Geopolítica

Cuando te pones enfrente de eso que hoy se llama geopolítica, término, por cierto, que sin serlo, me suena a neologismo, te das cuenta de que aunque parezca que las cosas tienen movimientos inéditos, no se mueven demasiado.

Las revistas que se dedican a estas cosas, son aún capaces de llevar a portada el acuerdo Sykes-Picot, una de las barbaridades del siglo veinte, pero nada nuevo tampoco, que el reparto del Oriente Medio, como poco, se remonta a los romanos, si no nos empeñamos en sacar a colación las guerras de los hititas y Ramsés, al borrico de Josué masacrando palestinos, o incluso al bueno de Nabucodonosor dando argumentos a Verdi a costa de los vecinos de la zona.

Y Craso fue barrido por los Partos, e Israel por Tito, y a los que quedaron se les sentó en la espalda el Imperio Otomano, con los árabes mirando de soslayo, luego las promesa europeas, el bueno de T.H. Lawrence convenciendo a los jeques de que Europa era una señora, mientras los otomanos le sodomizaban. Otro cruzado, un nuevo Ricardo Corazón de León, otro inútil idealista.

Los intentos han seguido sin triunfar a través de los milenios. Son pequeñas tribus las que viven, y tienen su cultura asentada sobre esas bases, su religión, y su miedo a la tribu de al lado, que antes muertos que mezclados.

La Ruta de la Seda sigue agitada, que ahora es la clave, o al menos una de ellas para el tráfico entre Cipango y Venecia. Los chinos intentando que los uigures de Kasghar se les conviertan al confucianismo, pero no, ellos dale que dale con sus mercados de animales, con su medias caravanas, con sus montañas del Pamir, y en cuanto te descuidas te celebran oración en la plaza pública mirando a La Meca, claro, bajo la mirada incrédula de los guardias chinos.

Que eso de que los pequineses lleguen al Baluchistan, no les parece muy bien la los paquistaníes, a pesar de los tratados del corredor chino paquistaní, el acceso al puerto de Gwadar no lo tienen asegurado las sedas chinas.

Pocas cosas más tremendas que ver las filas de camiones en las fronteras entre China y su frontera de occidente. Miles de ellos esperando semanas a que les toque el trámite para llevar al otro lado sus productos, y uno no sabe en qué lado la venganza de la burocracia es más acerada.

Pero los baluchistanos, sentados en sus reservas de petróleo, oro, y no sé cuántas cosas más siguen con sus vidas milenarias, sin asomarse al siglo veintiuno, y no se les ve con muchas ganas, si dejamos aparte una pequeña elite que entrevén posibilidades de subirse al chorro del dinero.

Si cruzamos el Atlántico, y nos paramos un poco a ver esta historia de las vísperas venezolanas, suena a que se nos está apareciendo un nuevo libertador, claro que esta vez sin la formación humanística y técnica de Don Simón, y con objetivos muy diferentes aparentemente pero idénticos en el fondo, que no son otros que una revolución interna promulgada por fuerzas a las que las leyes de una metrópoli, no les venían bien, y sea el origen bien de las clases dirigentes o del pueblo, no importa, paga el pueblo.

Como paga el pueblo los desmanes de esa familia gallega y con retranca que jinetea desde Pinar del Río a Baracoa, que llevan la desconfianza del hórreo al mar del Caribe. Y guerra al inglés aunque se llame americano hoy, que aquí nos inventamos en un plis otra María Pita, y a otra cosa.
Pero en Trinidad, las mujeres bordan a punto de cruz, y en Viñales los hombres se sientan a la sombra a fumar un veguero, beber un roncito, y echar una partida de dominó.

Pero eso no es más que lo de siempre, la vieja América Ibérica, acarrea los hábitos tribales que llegaron de esta zona del sur de Europa, que parece tienen las mismas reacciones culturales que por estos pagos, los mismos cainismos, las mismas tendencias al clientelismo corrupto que nos legaron los romanos, que la familia es lo que importa.

Desde luego se llenan páginas y páginas de sesudos artículos, horas de informativos, que día a día nos cuentan la misma historia, el mismo cuento, que nada ha cambiado en siglos en ningún sitio….salvo excepciones genocidas, que también las ha habido.

El general De Gaulle decía que eso de tener a Inglaterra, (matizaba, con razón Inglaterra, no Reino Unido ni otras zarandajas), como socio en Europa no ocurriría mientras el viviese, que era tener al Caballo de Troya de los americanos en casa. ¡Vaya con el General!.

Pues de alguna forma, no le faltaba razón, salvo que América no existe, es la propia Inglaterra, que esta vez, cuando se empezaron a plantear que había un Continente en el que se podría medrar, fueron elites muy cultas de la vieja Inglaterra a crear un sosias al otro lado del Atlántico.

El espacio que siempre creyeron no tenían en su vieja isla, lo vieron al otro lado del mar, y allí está su nuevo Hampshire, su Cambridge universitario, su renovada York. Otra Inglaterra al otro lado del mar, que manteniendo la cultura originaria, supieron introducir algunos cambios en la concepción de la sociedad que les ha llevado a ser el Nuevo Imperio….y que nadie se engañe, es inglés, pero sin esa vieja estructura de nobles rurales heredera de las guerras de los York y los Lancaster.

Hoy andan en sus disputas, que son muy parecidas a las que nos están cayendo a este lado del Atlántico, que si Doña Clinton y don Trump están pesados, cada uno en su grado y condición, en este lado Don Cameron y Don Boris Johnson, lo mismo, que si por allí sientan mal los emigrantes, por las islas también, y que si unos quieren epatar con ver quién es más populista, aquí están a ver quién mea más lejos, que no deja de ser lo mismo.

Antes teníamos Pontífices, pero como ahora lo que se hacen son túneles, quizás tengamos Tunelífices, como ese que atraviesa el corazón de los Alpes, para que la padania llegue antes a los bancos de Zurich, que nunca se sabe, que a doscientos cincuenta por hora, los maletines tardan menos. Estarán los milaneses de enhorabuena, y los del UBS también, digo yo, aunque tienen el riesgo de que se cuelen por el túnel las indeseables, para unos y otros, ideas y costumbres. Ya veremos, pero si para algo ha servido, antes de que empiecen a circular los Siemens y los Alsthom, ha sido para escuchar el discursito de Don Hollande, que les ha recordado a los ingleses que se está muy calentito en Europa, aunque por debajo del Canal, se les cuele alguna que otra rata, de las de cuatro y de dos patas, que también las hay. Túneles que unen.

Pero los ingleses no son europeos, y si no, que se lo pregunten a las legiones romanas, que hasta tuvieron que hacer un muro copiando a juego de tronos, que los del “Norte helado” eran muy levantiscos.
Ya veremos qué pasa, y qué pasa si se salen con ese medio millón de ingleses a los que les estamos pagando médico en España, porque para eso sí dicen ser europeos.

Dejaremos que decidan con que disfraz irán al próximo carnaval de Venecia estos británicos, a mí realmente, se me da una higa, esto tiene más de espectáculo folcklórico, tipo tomatina, que de algo de trascendencia real, que las cosas están muy bien atadas, creo yo.
Buenas noches, y buena suerte