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El primito de Badostain

Que es lo que decía mi abuelo:
-Se me ha plantado en casa el cabrón de Pepe, mi primito de Badostain.
Como todo el mundo sabe Badostain es el pueblo ese del que nadie se acuerda, donde vive esa rama de la familia que tampoco nadie sabe si es por parte de él o de ella, pero el primito, el cabrón de Pepe, apelando al sentimiento de tribu, al sentimiento familiar, se te planta a destiempo en casa, y suerte tienes que no te venga con la prole, que los hay de todo tipo.
Y es que el cabrón de Pepe es muy cariñoso, que de pronto se ha acordado de tí, y le ha dado la ñoña, que el hombre necesitaba verte para expresarte el cariño que lleva dentro, unos abrazos tribales son los que necesitaba darte, ¡la murga es lo que va a resultar la tal expresión de cariño!.
Y es que, querido primo, tenía que hacer unas gestiones en Madrid, y me dije, ¡que no se entere que he ido a Madrid, y no me he alojado en su casa! ¡Que me retira el saludo!.
El saludo, el saludo te lo voy a retirar en cuanto te vea, pero luego se te ablandan las carnes, y ya se sabe, por la caridad entra la tiña, y el cabrón de Pepe, tu primito de Badostain está infectado hasta las cachas.
Lo malo del asunto, es que con el tema del cariño tribal, no sabes cuando va a acabar la visita, que ya se sabe, estas cosas de los trámites son muy lentas, y claro ya que estoy aquí….
Pues eso, ya que estoy aquí, te dice el primito de Badostain, que le enseñes la ciudad, que la última vez que se le ocurrió pisar la Villa y Corte, no fue cosa suya, que cosa de la mili, y claro, no es lo mismo.
¡Querido primo!, te dice el de Badostain, que alegría estar contigo, y digo yo, que ya que estoy aquí, nunca he estado en ese restaurante que sale por la tele, y tiene tres estrellitas Michelin. Podemos ir todos, y seguro que será inolvidable.
Pues sí, inolvidable, que voy a tener que hipotecar el piso, para eso de la factura del tres estrellitas, pero todo sea por el primito de Badostain.
Además, el primito de Badostain, que tanto te quiere, te sirve de asesor inmobiliario, asesor de inversiones, asesor matrimonial, y por supuesto auditor interno, que ha venido a ayudar.
¡Primo!, te dice el de Badostain, ¡pero que piso más pequeño tienes!, y la habitación que nos has dejado, además es muy ruidosa. Creo que tendrías que;
-Cambiar de casa
-Cambiar esta cama
-Tener el baño dentro de la habitación
-La tele que tienes en la habitación es muy pequeña
-Pero, ¿cómo puedes aguantar a tus vecinos?, son muy zafios, y además no saludan con respeto
En Badostain las casas son mucho mejores, y ya sabes que nosostrooossss.
Tú estás con ganas de cometer un primicidio, que le has dejado tu cuarto, que estás durmiendo en el sofá de tu despacho, y la parienta se ha ido a casa de su madre, que definitivamente, se veía venir la cosa, y no ha querido…en fin, no ha querido.
Primoooo, llévame a eso del Rey León que en Badostain no nos llegan los musicales.
Primoooo, que necesito que me dejes el coche, que es queeeee.
Primoooo, deberías cambiar el coche, este está muy anticuado, y en Badostain vale, pero aquíiiii.
Y como buen auditor, te controla la dieta, te pregunta por tu vida sexual, y desde luego te aconseja en lo relativo a técnica, frecuencia, número de hijos.
Y la pintura del salón…chiicooo, que tú tenías mucho mejor gusto, que me lo dijeron hace mucho tiempo.
-Pues no sé, pero creo que esos fondos donde tienes el ahorro para cuando te jubiles, no es muy rentable, y además por lo que me dices, las comisiones que te cargan. Deberías arreglarlo.
Las cosas siguen inexorables, que el trámite del primito de Badostain no se acaban de perfilar, que esto parece el homenaje a Mariano José de Larra.
Primoooo, llévame de compras por Serrano….Primoooo, que pagues tú, que tengo la tarjeta bloqueada, que no se qué ha hecho tu prima y que no te preocupes que te lo mando en cuanto llegue a Badostain.
Y eso a las dos semanas de trámite empieza a preocuparte seriamente, que no sabes cómo acabará la historia, y es que se acerca peligrosamente el día de tus vacaciones en el crucerito de Pullmantur, y el primo de Badostain que no se mueve.
Primo es que tengo las vacaciones pagadas, y empiezan…
-No te preocupes, que yo me quedo y te cuido la casa. Me llenas la nevera, me dejas algo de dinero, que la parienta no sé qué hizo con mi tarjeta, y te ahorras un disgusto con los ladrones.
Menos mal que tengo un primo –piensas-, que si no, no sé que iba a pasar mientras estaba de crucerito Pullmantur por las Baleares.
Y llega un momento, que curiosamente coincide con el aviso del banco de que tienes un notable descubierto, que las tarjetas se te han fundido, que el presidente de la comunidad te empieza a preguntar si tu primo de Badostain lo ha enviado AirBnB, tu mujer está considerando seriamente lo de quedarse para siempre en casa de su madre, tu primo, el de Badostain, te suelta aquello de:
-Primoooo que me saques el billete de vuelta que me vuelvo a Badostain, que esto no es vida, que no sé cómo sobrevives aquí. Es que los de ciudad sois muy vuestros.
Pero bueno, enemigo que huye, puente de plata, le sacas el billete, lo llevas a Chamartín, te aseguras que el tren se lo lleva, y que no para en los próximos doscientos kilómetros, por lo menos. Y el cuento se acabó, crees tú, ¡pardalet!
Y es que a los tres días, en pleno proceso de recuperación, te llama tu tío, sí el de Badostain.
-Sobrinoooo, que me dice tu primo que tu vida en Madrid es un desastre, que comes fatal, que vives en un armario, que no te llega el sueldo, que tienes el coche hecho un cascajo, que no sabe qué haces allí perdiendo la vida y la salud.
-Vente pa Badostain hombre, que el Fulgencio se ha muerto, y los herederos necesitan vender la casa, y a ti te hacen un precio, como los de Madrid, para que no notes la diferencia, que aquí todos te queremos.
-Y mientras te arreglan la casa, te puedes quedar en el hotelito con encanto de las afueras de Badostain, que me han dicho que es muy mono.
Menos mal que hoy la tecnología permite bloquear teléfonos.
Con su pan se lo coman

