Bucle

Llega un momento en el que uno se colmata, vamos, que ya no le caben más estupideces en el cuerpo, y a partir de ahí, como en las buenas soluciones que nos explicaban en física de segundo, el nuevo aporte de solvente dejaba de ser aceptado por el disolvente saturando la solución.

Pues así me temo que estoy yo, saturado, que en ese maravilloso lenguaje de la calle, quiere decir hasta los mismísimos cojones. Y lo malo, es que siguen echando toneladas de solvente.

Que se despierta uno por la mañana, comete el error de poner cualquier emisora de esas que sueltan noticias, (ese es mi pecado), y empieza la descarga de los elementos que me tienen colmatado.

Estoy de los israelitas y de los palestinos hasta arriba, la cosa está claramente en bucle, intifada si, intifada no, intifada niña que la bailo yo, que si Tel Aviv, que si Jerusalén, que si el lobbi judeo-americano, que si los de Hamas. Cierto que el verdadero drama está en la gente que anda por allí en su día a día, pero eso no importa, que se les mata, que se les ignora, que se les saca todo el dinero que se pueda, y a otra cosa.

Y a nosotros, como si en ello nos fuese la vida nos dan desde explicaciones falsas, a los más sesudos análisis, intentan que seamos o pro unos o pro otros, y así durante décadas.

Pero como se nos calienta el planeta nos volvemos a reunir en Paris, y ya sabemos que al Imperio no le viene, que a los del carbón asturiano tampoco, que a los chinos la forma o el fondo, que nunca se sabe. Al final la culpa es de las vacas, que son las que no tienen derecho a voto, pero más carga a mi solución colmatada.

El bucle está ahí, que unos me dicen que los osos polares se mueren de hambre, y otros me dicen que cada día hay más osos, y todos acercando la boca a la teta de la subvención, del donativo, y procurando, con razón o sin ella que la cosa siga viva, bien viva.

Y Bankia la vendemos un veinte por ciento más baratita de cuando la compramos, y digo bien el plural, que de mis dineros salieron las ayudas y no me dieron acciones a cambio, que ya sabemos que de eso no entiendo, que es mucho mejor que lo lleve el gobierno, que por aquí somos imbéciles y eso de los mercados no lo entendemos. Y unos dicen que si, otros que no, y a mí ya no me cabe más porquería de ese otro bucle eterno.

Que parece que es el mismo bucle de la corrupción que nos sacude desde el lado de la política, y es que la buena de Espe y sus acólitos dicen que metieron la mano, el brazo, y cualquier otro apéndice disponible, y de nuevo los sesudos analistas a llenar ese vaso que tengo a rebosar, que la cosa no se arregla ni en el golf de Vallehermosos, que si costó una pasta hacerlo a mi pobre y mísero bolsillo, más costará ahora derruirlo y rehacer el espacio con nuevas instalaciones de otra guisa para el vecindario. No cabe más solvente, que a nadie de todos estos que la liaron parda les van a detraer de sus patrimonios, siquiera lo que por las operaciones fraudulentas llevaron a sus bolsillos aquellos que lo hicieran.

Puestos a buscar más de esos elementos que tienden a que se llene mi vaso, cuentan por ahí que las cosas esas de la salida británica del club europeo se siguen retroalimentando, que hasta mi amigo el analista de estas cosas escribe y escribe todo lo que puede para demostrarnos que lo más seguro es que quién sabe, que si se quedan un poquito, no pasa nada, que al fin y al cabo no han dejado nunca de circular por la izquierda, y que con eso de que la pizza es ahora Patrimonio de la Humanidad, están ellos con el run-run de que hagan lo mismo con el “five o’clock tea” del Ritz de Picadilly.

Y que a los irlandeses ya veremos por donde les dan, que eso es lo de menos, que el individuo de Belfast o de Londonderry no es un actor de este juego.

Y que me dejes el arancel, o que lo quites, que cierren el Canal de la Mancha, o que lo dejen abierto, pero por favor dejad ya de echar más solvente a la solución, que esto va para años, que estamos dentro de un bucle, que les saldrán canas a mis nietos, y seguirá el bucle creciendo. Siempre y cuando, claro, llene los bolsillos de alguien.

Y el bucle de los nacionalismos en cualquiera de sus versiones, ese bucle que de vez en cuando revienta y mata a mucha gente, o arruina a otros tantos. Está ese componente de la solución saturada de la que hablamos continuamente y que arruinó a Quebec, que mató a millares en Yugoeslavia, que impide que progresemos adecuadamente en Córcega, en Cataluña, en Bélgica.

Pero no importa, es un bucle que se retroalimenta con facilidad, y seguirá de forma machacona encima de nosotros per omnia saecula saeculorum.

Y ese otro maldito bucle de la gente del sur que busca en norte, y se encuentran que el norte les ha preparado un sur en los suburbios de las ciudades de las que estamos tan orgullosos. Y hoy te violo, mañana te vendo como esclavo, hoy te contrato como esclavo en lo peor de mi sociedad inmaculada, mañana te tiro a la basura como el deshecho humano que eres.

A nadie le importa, yo compro viendo el anuncio del nuevo cochecito como se hunde tu patera, como pierdes a tu mujer, y como estoy colmatado, me parece que lo que me están enseñando es un anuncio de pateras.

Y el bucle lo alimentamos dejando que cualquier cafre gobierne por el sur, que al final lo que roben acabará en los bolsillos del fabricante de barcos de recreo, de don Ferrari, de don Porsche.

Estoy colmatado, hasta los cojones que diría el castizo, estoy cansado de chapotear la misma mierda ayer, hoy y posiblemente mañana, así que deberé de cargarme de paciencia o verter el vaso, llenarlo de un nuevo disolvente, y esperar pacientemente a que se vuelva a colmatar.

Con su pan se lo coman