Un bel di vedremo, espero.

Hay cosas que siempre han tenido muy mala solución, y me estoy refiriendo a esto de los políticos, la política, los juegos del poder y demás monsergas.

Lo fácil ha sido siempre decir aquello de que los de mis épocas de juventud eran mucho mejores, era mejor la política, los políticos, y los juegos del poder mucho más brillantes.

Pero desde luego no es mi caso, que en eso mi quinta tuvo muy mala suerte, y no voy a empezar a aburrir a la peña con historias de los años sesenta y setenta, que me tendría que poner la chaqueta blanca y la camisa azul, como un Suárez cualquiera, para cambiarla al primer vientecillo cruzado, y por el momento no me reconozco haciendo eso.

La cosa es que se asoma uno, no solo al solar patrio, sino que oteando los patios de los vecinos, le entran a uno ganas de echar a correr en cualquier dirección, como alma que lleva el diablo, aunque lo más probable es, que acabes en brazos de cualquier sátrapa u organización de sátrapas que pase por ahí.

Tengo que reconocer que hace ya algún tiempo, unos meses, he decidido dejar de ver la información sobre acontecimientos que ocurren a nuestro alrededor, y que se transmiten por televisión.

La historia empezó a cansarme un día, que estando ya cansado de otras cosas, no me acuerdo de cuáles, el busto parlante estaba empeñado en contarme no sé qué historia de tres per cent, o de la Gürtel, o de los ERES andaluces, todo en su equilibrio, que si tienen que hablar mal del partido en el poder, que la cosa se les desborda, se sacan los trapos sucios del partido B, del C, y del que haga falta. Que no solo hay un grupo político malo, te dicen, ¡que te roban todos, capullo, y no te enteras!.

Así que yo a no enterarme, y como el tema es casi infinito, un día te estás tomando una caña en un bar, y sale Pedrito junto a Doña Merkel, el tan puestecito, tan mono, con su inglés tan fino (por fin un presi que no necesita un traductor), diciendo que todo muy bonito, y mientras la tedesca poniendo cara de tú di lo que quieras, que en cuanto te abras tengo una reunión con los del rollo migrante que me va a tocar los boñigos.

Ella vende su foto, y nosotros la nuestra. Pagamos la gasolina del Falcon, y a por la próxima.

Y en teledeporte, con las ganas que tenía de ver nadar bien a la Señora Belmonte, resulta que me aparece el President ese que ni le dejan el despacho, ni mear en el Palau Sant Jordi, que los seguidores fieles del gurú de la secta no deben mancillar los lugares sagrados del santón, en medio de un abucheo monumental, a él y a su himno. ¡Pues vaya!, digo yo, estos de Tabarnia que me parecían tan educaditos resulta que van a serlo menos.

Un desastre, y mi buena Señora Belmonte que gana sus medallitas, resulta que nadie va a ponérselas, claro, se llama Belmonte, no Bellpuig, con lo bonito que es.

Me llama mi amigo el conserje del Pera Palace, y me digo.

  • Verás, que se ha gastado la propina que le dejé con eso de la devaluación y quiere que le compense según la evolución del seguro de cambio internacional que rige las propinas en ese tipo de establecimientos.

Pues no, que el hombre ya se la había fundido, ¡como Dios manda!, que lo que quería era contarme las cosas de las elecciones a sátrapa que han tenido por ahí, y que lo tenían compungido.

Mi buen amigo era un mar de lágrimas, e insistía que los males de su amada tierra, (yo creía que era Turquía, pero no, su tierra es Estambul), nacen en la Capadocia, en Trebisonda, que los campesinos del centro de la tierra son muy brutos y muy conservadores, y le han vuelto a sacar como presidente por diez añitos más al tal Erdogan.

Claro que no debo recordarle, que bien al este están los kurdos, a los que siempre han querido exterminar no solo los turcos, sino cualquiera que pasase por ahí. Pero eso le queda lejos al buen conserje.

Y eso es malo para el negocio, se lamenta el hombre, que los turistas vienen por aquí a estar tranquilos, no a parapetarse tras el tranvía de Istiqlal cada dos por tres. Que es un no vivir, que día tras día toca carga policial.

Luego me habla de lo que su abuelo le contaba de Ataturk, que puso el país en la senda de la libertad y la modernidad, posiblemente detrás de su mandil de Maestro.

Y otra vez el tal President, montando, con sus acólitos el numerito indepe en USA, tanto que se quedaron los pobres armenios y el público asistente con la demostración de una pataleta a la independentista catalana. Una pena, y que a nuestro Pedrito primero, el guaperas, parece que le hace gracia, o sin hacérsela, alguna facturilla tiene que pagar. No sabe,(o sí), dónde se está metiendo. “In Borrell we trust”.

Y por otra parte, sigo convencido de que Tito Trump, anda jugando en bolsa a futuros, que cada vez que pone un tweet de esos, la cosa pega unos bandazos espectaculares, y en esos movimientos hay mucha pasta, mucha pasta, qué quieren ustedes que les diga, y aquí nadie es inocente, aunque se demuestre lo contrario.

Seguro que los avisos los recibe el primo segundo de su ama de leche, que debe ser chicano ilegal, y le va guardando los duros al hombre en algún saquito suizo. Pero es que hay que vivir, y las cosas están muy difíciles.

A la dulce Italia, parece que se le ha cortado la leche de hacer “gelatti”, que si siempre nos han changado con la elegancia de un De Sica, poniendo luego esa carita seráfica de “professore” milanés que llevaba mi añorado Mastroiani, ahora se me están poniendo zafios, y eso no se lo consiento a mis amigos italianos, por su bien, y por la admiración que siento por ellos. Y es que las formas que escondió Mussolini, parece que reviven, parece, digo, aunque seguramente en el corazón de esa gente del norte hay indepes escondidos, con la carga de fascismo y supremacismo que siempre acompaña este tipo de fenómenos. La cosa parece que quieren equilibrarla con el pagliacci populista, y no tiene gracia. Siempre preferiré a Totó, y a Alberto Sordi, ¿qué quieren ustedes que les diga?.

Serán cosas de la edad

¿Democracia?

Una de esas revistas que parece que la compras para que vea la gente las sesudas cosas que lees, y que se llama Foreing Affaires…(en inglés encima), abre su portada con un reportaje “global”, que ya nada es aldeano, que todo es global, en el que se pregunta si la democracia se está muriendo.

“Pardalets”, que son cosas como las de Perogrullo, que si la democracia es el gobierno de los que son más, (acepción del término griego, en contraposición a “aristocracia” que es el gobierno de unos pocos, yo no recuerdo haber vivido en democracia nunca, en ningún momento, y ya me perdonarán sus gracias la tal afirmación.

Pero es que miro y solo veo maneras aristócratas, ninguna demócrata, o muy pocas, de tono menor, desde luego, pero bien publicitadas, y no solo hablo de hoy.

Que las cortes leonesas eran consejos de nobles y del clero, con una cierta representación de villas y ciudades, que no estaba allá por el 1188 Don Alfonso IX por perder sus privilegios.

Que lo mismo en el Cent Catalán, o en la Carta Magna inglesa, o donde quieran ustedes mirar, incluida esa Grecia que nada tenía de demócrata, que era aristocracia pura. Que menos del veinte por ciento de los que vivían en Atenas podían (cada uno en su grado y condición), influir de forma fehaciente en los temas de la res publica, y me temo que la cosa sigue sin cambiar, bien que se ha perfeccionado y maquillado convenientemente, pero solo eso.

