Zafio

¡Es que yo digo las cosas a las claras y en voz alta!….

Pues será Doña Clarines, o Don Clarinete, pero me temo que voy a enfrentarme a lo zafio, una vez más, aunque las cochas de galápago me protegen algo aún.

Y como me da la sensación de que nos encontramos en ese período en que la ineducación ha llegado por fin al poder, nos cansaremos de escuchar las cosas claras, o las mentiras claras, o la manipulación clara, pero eso sí, claro, fuerte, en voz muy alta, a gritos si es preciso, ¡que tienes que enterarte!.

Posiblemente ya no soy de este mundo que desde que es, se ha dedicado a fagocitar una tras otra las generaciones que van cumpliendo años de presencia, pero no puedo entender, perdón, sí puedo, y de hecho lo hago que lo zafio nos domine.

Las formas, la maldita educación parece que es algo ya inane, nos está llevando por los derroteros del “eso no importa”, que quiero decirle a gritos y a la cara, señora Merkel, (por ejemplo), que está usted dando dinero a los malos, para estar calentita en invierno, a gritos, como se hacen ahora estas cosas.

Pero no es cosa del Señor Trump, no es solo cosa suya, es también cosa de los que se lo aguantan, que la actitud de matón de barrio, se arregla muchas veces dejando solo al matón. Y de veras, no entiendo la razón de que los europeos ayer siguiesen sentados en la misma mesa que ese presidente americano zafio, mal encarado. No entiendo como con la mayor de las sonrisas no se levantaron todos a una y dejaron a ese tipo con sus zafiedades en la boca.

Y es que a lo mejor deberíamos considerar que la segunda guerra mundial ya acabó, quizás deberíamos considerar que la supuesta protección que nos brinda en Imperio es demasiado cara en términos de educación y de sometimiento.

Que a lo mejor no se necesita esa cosa que se llama NATO, que a lo mejor ya no es necesaria, que quizás Europa debería considerar nuevas alianzas, y aislarse un poco de ese monstruo gritón que ganó la segunda guerra mundial.

Claro que no estoy en los tejemanejes de la estructura militar, que no sé qué quieren los malos de nosotros, de hecho no sé si quieren algo, que no sé si hay amenazas que gracias a los del Imperio, están de alguna forma controladas. No lo sé, y no me importaría saberlo, lo que si sé es que el territorio europeo está lleno de bases militares americanas, y no sé si las necesitamos nosotros, o son ellos en su política agresiva de guerra constante quienes requieren la presencia de su ejército por aquí, de veras no lo sé.

Que estas cosas de la geo-estrategia son complejas en principio pero una vez explicadas relativamente fáciles de comprender.

Y es el caso de que Oriente Medio tiene buena parte de las reservas energéticas mundiales, y al Imperio no le interesa que los chinos tengan un acceso fácil a esas fuentes. Por mar les es muy complicado, y por tierra, si se mantiene una tensión bélica adecuada, se hace todo muy difícil.

De los rusos no hablo, que no tienen salida al mar, mientras no se les deshiele el Ártico, con lo que la salida de sus productos energéticos debe ser mayoritariamente por tierra, y en buena parte hacia Europa. Pero eso al tal Trump no le viene bien, que cree, que cualquier dinero que entre en Rusia se utilizará en contra suya.

No sé, quizás lleve razón, pero si estamos en una decisión tomada libremente por un país libre y en teoría amigo, sus gritos y su prepotencia agresiva, es decir, su mala educación necesita de una respuesta adecuada.

A partir de aquí, viene lo que me pierdo, que entre las noticias falsas que le llegan a uno por todas partes, las verdades que se nos esconden, a lo mejor el tal Trump, lleva razón en su reclamación. Pero lo dudo.

El hecho de solicitar el doble del presupuesto asignado a la NATO por los países europeos, suena a querer llenar los bolsillos de sus empresas de armamento, ¿qué quieren ustedes que les diga?, y en ese punto, lo que me hubiese gustado escuchar son contrapropuestas. Quizás plantear comprar armas en Europa a países fuera de la NATO, a cerrar bases americanas en territorio europeo, y sobre todo dejar de considerar al Imperio como un amigo, que por cierto nos espía.. ¿Recuerda usted Señora Merkel?, que casi le sacan la lista de novios estos de la NSA.

Es la intimidación del chulo del barrio, y quizás haya que echarle del colegio, quizás haya que ignorarlo, quizás haya que reconsiderar qué hacen sus empresas en Europa, quizás haya que repasar la conveniencia o no de relaciones comerciales con los Estados Unidos de Norteamérica. No lo sé, de veras que no lo sé, pero tener un socio zafio, no me parece una buena idea.

Y de la zafiedad que se manifestó en boca del tal Trump, a la zafiedad con la que el tal Gordon Brown, sale del gabinete de la Señora May. Un zafio menos, por el momento en la política activa internacional que el Foreing Office es aún una institución que quizás merezca mejor dirección que la del zafio Brown.

Que zafio es el comportamiento de más de un Rufián de esos que cabalgan a lomos del presupuesto, pero parece que la cosa gusta, que la cosa apetece, que está de moda, que te aparecen en grandes ayuntamientos, que te aparece por todas partes, y a los ciudadanos, que empezamos a cuestionar si el comportamiento en manada es aceptable, nos gusta, o a buena parte de nosotros nos gusta que sean así las cosas, parece.

Y es el punto de que quizás la culpa la tiene mi generación, que en las cosas de educar, confundimos churras con merinas, y conseguimos que las generaciones que nos han seguido, crean que se puede eructar en público y además cabrearse si alguien lo afea. Así que quizás, solo quizás, haya que considerar que el mundo zafio en el que nadamos, sea el conveniente para la obtención de fines que se me escapan por todas partes, que quizás ya no sea este mi mundo, que quizás deba sentarme en mis cuarteles de invierno, y seguir sin ver el telediario, que con escuchar en la radio del taxi, alguna vez, las noticias, es más que suficiente.

Con su pan se lo coman

 

 

2 comentarios sobre “Zafio”

  1. Hoy has tocado un tema muy interesante, me pasa lo mismo que a ti, creo que me estoy haciendo mayor, cada vez soporto menos la mala educación y la falta de buenas formas de las cuales estamos rodeados, desde entrar a un establecimiento público y que nadie diga buenos días hasta las formas en la conducción diaria, en fin una pena de país.
    Un abrazo

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