El manuscrito Voynich

Como diría la persona que me ha ofrecido hoy en un amable correo electrónico una copia facsímil del tal manuscrito, seguro que saben ustedes de que hablo.
Por si las moscas, y como no siempre andamos con tiempo para leernos en el Espasa qué es eso, os comentaré sucintamente de qué se trata.
De entrada, diremos que se encuentra conservado en la Biblioteca Beinecke de libros raros y manuscritos de la Universidad de Yale, y que recibe su nombre de un librero lituano que se hizo con él en 1912.
imagen VOYNICH - copia
Según estudios de la Universidad de Arizona, parece que el documento puede estar datado entre 1408 y 1438, con lo que sí, estamos delante de una obra del tardo medioevo. Hasta ahí, bien.
Biología - copia - copia
Ahora empieza lo divertido. No sabemos dónde fue escrito, no sabemos quién lo escribió, pero lo mejor, es que ni siquiera sabemos lo que dice, ni que significan sus bellísimas ilustraciones.

Así, que el mayor, mejor, y más curioso asunto que entre la bibliografía se puede encontrar, no sabemos qué dice.
Parece que tiene secciones de botánica, con plantas que no se reconocen, de aparente biología, que nadie sabe qué secretos encierra, de posible astronomía y hasta de alquimia, o farmacología.
Herbario - copia
Nada de nada, ni idea. Los estudios que han hecho los más prestigiosos especialistas criptográficos, concluyen, que sí, que parece que el texto tiene una estructura de lenguaje real, no inventado, ya que la ley de Zipf se cumple, cosa que no hacen cosas como, por ejemplo el lenguaje inventado por Tolkien, es decir que tiene aparentemente un alfabeto, palabras que se repiten, no hay palabras con más de diez caracteres, en fin, pero de lo que dice nada de nada. Su sabiduría está oculta, a no ser….que sea un gran bromazo medieval, que todo podría ser.
Puestos, ha habido gente en fechas muy recientes, que incluso han afirmado que han conseguido interpretaciones parciales, como Stephen Bax de la Universidad de Bedfordshire, pero me temo, que la dura realidad, es que nada de nada.
astronomía - copia - copia - copia - copia
La historia del libro, que algunos atribuyen a Francis Bacon, aunque vivió dos siglos antes de su datación, realmente empieza cuando se documenta su posesión por Rodolfo II de Bohemia, un nieto de Carlos I de España, aunque parece que su primer propietario fue un tal Georgius Barschius, alquimista de Praga, que evidentemente no pilló ni una.
El libro pasa por diversas manos, hasta que en 1680 llega a la biblioteca del Colegio Romano que es quien se lo vende a Voynich. Creo que ya desde la viuda de Voynich, y tras un último propietario, llega finalmente a Yale.
Farmacéutica - copia
Las especulaciones sobre este manuscrito son enormemente divertidas, aunque se solapan las de eruditos sesudos, organismos como la NSA, y hasta gente imaginativa. Desde que es un texto cátaro, escrito casi con el código que desvela Enigma, hasta mezclas de lenguas precolombinas, o alfabetos mongoles o hasta chinos o thailandeses, siempre finalmente rechazados, a la que especialistas han intentado buscar explicaciones razonables.
Biología.-2 - copia - copia - copia
El terreno para los amantes de lo esotérico ha estado siempre bien abonado por este manuscrito, y he llegado a leer u oír, que no recuerdo, que hasta los extraterrestres han tenido algo que ver en este caso.

Y ahora me vienen a ofrecer una copia a precio de oro, claro, que debió ser el mismo que pagó el bueno de Rodolfo II de Bohemia, unos seiscientos ducados, que vienen a ser, según Wilkipedia unos miles de dólares. (Siempre me ha asombrado esa facilidad de conversión de las monedas antiguas en dólares americanos).

