecnológicas importantísimas en los campos de la salud, de la tecnología doméstica, de la difusión de la cultura, de la facilidad del transporte. Que es donde siempre he visto la verdadera revolución. Lo demás ha sido propaganda política, luchas por el poder de unas minorías, y crímenes sin  ninguna justificación posible.

En esos sacos incluyo a los ya mencionados líderes, a los Hitler, a nuestro Franco, a los Castro, a los Stroëssner, a los Pinochet, a todos, que no hicieron más que utilizar unas estructuras que estaban en fase Terminal para llenar el nicho ecológico que estaba vacío.

Espero que no surja otro de estos asesinos iluminados que condene a parte de la humanidad a otro baño de sangre en aras de cualquier lema, y sigamos en la revolución diaria que nos está trayendo el desarrollo tecnológico, y que realmente mejora nuestra forma de vida, nuestra salud, nuestra percepción del entorno en el que nos movemos.

Así, que continuaré intentando aprender cada día algo nuevo, en la confianza de que si quiero ser libre, nadie me tiene que dar la libertad, la tengo que conquistar día a día a caballo de la cultura, que debe darme algo de sabiduría, y es que “sapientia sola, liberta est”…

¿O no?

 

El Smartphone necesario

Mi hija de quince años, comenta un amigo, es feliz con trapos de esos de quince o veinte euros, como mucho. Peeeerooo, me suelta que quiere que le compre un móvil de mil doscientos.

El hombre lo plantea en una charla entre amigos, y unos y otros damos nuestro punto de vista, seguro que nadie acertó, pero me sirvió para ver la percepción que tenemos los talluditos de las motivaciones de las generaciones que vienen empujando.

Uno de los contertulios, afirmaba que independientemente de la consideración sobre el móvil, el comprar vestidos baratos le permitía desecharlos sin demasiado dolor de conciencia. Bueno, es un punto de vista, pero no liga las dos cuestiones, que lo del móvil, que por cierto también entra en veloz obsolescencia, más allá de si funciona o no, no lo explica.

Si yo hubiese sido niña, y tuviese solo quince años, (de hecho los tengo, con otros cincuenta y pico más, pero es harina de otro costal), a lo mejor, y en mi afán de captar la atención de los galanes, y la envidia de mis amigas, hubiese tomado una decisión parecida.

Veréis, el trapo que me pongo lo ve un número muy limitado de personas, en su gran mayoría gente de mi entorno, compañeros de clase, vecinos, familia….poco más.

Y yo quiero ser globalmente la más admirada, con lo que disponer del último chirimbolo inteligente cumple con varios de mis objetivos:

Con la ropa barata, bloqueo el que mis compañeros me pongan la etiqueta de “pija” irrelevante, y bloqueen de forma fácil y rápida cualquier intento mío de ser la chica más popular y global del mundo mundial.

Soy normal de aspecto, así que Caballo de Troya se llama esa figura, que a la que se descuidan, saco del bolsillo del tejano mi arma secreta. Una manzanita mordida, que todo el mundo sabe que es una Iphone 10 superplus que aún no se ha lanzado en Europa. ¡Guauuuu!, déjamelo ver….¡Cómo mola!

Uno a cero, que hasta ese gafitas tan mono que va para matemático se ha quedado colgado de mi arma, nada secreta, por otra parte.

Como el procesador del aparatito es cuatro veces el de la anterior generación del mismo cacharro, como bien indica otro de los contertulios, cuando juego “on line”, al último matamarcianos, no hay quien me gane, y siempre puedo, bajo supervisión estrecha, permitir a un amigo, o una amiga que lo use un poquito.

“Muestra sin cargo” se llama esa figura, y si cuela, tengo garantizada la envidia y el odio de ella, y la admiración de él. No va mal la cosa.

Pero sigamos con las consideraciones, que con mis amigos no hablo cara a cara, ¡coño papá!, ¿es que no te has dado cuenta?, hablamos todos a la vez por el chirimbolo, y con los amigos que no conozco personalmente, (relaciones globales) si quiero tener unas relaciones razonables, debo disponer de un equipo con todas las funcionalidades.

Y luego, ¡papaaaa!, es que la tele de mi cuarto se ve fatal, y vosotros (aquí se incluye a mamá), estás con el telediario de las nueve y luego os ponéis con esa cosa del cuéntame cómo pasó, en caso de que no haya “jumbor”.

Así que veo mis series tan tranquila, sin daros la lata, en super resolución y sonido “susurrón” increíble….por cierto unos inalámbricos nuevos de esos de Bose con noise cancelling serían un complemento ideal.

Y en definitiva considero que a lo que doy valor es a estar conectada, y a partir de ahí lo demás pasa a tener un valor secundario, que no está mal, papá, que además tengo que mirar por la economía familiar, que soy responsable y veo los sacrificios que tenéis que hacer mamá y tú para salir adelante.

Por eso no tienes que preocuparte, no quiero un bolso de Louis Vouitton, no lo necesito, pero lo que sí necesito es desenvolverme con la mayor soltura posible en el nuevo entorno que se ha creado y que como sabes ha arrasado entre todos los seres humanos, sin distinción de razas, culturas o religiones.

Por eso busco tener el mejor “device” posible, que me permitirá también grabar en directo las clases de mis profesores, realizar cálculos complejos, como me contabas tú que hacías con aquella regla de cálculo tan bonita.

Mira papá, tú lo entiendes, seguro, de alguna forma hemos sido abducidos por el chirimbolo, y es ahí, es con esa herramienta con la que voy a relacionarme, aprender, jugar, distraerme…y de vez en cuando ayudarte a buscar algo en la red cuando tú te atascas.

Que te lo digo con todo mi cariño, pero es que eres un poco “carca”, pero eres mi papá y te quiero mucho.

Por otra parte, y dejando al lado mi papel de quincena, debo reconocer que la hija de mi amigo, ha mostrado una muy equilibrada reacción a los requerimientos que el entorno en el que se desenvuelve le está exigiendo.

Y nos vamos a tener que ir acostumbrando a que las cosas van por esos derroteros, que nosotros para descubrir el mundo tuvimos que viajar físicamente, que para conocer gentes de otras culturas el movimiento viajero era imprescindible….pero hoy, hoy un amigo de Sidney, al que nunca le he dado la mano, puede enseñarme su ciudad “on line”, puede comentarme las piezas de sus museos, y a poco que la cosa empuje quizás hasta los olores y los sabores se puedan transmitir a través de las realidades virtuales.

