Repetir la Historia, o los movimientos independentistas catalanes

Después de los acontecimientos de 1714 en Cataluña, en los que no se habló de independencia, ya que la historia fue la de un posicionamiento durante la guerra de sucesión a la corona española por parte de Cataluña, a favor del archiduque Carlos de Austria, se ha intentado demasiadas veces la manipulación de esos acontecimientos para arrimar el ascua a la sardina llorona del independentismo.
De hecho, Cataluña, no quería ni oír hablar de Borbones, porque aún andábamos escocidos del período en que se pusieron bajo el paraguas del rey de Francia entre 1641 y 1659. Ese error nos llevó a creer que apoyando al archiduque Carlos, nos libraríamos del riesgo de que Luis XIV, nos volviera a zurrar la badana.
Felipe había tragado con las constituciones catalanas, ya que las juró en 1702, pero claro, hicimos trampas, y permitimos un intento de desembarco austracista. Las consecuencias fueron la suspensión y conculcación de las constituciones como no podía ser de otra manera.
En esta bronca, las tesis austracistas se hicieron fuertes, y es lo que elegimos, luego, claro, las consecuencias han sido las que han sido, y el victimismo ya ha quedado anclado en el espíritu catalán hasta el final de los siglos.
Creímos que nos sacarían las castañas del fuego, así que había que ponerse en manos de los ingleses, y holandeses, dentro de la gran coalición de la guerra europea que apoyaba a Carlos, y esperar que la cosa saliera gratis.
Como siempre, y es algo que los catalanes nunca hemos entendido, si no tienes un ejército poderoso, (y eso es caro), te encuentras en una posición de peón sacrificable, que es lo que nos volvió a tocar en 1714.
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Y es lo que pasó, los ingleses nos dejaron en la estacada, cuando se hicieron con Menorca y con Gibraltar, y el archiduque salió corriendo cuando a la muerte de José I fue nombrado Emperador. Además ya tenían la promesa de Luis XIV de que Felipe V no accedería al trono de Francia, con lo que se mantenía el equilibrio de poder entre las monarquías europeas.
La nobleza catalana, cuando vio que Felipe V iba a tomar Barcelona, salió por pies, y como siempre nos dejó, eso, a los pies de los caballos. Tuvo que ser un castellano, el general Villarroel el que defendiera la ciudad hasta el final, porque hasta el abogado Casanovas, cuando se hizo un poco de sangre en un dedo, salió corriendo de la ciudad, y se largó a su pueblo en el Baix Llobregat a ejercer la abogacía hasta su muerte en 1745.
Aquí pues de independencia, nada de nada, no se intentó. Fue una decisión de los austracistas o aguiluchos frente a los borbones, y el pueblo pagó de nuevo los platos rotos, con el agravante de que además se empezó en ese momento a manipular la historia, y hasta hoy.
Así que lo más estúpido que hicimos fue declarar la guerra a un rey que había jurado las constituciones catalanas. No hicimos más que seguir a Casanovas, el austracista que escogió mal, y nunca sabremos por qué.
A partir de ahí, algunos catalanes se consideran invadidos, y sometidos a una potencia extranjera, cuando nunca hemos pretendido otra cosa que eso, estar sometidos a otros. Nos pasó con Francia en 1642, y en 1714, nos poníamos en brazos de los Austrias, de los ingleses, de quien fuera, que siempre otros nos parecieron mejores….hasta que llegaban, claro.
Desde entonces, hemos tenido mal llamados intentos de independencia, que realmente no eran tales. Cuando en 1873, a poco de instaurarse la Primera República Española, como olía a federalista, desde Cataluña se intentó hablar al pobre presidente Figueras, del Estado Catalán dentro de la República Federal Española. La cosa duró menos de una semana, y se arregló con unos cuantos telegramas, que no estaba la República para esos trotes, con las guerras Carlistas encima fastidiando aún más el complejo panorama que Amadeo I nos dejó.