Por alusiones

De aquellas lluvias vienen estos lodos, creo que dice el aforismo popular, y en estas fechas vacacionales, y a pesar de las cosas terribles que están pasando, me apetece jugar a la historia ficción, meterme un poco con las casas reales, y cómo no con los indepes, que me tienen no hasta los cojones, que derecho a querer serlo, tienen, me tienen aburrido, y con el calor que hacen, es lo último que me apetece.
Por razones que a nadie interesa, me ha dado por leer tres documentos de nuestra historia, que son tremendamente ilustrativos, el primero se refiere al exorcismo que sufrió el rey Carlos II, “El Hechizado”.
En ese primer documento, se mantiene que un diablo le poseyó, ¡¡¡Lucifeer!!!, ¡Hombre, no!, que uno es muy selectivo con sus posesiones, que por otra parte puedo garantizar que son escasas, y ninguna anda erecta.
Se dice en el proceso que se siguió contra el confesor real, el dominico Froilán Díaz, y el capuchino alemán Mauro Tenda, que a consecuencia del exorcismo, el rey falleció.
En cualquier caso, la presencia del Lignum Crucis, y la aplicación exquisita del ritual de exorcismo establecido por Pablo V, en 1614, parece que fue determinante en la sentencia absolutoria.
Cosas que tiene el seguir los protocolos, que la reina consorte se quedó con las ganas de empapelar a la iglesia, ella, tan mona, y supuestamente tan fértil.
La sobrina de Luis XIV, María Luisa de Orleans, debió dejar honda huella en el rey, porque su segunda esposa, Maríana de Neoburgo, por muy cercana que estuviera al archiduque Carlos, no consiguió que el segundo documento fuera a favor del de Austria en sus aspiraciones sucesorias a la corona española.
Ese documento es el testamento real, en el que se da la sucesión al trono español al nieto de Luis XIV, “Le roi soleil”, al puñetero y bipolar Felipe V.
Eso sí, Doña Mariana robó todo lo que pudo de la corona española, para enviarlo a sus parientes austríacos, y del Palatinado.
El tercer documento, es realmente impresionante, más aún, espeluznante, y se refiere a la autopsia real. Mencionaré alguno de los extremos de la misma:
– Un corazón muy pequeño, del tamaño de un grano de pimienta
-Los pulmones corroídos
-Los intestinos putrefactos y gangrenosos
-Tres grandes cálculos en el riñón
-Un solo testículo, negro como el carbón
-La cabeza llena de agua
-Una sola gota de sangre en su cuerpo.
Lo que trajo la enfermedad, la posición de la Iglesia y el fanatismo en el que aparentemente vivía la sociedad española, y evidentemente los movimientos de la corona francesa, todo poderosa, posiblemente provocaron que el testamento de Carlos II, acabase con la proclamación del Borbón como rey de España.
Teniendo en cuenta el hecho manifestado por los exorcistas de que la posesión del rey estaba hecha por mí, por Lucifer, y que a consecuencia de ella, y de las causas que en la autopsia se detallan, vamos a ver si al final me acaban echando la culpa de la guerra de sucesión española.
No está mal la cosa, ya que los movimientos posteriores en Cataluña si se pueden calificar de algo, son de diabólicos, con las traiciones al rey legítimo, con los apoyos ingleses, y con tanta y tanta vida perdida por andar buscando algún rey que mantuviese privilegios a las clases altas de esa mi tierra.
Luciferino quizás fue el proceso que empieza con la ascensión al trono de Carlos II, un hombre que nunca debió asumir la corona española a decir de multitud de historiadores, y que de hecho solo la tuvo de forma teórica, ya que con su salud no cree nadie que fuese capaz de ocuparse de los asuntos del Reino, de forma eficaz.
Siempre he mantenido que el nombre de Lucifer no es otro que el de portador de luz que es uno de los grandes pecados que el poder castiga de la forma más cruenta que le sea posible, y en el caso del monarca hechizado, parece que se le quieren echar las culpas de las terribles consecuencias que el paso de este pobre rey por el poder de las Españas tuvo, y sigue teniendo.
Que de la terrible guerra de sucesión al trono de España, aún estamos pagando las facturas, pues el mundo romántico, aquel que se concentra en La Renaixensa, se achaca la pérdida de la identidad catalana a Felipe V, el rey bipolar.
Al que por cierto se le daba una higa lo que se pensase en Cataluña, que de lo que se trataba por un lado era adecuar en todo el estado niveles impositivos similares, y eso a la clase dominante no le venía bien, vamos nada bien, y ya venía de tiempos del Code Duque de Olivares, la revuelta dels segadors, y la guerra civil catalana, ganada a pulso, por creer en mi tierra que alguien podría darles longanizas para atar als gosos d’atura.
Y como en mi tierra de esas cosas de jefes no entendemos mucho, la cosa en aquel momento fue mirar a ver si Carlos de Austria, o los ingleses, o quién fuese, tomaban el gobierno del territorio y dejaban las cargas impositivas lo más bajas posibles, y ciertos fueros mantenidos.
Pero la traición que Felipe V sintió que se le hacía, la pagó el pueblo con un baño de sangre. Y eso duró, hasta que se olvidó, y los niños pijos de La Renaixensa, lo resucitan como excusa para emprender un camino de manipulación histórica que nos ha llevado por un camino de sangre, traiciones y frustraciones hasta hoy….y lo que queda.
Mantengo pues que Lucifer, como el capuchino alemán que dijo hablar conmigo, hemos sido absueltos por el proceso posterior que se instó por la Neoburgo, posiblemente para que no fuera ella misma acusada de haber pasaportado al rey, ya que mentir mintió todo lo que pudo, al afirmar que había quedado preñada de aquel pingajo así como doce veces, seguidos de sus consiguientes abortos….terrible historia.
Al final, ya veis, tengo ahora que reivindicar mi nombre en este caso, que no he sido yo quien la ha liado, que ha debido ser, esta vez sí, un diablo de verdad quien puso a un enfermo como rey de España, a un bipolar como sucesor, a una clase alta catalana traicionando a su rey para intentar mantener unos privilegios, a unos pijos metidos en juegos de café y autodenominados Renaixensa, manipulando la historia como un pasatiempo más, y a una larga lista de aprovechados a los que les han venido de perlas la incultura, la manipulación, y los muertos que tanta ignominia ha causado y seguirá causando.
La tal revista, luego diario, que se publica de la mano de Angel Guimerá, y que apenas dura treinta y cuatro años, fue el vehículo que el tinerfeño utilizó, para fomentar los intereses generales de Catalunya, aunque en origen fuera una revista dedicada a las ciencias y a la literatura.
Por cierto, Guimerá, no pasó de ser un autor de segunda clase en la posteridad, que Mar i Cel, creo que no es lo más adecuado en estos momentos de tensión islamista, por mucho que Dagoll Dagom haya hecho un bonito musical, y La Terra Baixa, ese dramón rural cutre, que se ha convertido casi en “El Tenorio” indepe, debe reponerse cada dos o tres años en el Borrás, para que no decaiga el espíritu ni el “pruces”.
Así que no, que yo no fui, que fueron otros….
Divertiros