Y que me hablen hoy de democracia, reconozco en el fondo que me parece un gesto de ingenuidad tremendo, y que sí, que los ciudadanos tienen derechos, como siempre los han tenido, es decir derecho a ser robados al pagar los insumos básicos, tienen derecho a acceder únicamente a los elementos insustanciales de aquello que realmente está ocurriendo a su alrededor, de forma que, a la hora de determinar el camino que deben llevar las cosas, queda el papel del “demos” relegado al consumo de slogans, y a la reacción pavloviana consecuente.

Que no, que estamos en manos de los aristócratas de siempre, y es que nos gusta, parece, que las cosas ocurran a nuestro alrededor, y que sea otro quien ha decidido, que sean de esta o aquella manera, que eso de pensar es duro.

Y como se explica en la revista de marras, la sociedad se está drogando de forma masiva, que parece que han muerto más ciudadanos de USA y Canadá de sobredosis de opiáceos entre 2000 y 2016 que en las dos grandes guerras del siglo pasado.

Los impactos económicos ni se cuentan, un 2,8% del PIB, pero lo más importante es que toda esa gente está fuera del sistema, salvo para votar “For Presi” al primer anuncio del descanso de la Super Bowl. Y lo hemos conseguido, se ha votado al Pato Donald, o a Fofito, y aquí ya nos preside un pollo pera al que no hemos votado. Más me suena a aristocracia que a democracia. Más a panem et circensis que a la gestión democrática de la cosa pública.

Pero es de lo que se trata, de tener masas no analíticas, deformadas desde el momento de su formación profesional de manera que luego, cuando les dejemos una papeleta en las manos, la coloquen sin hacer preguntas en la urna correcta.

No nos preocupemos, la libertad, que como siempre he mantenido está siempre ligada a la sabiduría, no la alcanzaremos nunca la gran masa de ciudadanos, que se nos niega la formación en ese sentido.

¡Mierda!, y es que así tenemos el mundo de las civilizaciones occidentales, y es que nunca deberíamos coger los cabreos que pillamos cuando salen de los órganos legislativos de turno normas que afectan a los más, a los “demos” de forma masivamente negativa, y no hacemos otra cosa, día tras día.

Pero para que nos sintamos dirigentes, desarrollamos ahora el término “ciudadano global” al que parece que nos podamos adscribir todos, y llenar nuestras almas de la felicidad de ser importantes, que no está mal, si no fuese solamente una bonita frase de mercadeo.

Que al final el que quedó, realmente como importante, fue el anticuado “ciudadano del mundo”, y no es eso, no es eso, que el ciudadano global hoy es el que puede comprar en Amazon y en Alibaba, que puede ver en la pantallita de su móvil las toneladas de porquería alienante que se te ofrecen, moverse en vuelos de bajo coste a visitar esas cosas que antes eran ciudades, y hoy no son más que parques temáticos con nombres de ciudades.

Mejor ir directamente a Disneyland, donde sea, y dejarse de historias, que parece que se ha creado ya la matrix virtual en la que se debe desarrollar nuestra vida, y mejor no salirse de ella, que si no te conocen en las redes sociales, si no participas en los juegos de tropecientos jugadores, para ganar puntitos, gatitos que te hagan popular, no vales nada, no eres nadie.

Muchas veces nos hablan de renta “per capita” que está muy bien, pero pocas veces en el cálculo se excluye el impacto del 5% más rico de la población, para ver como quedamos los demás mortales, y es que tengo la sensación de que nuestro sistema es una bola de aire mantenida por los slogans de los expertos de mercadeo social, y que esto se nos va por el sumidero a una velocidad de vértigo. El declive del Imperio empezó ya hace tiempo, y el mantenimiento del mismo se apoya cada vez con más fuerza en las medidas proteccionistas de todo tipo que nos vamos dando.

Y es que no queremos reproducirnos, preferimos morirnos, al menos aquí en España, y me temo que otros muchos sitios de los que no tengo información, y nos quejamos, pero no permitimos que el supuesto déficit poblacional que se está creando se cubra con tantas y tantas personas que están llamando a las puertas de nuestras fronteras. Eso no, que a lo mejor la cultura que viene de fuera no es la correcta, que la religión que pueden traer no la entenderemos en un estado aconfesional….¡y si esto sigue así, no podremos pagar las pensioneeeessss!.

Vaya todo el sistema a la mierda, el sistema basado en la creencia de que somos globales, en la creencia de que el mar admite barreras, y sobre todo en las creencias supremacistas, no tanto de los “demos” como de los “aristos”.

Que al final, si ustedes me lo permiten igual manipulan al chino de Jing Xiao Ping que al yanqui de Tito Trump, al gabacho de Macron, o al tedesco de Doña Merkel, por no hablar de los guaperas en España, o los payasos en Italia.

Si fuese una democracia, seguro que nos habíamos defendido, pero detrás de todo el entramado del poder mundial, lo que menos hay es gobierno del pueblo, gobierno de los más, en definitiva gobierno demócrata.

Tendré que prepararme un vermut, que todo lo demás es perder el tiempo.

Buenas noches y buena suerte

Más de lo mismo

Parece que el gallinero nacional anda alborotado, será porque se nos ha venido “la caló” de golpe, y nos entra la depre solo de pensar que así, más o menos hasta octubre, que este cabo hasta bien metido el Pilar, no se atreve a llevar el tweed a la tintorería.

No lo sé pero anda alborotado, pero siempre menos que las reclusas de Brieva, que les han puesto compadre con planta, y uno no sabe si es que la borbona me lo quiere tener distraído, que no se ha dado cuenta de lo que ha pedido Iñaki pues, o se lo quiere quitar de encima con una acusación de adulterio de esas que sientan tan bien en este país de “la maté porque era mía”.

Como una loca tenemos al amigo Perico, que por fin ha llegado a Palacio, que ahora seguro, con dos añitos de tabarra se nos monta en el dólar de asesorar para que algún gerifaltón bananero se sienta como un dirigente maduro. Y si eso le falla, tendrá su consejo de estado hasta que se nos muera, y paga la hipoteca seguro, oiga seguro.

Pero lo tenemos alborotado, como el gallinero de Génova, que allí hasta las gallinas se pican la cresta, con lo que se me descabala el tema de la etología de las gallináceas, pero es la consecuencia de estos calores tardíos en los que uno pasa el día decidiendo si lo mejor es irse de una vez a la playa, o largarse al mundo del agua de cebada y de la horchata, que tanto se echa de menos.

Yo procuraré mantenerme al margen, pero es difícil, aunque sea de natural tranquilo, que la gente alborotada toca las pelotas con una facilidad pasmosa, y ya no te digo si tú estás en plan susceptible, que la calor nos afecta a tóos.

Lo que pasa, es que como esto de la res publica aburre a las ovejas, que robarte lo van a hacer de una u otra forma, lo único que te queda es lanzarte en los brazos de Netflix, o coger la saga del Martin ese, y enterarte porque el tal Jon Nieve, hace lo que hace, y le sale como le sale.

Y es que ni siquiera esa cosa de ver si en Mérida este año ponen un clásico como Dios manda, y es que no, el espíritu de Bieito anda suelto y versionamos cualquier cosa con tal de mantener el título de la obra que es lo vende y llena teatro.

Y es que viene uno de su pueblo, de meterse entre pecho y espalda un Manon, el de Puccini, y el pollo creativo que reinterpreta a Puccini, se hace bola con la interpretación del texto, y es que en vez de dejar morir de sed a los protas, (ella un pendón desorejado, y él más bobo que un enamorado), en medio del desierto americano, nos mete en Ellis Island, y les deja morir de sed el lado de los baños o de las duchas, que no se ve bien.