Quizás yo, si fuese la mitad de inteligente que la hija de mi amigo, procuraría extraer de todas estas nuevas tecnologías lo que puedan aportarme, en vez de poner barreras ficticias que ahorren el esfuerzo necesario para, no solo comprenderlas, sino para beneficiarme de ellas en mi día a día.

Pero me educaron de otra manera, y mi capacidad de evolución que no ha sido demasiado mala, ha dejado demasiados restos de la vieja cultura en mi entorno y en mi vida, ¡qué le voy a hacer!.

Pero me sigue gustando degustar un viejo cognac con un buen habano mientras, cara a cara departo con mis amigos, me gustan las cosas que se tocan, y deducir de la expresión corporal de mis amigos, realmente cual es su estado de ánimo.

Lo sé, debería empezar a comprar ropa de quince euros, y una supermanzanita mordida que me permitiese la nueva adaptación a los retos de los próximos cien años…

Pero mi actuario mantiene que a los ochenta y dos, tengo que estar fuera, que si no mis planes de inversión vitalicia se van a quedar cortos.

Mi amigo creo que comprará el chirimbolo

Que ustedes lo vean

Un chalet en La Navata, o el flautista de Hamelín

No sé si he pillado la gripe post gripe, o que se me ha subido una de esas alergias que te esperan agazapadas y te sacuden sin avisar, pero no será eso lo que me impida meterme hoy con los políticos.

Y cuando hay que sacudir, lo hace uno a izquierda y derecha, que literalmente me tienen hasta las partes nobles, y por mucho que me digan esto no hay quien lo trasiegue.

Las cosas que pasan en mi tierra, que deberían estar solucionadas hace ya bastante tiempo, resulta que no, que las cosas se enmarañan cada vez más, y entre nuestros jueces que parecen el centro del universo, y solo saben hacer las cosas desde su posición de soberbia, los belgas flamencos que aún se acuerdan del Duque de Alba y del tal Spínola, resulta que seguimos teniendo prófugos de nuestra justicia por tierra de Calvino.

Parece que en este revoltijo, Puchi se descojona, literalmente, de la ineficacia de unos, de las inquinas de otros, y como a él, (ellos) les llega la pasta que posiblemente vaya de los presupuestos de la Generalitat a sus bolsillos vía la intermediación de algún prócer local, ellos tan tranquilos, que ya llegarán tiempos mejores.

Nuestro gobierno, que anda con más pleitos que un campesino castellano—leonés, bastante tiene con taparse las vergüenzas propias, y se les escapa la Tv3, se les escapan los imputados por la justicia, que ahora la cosa va de masters y de licenciaturas tramposas.

Y solo le falta a este ejecutivo central, tan puesto él, que Yoda/Pujol levante la alfombrilla que tiene en el desván de Queralbs, y se la líe parda hasta a Don Manuel, q.e.p.d.

Así, que la casa sin barrer, que hasta los populistas parece que se nos están haciendo ricos, con su chaletito de tránsito a La Moraleja, que acaban de mercarse en La Navata. Y es que uno se mete en estos berenjenales de la política por las compensaciones crematísticas que la cosa lleva acarreadas. Me alegro por la gemelas, por la estabilidad financiera de su familia, y sobre todo por la cara que van a poner sus fieles.

Pero como estas cosas de los seguidores de los partidos políticos, son como las de los hinchas del “jumbor”, seguro que le encuentran explicación plausible a la distancia entre sus palabras y los hechos que le adornan.

Porque oyendo al Grillo italiano, me parece escuchar las voces podemitas, y es que al final todos están en el mismo saco, ya sabes, todo por la pasta, “money money money” que cantaba Joel Grey en Cabaret.

Que este quiere que la UE le perdone doscientos cincuenta mil millones de euros de las deudas que tiene. Bueno, no está mal.

Y dice que quiere dejar el Euro como moneda en Italia, bueno también, que en el fondo echo de menos aquel maravilloso papel moneda en el que para que cupiesen los ceros del nominal, tenían que hacer los billetes del tamaño de una hoja de La Vanguardia desplegada.

Reconozco que estas cosas de los políticos, al principio me cabrean, pero lo que más me cabrea es que entre todos mantengamos a estos vendedores de humo, sinvergonzones, creídos de ellos mismos, y con licencia para decir cualquier cosa, y que sea tenida por cierta o al menos como probable en caso de promesa electoral.

Ciertamente todo esto es penoso, y desde luego no me llama más que al escepticismo más casposo, ya que no tengo el valor suficiente para encabezar algo fuera del sistema y pensar más en mis conciudadanos.

¡Valee!, ya me habéis pillado, que ando detrás de esa finquita tan mona en Somosaguas, en Aravaca, en Tres Torres, donde sea, que lo del veraneo ya me lo apaño o en Sa Tuna, o en Sotogrande.

Nos han ganado, no importa el color de la patita que nos enseñen, es lo mismo, no importa si son españoles o de Sebastopol, es lo mismo, el mensaje siempre se ciñe a “Todo lo del pueblo, para mí”. ¡Faltaría más!

Ni populistas, ni tecnócratas, ni arropados por creencias religiosas, ni de la derechona de la señora baronesa, ni de la izquierda del sindicalista vago. Todos quieren el chalet de La Navata, para seguir adelante en su carrera económica particular.

Y lo malo es que no veo la solución, porque me creo lo del príncipe Salinas, que tras la apariencia de que una revolución ha triunfado, los mismos dueños siguen en los mismos puestos, siempre.

Y si afloja la cuerda del cuello al esclavo, la cosa se compensa apretando el grillete de los pies al susodicho, y es que lo hemos dicho demasiadas veces, los esclavos no tenemos la formación ni la cualificación necesaria para el puesto de señorito.

Nos pongamos como nos pongamos.

Digo yo, que el discurso de hoy viene marcado por la gripe, que huele a pesimismo y a leña quemada de La Navata, pero es lo que tienen estas cosas de las alergias, que te dejan el sistema inmunológico hecho unos zorros, y no da uno pié con bola, que puestos a no entender, no entiende uno como se puede aceptar dentro de la legislación vigente, que alguien jure su cargo de President de la Generalitat, sin jurar lealtad al Rey, ni a la Constitución ni siquiera al Estatut, y sea válido.

¿O es que así de mal se ha legislado en este país, señores políticos?.