Paz y tregua de Dios

Como colofón al artículo de ayer, leo hoy unas declaraciones muy sentidas del ex-cónsul Sardá Valls, pidiendo las disculpas, quejándose del poco sentido del humor ajeno, y ¡ay!, el llanto de la Bonanova:
– En Madrit (dice el ínclito ex-cónsul) me discriminaron por mi acento catalán.
Patético, que por lo visto, él solito ha debido discriminarse minuto a minuto de su carrera profesional, o es que a lo mejor haciéndose ahora el mártir del centralismo apechuscante, lo mismo el “prucés”, echa mano del tal Sardá Valls para una embajada de la “Nova Catalunya”, en cualquier sitio de relumbrón, no sé, que a lo mejor al nuevo estado me lo reconocen en Nosesistán, y me lo mandan allí.
Estas cosas del catalanismo, a mí siempre me han llamado la atención, por varias razones, y ninguna positiva, la primera, la carga que lleva implícita de racismo, puro y duro, que solo se aceptan a los de la bola, y a los esclavos necesarios, mientras se les necesita.
Y me hago aquí eco del comentario del que fue cónsul Sardá Valls, riéndose con “els amics”, del acento que tenía la limpiadora de la casa “pairal”, o del portero de la fábrica o del “pis” de la Bonanova, o el de la cría que se levantó, si fue el caso, que seguro que no y que vivía en La Torrasa, o en el Carmel, y que se creyó que el pollito de Sarriá iba en serio.
Es lo de últimas tardes con Teresa, cambiando papeles.
La otra cosa que me pone de los nervios, y dejando a un lado tonterías como el sectarismo implícito que se respira en esos ambientes, de la utilización de mantras sin contenido, que consiguen a fuerza de repetirse que sean tenidos como ciertos..¿Goebbels?, es cuando se ponen a describir la historia de mi tierra como a ellos les hubiera gustado que fuese, no como fue.
Y para eso mañana me acercaré por una de las cunas reivindicadas del catalanismo, que es el Monasterio de Santa María de Ripoll, que a mí siempre me ha parecido una de las joyas de la humanidad, no una joya del catalanismo, que es como te lo describen en su página de internet los mismos que lo administran.
Y hablamos de Wilfredo el Velloso, (Guifré el Pilós) en lengua vernácula catalana, fundador del Monasterio, junto con el cercano de San Juan de las Abadesas, que tenía de catalán lo que yo de general de la armada, que aquí de lo que se hablaba era de condados, el de Barcelona, el de Urgell, el de Tolosa. Se hablaba de las tierras del Languedoc, que en el siglo nueve, la cosa no daba para más, gracias a Dios.
Y en cuanto al famoso Abad Oliva, que a la que te descuidas te lo venden como el alma espiritual de Catalunya, no fue más, ni menos, que un gran intelectual de su época, que supo renunciar a los condados que por su casa le correspondían, para entrar en la orden benedictina.
Y lo que de verdad le debemos es la creación del scriptorium del Monasterio donde se tradujeron al latín manuscritos árabes y griegos, como en la escuela de traductores de Toledo.
El monasterio tuvo, gracias a su trabajo una de las bibliotecas más importantes de su tiempo, pero de nacionalismo, y creación de la nova Catalunya, nada de nada, que haya podido, al menos, encontrar entre mis Espasas, British enciclopedia, o Larousse.
Pero es muy fácil para toda esta caterva de personajillos como el que fue cónsul, pensar que el hecho de que al crear las asambleas de Paz y Tregua, estaba crenado el gérmen del Parlament del Puigdemont.
Que lo que cualquier aficionado a entender la historia, sabe que debe ante todo entender la época, sus formas de pensar, su moral, su situación política, que si se hace desde la visión actual de las cosas el resultado puede ser un absoluto desastre, o una fuente de manipulación.
Decir que las asambleas de “Pau y Treva de Deu”, fueron un movimiento social de donde salieron las cortes y la ¿nación? Catalana, es en tono menor, un chiste, en tono mayor una manipulación burda útil para fines como los que se están pretendiendo hoy desde la Plaza de San Jaime.
Que al fin y al cabo, de lo que se trataba era de que la Iglesia, como poder establecido, debía defenderse de los abusos de condes, vizcondes, aunque de alguna forma afectaba también a los campesinos, aunque no era lo más importante.
La ley concedía a los agricultores un buen nivel de libertad a los agricultores, ya que les concedían propiedad sobre las tierras que cultivaban, y todo ello se contenía en el Liber Iodicorum, una compilación del derecho romano vigente en toda Hispania desde el siglo VII, por orden de Recesvinto.
Y este códice fue vigente hasta el siglo XI, en Provenza, Languedoc, en la Marca Hispánica, en Asturias y León.
Y el abad, no hizo, y fue mucho, adaptarlo a su entorno, y además incluyó la creación de las Sagreras, que eran áreas de treinta pasos alrededor de una iglesia donde se daba asilo y no se podía ejercitar ningún acto de violencia bajo pena de excomunión.
Las asambleas de Paz y Tregua de Dios, lo que pretendieron fue el establecimiento de una autoridad que evitara cualquier acto violento en cualquier punto del territorio. Y se consiguió que al menos entre sábado y lunes no hubiese luchas para cumplir los preceptos dominicales.
Por supuesto estaba muy mal visto atacar clérigos o propiedades de la Iglesia.
Claro que esto se aplicaba en la Occitania, en el Rosellon, en la Osona, en el Urgell….
Y dicho todo esto, veremos qué me cuentan mañana en el Monasterio, que no sé si ir ungido con l’estelada, que como no me vean muy de la ceba, me tiran al Fresser.
Y no confundamos, por favor un movimiento de defensa de la Iglesia frente al poder de los nobles de los siglos X y XI, con la creación de la Gran Nación Catalana, que me parece no es más que un movimiento de algunos niñatos de Pedralbes, han desarrollado para embaucar a un grupo de incautos indocumentados.
Así que saludo al que fue cónsul del estado Español en la Capital del Imperio Americano, que me ha hecho recordar la materia de la que están hechas las falacias de las que se alimentan algunos.
Con su pan se lo coman

Libertad sin ira…

Uno ya se permite el lujo de mirar hacia atrás, y como la vida está justo donde te encuentras, tampoco puedes perder el punto de actualidad, pero es lo que hay, hoy me da la vena Abuelete Cebolleta, de los Cebolleta de las tiras cómicas, no recuerdo si de Vázquez o de Ibáñez, pero eso es lo de menos.
Aprovechando que me tocó una pedrea en esa lotería en la que tú decides tu suerte, me acerqué al kiosko, pero no al virtual, sino al de verdad, y me encontré con dos revistas y ocho euros en el bolsillo, así que tirando de esfuerzo y nostalgia me las he echado a la mochila, que al coleto de este finde no pasa.
Una fue revista desde que nació, Cambio16, y recuerdo leer en aquellos tiempos en que Juan Tomás de Salas, encabezaba los movimientos de la transición desde la prensa, claro, y a quien de vez en cuando Franco le largaba un pescozón en forma de cierre o multa.
Recuerdo las colaboraciones de Pepe Oneto, y como disfrutaba de muchos de los artículos que aparecían entre sus páginas. Había mucho colorín, es cierto, pero me sirvió para creer que siete años después de la fundación de la revista, en esta puñetera España, tendríamos una Constitución, y unas elecciones libres.
Cierto es también, que cuando me ponía en plan erudito, me lanzaba a leer Triunfo, o Cuadernos para el diálogo, de los que recuerdo en el primero las demoledoras críticas teatrales de Joan de Sagarra, que soñaba con que la Gauche Divine se asentara en Barcelona, y lo que quedó del intento fue un Tuset Street, cutre y provinciano, y una Teresa Gimpera que nos hubiera gustado tener de novia a alguno de mi generación. Pero la verdad estaba escondida en “Las últimas tardes con Teresa”, o en los libros del Candel, cuando se adentraba en Can Tunis, o en el Carmel….
Por ahí escribían los García Trevijano, o los Morodo que parecían tener en la punta de sus dedos el secreto de la pureza democrática, hasta el bueno de Ruíz-Jiménez consiguió atraer mi atención hacia alguna de sus tesis.
Eran otros tiempos, sin los que estos serían imposibles de comprender, y entiendo que cuarenta años más adelante, en nuestros días, todo aquello que se pensaba, y por lo que algunos decimos que luchamos, sin saber realmente que hicimos, no haya quedado con detalle en ese subsconsciente que debe tener la sociedad moderna.
Ahora la tele se empeña en reverdecer aquellos años, y me parece muy bien, pero que muy bien, que si la serie de la transición, que si recordar a Suárez, a don Torcuato, y a toda aquella gente que condujo al rebaño ibérico hacia los pastizales en los que hoy nos encontramos.
Pero para mí los años de Cambio16, de Triunfo, de Cuadernos para el diálogo, incluso de Ajoblanco o el Hermano Lobo, sin olvidar, por supuesto aquel Diario16, hoy convertido en revista de salgo cuando puedo, fueron los buenos, fueron donde se fraguó lo que a final de la década de los setenta culminó con el sistema político que más o menos tenemos hoy.
Y eso empezó en esa década, que parecía haber tomado algo de los acontecimientos del Paris de Cohn Bendit, de los profesores de aquella Sorbonne, donde se escuchaba a Sartre, se leía a Camus y se veían las pelis de Truffaut. Parecía que veintitantos años después se había acabado la guerra europea, y ciertos aires de libertad, que hasta el General De Gaulle tuvo que irse a casa antes de tiempo.
Y ahí quizás empezara a fraguarse la caída regímenes de Franco, De Gaulle y Oliveira Salazar, con las matizaciones en cuanto a calidad democrática que ustedes quieran.
Y hoy al encontrarme en el kiosko con Cambio16, y a su transformado Diario16 me acuerdo de Jarcha y de aquel libertad sin ira, porque las portadas de hoy, son de entonces.
Cambio16, se descuelga con el puño y la rosa, que me daba por el título “Socialdemocracia, el reto de su reconstrucción”, que me iba a encontrar la reseña de aquel treceavo congreso del PSOE en Suresnes, pero no parece, que me temo la cosa aquella está superada, y que estos chicos ya no están en el exilio, que 1974 no es 2017.
Los amigos de Diario16 salen en primera con una foto de Gibraltar, y encabezan con “La roca de la discordia”, vamos, como si estuviésemos a punto de alguna de aquellas asonadas de Franco a por lo de ¡Gibraltar español!.
Tampoco me temo van por ahí los tiros, que la cosa es que se nos ha colado un nido de piratas, ¡digo piratas!, ¡Corsarios!, que la patente se la ha dado su Graciosa Majestad Isabel II, que hay mucho contrabando que hacer, mucho dinero que ocultar, y nada mejor que esconderlo en terreno europeo.
Ya veré que piensan los herederos de mi nostalgia, que me temo, cuando de veras me eche las revistas al coleto hablarán de paraísos fiscales que dejarán de serlo, de fortunas ocultas en las guaridas de los monos gibraltareños, y cosas así, que prefería Gibraltar cuando te pasaban de matute tejanos, whisky barato y Marlboro de deshecho.
Por cierto me encanta que se subtitulen los de Diario16 como “El diario de la segunda transición”. Tiene mucho de romántico.
Pasaré pues a la sala de lectura a ver qué es lo que hay tras las páginas de esas revistas, aunque me temo que será un déjà vu, como todo lo que leo, lo que escribo, lo que me dicen, lo que me susurran y lo que creo.
Y es que solo se han cambiado los disfraces en estas décadas, que estamos todos seguro de que vivimos como siempre, a lomos de los de siempre, y con las esperanzas de los de siempre, pero hoy sábado, que me ha tocado una pedrea, he decidido no amargarme la vida.
Con su pan se lo coman

