Nuevos horarios laborales

Trabajaremos cuatro horas al día, cuatro días a la semana, afirma la plataforma Ali Baba, en nombre de su CEO, o algo así.
Dicen que Keynes ya lo predijo en 1930, para dentro de un siglo, y yo me rompo los abdominales de la risa que me entra, pero antes muerto que contradecir a un chino de tal calibre al frente de la tal banda de Alí Babá.
La cosa, como boutade dominguera, me parece hasta graciosa, y quizás pueda aplicarse a cosas muy concretas en ciertas cadenas de montaje, o en manufacturas de no sé qué, pero dejémonos de tontunas que el binomio a resolver, no es cuántas horas voy a trabajar al día, si no cuántas horas tengo que trabajar para vivir como quiero.
Y ahí es donde empieza la cosa a complicarse, de forma que sugiero meditar sobre esa coletilla de muchos contratos de medios y altos ejecutivos o managers, o jefecillos a los que se les recuerda que deben estar a disposición de la dirección siempre que se necesite de alguna forma sus servicios.
Me parece que las nuevas tecnologías, empezando por la Blackberry, de cuyo significado relacionado con el esclavismo ya escribí en estas páginas, no van a traer esa reducción keynesiana, que no conozco abogados, arquitectos, médicos, periodistas, ingenieros, vendedores, financieros, gentes de recursos humanos, camareros, autónomos, músicos, fotógrafos, corredores de bolsa, de seguros, en fin, y lo que quieran ustedes añadir, que se les caiga el boli cuando suene la sirena, si creen que van a ganar algo más de dinero, y alguien les ha dicho que les vendría muy bien para cambiar el chirimbolo de turno que más ruido mediático haya hecho, y ¡lo necesites, lo necesites!.
Y si lo que se pretende es dar a la manufactura no especializada una reducción de jornada, por cualquier razón, lo que ya no tengo tan claro es que la remuneración a recibir sea equivalente al salario de ocho horas, y desde luego no creo que las necesidades queden cubiertas con ese tipo de jornada.
La cosa de las famosas cuarenta, treinta y cinco o las que sean, horas semanales, a lo mejor se aplican a profesiones muy estructuradas, y no he encontrado estadísticas en donde se nos diga el porcentaje de población que realmente las realice, que me temo que ni siquiera la limpieza doméstica se sujeta a ese horario si hay algo más que ganar, y existe la necesidad.
Así que, señor de Alí Baba, dedíquese por favor a apacentar su tropa, que Keynes ya nos dijo algo de eso hace muchos años, y no dio en el clavo, que ni los taxistas de UBER quieren hacer hoy cuarenta horas, si hay un céntimo de euro más que ganar.
Esto es lo que los mensajes interesados acaban produciendo en todos nosotros, que se nos queda el titular en la cabeza, y todo lo que cuelga deja de tener importancia, vamos que no se nos ocurre ponernos a analizar siquiera un pelín lo que hay detrás del juicio que emite, o la profecía que emite el tal chino, o el tal hombre público, o quien sea. Que en la mayoría de los casos hay un elemento importante relacionado con el sistema de adoctrinamiento al que hemos sido sometidos desde pequeños, en otra no desdeñable mayoría, el interés directo de quien suelta la frasecita, el mensaje, el mantra, la letanía. Y en algunos casos simplemente es la opinión no meditada de un imbécil.
Pero ese es el entorno en el que nos movemos, y volviendo a lo de las cuatro horas, a lo mejor sale alguien blandiendo los horarios de los siervos de la gleba, que la cosa andaba de sol a sol, me han dicho, o la de las fábricas del textil de Manchester, i de las minas de carbón de Silesia.
Que les juro a todos ustedes, incluso por Arturo, que esos obreros de la primera revolución industrial, quizás hubiesen podido con un poco de cuidado a la hora de establecer los procedimientos de trabajo, trabajar menos horas, claro a costa de que hubiese una pequeña reducción en la remuneración al capital invertido, pero con el precio al que se habían puesto las cuotas de los clubs de Myfair, o las espuelas de plata cordobesas, lo mejor era mantener un sistema lo más cercano posible al esclavismo en términos de coste salarial que si no, el señorito no llegaba a fin de mes ni loco.
Y como hoy me apetece ponerme pelín populista, como un Lerroux cualquiera, le diré al chino ese de Ali Baba, (alguien le podía haber contado el cuentecito de marras), que la cosa no está en cuánto debe trabajar un cristiano, sino cuantas horas necesita para cubrir lo que desee tener, que eso es la sociedad de consumo de la que él y muchos de nosotros vivimos, y si estará dispuesto a mantener su plantilla cuando la tecnología le permita sacara adelante su negocio con menos mano de obra.
Lo más probable, es que tenga menos gente, trabajen más horas, no se pague más por hora, y los beneficios obtenidos por el incremento de producción, irán muy posiblemente a su bolsillo, o al de sus accionistas.
Por tanto, por favor, no me mareen que uno ya está muy mayor para estas cosas, y le cuesta creer en ese mundo utópico donde los perros se atan con longanizas, por muy transhumanista que se me ponga el pollo de turno, y por muchas milongas robóticas que me cuenten, que el que necesite cosas deberá trabajar como un enano, y cada vez más para obtenerlas.
Y si el patrón solo ofrece cuatro horas a seis euros la hora, estaremos delante de otro pobre estructural de esos que teniendo trabajo, no pueden pagar sus consumos básicos.
Para domingo, ya vale, que estas cosas le alteran a uno más de lo que quisiera, que parece que el futuro es de rosa con estrellitas verdes, y quizás así sea, pero en ese saco, no entramos todos. Es el nuevo ojo de la aguja.
Pero si de lo que se trata es de soñar, y estoy dispuesto, estoy además encantado de hacerlo, y soñaré con retranca, claro, en cualquiera de esos mundos maravillosos que este o aquel se empeñan en enseñarme, que también tienen sus cosas que vender, que el buen Borgoña está por las nubes, hasta en Lavinia.
Buenas noches, y buena suerte

4 comentarios sobre “Nuevos horarios laborales”

  1. Menos mal que el chino no habla de la siesta…por qué en China se está poniendo de moda.
    Una de esas cosas que aprendí, es que en España, la gente echaba la.siesta.. de media horita, no más, por qué para cubrir sus necesidades tenía 2 trabajos… uno de mañana y.otro de tarde… que te voy a cotar a ti! Que el yayo tenía 2!

    1. Y tú también, corazón, que ya con un sueldo de ocho horas no se vive. Que teneis que currar los dos de la pareja para sobrevivir…puta mierda

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