No quiero cabrearme, que me va a subir la fiebre, y la cosa no mola, así que seguiremos el espectáculo que toda esta panda seguirá ofreciéndonos, y a lo mejor nos distrae la siesta con un telediario movidito.

Solo espero que nuestro amigo coreano (del Norte), no se rinda a las baladronadas de Tito Trump, aunque sepa el pobre perfectamente, que le van a dar bofetadas los chinos en el carrillo izquierdo, y los yanquis en el derecho.

Y es que al final, todo lo que está haciendo este pollo, es realizar las pruebas y los ensayos de armamento chino, que los chinos no deben hacer en su territorio, que queda fatal, y nos enteramos al día siguiente.

Voy a ver si tengo un viejo Oporto blanco por ahí, y me sirvo una copita de aperitivo, que seguro me mata el gusanillo, y potencia el medicamento/placebo, que creo estoy tomando.

Con su pan se lo coman

 

 

Como Siberia o Laponia

Recuerdo hace años, alguien, turolense de pro, seguro, estableció aquella frase dolorosa, aquel grito de ¡Teruel también existe!.

Aunque, en origen, fue una reivindicación para disponer de un tren digno, hoy la cosa parece que recoge toda una serie de reivindicaciones relacionadas con la vida de las gentes y las dificultades con que se encuentran al habitar en tierras despobladas.

Por estas tierras ahora se habla de la Laponia española, y es que la densidad de población anda por debajo de las tierras donde viven los esquimales, menos de tres habitantes por kilómetro cuadrado.

Cierto que no es solo Teruel, que si añadimos al pastel Soria, nos encontramos con densidades provinciales de ocho y medio y nueve habitantes por kilómetro cuadrado. Consecuentemente el estado tiene olvidadas a estas tierras porque están deshabitadas, y siguen perdiendo población porque al estar deshabitadas los servicios estatales no cubren las necesidades de la gente. Peliaguda la cosa, porque tampoco nadie va a invertir en áreas que no tienen población, mal futuro.

Y viene todo esto a colación, porque el otro día escuchaba, no sé en dónde, que los extremeños están también aburridos, que parece que el tren no les llega ni con recomendación, y no puede ser, porque además pagan más impuestos que nadie en España, junto con los catalanes, y se sienten como puta que además paga la cama. Un verdadero desastre.

Que en su caso no es la Laponia española, es la Siberia española, una mancomunidad de once municipios, con capital en Talarrubias, y con una densidad de población de 7,55 habitantes por kilómetro cuadrado, según un censo de dos mil ocho, que si consigo ver el actual, me da que me caigo del susto.

Que mirando la página de RENFE, el tren tarda en hacer los escasos cuatrocientos kilómetros de Madrid a Badajoz seis horas el de la mañana y cinco y cuarto el viejo talgo de por la tarde. Setenta chufos ida y vuelta, que te arrancan del bolsillo por la aventura. Te tiene que gustar mucho el tren, o Badajoz.

Y dice el extremeño, y el turolense, y el zamorano, y el soriano….pago una pasta en impuestos, y no existo, no existo siquiera para los informativos de la tele pública, apenas salimos cuando enseñan los mapas del tiempo, y es que todos empiezan con el problema catalán, con el asunto de la Comunidad de Madrid, y de nosotros nadie se acuerda, no existimos.

Ni soy demógrafo, ni entiendo demasiado de estas cosas, pero me parece que estamos considerando seriamente en este país cerrar toda la península, a excepción del País Vasco, la franja costera mediterránea, y la Comunidad de Madrid, y me temo que es algo que no podemos permitirnos de ninguna manera, aunque no sé quién le va a poner el cascabel al gato.

Paseando por tierras zamoranas y vallisoletanas estos días, ví que se vendían cantidades de casas en ciudades como Toro, Zamora, Urueña, y según me decía mi amigo, nadie las compra.

Y lo entiendo, que el hecho de que no nazcan niños, el hecho de que los jóvenes si quieren trabajo deban abandonar esas tierras, es muy real a la par que doloroso, y la tendencia parece que es irreversible, desgraciadamente, ya que nos empeñamos en atraer a la gente a los grandes núcleos de población, donde nos seguimos hacinando a lomos de la especulación que lo consume todo.

Vosotros, queridos amigos, que seguro tenéis influencias en las esferas del poder patrio, quizás podáis hacer llegar esta reflexión a quien manda y gobierna, que seguro hará algo, aunque no lleve aparejado el tres por ciento, y ni siquiera el voto que le puede dar el silloncito y el coche oficial, pero aunque sea por sus ancestros, que no sé qué coño pasa, que somos todos de pueblo, y todos vivimos en la capital, lo nuestro es una especie de rechazo a nuestra cuna.

Cosas de los tiempos serán y acabaremos como en los comics de Batman y Superman, viviendo en esas megalópolis que tanto nos gustan y a las que nos atraen cada vez más y en las que nos morimos de contaminación, de estrés, o de lo que sea, antes de tiempo.

La desarticulación, ya nos decía Ortega y Gasset, de España es un proceso de desintegración que avanza en riguroso orden desde la periferia hasta el centro.

Buscaba la causa en la pérdida de las últimas posesiones de ultramar, y marcaba el acento en el efecto de los regionalismos y los separatismos en la rotura de la cohesión nacional.

También se quejaba de la falta de una clase dirigente ilustrada que pudiese enfocar el problema de una forma eficaz.

Pensamiento, este de Ortega, con una validez hoy en día, (salvo el tema de las posesiones de ultramar), enorme.

Desgraciadamente, no está en mi mano encontrar la solución a este drama, ni siquiera enunciar bien el problema, salvo lo que ven mis ojos cuando paseo por esas 22 provincias del centro peninsular, que constituyen el páramo yermo del país.

Recuerdo hace más de veinte años, viajando con un inglés de pueblo bastante bruto, entre Madrid y Valencia, el comentario que tuve que escuchar.

-Llevamos más de cien kilómetros sin ver un pueblo. ¿No vive nadie aquí?.

-Pues no, me temo, mientras a lo lejos veía el torreón de Alarcón, en medio de la tierra baldía, en estas tierras hay poca gente.

Y menos que habrá si todo sigue así.

Pero como estamos en San Isidro, creo que lo más inteligente es salir a dar una vuelta a contar los frailes, y a ver si me cruzo con un Felipe o mejor una Mari Pepa, de esos de cuando Madrid era un pueblucho, en donde como en la Laponia española vivían cuatro gatos, de esos que subían los muros de la ciudad cuando les atacaban los moros.