Este Madriz que me mata

Parece que una vez dirimidas las diferencias futboleras capitalinas por mor de ser el mejor de Europa, hay que meterse ahora con la feria de San Isidro, sí, esa de los toros.
Y me parece bien, que las fiestas son para hacer bulla, que si no te aburres. Que a Don Jacinto no le gusta el fútbol, pues ya sabe, al Ateneo a discutir la obra de Ortega, y si Don Javier es alérgico a la Tauromaquia, que no lea el Cossío, que le saldrán ampollas, y siempre puede salir a la “manifa” de turno.
Y es que este Madrid da para todo. Que si quieres, le das el bracero a la Señá Rita, y te la llevas a marcar un chotis como Dios manda a la Pradera del Santo, que el mantón de Manila hay que lucirlo.
Los antidisturbios te protegen, no temas, que si el camión de las rosquillas del Santo pesa más de no sé cuánto, me lo dejan en la estacada y no sube a la Pradera, ¡qué diantres!, ¡Tengamos la fiesta en paz!.
Y tú a lo tuyo, a escoger cuál de las dos Españas quieres que te rompa el corazón, no tienes más que elegir bando, que de todo hay dos, que del Madriz o del Atleti, que de Isco o de Cristiano, que de del Cholo o del Niño, que con la Fiesta o contra ella, que de Joselito o de Belmonte, que de quién quieras cuando quieras.
Que este Madriz, para matarte no necesita excusas, que si te cansas de todo te vas mañana al Real, y te canta Plácido, y ya me dirás si te gustaba más de tenor o de barítono. Lo discutes luego en el pincho catalán que te dará Ramón en el piso noble.
Y serás de la Carmena que te corta el paseo del Prado para que le voten los ciclistas y le lloren los de los coches, que aunque sean eléctricos no les dejan, o serás de los que añoran Botellas o Galvanes, que la nostalgia también tiene sus seguidores….como ayer decíamos.
Y a lo mejor te vas al María Guerrero y sales con la empanada mental que quizás te provoque el saber que tu sociedad es corrupta hasta las heces, que el migrante forzado tiene corazón, historia y lágrimas, y que a cada cerdo le llega su San Martín.
Pero es lo mismo, que si no te gusta lo moderno te vas al mediopensionista, y un paseo por los monologuistas a lo mejor te descubre una sonrisa de esas que afloran sin que tú supieras que existía…¿y qué más da?, si Madrid te matará cuando creas que te estás tomando una tapa que preparó la señora mamá política del dueño, y lo que te dan es un plástico comestible de la Unilever, por lo menos.
Pero no te preocupes, que si hay resaca, siempre puedes ir a San Ginés a por tu chocolate….¿o prefieres el del Café Suizo de Sevilla?. No te preocupes, discútelo con tu amigo, con tu novia, o con la novia de tu amigo, que al final va a ser lo mismo, que nadie se va a inmutar, y tú seguro que llevarás la razón.
Y es que has bajado demasiadas veces la Ribera de Curtidores, que subirla es de mal gusto, y alguien te habrá sacado las perras dándote la razón a cambio de tu dinero mientras te llevabas algo que no querías, que no te gustaba, y que además no necesitabas.
Pero así son las cosas por aquí, que nadie se me altere, ni los de los taxis, ni los de los taxis full, esos que pagan los impuestos en las Bahamas, que unos son de unos y otros son de otros, si prefieres el Skoda, o el coche negro con desodorante de cine de barrio. Tú escoges, que Madriz a lo suyo, Madriz te mata.
Porque luego viene San Isidro y pone las cosas en su sitio, que es muy suyo el Santo. Y si quieres toros, pues el Santo pone lluvia y viento, a ver qué hace la autoridad competente, se suspenden unas y se torean otras, y yo un día carne y otro pescado, mayormente para que no me tachen de extremista, que estas cosas luego se saben, que uno es muy discreto, pero mis amigos….de esos no respondo.
Que en esta Villa y Corte, hay que llevar los oídos sin cerumen, que te pierdes el último rumor, ¡qué sí¡, que lo sé de buena tinta, que me lo ha dicho uno que está muy bien conectado, que la semana que viene van a subir las Matildes, que Marianico va a dimitir porque le han pillado el asuntillo que tenía con la concejala de no sé qué de Podemos, que está de pan y moja, y la carne es débil.
Y si no eres de Marianico, serás del otro, y podrás decir aquello de que si quieres comprar al Presi, nada como una buena Lamprea a la bordelesa a fin de enero por Extramundi, y si crees que te lo llevas al huerto por una centolla de Portonovo, pues a discutir, que para eso estamos. Pero lo que yo te diga es de buena tinta.
De buena tinta, el cocido de Lhardy, ¡No hombre el de La Bola!, pues déjalo, hablaremos de la espesura de la sopa, del relleno,de la carta de vinos, ¿Rioja o Ribera?, aquí pocas veces entran los vinos regionales, los de D.O. Madriz…que si no hay queso no los trasiego.
Pues como quieras, que yo me voy a pasear por la Casa de Campo, mientras no llueva, pues yo al Retiro, o al Pardo, o a la Fuente del Berro.
Que nada, ¡hombre!, que a nadie le importa, y a tí si lo piensas, tampoco, que todo lo que nos mata en Madriz, es superficial, es aire ligero, es uno no pasa nada, y si pasa se le saluda, o no se le saluda.
Así, que no iré ni al Prado estos días ni al de la Tita, que no tengo ganas, que no me importa quién gane la liga, ni si Nadal pela al Nolo o al revés….miraré a ver si uno de esos que se creen japos me dan chicha de algo, que rosquillas del Santo seguro que no tienen.
Porque de vermú o a Lavapiés o a Chamberí, que pa gustos los colores
Con vuestras rosquillas os lo comáis