Con lo que la cosa queda gloriosamente ridícula y menos mal que el bueno de Puccini ya se nos murió, que si anduviese por estos andurriales, volvía a petar.

Como nos acercamos ya a los fastos del solsticio, se me ocurrió aquello de ir a “A Lanzada”, a ver como corrían las olas las que querían preñarse, pero ya no tengo cuerpo, ni de futuras preñadas, ni de hogueras en la playa, que lo mío es más de atacar a un buen vino, un mejor asado, y tonterías las justas. Pero habrá que dejar al mocerío que se desbrave, cada uno según su condición, y las sanjunanadas son muy propicias al desflore, al ¡ay Dios mío qué he hecho!, y al correr del vino que afloja las defensas.

Siempre, claro, que no aparezca el turista con el móvil, y es que te hacen una foto sin que te des cuenta, y la tienes publicada en todas las redes sociales antes de que cante el gallo de San Juan.

Por eso ando yo siempre a la la defensiva en estas cosas, que las carga el diablo, y poner el culo en consejo nunca ha sido una buena práctica, ya sabes, unos que blanco, otros que negro, habrá pues que mantenerse alejado de ellas, digo.

Y por cierto, no me importaría que me fuesen diciendo como va eso del empuje indepe, que lo único que me han dicho es que lo de las embajadas vuelve, y que a los de la cárcel del prucess les pueden meter treinta añitos, y no sé si a Iñaki le importará tenerlos en Brieva que a lo mejor le revuelven el gallinero al muchacho, y es complicar demasiado las cosas. El que no esté aburrido sin ser indepe, que avise, de la misma forma que espero escuchar algo de mi amigo Iglesias, que desde lo del chalet lo tengo perdido, y al Albert, parece que le han colocado en vía muerta. Lo que hacen los registradores de la propiedad a la que les dejan.

Y mi Marianico, a Santa Pola, que no es mal sitio, y si no que se lo pregunten a Don Santiago, que al parecer, anduvo por allí sin estropear el enclave. Luego cambiaron los tiempos.

Y por último, le diré a Pedrito, que se dice economista, y seguro lo es, que no venga con mandangas de impuestos a la banca, que lo vamos a pagar entre todos, que nos vana subir los créditos y las comisiones de servicio. Eso sí no sale en el IRPF, pero nos revienta el bolsillo a los de siempre.

Que en su entrevista televisiva en plan gallo primero del corral mi buen Perico, tan apuesto, tan gallardo y tan alborozado por haber sido nombrado caballero, le reventaba el gozo por todas partes, pero a la hora de la verdad, me temo que ni cambiar la ley laboral, ni arreglar las pensiones, eso sí, las autopistas a costa de mi IRPF, que yo no las uso, y ¡Coño! Que paguen quienes las gastan.

Pero no parece, que estamos como estábamos, y casi mejor así, y al menos este no empieza rindiendo pleitesía al alahuí, que solo me faltaba.

Por lo demás, sin novedad en el frente

 

El San Juan

No sé quién me manda abrir la prensa, debo estar loco, y eso que uno anda ya resabiado y evita las páginas del corazón, en las que se narran las aventuras y desventuras de quienes en mi nombre detentan el poder. Vamos que me salto la opinión, la política nacional, y similares, esperando encontrar algo decente entre líneas.

Y hoy me han dado dos patadas en los dientes con muy pocos minutos de diferencia, siempre por mi culpa, claro, que uno se empeña en creer que aún el ser humano vale la pena, pero no sé, no sé.

Me define la viñeta de “el Roto”, lo que hoy entendemos por “comercio justo” :

-Nosotros enviamos armas, ellos nos envían refugiados.

Y que nadie se engañe, la cosa no es de estos días, que me recordaba el otro día mi hija aquella pieza de Max Aub, “El San Juan”, consecuencia del envío de armas a Franco, y a la República, que concluyó con el envío de refugiados a Méjico, y a otros muchos sitios, pero en la obra se habla del destino mejicano.

La cosa hoy, es la misma, refugiados de Siria, refugiados de media África expulsados por las fábricas de armas de quienes no desean saber nada de ellos. Coherente es, desde luego, que si vendes armas es para que alguien mate a alguien, así que es lo mismo que mueran por bala o por ahogamiento. ¿es que no se han enterado de que no son seres humanos?. Es que hay que explicarlo todo, y ya tengo bastante con discutir el menú a los invitados en mi yate. ¡Coño!.

La verdad es que como no soy una de esas moscas de la pared, no me he podido enterar si cuando Tito Trump habla con sus socios comerciales, se discuten los aranceles de las armas. De las aceitunas y de los cochecitos, desde luego que se hace público, pero ¿de las armas?, a lo mejor no tienen aranceles, que el tráfico es ilegal, dicen, bueno, quizás en algunos casos….lo que no sabemos es qué inversión media hay que realizar en armas para cepillarse a un cristiano. Sería una interesante estadística.

Mientras tanto el camino del San Juan sigue en su derrota de muerte, ahora en el Mediterráneo, o en el Atlántico hacia Canarias, o por tierras turcas.

Maldito mazazo, aunque como ya he dicho no es el único de esta mañana, y es que sale un médico casi octogenario de Bethesda en el corazón del Imperio, con una noticia maravillosa. ¡El cáncer puede controlarse!.

Y claro, uno se pone a leer la noticia, con cuidadito y la propuesta es más que guay, es suuupeerrr guaaay. Que un autotrasplante de linfocitos puede eliminar las células cancerígenas o cancerosas, que ahora no sé cuál es el término adecuado, así que elijan sus gracias.

Fantástico, pero, esa que se necesita un equipo de al menos treinta personas por paciente, unos sistemas de secuenciación del DNA hipersofisticados, ya que hay que determinar no solo las secuencias de los linfocitos sino de las células cancerosas, diseñar el nuevo DNA del linfocito del paciente, y a por el tumor.

Dice el bueno del investigador mientras nos mira desde sus gafitas y sonrisa picarona, que la cosa no es para todo el mundo, que vale una pasta, casi medio millón de dólares, y ni las aseguradoras, ni las sanidades públicas van a poder costearlo.

Solo parece que usted mi querido amigo vendedor de armas de esas que producen migraciones poblacionales, va a tener una posibilidad de hacer algo en caso de que se le ponga el colon negrote como el alma, o el cello del útero quiera desprenderse, o algún melanoma de esos que no se sabe por qué está ahí.

Los demás, como siempre, nos moriremos sabiendo que existe una cura para nuestros males, pero que como no tenemos la pasta, pues pasamos al Oriente Eterno, que diría uno de mis amigos, y a otra cosa.

Pero que nadie se preocupe, dice el buen profesor de Bethesda, y a lo mejor lleva razón, que seguramente la industria farmacéutica encontrará la manera de hacer la cosa más asequible, y así a lo mejor podemos dejar la cosa de forma que en vez de que puedan acceder unos cientos, puedan acceder unos miles.

Perfecto, nuestra sociedad en estado puro, con el negocio de la muerte anticipada, con el negocio del sufrimiento de quien no tiene “posibles”, que a nadie le importa.

Se le quitan a uno las ganas de abrir la prensa, ni digital ni en papel ni en ningún otro formato, que al final el mensaje que de forma machacona se nos repite es que el mundo y sus posibilidades materiales son de unos pocos, que además, y con mucha probabilidad no se lo han ganado, que les llegó de forma colateral.

