El Compromiso de Caspe, intento fallido

 

 

Se trató allá por 1412 de elegir un rey a la muerte de Martín I de Aragón en 1410 sin descendencia. Se reunieron representantes del Reino de Valencia, del Reino de Aragón, y del Principado de Cataluña.

No voy a entrar en los detalles del tal Compromiso, que fue arduo, complejo, en el que se probaron los poderes de los reinos de Aragón, de Valencia y del Principado de Cataluña, así como los de las casas reales circundantes, Anjou, Castilla, y sobre todo de la Iglesia en un momento de extrema tensión por el cisma que daría origen a la existencia de tres Papas, entre ellos Benedicto XIII, que se mantuvo en esas, allá en su torre de Peñíscola.

En aquel tiempo, el reino de Aragón, llegaba hasta los límites meridionales de lo que hoy se conoce como País Valenciá, amén de las tierras del sur de Italia, es decir, Nápoles, Calabria, Cerdeña y Sicilia junto con las islas Baleares.

Hago estos apuntes para mencionar que tras muchas tensiones, asesinatos como el del obispo de Zaragoza García Fernandez de Heredia, por orden del Comte Jaume II d’ Urgell, de batallas como la de Murviedro, o la invasión por Maella de Valencia, el acuerdo final satisfizo a todas las partes, tal y como aparece en el acta notarial en la que se manifiesta la decisión unánime, y así se llevó a cabo su ejecución.

Los tres principales candidatos, de los seis iniciales, que finalmente se sometieron al dictamen, fueron Fernando I Trastámara, Jaume II compte d’Urgell, y Lluis de Calabria. Tras reuniones previas en Tortosa, Vinaroz y Alcañiz, los compromisarios, entre los que había juristas, representantes de la Iglesia y representantes de las diputaciones o generalidades, decidieron por siete votos y medio, a uno y medio, elegir al representante de raíces castellanas Ferrán de Antequera, en detrimento de los otros dos, aunque como he dicho en el acta notarial apareció la decisión como unánime.

Los soportes del comte d’Urgell venían del lado de Benedicto XIII el Papa Luna, miembro de una de las familias más influyentes del reino (en este punto, recomiendo visitar el castillo de Loarre en Huesca, fortaleza que perteneció a esta familia), asimismo las tierras del Somontano, del Reino de Aragón y las tierras del Pirineo, fueron partidarias de dicha candidatura.

Al Trastámara, fueron los nobles y las tierras más meridionales del reino, quienes le dieron su apoyo, y al duque de Calabria, le venía de parte del Papa de Avignon, y de las tierras que aportaría a la corona, entre las que se encontraban la Provenza y el Rosellón.

Al final, como sabéis, fue el Trastámara quien consiguió la nominación, con siete votos a favor, que dos de los compromisarios catalanes se lo negaron, dando un voto y medio al de Urgell, y medio voto al duque de Gandía.

Es de resaltar que se impuso al final el criterio que más convenía al Reino, y era el de las garantías y experiencia que el Trastámara aportaba en el terreno militar y económico, lo que aseguraría el comercio, tan importante para la Corona, en el Mediterráneo.

La aceptación, y lo que es más importante, la satisfacción por la elección fue manifestada por todos los compromisarios, y quizás la intervención de Vicente Ferrer, confesor de Benedicto XIII, fuera decisiva, junto al hecho de que votase el primero, y a favor del Trastámara.

Posiblemente la razón de que no se impusiera el conde d’Urgell, fue por la oposición de la nobleza aragonesa, de una parte importante de la nobleza y de la burguesía catalana, que vieron una aventura poco fiable el poner en manos del conde catalán los destinos del Reino, en contra de la pequeña nobleza, y de barones como los Moncada, o el vizconde de Rodas.

Para mí, el Compromiso de Caspe, fue el inicio de lo que luego ha dado en ser a través de los siglos, el tema catalán, que analizando sus múltiples capítulos es una de las cosas más entretenidas de la historia de España, se mire por donde se mire.

Jaume II compte d’Urgell en su intento de acceder a la corona del Reino de Aragón, fue el primero que soñó con iniciar una dinastía regia catalana, y que acabó de forma innoble, ya que nunca reconoció al rey Ferran I, y tras ser derrotado y preso, murió en la cárcel de Xátiva en 1433, donde está actualmente su sarcófago con una inscripción ignominiosa, en la que se indica su fracaso de acceder a la corona del Reino de Aragón.

Como estamos en plena campaña de elecciones en Cataluña, dedicaré los próximos comentarios a los diversos intentos de acciones similares a ésta, que se ha ido sucediendo a través de estos más de seis siglos, y buscaré similitudes con la situación actual, que creo hay muchas.

El fracaso del Comte d’Urgell, se debió a varios factores que seguro nos son familiares seis siglos después.

El primero fue el desafuero que cometió al ir a Zaragoza con gente armada, y estar detrás de la muerte del obispo García Fernández de Heredia, que apoyaba a Lluis de Calabria. La ley no puede saltársela nadie por muy poderoso que se crea, ya que de una u otra forma, acaba pasando factura.

El segundo factor, muy importante, fue la calidad de quienes le apoyaban en Cataluña, y que era la pequeña nobleza básicamente, ya que ni la burguesía, ni la nobleza con mayúsculas, veían en él y en su idea una solución que les permitiera un futuro en el que el comercio, y consecuentemente la riqueza fluyera como hasta entonces. (Siempre con sus más y sus menos, claro).

Por hoy dejaremos claro, que estos dos factores están presentes en los postulados de los grupos que quieren montar una dinastía catalana, en pleno siglo XXI.

Partimos de constantes desafueros, y se manifiesta públicamente que las leyes que no les gustan, simplemente no las cumplen, cuando lo que es de ley, es intentar cambiarlas. Esto conlleva un riesgo de futuro terrorífico, no es ni más ni menos que la actitud de cualquier generalote africano, como el de Burkina Faso en el día de hoy por ejemplo. Un precedente tremendo.

El segundo factor se refiere a los apoyos de ese intento, y que no son otros que los de la gente de los pueblos, que es el equivalente de la pequeña nobleza de hace seis siglos. El gran capital, hoy ve con terror esta intentona, ya que las incertidumbres que acarrea, van directamente contra su poder que hoy es económico.

Por último el compte d’Urgell, intentó iniciar una aventura a título personal, y el actual president, él sabrá, pero da la sensación de que sigue un camino parecido.

Seguiremos buscando.

Las lecturas que he realizado sobre el Compromiso, son básicamente los del historiador catalán Jaume Sobrequés, y de Ramón Menéndez Pidal.

 

 

Buenas noches, y buena suerte

 

 

 

 

 

4 comentarios sobre “El Compromiso de Caspe, intento fallido”

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