Disfrutad del día, si podéis, en baño de multitud, o en la soledad del páramo.

In bocca il lupo

 

…….La sangre altera

La primavera la sangre altera, parece que dicen los que entienden de estas cosas, y no es para menos, que sin entrar en consideraciones más o menos científicas sobre las respuestas de nuestro sistema inmunitario a los retos que desde todas partes nos está lanzando el entorno, desde a los arbolitos empeñados en hacer volar sus semillas, hasta esa mezcla loca de lluvia y sol, de calorcete y fresquito, que uno no sabe que minifalda ponerse.

Y así nos van las cosas, que se nos van a reunir en Singapore dos de los tipos más peligrosos del planeta, zumbados los dos, soberbios los dos, y con fama de poco letrados, que luego a saber, que lo mismo son dos Sénecas discretos.

Y son cosas que a uno le apechuscan, aunque menos mal, que la tal Singapore, con eso de que está cerquita del Ecuador, no anda con estas cosas de la primavera, que por allí no saben muy bien qué es eso. Todos los días 30º y 90% de humedad, con precisión suiza. Así, que a lo mejor, estos dos pollos no andan demasiado alterados por la respuesta inmunológica inducida por eso que hemos dado en llamar primavera.

Demasiadas alteraciones veo a mi alrededor, no sin cierto temor, o mejor dicho, no sin cierta preocupación, que hasta en esas cosas de la economía andamos pensando en el momento más adecuado para salir corriendo de los mercados, que las caídas cuando tocan son duras. Y todos dicen lo mismo, “In May, pick the money and go away”.

No me extraña, que los brokers tienen también su corazoncito, y ahora empieza lo bueno en la City, que si las carreras de caballos, que si Wimbledon, que si Silverstone, que si el British Open de golf…y estos chicos y sus señoritos no están por la labor de andar todo el rato metidos en esas historias de los trading intradía, que es un coñazo.

Pero este año ya veremos que nos depara el asunto, y es que se nos ha colado de rondón un Mulo asimoviano en la cabeza del Imperio, y con dos mensajitos cortos a tiempo nos lo pone todo patas arriba, aunque luego no pase nada, o casi nada, pero el susto nos lo da.

Y si además buscas el momento adecuado para publicarlo, en medio de las Carreras de Ascott, o cuando Federer está en plan match point, nos la lían seguro.

Yo quisiera sugerir a los de la Federación de Golf que toque, me hagan la gracia de organizar el British Open en Turnberry, aquel precioso resort de Monty, el jugador barrigoncete que llegó a ser hasta casi bueno. A mí no me gustaba, nunca me pareció un gentlemen.

Y es que Tito Trump es el dueño desde hace unos años de las instalaciones, con lo que seguro recibiría el regalo de los primos con alegría, y a lo mejor se iba a ver el campeonato, y a dar unas bolitas con el bueno de Monty. No sé.

Pero algo habrá que hacer, algo que no sea ir a jugar al golf a Irán, que otra vez se ponen las cosas peludas por ahí, y aunque a mi ya me pilla con Persépolis, la tumba de Ciro, y Isphahan bien visitados, nunca me parece buena cosa que se peguen por un quítame allá ese polen unas bofetadas, aunque sea solo para vender misiles inteligentes.

Y hablando de inteligencia, ahora que nos vamos acercando a las distopias de Blade Runner, que los de Google ya te plantean conversaciones en las que no se puede diferenciar al robot, quizás sea una buena idea, dejarnos de remilgos, crear unos algoritmos adecuados, y que las decisiones las tomen las máquinas.

Por lo menos, espero que los pólenes de la primavera no les influirán demasiado. Aunque los matemáticos post millenial son capaces de diseñar la ecuación que contemple la variable polen/alergia/estado de ánimo. No lo sé.

Pero la tentación a que de forma consistente sean máquinas quienes dirijan nuestros destinos, a lo mejor no es tan mala idea.

Posiblemente nos quitábamos de encima las mamarrachadas que nos envían desde Berlín, a lo mejor nuestro Marianico no tenía que pasar el bochorno de no contestar una pregunta parlamentaria sobre el ¡Que se jodan! De su directora de comunicación.

No creo que desaparecieran todas nuestras miserias, que los algoritmos tienen tras sí cristianos de los de toda la vida, y la capacidad de hacer el imbécil que tiene el ser humano es infinita. Algo se les ocurrirá, que liarla parda seguro que la lían, pero a lo mejor lo hacen de forma más modulada.

En la presentación de Google, esa de adivinen quién es el robot, las protagonistas son dos voces femeninas, y la cosa empieza por que una de ellas (la robot) pide hora para la peluquería.

No quiero hacer sangre de la idea de los muchachos de Silicon Valley, pero me hubiese gustado una conversación más profunda, a ser posible entre un hombre y una mujer.

Que temas de charla no faltan, ni mucho menos en un diálogo entre personas de distinto sexo, pero las voces de dos señoras reservando sitio en la peluquería me demuestra un quizás gran avance técnico, pero una visión de lo que es el mundo cutre, ramplona, miserable, y sexista.

¡Coño!, que hubieran sido dos cabestros discutiendo a tortas la última touch down de la final de las World Series. Pero eso no les ocurrió.

Por esta mi tierra de adopción, que es el Foro, parece que nos vamos a dedicar a honrar al santo que consiguió que los ángeles labraran por él. El sueño del funcionario de carrera, o del político del senado, digo yo.

No voy a meterme en camisa de once varas, que para eso candidatos hay de sobras a mi alrededor, así, que despacito despacito, intentaré seguir desde la barrera los acontecimientos que se nos vienen y la forma en la que intentaremos adaptarnos para la supervivencia, que al final, parece que es lo único que nos interesa.

Y si hay que reírse del drama catalán, pues nos reímos, si hay que tirarle tomates al Marianico, (siempre de forma simbólica) pues se le tiran, y si el nuevo que nos manda no es un robot de nuestro gusto, llamo a mi amigo Pepe, el hacker, y liamos una que hasta Tesla consigue beneficios vendiendo a Uber sus cochecitos, aunque tenga que pagar parte del peaje al partido en el poder. Es para lubricantes, ¿sabe usted?.

Y todos contentos

¡To! ¡Cermeño!

