La guerra de nuestros días

Esta mañana se me han venido encima tantos paseos por la Promenade des Anglais, mi habitación del Negresco, alguna cena en La Coupule, de la que siempre me arrepentía, ya que siempre cenaba mejor en el vieux port…..en cualquier petit restaurant de esos de siete mesas y vino de Bandol.
Y se me han venido teñidos de sangre, tanto que mis primeras reacciones han sido típicas del calentón a través del elemento de comunicación que tengo con el grupo de queridos amigos, que empezaban a primera hora de la mañana a mostrar sus sentimientos, cada uno según su genética y su alta formación.
Para evitar decir más tonterías hijas de impulsos controlados solamente por la adrenalina y las emociones, he prometido expresar más tarde lo que este acontecimiento me ha provocado, pero ahora ya filtrado después de un día de noticias, opiniones, y mis propios sentimientos.
La primera cosa que quiero comentar, son las palabras de M. Hollande a propósito del atentado de Bataclan o del aeropuerto de Bruselas, que no recuerdo la ocasión, donde vino a decir algo así como que La France c’est en guerre. Y coincido con él, claro, que con el añadido de que no es La France solamente, y que hay más guerras que a la que creo el presidente hacía mención, y aunque nos aterrorice, no es terrorismo, son acciones perfectamente diseñadas y planificadas por militares profesionales del viejo ejército iraquí.
Sin embargo, hoy toca hacer mención a la guerra que como siempre he pensado, comenzó en plena Place Concorde, en ese bonito Hotel Crillon hace ahora un siglo, cuando se llegó al famosos acuerdo Sykes-Picot, que tantas frustraciones ha traído a nuestro Mediterráneo, cuando se empezaron a trazar líneas en mapas a la caída del Imperio Otomano, con las consecuencias de la ignorancia de aquellas dos delegaciones acerca de lo que estaban haciendo, y de la realidad de las tierras sobre las que tan alegremente trazaban líneas de niños malos. Además la cosa estaba pendiente de que la famosa triple entente obtuviera al final una victoria en la Primera guerra mundial.
Con el añadido del primo americano, parece que son los países de la triple entente, o lo que de ellos queda, los actores en esos restos del Imperio Otomano, que tanto dolor nos están causando.
Eso en lo que se refiere a la presencia de la vieja Europa, que por allí ya andaban tribus, jeques, califatos, a tradicionales tortas por dominar territorios, vías comerciales, almas de súbditos, (por allí nunca vi ciudadanos, y por aquí pocos), todo envuelto en la tradicional disensión dentro del Islam entre sunitas y chiitas. Con esto quiero decir que occidente no fue más que un nuevo actor en una tierra, y además el famoso T.E. Lawrence se extralimitó al prometer la creación de una gran patria árabe si le ayudaban en su lucha contra el otomano.
Creo que la incursión de los Bush, padre e hijo en Irak, no hizo más que recordar, cuando nadie lo necesitaba que el demonio estaba en occidente, con lo que empezó alguien a pensar que eso de matar perros infieles algún premio tendría en su momento.
Las visitas no deseadas de Rusia y Occidente en Afganistán enseñó cómo luchar a tropas no regulares contra ejércitos de “honor y corsé”, vamos como lo que hacíamos en España desde Viriato a la mal llamada guerra de Independencia, guerrillas, picotazos, una y otra vez.
Y nuestros ejércitos, parece que no se han dado cuenta de que estamos en esas, o sí se han dado cuenta no nos lo han dicho por esas cosas de los secretos militares y nuestra seguridad, que seguro es así. Pero parece que aún nos empecinamos en enviar esas tropas formadas en líneas que iban cayendo ante el fuego enemigo, y que ganaban si eran más. Generalotes rindiendo sables, y recogiendo llaves de Breda. Ha pasado, eso ha pasado, y la guerra en la que estamos es otra cosa.
La segunda cosa es que tenemos a los que nos consideran sus enemigos, durmiendo en nuestra casa, con nuestra ciudadanía, pero sin integrarse en la sociedad que les ha acogido, le ha explotado, les ha encumbrado, o les ha denigrado. Y hay ya odios de tercera generación de argelinos, de tunecinos, de marroquíes, de sirios, que viven en sus guetos. Demasiada gente con nada que perder, y con una excusa religiosa a mano para sentirse útiles. A los locales nos diferencia que no tenemos la excusa religiosa, claro.
