Afeitarse tranquilo

Se me mezcla todo, y lo que me queda es un guirigay en la cabeza de esos que te dejan sin aclarar las conexiones de las meninges por unos días. Pero qué le vamos a hacer, siempre podía haber elegido vivir en el Gobi sin Internet, sin El País, y sin Radio la voz de la experiencia, de la Cadena del Water.
Vamos, que te levantas por la mañana, con la sana intención de coger el tren para tomarte un pescadito en Barcelona, aprovechando que dicen que va a llover, y los de la radio siguen repitiendo, que por fin, con eso de la salida de la Unión Europea del Reino Unido de la Gran Bretaña, se va a revertir el tratado de Utretch, y las monas de Gibraltar pronto serán bilingües, y los llanitos celebrarán la Semana Santa.
Que el negociador europeo se ha puesto de perfil, y lo que es peor, de uñas planeando un ataque por la derecha, que como todo el mundo sabe, desorienta mucho al pueblo británico.
Pero eso no es nada….¡qué vá!, ya que en un despiste, en una tertulia, una dama menciona al Profesor Cordeiro y se pone a dar guita al tema de la implantación de chips en nuestro cerebro, en una interfase que permita el intercambio de datos, la inmortalidad y no sé cuántas cosas más.
Y su ying es que el conocimiento (ya no sé si la sabiduría), estaría implantada entre nuestras (espero) asombradas neuronas.
Claro que el aguafiestas de turno nos sale diciendo que muy bien eso de que toda la información venga a ocupar nuestro cerebro…bueno en una nube conectada al mismo, quiero decir, que es como se llaman los servidores de la NSA, como todo el mundo sabe.
Y se me ponen los pelos como escarpias cuando me pongo a pensar, que en el supuesto de que podamos alcanzar toda esa información, nuestro cerebro pueda procesarla, pero a cambio habremos puesto a disposición del chip todo lo que somos, todo lo que soñamos, todo “on line”, para todos.
¡Madre del amor hermoso!, mira que no sé yo si el negocio me interesa, porque con la otra mano, habré perdido posiblemente la capacidad más bonita del ser humano, la curiosidad, que ya lo sabré todo, hasta jugar con la Play Station. ¡flipante!
Y eso no es todo, que con la disponibilidad inmediata de todo el conocimiento y toda la información, posiblemente habremos perdido la capacidad individual del discernimiento, siendo la consecuencia más inmediata la pérdida de libertad y la manipulación total de la Humanidad.
Así que con estas cosas, uno no se corta con la Gillette de milagro, y casi aterra meterte en la ducha, pero no pasa nada… y si pasa se le saluda, que por fin el gobierno decide reducir el IVA a los espectáculos en directo.
No está mal, veamos si al final la cosa se incluye en los presupuestos, que aunque no me baje el precio del teatro, a lo mejor la calidad de la vida de los cómicos va un poco hacia arriba, que ya está bien.
En Catalunya, no les salen las cuentas a los indepes, ni haciendo trampas al solitario de las encuestas que ellos mismos preparan, y además doña Merkel anda buscando a Marianico por los pasillos, y se muere por sentarse a su lado en la silla del cole.
-¡Que no te preocupes Marianico! ¡Que como se les ocurra a los indepes liarla les damos de bofetadas hasta en el carnet de identidad!.
-Tú mientras marea a los británicos con la murga de Gibraltar, que entre lo de Escocia y lo del Peñón les colamos cuatro clausulas en el acuerdo de salida que se van a enterar.
A todo esto Junckers, que anda cabreado con Tito Trump, que si Putin es buen chaval, que,¡ venga inglesitos! dejar a los carcas de Bruselas, que a ver si a los franchutes les convenzo….le suelta que a lo mejor Texas y Ohio, por lo menos se animan a salir de la Unión, que a los californianos no hay que animarles mucho…
En fin, que así no hay quien se afeite, aunque uses jabón de lavanda de ese que hacen los portugueses con fórmula británica y flores de Grasse. Un sin vivir.
Y menos mal que no se me ocurrió tener acciones de Abengoa, que a mí eso de los Benjumea, siempre me sonó a rejoneadores de postín, de los de ¡Zeñito!, ¿Le paso un paño a las espuelas de plata del zeñito, que se están oscureciendo?. Y, claro, tarde o temprano acaban toreándote a pié, a caballo, y al final rejón de muerte.
En ese momento uno decide desconectar del runrún de los medios de comunicación que te adoctrinan antes del desayuno, que si no pierdo el tren, y tampoco es cosa, y casi me sueltan el madurazo, que ha tenido que salir por un pico en jueces.
Con todo esto quiero llegar a la reflexión del bombardeo que continuamente recibimos de cosas que realmente no nos interesan nada, o casi nada.
Que Texas sea parte de la Unión, o no realmente no me interesa, y casi ninguna de las cosas que he escuchado esta mañana. Lo que realmente queremos es saber si hay que coger el paraguas por la mañana, si funciona el metro, si el pasajero que se sienta a tu lado no huele a choto ni a tigre, y que no va a ponerse a gritar por el teléfono cualquier historia de su intimidad.
Lo que realmente nos interesa es saber qué pasa en nuestro trabajo, nos interesa saber qué piensan nuestros seres cercanos, es más, nos interesa saber qué sienten, que sueñan, para quizás, si nos lo permiten soñar con ellos.
Si a Cassandra la condenan, nos revienta si estamos de alguna forma involucrados directamente….en caso contrario cambiamos de nivel, lo pasamos a las cosas tontas de cada día, y quitamos un trocito en nuestro mapa de la libertad que aún nos queda. Pronto, ni eso. Pero, ¿a quién le importa la libertad, si la mayoría de nosotros no somos capaces siquiera de definirla?´
Seguiré escuchando la radio por la mañana, ¡claro que sí!, pero en la clave en la que hay que colocarla, en la clave del entretenimiento, que lo demás no importa, que lo demás son esas medias verdades con las que nos distraemos.
Esas medias verdades que nos quitan tiempo para leer el último de Tom Clancy, por lo menos, o las Aventuras del Corto Maltés, ahora que tenemos el congreso mundial del cómic, perdón, del TBEO, en mi pueblo, En Barcelona.
Que no se os indigeste