Gloomy sunday

Gloomy sunday, cantaba Billie, y a uno se le parte el corazón, porque Billie, como nadie, entendió que era eso de estar gloomy.
Y cantó blues, entre otras muchas cosas, porque era la única manera, aunque la reivindiquemos los españoles, de espantar sus males, porque otros se me han puesto blue también, no sé quizás como George, que le da por ponerle ese color a una rapsodia musical, pero no es lo mismo.
Como no es lo mismo, desde tu ático de Park Avenue, decir que New York te parece blue, y le plantas a tu peli la rapsodia de George para que nos enteremos, y es que Don Woody tiene esas cosas.
Pero Billie no, Billie te cantaba desde su alma gloomy, que ni siquiera esa suite en Jazz número 2, que empieza algo blue, puede aguantar sin romper alegre

La canción ya te deja gloomy, al escucharla, que gloomy es algo más que blue, que como no sé inglés, me suena a melancolía sin remisión, a estar hundido, hecho unos zorros que diría el castizo, y encima te quedas embobado mirando por la ventana, solo desde tu habitación, el domingo por la tarde, y se pone a llover.
No es para abrir la ventana y tirarse por ella, porque entonces ya no estás gloomy, eres una masa espachurrada, y eso no es cool, qué queréis que os diga.
Y es que cuando estás blue, la cosa se arregla con Prozac, o con una farra, la depresión se trata, la melancolía es un estado del ser.
Y Billie, transmitía a los que solo la conocimos por su música y por la vida que nos contaba a capítulos detalladísimos el malogrado Cifu, esa melancolía del que solo puede recordar los sueños, esos que nunca se hacen realidad, y que ves florecer en mundos que no son el tuyo.
Esos seres humanos que son todoo sensibilidad y que el mundo oscuro que les es dado se empeña en destrozar cualquier atisbo de luz, y lo que consigue al final es un brillo cegador, mientras el ángel gloomy, se descompone ante tus ojos.
Yo a veces he pensado, he creído incluso que me invadía esa melancolía de tarde de domingo, cuando desde tu ventana, solo ves el infinito de la pared de otro edificio que parece no estar de tanto robar tu intimidad, tu paz. Pero no, no es el sentimiento de Billie, lo mío es más blues, de esos que yo mismo me quito con un poquito de Laverdolive de buen año, que no me cueesta encontrar entre el marasmo de mi música un himno a la alegría, o una furtiva lágrima que te lo cura todo…(al Prozac aún no he llegado).
Y puedo seguir disfrutando de B.B.King, o incluso de ese rey del Mississipi que era Longhair, porque ellos no me podían llevar a la melancolía, ni ellos ni nadie, bueno Billie te hacía un sitio a su lado, pero era muy difícil asentarse ahí. Había que ser de una pieza, y yo soy un puzzle de infintas piezas.
Ayer escuchaba el Vals triste de Sibelius, y parecía gloomy, pero no lo era, porque el sentimiento de Billie, nace de haber sido violada a los once años, y ahí la melancolía es de la infancia que te robaron, y esa es irrellenable.
Que la melancolía de Billie se forja en las palizas que sufre cuando prostituía su cuerpo para comer, para cantar, para intentar vivir, y es la melancolía por el respeto que sabe que existe pero nunca le llegó a ella.
Todo revienta en ese gloomy sunday, donde la melancolía por no haber tenido que necesitar la heroína, el alcohol, para sobrevivir al entorno, es la que llena su canción tras los cristales de ese domigo melancólico.
No George, no puuuede transmitir eso, ni Sibelius, ni siquiera Longhair, no han podido estar gloomy nunca, llegaron a blue, como mucho, como yo, y ellos se lo curaron cada día, que su melancolía es pequeña, no es melancolía, es como la mía como mucho. Un capricho frustrado que soporta un mohín de desagrado.
A Billie, como a Edith Piaf, solo se las entiende cuando desgarran «My man» c’est a dire, mon homme, y ambas sienten esa melancolía por tener el compañero que cante con ellas cualquier canción.
Porque ni trompetistas, ni siquiera boxeadores tuvieron la sensibilidad necesaria que necesitaban para huir de la heroína, y creo que se sintieron melancólicas, gloomys por no haber recibido el cariño y el respeto de un entorno en el que volcaron su vida.
Compartiré desde mi comodidad la melancolía seria de estas mujeres, (soy más Billie que Edith), porque su raíz me es ajena, que a mi no me parieron debajo de una farola, que estaba madre en casa, y por las vías circulaba el tren de las tres.
Voy a buscar entre mi música algo gloomy, en el convencimiento de que será solo blues, que esta noche no quiero mancillar a Billie escuchando su música, esa música que merece solo ser soñada.
Si en ese sueño me invade la melancolía, sabré que no lo es aunque me engañe, y crea que estoy tras los cristales de cualquier ventana, cualquier domingo, en cualquier suburbio donde aun no han llegado los ordenadores evangélicos, y la misa se da casi tridentina, con el oficiante que ni te mira ni deja de mirarte.
Así, queridos amigos, hasta mañana, espero, que creo que encontré algo que me lleva al estado blue, como ese aria de Les pecheurs de perles, que cantó como nadie Don Alfredo, y que seguro teneis por ahí escondida en vuestra discoteca.
Disfrutad de la melancolía, que es blues para nosotros.
Le bon Dieu vous la donne

Y al tercer….

