Los Big Data

Esta mañana, mientras me afeitaba, alguien en la radio, que uno es un clásico, y hasta las tres no pone la tele, por aquello del telediario, a veces, un pollo me puso los pelos como escarpias, que andaba el hombre soltando historias de esas cosas tan transhumanistas que se llevan ahora, los Big Data.
Para los que aún necesitan del mundo analógico para sobrevivir, y no se han enterado que ya somos digitales, les diré, hasta donde llego, tampoco soy millenial, que entre otras cosas la tal disciplina se dedica a manejar los datos esos que te piden cuando te ponen delante de las narices ese collarcito de cuentas de colores, o ese espejito, que se llama app, vamos la aplicación del móvil para matar marcianos, hablar con Chuchita, o ver si tienes que coger por la mañana el abrigo y el paraguas. Esos espejitos de colores que ponemos en los cacharritos que nos han costado una pasta gansa, y que además somos tan desnucasapos, que cambiamos cada vez que el de la manzana mordida o el de la bellota extremeña, mordida también, nos dice que las “afotos” salen más chulis, más pichis, con el Mark 69 y que cuando las pongas en el caralibro, te van a dar más “me gusta” que a las tabletas del tal Ronaldo en un colegio de quincenas.
Y ahí estamos, diciendo que si a todo, cuando te ponen el contrato con las cláusulas de privacidad, de que nos dejes tu lista de amigos, que nos dejes saber por dónde andas, que nos dejes, ¡yo qué sé!. Y claro, nosotros que apenas hemos dejado de ser analógicos, lo que queremos son las cuentas de colores, y vendemos nuestra alma al diablo, al conquistador, y a quién nos la pida, y como estamos en plan low cost, pues nos pagan poco por eso.
El entrevistado que era presentado como empleado de Telefónica, era una especie de Ingeniero analista de Big Data, y confesaba que ellos lo consultaban para evitar fraudes y estafas a la compañía, que sabían por dónde andaba el pollo que les interesaba, quién eran sus amigos, cuánto se gastaba en restaurantes, dónde se iba de viaje, por no mencionar lo de la cana al aire, que era horario en que los niños van al cole de la mano de la mucama, o de quien sea, y esas cosas no se dicen, esas cosas no se hacen.
Que los bancos y las aseguradoras los utilizaban muy a menudo para defenderse de los malotes, de esos que no les devuelven los créditos, o de los que se iban al banco de la competencia, que ¡hombre!, con los precios del dinero por los suelos, hay que defenderse.
También confesaba este ejecutivo, joven, muy joven por la voz, que las compañías de seguros eran muy aficionadas a usarlos, que luego les dicen que el autobús les rayó el coche, y ese día estaba el propietario corriendo los Sanfermines.
Lo dicho, como escarpias, pero eso no es nada, que lo que sigue es aún más interesante, ya que como das permiso para que sigan tus conversaciones por las redes sociales, y saben qué periódicos te descargas, y cuanto rato estás leyendo la noticia tal y cual, pues saben tus tendencias políticas, sexuales, religiosas, de entretenimiento, de compras, y casi si tienes diarrea, o andas con tapaculo, que ni con Laxen Busto lo arreglas.
Además, como los suecos, que todo el mundo sabe que son unos modernos, quieren quitar el dinero efectivo de la circulación, pronto les seguirá el mundo entero, y se acabó el último resquicio de libertad que nos queda, que la parienta se nos va a enterar, que andamos fumando por el parque y que nos tomamos más cañas de las que confesamos….un sin vivir.
No nos han dado a cambio ni un plato de lentejas, solo unos cristalitos de colores, que encima en muchos casos hemos comprado a buen precio, y toda esa cantidad ingente de datos generados en todo el mundo, (ríete del Big Brother), sirven para lo que quieras, siempre que te acerques a ellos con humildad, es decir, que te olvides de tus impresiones, de lo que tú crees, y dejes que los datos fríos y bien estructurados te marquen el camino de cuál es la cantidad de azúcar que debe llevar un refresco de cola, o que te lo ponga por segmentos, y así pones la cola uno, la cola dos, y la cola tres, con cantidades diferentes, para cada segmento de mercado. Te dan los números de tu negocio por adelantado, que sabes con precisión lo que esperan tus clientes, y el diseño del producto está chupado, con precios, márgenes, y hasta si me apuras con un estudio del tiempo durante el que será un éxito en el mercado, con lo que tu planificación productiva está hecha, y el que no gana pasta es que no sabe…..usar los Big Data.
Las elecciones que acaban de concluir en el Imperio, no han sido más que otra lección de cómo se utilizan las informaciones que se van tomando de los mensajes de las redes sociales, de cómo reacciona la peña a este o aquel exabrupto, con lo que el resultado lo puedes prever y manejar, siempre que te dejes el orgullo y la soberbia en casa, que son muy malas…
Las empresas de demoscopia, han vuelto a fallar, porque me temo no han utilizado correctamente la tal herramienta, y se han fiado de las respuestas a un entrevistador, en vez de directamente ver qué dice la gente en su caralibro o en su silbador, que es más fácil, y en estas cosas, a Chuchita no se le engaña, que hay otras muchas cosas para hacerlo.
Pero bueno, dejemos la cosa, que sarna con gusto no pica, y de la cosa esta de las elecciones en el Imperio, aún no es tiempo de hablar, aunque mi amiga Hiurma me lo afee, pero yo soy de los de revista mensual, que te dan una posibilidad de analizar las cosas con perspectiva cuando el humo ya ha pasado, y las consecuencias empiezan a hacerse realidad.
Y mis amigos que se dedican a desarrollar algoritmos de esos que analizan los Big Data, andan estos días seguramente muy atareados, que los sentimientos que los inversores han mostrado con las noticias de la salida del Reino Unido de Europa, o las elecciones en el Imperio, bien analizados por un Big Data engineer pueden dar una pasta gansa a la hora de comprar activos financieros, y venderlos cuando cumpla. ¿Verdad Señor Soros?.
Solo espero que recuerde todo el mundo, que esto tampoco es nuevo, ya que bien sabido es, que el mejor profeta es aquel que tiene mayor información, nada de iluminación divina, que en eso estriba la calidad de las profecías, y ya me disculpará Don Iker Jiménez por meterme, sin acritud en su terreno.
Con su pan se lo coman

5 comentarios sobre “Los Big Data”

  1. Yo voy a desconectar el tel de internet y pedir la sisa en cash.

    Me temo que no nos escapamos.

    Ya tengo cursos para aprender a manejarlo.

  2. Yo voy a quitarle internet al teléfono y pedir que me paguen la sisa en cash. A ver si así..

    De momento me están mandado a cursos para aprender a manejarlo.

    ¡Estamos rodeados!

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