 

Mi primo Carlitos, es un cermeño de pro, y como él, con mayor o menor intensidad sus múltiples hermanos, es decir mis primos, que hubo de todo en aquella casa, desde físicos destacados con carrera internacional, médicos, maestras, de todo, hasta banqueros como padre, de todo hubo en aquella admirable casa de mis tíos y mis primos, hasta generosidad infinita con sus mayores, que supieron acoger los últimos momentos, años, de sus padres.

Yo iba por aquellas tierras con olor a comuneros, con tintes beltranejos, altivos de tantos y tantos siglos de luchas peleas, ostracismos, esplendores. Por aquellas tierras que siempre han estado a caballo entre la iglesia y la milicia, entre el pan y el vino de la tierra.

Y es que al final muchas veces se secaban los ojos cermeños de mirar al cielo, como nos contaba Delibes de forma angustiosa, esperando esa gota de agua que no llegaba, y en ella iba la vida de la familia, la comida o el hambre.

Desde esa loma donde se asienta la ciudad a la que, desde la estación había que subir, se contempla el bello paisaje de la vega, con el río, la cascada y la curva ( ¡Mariano!, decía mi madre,  coge las maletas que yo cojo a los niños, que Julio no ha bajado con el coche a recogernos).

Así que caminito arriba, hasta la casa de mis tíos con los calores de los veranos áridos de la meseta norte, después de habernos bajado del mixto que nos llevaba desde Zamora, en un par de horitas de nada, o luego, cuando las cosas se modernizaron, con el Ferrobús rápido que solo tardaba unos ciento veinte minutos, eso si, con vías de traviesas de hormigón y tramos soldados que anulaban el traqueteo.

Y allí nos recibía la familia de cermeños, unos naturales y otros adoptados, por el Campu Gothorum, que aún no había sido reconocido como Patrimonio de la Humanidad, pero era lo mismo, que el Arco del Reloj no se inmutó con esas cosas de la ONU, y la calle Abrazamozas siguió donde siempre, que solo faltaría.

Mis recuerdos son de preadolescente, son de veranos muy cálidos, con mis primos mejor adaptados que yo al entorno, y a los que les debo alguna que otra experiencia enlazada con la libertad que gozaban ellos en contraposición a las limitaciones que los chicos de barrio obrero de ciudad grande teníamos que soportar, por aquello de los sacamantecas.

Mi tío, era el director de la sucursal del Banco de Bilbao, y eso a mí me parecía la hostia, que me imaginaba al hombre mandando en todo el banco, y fuera de cualquier consideración económica, se me daba que tenía una especie de poder omnímodo. Las casas de sus conciudadanos estaban siempre abiertas, para él y para los suyos. Eso lo percibí siempre.

No me acuerdo de donde vivían, creo que al final de Candeleros, en un piso enorme, que nunca supe contarlos a todos, debían ser diez u once en aquella familia entrañable, y a los muchachos, con buen criterio nos barrían de casa de buena mañana.

Bajar al río, al padre Duero, cerca de la cascada, era una gozada. Yo creía que era libre y sin control de nadie, porque no me fijaba a cuantas personas saludaban mis primos, a la ida y a la vuelta, que al llegar a casa al cocido mi tía sabía con precisión por donde habíamos andado toda la mañana.

Había siestas, como no, que las dormíamos, a veces, pero se tocaba silencio en el cornetín familiar, que mi tío había currado en el banco toda la mañana, y el hombre era de buenas costumbres.

Más mayor me enteré que en aquellas fechas de cosechas, mis tíos cogían el coche e iban a visitar a los campesinos que acababan de vender el trigo, y tenían el dinero fresco en casa.

Me confesó mi tía que en el carrito de la compra, llegó a transportar treinta millones de pesetas, de aquellas de los sesenta y pocos, y que no iba nerviosa. Ríete de los transportes blindados de hoy en día. El campesino, tranquilo, que dejaba su esfuerzo en buenas manos, y el banco a lo suyo, a comprar dinero, lo más barato posible.

Las tardes tenían dos aspectos fundamentales, la merienda y el paseo, y de ambos aprendí mucho, pero que mucho.

Como eran épocas después de la cosecha, de mucho sol, y ánimo festivo, tocaba merendar en alguna de las bodegas de los amigos de la familia, en cuevas horadadas en los oteros donde no faltaba una buena hogaza de ese pan blanco y prieto que dan los trigales de esas tierras, ese queso que siempre me hace feliz encontrarlo….y el vino. ¡Joodeer con el vino!, recio, áspero, oscuro como las pozas del Duero, que trasegábamos de las botas, aquellas que se quemaban por dentro gracias a la capa de pez con que se embadurnaban después de curtir la piel.

Era vino para el sifón, ¡voto a tal!, con sus más de catorce grados, que luego me han dicho que los cermeños se han hecho fisnos, finos a su manera ya lo eran, que en un campo de godos en el que se celebraron cortes, se agarrotaron en la verja de su casa a seguidoras de Juana la Beltraneja, se batieron los comuneros frente al rey cervecero que acabó con su gota y sus excesos algo más al sur en Yuste, no caben más qe gentes de esas que se visten por los pies. Y de eso hablamos.

El paseo por el Espolón a mí me descolocaba, que mis primos manejaban el asunto con una soltura envidiable, sobre todo con las mozas, a quienes además los forasteros llamábamos la atención. Así que Espolón arriba, Espolón abajo, Arco del Reloj, calle Mayor, Plaza Mayor….consumían la tarde noche, antes de la llamada de fagina, que recuerdo era flexible, al fin y al cabo estábamos de vacaciones.

Y en fiestas por los pueblos de la Vega, que había bailes, y mi tío con eso de recoger la cosecha llenaba el coche de críos y nos soltaba en las fiestas de aquí o de allá.

Se me quedó, para los restos, el baile en el Pego, pueblo de la Vega, que se celebraba en un almacén de vaya usted a saber de qué. La orquesta la componían dos paisanos con trompeta, de las de la mili, y un tercer paisano con tamboril. Interpretaban solo una pieza, la muy conocida sintonía del anuncio del detergente ESE, u OMO, que no me acuerdo, aquella que decía lo de ESE lava blanco, blanco blanquísimooo…ESE lava limpio, limpio limpísimoooo.

