…….La sangre altera

La primavera la sangre altera, parece que dicen los que entienden de estas cosas, y no es para menos, que sin entrar en consideraciones más o menos científicas sobre las respuestas de nuestro sistema inmunitario a los retos que desde todas partes nos está lanzando el entorno, desde a los arbolitos empeñados en hacer volar sus semillas, hasta esa mezcla loca de lluvia y sol, de calorcete y fresquito, que uno no sabe que minifalda ponerse.

Y así nos van las cosas, que se nos van a reunir en Singapore dos de los tipos más peligrosos del planeta, zumbados los dos, soberbios los dos, y con fama de poco letrados, que luego a saber, que lo mismo son dos Sénecas discretos.

Y son cosas que a uno le apechuscan, aunque menos mal, que la tal Singapore, con eso de que está cerquita del Ecuador, no anda con estas cosas de la primavera, que por allí no saben muy bien qué es eso. Todos los días 30º y 90% de humedad, con precisión suiza. Así, que a lo mejor, estos dos pollos no andan demasiado alterados por la respuesta inmunológica inducida por eso que hemos dado en llamar primavera.

Demasiadas alteraciones veo a mi alrededor, no sin cierto temor, o mejor dicho, no sin cierta preocupación, que hasta en esas cosas de la economía andamos pensando en el momento más adecuado para salir corriendo de los mercados, que las caídas cuando tocan son duras. Y todos dicen lo mismo, “In May, pick the money and go away”.

No me extraña, que los brokers tienen también su corazoncito, y ahora empieza lo bueno en la City, que si las carreras de caballos, que si Wimbledon, que si Silverstone, que si el British Open de golf…y estos chicos y sus señoritos no están por la labor de andar todo el rato metidos en esas historias de los trading intradía, que es un coñazo.

Pero este año ya veremos que nos depara el asunto, y es que se nos ha colado de rondón un Mulo asimoviano en la cabeza del Imperio, y con dos mensajitos cortos a tiempo nos lo pone todo patas arriba, aunque luego no pase nada, o casi nada, pero el susto nos lo da.

Y si además buscas el momento adecuado para publicarlo, en medio de las Carreras de Ascott, o cuando Federer está en plan match point, nos la lían seguro.

Yo quisiera sugerir a los de la Federación de Golf que toque, me hagan la gracia de organizar el British Open en Turnberry, aquel precioso resort de Monty, el jugador barrigoncete que llegó a ser hasta casi bueno. A mí no me gustaba, nunca me pareció un gentlemen.

Y es que Tito Trump es el dueño desde hace unos años de las instalaciones, con lo que seguro recibiría el regalo de los primos con alegría, y a lo mejor se iba a ver el campeonato, y a dar unas bolitas con el bueno de Monty. No sé.

Pero algo habrá que hacer, algo que no sea ir a jugar al golf a Irán, que otra vez se ponen las cosas peludas por ahí, y aunque a mi ya me pilla con Persépolis, la tumba de Ciro, y Isphahan bien visitados, nunca me parece buena cosa que se peguen por un quítame allá ese polen unas bofetadas, aunque sea solo para vender misiles inteligentes.

Y hablando de inteligencia, ahora que nos vamos acercando a las distopias de Blade Runner, que los de Google ya te plantean conversaciones en las que no se puede diferenciar al robot, quizás sea una buena idea, dejarnos de remilgos, crear unos algoritmos adecuados, y que las decisiones las tomen las máquinas.

Por lo menos, espero que los pólenes de la primavera no les influirán demasiado. Aunque los matemáticos post millenial son capaces de diseñar la ecuación que contemple la variable polen/alergia/estado de ánimo. No lo sé.

Pero la tentación a que de forma consistente sean máquinas quienes dirijan nuestros destinos, a lo mejor no es tan mala idea.

Posiblemente nos quitábamos de encima las mamarrachadas que nos envían desde Berlín, a lo mejor nuestro Marianico no tenía que pasar el bochorno de no contestar una pregunta parlamentaria sobre el ¡Que se jodan! De su directora de comunicación.

No creo que desaparecieran todas nuestras miserias, que los algoritmos tienen tras sí cristianos de los de toda la vida, y la capacidad de hacer el imbécil que tiene el ser humano es infinita. Algo se les ocurrirá, que liarla parda seguro que la lían, pero a lo mejor lo hacen de forma más modulada.

En la presentación de Google, esa de adivinen quién es el robot, las protagonistas son dos voces femeninas, y la cosa empieza por que una de ellas (la robot) pide hora para la peluquería.

No quiero hacer sangre de la idea de los muchachos de Silicon Valley, pero me hubiese gustado una conversación más profunda, a ser posible entre un hombre y una mujer.

Que temas de charla no faltan, ni mucho menos en un diálogo entre personas de distinto sexo, pero las voces de dos señoras reservando sitio en la peluquería me demuestra un quizás gran avance técnico, pero una visión de lo que es el mundo cutre, ramplona, miserable, y sexista.

¡Coño!, que hubieran sido dos cabestros discutiendo a tortas la última touch down de la final de las World Series. Pero eso no les ocurrió.

Por esta mi tierra de adopción, que es el Foro, parece que nos vamos a dedicar a honrar al santo que consiguió que los ángeles labraran por él. El sueño del funcionario de carrera, o del político del senado, digo yo.

No voy a meterme en camisa de once varas, que para eso candidatos hay de sobras a mi alrededor, así, que despacito despacito, intentaré seguir desde la barrera los acontecimientos que se nos vienen y la forma en la que intentaremos adaptarnos para la supervivencia, que al final, parece que es lo único que nos interesa.

Y si hay que reírse del drama catalán, pues nos reímos, si hay que tirarle tomates al Marianico, (siempre de forma simbólica) pues se le tiran, y si el nuevo que nos manda no es un robot de nuestro gusto, llamo a mi amigo Pepe, el hacker, y liamos una que hasta Tesla consigue beneficios vendiendo a Uber sus cochecitos, aunque tenga que pagar parte del peaje al partido en el poder. Es para lubricantes, ¿sabe usted?.

Y todos contentos