Estoy empezando el tercer año de esta Bitácora, y yo tan agusto, ¡qué coño!, reconozco que me he divertido, como un enano haciendo putadas a las gallinas, y mire usted, que me da que va la cosa a seguir.
Han sido trescientas sesenta entradas, que para mi estado laboral, es una miseria, pero es que soy un vago tan estructural, como el paro y el esquilme del dinero público que se da por estos pagos.
Como es muy aburrido aburrir, simplemente agradecer a todos los que habeis leído alguno de mis trabajos, y si habéis repetido, mejor.
No tengo la más mínima intención de caer en la vulgaridad de buscar algo excelso para el aniversario, que eso se lo dejo a los que ganan el Planeta y se ĺlevan una pasta gansa a casa, que es lo que hay que hacer cuando éste y cualquier oficio se hace en condiciones.
Pero lo mío es la chapucilla de andar por casa, de distraer la familia, y de permitir a algún amiguete, mientras no se canse, eso de decir que tengo un amigo bloguero, que lo de bitacorero suena a yo qué sé con polisón.
Pero a lo que vamos, que hoy es sábado de gloria, que me decían en el cole los ¿educadores? religiosos que me deparó el destino, y yo no entendía lo de la gloria, que estaba Cristo muerto, que la gloria venía el domingo con la Resurrección.
Todo un lío, que para mí, una de dos, o resucitó al segundo día, o murió el jueves, o si fue al tercer día es lunes de resurrección. No lo pillo, y eso que como buen catalán, el lunes de Pascua se ha celebrado siempre con Mona y «ou que balla». Sin embargo todo cambia tan deprisa, tanto que me quedé con la liturgia de Monseñor Leclerc, aquel obispillo de Lyon que no la lió parda porque le pusieron de pronto el TGV en la puerta, y casi se queda sin feligreses.
Y es que al final todo parece que está diseñado para que de alguna forma, los que quieran, tengan la oportunidad de intentar, al menos, vender su rollete, y si hay compradores, pues ¡hala!, a cualquier púlpito que se preste, que el hacer proselitismo es baratito.
Ya habréis visto a traves de todas estas entradillas intrascendentes, que no estoy en eso de andar vendiendo rolletes a nadie, que ni siquiera los de Nike me han propuesto un contrato publicitario en condiciones, una pena por el lado de la pasta, y una alegría por el lado de mi libertad.
Volviendo a la historia teológica de «al tercer día resucitó», como he dicho se me hace el boñigo un gordiano de esos, y no conozco ningún Alejandro que me saque del aprieto, aunque con esto de Internet a lo mejor un día Santa Wilkipedia del Amor Hermoso, me resuelve el asunto de alguna forma, aunque esté sin contrastar, y los estamentos oficiales romanos se echen las manos a la cabeza. ¡Que me lo hubiera aclarado el Padre Pío en la catequesis!. Y que no me vengan con simbolismos, que para eso no hay que hacer trampas con las cuentas, que con poner cualquier cosa con fondo de campo de tules, una gallina tuerta que parezca un águila y una triple cruz patada, los que tienen que saber seguro que se enteran. Que así, ni unos ni otros.
Con estas cosas, una encima de otra, al final llegan los días santos cuaresmales, y la gente, que no es tan reflexiva ni tan preguntona como yo, pues simplemente pasan del asunto, carretera y manta, y a pecar a la playa o a la montaña, que ya no se distingue y el Maligno es como un corredor de bolsa de Wall Street, gana cuando sube y gana cuando baja la intención de compra de los inversores.
Y aquí se peca contra el sexto, contra el cuarto, contra los preceptos de ayuno, que unos callitos después de ver al de Medinaceli dando tumbos por las calles necesitan gasolina, el caso es la transgresión, más por desconocimiento que por intención, vaya una chapuza.
Se acabó el recogimiento, aunque arrecogerse a la fuerza es lo que tocó en la Sevilla de la «madrugá», que hijos de la grandísima hetaíra no pierden ocasión de jorobar al prójimo a las primeras de cambio, y esas son las cosas que a uno le ponen a mal traer, que no nos importa que vayan a sus fornicios, a sus fumaderos, o a donde sea, pero que nos dejen tranquilos.
Tranquilos como nos están dejando los de la clase política que se apoya en la periodística para darnos la barrila, aunque el domingo de resurrección se nos van a venir arriba en Ajuriaenea, y venga a intentar vender lo de nación, lo de conflicto, (político hubo de matizar la moza peneuvista), que los de la ETA, parece que ya no intimidan.
Los que andan intimidándose, parece que son los ruskys y los de la China de toda la vida, que el coreano tiene un montón de escopetas, viejas, eso sí, pero muchas, y unas ganas de liarse a tiros con cualquiera que se le cruce, que no se las salta un gitano, que para eso están las celebraciones.
Y Tito Trump que me va a cumplir los famosos cien días intentando mandar algo, parece que no le anda a la zaga en eso de tirar petardos lejos de casa a doña Clinton, y su celebración no va a ser inferior a la del coreanito.
No sé cómo va a acabar la historia, pero cuando el chino dice que perderemos todos, es que ve que se le parten por la mitad los planes quinquenales, y que por los pagos de Occidente vamos a preferir gastarnos los duros en la India que en su cortijo, que seguro se le llena de porquería nuclear de esa.
Y en Seúl, ni te digo, que tiene todos los cañones, (viejos, eso sí), apuntando a la oficina del CEO de Samsung, y si el del Norte, en una ventolera le da a «intro», se carga el Galaxy 8 en un plis, y no porque la pila no funcione.
Pero Tito Trump, va a vender mogollón de escopetas, y a ver si así consigue dar algo de curro a ese votante de Minneapolis que tanto le quiere y al que tanto le debe, porque hasta hoy el pobre hombre no ha sacado una adelante, que a este pobre Trump, me lo para hasta un guardia de la porra en un semáforo delante de se Trump Tower, para hacerle un controlillo de lo que sea, que es lo que tiene eso de la independencia de poderes efectiva.
¡Si nuestro Rey Felón levantara la cabeza! Le iba a enseñar a este pobre pardalet como se hacen las cosas y como se mete en cintura al Tribunal Supremo, que hasta los regímenes Maduros saben como hacerlo.
Felices Pascuas, y Visca Catalunya lliure……de indepes

María Dolores, qué deprisa..

Que sí, que sí, que hay días en los que uno está para pocas gaitas, que le tienen harto los de las perras de la geoeconomía, los de las elecciones en Ecuador, que aún me acuerdo del bueno de Correa entrando en el aeropuertín de Galápagos recién salido presidente, que parecía un Don Quijote saliendo de la venta.
Que no me viene nada con que me diga la canallesca que el gobierno está cuchicheando con mis queridos catalanes por aquello del “pruces”, y no nos enteramos de lo que se discute, que han puesto en las paredes DDT, para que las moscas se mueran.
Así que en secreto, que nadie se atreve a decir nada de lo que se negocia, que luego a lo mejor nos escandalizamos de la porquería que a buen seguro están sacando unos y otros a ver quién se achanta antes.
Es un aburrimiento, que te descuidas un momento y le meten cuatro al Barça, y encima para la remontada, ni juegan en el Bernabeu, ni juega Santillana, aunque por mi les pueden ir dando por donde les amargan los pepinos.
Ahora, la mala noticia de estos días, es que mi rincón de Boadas nunca más volverá a ser el mismo. Me sentaré en la barra, pediré un daiquiri, o un Negresco, o quizás simplemente uno del día, pero no podré olvidar que Maria Dolores nos ha dejado, la hija de quien nos enseñó a tomar un cocktail. A María Dolores, le debo que me enseñara, cuando casi era un crío a beber whisky, entre ella y su marido, un ratito en Boadas y otro ratito en el museo del whisky en la vecina calle de las Sitjas.
Es una época que se nos va, poco a poco se nos va, y en cuanto llegue a Barcelona, en la primera ocasión me tomaré en su memoria lo que me digan que debo tomar. Ha pasado a Oriente, y recordaré siempre su sonrisa y el cariño con el que siempre me trató.
Y no voy a seguir por este camino, porque todavía acabaré poniéndome triste y melancólico, y es lo último que María Dolores querría que le pasase a un cliente de los de toda la vida.
Eso sí, como decía, todo se va acabando poco a poco, y casi no nos damos cuenta, el paisaje urbano en el que se ha desarrollado mi vida, va modificándose de forma que tanto en una como en la otra de mis dos ciudades, tengo que fijarme en las fotos de época para reconocer mis paisajes. Mala suerte. Las cosas son como son, no como eran.
Y en estos tiempos de la inmediatez, a mí me falta el tiempo a veces para degustar las cosas, que parece que el que viene detrás quiere su pequeña sensación superficial para poder disfrutar la descarga de su hormonilla del placer, y a por otra cosa. Me temo que ya ni siquiera sirven ya los martinis como Dios manda en el Orient Express. Una pena.
Oigo por ahí que los conspiranoicos se han llevado un disgusto con eso de los papeles de la CIA que andan desclasificando, y es que parece que al bueno de Carrero me lo mandaron al cielo de Madrid los de la ETA, que el embajador americano llegó a decir hasta lo del gas a su presidente. Si no era un “pardalet” de los que no se enteran de nada, parece que la operación ogro fue cosa de la ETA, y de la inútil policía que teníamos, que ni lo vió venir a pesar de que lo hicieron delante de sus narices.
Todo muy deprisa, demasiado deprisa, que aún me acuerdo cuando el cocktail del día valía cinco duros, y María Dolores nos miraba desde su cátedra en la barra. No sé si tuve el tiempo necesario para disfrutarlo tal y como se deben disfrutar las cosas de la vida. Pero no, estamos en un torbellino incómodo, en el que el Presidente es capaz de decirte a la vez que lo del Puigdemont no tiene arreglo, y que la izquierda moderada no le apoyan los presupuestos.
Otra historia a mil por hora, que si no hay presupuestos, me llaman de nuevo a las urnas en mayo, y no sé si votaré que les den o que el cantón de Cartagena por fin consiga liberarse, y se dediquen a exportar a Albacete todos sus melones y sandías.
Era un corredor de bolsa en activo, el que el otro día comentaba eso del rojo y el verde de las bolsas. Contaba que entraba en el edificio y miraba a ver si en los corros había más papeletas blandidas por otros corredores, verdes, (compra) o rojas (venta), y con eso tomaban luego las decisiones. Previa discusión claro en una sesuda reunión.
Y ahora viene el algoritmo amparado por el chip y en un microsegundo, te destrozan la libra, compran Unilever, por ejemplo, y despiden por redundancia de funciones a treinta mil cristianos sin que a nadie le importe.
Es la historia de Eça de Queiros, en su cuento El Mandarín, deseas el dinero que te ofrece el diablo, y a cambio tomas la vida del Mandarín que no conoces, que hoy son miles de personas a las que les quitas la vida. ¿Qué importa?, la conciencia está blindada, tiene esa callosidad que da la costumbre de eliminar al que no conoces. No hay nada personal, es simplemente un negocio, y tú eres el daño colateral.
Y sí, me encuentro que mi nieto tiene ya nueve años, que han pasado demasiado deprisa, demasiado apresurados, como si lo dirigiera la monotonía del algoritmo de la vida, montada en esos trenes de lo que hay que hacer.
Mañana me despertaré y lo veré cabalgando en sus sueños, a toda velocidad, deprisa, deprisa, porque si no caerá sin posibilidad de levantarse. Él, que es una persona capaz de disfrutar todos los microsegundos de un acontecimiento. A poco, se verá en el túnel de vacío que soportará al tren electromagnético que circulará a dos mil por hora….sin ventanillas, sin coche restaurante con vagón para fumar los puros de la charla del café y el cognac. Pero lo necesitará para su vida.
El diablo sabe seguramente lo que ha hecho, y yo no tengo muy claro cómo hacerlo, que en un espacio de tiempo más corto del que me imagino, se meterá la realidad virtual en nuestra vida, de forma que alcanzaremos la esquizofrenia con las realidades en la que no sabremos cual es nuestra realidad. Podremos dislocarnos, y estaremos a la vez en Tokio y en Quebec Pero para eso ya nos han entrenado.
Con su pan se lo coman