El baile abarrotado, y con estructura muy conveniente, que las parejas casadas, las familias, los abuelos, en fín todos menos los jovenzuelos se quedaban en el centro del recinto, el mocerío agarraba moza, y empezaba a empujarla alrededor de la zona central donde estaban los mayores, de forma que iban dando la vuelta al recinto, el de frente, ella de espaldas, sin más posibilidad de movimientos que el de seguir la corriente. Todo al son de la música que interpretaba la orquesta.

De allí supongo, que las familias del centro, habían controlado quien empujaba a su hija, durante cuantas vueltas, y al revés lo mismo, que no sea que el muchacho se me aficione a tetas poco convenientes, que con esa familia tenemos unos pleitos muy largos por unos lindes mal interpretados.

Te servían vino con de todo, le echaban canela, fanta, gaseosa, y lo que hiciese falta. Por supuesto, en tierras de hombres y mujeres derechos, nadie te pedía el carnet de identidad, y si te tocaba vomitona por un exceso, el pescozón te lo llevabas por idiota. Eran otros tiempos.

El aspecto cultural no había que dejarlo a un lado, que en el plano gastronómico, a lo dicho, había que añadirle los buenos pimientos picantes, esos que lo hacían a la entrada y a la salida, las frutas de la finca que otro tío mío tenía en la curva del río en Fresno de la Ribera, los chorizos hechos para hombres y mujeres de pelo en pecho, en fin elementos todos que ayudaban a trasegar aquel vino, si, el que le dio a mi tío un paisano por calificar convenientemente su solicitud de crédito.

Y la Colegiata de Santa María, al castillo no le prestábamos mucha atención, donde mi padre me hacía siempre buscar la mosca en el cuadro de la virgen. El pórtico policromado aún no estaba como ahora, y no lo recuerdo.

Por supuesto me hacía mirar las escamas de la cúpula, (bizantina según él), y que a mí siempre me gustó, e insistía que buscase sus dos primas en Zamora y en Salamanca, que allí están.

No os voy a marear más, me voy a Toro otra vez, con otros ojos, con otros amigos, y seguro que una lagrimita de emoción o de nostalgia se me escapa, aunque siempre diré que es que no esperaba que el chorizo del aperitivo picase tanto.

In vino veritas

 

El cortijo está revuelto

Es que no puedo creer a veces lo que escucho, aunque me dé por un tipo bragado en esta y otras lides menores, y lo que escucho es que por mucho que nos pongamos el Puchi se cree las encuestas y le apetece mogollón ir a elecciones, al menos con un gobierno títere hasta que salgan los juicios y las condenas de los encarcelados allá por el mes de octubre.

Y eso con las encuestas que le hacen llegara tierras teutonas sus conmilitones, y a saber cómo las han elaborado.

Y es que también me dicen que las consejerías, las direcciones generales, y hasta la Tv3 están repartidas entre los que creen que ostentan el poder en mi tierra, a pesar de que saben los de Esquerra que no tienen la masa crítica suficiente para ir adelante con el tal “prucess”.

El problema es a ver quien se lo explica al tozudo gerundense que anda por Alemania…¡Vente a Alemania tío!, y es que parece que allí se usan las salchichas para atar a los perros. Cosas de La gastronomía.

Realmente miento cual político al uso, que sí me lo creo, que eso de la ruindad es algo común en estas castas, que no hay mayor felicidad para el Puchi, que ver como cae la popularidad de Junqueras…..uno menos piensa el pollo, y que siga en la cárcel para los restos, ¡tan cristiano él!.

Llegados a estos puntos y a estas comas, la verdad es que lo que hagan todos estos se me da una higa, que si no gobiernan, la inercia tira un montón, y de alguna forma la Torre Agbar se vuelve a alquilar, bien que al de caralibro para que pille los gazapos que le colocan los malutos.

Los hoteles vuelven a subir los precios y “Barcelona es bona” de nuevo, aunque el corredor del Mediterráneo ande renqueando, las rodalies no funcionen, y los paquistaníes se hayan quedado con el gremio del taxi y con los restaurantes de la Barceloneta. ¿Qué más da?, si al final ya se está la peña preparando el traje de baño para repartir el veraneo como siempre, mitad en Sa Tuna, mitad en Alp, que si no no eres nadie.

 

Y yo aburrido como una ostra de esas de Arcade de las de a seis euros la pieza, en la carta del Botafumeiro, como debe ser, como ha sido siempre, que aún quedan mesas al fondo.

Me dicen que este año, más del treinta por ciento de los turistas van a casas particulares, de esas que no le pagan demasiado a Hacienda, y que los hoteles están que trinan, que no llenan al cien por cien y no pueden subir los precios a la estratosfera como les apetecería, al menos para poder pagar esas reclamaciones estafa de los abogados británicos, que al parecer ya han frenado de alguna forma.

Si tuviese un hotel, iba yo a aceptar clientes de la Pérfida, vamos ni en el peor de mis sueños, que deberían aprender a disfrutar en Bath del verano británico, tan civilizado él, con su pinta y su gin tonic, con su corderito a la menta con sabor a lanaza, y su Stilton de la granja de la esquina.

Pero de algo hay que vivir, y ya ves los de Caralibro se vienen a Barcelona de escapada, a pillar noticias flatulentas, y no se quedan en un hotel, que se han buscado un pisito en el supositorio que da Gloria Catalana. (Nos ponen un edificio así en el Foro, y el cachondeo dura décadas)

Por aquí, ya que hablamos del Foro, me dicen que los peperos en su afán de contentar a la nobleza, ponen a un Señor Conde al mando del partido en la comunidad, pues que bien, que confío en que Don Pío nos salga pío en su pluriempleo, que debe ser que tampoco le llega el sueldo al muchacho entre lo del Senado y lo del partido.

Que por ahí me dicen que le pidió cinco milloncitos de pesetonas a los de la Gürtel, pero que los devolvió a plazos, que seguro no sabía el hombre la procedencia de la tal pastizara. Y eso es lo más limpio que tienen por la casa, dice Marianico. ¡Habrá que creerle!.

Yo en mi agnosticismo cabalgante, no me creo ya ni lo que digo, que con tanta noticia falsa, con tanto Señor Conde dando vueltas, con Grandes de España entrando y saliendo, a lo mejor es que las cosas no han cambiado demasiado desde los tiempos de Felipe III, salvo que los Duques de Lerma se han multiplicado, y ya no toman la púrpura…(el olivo aún lo toman algunos, que no llegan al burladero).

Ya iremos viendo lo que el futuro va trayendo, pero menos las combinaciones de las loterías, todo es tremendamente predecible, y si te equivocas en la profecía, si no eres “Noble”, pues se te da una higa.

