El Virus Coronado

No lo sé muy bien, me lo imagino, quizás sea por lo de la maldita epidemia que nos tiene a todos contra la cuerdas, encerrados, mirando por la ventana, recordando, quizás, a los escolares de Machado, “Monotonía de lluvia tras los cristales”.

No lo sé muy bien, pero de pronto, veo que los libros que tengo en la mano ahora mismo, tienen títulos inquietantes….”La Peste”, “Peste y Cólera”, y cosas por el estilo. Hasta Thomas Mann anda por aquí con su profesor Von Eschenbach y el “Bello Tadzio”.

Habrá que poner el adagietto de la quinta de Mahler, y ambientar la cosa, ya que hoy ando algo lejos de los salones del Excelsior en el Lido.

Así que en vez de coger el periódico que me informa de lo que pasa al otro lado de la Laguna, tendré que conformarme con el “Parte” que a buen seguro nos brindará Radio Nacional.

Van contándose los infectados, los fallecidos, y aquí, en el siglo XXI, con las murallas de la ciudad cerradas, vemos a los médicos pelear casi sin armas contra la epidemia.

Parece, por lo que tengo leído una nueva Orán camusiana, o la Viena de 1348, que al final es lo mismo. Y también el comportamiento humano se empeña en ser idéntico, llenando el que puede la despensa, el que puede ignorando la importancia de la solidaridad, y claro, siempre la casta, que hay médicos en palacio, y no a todos los ciudadanos se les ha de dar el mismo trato.

Al fin y al cabo es el Sultán quien nos lleva de la mano. El grito del “Fu” Cuerda,: -¡Solo Vos sois necesario, que nosotros somos contingentes! Las cosas son así, las luchas contra los microbios, llevan al Papa a postrarse delante de la imagen que salvó a Roma de la Peste, después de haberla arrasado.

Quizás los nuevos artistas de la escultura, de la pintura, nos regalen monumentos en acción de gracia a la marcha de esta pandemia, ¿quién lo sabe?, ¿a quién le importa?. Estamos como los europeos del siglo catorce, peleando con miasmas que van por el aire, de esas que vienen en los barcos de Marco Polo, o en el tren de la seda.

Que si antes era la Yersinia pestis, hoy es el bicho más pequeño y no cabalga a lomos de los piojos de las ratas. Lo que sigue sin importarnos un comino, que lo único que nos importa es sobrevivir, tener de paso la barriga llena y el culo limpio, lo que a buen seguro habrá de ocurrir, siempre que no seamos eso que ahora se llama “población de riesgo”.

Las cosas son dolorosas, y en estos primeros días de prisión parece que intentamos colocar una cobertura de humor a lo que hay, y no está mal el intento, pero veremos lo que dura la cosa, que empiezo a recordar aquellos experimentos de ratas encerradas en cajas con una población exagerada de congéneres.

En el terreno de la broma, parece que este bicho, nos está suavizando lo de las emisiones de CO2, y el confinamiento a lo mejor resuelve lo de la natalidad de occidente. No me gustaría que me llamasen de la generación del COVID 19. Que también están los del apagón de Nueva York, y los del Baby boom de López Rodó, por lo menos.

Si hay algo que siento es el no estar ya en activo, para intentar ayudar desde mi profesión a todos los que ahora están dando el callo como campeones en tantos y tantos puestos que son vitales ahora para que el trago pase lo más rápido y con el menor daño posible también.

La parte decepcionante de todo este panorama está en nuestros políticos, y cuando digo nuestros hablo de todos, desde Tito Trump a Boris, desde el jeque árabe al ruso, desde nuestros….mejor no hablar de ellos.

Que a las políticas no les iban a quitar el gustazo de contaminar Madrid con su manifestación, ¡que nosotras podemos!, si hija expandir la epidemia, que salir en la tele gritando no tiene precio, y unas cuantas vidas no son nada.

La verdad es que ignoro si lo que ha ocurrido ha sido pura y simplemente estupidez, que dado el pelaje del personal involucrado, ya podría ser, o un simple me importa un carajo el que mate a unas cuantas personas más, siempre y cuando salga en la tele vestida de morado, como el Cristo del Gran Poder.

Para Tito Trump es el bichito europeo, y lo que le preocupa de verdad no es que se le mueran ciudadanos, si no que el sistema financiero tenga un aspecto feo cuando tengan que elegirle sus ciudadanos.

Para don Boris, parece que epatar es lo suyo, y si tengo que infectar el país, matar unos cientos de miles, y salvar la economía, ¡pues misión cumplida!.

Que el ruso y el moro se tiren de los pelos por unas décimas de penetración en el mercado mundial de petróleo, es lo que se puede esperar de esta gente.

Y al ciudadano se le aplica la ley vigente, que no puede ser de otra manera.

Y sálvese quien pueda, y a no preocuparse que Don Aznar ya anda en Marbella, que allí las penas son con pan, y ya se sabe, con pan son menos penas.

Y yo con la pena de no haber podido seguir a mi líder y montar mis reales en La Zagaleta mientras esto pasa o no pasa.

No quiero ser malo pero seguro que Felipe está navegando por algún sitio tranquilo, que es lo suyo, lejos de las miasmas, que matan a los que fuman puros, dicen.

Me dicen que ya no hay noticias de guerras, que haberlas haylas, me dicen que Don Erdogán ya no se pelea con la U.E. por un quítame allá esos refugiados, y que los griegos ya no son importantes para impedir que entren refugiados en Europa.

No se manda papel higiénico a los campamentos y en dos semanas se ha vaciado.

El Hombre, el Ser Humano es el que sobra, y si la economía no peta, ya tenemos excusa para darle una vuelta de tuerca más al tema laboral, que últimamente se nos estaba escapando de las manos.

La parte más bonita, al final la han dado los ciudadanos, que me he ido a apuntar a una página web de voluntarios para ayudar a la gente que necesite lo que sea, y en la página de la Comunidad de Madrid, salía un mensaje de agradecimiento, que las siete mil plazas necesitadas estaban cubiertas, en un plis, parece.

¡A mí no me tosan!