El cuesco hispano

Hoy mientras decidía si despertarme o no, y por supuesto si levantarme o no, la radio, sonando en segundo plano, intentaba convencerme que el amor entre mi Albert y Pedrito era verdadero.
Iba a ver si cambiaba la emisora, para que me dijesen como había cerrado el Nikkei y el Hang Seng, cuando de pronto me dieron en todos los dientes con uno de esos españolazos que te dejan sin aliento.
En Torrent, pueblo de la comunidad valenciana, un alguien se largó un cuesco, de esos celianos, al parecer, de los de –prosiga el mosén.
La cosa, como en aquel senado de la transición no se zanjó con la cara de estupor de’n Lluis María Xirinachs, y algunas risas en las bancadas. Alguien en Torrent, se sintió, al parecer, retado, y se largó uno más largo, más sonoro, más intenso…..la noticia no matiza el tema de los olores, con lo que mi conocimiento del caso queda digamos, cojo. Pero es lo que hay.
No se aclara en el suelto de prensa si se respetaron en la ejecución de los cuescos los cinco tiempos que debe seguir un cuesco como Dios manda, a saber:
-Infla
-Desinfla
-Aparta pelos
-Música
-Olor
Y es un dato importante para poder entender la secuencia de los acontecimientos que siguieron al episodio ventoso.
El redactor habla de cierta etnia involucrada en el caso, pero como me parece racista su manifestación, la obviaré, diremos que ocurrió entre dos clanes familiares de la zona, que al parecer, ya venían de tiempo no llevándose muy bien.
Uno se sintió ofendido, no sé por qué, quizás porque uno de los cuescos le dio de lleno, o creyó que el lanzamiento iba dirigido a su persona. Quizás porque el otro hizo trampas en la fase infla, y no respetó el tiempo de inspiración anal, quizás el olor le pareció muy exquisito, teniendo en cuenta la catadura del clan rival, ni idea, salvo que decidió desenfundar el colt como si fuera un Clint Eastwood cualquiera, allá por tierras almerienses, y ¡pum!, le dio un tiro a uno del clan rival, y otro de su mismo clan, disparó de nuevo ¡Pum!.
Tumulto en el barrio, cuatro heridos, (dos de bala), intento de linchamiento, cincuenta policías para intentar calmar la cosa, la científica, el Hospital de Valencia con uno de estos pollos en la UCI…..por un par de cuescos.
Esta es mi España, sangre caliente, nervios a flor de piel, y el honor…¡ay el honor!, que hasta con un pedo puedes mancillarlo.
Ya sabemos,
-Al rey la hacienda y la vida se ha de dar
Pero el honor, es patrimonio del alma
Y el alma solo es de Dios.
No se le planteó a Pedro Crespo el dilema del cuesco, cierto es, pero no sé yo como hubiera reaccionado, si cree su honor mancillado por una flatulencia.
Dicho esto, y comprobada la notica en cualquier periódico, preferentemente valenciano, para más detalles, que Torrent y la Malvarrosa son los barrios protagonistas, me gustará pensar en la intransigencia hispana, que nos lleva a estas cosas de intentar con tan fútil escusa matar a otro ser humano, que uno no dispara a la barriga para asustar solamente. (Lo de Azaña en Casas Viejas seguro que tenía connotaciones no publicadas que lo explicaban todo).
Pido a Dios, que en una de estas sesiones que entre nuestros políticos se están dando ahora, para ver si forman gobierno, a nadie se le escape un cuesco, que el espíritu de la transición no parece estar presente, y podemos asistirá a un espectáculo de sangre en el escaño.
Creo que en las tertulias esas de la víscera, o en las de la 13, los contertulios deben llevar un certificado de no haber ingerido material flatulento antes de acercarse al plató, para evitar que en medio de cualquier insulto cruzado, y por causa del esfuerzo, se escape una de esas bombas fétidas sonoras (si son silenciosas siempre la cosa puede disimularse poniendo cara de Bárcenas delante del juez).
Las consecuencias podrían ser nefastas, ya que le quitarían, a buen seguro, audiencia a las series de tiros y bofetadas, que últimamente están de un blandurrio inaceptable, y si el viento va con música seguro que la S.G.A.E. interviene para llevarse un pico.
Me pregunto, si estamos de nuevo, dividiendo al país en clanes cainitas, dispuestos a morir, si con ello acabamos con las ideas de nuestro enemigo, y desgraciadamente creo que sí.
Asomarse a llamadas redes sociales, o a los comentarios que de las noticias publican los lectores de los periódicos digitales, nos da una idea de la catadura violenta de nuestra ciudadanía. Hace ya tiempo que he dejado de leerlos, asqueado de los insultos que se cruzan, posiblemente amparados en el supuesto anonimato, de las descalificaciones gratuitas, y sobre todo de la falta de razonamientos para sostener una postura lógica capaz, si no de cambiar la opinión de otros, por lo menos hacerles ver que se pueden ver las cosas desde diferentes puntos de vista.
Mi cuenta del Caralibro ese, tiene muy pocas personas con acceso, es decir tengo pocos amigos, y pocos seguidores, ya que he ido podando a todos los contactos que de forma repetitiva rebotan comentarios o noticias que destilan odio o revanchismo. Ya sé que existe, pero estoy muy mayor para que los pongan en mi móvil.
Esta España de clanes en la que vivimos, y que no se cura, donde somos Isabelinos o Carlistas, Españolistas o Independentistas, Liberales o Conservadores, del Madrid o del Barça, me tiene más que aburrido, echo de menos las posturas que traten de evitar esas disensiones, y que estén continuamente lanzando puentes de entendimiento. No las hay, o yo no las veo, preferimos sentirnos ofendidos o atacados por el cuesco del machito del clan rival que así podemos sacar la pistola, y si nos cargamos a un miembro del clan rival se nos reconocerá mérito entre los nuestros.
A uno siempre le quedaba la esperanza de que las nuevas generaciones llegarían a superar estos enfrentamientos ancestrales, que pudieron empezar con otro cuesco a destiempo…varios siglos atrás, pero no, ni siquiera con el declive de los partidos mayoritarios que han ostentado el poder durante los últimos cuarenta años (han empatado a Franco, por cierto), que ha provocado la aparición de sus posibles substitutos futuros, uno con coleta y otro con corbata, declarando su inmiscibilidad, cuando lo que queremos es que sin enfrentamientos solucionen los problemas que tenemos planteados, como Estado, claro, que para eso les damos poderes. Pero no, se nos revive la vieja pugna.
Acabaré con la bien sabida historia de aquel socio del Real Betis Balompié, que en su lecho de muerte, tras 70 años de fidelidad a sus colores, llamó a su hijo y le pidió que le diera de baja del club de sus amores y le hiciese socio del Sevilla.
-Pero padre, si usted ha sido siempre socio del Betis y el Sevilla ha sido su enemigo…
-Por eso mismo, hijo, así se morirá un socio del Sevilla.
Buenas noches, y buena suerte

4 comentarios sobre “El cuesco hispano”

  1. He escuchado la noticia ¡no me lo podía creer!
    Hoy prefiero quedarme con la del niño italiano que se ha inventado una palabra, que su Profe ha preguntado a la academia si era correcta y que la Academia ha accedido a incluir si termina siendo utilizada.
    Bello! Come il fiore petaloso

  2. Yo tambien escuché la noticia de fiore petaloso… bello d’avvero!!!!
    Lo del.cuesco… y reflexión posterior…. en fin cadi casi sin palabras!!!!!

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