Así que la duda se me viene encima. Seguro que el facsímil es una preciosidad, seguro, pero no voy a entender ni jota de lo que dice, si es que dice algo. Tampoco es un drama, tengo otros facsímiles, escritos en lenguas que me son extrañas, y no pasa nada, miras los “santos” y a otra cosa, pero claro, siempre son acompañados por traducciones fantásticas hechas por eruditos especialistas, y acabas no solo disfrutando del pergamino, de los colores, “casi originales”, si no que descubres obras que son pilares de nuestra cultura, de nuestra historia, e incluso de nuestra religión.
Cosmología - copia
Con el Voynich, tendré los santos, cierto, pero me faltará saber qué es lo que se esconde en sus páginas, y en caso de que haya un estudio hecho en paralelo será un saco de imprecisiones o especulaciones que pueden ser simpáticas incluso. A lo mejor me uno a la peña conspiranoica, ya veremos.

Hace días escribía sobre el traje nuevo del emperador, y hoy parece que me he puesto sin querer enfrente de esa situación, y realmente me hace mucha gracia, porque además me da a pensar cuántas veces cada día nos sentamos delante de Manuscritos Voynich, en cualquiera de sus versiones.
Uno de los últimos “Manuscritos”, ha sido el tocho de 98 páginas de nuestros ¿compatriotas? de Podemos. Cuando lees el tal documento, te dan ganas de preparar la documentación para hacerte ciudadano de Andorra si eres de derechas, o directamente de Venezuela, si tiendes a “lefty”, que el manuscrito no se sabe muy bien si es un tratado de botánica, cosmología, alquimia, o farmacología, pero lo que desde luego no es, es un proyecto político serio para un país occidental, encastrado en una organización como la Unión Europea.

De este “Manuscrito”, no se conocen ilustraciones chulas, ni se espera que el C.N.I. encargue la preparación de facsímiles, controlados en número delante de un Sr. Notario de nuestra España.
palabras clave
Válgame esta cosa de los de Podemos, para recordar a mis lectores, la cantidad de “Manuscritos Voynich” que nos rodean, y que a diferencia de este que me ofrecen mis proveedores de facsímiles, que solo vale unas monedas, pueden hacer que nuestras vidas cambien y no a mejor desde luego.

Quisiera retar a mis conciudadanos de a pié, a aquellos que como yo, se enfrentan casi a diario con esos textos que son imposibles de descifrar a no ser que seas un experto, y ni siquiera así.

Tantos y tantos contratos que te ponen debajo de las narices, para firmar una inversión, o contratar un seguro, o bueno, simplemente ese documento que parte de la soberanía popular y por el que se pretende debemos pagar los impuestos justos, es decir, la ley del I.R.P.F., y no hay forma, parecemos malos jugadores de siete y medio, o no llegamos o nos pasamos.

Nos reímos de Rodolfo II de Bohemia, al que por 600 ducados le colocaron unos dibujos rodeados de un texto indescifrable, al menos para los que lo han intentado, no han podido y lo han dicho, que a lo mejor un grupo de nuevos cátaros de esos de reuniones a la luz de la luna si lo han entendido y lo que es mejor, viven según sus enseñanzas.
No nos enteramos de lo que nos rodea, todo son manuscritos Voynich, en donde se escribe aquello que nos importa porque nos afecta, aunque no estemos autorizados a entenderlo, no sea que podamos tomar acciones y estropearlo todo.

Seguramente compraré el libro, como un homenaje a esta sociedad en la que vivo, que ha montado la tramoya que nos rodea, vemos la sombra en la pared de la caverna, y aquello que puede explicarlo todo, nos está vedado.

Buenas noches, y buena suerte

4 comentarios sobre “El manuscrito Voynich”

  1. Jajajaja! Muy bueno! Lo que me ha hecho pensar al final, por desgracia, es que es mejor no comprender algunas cosas….. pero claro, llegando al punto de «podemos», pensé…. menos mal … que algo entiendo!!!!!

    1. Me alegro que te haya gustado.Hay un libro sobre el manuscrito de un tal Marcelo dos Santos, muy interesante. Disponible en nuestra página preferida

  2. Déjaselo a Érika y que te cuente. Ella se entretiene con un montón de libros en los que las letras no le dicen casi nada

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