Así que ya sabemos lo que hay, de donde vienen los que en su San Juan particular embarcan en una derrota sin esperanza, desde un puerto de muerte a otro de desprecio y muerte también.

Y es que no todos los niños que dan patadas a un balón pueden ser un jugador de élite, la miel no está hecha para la boca del asno….

La verdad es que cada vez cuesta más mantener el optimismo, inmersos en esta sociedad en la que la vida es tan poco valorada que tiene un precio en dinero, en la que solo son individuos dignos de ser tenidos en cuenta son aquellos que pueden pagarse el peaje.

Y como no hay nada más noble que un buen perdedor, aunque sea por que el contrincante ha hecho trampas o ha jugado con ventaja, cerraré esta entrada de hoy en la bitácora, felicitando a ese uno por ciento de la población mundial que detenta el veinte o veinticinco por ciento de la riqueza generada.

Y les recordaré aquella estrofa de la milonga del cantautor argentino:

-Pobrecito mi patrón, piensa que el pobre soy yo, que como dice ese indio navajo, el oro ni se come ni se bebe.

Pero mientras tanto que les quiten lo bailao. Y nosotros los de a pié solo nos queda el consuelo de tener una Zelecsió de jumbor que es de Hierro.

Con su pan se lo coman

 

De éticas y estéticas

No llevamos una semana y se nos empiezan a caer los ministros por un quítame allá esas pajas de la bronca que tuve con Hacienda somos todos.

Bueenoo, qué le vamos a hacer, que esto de las prisas son malas consejeras, y no se dieron cuenta en el gabinete del presidente que este buen hombre andaba a tira y afloja con el fisco, y a ver si le va a pasar como a mi amigo Al, que le pillaron por impuestos y acabó hecho polvo por la sífilis en la prisión federal, pero eso sí muriendo por una neumonía en Palm Island. Cosas de los impuestos.

Pero nada, que el ex ministro seguro que puede soltar la multa y la deuda, que comparada con las cantidades que manejaban los imputados del anterior gabinete, es pecata minuta, eso sí con su pequeña indemnización y la garantía de pensión máxima cuando se jubile. Lo que lleva adosado el tema ministerial.

Al de agricultura, parece que me lo desimputan, que el tribunal de “Les aigües” no se cree que haya el hombre chanchulleado más de lo normal, y es que tampoco se dieron cuenta cuando lo nombraron del asuntillo que llevaba en manos judiciales una “hartá” de tiempo, que es que no se puede estar a todo, y las cosas han venido muy, demasiado rápidas para andar con remilgos.

Pero realmente se nos da una higa, que al final son partidos que se juegan en ligas ajenas a los ciudadanos, y a nosotros nos quedará siempre lo de Lopetegui.

Reconozco que me hago muy mayor, que veo que la gente hace bandera con cualquier cosa, vamos que ponemos una encuestita de esas que acercan el ascua a sardina propia para ver qué pensamos de los migrantes que andan dando tumbos por el Mediterráneo.

Y que unos esperando que se abra una vía de agua en el barco, y que se acabe el lío de esta semana. El de la próxima, ya veremos cómo lo tratamos, que otros piensan que los seres humanos merecen el trato de seres humanos, y en ello estamos, que hay división de opiniones.

Mi amigo Pepe, y yo, pensamos que si no hubiera fronteras, no habría emigrantes, habría desplazamientos por nuestra casa común que es la Tierra, y punto pelota, pero claro, como hemos ido poniendo meaditas de esas que marcan el territorio para defender el agujero donde cagamos, no podemos aguantar que los bárbaros nos invadan.

Ahora parece que todos andan con este tema cogiendo el canasto de las chufas, lo que tampoco está mal del todo, que si los italianos son casi herederos de Don Benitiño, que si el gabacho dice que son tontos feos y malos, que de Malta solo dicen que no quería jugar a esto, pero cerró sus puertos a los migrantes.

Que si las Organizaciones humanitarias cooperan con las mafias, que no cooperan, que solo les preocupa el bienestar de la masa humana que huye desesperada de unas condiciones de vida inaceptables, que, que que.

Que si los yanquies acabaron con El Gadafi por un quítame allá unos barriles de crudo, ¿verdad Señor Obama?, que si los gabachos ayudaron….¿Verdad señor Sarkozy?, que si a Macron le viene bien que fuera usted, que en definitiva, aquí lo que importa, es quedar como el bueno de no sé qué película, a usted hoy se la refanfinfla en estéreo, que debe ser como muy sonado.

Mientras los africanos que vienen de la guerra y de la miseria, pues a morir, a ser esclavizados, a ser robados, a ser violados y violadas a ser vendidos, a ser utilizados como piedras para darle en la cabeza al vecino, al opositor político.

Pero que nadie desespere, que nuestra Carmena tras un tiempo que ni me acuerdo de lo largo que me parece, con su cartelito de bienvenida a los refugiados en el frontal del consistorio, va y nos dice que, no nos preocupemos, que la solidaridad madrileña tiene veinte pisitos, que no se han apretado los ocupas que le dieron la alcaldía, y que le manden cien de carne, que los mete allí a razón de cinco por pisito.

Pues bueno, que si pierde la alcaldía, o le viene un aire le vende los pisitos al cualquier fondo buitre de esos del neoliberalismo pase lo que pase, y me desahucian a los migrantes, que acaban en una tienda de campaña por los eriales esos que hay por Vicálvaro, y donde no han sabido hacer las casas que tantos y tantos ciudadanos de este municipio necesitan.

No pasa nada, mientras haya casas por La Navata, que digo yo, a cinco por pisito, a lo mejor podía Pablito coletas meter a dos o tres en su casoplón.

Bromas aparte, que aquí cada uno le pone su letra al drama, que de lo que se trata es de que la cosa de juego político, que pueda decirse en las redes sociales esas, y en las encuestas con filtros y maquillaje, que lo que tú decías era lo que la mayoría decía, y habrá que seguir la voz del pueblo, que en democracia, ya se sabe.

Pero Libia ya no existe, está arrasado cualquier resto del país más o menos cohesionado que controló Gadafi, y el concepto de trata de esclavos se ha hecho forma de vida de grupos locales, que cobran sus dineritos en Londres. Eso no importa.

Y no importa que los árabes quieran lanzar otra ofensiva contra Yemen, y que a lo mejor se llevan por delante medio millón de almas. No importa, no son personas, son carne, solo carne.

Y no importa que en Sudán la guerra siga y siga, no importa que el coltán, no importa que en Somalia, no importa que en Eritrea, no importa Boko-harán….no importa….

Pero lo que si importa a los mercados de trabajo es que haya exceso de mano de obra poco o nada cualificada, sin conocer el idioma, con la necesidad básica de alimentarse, sin conocer la leyes. Van muy bien a las cadenas de los almacenes de las grandes distribuidoras “digitales” por ejemplo, y si ir más lejos, aunque para recoger la fresa y la cereza, también valen.

¡A la mierda!

British summer

Estaba yo pensando, que con este clima que disfrutamos en mi pueblo de adopción, que Villa y Corte es, deberíamos presionar a los de Mahou para que nos vendiese envases de esos de a pinta, que en su publicidad o en los productos asociados a la venta de cerveza incluyese los típicos vasos ingleses que con tanta profusión te sueltan el los pubs británicos, (los de a pinta que los de half a pint se guardan para los conductores).

Y la verdad es que a mí me encanta, me encanta eso de ver llegar las tormentas alineaditas, una detrás de otra, con sus shower asociadas, que diría el responsable de dar el tiempo en la BBC. A  mitad de junio, los pantanos llenitos, el aire acondicionado, sin tocar, durmiendo con mantita, como ha de ser entre las personas de bien. Un gusto.

