Debates y poderes

El primer debate que tuvieron Doña Clinton y Don Trump, me demostró que las cosas son iguales aquí y en Sebastopol.
Me trajeron a la memoria dos personajes españoles, los dos políticos, uno de ellos desaparecido, Don Jesús Gil, y el otro, otra en este caso Doña Esperanza Aguirre.
Creo que el debate yanqui podría haberse dado en España si las circunstancias lo hubiesen permitido en su momento, ya que fue una mezcla de zafiedad y orgullo bostoniano.
Don Antonio Garrigues siempre ha mantenido, y yo estoy muy de acuerdo con él, que debería todo el planeta votar en la elección del Presidente americano, ya que sufriremos todos de alguna forma las consecuencias de sus decisiones, y sus decisiones desgraciadamente son consecuencia no solo de su formación sino de su experiencia vital, y sus ambiciones personales. Por cierto, que en ambos casos son poco esperanzadoras.
Ya han empezado después de las andanadas fijadas por los equipos electorales que no dudaron en lanzarse delante de las cámaras, a sacar los trapos sucios.
Y en el caso de Don Trump, parece fácil. Ya le han echado encima la historia de la Miss Universo gorda, que además es venezolana, es decir, latina y mujer. No está mal Doña Clinton, le ha dado usted en una de las líneas de flotación al machista multidivorciado, xenófobo, zafio, aparente “trumposo” en los negocios…. pero no más que ese electorado al que se dirige, y que posiblemente piense como él.
A lo mejor Doña Clinton le ha hecho un favor, no lo sé, que eso de permitir que se destaque el lenguaje de Don Trump, si son como aquí, no hará más que reforzar los ardores hacia la camiseta soñada. Que los americanos lo mismo votan a los Lakers o a los Celtics, como aquí, hasta la muerte. Pero, no, su pragmatismo se lo impide, con las requeridas excepciones, obviamente.
Lo que está claro, a tenor de lo que los expertos en estas cosas comentan, es que Don Trump, poco pudo sacudirle a Doña Clinton con esas cosas de los correos electrónicos filtrados…¿a quién no le han hecho una gamberrada on-line?. Por no hablar de los asuntos de infidelidades conyugales, o de un quítame allá esa perversión sexual, que parece que aparte del “misionero” no existe nada “limpio” para estos calvinistas de yanquilandia. Poca cosa, que quien más o quien menos ha leído los artículos de opinión del Play-Boy, o del Play-Girl..
Si sale Doña Clinton, lo que parece más probable es que no aparezcan apuestos becarios debajo de la mesa del despacho oval. Quizás si, pero no lo veo.
Lo de Don Trump es otra cosa, lo malo es que a esas edades, un trabajito en condiciones le puede llevar dos o tres días, y las relaciones internacionales son muy exigentes, y como mucho te dejan diez minutillos de intimidad, y usted necesita algo más de tiempo por mucho que la blue pill sea americana.
No es más que parte del “Circus” que el poder ofrece al pueblo, usando como transmisor a las televisiones, y a los sesudos comentaristas. Pura diversión, pero en un entorno con el doble de renta per cápita que España y con prácticamente pleno empleo.
Y cuando al principio hablaba de similitudes, y olvidando a Don Jesús y a Doña Espe, lo que me queda en el poso es por un lado el hecho de que las ansias de poder son insaciables, y se intenta llegar a él, bien con los tecnicismos que el conocimiento de la función pública otorgan a quienes los conocen, o bien apelando a los instintos básicos e irreflexivos de esa importante parte de los electorados y luego, si te he visto, no me acuerdo.
Realmente aquí, como allí, lo último que importa es el ciudadano, y vemos la cantidad de voces discrepantes que están surgiendo en el partido del elefante, no porque estén más o menos de acuerdo con las tesis de Don Trump, sino porque de alguna forma partes importantes de la organización republicana ve peligrar sus cotas de poder, o lo que es lo mismo, su mamandurria, por la forma que tiene de expresarse su candidato, que estamos en momento “ruido”, el momento “nueces”, ya veremos..
Y aquí nos ha pasado lo mismo, uno de los grandes partidos españoles, está partío, como el corazón de la Pantoja, y lo que es peor, se están tirando las grapadoras de la oficina a la cabeza, y se van a hacer daño, que lo que quede de todo esto, no va a servir para nada el los intereses de los españoles.
Ya he hablado alguna vez de la segunda enmienda, la de las armas de fuego, y seguimos viendo día tras día americanos abatidos por la tal enmienda.
Unos porque deciden utilizarla en el colegio, en el supermercado, con el gorro del Islam, con el gorro del acoso escolar, o con el que debería haber tratado un psiquiatra veinte años atrás.
Otros porque se sienten la ley, la de Lynch, claro, y como casi todo el mundo lleva su pistola en su pistolar, pues nada, tiro al negro que seguro iba armado.
Sería quizás conveniente hacer algo con ella, que fuera un pelín más restrictiva, pero con uno a favor, y con otra en tibieza, creo que en aras de la seguridad personal seguirán matándose por los supermercados y por los institutos de enseñanza media, con su pan se lo coman.
Más me preocupa la reacción que uno y otra puedan tener frente a los retos que el nuevo poderío de Rusia les está planteando, o los retos de na China creciente, hasta de la no terminada guerra de Corea y que desde el punto de vista de un una persona como Don Trump, con la imagen poco reflexiva y zafia que transmite es algo que se puede intentar resolver a cañonazos, y eso me pone los pelos como escarpias.
Fue muy divertido constatar que el peso mexicano, tras ver que las encuestas daban como perdedor a Don Trump subió la mañana siguiente en los mercados internacionales un pequeño dos y medio por ciento, y es que sus vecinos del sur le tienen a este pollo más miedo que a un nublado.
Pero tarde o temprano, me temo que en el Imperio surgirá sin hacer ruido el poder real, que está en esas agencias federales que lo controlan todo o casi todo, y acabará en la presidencia aquel que convenga más a sus intereses y a los de la industria relacionada. Nada nuevo.
Echaremos mano de la paciencia, y esperaremos, que en este maldito juego, no pintamos nada, excepto apechugar con las consecuencias, como los votantes americanos, ni más ni menos.
Buenas noches, y buena suerte