Mis amigas son unos bichos

Esta vez sí, sentado en mi taburete del fondo, ya pasados los baños, sin ver el reloj, controlando todo el local, y mientras depositaba el maestro cocktelero de Boadas la cereza en mi Negroni, esa que legó a mi copa desde la “fireta de Sant Ponç”, me di cuenta de que me acababan de tender una de esas trampas de películas de chinos, como las del green del 18 de Las Matas, y que lo mismo me he tragado el anzuelo.
Es el problema de tener amigas de esas de casi toda la vida, que cuando te sueltan una andanada a la línea de flotación, crees que van de buenas, y no activas las medidas antimisiles. Obviamente luego pasa lo que pasa.
Ya me pasó hace un año casi cuando Pepa, (antes Dra. Revillo) posiblemente sin querer, dejo caer un…si abres un blog, lo seguiré, y un año después aquí estoy con no sé cuántas página escritas, y claro, eternamente agradecido al empujón, porque me estoy divirtiendo un montón.
Mientras caía el fruto de Sant Ponç a mi copa, ¡pííí—pííí—pííí!, el caralibro que me informa de un comentario a una entradilla…..envenenado claro.
Me hace pensar, de pronto, en La Fontaine…
Maître corbeau, sur un arbre perché
Tenait en son bec un fromage….
Así que la primera en la frente, ¡cada día escribes mejor!…. y yo voy y me miro el plumaje, constatando inmediatamente que mi amiga Marian lleva toda la razón. Soy el Ave Fénix de las letras, (no descubierto, claro).
Voy por el segundo trago de mi Negroni, hay aún poca gente en Boadas, no hay partido en Can Barça, y los de Costa Crucero no han vomitado aún los trastopecientos mil buscadores de Gaudí, así que poca adrenalina en mi torrente sanguíneo por agobio turístico, que me parece que el reloj ha vuelto a los tiempos de Pepe Carvalho, que solo me falta ver aparecer por la puerta a Manolo Vázquez o al Perich.
Por cierto, y valga la digresión, que me encantaría preguntarle al Manolo por Podemos, y al Perich por la pescadera-alcalde que mi ciudad de origen se ha regalado, pero eso será en otra sesión espírita.
Revenons a nos moutons, que diría Hollande, o mejor ese Valls que se han dado los gabachos que siempre me ha recordado a un fabricante de galletas de Camprodón.
Y mis corderos ahora son en singular…..ya soy guapo, escribo bien….¡torpedo por la amura de babor!. ¿Para cuándo el libro?…A-3…tocado destructor. El Negroni me anima, y contesto más o menos expresando algo de miedo, pero en vez de decir ¡uuuffff!, eso no es para mí, voy y dejo la puerta abierta a una posible acción en ese sentido….estoy loco.
Ponme otro Negroni, por favor, que me he metido en un buen lío, y esta vez con cacahuetes, que a la que me relajo te los ahorras.
La tarea que me ha sugerido Marian…(antes Dra. González Hevia, que después de estas acciones le retiro el tratamiento), tendré que llevarla a cabo, aunque sea como aquel, que viniendo al kilómetro cero desde la periferia más periférica, se ganó la vida garbanzo a garbanzo, publicando por entregas…ya veremos.
Boadas siempre me ha metido en buenos líos, y a mis años pensar en escribir los Episodios Nacionales no es algo que aparezca en mi libro de prioridades, ni en mi carnet de baile, que también tengo que jugar al golf, ¿o no?.
Pero los guantes tras un par de Negronis se recogen siempre, incluso si la cosa deriva en Fortunata y Jacinta, aunque lo que me gustaría que saliese es la Fontana de Oro, que bien podría retitular “Lo que se perdió en la Cova del Drac, se destila en Boadas”. Cualquiera sabe.
Pero Mariam no dijo novela….dijo libro, y los libros pueden ser de muchas cosas. Recuerdo uno de Manuel Vicent recopilando sus artículos periodísticos…así que ese ya lo tengo, pero me temo que no vale.
Después de haberme tragado sin anestesia la trilogía de Escipión, la del Posteguillo, y andar por la mitad de la de Trajano, eso de la novela histórica me parece algo inalcanzable, es más estaré unas semanas lejos de “Pepe el cátaro”. “El papelajo oculto del Mar Muerto”, o “El amante de la papisa Juana”, que esta vacuna tiene efectos anuales, como la de la gripe.
Luego viene lo del thriller político, vamos lo del Grisham ese, que si tapaderas, que si pelícanos. ¡Puaaafff!, no conozco en la profundidad requerida los entresijos, ni de la política ni de la legislación americana, y si lo intento a la española, me da la risa.
Que ves a la abogadita del estado esa que tenemos de vicepresidenta en funciones, cabreada porque le han visto el engaño que su gobierno ha hecho a sus socios europeos y a los españoles. Que la ves diciendo ¡que no he sido yo! ¡que han sido los nacionalistas y los no nacionalistas!.
Cualquiera hace un thriller político con eso, o con el flequillo del periodista catalán, o quizás con las historias de colmado de Susanita. El Albert no da para mucho, no tiene cara de sicópata, y Pablo da para una pelea de billares en Vallecas. De trhiller político nada de nada.
Mi manejo del sueco y del siciliano impiden que me salga un Montalbano o un Wallander, y a su maestro Montalbán le tengo mucho respeto, que eso de hacer una escudella con las obras completas de Alberti mientras su novia, la Charo, rabiza ella del Raval, mira con ternura como se hunde el Partido Comunista Español, es una imagen imposible de superar.
Así que como ese camino lo han andado ya los Camilleri, Mankell, Mákaris, Leon, y hasta si me apuras el mismísimo Eça de Queiros en su carretera de Sintra, seguiré de apasionado cliente de ellos, y por el momento no mojaré mi pluma en ese tintero.
Ya sé, ya sé, me pierdo el viaje en tren a Gijón, que con esta actitud nadie me va a invitar a la semana de novela negra, pero no se puede tener todo.
Podría lanzarme a la ciencia ficción, no sé, “La inquietud de la bacteria genéticamente modificada”, o “Resistencia o muerte”, pero claro, pasó por delante don Isaac, don Ray, don Athur, don Philip…y aún no me lo he leído todo, con lo que si no me busco un equipo de asesores, y un negro que ponga las comas esto no lo arregla ni la psicohistoria de Seldon.
O sea Marian, un lío, que a lo mejor acabo resucitando las novelas de caballerías, o me invento una novela épica de esas de héroe, viaje iniciático, y hasta monstruo, espada mágica y princesa angelical.
Podría añadir alguna historieta de esas de La Perla o de la Sonrisa vertical, pero puedo dormirme escribiéndolas, y lo mismo me sale un Corín Tellado, así que descarto la idea.
Lo último, que a lo mejor considero, es inventarme, con permiso de Don Verne, ochenta días de viaje aunque ahora me permitan varias vueltas al mundo a lomos de Pullmantur.
Ya veremos lo que pasa, pero aburrirme no voy a aburrirme, que solo pensar en el perfil psicológico de los putativos personajes, se me erizan las cejas.
¡Otro Negroni, camarero!
Buenas noches, y buena suerte

6 comentarios sobre “Mis amigas son unos bichos”

  1. No nos defraudes a todas tus fans! O amigas…o llámalo X…
    Creo que fuí de las primeras que te dijo «cada dìa escribes mejor!!!! Ja ja ja

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