Estos días con Felipe, Sir Winston, e Isabel

Lo que da el tener amigos tan leídos, es que sin querer te descubren cosas que a uno ni se le hubieran ocurrido.
Mi amigo Felipe, al regreso de uno de sus viajes al sur, escribe un precioso texto sobre sus impresiones, y lo adorna con datos históricos de una panda de cabestros españoles que anduvieron haciendo de las suyas por aquellas tierras. Y digo cabestros, desde la visión que tenemos hoy de las cosas, que en aquel momento histórico, no eran más que unos tíos muy bragados hijos de la primera potencia militar del orbe, y con una tecnología en cuanto a diseño de buques, navegación, tácticas militares, entrenamiento, y calidad de las armas, comparable solo a la de Roma en su esplendor. Como lo ha puesto en caralibro, yo lo he compartido, y quien quiera aprender que lo lea.
Pero orillando lo dicho, y con el gusanillo que el muy cabrón me ha metido en el cuerpo, y que me va a llevar a esas tierras del sur en cuanto me descuide, quiero hacer mención a un comentario que desliza…”en passant”, que decimos los cursis, y es una mención al familiar segundón del Duque de Malborough, Sir Winston Churchill, que dicen que dijo algo así como:
“Hay que intentar escribir un artículo todos los días, aunque pueda parecer que siempre escribes el mismo”.
Pues sí, mi querido amigo, llevaba razón ese pollo pintor de bahías en Madeira, trazador de puñeteras líneas en África, fumador de dobles coronas, responsable de que los buenos cognacs alcanzaran precios desorbitados, de que los Breguet se creyeran lo que no son, de que Gran Bretaña siga siendo una isla, y de no sé cuántas cosas más.
Porque a esto de las frasecitas, no sé yo si ha llegado a ganar a Wilde, pero por ahí le anda.
Ahora que si todas las frases que dicen que dijo, las dijo, me parece que no tuvo tiempo para más.
Pero dejemos a Sir Winston con sus cosas y sus frases, y quedémonos con el consejo que a través de la extraña autoría, mi amigo lanza al espacio internauta, de que hay que escribir un artículo todos los días.
A mí no me da el cacumen para tanto, que uno es iletrado, y eso de poner palabro tras palabro, ya es áspero, si además quieres que tenga sentido, nos empezamos a meter en luchas contra molinos, y si encima quieres que alguien lea el fruto de tus preñeces, acabe las cuatro líneas, y encima reconozca que ha pasado un buen rato, o que le ha aportado algo, nos metemos en terrenos que apenas explican las alegorías, que es como el milagro de los panes y los peces, como poco.
Claro, que teniendo el nombre de un paquete de cigarrillos, siempre hay alguien que como la rana abre la boca de asombro, se siente tenor, y canta, pero el resto de los mortales, los de mi pelaje, no aspiramos a resultados tan brillantes.
Pero le doy la razón a Sir Winston, (creo que es cosa de Felipe la tal frasecita, y que por la modestia que le adorna ha cedido los derechos a la familia Malborough, pero eso es otra historia).
El hecho de forzarte a reflexionar sobre algo, todos los días, o cada dos días como hago yo, que soy muy dejado, te acaba ayudando a ver el mundo de otra manera, y además te fuerza a esa auditoría constante que es la opinión de quien se atreva a leer lo que has escrito.
Llevo casi dos años con este ejercicio, y debo reconocer que me sienta bien, porque me fuerza a pensar en las reacciones ajenas, porque me obliga a reflexionar sobre los acontecimientos que se me vienen todos los días. Me mantiene despierto, y por ende me obliga a ver el mundo con ojos más críticos. Bien. Gracias Sir Winston, gracias Felipe, o gracias Mr. Oscar Wilde.
Con mis disculpas adelantadas, pediría a mi amigo, que escribiese él la historia de esos cabestros españoles que anduvieron por donde el anduvo, que si se lo quita Hollywood, tendremos un batido de fresa con mucha soda, y si lo pilla el señor Canales, le hace un libro en un plis, aunque este también lo haría bien, me temo.
Y con esta carrerilla, doy por sentado que voy a ser arrollado por la vorágine que se nos viene encima con esto de la culminación de las fiestas del consumo, vamos, la explosión de las Saturnales, que diría Paqus el Centurion.
Y lo que me da más miedo, es que tía Adelaida, que aún no se ha dado cuenta de que soy un chico bien educado, volverá a regalarme ese bello jarrón de los chinos, que como se me rompen cada año en enero, y nunca le he dicho otra cosa que
-¡Gracias tía!, que bonito.
Pues ella dale que dale, hasta que saque el tal jarroncito, las oposiciones de notario, y deje la pasantía en el bufete de Don Fabián, que tan bien dice que le trata.
Claro que en el pecado está la penitencia, que los sobrinos de tía Adelaida, le regalamos todos los años ese perfumito tan rico, que a la pobre dejó de gustarle desde el día en que rompió con su Anselmo.
Que la cosa no podía ser seria, que Anselmito era el quarter back del equipo de fútbol americano de los jesuitas de Sarriá, y le gustaban las faldas más que a un político una caja de tizas de colores, y Doña Adelaida, siempre ha sido muy seria con esos asuntos, que ya le dijo Sor Angustias que esas cosas las carga el diablo, que Anselmito luego se pone a notarías o abogacía del Estado y a tí se te pasa el arroz.
Pasará otro año el canto de San Ildefonso, y te quedarás viendo como la mona aunque se vista de seda, mona se queda, que el Gordo aquí se celebra con Rondel semi-seco, que esas cosas de Reims son para los de siempre, y no hay que hacer alardes.
Te entrará esa compasión íntima por los dependientes de Sederías Carretas, que llevan viendo, y oyendo, como beben los peces en el río a cambio del jornal de seis euros la hora, que eres un eventual, y la cesantía la tienes a fin de enero.
Le preguntaré a otro buen amigo mío, que es muy leído en esas cosas, lo que dice la ciencia psiquiátrica en torno a las consecuencias de la exposición continuada de los vendedores de telas a la música navideña. Que yo he buscado en Jung y en Freud, y no he sabido encontrar nada.
Pero, sin embargo, cuando de pronto te enfrentas a uno de esos coros de voces blancas, que en el lugar adecuado, y con el espíritu del escuchante en posición receptiva, rebuscan en el folkclore saturnal, y encuentran la belleza que en él se esconde, no puedes por menos que agradecer el ser quien eres, que no vendes telas en Sederías Carretas, y que tienes amigas como Isabel, que de vez en cuando te envían trozos de los conciertos de su Antal Korai, porque uno es un vago redomado, y no va a escucharlas.
Y con esa carga enfrentamos la semana, a ver si al acabar seguimos en pié, y no nos salen los hepatocitos uno a uno por el colédoco con bandera blanca, que todo puede pasar.
¡Ah!, y no, no se me olvida eso de felicitar las fiestas, que no las felicito, que me produce sarpullidos, que lo mío, es desear una sonrisa cada día, al menos, y sin mirar el calendario.
Con su pan se lo coman