Una vez proclamada la Segunda República, en 1931, Macía, que presidía el partido Estat Catalá, hizo también su proclama de la República Catalana como Estado integrado de la Federación Ibérica, que duró unos pocos días, y a la que renunció a cambio de la discusión en las Cortes de un estatuto de autonomía.
En su mensaje a los catalanes, confirma que Don Niceto Alcalá Zamora, presidente de la República Federal Española, está de acuerdo con los pactos de San Sebastián.
El mensaje que está fechado el catorce de abril de 1931, adolece desde luego, y como poco de precipitación, con lo que rápidamente las aguas volvieron a su cauce. Ahora bien, de independencia, nada de nada, no se intentó.
Maciá muere en 1933, y le sustituye un pobre hombre, Lluis Companys, que de ministro de marina que era del gobierno de España, pasó a President de la Generalitat desde 1934 a 1939.
En octubre de 1934, proclama el estado catalán de la república federal española…poca independencia de España en el manifiesto, que todos los catalanes deberíamos haber leído y comprendido su anclaje en el momento histórico en el que se publicó.
Poco duró el intento de saltarse la ley. El general Batet detuvo a Companys y a su gobierno y los encerró en el crucero Uruguay, hasta su traslado a Madrid para ser juzgado por el Tribunal de Garantías Constitucionales.
Fue enviado con una condena de treinta años, e inhabilitación al penal de Cádiz, pero la victoria del Frente Popular supuso su amnistía, y su reposición al frente de la Generalitat.
Tras la victoria franquista, que no fue contra Cataluña, que fue contra toda España, o al menos contra la mitad de cada una de ellas, se exilió a Francia, donde fue traicionado, entregado a Franco quien lo torturó y fusilo en 1940 en el Castillo de Montjuich.
Una vez concluido este repaso por las supuestas intentonas independentistas de mi tierra, quisiera hacer un paralelismo con los acontecimientos que estos días se están desarrollando, y que me gustaría tener en cuenta.
– Siempre que ha habido la intención de una forma u otra de levantar una bandera de independencia, los catalanes y Cataluña han pagado un precio altísimo en sangre, libertad y miseria, ya que siempre han fracasado. No quiero pensar el precio que se pagaría si en estos tiempos llegara a suceder.
– La nobleza y el capital nunca han apoyado estos movimientos, y quizás esa sea la razón de que nunca han triunfado ese tipo de iniciativas. Hoy las posturas no pueden estar más claras, nada ha cambiado.
– Los movimientos han sido siempre soportados por los campesinos y la pequeña nobleza, y la sensación hoy es que vuelven els segadors, aunque no sea Corpus.
– Al movimiento de Esquerra Republicana, no le apoyó nunca la CNT….la CUP está hoy diciendo lo mismo.
– Los impulsores de estos movimientos han muerto, menos Maciá) de forma violenta, y como consecuencia de sus proclamas, el Compte d’Urgell en prisión, Claris envenenado, y Companys fusilado tras juicio sumarísimo. Hace bien Más en preparar su posible exilio a Canadá de la mano de Grifols.
– Los apoyos externos han traicionado siempre estos movimientos, Francia, Inglaterra, Alemania, nunca estuvieron por ayudar la causa catalana. Nos invadieron, nos arrebataron territorios, y nos traicionaron de muchas formas, demasiadas. A Más, hoy se le está moviendo el suelo bajo los pies, cuando mira a la “Comunidad Internacional”.
He dicho muchas veces que no soy nada que acabe en ista, pero soy catalán, y parece que un grupo de mis vecinos, no ha leído la historia, o no se la ha aprendido, ya que están repitiendo unos errores de cuyas consecuencias se han escrito muchos libros, para defender unos derechos llamémosles “forales” que a la vista de la situación de hoy para sí quisieran aquellos que los pelearon con reyes y nobles hace varios siglos.
Solo deseo que no perdamos la libertad que con tanto esfuerzo se ha ganado, por una aventura sin sentido cuyo fin nos ha enseñado la historia demasiadas veces.
Buenas noches, y buena suerte

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