El día de la esclavitud

Anteayer, día dos de diciembre, se conmemoró el día internacional para la abolición de la esclavitud, esa cosa tan antigua, que uno no sabe si desbanca o no a la prostitución como supuesta profesión más antigua del mundo, que me temo, salvo las excepciones necesarias para admitir la regla, tanto una como otra, no son profesiones sino imposiciones.
Asistí, a la que me temo fue la única reunión que tuvo este tema como principal hilo conductor que se realizó en toda España, y fue promovido por el PSOE, que algún punto bueno debe ponerse en su haber.
Cierto, que visto lo visto, y escuchado, lo único bueno fue el organizar la reunión, que, en mi modesta opinión adoleció de falta de profundidad a la hora de tratar un tema con una carga humana tan importante.
Hubiera sido de agradecer, que los organizadores del evento hubiesen exigido a los ponentes unas presentaciones con muchos más datos de los que se ofrecieron, y menos carga emocional, de la que hicieron gala.
Cierto que el tiempo que se concedió al asunto fue miserable, ya que un evento de este tipo, hubiese requerido de una jornada completa como poco, y de un espacio, que suficientemente bien publicitado, hubiese podido llenar con mil o dos mil personas, cualquiera de los espacios municipales, o de la comunidad, que a buen seguro ayer estaban cerrados, y la presencia de medios para posteriormente amplificar el acto, hubiera sido loable. Los que estaban en el acto de ayer, estaban demasiado centrados en Doña Susana Díaz, y en cómo se cruzaban sus miradas con el concejal Carmona y la concejal Bescansa.
El Juego de tronos en el PSOE, tiene muchos escenarios.
Quizás la presencia de estas primeras figuras del PSOE, y la premura de tiempo, (hora y media escasa), evitó el debate después de los comentarios de los invitados,(no me atrevo a llamarlo presentaciones), o que la falta de preparación específica sobre el tema de los ponentes, hubiese puesto de manifiesto algunas posiciones no demasiado correctas desde el punto de vista político.
El grupo “Afrosocialistas”, que encontró ubicación dentro del PSOE, es quien estaba detrás de todo esto, y desde luego hay que felicitarles por el intento de llamar la atención de la sociedad sobre este tema, terrible, que con la sofisticación del siglo XXI, ha llegado a ser algo tan indefinible, que cuando nos hablan de que hay veintiún millones de esclavos en el mundo, uno no puede por menos que esbozar una sonrisa.
La esclavitud, de la que sabemos casi todos muchas cosas, simplemente de oficio, por caminar cada día por este mundo, se extiende no sólo a las personas raptadas, compradas o vendidas de la misma burda forma que se hacía hace cuatro o cinco siglos en mercados de esclavos, si no que a partir del momento oficial de su abolición, aparecen formas de esclavitud acordes a las legislaciones vigentes, por supuesto en los países más desarrollados del mundo.
Y me explicaré, si dejamos a un lado los esclavos que salen de los campos de refugiados, y no solo de los campos turcos con gente que huye de la masacre siria, o de los que huyen de territorios como Somalia o Sudán, o incluso de los que huyen de las masacres en Centro y Sudamérica, provocadas por los cárteles de las drogas o sus primos hermanos los guerrilleros, el mundo está lleno de esclavos, y trataré de explicarme.
El Amo de los esclavos, cuando compraba un grupo, o uno solo que me da lo mismo, acababa de realizar una inversión de la que tenía que obtener un rendimiento, por lo tanto debía darle la comida necesaria para que pudiese seguir trabajando, y el techo para que pudiese descansar y seguir rindiendo al día siguiente. La productividad del esclavo, es decir, la amortización del gasto de capital invertido en la compra, más los gastos de mantenimiento, es decir, comida, cobijo, y vestido, debía ser inferior al valor del trabajo del esclavo, y en eso se fraguaba la fortuna del Amo.
Por otra parte, era muy conveniente que los esclavos se reprodujesen, ya que los vástagos seguirían siendo esclavos, y propiedad del Amo.
¿Me puede decir alguien cuantos asalariados hay hoy en el mundo que no pueden comer cada día, que no pueden dar de comer a su familia, y que no tienen un techo, o al menos es tan precario, que a cada momento temen perderlo?.
