La Pepa de Gredos

Estos días en los que nos acordamos de que hace cuarenta años los españoles, bueno unos pocos españoles, andaban discutiendo como reorganizar el solar patrio, que había dejado el período de la dictadura totalmente yermo.

Los padres de la Constitución que luego hemos dado en llamar remataban los trabajos en un Parador, el primero de todos, en la sierra de Gredos, lugar, por otra parte en el que siempre que he ido me he encontrado muy a gusto.

Seguro que hubo sus más y sus menos, que cada uno intentó arrimar el ascua a su sardina, que las cosas no salieron al completo gusto de nadie, pero algo salió como referente de nuestro marco legal actual, que no es poco.

Y eso en una tierra en la que le dimos a la Ilustración con la puerta en las narices, es algo para tener en cuenta, así que permitan ustedes que me congratule de que tengamos a esta lozana cuarentona entre nosotros.

Valga esta pequeña introducción para poder reflexionar acerca de este momento de revolución aparentemente incruenta que estamos viviendo y que me temo está escribiendo una historia en la que el ser humano va a ser sacrificado por unos pocos de ellos, sin remisión, sin pausa, eficazmente.

Cada mañana nos despertamos con nuevos argumentos para el descontento, aquí y en Sebastopol, que las cosas son así. Y si hoy llegan noticias de que han detenido a na China en Canadá por haber vendido telefoninos en Irán, o en Irak, para que se la lleven a los USA, codo con codo, ayer Don Putin le comenta al mundo que si Tito Trump rompe el tratado nuclear de no proliferación de armas ellos se ponen a fabricar no sé que maldita cosa prohibida en el tal tratado, y a otra cosa.

Que me dicen que en la frontera de Tijuana, los hay que prefieren ser detenidos por la policía americana, que volver a sus Guatemala, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Chiapas de origen, y es que hasta la pobreza y el abuso deben tener unos límites, que una vez traspasados hacen que la gente llegue casi a preferir la muerte.

Los tiempos que corren no son buenos, no lo son para los pobres que cada vez somos más, y en esta España del cabreo eterno, las más de las veces con razón, lo de las dos Españas anda también alborotado, que nuestros dirigentes se aprendieron muy bien lo de las derechas y las izquierdas, y antes muertos que aceptar alguna virtud en el punto de vista del oponente político.

Y es que las dos Españas se están llenando de marcas y de reinos de taifas, muchas cabezas de ratón, me temo, ninguna de león.

A costa del revuelo de las elecciones andaluzas, si hubiera estado por allí con derecho al voto, hubiese votado un poquito a cada uno, pero eso es imposible, como imposible es que los partidos que se sitúan voluntariamente a un lado y al otro de esa línea imaginaria que separa la derecha y la izquierda sean capaces de sentarse a la misma mesa a discutir las necesidades que tienen los ciudadanos, y darles la mejor de las soluciones.

Lo hicieron hace cuarenta años en Gredos, y todos ateniéndose a su ideología se merendaron unos sapos de buen tamaño, lo sabemos todos y es lo que en estos aniversarios, de alguna forma agradecemos.

Quizás lo ilustrado de aquellos hombres del Parador de Gredos fue lo que consiguió crear este marco legal que nos ha servido a todos, quizás.

De lo que no tengo ninguna duda es que la casposa casta política de hoy no hubieran sido capaces de siquiera sentarse a la misma mesa, no lo son, definitivamente, y aquí estamos todos nosotros sufriendo las consecuencias de tener la “Caspa” política que hemos llevado a nuestros parlamentos.

Lo peor de todo, es que en el entorno de guerra mundial, (global quizás sea el calificativo más adecuado), es lo peor que nos podía haber pasado, y es que todos los extremismos nacen del expolio excesivo al pueblo, que en ello estuvo el surgimiento de los Mussolini, Hitler, Stalin, Mao, los grandes fascistas (por fascio, es decir facción, bando de gente que se separa de un grupo por no estar de acuerdo con sus ideas y se opone a ellas de modo violento) del siglo XX.

Y en nuestra España, la crisis que se llevó a partir de 2007 vidas y haciendas, provocó el nacimiento de movimientos fascistas (Espanya ens roba), que lo primero en estos movimientos es lo de mi pueblo primero, es decir nacionalismos, (Über alle), America First….¿verdad Señor Trump?, ¿Verdad británicos de ombligo sonrosado?.

Me preocupa, porque estos movimientos conducen siempre a guerras más o menos cruentas, y ahora estamos inmersos en una de ellas, en la que el objetivo es la destrucción del enemigo, porque ya se nos ha olvidado aquella Ilustración que una vez entendida ha alejado la guerra cruenta de ejércitos de niños fuera, al menos de Europa durante más de setenta años, y casi ochenta en España.

Cierto que la guerra es comercial, sin bombas y sin ejércitos tradicionales, por el momento, pero el objetivo es ser más poderoso que tu vecino, que el otro bloque, que esto se parece cada día más a la distopia orwelliana, con Grandes Hermanos que lo saben todo de nosotros, con Ministerios de la Historia que manipulan nuestros recuerdos como sociedad, con Ministerios de Propaganda que nos dicen con la mayor precisión cómo debemos pensar, con cada uno de nosotros transformados en productos que se compravenden.

Sí, ciertamente echo de menos aquel espíritu del Parador de Gredos, en el que tantos sapos se tragaron a derechas e izquierdas, para conseguir que de una vez se pudiesen votar a todos los partidos en uno solo, nuestra Constitución, que dicho sea de paso, no me gusta al cien por cien, que me parece que hay derechos concedidos que no deberían haberse permitido, y derechos que los ciudadanos deberíamos gozar, y que no están cubiertos.

Pero esa es su grandeza, y lo que sale de una negociación entre ilustrados honestos, beneficia a muchos, a casi todos.

Vale

 

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