Setenta millones de euros

Más o menos es lo que viene a costar solo en misiles tomahawk el destrozo que le han hecho al sirio ese, que parece anda gaseando a ciudadanos.
No sé, porque no lo han dicho en los sitios que yo miro, cuantos aviones y otros elementos del tal aeródromo se han destruido. No lo sé, pero sí sé que más de uno se está frotando las patitas como las moscas delante de la miel.

Los que fabrican aviones, porque van a vender los necesarios para reponer el destrozo, y los de los misiles, porque ya se sabe, si se gastan se reponen, y listo.
semana.https://actualidad.rt.com/actualidad/235349-suben-acciones-fabricante-misiles-tomahawk7
Pis, culo, caca, que para que no se muera ningún rusky, se les llama, y salen todos por piernas, que llueven hachas de guerra, y estallan al llegar al suelo, y solo queremos hacer el gasto misilero, que andamos cortos de pedidos esta
Los ruskys, cogen un cabreo mediático monumental, que la galería espera que salten con eso de que se ha atacado la integridad de un país como Siria, aliado del Kremlin de toda la vida, que el dueño de lo que queda del territorio es de la saga alauhí que tomo las riendas a poco de que el colonialismo descubriera que ya no era negocio gobernar en primera persona aquellas tierras, es amigo, y a mis amigos no se les hace eso.
En ese punto, me aguanto la risa, que el secretario de estado yanqui se va a Moscú echando leches, y por allí le han dicho que le van a reñir. ¡Coño!, si van a repartirse el pedido de misiles y aviones de reposición.
Pero bueno, que no se preocupe, que con estas cosas de los bloqueos comerciales, nos viene bien ponernos a montar unos cuantos Mig, de nueva generación, que nuestro amigo el alauhí, seguro que tiene un rinconcito para pagarlo.
Y es que hay que usar todo el gas que queda, que nos va a caducar, y además nos costó una pasta en su día. No, no hay que desperdiciar nada ni tirar a la basura cosas que nos caduquen en la nevera por dejadez, o mala gestión, ¡hombre!, que hay mucha hambre en el mundo, y las oenegeses están que ya no dan más de sí.
Los de la General Dynamics, encantados, que esos setenta millones de euros se repartirán entre los tres miembros del consejo, y un nuevo puesto de carretillero a tiempo parcial, que han prometido crear a Tito Trump, para apoyarle en su campaña de “America for the americans”.
Así están las cosas, y el resumen que se me viene, es que entre todos se han llevado por delante con gases asfixiantes a no sé cuántos súbditos de alguien, que por esas tierras solo sabes que eres súbdito, ahora quién es el patroncito es harina de otro costal.
Pero que nadie se alarme, que de buena tinta sé que los niños muertos por la horrible asfixia, las madres que murieron viéndoles morir y cómo no, sus padres sus abuelos sus familiares en suma eran todos infieles.
Vamos que no había ni calvinistas de esos que piensan que en el sur solo hay putas, ni católicos de esos que se creen que el cielo les espera, vamos, ni siquiera maronitas, que la cosa queda un poco más a la derecha según se baja. Así que pelillos a la mar, que seguro en cualquier momento se vuelven a reproducir, y todo arreglado.
Al fin y al cabo, tampoco son clientes de Cartier, ni les gusta el Bollinger, que hasta el imán les riñe si lo rozan.
Así, que lo que tenemos es una barbaridad, que se ha usado para tirar cohetes y vender armas, que para eso sirve la población civil formada por infieles.
Los europeos, como no somos ni la General dynamics, ni sabemos cómo se monta un Mig, pues hemos tenido que esperar a que nos manden desde donde corresponde los textos de los comunicados a emitir, y uno tras otro, detrás del terno de Hugo Boss, han dado la opinión de su país sobre lo sucedido. ¡Porca Troya!.
Lo que es inadmisible, es que las respuestas sean ataques contra nuestras impólutas ciudades de esos que ahora vienen a llamar terrorismo low cost, o sea de baratillo.
La salvajada de los camiones, que además se le roban al del camión de cervezas, mata mucho, duele mucho, y se pilla al culpable en un plis, pero no deja negocio.
Y es que parece que hasta las bombas que preparan son caseras, que la de San Petesburgo llevaba tornillos, como en los viejos tiempos de la banda vasca.
Y así no se hacen las cosas, entiéndanlo ustedes, porque eso de matar sin beneficio económico se llama dumping, aquí y en Sebastopol, y hay mucha gente que tiene que comer.
Perdonadme el tono ácido, pero es que no puedo bajar mi nivel de cabreo, que parece que debemos equilibrar acciones con reacciones, que a la que se mata a alguien en la guerra de los desiertos de Oriente Medio, alguien tiene que pasar a la luz de Oriente por nuestras ciudades occidentales.
Y en Siria es una burrada tras otra, y aquí los coches se desparraman por Westminster, o revientan un metro en San Petesburgo, o paseando por la gatan de la reina en el pulcro Estocolmo, un camión de cerveza te lleva por delante.
Y claro, ahora con las aglomeraciones de Semana Santa, pues bolardos en la Amargura zamorana, en la Sierpes sevillana, en la Larios malagueña, en la Zorrilla pucelana, en Madrid, en Barcelona, y todo porque nuestra humanidad no ha aprendido aún, tras milenios de presencia en este planeta, que debemos ser libres de pensar como queramos, sin que nadie nos lo impida, pero no debemos bajo ningún concepto forzar a nadie a pensar como queramos que piense, (lo de pensar como nosotros es otro matiz, y sugiero que cada uno lo analice, según su credo).
Que debemos ser capaces de comprender, que aunque yo mee más lejos que tú, somos iguales, y eso hasta la ciencia lo demuestra, que mi ADN tiene base de carbono, no de silicio, que las bases que lo conforman son las mismas, y que las proteínas que lo recubren son las mismas. Así que no me fastidien, que soy igual que tú, aunque te joda.
A partir de ahí, por favor, dejemos vivir a la gente, que no cuesta tanto, respetemos que hay concepciones diferentes de las cosas, y dejemos de intentar imponer criterios, que al final no convencen a nadie, y si se aceptan es solo en apariencia, o por alienación, que no sé qué es peor.
Y a lo mejor mis amigos transhumanistas llevan razón, y hay que empezar en la interacción con la máquina, de forma que el primer chip a colocar fuera el del respeto al prójimo, y a la comprensión de otras posturas, evitando cualquier forma de violencia.
Lo malo es que quien diseñe los chips para ser implantados en nuestro cerebro, seguro que es más competitivo que Leo Messi, y esos detalles se le escapan, que no va a dejar el producto de sus ideas a beneficio de inventario.
Con su pan se lo coman