Y que nadie me diga que el elemento libertad es lo que les diferencia, porque no creo que sea cierto, ya que libertad, sería recibir un salario que le permitiese tener su hogar a su familia en condiciones dignas, y si es posible algún pequeño o no tan pequeño remanente de recursos que garantizasen al menos que la angustia de la pérdida no estuviese presente a cada momento en sus vidas. Y la libertad de movimientos, se restringe normalmente con cadenas o con falta de recursos, que son las cadenas invisibles.
Cuando nuestras sociedades han ido evolucionando, y en los últimos decenios ha sido espectacular, el gran dinero, vió con claridad que el esclavo local tenía demasiados derechos, es decir que salía caro, con lo que hizo de la productividad bandera económica y se lanzó por el mundo a buscar esclavos más baratos…y los encontró.
Me hubiese gustado, que en la sede de un partido político que en sus siglas lleva la palabra obrero, se hubiese hablado de países, de compañías concretas, con datos contrastados, evidentemente, que incumplen incluso los mínimos que se le ofrecían a un esclavo de las plantaciones de algodón de Alabama, por poner un ejemplo. Pero o no era la ocasión que el momento político marcaba, o mucho peor, los ponentes directamente no conocían suficientemente el tema, y lo que querían era su foto junto a Doña Susana.
Quiero aquí recordar, que una de las batallas más eficaces que se llevaron a cabo contra el esclavismo, les costó a los jesuitas la expulsión de las tierras de las Españas, cuando el Imperio era español, y que su forma de lucha fue sobre todo la educación de las poblaciones autóctonas en las selvas de Argentina, Paraguay y Bolivia, dándoles los elementos necesarios para una organización en sociedades cooperativas, que debían tener hasta su defensa militar. De las famosas misiones hablo, sí, esas de las de la película.
Visiten, por favor el estado de Misiones en Argentina donde perdieron la guerra, pero en la Chiquitania boliviana, se mantuvo el sistema. Verán gente humilde pero libre..dentro de un orden, claro, y limitado en número.
La única solución para la libertad, y lo tengo en el lema de esta página es el conocimiento, ese que continuamente se niega de forma institucionalizada a los más de los ciudadanos del mundo, por parte de la dirigencia, sea del color que sea y en el país que sea, de nuevo con esas pocas excepciones que hacen ley de la regla.
Espero que la iniciativa de este grupo de personas deje a un lado tanta necesidad como la que yo vi ayer de personalismos, y que en la próxima conmemoración que hagan de este terrible tema, puedan hablar en libertad, poniendo encima de la mesa la realidad de la esclavitud con datos, que no vale hablar de las mafias, hay que dar nombres apellidos, países que las protegen empresas que se benefician, y ciudades que las acogen.
Y por último, que nadie olvide que una charleta sin debate, sin profundidad, sin datos reales contrastados, y sobre todo sin conclusiones de acciones a tomar para eliminar o al menos reducir el impacto de la esclavitud, no sirve para nada, excepto para el postureo mediático cercano al Hola, al que nuestros políticos nos tienen acostumbrados.
Con su pan se lo coman

Otro Diciembre

Se nos está empezando diciembre y parece mentira. O por lo menos a mí me lo parece, que si me dicen que estamos en mayo de hace dos años, pues me lo creo, que no he venido a discutir
Las caras que se nos asoman a los informativos de las televisiones, son las mismas, junto con los muy cutres programas que ofrecen, que parecen todos, la continuación de Ama Rosa, o de las aventuras del caballero audaz, eso sí con protocolo ISO9000 con su correspondiente certificación.
No me apetece nada hablar de las discusiones que nuestros podridos diputados tienen en la Carrera de San Jerónimo, para sacar adelante los presupuestos, que nos va a dar lo mismo.
De la misma forma, no me apetece hablar de que si la señora Barberá debería o no haber sido tratada de una u otra forma, y si estaba siendo acosada o no. No me apetece, que algunas cosas van en el cargo, y el que sigue vivo, ya sabe, al bollo.
No me apetece hablar del sátrapa caribeño que se fue hacia el otro lado, no, no me apetece, independientemente de si tenía más mujeres que un sultán de las mil y una noches, que en el pecado está la penitencia, y si unos se alegran y otros lloran, cada cual tendrá sus razones, o sus reacciones miméticas, que eso de pensar no se lleva últimamente, ni aquí, ni en Sebastopol.
