Los «canalones»* dominicales

Domingo, es domingo, así que toca meterse entre pecho y espalda, unos canelones…
¡Coño!, si no es Sant Esteve, y no hay que aprovechar los restos de la escudella de Navidad, cierto, pero es lo mismo, ya, esas cosas son detalles que a nadie importan, que lo de las fechas anda cada día más desmadrado, que no hay ley, y la poca que queda, cuatro desalmados quieren cambiarla por la suya, que esto es Catalunya, que esto es Venezuela, que en los Estados Unidos de América, no puede el tito Trump, que ya le gustaría.
Claro que en otras partes de la piel de toro, te reivindican el arros dominguero, y hasta el marmitako, ¡oye!, que estamos en temporada, pero por estos lares, a la que te descuidas la tradición te sacude con unos caneloni, como Dios manda, que para qué vamos a andarnos con tonterías a estas alturas de la película.
Y servidor, que es de natural tocapelotas, se pide para regar la tradición un rosadito de Reims, ¡vaya!, de la Catalunya nord que diría el tito Jonqueras, que puestos a pedir, y viendo como va la industria del cava, lo mejor es pedirse el pinot noir y el chardonnais con burbujas, que como todo el mundo sabe, lo inventó un amic de Wilfred el Pilos, que lo de Dom Perignon y los ingleses, no deja de ser parte de la campaña de desprestigi, a la que nos somete Madrit…(ens roba).
Pero uno es muy tradicional, que me pasa como a mi hermano Antonio, cuando habla de Don Guido, que eso de repintar los blasones y hablar de las tradiciones, siempre ha tenido un caché como el que siempre quiso tener Victoria Beckam, por ejemplo, y nunca tendrá. Y es que la mujer, con todos mis respetos, no es del Maresme, que tampoco es tan fácil jugar en Vallromana, ¡qué carajo!.
Pero volviendo a los canelones, me temo que no van a tener para retacar un buen tortell de nata, com Deu mana, pero es que estoy en tierras cátaras, y aquí, dentro de la bonhomía, siempre ha habido una pizca de rebeldía, que eso de seguir las leyes, que no sean de la naturaleza, claro, les puso y pone de los nervios.
Y a lo mejor en ese sentido mi ínclito molt honorable de flequillo innoble, tenía algo de cátaro, pero me temo que su catadura lo excluye, aunque es solo una opinión, exenta de cualquier atisbo de mala leche.
Y, es que se pretende que en esta tierra nos igualemos con gentes que cuando llega el sacrosanto domingo, no pongan canelones en la mesa, que se conformen con otras cosas, y es que no nos entienden.
Y no hablamos de montar la nata, o de abrir la “ampolla de Rondel semi-sec”, que no nos entienden, que som una nasió, que no hay forma de encajar en el mundo paella…(bueno, si hablamos de la gran Catalunya, metemos paella de anec de L’albufera, llagostins de San Carles de la Rápita, caldereta de llagosta balear, y si te pones muy, pero que muy nacionalista, aceptamos boullabaise, y ratatouille, siempre mejor que el pisto manchego, puaaff), y claro, cava de la Catalunya nord de la parte de Reims.
Aquí en la Cerdanya, que andamos a medio camino entre Toulouse y Barcelona, ponen una vela a Dios y otra a mí mismo, ¡coño!, a Lucifer, que nunca se sabe, y el flan te lo dan con nata montada, tortell de nata no les viene, y la estrella es el tatin de manzana normanda o bretona, que se me dá una higa, después de que mi sentimiento nacionalista se me haya exaltado con los canelones.
Que uno tiene el alma partía, y voy a terminar emigrando a Nosesistán, o a Porsistán, como me sigan mareando con tanta insistencia, que a uno se le andan esclerotizando las neuronas y no está para fintas y flexibilidades.
Porque la guerra al final se centra en que si Neymar se queda en el Barça, o decide buscarse un apartamento brasileiro en L’Ille Cité, que otra cosa en este tránsito de julio hacia agosto es lo único que interesa.
Que lo demás se arregla con pagar horas extras a sus señorías del Constitucional, y a los picoletos de a seiscientos euros mes que no dan abasto. Y es que desde que estos últimos arrinconaron los “naranjeros”, se les ha perdido mucho el respeto, que hasta el molt honorable me los denuncia, porque huelen a cuartel.
Pero, al final, algo hemos ganado, ¿ganado?, be, aixó m’agrada, que nos ponemos intelectuales y no tenemos nivel en la Generalitat para discusiones, que aquí, se han dado cuenta que las discusiones no son más que pérdidas de tiempo, que cuando la mitad más una pizca creen que han de ir por un camino, lo mejor es ser prácticos y tirar a toda leche, no sea que salga alguien con pelas a tocar los huevos y nos mande esta traca de “festa major” a compatir con la Patum, y la tenemos ya muy mayor para confrontaciones.
Así, que uno en su afán eterno de evitar molestar al prójimo, lo mejor que puede hacer es ir a dormir una buena siesta, con cierto desencanto, que por ponerse nacionalista, va y pide un “Don Miguel”, de Mascaró, y me ofrecen un Carlos I, que hay cosas en la piel de toro, que no tienen remedio.
Sopas se hacían por estos pagos Lacan, Freud, y cualquier argentino que se precie. Que los niveles de soc pero no soc, y veremos cómo va la cosa, pero que a mí no me pregunten, que diga lo que diga me van a sacudir en las orejas por “botifler”, y yo estoy por a ver cómo saco la batalla de las secas amb butifarra de todos los días, y los caneloni, con cava y tortell de los domingos.
Un sin vivir, y una incongruencia tras otra, pero estamos en verano, y si quieres incongruencias échale un ojo a Juego de Tronos, y me explicas lo del enano y la Kaleesi, que cada día se me parece más a lo del partido comunista chino, infiltrado por podemitas.
Y mientras tanto, espero que mis amigos venezolanos salgan con bien y pocos muertos del lío en el que les han metido los salvadores de la patria, que podían dedicarse a la masturbación subvencionada, en vez de joder a la peña.
Con su pan se lo coman
* bien es sabido que en Italia son caneloni, y por estos pagos, según sea bruto el parlante, que tanto vale canalones, como canelones..e tutti tre avvevano ragioni

6 comentarios sobre “Los «canalones»* dominicales”

  1. Mi madre hacía unos «canalones» de pollo que te chupabas los dedos y no sé si algunas vez pisó Cataluña. El secreto, para mí, está en la bechamel.
    Mira que te gusta el vino espumoso de Reims, ¡canalla!

  2. Jajajaja! Vaya tela! Pero ya te digo yo que mu malita tengo que estar pa leerme la historia de lps cátaros….. que lo empezé y me hice bola
    Eso sí gracias a vos… las tradiciones me encantan…. y los canelones de la señora M Paz… cuando los hace, por muy Leonesa que sea, le salen de lujo!!!!

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