Así que sea Lerma, Medina Sidonia, hijo de los Borgia, o descendiente directo de Wifred el Pilos, a mí me da lo mismo, que a estas tierras las dominan siempre sus señores, las familias de sus señores, y los amigos de las familias de sus señores.

Lo que de veras me preocupa es que cuando llegan las elecciones toda esta panda se olvida de poner el título que le corresponde por nacimiento, hidalguía y nobleza grande de España, que seguro los ciudadanos estaríamos mucho más reconfortados a la hora de escoger a nuestro representante en la administración del Estado.

Pero su discreción se lo impide, esa humildad que ha sido norma de oro a través de la Historia, es lo que de verdad ha hecho grandes a todas estas ilustres casas. Mucho tiene que aprender esa Europa que nos envidia.

Tal y como están las cosas, ya me perdonarán sus gracias si dejo la entradilla de hoy por estas zonas, y es que creo que tengo que acercarme a la Plaza del pueblo, que viene hoy el Señor Duque, bueno, el capataz del Señor Duque a repartir los jornales y no quiero quedarme fuera del reparto, que la pensión de Doña Fátima tampoco da para mucho.

Con su pan se lo coman

 

¡Que se jodan!

Parece que andamos todos en precario, los pensionistas en el parecer de Carmen Martínez Castro, que ocupa un cargo de secretaria de Estado de Comunicación, se cabrea y nos muestra la patita, cuando esos mal nacidos que somos los pensionistas, abucheamos a su jefesito.

¡Qué ganas de hacerles un corte de mangas de cojones y decirles: Pues os jodéis!.

Vaya, parece una Choni cabreada, y lo más probable es que el exabrupto exprese no solo su posición sino la de todos los de su partido, cuanto menos, que de los demás tampoco me fío un pelo, que todos calladitos, y otorgando.

Espero que de golpe, el partido al que pertenece, pierda los votos de absolutamente todos los pensionistas y sus familias, eso sí, sin groserías añadidas, que no son necesarias cuando simplemente se envía al paro a aquellos empleados que no nos sirven,

Que sí Carmen, que eres una empleada mía y de todos los españoles, y al jefe no se le trata así ni en petit comité, ni con los micrófonos cerrados, que lo que se hace es dedicarse a otra cosa, si el percal que tienes que cortar no te gusta. Y tú, me parece que ostentas esa posición en la Comunicación del Gobierno desde dos mil once, y vemos ahora tu  pelaje.

Que conste que no me dirijo a tí como Doña Carmen, o como Señora Martínez, por no ofenderte, que a una amiga Choni que tengo y es algo más fina en sus expresiones que tú, la traté un día de Señora e intenté hablarle de usted, y me preguntó aquello de que si estaba cabreado con ella, que sus colegas la llamaban Choni a secas, y ella tan feliz.

Ya ves Carmen, no quiero ofenderte, y por cierto, recibo tu corte de mangas de cojones, con una sonrisa hacia la zafiedad y a la falta de rigor y de argumentos que encierra. La recibo con una sonrisa conmiserativa que viniendo de la tropa política en la te encuadras, casi me parece correcto el mensaje, que no las formas.

Y es que tu señorito se ha dedicado, y usaré tus palabras, a joder a los trabajadores de este país y por extensión a los pensionistas, y me parece que ya la peña se va dando cuenta de lo que hay, que cada vez que abro la prensa aparece en el horizonte judicial un nuevo reto para los abogados de Génova, que están en un sin vivir.

Y claro, me pregunto yo, en mi ignorancia, cuáles serían las consecuencias de la pérdida de votos, escaños, concejalías diputaciones y asientitos varios en los que pones tu culo. (Jamás diría eso a una señora, pero quiero que entiendas claramente lo que quiero decir) que os vais a quedar sin dinero para pagar abogados. Un desastre en el horizonte.

Veo que pides disculpas, pero como te expresas como una Choni, no lo entiendo muy bien, quizás habrías tenido que decir aquello de ¡Jooodeerrr, coño!¡Que es que se me fue la lengua y la he liao parda!¡Tíos no os mosqueéis y a otra cosa!.

Pues lo siento, me mosqueo, y espero que tu señorito, ese que ha robado a las clases trabajadoras de este país como nadie lo ha hecho, te ponga en la puta calle echando hostias.

En mi lenguaje diría que aceptase de inmediato tu dimisión no solo como Secretaria de Estado, sino de cualquier otro puesto o prebenda que puedas tener dentro de la administración pública del estado, incluyendo el partido que con mis impuestos paga tu miserable salario, que estoy seguro piensas que es menos de lo que tú vales.

Ignoro las circunstancias que han de producirse para que los de tu calaña acaben en el cajón del paro, sin prebendas de ningún tipo, como las que habéis diseñado para aquellos a los que decís estáis sirviendo, pero debo decir que os lo habéis ganado a pulso, siempre desde mi modesto entender, que de esto, uno no sabe demasiado.

Quiero alabar tu gusto a la hora de escoger la COPE para la disculpa, que me hubiese encantado verte en la Sexta, o delante de un periodista de esos que no os tienen miedo, y realmente hiciese de amplificador de tu ideología a la mayoría del pueblo español.

Pero no, la cosa queda dentro de la camada, que seguro que en esos ámbitos de poderosillos meapilas te acogen; hasta les habrá hecho gracia la cosa. Qué ingenio, que valentía, que soltura, habrán dicho las señoras bien en su partida de canasta, o sus maridos en el hoyo diecineve, antes de quedar con Marichuchi, a eso de las ocho, que hay que llegar a casa antes de las diez.

¡Ay! Carmen de mis entretelas, que aunque no te has dado cuenta llevas un nombre muy español, de esos de armas tomar, que hasta Merimeé se lo otorgó a una obrera, que además era mujer libre, tanto, que le costó la vida, aunque eso son cosas de las novelas y sobre todo de ese pueblo que has intentado joder desde tu puesto de servidora pública. Y tú no te lo mereces, que hueles a emigrados venezolanos con pasta, a indiano, y sí, te estoy tratando, aunque tu vida se haya desarrollado en España, como persona ajena a nuestro pueblo, ya que quieres, deseas joderlo.