A la salud del Imperio

Hoy seguramente todo el mundo hablará del Señor Trump, así que con su pan se lo coman, que ya los corifeos asalariados expondrán por activa y por pasiva, ora lo que piensen-si algo-, ora lo que les digan que piensen, así que yo me largo por otros derroteros a ver si me divierto algo más.
La barra de Boadas, cuando está más agradable es cuando, a la hora del aperitivo, entre semana, se acercan a por uno del día los jubilatas, que una de dos, o no encontraron sitio en el banco del parque, o ¡qué cojones!, les apetecía un buen lingotazo, que luego ya le explicarían a la parienta, al médico, o al Sursum Corda ese que nadie sabe quién es, pero lo sueltas tan a gusto, y la peña te entiende.
Esta gente, aunque parezca mentira, busca un poco de tranquilidad, o charleta intrascendente, que hasta la mucama les barre de casa, que su presencia compromete la productividad pactada, y por un quítame allá unas décimas, el centil se desvía y te quedas descolgado de la zona noble de la curva de Gauss con lo que ello conlleva.
Un chivatazo a tiempo de la maldita curva a la Excel del plumero y aspiradora, y te encuentras en el grupo estadístico de los pre-jubilables con menos de treinta.
Lo malo de esa hora, es que me quitan el sitio del fondo de la barra, y el de debajo de la escalera nunca me ha gustado, así que me quedo en el centro, flanqueado por un jubilata a mi izquierda, una pareja de británicos que se han creído todo lo que decía la Lonely Planet, y un barman becario.
A mí me gusta recordar al becario, que ya me tomaba los cocktails del día cuando me soplaban 25 pesetas, aquella moneda que se inventó en mi tierra, y que desde que no está, parece que se nos han despertado los sentimientos indepes. Es muy malo quitarles los inventos de la pela a mis conciudadanos, no lo entendemos, y nos ponemos tan conspiranoicos, que nos apetece nombrar conseller al Iker Jiménez para que nos descubra la verdad.
El becario las más de las veces tiene que echar mano de las fichas para acertar con el brebaje que le pides- no todo va a ser el cocktail del día- y ves al muchacho consultando sus protocolos en fichas de cartón, que es mucho más romántico, aunque luego le salga la mezcla tan dignamente que puede pasar la auditoría de la Iso.
La muchacha guiri, que le aprecié un notable acento galés, no tenía el coño para farolillos, no había pizarra con el menú del día, no había happy hour, no te podían poner una pinta con una Ale brewed near Newcastle, así que para no joder a su maromo, se pide un agua con gas, y ¡horror!, no tienen ni Perrier ni San Pellegrino, aigua de Malavella. Tito, es lo que hay.
El muchacho empezaba a tener conciencia del desastre al que le había llevado su confianza en los australianos de la Lonely….(malditos bastardos, debió pensar), y se le puso cara de matar nazis, como el Brad Pitt, por lo menos. Adios siesta con achuchón, que la moza se me está revirando, y el acabó con un Ballantines con mucho hielo, que al menos no le pusieron el sexto de gill, que por estos lares, aunque sus gracias no lo crean, en eso somos generosos.
Es lo malo de los leídos, que van de intelectuales, la lían en plan erudito y acaban con un Ballantines y la moza de morros.
El jubilata del otro flanco se descojonaba.
-Es que todos quieren ser Arthur Miller, o Truman Capote, y para eso se necesita mucho más que intentar tomar una copa en Boadas con la que no va a ser el amor de tu vida, y me temo que ni de una siesta. Lo quieren todo por lo fácil, de inmediato, a la primera, y así todo lo que se consigue es el amor de tu mano derecha. Mala cosa.
El becario tenía que estar seriecito, en su puesto, que al rato el sistema te manda por correo la encuesta de evaluación, y ya sabes, como seas del centil inadecuado apareces luego como candidato a la prejubilación de los de menos de treinta.
Mi Boadas es muy así, ves el mundito a través de un Negroni, de un Jack, o hasta de un Bellini que se piden las damas que no soportan el Cosmopolitan. También puedes hacerlo con un Daiquiri, pero para eso debes llevar la chaqueta de lino crudo, arrugada y un jipijapa, y no hace tiempo, que en Madrid ya ha nevado, y con el AVE, las cosas vuelan muy deprisa.
Escribo esto escuchando a Stan Getz, de cuando se creía que Brasil era el nuevo mundo, que hasta Sinatra camelaba a Jobim para que le dejara cantar sus bossas en inglés. Maravillosos arreglos, húmedos y cálidos como una tarde en Copacabana después de un aguacero….si estuviera en Boadas ahora le pediría un brebaje que sofisticara la cachaza.
Lo dejaré para otra ocasión, que la buena noticia del Trump, asegura que los tabacos de Vuelta Abajo, seguirán llegando a España, bien torcidos, frescos y aromáticos, para disfrutarlos con una buena botella de ese ron añejo de Santiago, que tanto me gusta y que tan poco me regalan.
Ya lo sé, me gustan los sitios incómodos de mi Barcelona-los cómodos también, dicho sea sin acritud- y mi amiga me desrecomendó que no fuera de picoteo a la calle Robadors, por muy molón que me pareciera el bareto, y ya de colarme en el antro de enfrente a pegarme una jartá de bee-boop, mucho menos,
– Que hoy llevas el peluco caro, y la cosa está muy pocha por la zona. Además yo no voy, y a ver quién te defiende.
Uno es muy bien mandao, que luego te suben la prima del seguro de responsabilidad civil, así que olvidé mi intento de emular al gran Pepe Carvalho a su Charo, honesta putarazana con reales asentados, y crucé la Rambla.
El Jamboree, cumple con todo lo que me gusta, y una buena Jam Session a base de San Migueles a morro, da para mucho, sobre todo si los músicos de verdad se dedican a romper cinco o seis notas creadas in situ. Cuatro horas encerrado en la mazmorra que es esa mítica cava, dan para mucho, tanto que se me da una higa si el Imperio se lo carga el Tito Donald, la Tita Hillary, o sus pasteleras madres. Que quién me temo no recuperaran jamás las partes del Paraíso que han perdido, son los habitantes del Imperio, pero como se decía hace unas semanas,¡Haber escogido la muerte!.
Así que tenemos ocho años por delante para hablar de trumpazos, que seguro los habrá, que ya no me acuerdo de la caza de brujas, y haberla la habrá.
Con su pan se lo coman