El uniforme del colegio mayor

Lo peor de un comportamiento zafio, es que quien recibe los efectos de la tal acción, responda al asunto cogiendo el canasto de las chufas, con lo que de alguna forma se da validez y honor al zafio.
Y a lo que voy, que parece que tenemos un cónsul en Washington, que debería ser alguien con cierta clase, que no viene de la EGB, que huele a La Salle Bonanova y en una de esas subidas de “yo soy el que más”, decide meterse con Doña Susana Díaz, por un quítame allá el vestido que te has puesto, que se parece al de la reina, que no sé, que qué se yo.
Ahí va el texto de nuestro ínclito representante consular, que va y lo publica en su caralibro, y según dice la noticia solo para sus amigos…¡joeer con sus amigos, que les ha faltado tiempo para publicarlo y mandarlo a la prensa!.
Espero que el señor Sardá Valls, aunque tenga el apellido catalán que tiene, no lo sea, porque entroncaría con esa campaña de décadas en las que en mi tierra, lo andaluz se ha ligado a la incultura, a la juerga por la juerga, y al vivir del cuento, olvidando la cantidad de andaluces que vinieron a honrar Catalunya con su trabajo, y a llenar los bolsillos de los que ostentan apellidos dobles y quizás cuadruples de esos que se usan por la Bonanova.
En fin, me perdonarán ustedes que pase por encima y de puntillas por la tal cosa, que si viniese de un señor Sardá Valls que no fuese mi representante consular en Washington, como mucho pensaría que era una gracieta de presentador cutre de Tv3.
Pero a ese cónsul no se lo permito, ¿qué quieren ustedes que les diga?, que del tipejo cualquier cosa podría esperar y puede hablar con sus amigotes hasta del bigote de las gambas, que a mí se me dá una higa.
Pero es mi representante consular y le pago el sueldo, como lo hacen todos los andaluces, y catalanes como yo, y gente zafia no quiero trabajando en mi empresa, si puedo evitarlo.

Sea dicho que Doña Susana, no es persona de mi devoción, he coincidido una vez con ella, y es de esas personas que me ponen los pelos de punta, ¡qué le voy a hacer!, y no me gusta su pensamiento político, ni su forma de gestionar, nada, que si tuviese que elegirla para cualquier cosa, no lo haría, ni de broma.
Ahora, hay que tener en cuenta, que como personaje público que es y como representante democrático de una importante parte del pueblo español, tiene todos mis respetos. ¡Faltaría más!.
Y dicho esto, me da una pena enorme que ante la zafiedad de Sardá Valls, doña Susana y sus corifeos, hayan cogido el canasto de las chufas, se haya puesto dignísima, y haya presentado una reclamación formal y pública al ministro de Asuntos exteriores, dándose por ofendida.
Doña Susana, ¡por favor!, que tiene usted la piel muy fina, y la pieza de caza que pretende usted tomarse a gritos , como si estuviésemos en el mercado de hortalizas, no vale la pena, y además lo casi seguro es que el ministro la toree a usted todo lo que pueda, y el tal Sardá Valls, que está a punto de jubilarse, que me dicen que entró en la carrera diplomática allá por el 79 del siglo pasado, le hubiese venido a usted muy bien para echarse unas risas públicas a su costa.
Pero es que a lo mejor con tanta historia cutre que llena nuestra vida pública, se nos ha olvidado el sentido del humor, y cualquier andaluz fino, que los hay, de esos que tienen la gracia sevillana, o gaditana, sin ir más lejos, junto con el manejo de la lengua y la cultura de la califal Córdoba, le habrían contestado en su página de caralibro, como se merece un zafio, con elegancia, con humor, con finura.
Pero no, se ha escogido otro camino, usted sabrá, que también la entiendo, créame, que con tanto Sánchez dando la barrila, que cubriendo a los expresidentes, que vigilando las puertas correderas, que los que han sido consejeros de la Junta de algo tienen que vivir, es un agobio, y además sin pillar aún las merecidas vacaciones, que la tensión contenida produce estas cosas. ¡Con “la caló” que hace!
Porque si Doña Leticia y usted fueron al mismo colegio mayor, y ese día les dio por ponerse el uniforme, ¡tan ricamente!, que los señores que les acompañan, también son del mismo colegio mayor, y el cónsul Sardá Valls no los menciona, (perdón pero no me sale llamarle señor, y quizás lo sea).
De forma, mi querida doña Susana, que la próxima vez que se vea usted en la tesitura, ya sabe, honre a esa parte maravillosa de nuestra España, que sabe que solo puede ofender quien vale, que cualquiera no puede hacerlo, y este cualquiera, nacido en mi Barcelona, no parece tener la categoría personal para hacerlo.
Leo en las noticias, que el señor Ministro de Asuntos exteriores ha destituido al ya ex-cónsul Sardá Valls, pues bueno, ha cobrado usted la pieza, que no llega a gorrión, y el hombre se va en pos de su jubilación a seguir con sus zafiedades.
Y como colofón, sugiero leer el mísero curriculum del ex-cónsul Sardá Valls que después de treinta y ocho años de vida diplomática nunca fue embajador…lo que hubiera sacado un cordobés de eso.
Lo que me preocupa es que menciona que es socio del Nuevo Club de Madrid, (posiblemente sea Nuevo Club de golf de Madrid) ¡El mío!, con lo que me temo que o lo defenestran a él, en caso de que sea así, o me voy a tener que dar de baja, no sea que un día me dé un bolazo zafio, y me lleve al hospital.
Por lo demás, sin novedad en el frente, que voy a ver si pillo unos ejemplares de La Codorniz, algo de Poncela, o del mismo Mihura, y se lo mando a doña Susana para que vaya aprendiendo humor del fino.
O que mire a la gente de su tierra, y les pida consejo.
Con su pan se lo coman

2 comentarios sobre “El uniforme del colegio mayor”

  1. Pues sí! No hay sentido del humor… y mira que me extraña, sobre todo en andalucía! Yo hubiera contestado con una chirigota gaditana… de esas de dolor de estómago!
    Es lo que tiene la gente temerosa e inculta!

    1. Penoso, porque podían haber puesto al pollo más que en su sitio. Y como se pierda la gracia por tierras de María Santísima, me hago indepe…

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