Como siempre hay gente “malajosa” me salía uno de esos defensores del calentamiento, con la historia de que si esto eran los monzones, y el clima se nos estaba volviendo tropical. En fin, que hay gente pa tó, que diría el castizo.

Pero lo importante, es que mi amigo que me ha citado en la oficina, justo en el tee del uno, me sorprende diciéndome eso de que a ver si la lluvia nos respeta. ¡Por Dios!, ¿dónde se ha visto a un británico pedirle respeto al cielo antes de dar el primer bolazo?.

Y es que tendremos que ir aprendiendo, aunque una flor no haga primavera, que si queremos tiempo británico algo tendremos que aplicar de sus sistemas de adaptación al medio.

O a lo mejor no queremos eso, pero yo ando tirando de mis zapatitos de Northumberland, que para esto de la lluvia han sido siempre cojonudos, no me separo de mi Barbour, y a la que puedo, me meto una pinta, quizás con demasiado gas, quizás demasiado fría. Hay que mirar eso.

Por lo demás, como los británicos, que uno no sabe si salir a jugar con bombachos, corbata de lana con el escudo del Clan, y un tweed que me libre de todo mal. La gorrilla, será la de siempre, en eso no tengo dudas.

Lo malo de todo esto es que, a diferencia de los clubs ingleses, aquí aún no le hemos cogido el gusto al asunto de disfrutar de este tiempo británico, y lo mismo llevamos razón, que si la cosa sigue así acabaremos siendo pragmáticos, tomaremos el té a las cinco, nos desembarazaremos de Europa, (nuestra vocación africana es aún muy potente), y aunque varias autonomías lo intenten, seguramente seguiremos circulando por la derecha.

Recuerdo de mis tiempos británicos aquellos veranos que duraban casi una semana. Era maravilloso, salvo que los “rough” se ponían intratables. Pero ya sabes, hierrito siete abierto, le das con toda tu alma, y con suerte acabas en calle que es donde mejor está uno.

Pero por estos pagos, últimamente, eso de ir por calle no nos va demasiado, que nuestra tendencia a sacar los pies del tiesto a la que podemos es enorme, que nuestro natural de “capra hispánica” es tirar al monte, y sobre todo sin ir en rebaño, ¡no me jodas!.

Así que por mucho que llueva, que no suba la temperatura, que se nos moje la noche de San Juan, que las mozas no se quiten el refajo, y mira que andan con ganas, me temo que eso de abrazar los usos de la Pérfida, no es cosa nuestra.

La cosa mala del asunto, es que Don Amancio se ha quedado sin vender los trapitos de flores rosas, que con tanto mimo había diseñado en Galicia, y con tanto dolor le han cosido en Bangla Desh. Espero que la cosa no afecte a los índices bursátiles, y que el gallegazo aguante sus ahorrillos de cincuenta y pico mil millones, que le aseguren una vejez tranquila, y le tengan a salvo de imprevistos, que son muy malos.

En un alarde, me he atrevido a abrir la ventana….craso error, que hace una rasca considerable, y es que a uno parece que le llegan los vientos de los líderes mundiales que se sienten incómodos con Tito Trump, que quiere romperles el status o tingladillo que tienen montado, y a la vuelta de la reunión del G-7, me los pone a parir en un “silbidito” de esos que tanto le gusta usar, desde su cunita en Air Force one. Hasta Doña Merkel, que parece de su bola, le ha arrugado el hocico.

Y es que eso que dice la ecologista ineducada de que tenemos aquí los monzones, altera a todo el mundo, y la gente no está para alterarse, que bastante tiene con saber si Periquín va a darles la independencia a los catalanes separatistas, con tal de que le dejen una semana más en la Moncloa, o va a bailar un aurresku a los de Bildu. Nadie lo sabe, nadie sabe si por fin habrá un salario mínimo decente, de esos de mil quinientos chufos al mes, que con menos no se vive y con eso se malvive, o si las cosas seguirán como siempre.

Y es que el señor conde necesita salir tras sus lebreles a ver cómo andan los cochinos, y si hay algún ciervo, gamo, corzo, o similar a quien asustar con los disparos de su Holland-Holland, que aunque aquí no use el trescientos cincuenta, enseñarlo al señor duque, siempre ha sido algo digno, que si no se cree que has venido a menos.

Nadie se alarme, unos a menos, otros, los menos, a más, que la cosa está montada de esa guisa, yo a igual, que total…mientras pueda pasear por el campo de golf con mi gorrilla, mis bombachos y mi tweed con la enseña del Clan, todo va bien.

Veremos lo que da de sí la semanita, que se nos presenta divertida, con Tito Trump por Singapore, ¡con el calor que hace, y lo pesado que es el coreano!. Y ya ha dicho, que va a imponer, que no va a negociar, y que si no impone, portazo “Air Force one”, y a casa a lanzar mensajes a sus seguidores por internet, que la popularidad es la popularidad.

Y como esto siga así, tenemos al Tito Trump otros seis añitos, y no sé si hay cuerpo que lo aguante.

Dieu vous donne…la patience

Mi vecino el trepa

No me lo podía creer, al final me dí cuenta de que mi vecino es un trepa. Lleva dos meses en la urbanización y quiere ya ser presidente de la comunidad, aunque sea pasando, si es poco tiempo, por una vocalía menor.

No me lo podía creer, pero es así, y luego, preguntando preguntando, parece que la cosa viene de lejos, que ya cuando entró de meritorio (el pollo tiene sus añitos) en la oficina del Banco Central, aquel de don Escamez, ya andaba mal metiendo para liderar el grupo de meritorios que aspiraban a una conserjería remunerada en la sucursal de Valdeboñigos del Tocinar.

Los trepas me dicen que son así, y debe ser cierto, que en mi vida ya he visto demasiados de esos que los ingleses llaman “High flyers” pasar a velocidades de vértigo hacia el azul del cielo.

Claro que tras un ratito en el cielo (si quieres conocer a Pablito, dale un carguito) parece que a san dios y su equipo de gobierno, se les cae el sombrajo, ven sus poltronas amenazadas, y la patada en la parte central del culo que se lleva el “High flyer” es monumental.

Uno también los ve, a veces aterrizar, o estamparse contra el fondo de la cloaca, que viene a ser lo mismo.

Los actores siempre me han gustado, hasta los que no son demasiado buenos, y siempre recordaré a María Bayo, tras un Barbero de Sevilla inolvidable en el Real, cantado con Juan Diego Flores, acercándose a las candilejas, y pidiendo el aplauso al público, de una forma tan encantadora, que si el teatro ya se venía abajo, se incrementó aún más el ímpetu del público.

Y eso es lo que diferencia a María y a mi vecino, que ella primero nos dio algo sublime con su esfuerzo, y mi vecino quiere el aplauso y el honor sin haber hecho nada por el público, solo con las promesas de su buen hacer pretende el honor.

Son formas diferentes de afrontar la vida, sin duda, que mi vecino, el trepa, sabe que es maravilloso, que está en poder de una verdad y unos atributos que si no se le reconocen de forma inmediata, es simplemente por la tosquedad de quienes le rodean, y claro, se nos cabrea.

Y es que el hombre quería, para empezar,  cubrir la plaza vacante de controlador de la recogida de basuras en representación de la asociación de vecinos de la urbanización, que por querer, ya es querer, pero eso es cosa suya.

Lo malo de la cosa, es que en la urbanización hay un empleado municipal del servicio de barrendería y aclarado de veredas, que, creo yo, dijo para sí:

  • Hombre de esto entiendo.