Espero que ni tú, ni tus conmilitones lo consigáis del todo, que daño ya habéis causado suficiente, que lágrimas ya habéis hecho derramar más de las necesarias, que seguro nos va a quedar un hálito de vida para poder darle la vuelta a esa tortilla, aunque sea solamente para ponerla de canto, que ya será suficiente.

Y es que  los niveles de pobres que han salido de las universidades y de las escuelas, es inasumible, que habéis creado médicos, ingenieros, y por supuesto obreros, indigentes, de los que ni pueden vivir ahora y mucho menos cuando acabe su vida laboral, con lo que sí, Carmen, la de los cojones en la boca, los has jodido bien.

Habrá que seguir abucheando a los de tu especie, y sobre todo echarlos de la vida pública a la primera ocasión.

Vale

 

La toallita limpia zapatos

Hoy me iba a limpiar los zapatos, y de la caja esa donde guardo los útiles, sale uno de esos pañitos blancos que te dan en los hoteles, y que siempre me he afanado por guardar, que nunca se sabe.

Trump, pone en tal pañito, y si, recuerdo haber estado en ese hotel en Columbus circus, allá donde Broadway se vuelve verde, que hay cosas que uno no se cree, como que el parque central de la gran manzana siga sin que se hayan hecho rascacielos por sus sendas.

Trump se quedó en el límite, que seguro pensó en levantar torres infinitas en aquel trozo verde increíble, y pienso en su argumento fuera ya de la pura rentabilidad: ¡No os quejéis que aún queda el parque Battery!.

Yo voy a limpiar mis zapatos con el nombre del presidente del Imperio, ese ser de imagen zafia, que a saber quién ha puesto en la supuesta primera magistratura del Imperio.

Es lo que tienen esas cosas del mercadeo, que lo importante es la marca, y yo, querido presidente de imagen zafia, limpio mis zapatos con el nombre de su padre, de sus hijos, y tan a gusto nos quedamos, yo con los zapatos limpios y usted con el puñado de dólares que en su momento me cobró por vivir varias noches con vistas al terreno potencial de sus sueños de constructor.

Mi querido amigo, no sabe usted como me hacen sonreir estas cosas que el mundo moderno nos trae, y como me recuerdan que el que gesticula y grita es un actor, un payaso si hace reir, y un ser patético si no transmite nada.

Me dicen por los rincones, que quienes de verdad están moviendo los hilos, desde Waterloo, por lo menos, son unos chicos prudentes y discretos, una familia de unas doscientas personas, no muchas más, y que no usan demasiado su apellido para dar relumbrón a sus actividades, apenas un banco, que es banca, y un vino excelente, que no puede beberse cualquiera, y que los más afortunados habrán podido degustar una o dos veces en la vida.

Y lo que tiene este muchacho de ojillos pirris, de peluquín mal disimulado y con aires de matón de taberna barata, es que este menda, jamás abriría una botella que se anunciase con el apellido de su familia, que uno espera delicadeza, personalidad, y placer sereno dentro de un vino, y no parece, no parece que sea el caso. Así que con limpiarme los zapatos con su nombre familiar me basta y sobra.

Cuando llegó a esa magistratura mi proveedor de toallitas para limpiar los zapatos, me preguntaron la opinión que me merecía el tal personaje, y hasta el momento he desarrollado una resistencia a darla, dada la vacuidad perfecta del personaje para el trabajo que le han encomendado.

Y es que alguien me dijo aquello de que el mayor triunfo del diablo era convencer a la humanidad de su no existencia, que así le dejaban el campo libre y nadie iba a achacarle los desaguisados que pudiese organizar.

Y en este caso, parece que los verdaderos amos discretos de este mundo, han acertado. Nuestro amigo el de la toallita que limpia los zapatos, les hace el trabajo de maravilla con su metafísica marxista, de Groucho, claro, pero mal entendida y sin la finura que caracterizaba al buen hermano Marx.

Ya sabes, vale lo que digo y lo contrario, que no tengo problemas en decir la verdad o la mentira que se adapte al momento, a la ocasión, que las afirmaciones, o las posturas no tienen por qué ser eternas, con que duren lo que dura la aparición de la siguiente boutade, todos tan felices, que para lo que vamos a vivir…

Pero a lo mejor es lo que cumple, que lo interesante para quien mueve los hilos del mundo, en caso de que alguien lo haga, es tener de pasmarote a un amigo como el de las toallitas limpia zapatos, que nos va haciendo juegos de manos de esos burdos, nos quedamos embobados viendo por donde sale el conejo, y de pronto alguien hace unos duros con unas opciones put sobre Amazon sin ir más lejos, o nos asustan con que Apple se va a pegar un tortazo porque la última baladronada twittera intenta llevarnos por ese camino.

Seguramente estoy equivocado, pero de pasar del insulto tabernario al muchacho coreano, a sentarse en la misma mesa, aparentemente el paso no es tan corto, y a lo mejor se ha marcado territorio con una meadita perruna antes de comenzar a discutir, que para eso si que sirve mi proveedor de toallitas limpia zapatos.

Hasta donde llego, todo lo que he visto, es que el muro mejicano sigue donde estaba, que si hay que vender unos misiles nuevos que acaba de diseñar la Lokheed o quién sea, enseñamos unas fotos de niños asfixiados por unos gases de guerra, que la gente no entiende, que cuatro matraces y dos bidones asustan mucho, y cualquier excusa es buena, que me viene a la cabeza los botes de extracto de levadura que tenía Sadam Hussein y nos enseñaron las teles del mundo antes de la tormenta perfecta.

Lo que he visto, es que los tratados de libre comercio se van a renegociar, y que la posición americana sobre el cambio climático sigue inamovible por mucho que Al Gore nos venga con la parte dos de su verdad incómoda. Al final huele a Republicanos contra Demócratas, que quien ocupa la primera magistratura cada vez más me huele a pelele de vaya usted a saber quién.

Así que, seguiré limpiándome los zapatos con el nombre de la familia Trump, qué le vamos a hacer, que es todo lo que me queda como habitante de esta tierra que parece lo soporta todo, y seguiré rezando porque en mi entorno cercano nadie estime conveniente probar misiles o cabrear más de la cuenta a unos u otros en plan experimento, de esos de a ver que pasa si invento una razón para que la sociedad se divida, creo un germen revolucionario, separatista, de origen religioso o cualquier otra barbaridad, ya que aunque me limpie los zapatos con el apellido del presidente del Imperio, me van a dar por donde amargan los pepinos. Sin duda.

Con su pan se lo coman