Todo sigue igual

Llevo demasiado tiempo pensando que no pasa nada, que no está ocurriendo nada, ni aquí ni en Sebastopol, por decir un sitio de esos de los que todo el mundo habla y pocos pondrían su localización exacta en uno de esos mapas mudos que me ponían en el examen de ingreso de bachillerato con mis nueve añazos, para marcar en la isla de Cuba dónde estaba La Habana, y dónde Santiago.
Parece que todo está revuelto de acontecimientos extraordinarios, pero a la que uno se para a pensar un poco en el asunto, resulta que no, que estamos donde siempre, donde alguien ha decidido que queremos estar, ¡y no se hable más!.
Porque dejando a un lado los temas de las catástrofes naturales, que se nos inunda Grecia en otoño, o un terremoto en las placas asiáticas, no dejan de ser cosas habituales, siempre exceptuando el dolor de los seres humanos afectados, por supuesto, que eso siempre es singular, las demás cosas que nos cuentan que pasan son siempre las mismas, y encima gastan poca o ninguna influencia sobre nosotros…(las que no nos cuentan ya son otra cosa), pero esas oficialmente no pasan, y si alguien dice que pasan, ya se sabe, es un conspiranoico, que todos llevamos a cuestas un calificativo.
¡Pero hombre! ¡lo de Catalunya!, nada, que te lo digo yo, y te lo dicen por allí también, que cuatro desnucasapos se han creído lo que no era, y claro los hoteles siguen un pelín más caros que hace dos años no cuatro veces más caros como soñaban los del gremio, y la gente de Air BNB, bueno esos deberán revisar los contratos, que ya no quiere la peña ir a engaudizarse, que las cosas vuelven al terruño, al de la senyora María y el senyor Felip, y a discutir si el Barça lo hace mejor que el Español o al revés.
Y es que, ya se sabe, que nos gastaron una broma, un bromazo, pero nada más, y a lo mejor el juececito ese del supremo, se da cuenta de que quieren tomarle el pelo, y pone las peras al cuarto, sin paños calientes a todos los que nos han gastado la broma. Eso sí, alguna cadena de televisión habrá hecho caja con los programas especiales para hablar de nada sobre un tema que no es nada. El mundo sigue girando, y usted, querido amigo, compre, compre lo que pueda con su paga extra, que si no esta sociedad de consumo se nos para y hacemos un pan como unas tortas.
¡Pero lo de Zimbawe es nuevo!. Pues no querido lector, no lo es, que lo que sería nuevo es que esa tierra de pronto se transformara en el motor de África, desarrollase una economía floreciente para todos sus habitantes, y el país se transformase en el nuevo Silicon Valley del mundo.
Pero aquí lo que veo es lo de siempre, que el dictador nonagenario está más para allá que por aquí, y que el ejército empieza a tantear cómo se hace con el poder, que la Sra Mugabe también oposita al tema, es decir lo que siempre pasa en África, y que el diablo me perdone.
¿Y la revolución de Tito Trump que está poniendo a los Estados juntitos, que diría Ibañez, patas arriba?.
Pues nada con sifón, que ni bajar los impuestos a los ricos le están dejando, que es como si unas fuerzas de vaya usted a saber dónde, estuviesen confabuladas para que nada cambie por aquellas tierras….bueno quizás el cambio es que se usen las redes sociales para intentar influir desde la Casa Blanca a la peña, pero ni eso.
Que si estará la cosa parada, que ni el de Colea hacia Aliba cambia nada, sigue haciendo lo que en su familia le dijeron desde hace no sé cuantas décadas que debería hacer, que los genes del comportamiento son muy tozudos.
No pasa nada nuevo, todo se está moviendo dentro de parámetros bien conocidos, que si no fuese porque corro el riesgo de que me llamen conspiranoico, diría que predeterminados.
Las guerras las hacemos en los sitios de siempre, con las armas vendidas por los de siempre a los de siempre, con el mismo resultado orwelliano, hoy las tropas alfa avanzan, mañana son las beta, las que en una ofensiva brillante, recuperan las posiciones, pero el frente sigue en el mismo sitio.
Que el poder sigue en las mismas manos desde tiempos inmemoriales, desde hace siglos, y los demás, seguimos como siempre, al servicio del Señor, que permite, al contratarnos de jornaleros en la plaza del pueblo, que mañana la familia tenga un trozo de pan, o pague la factura de la luz, que para las dos cosas no llega el asunto.
Que no pasa nada, que lo digo de buena tinta, que estas cosas se saben desde siempre, lo que pasa es, que con tanto videojuego y tanta red social, se nos olvidan las cosas que no debemos hacer, y luego nos zurran la badana de malas formas con una mano, mientras con la otra apuran un buen foie con Chateau d’Yquem, que es lo que renta, que dicen ahora.
Y a mí, que me busquen, que a mí tampoco me pasa nada, que por mucho tiempo que pase, las imbecilidades que hacía hace cincuenta años, las repito a la que me dejen, que uno, como todos (esto me lo obliga a escribir mi mente gregaria, aunque no sé si es cierto), tiene su gen tozudo, y le encanta repetir tropezón, pase lo que pase, que como no es nada, pues tan ricamente.
A lo mejor releo los periódicos o buceo en algún telediario, con poca fe, desde luego, que me van a contar lo que ya sé, y la única sorpresa será el orden en el que me lo cuenten, que nadie me dirá que hay pateras de suizos cruzando el Mediterráneo para ser recibidos como refugiados el Libia, que nadie me dirá que en los Estados Juntitos, no se van a vender más escopetas, y que van a pedir a los ciudadanos que devuelvan las que tienen en su poder.
Que nadie me va a decir que el desarrollo del Sur del mundo, ese que anda en latitudes al sur de Lisboa, es espectacular, libre de corrupción, ajeno al tratamiento esclavista a sus habitantes, con una cultura floreciente que asombra al pútrido Occidente.
Que nadie me va a decir que el verdadero poder está cambiando de manos, que además no está ya concentrado, que por ser mujer, por ser negro, por ser chicano, nadie va a discriminarme.
No, no está pasando nada, las religiones, los estados, las empresas, siguen adoctrinando al rebaño, para que creamos que las cosas se mueven, y así nos compremos otro coche fraudulento, o nos vayamos de vacaciones a Benidorm.
Con su pan se lo coman