Así que va y se presenta como opositor al puesto en la junta. Votamos, como siempre, y claro el empleado municipal nos pareció como más preparado para el asunto. ¡Jesús!, ¡en mala hora dejamos de reconocer el mérito de nuestro vecino, el trepa!.

Y es que se nos ha puesto de morros, vamos,  que no nos saluda, que el pobre ha desarrollado un nivel de cabreo y frustración por no haber salido elegido que le va a dar un parallá, y encima nos vamos a sentir culpables de no sé qué.

Y es que mi vecino el trepa, al verse “sorpassato” por un especialista en gestión de residuos urbanos, ha entrado en depresión, y ya lo siento, vamos que me han dicho que anda buscando acomodo en otra urbanización, que la cosa ha entrado en la consideración de que su honor, si no ha sido mancillado, poco le falta.

Pero es que los trepas son así, y en el fondo, hay que quererlos, y es que si no te pisan el callo, dan juego, y te ayudan a pasar el rato, que cuando se sienten frustrados y empiezan a defender lo que han perdido, en ocasiones la cosa llega a ser hasta cómica, todo muy propio.

Claro que, cuando mi vecino, un día empezó a decirme lo bonitas que eran las rosas de mi jardín, yo, que no tengo rosas, empecé a pensar que el pollo andaba en campaña, vamos lo del disputado voto del señor Cayo.

Que si qué coche más bonito tengo, que si a ver si pasa una tarde por mi jardín con su encantadora esposa y los cabestros de sus hijos, y nos tomamos unas cervecitas (nunca supe si debía llevarlas yo), y hablamos de la situación mejorable de la urbanización..ja, ja ,ja.

Y yo pensando, este tipo, que de suyo casi ni me saluda, está como la zorra, diciéndole al cuervo que tiene un queso en el pico, que su canto es maravilloso, y si grazna, pues queso al saco.

Uno no entiende la importancia que para mi vecino el trepa, tiene eso de la vocalía de residuos urbanos, será vocacional, digo yo, y aunque le veo venir de lejos desde que se me pone en campaña, le dejo hacer, que con las ilusiones no se juega, que ya lo sé, que cuando sale el número de la lotería y no es el tuyo, se te pone cara de acelga, pero la cantidad de Ferraris que  has soñado comprarte antes, eso no te lo quita ni el diablo, así que se le deja al hombre, que ya se vendrá abajo el sombrajo.

Realmente, al final lo importante es que seguramente tendremos las calles sin excrementos de perros, y se agradece, que el electo sabe de estas cosas, y a lo mejor, nunca es seguro, mi vecino el trepa, hubiera abandonado la gestión de residuos de la urbanización en pos de la presidencia de la comunidad de propietarios, que cuando se llevan ciertas cosas en la sangre, no se pueden evitar.

Y lo malo del trepa, es que nos va a retirar la palabra a todos, sin saber quién le votó y quién no, con lo que va a cometer na terrible injusticia con sus vecinos, y a mí eso me da un no sé qué, con lo que el hecho de que cambie de praderas, a lo mejor es hasta bueno para él.

Con s hiedra lo disfrute

El período

Empezamos con los fastos de los finales de curso, es lo que toca, pensar en cambiar de actividad, empezar, en algunos casos, esa cosa que venimos en llamar vacaciones, los alumnos, los docentes, vacaciones de la rutina de los últimos nueve meses. A los funcionarios aún les queda un pequeño tranco, me dicen.

Está bien, que ahora hay que darle al cacumen para ver como diantres nos inventamos una nueva rutina que llene el tiempo, que llene el bolsillo, si eso es posible.

Todo menos amuermarse, todo menos tumbarse (que no tirarse) a la Bartola, bueno si hay que hacerlo, se hace, que no estamos para remilgos a estas alturas de la película.

Empieza el tiempo en que las redes sociales se hacen sopas del gustito que les da el ver como se multiplican las fotitos y los memes desde el apartamento de Benidorm, tremendo.

Supongo que habrá de todo, unos enviarán el programa de Perelada, o de Mérida, para que vean lo que disfrutan con el último montaje del Bieito o con esa Antígona que como despedida de las tablas nos brindará la actriz de turno.

Otros andarán por los Jazzaldía o por los conciertos de las fundaciones del banco abotinado. Está bien, qué diantres, que no todo va a ser jugar al golf en Valderrama, o ponerse ciego de pescaíto frito en Torremolinos.

Quienes me temo no van a tener vacaciones, es esa legión de personas a las que la última década ha hecho pobres, euro a euro, que es como se hacen estas cosas, que así parece que nadie te ha quitado nada, que has sido tú quien ha perdido las monedillas, una a una por el roto del pantalón ese tan moderno que encontraste en las rebajas de Primark, o como se llame.

Cada vez que oigo lo que los beneficios de nuestra economía ha traído a los españoles, me pongo a revisar cifras, datos, tendencias, y veo claramente que ese 1% de españoles que controlan el veinte por ciento de nuestra riqueza, han ganado varios puntos estos años, que el grupo que le sigue, un nueve por ciento de la población, que consigue controlar hasta el cuarenta por ciento de la riqueza, es decir un veinte por ciento más, anda sin demasiado crecimiento, tres o cuatro puntos, pero el noventa por ciento restante, esos son los que han visto como diez o quince puntos de su riqueza se trasvasaban sin más.

Sí, esos trabajadores que están en el límite de la indigencia, que no pueden pagar un alquiler, que no pueden mantener a sus hijos, han visto como se empobrecían a manos de un gobierno dañino y de unos sindicatos inoperantes, que bastante han hecho en conseguir mantener prebendas.

Y uno se harta de escuchar lo de la pobreza infantil, de los obreros que viven en la miseria, de la imposibilidad de pagar los gastos que simplemente se asocian a la actividad laboral.

Pero me han dicho que no me preocupe, que cambia el gobierno, que ahora toda esa miseria se va a tornar en dignidad como poco, que aunque los grandes amos aúllen de dolor al ver como se les escapa algo de su poder de las manos, dicen que se va a hacer.

Y prometen, digo yo que sabiendo lo que dicen, que eso de la reforma laboral la van a echar al cubo de la basura, a derogarla, dicen.

Pues si es por el bien de todos, ya están tardando, y a ver si lo hacen con habilidad y no nos cuesta la torta un pan en forma de nuevos parados, de más miseria. Tienen que hacerlo, y hacerlo bien.

Porque amenazas van a tenerlas de todos los colores, seguro, y van a sacar las fotos esas de cuando el prometedor no se daba cuenta y le fotografiaban el culo cuando hacía cochinadas, por lo menos.

Y es que yo, mire usted, estoy deseando ser “gran empresa” a la hora de pagar mis impuestos, aunque como soy tonto, lo que de verdad quiero es que ellos paguen según las tablas que se me aplican a mí, ya sabes más de sesenta mil de beneficios…¡a la mierdaaa!, bueno, al marginal, que con eso se pagan luego muchas cosas, aunque el cupón se resfríe.

Y que no me anden con el aquél de que se llevan la sede a no sé qué paraíso fiscal, que si de verdad se quiere conseguir que los impuestos sean los que corresponden a la actividad dentro del país, se puede, que para eso dicen que legisla el pueblo….pues no lo parece.

Pero nos vamos de vacaciones, que ahora Turquía está más baratita que Benidorm, que los de los aviones con tal de llenar, si quieres, te venden un billete básico, y te cobran diez churritos por usar el baño para aguas menores y dieciocho para mayores, sin papel, claro, que eso lleva un extra de un par de euritos por cada quince centímetros. Pero huele a muy barato, que uno no acostumbra a evacuar a treinta mil pies, y total son dos horitas….o trece, que si te pones exótico, ya sabes lo que te toca.

