NESSIE

Cuando había prensa, de esa que se vendía en los quioscos, las serpientes de verano afloraban, vamos que alguien, de prestigio e integridad fuera de toda duda, había visto la bicha en medio del lago ese de Escocia.

Había que llenar páginas, que los futbolistas estaban aún de vacaciones, los políticos andaban reunidos en Ayete, o más tarde en los palacios de Doñana, y no daba la cosa para mucho.

Había que echar mano de los famosetes, que salían en bikini, o enseñando tableta, más o menos, emergiendo de entre las olas como una Venus cualquiera, o a bordo de ese yate, que siempre pensé que el que no tenía un Azor, aunque se llamase “Jacinta”, por un decir, no era del grupo, no estaba en la pomada. Bueno.

Pero mire usted que ya nos hemos quedado sin prensa escrita, que entre que se venden seis periódicos, y encima me dicen que los repartidores están cabreados, pues tenemos que tirar de móvil para ver el ocaso de la Obregón, cosas del tiempo.

Pero bueno, se disimulan las arrugas, y a uno siempre le queda la imagen de aquella Úrsula, que no ursulina, que nos quitó el hipo a mis amigos quincenos y a mí. A James Bond, desde luego no se lo quitó, y si lo hizo no se notó, que como diría Cela, James, James Bond, se corría con entereza, sin bizquear ni babear.

Cosas de otros tiempos, que ahora el calvinismo reinante de tupé, aunque no llene los periódicos, que vienen tan famélicos como en el siglo pasado, da que hablar, bueno, la verdad es que tampoco demasiado. Si hay que amenazar a Irán se le amenaza, si hay que insultar a diestro y siniestro, se insulta. No se me altere el Tito Trump, que en el fondo el matón de clase siempre acaba con un ojo morado, que, no sé por qué, siempre hay uno que no aguanta y suelta una hostia a destiempo. (A traición dice siempre el matón).

No, la verdad es que no apetece demasiado ver que dicen los periódicos esta mañana, que me hablan de la huelga de RENFE, pues que hablen, que me dicen que la Crida del Puchi, que digan, que la señora estupenda en bikini, o sin nada pero sin dejar ver nada, tampoco tiene mucha gracia, qué quieren ustedes que les diga.

Y sí, me acuerdo de los tiempos de los monopolios, aquellos en los que se aprovechaba el verano, y que los periódicos venían magros, para subir los precios.

Subía la luz, subía el butano, subía el tranvía y el metro, subía hasta el tabaco. Pero la gente estaba cruzando la Nacional II para ir a su pueblo, a ver a los parientes, a enseñar el Simca mil, a decirles lo bien que se vive en la capital, aunque tuvieses el pisito en La Mina o en La Fortuna, que en detalles no se entraba.

Y decir a los asombrados habitantes de tu pueblo, que tenías el tranvía solo a media hora andando desde casa, y luego solo en una horita más te plantabas en Sol, en la Plaza Cataluña, en el centro, vamos.

Y entre el miedo al palo de la Social, si hombre esa de Billy el Niño, y que los periódicos venían magros, solo te dabas cuenta de la que te habían liado con los precios, cuando el sueldo en vez de llegar como siempre hasta el día veinte, se quedaba en el quince del mes.

Por eso no me gusta ese aire de vacaciones que ahora no sé por donde nos llega, quizás por el móvil, aunque no lo creo, que estamos entre las redes sociales y el Netflix ese que no nos enteramos.

Además como pagamos con santa Visa Bendita, no nos damos cuenta a la vuelta del pueblo, que en setiembre las perras aunque aún lleguen hasta el día veinte, casi, en octubre no pasarán del día diez.

Pero tampoco importa, que Cristiano estará pegando patadas por Torino, y seguro que en el grupo del Real de la Champions, el sorteo hace que se enfrente a su antiguo equipo. Con eso se nos olvidará todo, seguramente, creo, bueno, no sé.

La verdad es que nos pasamos la vida subiendo eL Tourmalet sin el chute de estimulantes del que gozan los privilegiados, pero no importa, al fin y al cabo no tengo amigos duques ni amigas princesas, que como mucho alguna reinona, así que si hablo del Simca Mil, me entenderán perfectamente, y si coincido en un chiringuito de playa de la Mar bella, pues estupendo, que donde no coincidiré será en el jardín ese tan bonito que tiene la torre del “empresari” junto al Cap de Begur, o en el chalet del Señor Conde, ese tan bonito que tiene en La Zagaleta.

Y como diría la zorra, ¡no me apetecen las uvas, que parece que están verdes!.

Y todo gracias a que los periódicos se están muriendo, que la información que alguien decide que tengo que conocer, me la inyectan en vena entre anuncio y anuncio, de esos que aparecen abriéndose paso a codazos en la pantalla del móvil cuando le estoy poniendo un mensaje a Chuchita, que se ha ido unos días a Formentera, me ha dicho su amiga del alma.

Y digo yo, será porque es del Barça y por allí anda Messi, que si no, ya son ganas. Pero hay gente pa tó, y para leer ese mensaje, que antes te metían en la cárcel por leer el correo de alguien, y hoy te abren las cartas legalmente, pero te las abren. Así, Chuchita ten cuidado, que todo lo que escribes es público, y claro, todo se sabe.

Creo que me voy a dar un paseo, y no, no voy a comprarme ni el periódico ni la baguette, como hacía Umbral, que total, para lo que creo que va a poner y lo blanda que estará la barra de pan, el paseíto a secas.

Y mientras os dejo con la serpiente de este verano, mi amiga Nessie, que no sé quién me ha dicho que se van a tomar muestras del lago Ness y determinar con análisis de material genético qué pueda haber en el agua, si hay algo de alguna especie desconocida, que la ciencia es la ciencia y lo aclara todo…a veces.

Una millonada, que seguro hubiese venido bien para que algún migrante, por ejemplo, no hubiese tenido que jugarse la vida en una balsa, pero el runrún de muerte en los mares de la desesperación y la pobreza, no llena las páginas de los periódicos, ni en verano.

Con su pan se lo coman