Querido nieto

Hoy te ha dado por cumplir ocho años, y tal y como van las cosas, seguro que estás llegando al momento de la consciencia del recuerdo, y eso es algo que tendrá mucha influencia en los años que empezarás a cumplir dentro de…digamos treinta.

Hasta ahora, las cosas que te han pasado, que has vivido, desde luego que marcarán no solo tu personalidad, sino muchas de las acciones y decisiones que irás tomando en tu vida, pero tienen la particularidad de que a pesar de su influencia, no las recordarás.

El diseño del ser humano es así, estamos conformados de piezas, como los legos, pero la mayoría de ellas nos son absolutamente desconocidas, aunque sean el soporte, no solo de nuestra vida, si no de nuestros actos, y eso es peor, porque de nuestros actos somos responsables, y eso es un trago, como ya habrás empezado a darte cuenta.

Porque ya eres consciente de que si la lías parda, te cae una buena, y si haces las cosas como esperan los que te rodean, o superas en esa dirección las expectativas que se han creado esas mismas personas, tu cotización en los mercados internacionales se pone en subida libre. Las cosas son así, y no sé si debieran ser de otra manera, pero son así.

Oirás muchas veces eso de que hay que conocerse a sí mismo, y es verdad, parece que ayuda un montón cuando te haces mayor, y en teoría tenemos todos los elementos para hacerlo en nuestras manos, ya que somos el resultado de todo los que nos ha pasado en el tiempo que ya hemos vivido, pero de eso, ¿ quién se acuerda?,¿ quién lo pone en el contexto adecuado?, y sobre todo, ¿quién es capaz de utilizarlo para obtener de la vida lo mejor que esta pueda darnos dentro de las expectativas que nosotros nos hayamos creado a nosotros mismos?.

Como ves, las cosas se empiezan a poner difíciles, o como diría uno de esos ejecutivos que han salido del horno de cualquier Harvard de este mundo, se han puesto retadoras. Habrá que pelear por lo que esperas conseguir, de forma coordinada, teniendo en cuenta el objetivo que persigues, ignorando los cantos de las sirenas que aparecerán en tu derrota, y sobre todo usando esa carga de elementos sensoriales nuevos que te están llegando por todas partes como consecuencia de tu interacción con el mundo que te rodea, y si es posible apuntalados por los que estás a punto de olvidar.

Antes a los chicos de tu edad se les presentaba en el templo de los dioses, para que la comunidad en donde estaba la casa de los padres se enterase de que había un nuevo miembro al que no se lo había llevado al otro barrio cualquiera de las enfermedades que pululaban por el aire. Así que se hacía una ceremonia, que cada religión vestía a su manera. Hubo un tiempo en este país que nos vestían de marineritos para la ocasión, muy monos nosotros, nos hacían regalos, y junto con otros chicos y chicas de nuestra edad nos presentaban en sociedad.

No es casualidad, tu edad es el comienzo de un cambio que irás notando en los próximos cinco o seis años, y que te alejarán definitivamente de la infancia en cuyo cénit te encuentras ahora. Posiblemente dejarás los ojos de la imaginación, que sustituirás paulatinamente por los de la supuesta realidad, dejarás de tener amigos imaginarios, y pasarás a tener colegas de los de cada día, bien reales ellos, de carne y hueso, vamos.

Cambiaras en buena parte la intuición por la reflexión, que no es mala cosa, pero siempre he pensado la pena que me da el no disponer de ambas cualidades en su totalidad, las cosas serían más divertidas, pero no se puede estar en misa y en la procesión.

Dejarás de entender en buena parte el idioma mágico de los animales, y si quieres mantenerlo, deberás esforzarte y volverlo a aprender. No es bueno ni malo, simplemente es así.

Gracias al desarrollo que tendrás en los próximos años, y apoyándote en los conocimientos que irás adquiriendo, comenzaras a analizar las posiciones de los demás, sus opiniones, sus actos, y descubrirás que no todas te gustan, pero que tienes que convivir con ellas. Analizarás con la mente, porque el idioma del corazón lo irás perdiendo poco a poco, estarás preparado para ser uno de los nuestros, y lo serás a buen seguro.

Querido nieto, te esperan tiempos muy bonitos, de cambio. Te cambiará el cuerpo, te cambiarán las formas en las que hoy percibes la realidad que te rodea, seguirás añadiendo piezas de Lego a tu persona, para convertirte en lo que serás, y dependerá mucho de ti en quien te convertirás.

Si tienes la suerte de manejar todo lo que eres hoy, y no olvidas demasiadas cosas, o las dejas por el camino, tu personalidad tendrá eso que llamamos un niño dentro, y eso es maravilloso, si se consigue, ya que estarás siempre lleno de energía, de ilusiones, de iniciativas que a muchos parecerán locas y descabelladas, pero que a la postre admirarán.

Eso sí, tendrás un punto de despistado, otro de alocado, y unas gotas de inocencia, pero de verdad que es maravilloso.

Consejo de viejo te doy, y es que hagas lo que hagas, te enfrentes a lo que te enfrentes, piensa siempre que nada es bueno ni es malo, quiero decirte que todo es a la vez tan malo como bueno, y solo de tí dependerá quedarte con aquello que a la postre te aporte satisfacción o aprendizaje.

Quiero que sepas que aunque te empeñes, no serás como Peter Pan, tu cuerpo crecerá como bien sabes ya, pero, por favor no dejes nunca de soñar en el País de Nunca Jamás, en la Reina de Corazones, en los amigos del Principito, en la Reina de la Noche o en el robotijo de la Guerra de las Galaxias. Mantén ese espíritu dentro de ti. Posiblemente sea el reto más importante al que te enfrentes, pero si lo consigues, no dejarás de sorprenderte con las cosas que irán apareciendo delante de ti. Tendrás ojos mágicos que te permitirán observar cosas que demasiadas personas no pueden ver, simplemente porque creen que no existen, y esa es la mejor forma de que se cierren los ojos del alma.
Y tú y yo sabemos perfectamente que lo que los mayores ven es solo parte de lo que hay. Procura hacerte lo menos mayor en eso que puedas, te lo pasarás pipa, aunque no se lo comentes a nadie.

Para que me entiendas, solo te pediré que recuerdes que el Principito veía cosas que los mayores no podían ver o no entendían, como aquella boa que se había tragado un elefante, o que se puede vivir en un planeta en donde cabéis una palmera y tú.

Así que por favor, crece, que es lo que te toca, pero crece con cuidado, recordando siempre las cosas que hoy ves y que muchos te dirán que olvides porque son de niño. Es cierto, son de niño, pero son mágicas.

Feliz cumpleaños.
Buenas noches, y buena suerte

7 comentarios sobre “Querido nieto”

  1. ¡El mejor regalo que has podido hacer a tu nieto!
    Es muy posible que hoy entienda solo parte de tu maravilloso mensaje, pero estoy segura que lo atesorará por siempre cuando sea capaz de apreciar tan acertada reflexión.
    Yo, simplemente, ¡me he emocionado!

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