Y me dirán que vaya al nutricionista a perder los rollos esos de chicha que siempre han adornado mi perímetro, a mucha honra, me dirán que tengo que usar esas supercremas de factor total, para tomar el sol sin tomarlo. Nada entiendo, que “con no dir”.

Pero es que hay que enseñar esas tabletas que dicen que tenemos y uno nunca ha visto, y en ningún sitio como en la playa…¡uuuyyyy! Perdón, o en las redes sociales, esas que se hacen sopas con la llegada del período.

Vacacional, claro, que a nadie se le olvide comprar los cuadernos de repaso, en papel o virtuales, que los niños no pueden estar todo el día al aire libre haciendo el cafre, que se les van a olvidar los ríos de su comunidad autónoma, y luego la media no les da para la carrerita esa que les hará parados de relumbrón.

Por el momento, el tal calentamiento global, nos está dejando los pies fríos en esta Piel de toro que dice sustentarnos, pero sé de buena tinta, que aunque aún la gente no le ha comprado a Don Amancio el modelito estival, ( a los del Corte Inglés parece que ni la primavera les ha llegado aún), no tardarán en hacerlo, y será en un ¡ay!, que habrá que ver eso del aire acondicionado, que de los cuarenta y pico no nos libra ni la santísima trinidad, dicho en minúsculas por no ofender.

Mientras tanto, voy a coger mi manual del buen arriano, a ver si me siento politeísta un rato, que uno se leyó el catecismo cuando tocó.

Recuerdos al boquerón

 

Encasillamientos, prejuicios, y otras formas acomodaticias

Parece que si tu tribu no te clasifica, no te encuadra, no te sitúa, siempre con el ánimo de luego archivarte, no anda tranquila. Las cosas  son así, que una vez clasificada una persona, ya puedes dejar a tu cerebro con la tranquilidad de no analizar ninguna de las actitudes, de las reacciones, de los deseos del miembro de la tribu que en ese momento pase por ahí..

Todo es así más fácil, que a Pepe no le vamos a invitar al partido de fútbol, que es de otro equipo, que a ese no le puede gustar Puccini, ¡mira qué pintas tiene!, que ese es de ACDC, seguro.

Y así prejuicio tras prejuicio vamos navegando por las sendas del archivo donde tenemos todas las visiones lineales que hemos ido almacenando de este o de aquél miembro de nuestra tribu. Y es un gran error debido a la pereza mental que caracteriza a los seres humanos, que se nos olvida cuan poliédricos somos los seres humanos, y qué difícil es conocer a alguien, por muy cercano que nos parezca, por muchos años en los que hayamos compartido vida y vivencias.

Pero nosotros a lo nuestro, que a Pepe no le invito yo al palco de Bernabeu, que no, que es del Barça, que no le va a gustar y además a lo mejor se me cabrea.

Pero a lo mejor no te has dado cuenta, que lo que le apetece a Pepe es un buen partido de fútbol, por encima de colores, y que si hay algo que de verdad le pone, son los canapés de la zona VIP, y que si le insistes lo mismo, por un amigo, grita lo da ¡Hala Madrid! de corazón, que la gamba con gabardina la hacen aquí como en ningún sitio.

Me encanta a veces ver las consecuencias de ciertos actos míos en la clasificación posterior que se me hace, es realmente divertido ver como de golpe, por un comentario, una actitud, o una opinión determinada, uno pasa a ser un Yayo/flauta de golpe, o lo que es peor, un pijo irrecuperable, miembro, seguro, destacado de la derechona más reaccionaria que pulula por las cloacas de la política.

Y es que no puede ser, que a mí me gusta aplaudir al Madrit, si juega bien, y silbar al Barça si lo hace mal. De la misma forma si los Peperos presuntamente andan metiendo mano en bolsillo ajeno, en todas y cada una de sus frmas, estaré cabreado, y si aciertan en una medida pública legislando lo que a la mayoría de la gente de este país le produzca beneficios, les aplaudiré.

La cosa va, como diría Simeone, “partido a partido!, por favor, no seamos simples, ni por un momento, que el encasillamiento del prójimo, por aquello de la pereza mental, es no solo muy injusto, sino poco productivo.

Pero, en fin, la vida es así, los convencionalismos que nos marcamos, y que nos hacen creer que las cosas son más llevaderas con la carga de los prejuicios, con el añadido de qué nos han dicho cómo debemos reaccionar al elemento que caiga dentro del casillero correspondiente, a poco que nos muestre una patita.

Por ejemplo, estoy ya cansado de que cada vez que se mencione al colectivo de los “catalanes”, se añada el  “problema catalán”,  o lindezas parecidas, cuando los problemas de mi tierra no están provocados por los catalanes, sino por una especie adscrita al género catalán, “Catalán independentista”. De la misma forma que decir por mor de la banda asesina ETA que lo de los vascos…Será de aquellos vascos asesinos, una exigua minoría, que podrían dar otra especie “Vasco Etarra”, en contraposición con el Vasco trabajador, el Vasco leal, el Catalán universal…y así “ad nausaeam”.

Así, que, por favor, si me pongo corbata, no soy un carcamal digno de extinción, si mantengo que en una sociedad democrática como quisiera que fuese la mía, el respeto a las leyes es fundamental, no soy un fascista irredimible.

Ni siquiera soy feminista o machista por dejar pasar a una señora delante en una puerta, lo mismo lo hago con un señor, y si el hecho de quitar el sexo a un ser humano y aplicar una lógica natural a mi interacción con él no me transforma en una u otra cosa.

Creo que frente al afán clasificatorio de nuestro entorno, quizás lo más divertido es actuar de forma diferente a la que el encasillamiento nos recomienda, y ¡a la mierda, como diría mi amigo Miguelito.

Así, que pediré limosna vestido de forma impecable con mi mejor tuxedo, o me dejaré coleta y diré que el liberalismo económico sin reglas es la solución para el desarrollo de la sociedad, ¡y que decida el mercado!.

En definitiva, de lo que se trata hoy es dejar claro que me molestan los encasillamientos, los archivos, los estereotipos, y desgraciadamente están tan extendidos, que me temo yo también los uso, y de forma continuada.

Me llevo por ello chascos monumentales, pierdo ocasiones de enriquecer mi conocimiento ya que el esquema del prejuicio me impide en demasiadas ocasiones descubrir los matices que el ser humano que tengo delante me puede ofrecer. ¡Si ya sé lo que me va a decir!¡Si este es un…..! en los puntos se pone el nombre del estereotipo, y a otra cosa.

Como no me gusta el Cava, debo ser anticatalanista, o afrancesado por el origen de la burbuja que me mola, pero es que el Txacolí, y los blancos con verdejo, tampoco me ponen. No sé, quizás sea islamista, que me gustan las baclavas y el algodón egipcio, o un anticuado porque no cojo las aerolíneas de bajo coste.

Nos falta preocuparnos más por el ser humano que tenemos al lado, que son todos, y es que la castración mental que llega de nuestro entorno es demasiado fuerte, como fuerte es el miedo a ser expulsado de la tribu, por que no cuadre nuestra forma de ser con los prejuicios establecidos a saber por quien en el grupo.

Intentaré seguir adelante mejorando esa parte fundamental de mi personalidad, muy descuidada por otra parte, que no debo querer para los demás lo que de mi detesto.