No debemos olvidar que cuando decimos que no se han integrado, al revés piensan lo mismo, que no adoptamos su forma de vida. Y los dos llevamos razón, yo no me veo adoptando la moral del Islam, a la que respeto, ni creo que la moral occidental sea aceptada por los fieles del Islam.
Sugiero paseos por barrios de Barcelona, como Nou Barris, pueblos del Maresme, o la misma Villalba aquí al lado, sin ir más lejos, que por cierto son blanditos comparados con los banlieu parisinos, o las afueras de Marseille para entender de qué hablamos
El esfuerzo integrador que hay que hacer es enorme…por ambas partes, me temo, y no veo esa voluntad en la calle, por mucho que lo deseemos.
En esta guerra en la que estamos, sea contra ese autodenominado califato, sea contra el terrorismo de corte islamista que dicen los telediarios, es vital el control de la financiación de las acciones militares.
Y la financiación que recibe el califato, al parecer es múltiple, la primera de orden religioso, que los sunníes de Arabia, ayudan a sus hermanos que están en tierras chiíes, y tienen mucho dinero. Incluso me he planteado que la caída del precio del petróleo, mucho tiene que ver con su uso como arma en esta guerra.
Luego la depredación impositiva en las zonas dominadas, algún disertó por devolver rehenes, a lo Miguel de Cervantes, y por último la venta de petróleo y algodón a quien lo quiera, que nuestra sociedad de consumo necesita “low cost”, sin mirar demasiado qué hay detrás.
Creo, por último, que ese miedo que tenemos y que nos asombra del guerrero que se auto inmola con tal de llevarse por delante a lo que sus mandos consideran el enemigo, es algo común a nuestra cultura, aunque con diferentes matices.No son ajenas las colas de jóvenes alistándose a ejércitos donde sabían que tenían muchas posibilidades de morir….por su patria, claro, operaciones suicidas, desde Japón a la RAF, o a los submarinos alemanes, de la segunda guerra mundial.
Aunque ahora la cosa flaquea, que nuestra sociedad occidental no tiene un ideal común, que parecemos habitantes de cantones suizos, y solo queremos defender nuestra pensión y nuestro subsidio. Esta división que hace casi imposible la colaboración entre las policías europeas, por el celo inexplicable al común de la ciudadanía de la protección de su información, no ayuda a la defensa del ciudadano europeo de estas acciones de guerra. Yo no olvido que la primera razón de la existencia de los estados, y de la recaudación impositiva, es la defensa de nuestra vida, así que se vayan tentando la ropa a quienes corresponda.
Las actuaciones en Europa contra la población civil, son las mismas que realizan en sus zonas de influencia, utilizando los medios a su alcance, como el de ahora en Niza, y que es bien conocido en Bagdad, en Aleppo, en Damasco, en Estambul, en Ankara…y creo que nuestros ejércitos, deberían estar preparados para prevenir estas formas de ataque contra nuestras ciudades y contra nuestros ciudadanos, que esta guerra no se gana con “Mirages”.
Al final, lo que nos queda son los muertos anónimos en la playa de Niza, en el mercado de Bagdad o en el aeropuerto Ataturk, muertos, que como en tantas y tantas guerras, no sabrán nunca por qué murieron.
Por último diré que tenía pensado hablar hoy del surmenage, y que parece que en esa situación están las fuerzas del orden del país vecino tras el campeonato de Europa y el Tour aún en marcha. No me extraña que la forma de exprimir a esos trabajadores haga al final que los niveles de eficacia en el desempeño de su labor se resientan, como han manifestado mandos policiales, y se ha quejado el alcalde conservador de Niza, pero habrá mejor ocasión.
Voy a ver si saco un billetito a Estambul, que en el Çiragan están que lo tiran , y Finito está de rebajas.
Buenas noches, y buena suerte

2 comentarios sobre “La guerra de nuestros días”

  1. En fin…. no aprendemos de la historia… no miramos atrás, o no nos interesa. No sé pero el mundo está cada vez más feo…
    Por cierto… que anoche vi peligrar a Finito….
    Muy interesante!!!

    1. Y ya ves que la cosa en Turquía sigue adelante….lo que no deja de ser un detalle en todo este batiburrillo en el que estamos metidos. Menos mal que a Armenia me voy vía Ucrania….

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