No me apetece decir si me alegro o no por esas pérdidas, que a mí se me dan una higa, al menos en la misma medida que se me dará la mía cuando cruce a Oriente, que el que quede, ya sabe, al bollo, como no puede ser de otra manera.
No, no me apetece ver que las cosas están en una especie de universo estático y que los multiversos que a lo mejor nos observan como un nuevo “Big Brother”, no están interesados en que nos movamos aunque sea un poco. No, no me interesa constatar que hay millones de big bangs luchando contra la gravedad inversa, y que mi culo está repetido millones de veces por no sé dónde. Hoy no. Hoy no me interesa.
No, no quiero aún hablar del Señor Trump, por mucho que sea el presidente electo del Imperio, y como no parece que haya un nuevo Suetonio que me hable de mis pasados señores, esos que se sentaron en el 1600 de Pennsylvania Avenue, que uno tiene muy mala memoria, he perdido el interés por conocer de que iban los últimos doce presidentes.
Sé que mi amiga Hiurma, no me perdonará, o quizás si, que aún no haya dicho nada de este nuevo invitado a la algarabía del mundo, pero sé que confía en que tarde o temprano lo haré, y será el momento de no defraudar.
Porque sigue sin interesarme que los sátrapas de la energía, esos que se reúnen en Viena para ver que hacen con la producción de crudo, tomen decisiones que ya están tomadas, y que lancen a los ávidos buscadores de noticias económicas carnaza para sus análisis, y escusas para sus especulaciones.
Que otra cosa sería si estos muchachos, fornicadores de camellos, me dijesen que iban a dejar a un lado tanta riqueza por el bien de sus ciudadanos. Pero ya se sabe, en Las Mil y una Noches, si no eres el Sultán o el visir, el único camino que te queda para la felicidad es quedarte sin camisa.

Y como además el nuevo César, más parece un Tiberio con su saturnismo, que un Augusto en su cénit, pues me importa un bledo. Además diga lo que diga, ni me va a oír, ni tengo muchas ganas de que lo haga.
No, no me interesa, que la Coca-Cola tenga más azúcar que el arrope, que yo soy más de Daiquiri, así que me ahorraré el impuesto del azúcar, aunque pasaré por caja, cuando me tome mi Armagnac de buen año, mi vasito de esa selección de Louis Jadot, que tan bien le salió, o mi pinta de aquella “ale”, que tanto me cuesta encontrar por estos pagos.
Tampoco me interesa hablar del hecho de que el avión con los jugadores brasileños se haya caído porque no llevaba combustible. Lo que me interesa es saber el por qué no llevaba combustible. Pero eso quizás si lo sé, y comentar otra vez que el beneficio a base de reducir lo que se ofrece, al entrar la codicia en juego, conduce a estas situaciones. Y nadie será culpable, ni las autoridades de Santa Cruz de la Sierra, que permitieron un despegue con un plan de vuelo que no podía realizarse con el combustible cargado, ni los ejecutivos de la compañía que exigieron esa y otras medidas para ofrecer el precio más bajo, a costa de vidas humanas
De quien los contrató, que únicamente miró el precio, sin fijarse en otros detalles….yo no soy técnico, y confié..
Así, que para no quedar como uno de esos seres negativos, que parece esperan que el mundo se pare para bajarse, me voy a poner esa Tristsch Tratsch polka que cantaron en 2012 los niños cantores de Viena, en el concierto de año nuevo.
Porque, y al final es el mensaje con que me quiero quedar hoy para mis adentros, este puñetero mundo ahíto de codicia, de mentira, de todas esa cosas que demasiadas veces nos abruman, tienen también compensaciones, como ver la maravillosa interpretación de la muerte del cisne del carnaval de los animales por una bailarina como Maya Plisetskaya, o unos nocturnos de Chopin con la sensibilidad de María Joao Pires, o simplemente mirar pasar a la gente de forma despreocupada por la calle.
Como no sé cuál será la próxima porquería que nos caiga encima, intentaré, al menos, que me pille con la sonrisa en la boca, y el espíritu lo más armonioso posible.
Me reafirmo pues en que no reconozco este diciembre que empieza como tal, que me parece otro mes de otro año, que todos son o parecen iguales, que ya no los distingo, y menos cambiando de periódico, o de canal de televisión.
Con su pan se lo coman