Más de lo mismo

Parece que el gallinero nacional anda alborotado, será porque se nos ha venido “la caló” de golpe, y nos entra la depre solo de pensar que así, más o menos hasta octubre, que este cabo hasta bien metido el Pilar, no se atreve a llevar el tweed a la tintorería.

No lo sé pero anda alborotado, pero siempre menos que las reclusas de Brieva, que les han puesto compadre con planta, y uno no sabe si es que la borbona me lo quiere tener distraído, que no se ha dado cuenta de lo que ha pedido Iñaki pues, o se lo quiere quitar de encima con una acusación de adulterio de esas que sientan tan bien en este país de “la maté porque era mía”.

Como una loca tenemos al amigo Perico, que por fin ha llegado a Palacio, que ahora seguro, con dos añitos de tabarra se nos monta en el dólar de asesorar para que algún gerifaltón bananero se sienta como un dirigente maduro. Y si eso le falla, tendrá su consejo de estado hasta que se nos muera, y paga la hipoteca seguro, oiga seguro.

Pero lo tenemos alborotado, como el gallinero de Génova, que allí hasta las gallinas se pican la cresta, con lo que se me descabala el tema de la etología de las gallináceas, pero es la consecuencia de estos calores tardíos en los que uno pasa el día decidiendo si lo mejor es irse de una vez a la playa, o largarse al mundo del agua de cebada y de la horchata, que tanto se echa de menos.

Yo procuraré mantenerme al margen, pero es difícil, aunque sea de natural tranquilo, que la gente alborotada toca las pelotas con una facilidad pasmosa, y ya no te digo si tú estás en plan susceptible, que la calor nos afecta a tóos.

Lo que pasa, es que como esto de la res publica aburre a las ovejas, que robarte lo van a hacer de una u otra forma, lo único que te queda es lanzarte en los brazos de Netflix, o coger la saga del Martin ese, y enterarte porque el tal Jon Nieve, hace lo que hace, y le sale como le sale.

Y es que ni siquiera esa cosa de ver si en Mérida este año ponen un clásico como Dios manda, y es que no, el espíritu de Bieito anda suelto y versionamos cualquier cosa con tal de mantener el título de la obra que es lo vende y llena teatro.

Y es que viene uno de su pueblo, de meterse entre pecho y espalda un Manon, el de Puccini, y el pollo creativo que reinterpreta a Puccini, se hace bola con la interpretación del texto, y es que en vez de dejar morir de sed a los protas, (ella un pendón desorejado, y él más bobo que un enamorado), en medio del desierto americano, nos mete en Ellis Island, y les deja morir de sed el lado de los baños o de las duchas, que no se ve bien.

Con lo que la cosa queda gloriosamente ridícula y menos mal que el bueno de Puccini ya se nos murió, que si anduviese por estos andurriales, volvía a petar.

Como nos acercamos ya a los fastos del solsticio, se me ocurrió aquello de ir a “A Lanzada”, a ver como corrían las olas las que querían preñarse, pero ya no tengo cuerpo, ni de futuras preñadas, ni de hogueras en la playa, que lo mío es más de atacar a un buen vino, un mejor asado, y tonterías las justas. Pero habrá que dejar al mocerío que se desbrave, cada uno según su condición, y las sanjunanadas son muy propicias al desflore, al ¡ay Dios mío qué he hecho!, y al correr del vino que afloja las defensas.

Siempre, claro, que no aparezca el turista con el móvil, y es que te hacen una foto sin que te des cuenta, y la tienes publicada en todas las redes sociales antes de que cante el gallo de San Juan.

Por eso ando yo siempre a la la defensiva en estas cosas, que las carga el diablo, y poner el culo en consejo nunca ha sido una buena práctica, ya sabes, unos que blanco, otros que negro, habrá pues que mantenerse alejado de ellas, digo.

Y por cierto, no me importaría que me fuesen diciendo como va eso del empuje indepe, que lo único que me han dicho es que lo de las embajadas vuelve, y que a los de la cárcel del prucess les pueden meter treinta añitos, y no sé si a Iñaki le importará tenerlos en Brieva que a lo mejor le revuelven el gallinero al muchacho, y es complicar demasiado las cosas. El que no esté aburrido sin ser indepe, que avise, de la misma forma que espero escuchar algo de mi amigo Iglesias, que desde lo del chalet lo tengo perdido, y al Albert, parece que le han colocado en vía muerta. Lo que hacen los registradores de la propiedad a la que les dejan.

Y mi Marianico, a Santa Pola, que no es mal sitio, y si no que se lo pregunten a Don Santiago, que al parecer, anduvo por allí sin estropear el enclave. Luego cambiaron los tiempos.

Y por último, le diré a Pedrito, que se dice economista, y seguro lo es, que no venga con mandangas de impuestos a la banca, que lo vamos a pagar entre todos, que nos vana subir los créditos y las comisiones de servicio. Eso sí no sale en el IRPF, pero nos revienta el bolsillo a los de siempre.

Que en su entrevista televisiva en plan gallo primero del corral mi buen Perico, tan apuesto, tan gallardo y tan alborozado por haber sido nombrado caballero, le reventaba el gozo por todas partes, pero a la hora de la verdad, me temo que ni cambiar la ley laboral, ni arreglar las pensiones, eso sí, las autopistas a costa de mi IRPF, que yo no las uso, y ¡Coño! Que paguen quienes las gastan.

Pero no parece, que estamos como estábamos, y casi mejor así, y al menos este no empieza rindiendo pleitesía al alahuí, que solo me faltaba.

Por lo demás, sin novedad en el frente