La marcha Radetzky, o el último, por favor que cierre la puerta

Hoy un amigo, me ha hecho llegar aquel famoso estudio que un tal John B. Calhoum realizó para analizar el comportamiento de ratones en función de las condiciones ambientales a las que se les sometieron, desde la producción de un stress agobiante por elementos como la falta de espacio, que condujeron junto a unas condiciones inicialmente idóneas, fueron transformándose en estresantes por el aumento de la población sin alterar la superficie vital. El tiempo provocó la falta de alimento, hasta casi todo aquello, que basándose en el conocimiento previo de la especie, supusiera una alteración de las condiciones de vida a las que la evolución de su genética les hubiera establecido, al faltar el elemento de la expansión física.
http://www.iieh.com/noticias-y-opiniones/noticias/noticias/universo-25-utopia-de-ratones

Cuando uno lee el estudio, o cualquier resumen del mismo, siempre le vienen a la cabeza las propuestas maltusianas, esas que nos indican con precisión casi milimétrica los habitantes que en el Reino Unido de la Gran Bretaña que podían subsistir ben las islas.
Eso no es lo peor, que inmediatamente uno se siente identificado con las ratas, olvidando que tenemos ciertas diferencias, aunque sea únicamente de tamaño, de carga genética, y de una pequeña lista más de cosas que sería prolijo detallar.
El estudio, en una época como esta, puede utilizarse en favor de cualquier opción que le venga bien al populismo imperante, dada la tendencia que tenemos en quedarnos con los titulares, o nuestro empeño en interpretar textos que no están hechos más que para expertos, en un contexto determinado, en una época determinada, y con un objetivo científico dentro del campo de la etología, es decir la ciencia que se dedica al estudio del comportamiento animal.
Como puede verse en el resumen del trabajo, algunas de las conclusiones nos hacen pensar que estamos en un espejo de la sociedad humana desarrollada, con aumento de la agresividad, con dejadez ante el reto de nuestra reproducción, aumento de la esperanza de vida, mayor número de defunciones que de nacimientos.
Es más, puestos a buscar ejemplos, nos es fácil hallar una burda similitud con la sociedad japonesa, por ejemplo, que allí parece que hay muchos, como en el área de los ratones “utopizados” por el investigador, que son muy viejecitos, que mueren más de los que nacen, que los jóvenes no quieren ni sexo, ni mucho menos reproducirse. Vale, parece que decidimos a golpe de titulares, y así nos hacemos la idea de lo que pasa, pero me temo que nada más lejos de la realidad.
La primera cosa que asumimos, si estamos convenientemente dirigidos, es que somos ratones, con lo que desde esa perspectiva nada más fácil que empezar a sacar conclusiones, cierto compartimos una gran parte de nuestro ADN…pero no todo.
Por otra parte, nuestro comportamiento tiene una serie de condicionamientos que reconocemos en cosas a las que denominamos tradiciones, moral, religión, análisis de situaciones, capacidad de actuar en grupo, y sobre todo, tenemos algo que a través de los siglos hemos ido desarrollando, y que se conoce como tecnología.
A través de ella, somos capaces de alterar nuestro ecosistema, de forma que tenemos la posibilidad de adaptarnos prácticamente a cualquier tipo de necesidad que aparezca, incluyendo por supuesto el análisis de las causas de cualquier anomalía que pueda ser considerada negativa.
En cuanto al efecto que podríamos darle a los acontecimientos demográficos japoneses, quisiera recordar que países como The Neederlands, o Bélgica, sin ir más lejos, tienen densidades poblacionales cerca del 30% superiores a Japón, y no se dan aparentemente los fenómenos que aparecen en ese país.
Quiero transmitir, una vez más el hecho de que cada vez que se nos hace llegar un mensaje del tipo que sea, con la mejor intención, antes de dejarle que pase hasta los entresijos cerebrales debemos poner los filtros adecuados, que las cosas nunca nos llegan por casualidad, siempre hay detrás de cada mensaje, de cada enlace que aterriza entre nosotros, una intención, o simplemente un error´
Es así, que de vez en cuando, intento aplicar esos filtros, que por cierto en mi caso, que soy un zote redomado, me cuesta un Perú conseguirlo, y la recompensa siempre es la misma, me encuentro con algo descontextualizado, con párrafos en negrita, para que capte un mensaje diferente al que en su origen pudiera tener el tal texto, o la tal comunicación.
Desgraciadamente el análisis para el común de los mortales es algo que cada vez es más difícil de llevar a cabo, por diversas razones, la primera es el exceso de información que nos llega, cada una con su técnica de penetración en nuestro cerebro que permita el asentamiento del mensaje.
Al final, nada nuevo, que nos encontramos por otra vía mucho más sofisticada de la importancia de la Fé para hacernos adictos a lo que sea, sin por supuesto analizar ninguno de los mensajes.
Las confesiones religiosas lo que hacen, ya saben ustedes, es simplemente amenazarte con la perdición del alma, y en ciertos ámbitos funciona. ¡Que nada hay peor que perder la Fé!, es decir, negarse a comulgar con ruedas de molino, hacerse racional, ¡crisis de Fé!.
Lo de ahora es más sofisticado, simplemente por colmatación de los filtros la Fé en cualquier cosa te entra hasta la cocina, que al parecer el lema es “prohibido pensar”, y de analizar, ya ni hablamos.
Así que valga el ejemplo, y sobre todo que nadie que lea esto crea que estoy utilizando técnicas de adoctrinamiento para intentar ganar adeptos a ninguna causa, esto es más sencillo, es simplemente sugerir que analicemos lo que nos llega, filtremos la información, saquemos nuestras propias conclusiones que siempre han de ser fruto de nuestra reflexión, y posteriormente actuemos en consecuencia.
Más de uno os dirá con diferentes palabras, que estáis en una crisis de Fé, y llevará razón, que la Fé pueden guardársela, que lo que espero siempre como ser racional que me gustaría ser, es convencerme de las cosas tras el contraste, la meditación….y la suerte.
Creo que muchas de las cosas que nos están pasando, y me refiero a tantos acontecimientos en los que el odio por no filtrar y analizar mensajes, nos ha llevado y seguirá llevándonos a situaciones indeseadas.
Intenten sobrevivir al domingo, pero cierren la puerta al salir

3 comentarios sobre “La marcha Radetzky, o el último, por favor que cierre la puerta”

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