Hasta luego Lucas

 

El Gigante y los dioses

Viene uno tranquilamente de darse un paseíto turístico por el Bósforo, y de pronto se da cuenta de que eso del Diluvio Universal, a lo mejor tiene más enjundia de lo que parece. No lo sé, pero entre los que mantienen que un calentamiento hizo trasvasar las aguas del este al oeste, o los que dicen que cayó del cielo, o incluso aquellos que se apoyan en las epopeyas sumerias, y posteriormente hebreas, o hasta mayas, que el Popol-Vu, parece que también anda húmedo, para convencernos de que algo desde los olimpos cayo como castigo sobre los hombres, uno no sabe a qué carta quedarse.

Los Anunnakis, aquellos hijos de Anu, hijo de Marduk quizás mostraron un cierto arrepentimiento cuando vieron la destrucción que habían causado entre los hombres, o así quiero recordar que se menciona en las tablillas de Gilgamesh. Cierto que el arrepentimiento vino por algo demasiado prosaico, y es que sin seres humanos, nadie les hacia sacrificios, y pasaban más hambre que el perro de un barbero.

Pero estas aguas que lo cubrieron todo, al parecer, llevaban su simbología, que los héroes, los gigantes, tenían que cubrir sus viajes iniciáticos como un Percival cualquiera, que no vale ser un lascivo y adúltero Sir Lancelot, que el Grial, sea lo que sea, solo se alcanza tras entender las pruebas a las que se somete al hombre puro, y los gigantes eran unos verdaderos borricos aburridos.

Tremendo, y es que cuando uno, siempre en medio de su paseíto por el Bósforo, se pone trascendente y le da al cacumen, no puede evitar recordar que un poquito más abajo, en el último estrecho, Dardanelos, antes de que Mármara se haga Mediterráneo, aquellos gigantes de la Ilíada, andaban a la greña por una tal Doña Elena, ¡uy!, que ahora no sé si ponerle la H, que así me sale casi Hellas y la cosa de las bofetadas troyanas empieza a tener enjundia. Claro, eso bajando a la izquierda, que a la derecha todavía huele a muerto la masacre de Gallipoli. Cosas de la Historia que nos cuentan.

Pero bromas incluidas, lo que me sale es que un cabestro del tamaño de Gilgamesh, dedicado con todas sus ganas al desvirge ritual de toda hembra que se moviera en su reino de Uruk, debe realizar su viaje  a por los cedros del Líbano, y sé de buena tinta que a lo mejor las construcciones de Baalbek algo tienen que ver con su viaje iniciático.

Pero siempre llevaba a un amigo de la mano, Endiku, diseñado como enemigo y freno a su brutalidad por los dioses. Pero como los matones de barrio, si no puedes con el nuevo chulito, te haces amigo suyo, y la liáis mas gordas. Son las cosas de los héroes, que Aquiles llevaba a Patroclo, hasta que se lo matan de mala manera. Y Aquiles el casi inmortal….bueno, leed la Iliada, que sois mayorcitos.

El rey de Uruk, el gran Gilgamesh, tiene su compañero Enkidu, con quien realiza su viaje en busca de la inmortalidad, que nosotros siempre, en primera instancia la interpretamos como esa cosa tan aburrida como debe ser el no moverse hacia el Oriente eterno de ninguna manera, y ellos me temo que buscaban algo que trascendiera fuera del ámbito físico.

Por cierto, el viaje de Gilgamesh y Enkidu, una vez superadas sus diferencias personales, termina con la muerte de Endiku, que Isthar no llevaba muy bien la amistad de estos dos pollos, por mucho que a Enkidu se le creara a la forma y manera de Adán, a base de arcilla y soplo divino. Celos de la diosa del amor, y origen del castigo que los dioses se empeñan en poner siempre a los humanos, a los semidioses, o a los gigantes.

Y el castigo de los dioses a Gilgamesh es ver la muerte dolorosa de su amigo, y hacer crecer en él el deseo de la inmortalidad.

Los semidioses se aburren, y por eso son tan brutos, por eso las lían parda, y por eso los dioses tienen que castigar sus pecados de soberbia.

Y si no ved los doce trabajos a que Heracles es sometido por haber asesinado a su familia, o el castigo a Sansón, el puñetero filisteo, encadenado, humillado, y tratado peor que a un animal, por chuleta de barrio.

Claro que en sus viajes, deben acabar con el Toro de las tempestades, el Diluvio, vaya, y tienen que apoyarse en un humano y en la esposa de éste, que son los dos únicos seres que se salvan del desaguisado, el bueno de Utnapishtim, (es más fácil Noé).

El tal Utnapishtim dice al requerimiento del rey Uruk, nuestro buen Gilgamesh, que de darle la inmortalidad, nada, que ya la pifió una vez dándosela a un humano, y no se habrá de repetir, como no volverá a caer otro diluvio. Mal segundo viaje.

Sí le indica donde hallar la planta de la juventud, pero se despista Gilgamesh cuando ya la tenía en su poder, después de haber bajado al fondo del mar, ¿el Hades? y una serpiente se la quita….así que mal tercer viaje, y la serpiente cambiando de piel para rejuvenecer a conveniencia. Y es que si los dioses no quieren, no quieren, y punto.

Tu cuarto viaje es íntimo, es la aceptación de tu destino, y tu quinto viaje es la muerte…querido compañero.

El final según ciertas fuentes lo encontramos con el suicidio de Gilgamesh, que se entierra con otras ochenta personas, en plan secta destructiva americana, y dejamos eso de la inmortalidad como atributo de los dioses, y san se acabó.

Hay otros que dicen que fue enterrado bajo el Éufrates, tras desviar su curso, o que simplemente acabó sus días en su magnífica ciudad de Uruk.

Como decía los héroes, los gigantes, los semidioses, andan siempre tras la inmortalidad, y sus genitores le ponen tareas, como al pobre Heracles, que me lo llevaron por la calle de la amargura, matando leones, separando continentes, cortando cabezas de Hidras desbocadas, y deshaciendo entuertos como un Don Quijote cualquiera, claro que debía pagar el crimen que cometió contra su familia.

Doce viajes, doce pruebas superadas, y varias penitencias, y una muerte tonta por un quítame allá esa hembra, y es que el centauro tenía muy mala uva.

¡Ah!, y siempre un compañero de viaje que aquí fueron dos Hilas y Yelmo.

Andar por tierras de paso, trae estas cosas, que uno se cree una especie de Jasón, que también es viajero, que también busca su Grial en forma de carnero, o se siente uno como Orfeo, en su viaje fallido al Hades, del que vuelve sin su premio, el de su amada Eurídice. Siempre un viaje, siempre un Grial en la forma que se quiera, siempre un fracaso, a no ser que seas un aburrido ser puro, un Percival.

Lo que los dioses se empeñan en dejar bien claro, es que los humanos no hemos conseguido aún el carnet de dioses, y quien cree serlo pasa por duras pruebas que concluyen con la muerte de una u otra forma del héroe. El Olimpo tiene “numerus clausus”.

No me apetece ser un Semidios, ni un Gigante, no, dejaré que sea Ulises el que vague por el Mediterráneo sin un destino, y que pague en esa áspera moneda de no estar con su Penélope, su astucia, sus engaños, su manipulación. Su penitencia, el viaje, su prisión en brazos de Circe, y su llegada a casa al final de la vida.

Prefiero el ser mortal que se me ha concedido, repleto de imperfecciones, y en busca de mi perfecta excusa diré aquello de que “Rien de ce qui est humain n’est honteûx”.

Así, que ya saben…